Julio López
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Venezuela: entrevista con Alfredo Vallota
Por periodico el libertario - Monday, May. 19, 2003 at 9:57 PM

Alfredo Vallota, profesor de filosofía, articulista incansable y autor del libro “Bitácora de la utopía: Anarquismo para el siglo XXI”, conversa con El Libertario acerca de cómo un anarquista radicado en Venezuela percibe la situación que ocurre en el país.

Entrevista con Alfredo Vallota
“Suponer que el poder se va a disolver a sí mismo es un absurdo”

El Libertario

Alfredo Vallota, profesor de filosofía, articulista incansable y autor del libro “Bitácora de la utopía: Anarquismo para el siglo XXI”, conversa con El Libertario acerca de cómo un anarquista radicado en Venezuela percibe la situación que ocurre en el país.

- Para comenzar ubiquémonos en la coyuntura del 4 de Febrero de 1992. Hay algunos que han planteado una crisis del modelo de gobernabilidad que daría legitimidad al golpe de Estado. Hay otros quienes abogan por afirmar que es una muestra de los cuarenta años de vida política, por lo que más que una crisis es una muestra de los vicios de un período sociopolítico del país. Bajo una perspectiva libertaria ¿cuál es la lectura dada del golpe de Estado de 1992?
- No hay nada que legitime un golpe de estado. El golpe de Estado es una mala conclusión de errores de 40 años en el sentido que representó la solución a una crisis que se venía gestando, una solución que significó un salto atrás. Hay un modelo político instaurado en el año 1958 que tiene en forma inicial un desarrollo positivo dentro del modelo, y luego, 20 años de decadencia lo cual exigía una renovación del proyecto. Creo que también de manera inconsulta y posiblemente por presiones del exterior Carlos Andrés Pérez intentó modificar ese proyecto, pero el resto de las fuerzas políticas le quitó apoyo. Esta coyuntura fue aprovechada por un grupo de militares para dar un golpe. A partir de eso se creó un vacío y aparecieron audaces que ocuparon la palestra: si recordamos el día del golpe nadie de los viejos actores políticos apareció en la televisión, igual que el 27 de febrero, lo cual demostraba que no tenían ningún mensaje para la nueva situación. Chávez fue creado en ese momento por un conjunto de factores que en ese momento se juntaron en él: por los medios y por Miquelena, que aportó dinero e intereses y se convirtió en una figura que podía encabezar una alternativa política. Entonces, el 4 de Febrero no fue el inicio de una renovación política, fue el punto final de un proceso que nos llevó a un retroceso en nuestra vida.

- ¿Por qué un retroceso?. Hay gente que lo plantea como una transición hacia otra cosa...
- Claro, pero las transiciones pueden ser para atrás. En ese momento la dirigencia política se había desconectado de los intereses de la base. Las estructuras de poder se habían transformado en una oligarquía que no veía sino sus intereses inmediatos. Se habían perdido las perspectivas de intereses de toda la sociedad. Por eso la estructura política se había quebrado, cosa que no sucedió en los primeros años del proyecto de 1958. Reemplazar una oligarquía por otra que asumió el golpe, una oligarquía militarista, es una transición pero hacia atrás. No representa ningún mecanismo para resolver los problemas de base, la desconexión de la oligarquía dirigente económica y política de los intereses de la población venezolana. Por eso considero que es un salto atrás políticamente hablando. La misma estructura política debía haber gestionado una conexión con la población a través, incluso, de los mismos partidos políticos. Pero no lo hizo y un grupo de militares tuvo recursos para hacerlo.

- ¿Es posible encontrar paralelismos de los ocurrido ese 4 de febrero con otros momentos históricos de otras latitudes o es parte de un evento singular producido en Venezuela?
- Tiene particularidades propias. Si uno se refiere a los golpes militares que sucedieron en Chile o en Argentina estos tenían una carga ideológica y el golpe de Chávez no tiene ninguna. El golpe de Chávez tiene un discurso ideológico, es simplemente un golpe para acceder al poder aprovechando una circunstancia pero no tiene una estructura ideológica. Lleva casi 5 años en el poder y ¿alguien me pudiera decir cuales son los 5 puntos fundamentales de la revolución bolivariana?. No los hay.

- ¿Y los ejes originarios que mencionaban al inicio de su campaña electoral como Simón Rodríguez o Ezequiel Zamora?
- Desde el punto de partida ese movimiento no tiene ideología: tiene un discurso oportunista. Está mezclado con ciertas necesidades, ciertas frases que son políticamente correctas, gustos de Chávez por ciertas revoluciones nutrido, en alguna medida, por un conjunto de izquierdistas afanosos de llegar al poder que brindaron una cierta coherencia discursiva. Por eso es el cierto tono pluralista que tiene el discurso, pero no pasa de allí.

- Algunos analistas recurren a los ejemplos históricos del fascismo y del peronismo para asociarlo con Chávez. ¿Existen vínculos?
- Hay vínculos. Con el peronismo se encuentra la misma connotación de Chávez. Es decir, nunca tuvo una ideología, la fuerza se apoyó en no tener definición ideológica. En el peronismo había la izquierda revolucionaria, la derecha unificada, los industriales del capital nacional, los capitales de la importación exportación, las Fuerzas Armadas, había guerrilla del peronismo, de izquierda. En el peronismo cabía todo. Era un nombre y una persona. La prueba está en que peronista fue Menen, que fue y es la cumbre de la venta neoliberal. López Rea que fundó el equivalente a los círculos bolivarianos que fue la Triple A también fue peronista. Isabel lo fue. En ese sentido, el chavismo es parecido al peronismo. Con el fascismo se pueden identificar ciertas políticas, solo que tiene una fuerza ideológica más definida que la que posee Chávez. Pero sí se identifican en el modo de ejercer el poder. El fascismo es un movimiento elitesco, oligárquico de autonombrados poseedores del poder, que lo ejercen sin ningún tipo de miramientos con la oposición. Además el fascismo tiene una carga ideológica, conductas comunes con movimientos autoritarios. Sólo que los movimientos autoritarios de esta época no tienen ninguna ideología. Puedes encontrar conductas fascistas en Fidel Castro, en Sadam Hussein, en Bush y en Chávez. Es lo que sucede con esas palabras : están cargadas emotivamente.

- La crisis actual en sus múltiples dimensiones ¿Es continuidad de la crisis de los 90’s, parto de una nueva situación, es otra cosa?
- Hay factores nuevos. En esta crisis se pueden establecer tres etapas. El modelo puntofijista fue un modelo donde se planteó una pacificación interna mediante un esquema de un Estado distributivo, entonces el Estado se organizó como la fuente principal de riqueza en Venezuela. Al no existir alternativas de riqueza para ese momento el Estado decidió hacerse distributivo, transfiriendo recursos a Fedecámaras, a los trabajadores, partidos políticos, salud y educación. Ese Estado tuvo una crisis propia de las políticas del petróleo. Entonces quedó como uno para distribuir miseria. En el segundo momento Carlos Andrés Pérez se dio cuenta de la caída del modelo distributivo con tinte social demócrata, planteando una revolución radical para entrar en el neoliberalismo. Cambiar radicalmente el modelo, el “gran viraje”, apoyado en un modelo de desarrollo de la industria petrolera. La población no lo aceptó y surge este nuevo régimen que no pretende imponer el neoliberalismo ni tampoco volver a la socialdemocracia. Es mucho menos ambicioso. Es un modelo que comparo con el modelo cubano. Un dueño de finca, el absoluto dominio de todos los factores por un grupo minúsculo que negociará todo con el exterior. Esa es la gran revolución de Chávez. Para eso es necesario destruir todo el andamiaje, la estructura holística, económica y social producto de estos 40 años que es la etapa en la que se encuentra. Eso está escrito por Ceresole: un líder, fuerza militar y masa.

- ¿Entonces el intermediario entre la masa y el líder es la fuerza militar?
- No, la Fuerza militar es quien controla. El papel de la Fuerza es apolítica. Sucede en este momento que Chávez no tiene un grupo de gente que ocupe esos espacios. Después de 50 años de democracia todo individuo capaz es un potencial enemigo de este modelo. Entonces no puede apelar a ninguna de la inteligencia venezolana hasta tanto no logre una con una nueva mentalidad. Basta ver las figuras que adornan el gobierno chavista comparadas con las figuras de los gobiernos liberales: la diferencia es enorme. Prueba de esta ausencia de inteligencia es que uno mira la trayectoria actual de los ministerios, de las instituciones. PDVSA en cuatro años ha tenido 6 juntas directivas. Quiere decir que ninguna de esas personas cumple una función creativa o constructora de algo. Lo que hay es un proceso de destrucción. He dicho que para que en Cuba haya un mar de la felicidad nosotros tenemos que ser Haití primero. Y en eso estamos, en el proceso de destrucción de toda la estructura anterior sin que exista un modelo que lo esté reemplazando.

- ¿Bakunin, el teórico anarquista, no hablaba también de la necesidad de la destrucción?
- Cuando el anarquismo propone que hay que destruir algo lo primero que pone es lo que quiere construir en su lugar. Normalmente si la gente no está de acuerdo con lo que se quiere hacer, la destrucción no pasa de ser un anuncio.

- Las Fuerzas Armadas es una institución que fue educada en la lucha contra la insurgencia . ¿Por qué ahora gran parte de su oficialidad acepta hablar de que son parte de un proceso revolucionario? ¿No es contradictorio con su estructura jerárquica?
- La institución venezolana tiene cosas propias. Una de ellas es que no es ideológica. El Ejército venezolano en el trayecto de la democracia quedó apartado de la vida política. Estados Unidos modificó su política con respecto a América latina. Después de Vietnam decidió que no iba a intervenir y le asignó a los ejércitos la función de control interno. Al no ser ideológica es un trabajo. Por otro lado Venezuela venía de una trayectoria de mucha injerencia en la vida política la manera de que esos trabajadores que tienen tanques, revólveres se mantuvieran ausentes de la lucha ideológica fue darles dinero. Chávez mantiene las Fuerzas bajo su control a punta del Plan Bolívar 2000, en prebendas. No nos olvidemos que los generales que lo tumbaron el 11 de Abril habían sido beneficiarios del Plan Bolívar, el legalismo es mientras tenga dinero en el bolsillo. Y segundo hay que ver que Estados Unidos ha vuelto a intervenir directamente: Kosovo, Plan Colombia. De manera que abandona aquella responsabilidad que le dio a los ejércitos de ser su representante, ahora interviene directamente. La situación cambia y la importancia de los militares se modifica. Ya no son los responsables de responder a los Estados Unidos ante nada, son prácticamente una fuerza mercenaria que responde a los intereses del que mejor paga y punto hasta que se tengan que enfrentar con algo serio.

- ¿Cómo podemos entender lo que paso el 11 de Abril? ¿hubo un componente que reaccionó ante ese modelo?¿un coletazo de las políticas de 40 años?
- 11 de Abril lo que hizo el ejército fue no intervenir. No participó directamente en nada. El movimiento del 11 fue un movimiento de la gente que hizo que algunos militares tuvieran miedo de una multitud como aquella golpeando las puertas de Miraflores. Cuando se ordena la represión, un grupo de militares dijo: “no lo hago”. Cuando no lo hace se produjo la posibilidad que ingresara el otro grupo, que cuando se definió quién era, los militares dijeron “a ustedes no los vamos a apoyar”. Y en ese caso volvió Chávez que no lo trajo el pueblo, había una manifestación de personas fuera de Miraflores y él estaba en una isla. Quienes lo traen son los militares. No hubo ni siquiera un disparo.

- ¿Piensas que aquel golpe de estado es más una consigna que una realidad?
- El gobierno se mantiene de anuncios de golpes, magnicidios, asaltos. Basta pasar delante de la avenida Urdaneta para darse cuenta que ni Sadam Hussein vive allí, una protección como si estuviéramos en guerra. No hay que olvidar que Chavez es un hombre de medios, producido por los medios, vive en una permanente campaña mediática. Lo de él es todo un anuncio mediático. Todo un montaje, una escenografía para la televisión. El problema es que no necesariamente tiene mucha audiencia. Pero es un montaje televisivo. Porque los resultados reales no existen.

LAS REVOLUCIONES DE TRANVIA
- Coloquemos la lupa en el bando de la oposición ¿Ves elementos novedosos?. ¿Movimiento sociopolítico o recomposición de la vieja dirigencia tratando de restituirse en el poder?.
- La cosa positiva que veo es que la gente ha participado. La gente participa en ambos lados. Todo el mundo se ha visto obligado a tomar parte. No de la mejor manera posible, porque lo ha hecho tomando parte en un falso enfrentamiento cuando mucho más sutil hubiera sido participar en la tarea constructiva y no en la destructiva. Ese es el defecto. Pero la participación, ese abandonar esa situación de absoluta flaccidez y desprecio por el asunto público, por el asunto de la política, limitarse al voto cada 5 años sin nunca más participar, la gente se dio cuenta que eso los había llevado al desastre. El problema es que lo ha hecho bajo un modelo de hábitos de costumbre, de educación, que lo lleva a participar tratando de estructurarse de la manera tradicional. Es decir, organizándose persiguiendo líderes, buscando alguien que lo represente. Y esa parte es un fracaso. La gente debería asumir que no debe delegar su participación mas nunca, salvo en situaciones transitorias y coyunturales. El caso de la Coordinadora Democrática es algo interesante. La gente la sostuvo no porque fuera santo de su devoción, de hecho en este momento no cuenta con el apoyo de la gente. Lo que sucede es que desde el poder se rescata la Coordinadora Democrática porque forma parte de anular a la masa y circunscribir en la oligarquía la discusión por el poder. Pero no cabe ninguna duda que los personajes que allí están ya no son los representantes de la gente.

- Dentro del chavismo ¿qué cosas son posibles rescatar?
- Como en el otro bando, ha existido una positiva participación de la base, interesada en participar en el quehacer político. Pero el conflicto que tienen los movimientos oficiales son precisamente que requieren el apoyo de una base pero tienen un proyecto autoritario. Entonces todos los modelos organizativos que se estimulan y que se pueden orquestar tienen un techo muy bajo. Son inmediatamente presionados, copados, coartados, disciplinados. Los dirigentes quieren desligarse, quieren tener el apoyo de la masa pero no depender de ella. Allí tu los ves reunidos en la mesa de negociación olvidándose de la gente, unos y otros. Ahora en ambos lados por la base se ven movimientos altamente positivos. Pero cuando saltan al estadio de la representación se ve que esa base no ha podido establecer a sus representantes no el papel de líderes sino el de representantes. Entonces el que es nombrado representante que es un problema de hábitos, de costumbres, se transforma en líder. Entonces, como lo dijo una vez Betancourt, movimientos revolucionarios de la base se convierten en revoluciones de tranvía: la corriente eléctrica viene desde arriba. Como el movimiento chavista tiene el poder y tiene medios todavía lo puede mantener con alguna fuerza.


- Hay gente del chavismo que habla de profundizar lo que ellos llaman el proceso ¿tú crees que esto sea posible?
- Primero, el lenguaje de profundizar las contradicciones tiene una larga historia de fracasos. Segundo habría que saber qué proceso hay que profundizar, porque si no lo que estamos profundizando es el despelote y la incoherencia.

- García Ponce ha anunciado la necesidad de que el proceso transforme la universidad. Crees que el chavismo enfoque su interés en el área educativa?
- Va a haber un cambio en la educación por una sencilla razón: la educación es la clave para cualquier proceso. Una educación libre es clave para que haya una sociedad libre. García Ponce lo que intenta es una momificación del sistema educativo eliminando todo tipo de ámbito de libertad del pensamiento. Eso es mas que evidente. No ha sido la prioridad porque los jóvenes que están en la universidad tendrán una participación política probablemente en 5 años 10 años. Puedo esperar un poco porque los resultados en la educación no son inmediatos. Pero si Chávez piensa quedarse unos 25 años más, para las elecciones no de la próxima sino de la siguiente, va a ser necesario que los estudiantes universitarios hayan aprendido lo que García Ponce les va a enseñar.

EL PODER, EL ETERNO PROBLEMA
- Es medular la posición del movimiento anarquista con relación al poder como relación social y como institución. ¿Cuál crees que es la relación de Chávez con los distintos factores de poder: Hay antagonismos o relaciones?
- El anarquismo es una de las pocas corriente que se esta planteando hoy una discusión ideológica. Fuera de eso no hay mucho, porque no hay muchos fundamentos filosóficos como para plantear esas discusiones: concepciones del hombre, de la sociedad, de la técnica, e incluso, de las aspiraciones que tenían las viejas ideologías. Entonces la ausencia de esa discusión genera un vacío en el cemento que une a la humanidad, a los individuos para construir una sociedad. Este vacío lo ha llenado la lucha por el poder en cualquiera de sus formas. Las relaciones tanto individuales, sociales, como de países son de poder. En la escuela, los sindicatos, entre las naciones. El movimiento chavista está inmerso en una ideología anacrónica porque todavía personaliza el poder, pero ya el poder no tiene sujetos de los cuales son dueños. Es decir, nosotros hoy personificamos la política que está haciendo Estados Unidos pero Bush no es dueño de ese poder. Hace tres años era Clinton y ahora ¿quién es?. Nadie. No hay un sujeto del poder, hay una lucha por el poder. Uno de los problemas que ha tenido Chávez es esa personalización de un poder que no puede implementar por que las fuerzas del poder son más grandes que él. Este no está ni en la economía ni en la política: el poder se difumina de un lado a otro. De hecho nosotros en este momento estamos viviendo una difícil situación internacional, en la cual Chávez es uno de los juguetes. El tema del poder es lo que se discute. No cabe ninguna duda que los Estados Unidos es la nación mas poderosa del mundo, militar y económicamente hablando. ¿Cuál es la alternativa que se plantea, de la cual Chávez ha sido vocero? Generar otra alternativa de poder. No es el problema de cómo vamos a resolver el problema de la gente planteando una alternativa social, la cuestión es como nosotros podemos ser tan poderosos como el otro.

- Si hablamos que la lucha por el poder trasciende el espacio los individuos, que por toda la conformación que se esta dando ahora pareciera dar una visión muy pesimista de la lucha social ¿Cuál es el papel que el anarquismo propone como alternativa actual?
El poder lo podemos entender como un error histórico en la marcha de la humanidad. La antropología ha mostrado que durante decenas de miles de años el hombre vivió sin poder. No es necesario el poder. Durante miles de años el hombre vivió con una economía de la reciprocidad. Por algún azar pasó de una economía de la reciprocidad a una economía de la redistribución. El poder es la posibilidad de que un individuo o un grupo influya en las decisiones, en las acciones, en los espacios y ámbitos de otro. Todo poder conduce a una oligarquía porque el poder no se distribuye, no se difumina. El poder es avaro, se condensa. ¿Qué es lo que hay que hacer?. Disolver el poder. El gran proyecto del anarquismo es disolver la asimetría del poder. ¿Cómo? Hay miles de alternativas, no hay una sola solución. Porque “una” solución sería una enseñanza del poder, una manifestación del poder. Cada grupo verá como lo disuelve, como establece entre los miembros de la sociedad relaciones que sean simétricas y armónicas. Y para ello hay que empezar en las relaciones de pareja, que también son aún relaciones de poder, disolver las relaciones de poder y transformar las relaciones de pareja, las relaciones familiares, las educativas, vecinales, en relaciones simétricas. Donde no es que no haya influencia uno del otro, sino que esa influencia sea armónica, cambiante. La lucha por el poder se transforma disolviendo el poder, no acentuándolo. Por eso decía antes que frente al poder que tiene los Estados Unidos plantear otro polo de poder, favorecerá al propio poder, porque no estamos saliendo del verdadero problema que es la asimetría de las relaciones. Eso requiere un cambio de hábitos, un cambio de costumbres y de educación. Para eso hay grandes cambios que hay que hacer y eso es lo que propone el anarquismo. Fundamentalmente generar la autonomía del individuo para que se haga responsable ante si y ante los otros de todas sus acciones. Para eso requiere educación, experiencia, racionalidad y dejar de trabajar. El trabajo, con tantas horas de trabajo se transforma en un mecanismo enceguecedor. No en vano el anarquismo luchaba por el 888: 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas para el esparcimiento y la formación.

EL ANARQUISMO CRIOLLO
- Venezuela dentro del contexto de América latina tiene una tradición anarquista muy escueta. ¿Cuál es la trascendencia, la influencia para el movimiento social local?
- Cierto es que no tiene historia como un movimiento organizado. Hay países en América latina que tienen mucha más fuerza histórica: Argentina, Uruguay, México, Colombia, Brasil, Perú, tienen movimientos anarquistas que han sido centenarios. No cabe ninguna duda que en eso la figura de Gómez en Venezuela fue un factor determinante para que no existiera. Pero el pasado no es siempre el futuro, el movimiento anarquista venezolano tiene una presencia dentro del movimiento anarquista latinoamericano. Tiene también una presencia en el movimiento anarquista internacional. Interesante del movimiento anarquista venezolano son varios aspectos. Hereda, como siempre del anarquismo tradicional, esa pretensión de informar a la gente permanentemente cuales son sus conflictos, sus soluciones , sus alternativas, sus posibilidades y acciones. En este momento yo creo que las publicaciones anarquistas en Venezuela son las únicas con una franca carga ideológica abierta y explícita que andan circulando por allí. En segundo lugar, establece puntos que comienzan a ser tomados en cuenta como es la necesidad de que los individuos se conformen a si mismos. Es decir, primero debo reformarme yo antes de pretender reformar al mundo. Ese cambio de perspectiva, el individuo es el centro a través del cual cualquier otro cambio es posible: económico, político, religioso. Eso es algo que de alguna manera el anarquismo esta logrando transmitir como un punto de partida para la actividad política. Segundo, como el anarquismo no pretende alcanzar el poder, a veces sus éxitos no son bien vistos. En particular porque los sistemas mediáticos están siempre muy centrados en exaltar el poder. Pero sin embargo muchas de la ideas que ha propuesto el anarquismo circulan con muchísima más fluidez que lo que la gente supone. Y en ese sentido la actividad que nosotros tenemos por internet es importante. Nuestras páginas son visitadas, nuestras opiniones son consultadas, nuestros periódicos son vendidos. Nuestras ideas son discutidas. Se forman grupos, pero el anarquismo como le da libertad a sus individuos no carnetiza. Tampoco es que haya una centralización, ni un comité central de los anarquistas en Venezuela que controle la actividad del movimiento. Pero sin ninguna duda, diría que hoy el anarquismo es una alternativa ideológica presente, no mayoritaria, pero tampoco ignorada. Y la prueba esta en que el mismo movimiento chavista ha sacado panfletos y notas advirtiendo a su militancia sobre los riesgos del anarquismo.

- ¿Es posible que el anarquismo pueda difundirse montándose en el autobús chavista?
- No. El anarquismo nunca puede estar pegado con un hombre. En todo caso habría un anarcorafaelismo, un anarcoalfredismo. Y cada uno sería anarquista y distinto, pero sin los nombres. Algo que esta estructurado fundamentalmente en la toma y mantenimiento del poder a toda costa es algo absolutamente inaceptable para el anarquismo. Y hay algo que no hay que olvidarse: el anarquismo tiene como bandera que el fin no justifica los medios. A donde vayamos a llegar dependerá de cómo lleguemos. Y suponer que una asociación circunstancial con el poder nos va a permitir disolver el cuerpo del poder es un absurdo. Eso lo ha mostrado las pocas veces que el anarquismo se ha asociado con el poder, le ha ido horrible. La guerra civil española demostró que congeniarse con el poder significó su desaparición.

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Rompiendo las reglas de la anarquía
Por Luis - Sunday, Dec. 28, 2003 at 11:01 AM
anarco_chavez@hotmail.com

En mi opinión las intenciones de Chávez son genuinas. En mi opinión no se le quiere deponer por lo que hace mal, sino por lo que hace bien.

Es tan ignorante el que considera a Chávez el “héroe salvador” que va a resolver todos nuestros problemas, como el que lo cree el responsable de todos los males. Y es sumamente simplificador atribuirle a Chávez la Revolución Bolivariana, o creer que apoyar el proceso es sinónimo de apoyar un Estado, una República o un gobernante...

Si éste proceso no evoluciona hacia una “revolución anarquista”, no será un fracaso de Chávez ni de la revolución Bolivariana, sino de los anarquistas.


¡¡¡Ya basta de buscar los culpables en terceros!!!. Si la Revolución rusa fue una mierda la culpa no fue de los bolcheviques; sino de los anarquistas rusos que obviamente no supieron hacer lo suyo...


Suponiendo la utopía de que los que gobiernan fuesen seres superiores, infinitamente desinteresados, de moral incorruptible y de una inteligencia sobre humana, les digo que estaríamos en las mismas. Pues este gobierno de los super Mesías, seguiría siendo una estructura rígida y jerárquica, por lo que sería torpe e ineficiente, además estaría diseñada para perpetuar las injusticias al estar basada en una relación de gobernantes-gobernados.

Un sistema horizontal y autoorganizado es flexible, dinámico, tiene una inteligencia colectiva propia y es autocontenido por lo que exhibe una geometría fractal, se amolda al caos porque proviene del mismo, no se le resiste sino que fluye con éste, por lo que evoluciona y cambia rápidamente y es tan indómito e incontrolable como la naturaleza misma y tan diverso como la vida, por lo que es sumamente estable...

El bolivarianismo es como un anarquismo discreto; no llega a ser un continuum como la anarquía, por lo que no logra ni de cerca a la flexibilidad y eficiencia de la misma; sin embargo la roza.

La revolución bolivariana, invita a la participación, resuelve algunos problemas inmediatos y urgentes al tiempo que es un proceso donde nos enrrumbamos en un sentido que me parece favorable.

Yo creo que se aprende más en un día de practica autogestionaria que en 100 años de predica anarquista. El chavismo pone la semilla, quizás sin saberlo, de la verdadera liberación del hombre, de la insumisión, de la rebeldía y de la anarquía.

¡Viva la revolución Bolivariana! ¡Chávez somos todos! ¡Anarquía para el 2021! O antes o después, quien sabe?
Teseracto Bolivariano Anarquista Salom Mesa

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POR ENFRENTAR A SAURON...
Por ...y a la espera de Frodo - Thursday, Nov. 11, 2004 at 11:47 PM


"Es tan ignorante el que considera a Chávez el ?héroe salvador? que va a resolver todos nuestros problemas, como el que lo cree el responsable de todos los males."


estas equivocado, la figura del heroe salvador y carismatico, del lider a quien seguir y sobre el cual se centra toda la energia de un pueblo es de VITAL IMPORTANCIA.

Te diria que importa mas el hombre que la ideologia o las ideas. De ideas bonitas estan plagados los siglos, de accion solo aquellas epocas en que surgieron hombres extraordinarios.

Si me dijeras que vivimos en un mundo sajon y protestante... bueno vaya y pase. Pero en nuestra america donde hemos pasado sin solucion de continuidad por virreyes, caudillos y lideres... lo que propones no es viable si no tiene un caudillo carismatico. ¿o porque te crees que ha aguantado Cuba los embates yanquis?

4
Capítulo 1. Caudillo, ejército, pueblo

Caracas, enero, febrero de 1999

La orden que emite el pueblo de Venezuela el 6 de diciembre de 1998 es clara y terminante. Una persona física, y no una idea abstracta o un «partido» genérico, fue «delegada» ? por ese pueblo ? para ejercer un poder. La orden popular que definió ese poder físico y personal incluyó, por supuesto, la necesidad de transformar integralmente el país y re-ubicar a Venezuela, de una manera distinta, en el sistema internacional.

Hay entonces una orden social mayoritaria que transforma a un antiguo líder militar en un caudillo nacional. La transformación de aquel líder en este caudillo hubiese sido imposible de no haber mediado: 1) el golpe de Estado anterior no consumado y, 2) de no haberse producido la decisión democrática del pueblo de Venezuela del 6 de diciembre de 1998. Es una decisión democrática pocas veces vista en la historia moderna lo que transforma a un líder «golpista» en un jefe nacional. Hubo decisión democrática (6 de diciembre de 1998) porque antes hubo una militarización de la política (27 de febrero de 1989 y su contraparte inexorable, el 4 de febrero de 1992). Esas tres fechas están íntima e indisolublemente unidas. El anterior golpismo ? la necesaria militarización de la política ? fue la condición sine qua non de la existencia de un Modelo Venezolano posdemocrático. De allí que no deba sorprender a nadie la aparición ? en el futuro inmediato ? de un «partido» cívico-militar, como conductor secundario ? detrás del caudillo nacional ? del proceso revolucionario venezolano.

Todos estos elementos [«Orden», o «mandato popular»; líder militar devenido en caudillo o jefe nacional; ausencia de instituciones civiles intermedias eficaces; presencia de un grupo importante de «apóstoles» (núcleo del futuro partido «cívico-militar») que intermedian con generosidad y grandeza entre el caudillo y la masa; ausencia de ideologizaciones parasitarias preexistentes, etc.] conforman un modelo de cambio ? en verdad, un modelo revolucionario ? absolutamente inédito, aunque con claras tradiciones históricas, hasta el momento subestimadas y denigradas por el pensamiento sociológico anglo-norteamericano.

El modelo venezolano no es una construcción teórica, sino una emergencia de la realidad. Es el resultado de una confluencia de factores que podríamos definir como «físicos» (en oposición a los llamados factores «ideológicos») que no habían sido pre-pensados. El resultado de esa confluencia de factores es un modelo revolucionario que pivota sobre una relación básica entre un caudillo nacional y una masa popular absolutamente mayoritaria, que lo designó a él, personalmente, como su representante, para operar un cambio amplio pero sobre todo profundo.

El modelo venezolano no se parece a nada de lo conocido, aunque nos recuerda una historia propia, que generalmente hemos negado por nuestra anterior adscripción y subordinación ante los tabúes del pensamiento occidental-racionalista (marxismo incluido):
Se diferencia del «modelo democrático» (tanto liberal como neo-liberal) porque dentro de la orden popular (mandato) está implícita ? con claridad meridiana ? la idea de que el poder debe permanecer concentrado, unificado y centralizado (el pueblo elige a una persona (que es automáticamente proyectada al plano de la metapolítica) y no a una «idea» o «institución»). No es un modelo «anti-democrático», sino «pos-democrático».

Se diferencia de todas las formas de «socialismo real» conocidas durante el siglo XX, porque ni la «ideología» ni el «partido» juegan roles dogmáticos, ni siquiera significativos. En todos los casos conocidos los partidos comunistas llegan al poder por guerra civil interior, guerra internacional o invasión militar.

Se diferencia de los caudillismos tradicionales o «conservadores», porque el mandato u orden popular que transforma a un líder militar en un dirigente nacional con proyecciones internacionales fue expresado no sólo democráticamente, sino, además, con un sentido determinado: conservación de la cultura (independencia nacional), pero transformación de la estructura (social, económica y moral).

Es distinto de los nacionalismos europeos de la primera posguerra, por algunos de los elementos ya señalados que lo diferencian del «socialismo real»: ni «partido» ni «ideología» cumplen funciones motoras dentro del modelo, aunque aquellos partidos nacionalistas hayan llegado al poder por decisiones originalmente democráticas (voto popular).

El modelo venezolano posdemocrático es una manifestación clara de que en la América de raíz hispánica existen fuerzas profundas que buscan diferenciarla de los modelos independentistas instaurados por las revoluciones inglesa y francesa del siglo XVIII. Los antecedentes de la posdemocracia venezolana deben buscarse en otros movimientos nacionales y populares, como el peronismo argentino, que siempre gobernó dentro del sistema democrático (ni un sólo día dejaron de funcionar los tres poderes de la dogmática liberal), pero requiriendo permanentemente la participación de un pueblo dignificado y de un ejército nacionalizado e industrializado (21). Es asimismo irresistible comparar la posdemocracia venezolana con el proceso de la revolución cubana: desde la caída de Moscú lo único que hoy queda vivo en ella es la acción pertinaz de un caudillo que aglutina al pueblo-nación. Sin ese cemento implosionaría la totalidad del sistema: después de cuarenta años de experimentos nada quedaría en pie a los pocos minutos de la eventual desaparición del caudillo. En ese sentido, también, la posdemocracia venezolana es una tradición fuertemente arraigada en la cultura política hispano-criolla.

Liberales (y neoliberales) y marxistas de todo tipo buscarán atacar al modelo venezolano ? simultánea o alternativamente ? desde dos ángulos que ya han sido perfectamente diseñados. Los primeros exigirán la «distribución o democratización del poder», y los segundos la «participación popular», en el sentido de sustitución (reemplazo) de «líder» (concreto, físico) por «pueblo» (abstracto, genérico). Por lo demás, y en toda lógica, la distribución o licuación del poder parece casar muy bien con la idea de «participación popular». Y ello es así en la exacta medida que el marxismo representó, en la historia de las ideas, la exacerbación (su puesta en el límite) del Iluminismo y sus concecuencias: el racionalismo y el positivismo.

Los primeros exigirán desmontar el «presidencialismo», potenciar el corruptor pseudo caudillismo local (gobernaciones, municipalidades, etc.), reforzar los poderes legislativo y judicial, liquidar el «centralismo» del Estado y, finalmente, diluir su poder para insertarlo en el «Nuevo Orden Mundial». Los segundos buscarán fundamentar la falsa idea y la demencial esperanza (nunca jamás verificada en la historia) de que puede existir «participación popular» sin liderazgo físico y personal, sin «dialéctica» masa/caudillo, o que esa participación puede (y debe) buscarse fuera o independientemente de esa relación entre los dos polos centrales del modelo: el caudillo y la masa.

Esas serán las dos vías básicas de la contrarrevolución venezolana. Ambas ya están activadas y se están manifestando con mucha fuerza en torno a la Constituyente, pero ahora los intentos por desvirtuarla ya no se manifiestan como oposición a la misma, sino
como impulsos orientados a su desnaturalización.

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Sere curioso
Por PRegunton - Friday, Nov. 12, 2004 at 1:28 PM


¿Cual es la diferencia entre un lider como el que propone Ceresole y Hitler por ejemplo?.

No esta proponiendo una dictadura carismatica por oposicion a una democracia electoral con partidos etc etc.

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