Coimas, mordidas, sobornos, cohechos, retornos, dádivas… ¡tienen su monumento!

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Se sitúa en el edificio del exMOP, en Avenida 9 de Julio y Moreno,
inaugurado en 1936
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Este edificio tiene una extraordinaria particularidad: alberga en su fachada una escultura que presenta a un personaje que en una mano sostiene una obra —un viaducto, un túnel, un puente, ¡da igual!— y la otra la coloca como para que se la unten de un modo disimulado.

El autor es el escultor Troiano Troiani (1885-1963), y la hizo por encargo del arquitecto, Alberto Belgrano Blanco, quien le pidió que representara los embates que tuvo que afrontar innumerables veces en el proceso de construcción: todos los factores intervinientes reclamaban morder algo más de lo que les correspondía según sus aportes al proyecto, o procuraban ingresar en el negocio aceitando convenientemente sus pretensiones.

Queda claro que la corrupción en el manejo de la obra pública no es algo nuevo, aunque, destaquémoslo, una hegemonía del mismo signo en los ámbitos del poder, si se prolonga, es el mejor caldo de cultivo para que estas prácticas se enquisten e instauren su propia impunidad.

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