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cerró en el monumento una edición inolvidable del encuentro de mujeres
Por Pag12/Rosario 12 - Wednesday, Aug. 20, 2003 at 8:09 PM

Empujones y forcejeos pero también debate El punto crucial del 18º Encuentro de Mujeres fue el debate en torno al aborto que enfrentó a militantes católicas con las partidarias de la despenalización. Participación récord con representantes feministas, piqueteras, dirigentes y militantes sociales. Por Sonia Tessa

"Saquen sus rosarios de nuestros ovarios", fue el grito de guerra de las feministas. Respondieron a una decena de católicas que habían llegado con ánimo de provocar, cantando consignas contra el aborto. Todo terminó a pocos metros del Monumento a la Bandera, con corridas, insultos, algunos empujones y forcejeos. De un lado se veían pañuelos verdes con consignas por la anticoncepción y profilácticos inflados, levantados por mujeres acostumbradas a pelear sus derechos en la calle. Las otras, pulcras, atildadas, poco habituadas a las escaramuzas callejeras, fueron a cumplir su cometido: que las cámaras de la televisión hicieran foco en la pelea.
Opacaron así el efecto del 18º Encuentro Nacional de Mujeres, donde 12.000 participantes discutieron durante dos días los más diversos aspectos de su vida, con un consenso general en el derecho a decidir sobre sus cuerpos, más allá de su pertenencia al feminismo, organizaciones sociales, grupos piqueteros o partidos políticos
Las católicas tuvieron un grupo de choque, que peleó en Córdoba y 25 de diciembre. Llegaron con panfletos bajo el título "la pena de muerte", firmados por el vicario castrense Juan Baseotto, y se fueron echadas pocos minutos después. Pero también un centenar de militantes que llegaron silenciosas, para sumar su pancarta a muchas otras. Claro que el cartel era una provocación: "No queremos preservativos ni anticonceptivos, pan y trabajo con mirada de mujer". A ellas también les cantaron que "si el Papa fuera mujer, el aborto sería ley". Ante cada consigna, el horror se apoderaba de sus caras pero se mantenían erguidas sobre los tapiales que limitan el Monumento.
Mientras tanto, la mayoría de las mujeres de todo el país que se habían quedado para la lectura de las conclusiones miraba hacia el escenario, ajena a la confrontación. Pero no al debate, ya que la mayoría llevó en sus cabezas los pañuelos verdes durante la marcha del domingo. Y también apoyó la despenalización del aborto en la mayoría de los talleres, no sólo los que trataron sobre derechos sexuales y reproductivos
La conmoción de la noche anterior fueron las pintadas en el Arzobispado y la Catedral. "Iglesia, basura, vos sos la dictadura" y "aborto legal", escribieron las feministas, entre otras consignas. A la mañana, el arzobispo Eduardo Mirás atribuyó la intervención a "grupos de comunistas" que participaron del Encuentro y buscó bajar el tono de la
discusión. "Sentí un poco de lástima, porque nosotros siempre esperamos que el disenso pueda realizarse en paz, el camino es ese", opinó el prelado. "No puedo creer que esto sea una iniciativa de las organizadoras del congreso de las mujeres autoconvocadas", agregó.
Pese a su pedido personal a las feligresas, la Iglesia no pudo imponer el número en la mayoría de las comisiones, y debió conformarse con dictámenes por minoría que sólo aceptaron los métodos anticonceptivos naturales.
Las católicas también fueron a los talleres de mujer y familia, para plantear que la maternidad es "esencial a la mujer", así como los de trabajo invisible, para decir que las tareas domésticas "no son esclavizantes, sino que se hacen por amor". En los dos casos, tuvieron sus dictámenes por minoría.
En la lectura de las conclusiones se vio reflejada esa relación de fuerzas, y además, en los aplausos que suscitaban los pedidos para legalizar el aborto.
Claro que no fue el único eje transversal en los distintos talleres. La denuncia de las condiciones de vida impuestas por el modelo económico, con diversos matices, fue reiterado en las conclusiones, sumadas a planteos más específicos. En los talleres de salud, la provisión de vacunas, en los de familia, el registro de padres deudores y la provisión de leche, huevo y carne a los comedores comunitarios, en los de abuso sexual infantil, el pedido de investigación a los grupos Apadeshi y
Gapadeshi, de padres alejados de sus hijos. "Contra la desocupación, reforma agraria", fue una de las conclusiones que pudieron escucharse durante las interminables horas que insumió la lectura.
En medio de la monotonía que significó escuchar las conclusiones de las subcomisiones de los 44 talleres que se sesionaron durante dos días, hubo un momento emotivo. Una jujeña leyó la carta de Romina Tejerina, que está presa desde hace un año por haber matado a su bebé. Claro que el
violador que le provocó el embarazo sigue libre. "Los violadores presos, Romina en libertad", corearon las jujeñas, sumando a todas las que se encontraban en el patio del Monumento.
La concurrencia se fue raleando al ritmo de la partida de las delegaciones que debían volver a sus provincias. En el piso, las más jóvenes se durmieron dando cuenta del éxito de la peña del domingo a la noche, en el CEC. La hora de volver estaba cerca.
"Vengo desde Tucumán, viajamos un montón de horas, pero no me pierdo los Encuentros porque nunca soy la misma cuando me voy", dijo Celia, una maestra, mientras juntaba sus cosas, pensando en el viaje a Mendoza del próximo año, para el 19º Encuentro.


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