Julio López
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SANTA FE, el desastre.
Por anarresti - Wednesday, May. 21, 2003 at 8:26 PM

Pastillas santafesinas.

1) A mi nadie me avisó -lloriquea el gobernador que, sin embargo, tuvo tiempo de evacuar su propio ganado de sus campos de Manucho y llevarlo a lugar seguro. Es un fenómeno inusitado -alega el ministro provincial de Obras Públicas que cree que el "fenómeno inusitado" lo exime de toda responsabilidad. Debido a la situación de desastre, toda la asistencia prevista colapsó -declara, tan suelto de cuerpo, el Comité Provincial de Emergencia Hídrica. Parece que fuera una maldición bíblica. Que yo sí sabía, que había estudios, que los estudios fueron enviados a quien correspondía- interviene el rector de la universidad que días después hace las paces y se abraza con el gobernador.
Daniel, inundado del barrio Roma, agrega lo suyo: Acá todos sabíamos que algún día el Salado iba a reventar y nos iba a tapar a todos. Ese día llegó. Fue el 29 de abril.

2) Lo que queda en la memoria, todavía asombrada de los santafesinos es que el martes 29 de abril y en pocas horas, la tercera parte de la ciudad quedó bajo el agua. El resto, lo que no fue alcanzado por la inundación, se convirtió en el escenario fantasmal por el que deambulaba, conmocionada, gran parte de las cientosetenta mil almas desplazadas por el agua. Parada acá -Patricia señala la puerta de su casa- veía pasar el éxodo. Patricia vive en una esquina, a la entrada del barrio San Lorenzo. El éxodo es la multitud que comienza a transitar a partir de mediodía, caminando o corriendo, en carros o camionetas destartaladas llevando, a veces, lo que pudo salvarse del agua: un televisor, el colchón, quizás la heladera o la cocina, una valija mal cerrada en el apuro. Bajo la lluvia, seguirán pasando hasta lo noche, cuando Patricia se tiene que ir porque también a su casa llegó el agua.
La ciudad de Santa Fe, sin embargo, comenzó a inundarse una semana antes, en vísperas de las elecciones. El miércoles 23, algunos barrios del noroeste de la ciudad ya tienen entre cincuenta centímetros y un metro de agua. Hay muchos evacuados pero nadie puede precisar cuantos ni donde están. En el comedor "Los Gurisitos" se amontonan ochenta personas del barrio Nueva Pompeya. Los grandes problemas de este sector -clama la presidenta de la vecinal del barrio Los Ángeles- son los desagües tapados, la falta de cuneteo y los bajos niveles de las calles. Esto algún día va a ser fatal. Pero nadie la escucha. Envuelto en una danza frenética de encuestas, pronósticos y especulaciones electorales, el país mira para otro lado.

3) La avenida Gobernador Freyre recorre la parte sur de la ciudad, de sur a norte, marcando un limite entre el centro respetable y los barrios pobres del sudoeste. El martes 29 las aguas impetuosas del Salado cruzaron el limite para retroceder unos metros al día siguiente y estancarse, respetuosas, a lo largo de la avenida. La avenida Gobernador Freyre es ahora una suerte de costanera fantasmagórica por la que deambulan, como perdidos, los sobrevivientes del naufragio, los que nunca ganaron nada y ahora perdieron todo. Empapados, sin otra cosa que lo que llevan puesto, van y vuelven por la avenida en una peregrinación sin sentido. Pero nada parece tener sentido este miércoles negro y, por otra parte, ya no tienen ningún lugar donde ir. Algunos lloran, pero la mayoría no. Sólo caminan bajo la lluvia implacable.

4) Reutemann, el gobernador autista, parece afectado por el Sindrome de De la Rúa. Aún más hosco, menos comunicativo que de costumbre, recién reacciona cuando el agua le llega al cuello. Entonces dispone la intervención del ejército para distribuir la ayuda social que ya se está amontonando (y robando) en galpones del puerto y la de la gendarmería para velar por la seguridad pública en los barrios inundados que, en la madrugada del jueves, amanecen, además de inundados, militarizados. Camiones verdes con soldados cruzan la ciudad por todas partes. Se instaura un tácito toque de queda a partir de las seis de la tarde y los helicópteros sobrevuelan la noche disparando contra saqueadores reales o hipotéticos. Es lo que faltaba. Ahora sí, Santa Fe parece una ciudad asediada por la guerra.

5) En el centro de evacuados que se habilitó en un club de la comunidad judía, Buchi, el veterano dirigente del MTL, también está asombrado. Acá ayudaron todos -dice- hasta los ricos. El viejo luchador comunista no tiene empacho en reconocerlo. Durante los primeros días y hasta ahora mismo (pero sobre todo durante los primeros días, cuando la ausencia del estado ante el desastre era un hecho incontrastable y obsceno) la acción comprometida de toda la sociedad civil evitó que la catástrofe fuera aún mayor. Llegaban al barrio en sus cuatro por cuatro, cargando sus gomones inflables, sus lanchas a motor, sus kayaks de competición y se metían en el agua a sacar chicos, cosas. Se quedaban toda la noche. Después, cuando se iban, nos dejaban sus embarcaciones para que sigamos trabajando -no deja de asombrarse Buchi. Solidaridad o sentimiento de culpa, así se salvaron muchas vidas.
Y ahí van l@s desharrapad@s de siempre, cargando sus pobrezas en costosísimas embarcaciones deportivas.

6) Mimetizados, tal vez, con sus amigos militares, el gobernador y su camarilla estiman que cuanto menos sepa el pueblo, mejor. No hay que alarmar a la gente es el argumento favorito y entregan a la prensa la lista oficial de veinticuatro muertos. Pero en Santa Fe, NADIE cree en los veinticuatro muertos y entre el dolor y la devastación, aún hay lugar para rumores imposibles. Que los cadáveres se amontonan, en secreto, en la morgue del Hospital Cullen; que camiones frigoríficos conducidos por militares recorren la ciudad con su carga macabra; que el crematorio del cementerio municipal trabaja de noche para reducir a cenizas las pruebas que atestiguan la verdadera dimensión del desastre; que en un frigorífico de la vecina localidad de Recreo se dió un misterioso asueto al personal y que por la noche se vieron entrar camiones más misteriosos todavía.
No hay que alarmar a la gente -piensa, también, el intendente Alvarez, que el mismo martes del desastre, desde los micrófonos de LT10, la radio de la universidad, jura y perjura que el agua no llegará a los barrios que, pocas horas después, comienzan a inundarse. Por lo bajo, reconoce que la situación es desesperante, pero no hay que alarmar a la gente -insiste. Después desaparece por días y el rumor dice que Alvarez se suicidó. Hay que perder toda esperanza -bromea Carlos, evacuado del barrio Centenario- esta gente no se suicida nunca. Va a haber que matarlo, no más. Y larga la risotada.

7) El famoso terraplén construído durante la gobernación de Obeid es como una escollera infinita en forma de gusano que se extiende por kilómetros abrazando la ciudad. Se trata de una obra de ingeniería más bien simple que terminaría definitivamente con el viejo problema de las inundaciones. Pero aunque fue íntegramente pagado con el sudor del pueblo santafesino y aunque fue inagurado con festejos y oropeles propios de la década menemista, el trabajo nunca fue terminado. Es poco lo que falta, apenas el dos o tres por ciento del total de la obra, pero el anillo de defensa no se cierra y fue por ese agujero que el martes 29 entró el Salado y devastó la ciudad. El río se coló por el noroeste y rápidamente se fue desparramando hacia los barrios más bajos del sur. Con el río adentro, el terraplén funcionó como una trampa impidiendo que el agua escurriera, que el río siguiera su curso desenfrenado. Desde el martes mismo los técnicos indicaban la necesidad de dinamitar el terraplén para romper la trampa, hacer un agujero en la palangana gigante en que se estaba convirtiendo la ciudad. Pero el gobernador tiene sus propios tiempos. A él nadie va a torcerle el brazo ni imponerle nada. Ni siquiera el río. Cuando finalmente Reutemann se decidió y dió la orden de volar el terraplén, la tercera parte de la ciudad ya había sido arrasada por el agua. El Salado estaba a cincuenta metros de la casa de gobierno.

8) Caminamos por ese terraplén absurdo que se adentra en lo que, hace una semana, era una masa de agua sin fin. Hasta que, abruptamente, el terraplén se termina. En silencio miramos hacia abajo. Por acá entró el río. Frente nuestro está el campo de golf del Jockey Club. Si la obra se hubiera terminado, la burguesía santafesina se hubiera quedado sin lugar para jugar al golf.

9) No son desaparecidos. Son desencontrados. Este cronista no puede dejar de recordar al general Videla, su discurso infame, sus gestos hipócritas, sus ojos de rata. No están vivos ni muertos, están desaparecidos -argumenta el general. Ahora ni siquiera desaparecidos. Desencontrados. Quizás suponen que están jugando a la escondida.

10) Es necesario ir volviendo a la normalidad -señalan, sin sonrojarse, algunos funcionarios. Volver a la normalidad. Seguro que sus casas no se inundaron.
A la entrada del barrio San Lorenzo, un prolijo cartel aconseja: "Cuando vuelva a casa, lleve lavandina, guantes y barbijo" ¿De dónde creen que van a sacar lavandina, guantes y barbijos estos miserables que acaban de perderlo todo?
Por otra parate, el 2 de junio tienen que recomenzar las clases y las escuelas, todavía, están llenas de evacuados. ¿Qué pensarán hacer con toda esta gente? ¿Dónde van a meter tanto dolor, tanto desamparo? Hay que volver a la normalidad -repite el gobernador. Pero para l@s miles que se hacinan en los centros de evacuados, a la vieja normalidad se la llevó el río. Y todavía nadie sabe como va a ser la nueva.

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PARA NO OLVIDAR
Por MARCELO SANDOVAL DE LA JUVENTUD GUEVARISTA iu - Wednesday, Jun. 08, 2005 at 8:19 PM
marcelo_elnegro_22@hotmail.com 03482-426011 roca 2724 B. america santa fe reconquista

LA EXPERIENCIA PARA TODOS LO SANTAFESINOS FUE DE TERROR, UNA PELICULA NUNCA VISTA, PERO POR ESO AGREGO ESTO Y ESPERO ESTAR EN LO MAS CORRECTO EN ESCRIBIRLO, QUE NO LO DEJEMOS PASAR POR ALTO AL GENOCIDIO DE ESE MAFIOSO SI NO Q LO REPUDIEMOS CADA VEZ QUE SE LO CRUSE POR LA CALLE Y SI ES POSIBLE GRITARLE ASESINO.
CREO Q NO DEVEMOS DEJAR PASAR POR ALTO ESA FECHA Y CADA AÑO QUE PASA TENEMOS QUE IR A LA CASA DE ESE ASESINO Y REALIZAR UN ESCRACHE DE TAL MAGNITUD QUE SE SIENTA ABERGONZADO DE SUS ECHOS.
BUENO ESO ES TODO CUMPAS DE SANTA FE Y DESDE RECONQUISTA UN FERVOROSO ABRAZO REVOLUCIONARIO DE PARTE DE LOS CUMPAS DE RECONQUISTA.
hasta la victoria siempre, patria o muerte, venceremos

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