Presentaron una “cartografía social” de la Buenos Aires indígena

La edición 15 de la Feria del Libro Tandil fue el marco para la presentación de trabajos tan interesantes como necesarios para la región. El caso de ‘Buenos Aires indígena’ fue uno de ellos, para dar cuenta de un mapa poco conocido del territorio provincial: el de las comunidades originarias que se desenvuelven en las localidades bonaerenses. Comunidades que son muchas más de las que la Historia y el registro oficiales cuentan. Indicios para interpelar al sentido menos común y más construido social e históricamente.

Fue en la tarde del jueves 9, en el segundo día de la 15ta Feria del Libro Tandil. Según el programa, el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel estaría presente para la ocasión, pero no pudo llegar. Se disculpó por no estar en la presentación del libro que prologó, por haber comprometido su presencia en la presentación del informe de la Comisión Provincial por la Memoria, en La Plata. Aún así, se hizo su tiempo y envió un video, en donde agradeció a la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, a Inés Rosso (autora del libro) y a Mariana Katz (integrante de la Comisión Provincial por la Memoria, que acompañó a Rosso en la presentación), por el esfuerzo dedicado a la construcción de este mapeo.

En el mensaje, de casi dos minutos, Pérez Esquivel señaló que “son muchos los pueblos originarios en el país que, por distintas razones, por expulsión de sus territorios, terminaron en la provincia de Buenos Aires”. Asimismo, resaltó la necesidad de las políticas públicas sobre los pueblos originarios, “para ver la situación de territorios, identidad, valores, pertenencia… Hay que recuperar esas culturas, muy olvidadas, castigadas, marginadas, por nuestra sociedad”. Para el autor del prólogo de esta obra, “a partir de este mapeo, vamos a tener una idea mucho más amplia y clara de cuál es la situación de los pueblos originarios”, como importa “que esos pueblos, que son parte del nuestro, tengan el lugar que les corresponde”.

Miradas del Centro dialogó con Inés Rosso, licenciada en Geografía (Facultad de Ciencias Humanas-Unicen) e integrante del CIG, autora de ‘Buenos Aires indígena. Cartografía social de lo invisible’, producto del trabajo que vienen realizando con comunidades originarias de la provincia de Buenos Aires. Libro publicado por la Editorial Unicen, “para dar cuenta de cuál es la situación de los pueblos, en una provincia que históricamente se ha dedicado a invisibilizarlos y hoy aparecen como inexistentes”, indicó Rosso, y agregó: “Ha sido justamente a través de la Historia y los diferentes dispositivos y mecanismos que se fueron construyendo desde el poder público, que se invisibilizó a estos pueblos”.

Según Rosso, lo más interesante de esta obra fue su surgir desde la inquietud de una organización, la ‘Mesa de Trabajo Autogestionada en Educación Intercultural de la Provincia de Buenos Aires’, que convoca a comunidades y organizaciones que recuperan y defienden la identidad indígena, y que han denunciado la imposibilidad de acceso al marco legal en derecho indígena desplegado luego de la Reforma Constitucional de 1994. “A partir de la necesidad de contar con información confiable y fehaciente de dónde están, quiénes son, y cuál es el uso y sentido que le dan al territorio, nos convocaron como Centro de Investigaciones Geográficas (CIG-Unicen) a colaborar con una metodología que recupere, de manera participativa, esa información que está, pero que no hay ningún organismo oficial que la haya relevado”.

Entonces, ¿cuántas comunidades hay?

A modo de referencia, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas reconoce, en la provincia de Buenos Aires, 46 comunidades. Otros institutos, también encargados de registro, hablan de tres a cinco pueblos-naciones distintas. “En el mapeo, se logró identificar 83 comunidades. Sabemos incluso que hay más. Éste es un mapa que está en construcción. Seguramente, quedan ‘informantes-clave’ por consultar, para enriquecerlo… Pero es una diferencia significativa: casi el doble de comunidades no aparecen en esos registros”.

De aquellas tres o cinco naciones que reconocen algunos organismos oficiales, se pasó a siete. Casi el doble, que no sólo reside en la cantidad, sino, y por sobre todo, en la diversidad, y en ello, el desafío: “es importante repensarnos como sociedad bonaerense diversa y pluricultural, mucho más diversa que otras provincias de las que tenemos un reconocimiento en el imaginario como más obviamente indígenas, pero ninguna de ellas contiene esa diversidad que tenemos en provincia de Buenos Aires”, subrayó Rosso.

El trabajo de mapeo colectivo no consistió sólo en contar comunidades: también es un intento “por recuperar prácticas espaciales, significados del territorio, usos de esos espacios… Nos dimos un fuerte trabajo de renombrar a lugares de otra manera, para que puedan ser reconocidos desde una valoración de esas prácticas y no desde una connotación negativa, o desde un uso meramente científico o asociado al pasado”. Prácticas, usos y significados, y su vinculación con el ejercicio de la ciudadanía en lo urbano. En ese sentido, muchas veces se habla de ‘cementerios indígenas’ “como si ya no existieran, o ‘enterratorios’ de una cultura que está enterrada, cuando en realidad esa cultura está viva”. En su lugar, empezaron a hablar de ‘espacios de la memoria’, de ‘sitios sagrados’, nombres que permiten hacer viva a esa cultura.

Y en la región Centro, ¿con qué realidad se encontraron? “El sistema serrano de Tandilia ha sido históricamente un lugar de cobijo para muchos pueblos, y eso se evidencia también hoy en las comunidades que han permanecido en estos lugares, y en los usos del territorio”, indicó Rosso. Sistema serrano que es un lugar reconocido, aún por comunidades no residentes en la zona, como ‘lugar sagrado’, por sus características naturales y las espirituales que le reconocen. En la zona de Tandil, Azul y Olavarría, se encuentran asentadas comunidades vinculadas al pueblo mapuche o ‘tehuelche-mapuche’, así como también población quechua y guaraní, resultado de procesos migratorios más recientes, “pero no por ser más recientes dejan de ser igualmente bonaerenses que cualquier otro”, afirmó Rosso.

Como detallan en la web de Editorial Unicen, ‘Buenos Aires indígena. Cartografía social de lo invisible’ emprende el camino por visibilizar la existencia indígena en Buenos Aires, mediante la cartografía social, las metodologías participativas y el intercambio de saberes, para la creación colectiva de conocimiento. Se trata de desarticular las ideas con las que se construye y mantiene la invisibilidad de estas comunidades, y así aportar, contribuir al análisis y la comprensión de la centralidad de la disputa cultural en la lucha por su reconocimiento.

Fuente: http://miradasdelcentro.com.ar/home/visibilizar-lo-invisibilizado-de-lo-originario-en-terreno-bonaerense/

Foto: El Eco

Foto: El Eco

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