“La ñapi de mamá” (historia del cachetazo al inspector)

El día después de la explosión que se cobró la vida de la vicedirectora Sandra y el auxiliar Rubén, en la iglesia frente a la Escuela N’49 de Moreno se presentó un señor diciendo que era agente de Defensa Civil y que estaba encargado de coordinar la provisión de alimentos para los niños que se habían quedado sin escuela y sin comedor.

Inspector Carlos Marcos. Imagen: Moreno Noticias.

Ese señor es Carlos Marcos. Él no trabaja en Defensa Civil. Es Inspector Jefe Regional de escuelas, un cargo político para al cual no se accede por concurso: lo designó a dedo el ministro de María Eugenia Vidal.

Durante casi dos semanas, Carlos Marcos le estuvo mintiendo a las madres, aprovechándose vilmente del dolor y del desconcierto. Las madres escucharon sus “consejos” de “no involucrarse en política”. Carlos Marcos estaba INFILTRADO, desactivando la organización.

Todos estos días evitó a los docentes que concurrían de buena voluntad a la iglesia a colaborar y acercar donaciones, quienes podían reconocerlo y desbaratar la estrategia de infiltración. Sólo hablaba con las madres cuando no había presencia de docentes, siempre con la mentira de colaborar como agente de Defensa Civil.

Pero la mentira tiene patas cortas y la hiena fue descubierta. Ayer, cuando después de dos semanas por fin el Ministro de Educación Sánchez Zinny se dignó a “bajar” a conversar con la comunidad de la Escuela 49, las madres descubrieron la patraña del inspector.

Revelado su puesto político, una mamá descargó la indignación ante la desfachatez del funcionario en cachetazos correctivos que obligaron al mentiroso a huir avergonzado. Porque a una mamá no se le miente, menos aún cuando está atravesando el duelo por la pérdida de dos personas tan queridas por la comunidad como eran Sandra y Rubén.

La despedida del barrio estuvo a cargo de un coro improvisado de mamás, quienes al grito de “traidor” daban por finalizada la aventura del fallido doble agente encubierto.

Quizás en esta historia los peores crímenes del Inspector Regional hayan sido dos. El primero, aprovechar la tragedia como una escalera para complacer a sus superiores y ascender en política (lo que decía evitar); y el segundo, subestimar a las madres por su condición humilde.

Pero las mamás siempre sabemos, siempre nos terminamos enterando. Y a veces tenemos que dar un cachetazo a tiempo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *