A 14 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, el EMVyJ denuncia inacción del Estado y de la Justicia

Durante un acto en Plaza de Mayo, organizaciones que integran el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) rindieron homenaje a Jorge Julio López, secuestrado el 18 de septiembre de 2006, luego de ofrecer testimonio ante la Justicia contra Miguel Osvaldo Etchecolatz, su torturador en un centro clandestino de detención durante la dictadura cívico-militar (1976-1983). Se leyó un Pronunciamiento en el que se repudió la continuidad de las políticas represivas estatales, la inacción de los gobiernos y de la Justicia.

Foto: Reinaldo Ortega.

Militantes y referentes de organizaciones de derechos humanos, sociales, sindicales, estudiantiles y partidos de izquierda que conforman el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) se concentraron este mediodía en Plaza de Mayo para exigir la “aparición con vida ya de Jorge Julio López”, dado que, a catorce años de su segunda desaparición, aún “el Estado no dice dónde está, ni quién lo desapareció”.

Se leyó un Pronunciamiento en el que se responsabilizó a las fuerzas represivas estatales de entonces, bajo el Gobierno de Néstor Kirchner y del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, se denunció la inacción de la Justicia y de los sucesivos gobiernos para esclarecer el caso.

Durante estos 14 años, las investigaciones judiciales ignoraron pruebas, aportaron pistas falsas y absurdas, tales como realizar rastrillajes basados en videntes. “En todos estos años no hubo un solo imputado. Jamás se indagó a los represores que Julio acusó (durante su testimonio ante el Tribunal). Un monumento a la impunidad” resaltó el EMVyJ.

Carlos “Sueco” Lordkipanidse. Foto: Reinaldo Ortega.

“El gobierno de Macri -agrega el Encuentro- ante la denuncia que hizo Justicia Ya! ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, propuso una ‘mesa de diálogo para explorar la posibilidad de alcanzar una solución amistosa’. Por todo esto denunciamos que el Estado es responsable y exigimos juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales de la desaparición de Jorge Julio López. ¡Cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas!”.

El Encuentro también criticó las políticas represivas que en el marco del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio por la pandemia del Covid-19 estableció el 19 de marzo de este año el presidente de la Nación Alberto Fernández. “La tarea de control está en manos de las fuerzas de Seguridad y aquellas personas que no puedan explicar qué hacen en la calle, serán detenidas”, decretó entonces el presidente. “Les dio a las fuerzas policiales y de seguridad el control de la cuarentena, con lo que las envalentonó. Ni qué decir de (Sergio) Berni (ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires), con su constante arenga represiva, que las refuerza y las encubre”, resaltó el EMVyJ.

Jorge Julio López. Foto: Helen Zout.

Desaparecido durante una dictadura y un Gobierno democrático

Jorge Julio López, albañil y militante peronista, nació el 25 de noviembre de 1929 en Elordi, un pueblo de General Villegas en el noroeste bonaerense. Tenía 47 años de edad cuando el 21 de octubre de 1976 sufrió su primera detención ilegal en manos de las fuerzas represivas de la dictadura cívico-militar (1976-1983). Lo trasladaron a distintos centros clandestinos de detención, tortura y exterminio del denominado “Circuito Camps”, dependiente de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Miguel Osvaldo Etchecolatz, comisario y director de la Dirección de Investigaciones de la Policía de esta provincia, fue su torturador en uno de esos centros. López fue liberado el 25 de junio de 1979.

Sobreviviente del terrorismo de Estado, el albañil platense fue secuestrado por segunda vez durante la primera presidencia de Néstor Kirchner.

Tenía 76 años de edad cuando el 18 de septiembre de 2006 salió de su casa del barrio Los Hornos para escuchar los alegatos del juicio donde el día anterior había declarado contra Etchecolatz y 62 militares acusados por genocidio. Fue querellante en la causa y testigo clave. Nunca llegó al Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata.

Genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz. Foto: Agencia Télam.

Dos días más tarde, Etchecolatz fue condenado a reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad “en el marco del genocidio cometido en la Argentina entre los años 1976 y 1983”. En la actualidad, el represor cumple su condena en la cárcel de Ezeiza.

Hasta la fecha, no se sabe nada de Jorge Julio López y de las circunstancias de su desaparición. Por entonces, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Sola, aún mantenía en sus cargos a 9.026 efectivos policiales que habían actuado durante la dictadura. Organismos defensores de derechos humanos y los letrados que llevan adelante la causa, desde un comienzo sostienen que en la desaparición de López intervinieron miembros de fuerzas de Seguridad retirados y en actividad. Sin embargo, la Justicia y los distintos gobiernos que hubo hasta la fecha, sólo se esforzaron para mantener la impunidad de los responsables. El expediente judicial no tiene imputados, pruebas ni se sigue ninguna pista.

Es en el marco de este contexto, que integrantes del EMVyJ se pronunciaron este mediodía en Plaza de Mayo y resaltaron: “Porque el Estado no dice dónde está, ni quién lo desapareció, seguimos exigiendo aparición con vida ya de Jorge Julio López”.

Fotos: Reinaldo Ortega.

Pronunciamiento del Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ)

A 14 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia decimos: Porque el Estado no dice dónde está ni quién lo desapareció, seguimos exigiendo su aparición con vida ya. El Estado es responsable. Basta de gatillo fácil. Fuera Berni. Juicio y castigo a todos los genocidas.

Jorge Julio López fue secuestrado y desaparecido por segunda vez el mismo día en que las abogadas de la querella Justicia Ya! debían alegar en su nombre. Julio fue querellante y testigo en la causa contra el represor Miguel Etchecolatz, el primer juicio tras la anulación de las leyes de impunidad. La sentencia que logramos reconoció que los crímenes de Etchecolatz fueron cometidos en el marco de un genocidio.

El secuestro y desaparición de Julio mostró con crudeza los mecanismos de impunidad que persisten en el Estado. En la búsqueda de verdad descubrimos y denunciamos que 9.000 policías de la Bonaerense habían prestado servicio durante el genocidio. Lo admitió el propio Felipe Solá, gobernador provincial en ese entonces. Esa misma “maldita policía” y el entorno de Etchecolatz fueron protegidos por los sucesivos gobernadores. Recién después de dos años la causa se caratuló como desaparición forzada y pasó a la justicia federal, donde padecimos por años al juez Manuel Blanco, que también venía de la dictadura. El resultado fue una causa llena de pistas falsas y absurdas, hasta rastrillajes basados en videntes.

Desde la desaparición de Julio, todos los gobiernos encubrieron a la Bonaerense. En el gobierno de Néstor Kirchner, el ministro del Interior Aníbal Fernández deslizó que Julio podía estar en la casa de alguna tía. El gobierno de Cristina Fernández nunca se refirió al caso y dijo “aquí no hay desaparecidos”.

En todos estos años no hubo un solo imputado. Jamás se indagó a los represores que Julio acusó. Un monumento a la impunidad, como lo definió la querida compañera Adriana Calvo. El gobierno de Macri, ante la denuncia que hizo Justicia Ya! ante la Comisión Interamericana de DD.HH., propuso una “mesa de diálogo para explorar la posibilidad de alcanzar una solución amistosa”.

Por todo esto denunciamos que el Estado es responsable y exigimos juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales de la desaparición de Jorge Julio López. ¡Cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas!

Desde el EMVJ denunciamos que el gobierno de Macri avanzó en el ajuste y la entrega por orden del FMI y, para ello, endureció la política represiva y se intentó beneficiar con el 2×1 a los genocidas, intento que derrotamos en las calles. Impulsó la doctrina Chocobar e incrementó el gatillo fácil. Fueron asesinados Santiago Maldonado por la Gendarmería y Rafael Nahuel por la Prefectura, y aumentó la criminalización de la protesta social y el espionaje.

A su vez, el actual gobierno de Fernández mantiene políticas de ajuste, acuerda el pago a los bonistas buitres y negocia con el FMI seguir pagando la deuda a costa de más ajuste al pueblo trabajador. Antes de la pandemia, llamó a la “vuelta de página” hacia las FF.AA. Y con la pandemia, puso al Ejército a repartir comida en los barrios pobres y les dio a las fuerzas policiales y de seguridad el control de la cuarentena, con lo que las envalentonó. Ni qué decir de Berni, con su constante arenga represiva, que las refuerza y las encubre.

Foto: Reinaldo Ortega.

Rechazamos que la respuesta a las tomas de tierras sea la calificación de delitos y la represión. Rechazamos el “plan de seguridad” del gobierno que destina $ 37.700 millones para fortalecer a la Bonaerense. Rechazamos el amotinamiento de esa misma policía y la concesión de aumento salarial, incluso sin ninguna sanción pese a su carácter extorsivo. Y rechazamos también que ahora se plantee aumentar en $ 30.000 millones el presupuesto a las FF.AA.

Los casos de gatillo fácil, muertes en lugares de detención y desapariciones forzadas en todo el país es alarmante: en lo que va de la cuarentena, llevamos registrados 113 casos de muertes en mano de las fuerzas, incluidas tres desapariciones forzadas seguidas de muerte: Luis Espinoza en Tucumán y Francisco Valentín Cruz y Facundo Astudillo Castro en Buenos Aires. De esos 113 casos, 34 fueron a manos de la Bonaerense.

Es la misma policía responsable de las desapariciones de Miguel Bru, López y Facundo. La que asesinó a Kosteki y Santillán, a Luciano Arruga, la responsable de la masacre de Monte y de cientos de casos de gatillo fácil, que fue premiada tras el amotinamiento, mientras planteaba exigencias de impunidad y reclamaba el cese de arrestos, desafectaciones, y sumarios contra sus miembros.

Rechazamos este camino de impunidad. No queremos sus traslados a otras comisarías bonaerenses. Queremos a los policías sentados en el banquillo de los acusados. ¡Juicio y castigo a todos los responsables por todos sus crímenes!

A pesar de todo esto y del alzamiento policial, Kicillof ratifica a Berni como ministro de Seguridad, abocado a su campaña personal bajo el discurso de mano dura, encubriendo a la policía por su participación en el crimen de Facundo y atacando a los organismos de derechos humanos.

Como siempre, para el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia defender los derechos democráticos es inseparable de defender los derechos sociales. Y los defendemos como se debe: con unidad de acción y con movilización en las calles. Y por eso seguimos exigiendo la investigación y castigo de la Policía Bonaerense, principal sospechosa de la segunda desaparición de Julio.

Compañeras y compañeros: Julio López sigue siendo un símbolo de esta Argentina que no se calla ni se deja intimidar, de las y los miles y miles, que en todo el país defendemos la memoria y rescatamos la lucha de las y los 30.000 compañeras y compañeros detenidos desaparecidos. Es un símbolo del pueblo que derrotó cada intento de impunidad de los genocidas y que sigue luchando por un país justo, libre y solidario, sin explotación ni opresión.

Por eso hoy, a 14 años sin Julio, volvemos a decir:

– El Estado y los gobiernos son responsables.
– Aparición con vida ya.
– Desmantelamiento del aparato represivo.
– Fuera Berni.
– Juicio y castigo a todos los genocidas.
– No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos.
– 30.000 compañeras y compañeros detenidos-desaparecidos, ¡presentes!

Buenos Aires, 18 de septiembre de 2020

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Pronunciamiento del Encuentro Militante Cachito Fukman: “¡¡14 años compañero López 14 años!!”

¡¡14 años compañero López 14 años!!

Fragmentos del testimonio de Jorge Julio López sobre su desaparición:

Veredicto al genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz:

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