Julio López
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OPERACION BAGDAD: SADAM, LA CIA Y LAS CLAVES MILITARES DEL ATAQUE
Por (IAR) Información Alternativa en Red - Sunday, Oct. 13, 2002 at 5:12 PM

La guerra que se aproxima

INFORMACION ALTERNATIVA EN RED
Director: Rodrigo Guevara - 13  de octubre de 2002 Año I  Nº 2

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Verdades y mentiras sobre el "Satán" de Bagdad

Sadam, la CIA  y las claves militares del ataque a Irak

 

Bomba "inteligente" GBU 31/20 (JDAM)  

 

Asia y Medio Oriente son cruciales para el destino de la Humanidad. 
Allí se concentra un polvorín:
las más grandes reservas del petróleo mundial, las más importantes fuerzas militares del mundo, el centro de las organizaciones fundamentalistas armadas, y el poderío nuclear más devastador del planeta, después de Estados Unidos. 
Irak puede ser la mecha que desate el infierno.


En este informe trazamos el verdadero perfil de Sadam, analizamos los hilos secretos de su permanencia en el poder, las operaciones de la CIA para demonizarlo y derrocarlo, su  relaciones comerciales clandestinas con los "aliados" de Bush, los fundamentos estratégicos de la invasión a Irak, y las claves militares del
ataque relámpago planeado por  EE.UU.


 

Los dos perfiles psicológicos de Sadam

 

(IAR) - ¿Porqué EE.UU. quiere terminar rápidamente con Sadam ¿Teme realmente que dentro de un año cuente con una bomba nuclear? ¿Cree realmente que el líder iraquí es un peligro para la estabilidad de la región? ¿Sería capaz Sadam de desencadenar un conflicto nuclear con Israel o alguno de sus enemigos árabes?

 

 ¿Qué hay de verdad y de mentira en la leyenda del "Satán" de Bagdad?

 

Hay un "perfil público" de Sadam, fabricado por la CIA, y destinado al consumo periodístico masivo; y hay un "perfil secreto" de Sadam, también construido por la CIA,  y cuyo contenido es de uso reservado sólo para los estrategas de la inteligencia estadounidense. 

 

La Agencia y el Mossad (servicio secreto israelí) han  elaborado un "perfil psicológico" de Sadam donde se lo describe como un maniaco-depresivo con cuadro clínico psicótico.  

Las "evidencias clínicas" elaboradas por los psicólogos de la CIA muestran una personalidad incoherente, con pensamientos y emociones diametralmente opuestos, con daños emocionales y afectivos, sin coordinación de sus actos, y ningún contacto con la realidad.

 

A esta "demonización psicoanalítica", se agrega frecuentemente -sobre todo en los documentos de la Casa Blanca y el Departamento de Estado- que en las  manos de este "enfermo" se encuentra el arsenal de armas químicas y biológicas más peligroso de la tierra.

 

Esta visión patética y fantasmagórica del hombre fuerte de Bagdad recorre el mundo gracias a los periodistas e intelectuales rentados de la CIA. Que obviamente "pasan por alto" dos detalles importantes:

1) que el arsenal químico-biológico (que ya utilizó contra sus enemigos internos) le fue entregado por EE.UU. e Israel, 

2) que Sadam se volvió "un dictador Satánico" y un  "maníaco-depresivo con cuadro clínico psicótico" el día que resolvió invadir Kuwait en 1990 y apoderarse de sus reservas de crudo.

 

Antes de eso, el estilo "occidentalizado" de Sadam le sirvió a la CIA  para presentarlo como una "alternativa civilizada" al "fundamentalismo terrorista" del régimen teocrático imperante en  Irán.

País que, casualmente, venía de expulsar a Estados Unidos de su territorio y de su petróleo.

 

Con el derrocamiento del sha Reza Pahlevi en 1979, EE.UU. perdió su más importante enclave estratégico en la región, y el petróleo iraní  quedó en las manos de la revolución islámica encabezada por el ayatolah Khomeini.

 

En 1980 las fuerzas iraquíes se lanzaron a la captura de Irán abastecidas de armas por EE.UU. y Europa, y contando con  la estructura de inteligencia de la CIA.

El conflicto, finalizado en 1988, causó más de un millón de bajas y un importante número de heridos.

Sadam y su ejército tuvieron que retirarse, y Estados Unidos no pudo retomar el control sobre el petróleo iraní.

 

En 1990 140.000 soldados iraquíes y 1.800 tanques se apoderaron de Kuwait.

 Esta vez el ejército de Sadam contaba con pertrechos bélicos y asistencia técnica militar provistos principalmente por Francia y la ex Unión Soviética.

Francia le había vendido armas por una cifra entre 15 y 17.000 millones de dólares.

 

Con la invasión a Kuwait  Sadam, ex "niño mimado" de EE.UU. y sus aliados europeos, fue borrado de la lista de empleados  de la CIA. 

Su legajo de "militar civilizado al servicio de su pueblo y de la libertad", fue substituido por un perfil público de "dictador satánico y represivo", acompañado de su correspondiente cuadro clínico de "loco peligroso" para la humanidad.

 

Para el ámbito interno de  la CIA y los analistas informados, Sadam es todo lo contrario a un loco.

Esa versión la Agencia la distribuye ,como tantas otras, para uso comercial  de la prensa desinformadora y cómplice, que la vende masivamente -y sin ningún análisis-  por todo  el mundo.

 

Para la CIA, como para el poder militar-capitalista que se vale de ella, el perfil   de un Sadam "loco", "desequilibrado", o "satanizado", forma parte de la construcción estratégica de un "enemigo público" que le sirve para justificar sus invasiones por todo el planeta. 

 

En los archivos secretos de la inteligencia norteamericana, en cambio, el perfil de Sadam está escrito con letras de respeto.

Para la inteligencia militar de EE.UU. el hombre fuerte de Irak es un enemigo "duro de roer".

 

Soportó dos guerras, negoció con Dios y con el Diablo, sobrevivió a numerosos atentados e intentos de derrocamiento planificados por la CIA, exterminó sin  piedad a sus enemigos  internos, y no dudó en ordenar la ejecución de los "traidores" de su entorno, incluidos sus propios familiares.

 

Para los expertos que lo combaten o lo analizan, el perfil político-militar de Hussein no encaja en lo  irracional.

Es un estratega que utiliza la sorpresa y la imprevisibilidad como sus mejores armas de combate.

Su supuesta paranoia, en relación a su alimentación y movilidad permanente de sus escondites, se fundamenta en medidas preventivas concretas.

 

Durante doce años la CIA intentó infiltrar su aparato de inteligencia para asesinarlo.

La supuesta inestabilidad emocional e incoherencia de Sadam -descriptas por los psicólogos de la CIA- no son otra cosa que instinto y estrategia de supervivencia para conservar la vida y el poder.

 

Sadam, en todo caso, es un político ambicioso y dictatorial que sólo cree en el poder de las armas.

Sin ninguna diferencia con los halcones capitalistas que quieren exterminarlo. 

 

Los riesgos calculados de la invasión militar

 

Hay pruebas irrefutables de que el presidente iraquí analiza los pros y los contras antes de iniciar una acción, y de que utiliza la más cruda lógica cuando se trata de determinar la mejor manera de lograr sus objetivos.

 

Son pocos los analistas informados que dudan de que Hussein se haya abstenido de utilizar WMD (sigla del armamento químico y biológico) contra Israel durante la Guerra del Golfo, por el temor a las  represalias nucleares del ejercito judío.

Lo que lo disuadió de utilizar esas armas (tanto contra Israel como contra Arabia Saudita) fue el temor a las represalias de Estados Unidos.

 

No obstante, y en las valoraciones que se hacen de sus fortalezas y debilidades, Sadam es muy afecto a correr riesgos, y cambia constantemente sus cálculos de probabilidades para favorecer el desenlace que más le convenga en ese momento.

A menudo -afirman los que estudian sus movimientos- basa sus cálculos en suposiciones que los extranjeros consideran descabelladas, y su comprensión del mundo más allá de sus fronteras, es muy limitada.

 

Siempre toma sus decisiones en soledad y confía poco en los consejos de los demás.  

Sus fuentes de información sobre asuntos ajenos a Irak son escasas, y duda de sus propios servicios de inteligencia.

 

Estas actitudes aislacionistas -dicen sus enemigos-  son el origen de muchos de los  errores de cálculo que Sadam cometió a lo largo de los años.

Dentro de esos "errores" -según las valoraciones de la CIA- se incluye la invasión a Kuwait en 1990, la decisión de combatir por conservar Kuwait en 1990-1991, y la decisión de amenazar nuevamente a Kuwait en 1994.

 

Dentro de este cuadro de personalidad, los expertos no tienen ninguna certeza sobre las decisiones que pueda tomar Hussein ante un ataque militar de EE.UU. con el objetivo de ocupar Irak.

De acuerdo a sus antecedentes en el campo militar, es imposible predecir con exactitud qué clase de respuesta, previa o posterior, adoptaría para neutralizar la acción demoledora de la maquinaria bélica norteamericana.

 

 Conociendo su disposición estratégica a la sorpresa y al riesgo calculado, los analistas de Washington estiman que Sadam ya cuenta con sus propios planes en el terreno de la acción directa o  de la disuasión.

 

Ante la confirmación del plan de ataque de EE.UU., y en  el terreno de la acción directa, Sadam podría intentar una nueva invasión a Kuwait, iniciar ataques contra las instalaciones petroleras de Arabia Saudita, o comenzar a destruir alguno de sus propios pozos de petróleo en Irak.

 

En el terreno de la disuasión, el jefe iraquí  podría plantear el desafío de un ataque masivo con armamento químico y biológico contra Arabia Saudita o el propio Estado de Israel.

 

Cualquiera de estas posibilidades, dadas en el terreno de la acción o la disuasión, conmocionaría la opinión pública norteamericana, desestabilizaría el campo aliado de Estados Unidos, promovería conflictos de imprevisibles consecuencias en el mundo árabe, abriría las posibilidades de una guerra generalizada o una escalada nuclear en la región, y produciría una reacción internacional en cadena  a favor de la paz y en contra de la guerra..

 

Los halcones del Pentágono y los planificadores militares no desconocen estos riesgos potenciales.

Ni la capacidad estratégica de Sadam para ejecutar maniobras imprevisibles.

 

El fracaso del plan de  aislamiento de Irak

 

Tras la derrota iraquí en la Guerra del Golfo, el gobierno de Bush padre decidió no ingresar a Bagdad.

Las razones: las fuerzas de elite de Sadam todavía estaban en condiciones de infligirle importantes bajas a las tropas terrestres de Estados Unidos.

 

La inteligencia militar había evaluado que una prolongación de la guerra podría licuar parte del triunfo militar, y nuevas muertes de soldados norteamericanos podrían  predisponer en contra a la sociedad estadounidense.

 

La administración imperial de Washington decidió aplicar una estrategia de contención y aislamiento de Sadam y su régimen.

 El objetivo central del plan apuntaba a  impedir que Irak reconstruyera su poderío bélico (especialmente sus arsenales químicos y biológicos) mediante un cerco económico y militar. 

 

Con la complicidad de la ONU y de sus aliados europeos, puso en marcha una combinación de  restricciones, militares y diplomáticas destinadas a impedir que Hussein reconstruyera su poder y su influencia sobre el mundo árabe. 

 

Simultáneamente la CIA ponía en marcha operaciones combinadas en territorio iraquí. Por un lado entrenaba militarmente y financiaba a la oposición kurda del norte, y por el otro, planificaba y ejecutaba complots para derrocar o asesinar a Sadam.

 

Los bombardeos sistemáticos de Gran Bretaña y EE.UU. sobre las áreas del norte y el sur, cumplían  funciones disuasorias y de debilitamiento del poder interno de Sadam con el objetivo de promover un golpe de Estado palaciego en su contra.

Clinton, y los primeros tramos de la administración de Bush hijo, siguieron con esta estrategia.

 

Las estadísticas y los hechos demostraron a la inteligencia norteamericana el fracaso del plan de aislamiento y contención.

La única víctima resultó ser el  pueblo iraquí.

Estimaciones de la ONU indican que un millón  de personas murieron por los efectos colaterales de la guerra, y a causa del hambre y las enfermedades producidas por las sanciones económicas. 

 

Con Sadam y su régimen se produjo el efecto inverso.

El hombre fuerte de Bagdad renació de sus cenizas como el Ave Fénix.

Reconstruyó su poder interno y su aparato militar, terminó a sangre y fuego con los complots organizados por la CIA, exterminó a la oposición militar de los kurdos, y continuó  con sus programas de desarrollo de armas químicas, biológicas y nucleares.

 

 Para los estrategas de la Casa Blanca y el Departamento de Estado este renacer del hombre fuerte de Irak obedeció a causas objetivas.

 Las estimaciones se concentraron en tres razones principales:

1) el mantenimiento de relaciones comerciales clandestinas con  Europa, China y Rusia, en abierta violación del bloqueo económico y militar, 

2) el contrabando de petróleo iraquí  y la  venta de armas  que fluye clandestinamente  por Jordania, Siria, Turquía y los estados del Golfo Pérsico, en proporciones que duplican con creces las de 1998, 

3)  la capacidad de Irak  -como consecuencia de este comercio clandestino-  de adquirir materiales para sus programas armamentísticos estratégicos y convencionales. Que incluye la reposición  de repuestos para sus tanques y aviones, y equipamiento para su  sistema logístico e instalaciones militares. 

 

El bloque capitalista europeo, tanto como los chinos y los rusos, transgreden cada vez más las restricciones decretadas por la ONU, y la venta clandestina de tecnología y armas a Irak puso en alerta rojo al Estado imperial de EE.UU. 

 

Si bien Sadam niega enfáticamente todas las acusaciones, lo cierto (y más allá de las intenciones imperialistas de EE.UU.) es que las pruebas de la existencia del contrabando de petróleo y de armas son irrefutables. 

 

El presidente de Irak no es un "demonio" (como lo describen los manuales de la CIA) pero  tampoco es un "angel".

Es un dictador ambicioso que aprovechó todo este tiempo para reconstruir su poder y recobrar su influencia sobre el mundo árabe, mediante el comercio clandestino con los "aliados" de Bush.

 

Más de una docena de naciones ha establecido vuelos comerciales con Irak, haciendo caso omiso de la prohibición de viajes aéreos hacia y desde ese país.

La CIA sorprendió a  los chinos construyendo una red de comunicaciones de fibra óptica de alcance nacional para el gobierno de Sadam. 

Los nodos principales del sistema habían sido destruidos por los bombardeos ingleses y estadounidenses. 

 

Las corporaciones chinas, rusas y europeas, avanzan hacia la concreción de sus convenios petroleros con Irak, paralizados por las sanciones y el bloqueo económico. 

Detrás de los acuerdos "humanitarios" de cambio de petróleo por comida, se monta una operación capitalista que no beneficia al hambreado pueblo iraquí, sino al régimen dictatorial de Bagdad.

 

 Los "aliados" árabes, europeos, y asiáticos de Bush, lo "puentean" comercialmente, a expensas de la pérdida de negocios de las trasnacionales estadounidenses  y del deterioro de la influencia militar del Estado imperial en la región.

 

Las posiciones "críticas" o renuentes al plan de ataque a Bagdad por parte de  Francia, Rusia, China y algunos países árabes en la ONU, no se debe a una cuestión solidaria con el pueblo iraquí.

 

Se trata de una defensa corporativa de sus negocios con Sadam, que seguramente se reducirán si el Estado imperial, las trasnacionales y los bancos de Wall Street  logran instalar un régimen pronorteamericano en Bagdad.

 

En ese marco de apreciación estratégica (y no en la "locura mesiánica" de Bush y sus halcones) fue concebida y planificada la invasión militar a Irak.

 

Los fundamentos estratégicos del ataque relámpago

 

El derrumbe de la estrategia de aislamiento y contención (en beneficio de Sadam y de sus competidores europeos) puso a la potencia locomotora-imperial en un callejón sin salida.

El éxito de la carnicería militar contra Afganistán, motivó a los halcones a emprender una segunda fase operativa  con escala en Bagdad.

 

Se hace imprescindible -dicen los que interpretan al gabinete de Bush- invadir Irak para instalar un régimen dócil a los intereses económicos, geopolíticos y militares de EE.UU. en la región, y a la vez darles una lección de fuerza a sus "aliados"(árabes y europeos) metidos en un doble juego con el gobierno de Sadam Hussein. 

 

Los halcones y sus estrategas esgrimen  una premisa de hierro: un Hussein con armas nucleares representa  un peligro en ciernes para  la supremacía  militar de Estados Unidos en el Golfo Pérsico.

 

 El contrabando y el comercio clandestino le permitió a Irak la obtención de material para  continuar su desarrollo de armas nucleares, a la vez que le posibilitó incrementar su arsenal químico y biológico y la construcción de misiles de medio alcance.

Y es preciso atacar ahora - afirman -, antes que sus programas de armamentos alcancen el potencial nuclear.

 

En ese principio se alimenta la lógica estratégica de la invasión. Sus planificadores "satanizan" a Sadam, y pasan por alto los objetivos económicos que subyacen detrás de la conquista militar de Irak. 

Aparte del negocio del petróleo y del presupuesto militar, se estima que la "reconstrucción" del país tras la destrucción militar, podría requerir entre 300 y 400.000 millones de dólares de inversión. 

 

Sin embargo -dicen los expertos de Washington- el optimismo exagerado de los halcones políticos puede llevarlos a un error de cálculo en el terreno de las operaciones bélicas.

 

 El valor estratégico-militar de Irak no puede ser comparado con el de Afganistán. 

El Talibán contaba  con unos 45.000 combatientes, mientras las fuerzas armadas de Irak suman 400.000 (un cuarto de ellos en los cuerpos de elite de la Guardia Republicana y la Guardia Republicana Especial), además de las fuerzas paramilitares que suman unos cientos de miles más.

 

  EE.UU. y sus aliados realizaron  110.000 vuelos de ataque contra Irak durante la operación Tormenta del Desierto, en comparación con los 6500 que efectuaron para tomar Kandahar y doblegar al Talibán.

Durante las incursiones áreas de la Guerra del Golfo se arrojaron el doble de misiles y bombas que en Afganistán, y se destruyeron alrededor de 1500 vehículos blindados iraquíes.

 

Si bien el aparato militar de Irak quedó sensiblemente dañado, Sadam conservó el poderío de sus fuerzas de elite y parte de sus arsenales estratégicos concentrados en Bagdad.

 

Se sabe que hoy Irak puede haber duplicado, o hasta triplicado  su producción de misiles de mediano alcance (hasta 1000 km) , aumentado quizás en la misma proporción sus arsenales químicos y biológicos, y perfeccionado con tecnología de última generación sus centros de inteligencia y comunicaciones.

 En la misma proporción -sostienen los informes militares- puede estimarse la renovación de los blindados, aviones de combate y bases militares de Sadam.

 

  El dinero del petróleo contrabandeado (que no se utilizó para paliar el hambre y la salud del pueblo iraquí) fue invertido en la reconstrucción de la maquinaria bélica del régimen de Sadam Hussein.

 

El Apocalipsis sobre Bagdad

 

Sin embargo, desde la Guerra del Golfo el aparato militar  de EE.UU. también ha incrementado su capacidad destructiva en grados superlativos.

Sus efectos letales quedaron  demostrados claramente en Yugoslavia y en Afganistán.

 

Su poderío ofensivo se sustenta en los ataques aéreos con misiles y bombas "inteligentes" guiados por rayo láser, a un costo que puede llegar hasta el medio millón de dólares por unidad.

 

La precisión "quirúrgica" de los misiles de crucero y de  las bombas "inteligentes",serán claves para la destrucción de los búnkeres y arsenales subterráneos, así como de las bases e instalaciones militares, antes de que las tropas aerotransportadas y las unidades blindadas terrestres avancen sobre Bagdad.

 

En cuanto al desarrollo del plan de operaciones, los expertos militares estiman que, antes de la invasión terrestre, el cielo de Irak quedará tapado por los proyectiles de precisión. 

Se cree que al menos tres portaaviones, con su correspondiente flota de buques y submarinos lanzamisiles, darán cobertura y complemento al ataque de los bombarderos y aviones de combate.

 

Los cientos de miles de  bombas y misiles de crucero tendrán -según los especialistas- cuatro objetivos principales de destrucción:

1) las  bases de lanzamiento de  misiles y los arsenales  del armamento químico y biológico,

2) los centros de mando y de comunicaciones del ejército iraquí, y los posibles refugios subterráneos de Sadam, 

3) las bases aéreas y los comandos de blindados, 

4) los cuarteles y búnkeres de las fuerzas de elite de la Guardia Republicana. 

 

Esta acción sería complementada simultáneamente con la toma de los yacimientos y pozos petrolíferos iraquíes por parte de comandos especiales de las fuerzas aerotransportadas británicas y estadounidenses.

La invasión terrestre (lanzada desde tres puntos simultáneos) sería concretada al menos por tres divisiones de infantería y blindados, que avanzarían desde el norte, el oeste y el sur hacia la toma de Bagdad.

 

Los halcones del Pentágono -estiman los expertos-  cifrarán todo el éxito de la operación a un ataque relámpago en masa -en niveles y grados de intensidad nunca vistos- de sus bombarderos y aviones de combate repletos de proyectiles de precisión. 

Toda su capacidad destructiva se orientará, en los primeros tramos del ataque, a una acción de demolición de los centros estratégicos del poderío militar iraquí, para evitar que Sadam accione contra sus países vecinos o Israel.

 

Una falla de cálculo -afirman los expertos- podría derivar en una prolongación del conflicto, con consecuencias imprevisibles en la región o en el interior del mundo musulmán.

 

En ese caso, podrían desatarse conflictos simultáneos en todo el mundo árabe promovidos por  Bin Laden y las organizaciones fundamentalistas islámicas. 

 

Se correría el riesgo de golpes de Estado contra los gobiernos aliados de EE.UU. en la región, con represiones sangrientas y miles de muertos y heridos.


La intervención o la respuesta de Israel a un ataque con armamentos de destrucción masiva, podría detonar una guerra generalizada en la región.

 

Una reacción ofensiva o defensiva de Irán con armas estratégicas, (país que quedaría rodeado por el aparato militar de EE.UU.), podría generar una respuesta nuclear tanto de Israel,  como de Gran Bretaña o de Estados Unidos. 

 

Como sostienen algunos estudiosos del tema, la posibilidad de una "madre de todas las guerras" en Asia y Medio Oriente no es una profecía bíblica sino una potencialidad fáctica.

 

En esa región se concentran los cuatro componentes claves para el destino de la humanidad:

 las más importantes reservas de petróleo, el mayor arsenal militar del planeta, las organizaciones fundamentalistas  armadas, y el poderío nuclear más importante de la tierra, después de los EE.UU. 

 

Un error de cálculo, un paso en falso de la aventura militarista norteamericana en Irak, podría desequilibrar las piezas del tablero y desatar el Apocalipsis bíblico convertido en hongo nuclear.

 Nadie podrá negar esa posibilidad cuando las bombas empiecen a caer sobre Bagdad.

 


 

Los "demonios" y las operaciones de la CIA

 


Durante la Guerra Fría, los "malos" se situaban detrás de la "cortina de hierro". La URSS y los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo, representaban el "eje del mal".

Los golpes de Estado y las invasiones se hacían invocando una cruzada contra el "comunismo ateo" o contra "la subversión apátrida". 

El sistema capitalista y sus "cruzados" militares de turno mataron, torturaron, reprimieron o hicieron desaparecer a millones de personas invocando estos axiomas convertidos en religión imperial.

 

Hoy, con la desaparición de la URSS, y con  EE.UU. como potencia regente unipolar, la figura aglutinante del "enemigo de la humanidad" se sitúa en  gobernantes o personajes "rebeldes" a los intereses estratégicos de Washington y sus aliados. 

La lógica de conquista  militar-capitalista , como siempre, "demoniza"  o "psicologiza" (asignándoles un rótulo de "desequilibrado") a quienes resisten a sus planes de poder expansivo, o tratan de construir un poder autónomo, como es el caso de Sadam y el resto de los involucrados en la doctrina del  "eje del mal".



(IAR) - The Washington Post -un calificado vocero periodístico del Pentágono y de los halcones de la Casa Blanca- fue el primero en informar la semana pasada sobre un "golpe de Estado" en marcha para derrocar a Sadam Hussein  antes de la invasión militar a Irak.

 

Citando fuentes del gobierno y de la inteligencia militar, el diario informó  que destacados miembros del régimen iraquí, enfrentados al peligro de un ataque militar estadounidense inminente y abrumador, tendrán que elegir entre ser sucesores de Sadam, el riesgo de morir o ser encarcelados. "Alguien emprenderá la acción", le habría dicho al diario un alto miembro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). 

 

Simultáneamente apareció Bin Laden por la cadena Al Jazira, con su clásico turbante, y una voz no muy audible, anunciando un "nuevo ataque contra los intereses de Estados Unidos en el mundo". El martes pasado, El "número dos" de la red terrorista internacional Al Qaeda, Ayman Al Zawahri, advirtió  que van a continuar los ataques contra objetivos económicos estadounidenses y recordó a Alemania y Francia que ya les han "enviado varios mensajes".

 

En un video divulgado por la cadena de televisión a través del satélite qatarí Al Yazira, el lugarteniente de Osama Bin Laden subrayó las amenazas a los gobiernos de Berlín y París, en una aparente alusión al supuesto ataque terrorista que hace días sufrió en Yemen un petrolero de bandera francesa.

 

¿Porqué ahora, junto a los "anuncios" de la CIA sobre  un golpe de Estado en marcha contra Sadam, aparecen las clásicas amenazas de Al Qaeda contra EE.UU. y sus aliados  en la prensa internacional? 

 

Para los expertos en inteligencia la reaparición  de Bin Laden y Al Qaeda en un contexto previo de invasión militar, no es ninguna novedad.

Sobre todo teniendo en cuenta que Bush y sus halcones precisaban conseguir el aval del Senado y de la opinión pública norteamericana al ataque, en un marco de elecciones parlamentarias a fin de año.

 

Y a la vez, en la necesidad de llevar a buen puerto las acciones de Colin Powell y de los "moderados" orientadas a gestar una coalición internacional contra el "Satán de Bagdad" en el Consejo de Seguridad de la ONU.

 

Repiten, casi como en un manual, las teorías de la "conspiración terrorista internacional", la misma con la que justificaron la invasión a Afganistán tras los acontecimientos del 11-S en Nueva York.

 

En una segunda fase de conquista, cuyo objetivo es Irak, recrean un nuevo ámbito de psicosis terrorista orientada a legitimar los nuevos bombardeos destinados a colonizar el petróleo iraquí y a desarrollar un nuevo polo de expansión capitalista de la mano de los inversionistas de Wall Street.  

 

Una vez más -dicen los analistas informados-  la Agencia y sus redes mediáticas comenzaron a operar en "objetivos de acción psicológica previos" a los ataques militares de EE.UU. a países situados dentro del "eje del mal".

 

Tras la destrucción de las Torres Gemelas, la CIA y el Departamento de Estado hicieron un aprovechamiento inverso de las campañas de terror psicológico sembradas por Bin Laden y Al-Qaeda desde la televisión árabe.

 

El resultante fue la invasión a Afganistán, primera etapa de la nueva estrategia expansiva  del capitalismo estadounidense nacida tras las explosiones de las Gemelas.

 

En este contexto, y al calor de una nueva cruzada del fundamentalismo capitalista-civilizado contra el fundamentalismo islámico-barbarizado, EE.UU., los halcones del Complejo militar-industrial concretaron  la invasión y conquista de Afganistán. Primer escalón, en su objetivo de atacar y ocupar Irak para controlar militarmente el petróleo del Golfo Pérsico.

 

La total ausencia de ataque terroristas importantes luego del 11 de septiembre ( en Estados Unidos o Europa) dejó en evidencia que estas campañas de psicosis social están activadas con fines extorsivos y de búsqueda de consenso interno y externo previos a una invasión.

 

 Hoy el condimento nuevo de esta telenovela de terror es la inclusión de Sadam en carácter de actor protagónico. El "demonio de Bagdad" se complementa a las maravillas con el "demonio saudí". Y hay, como siempre, serias sospechas de las "vidas paralelas" de la CIA y Al Qaeda.

 

No resulta extraño para los expertos que el lanzamiento "oficial" de la teoría del golpe de Estado contra Sadam se hiciera desde las páginas del Washington Post, y la "reaparición" de Bin Laden  desde las agencias internacionales que trabajan para las campañas de la  CIA.

La prensa internacional -cómplice de estas maniobras como siempre- difunde estas noticias "sin comentarios". 

A medida que se apresuren los tiempos de la invasión -estiman los informados en estas cuestiones- la escalada de estas campañas de amedrentación pública irá en aumento. 

 

No sorprende que el lunes se haya hecho pública -vía CNN- una carta del jefe de la CIA, George Tenet, al presidente de la Comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, Bob Graham.

 
En su carta Tenet dijo que la CIA tiene "informes creíbles" de que líderes de la red terrorista al Qaeda buscaron establecer contactos en Iraq para ayudar a la organización a obtener armas de destrucción masiva y que el gobierno iraquí entrenó a militantes de al Qaeda "en venenos y gases y la fabricación de bombas convencionales".

 

La CIA, incansable y laboriosa, ya logró juntar a los "dos demonios" bajo la lente de su próximo objetivo de invasión.

 

Sus redes mediáticas internacionales nuevamente están sembrando el pánico al terrorismo entre la opinión pública desprevenida. 

La que ni siquiera imagina las tramas conspirativas y manipuladoras que se esconden detrás de la "información objetiva" salida de las usinas periodísticas del imperio.


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COBERTURA ESPECIAL:
Operación Bagdad

 

Las claves económicas de la invasión a Irak


El plan de ataque y la doctrina de supremacía militar


La nueva cruzada contra el "eje del mal"


Nuestro perfíl editorial


 

 

TITULOS DEL INFORME 

 
 

Los dos perfiles psicológicos de Sadam


Los riesgos calculados de la invasión militar


El fracaso del plan de aislamiento de Irak


Los fundamentos estratégicos del ataque relámpago


El Apocalipsis sobre Bagdad


Los "demonios" y las operaciones de la CIA


 
   
     
     
 

MEDIOS ALTERNATIVOS

 
 

(Rebelión) - Preparando la invasión a Irak

(La Insignia) - El genocidio silencioso del pueblo iraquí

(Rebelión) - Un análisis de Petras sobre la doctrina militar de Bush 

(ZNet en Español) - Entrevista a Chomsky sobre la guerra de Irak

(la haine) - Bush y un nuevo genocidio de los halcones

(Argenpress) - La guerra de Bush puede abrir una crisis mundial

(La Jornada) - ¿Cómo piensa EE.UU. gobernar a Irak? 

 

 
     
 

EL CONFLICTO DE IRAK EN LA PRENSA

 
 

Aviones británicos y de EE.UU. siguen sus ataques de rutina en el norte y el sur de Irak

La Casa Blanca prepara un plan de ocupación

EE.UU. refuerza el cerco contra Hussein

Rusia afirma que el Consejo de Seguridad dará consenso a la invasión

Carter dice que no le declararía la guerra Irak

Bush apuesta su futuro electoral a la guerra

La ONU quiere debatir en público sobre Irak

El Pentágono vacuna a los soldados contra Sadam

La OTAN contra el "eje del mal"

Los kurdos se unen contra Sadam en el norte de Irak

Los rusos no quieren el "ultimátum" a Irak

La invasión aprobada a medias en el Congreso 

El uso electoralista de la guerra

Perfil psicológico de Sadam

Israel preparado para la guerra

El gobierno inglés dice que Irak entrenó a Al Qaeda

Bush es un pastor evangelista

Blair también se prepara para la invasión

Líderes árabes presionan a Sadam

Bush apura a la ONU

Continúan los bombardeos a Irak

EE:UU: podría atacar desde Arabia Saudita

Radiografía del régimen iraquí

 
 
 
     

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Exactamente en las antípodas del periodismo comercial, que atomiza las conciencias con el bombardeo “informativo” destinado a desviar la comprensión de los procesos capitalista-dominantes.

 

Nuestro desarrollo editorial:

está particularmente orientado a mostrar la “verdadera cara” de la información  manipulada y ocultada tendenciosamente por los  medios masivos del sistema capitalista.

 

Nuestro objetivo está dirigido a desarmar la trama alienante de desinformación mediática construída en beneficio del poder económico y de las estructuras  políticas que sirven a sus intereses. 

 

Nuestra estrategia informativa:

se orienta principalmente a mostrar los contextos, las contradicciones y los intereses económicos y políticos que subyacen detrás de la información construída con objetivos comerciales y de control social.

 

El periodismo del sistema manipula y fragmenta las noticias con la finalidad explicita de ocultar  al poder dominante que las fabrica.

 

Nosotros aplicaremos herramientas de contrainteligencia periodística (basadas en el procesamiento estratégico de la información) para enmarcarlas dentro de los verdaderos intereses de poder que representan.  

 

Nuestra cobertura:

comprenderá ediciones semanales con actualizaciones periódicas según se desarrolle  la coyuntura de la información periodística. Contaremos con desarrollos informativos propios, y también con noticias y análisis provenientes de otros medios alternativos.

           La dirección

 

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