Julio López
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EL BARRIO: TERRITORIO MAPUCHE*
Por ((ivpress)) - Monday, Aug. 25, 2003 at 1:15 PM
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“Tratamos de volver a nuestra raíz desde el cemento. Suena como una idea medio poética, pero desde el cemento volvemos a nuestra raíz. Estos barrios están en Territorio Mapuche”, dice Fakundo Wala (FW), con la frescura y la soberbia de sus 17 años. Zapatillas, jeans, campera, no hay lugar donde quepa una nueva inscripción. Las reivindicaciones de la lucha de su pueblo se suceden tanto en mapudugun – idioma mapuche – como en castellano.

Una de las leyendas llama a los mapunkies y mapuheavies a luchar. El interrogante surge: ¿mapunkies? ¿mapuheavies? Entonces Wala se refiere a David Añiñir, joven poeta mapuche de Cerro Navia (Santiago de Chile), para explicar los neologismos. “Él tiene un poema que se llama Ana mapunky o Berna mapunky, y habla de una fusión, como cuando dice mapurbe: mapuche urbanos; mapunkies: los mapuche punk. Hace una conexión. El punk nació en un sector de la sociedad – por más que haya sido por allá lejos – con una postura frente al sistema. Y que muchos de nosotros nos hayamos criado en la ciudad y nos hayamos relacionado con esas cuestiones, nos lleva a hacer esa conexión. La postura crítica del heavy y el punk hacia toda una de forma de vida te lleva a la lucha mapuche, que también tiene una visión crítica, eso es lo que hace un punto de unión.”

Fakundo vive en Bariloche, ciudad ubicada a 1700 km al sudoeste de Buenos Aires, tradicional centro turístico de la patagonia argentina levantado al pie de los Andes y a orillas del lago Nahuel Huapi. Su casa no está en la zona céntrica, donde las construcciones alpinas alimentan el mito de la Suiza Argentina, vive en los barrios altos, edificados en la ladera de los cerros. Suburbios que - valga la paradoja - cuanto más ‘altos’ más pobres, en los que vive cerca del 80% de los mapuche.

“Obviamente somos rebeldes a un sistema al que fueron obligados a entrar nuestros padres: ser laburantes, salir del campo cuando eran pibitos - enfatiza -. Entonces no vamos a estar felices y contentos, y nos sentimos reflejados en la actitud del punk. En la ciudad qué otra te queda, si te cagas de hambre, en el invierno no llega la leña... no creo que estés contento así.”

¿Son muchos los jóvenes que hacen esa relación?

¿En Bariloche? Hay un par pero tampoco tantos. Los otros heavies o punk que se reconocen mapuche todavía no están tan metidos en los conflictos. Tienen todas las necesidades de la gente de la ciudad que no llega a fin de mes y están más preocupados en eso, no han asumido la cuestión mapuche como una lucha.

La situación se repite en las grandes urbes de Puel Mapu (actual Patagonia argentina): los mayores índices de desempleo, carencias estructurales, deserción escolar, alcoholismo... se registran allí, aunque no siempre lo destaquen las estadísticas. Sólo basta caminar por esos barrios para verlo. Donde los cristianos (de católicos a pentecostales) se disputan esas almas como en un mercado, borrando todo vestigio de la espiritualidad originaria.

El grito

También en Bariloche Oskar, de 22 años, arremete desde el éter. Hace cinco años dio vida al programa Grito Suburbano en la emisora comunitaria Gente de Radio. “Muchos no nos toman como una expresión del Pueblo Mapuche – destaca –, pero en estos tiempos somos otra forma de expresión de nuestro pueblo. Son procesos que están pasando, realidades, por más que lo nieguen. Estamos acá, somos el producto de vivir en la ciudad y de no querer la forma de vida que lleva la ciudad.”

“Mucha gente mapuche nos rechaza, nos discrimina o nos deja de lado porque somos así, porque pensamos así, porque nos vestimos así – afirma –. Porque reflejamos lo que pensamos en la ropa, en un parche, en una muñequera, en una cadena y en las cosas que decimos y que cuestionamos constantemente.”

“El mapuche no se congeló en el tiempo y si cada uno se da cuenta de eso mucha gente en los barrios se reconocería. Mi abuela habla mapudugun pero me dice: “Yo no soy mapuche porque yo no vivo como antes”. Logran que mucha gente no se reconozca porque piensa: “Los mapuche eran antes”. Los mapuche somos ahora también y vamos a seguir siendo.”

“También hay que diferenciar, el sistema crea modas y los jóvenes las consumen sin cuestionarse nada. Está bien, el heavy y el punk tienen cosas copadas, pero también el sistema se encargó de vaciarlos de contenido, entonces pueden ser cualquiera.”

Los mapunkies y mapuheavies son una realidad que toma forma en las grandes ciudades a ambos lados de los Andes. Se los critica pero ellos continúan con un dejo de estoicismo o tozudez. Tienen sus expresiones musicales como Meli Weichafe (cuatro guerreros) o Pirulonko (cabeza agusanada); político culturales, como Odiócratas; publicaciones, como los fanzines Mapurbe o Piuke Mapu.

“Y me quedo parado aquí / entre pewenes (árbol típico de la región) electrocutados / infectándome del cáncer / que erosiona la tierra”, escribió Añiñir en su poema Mapurbe. Parados de la misma manera están Fakundo y Oskar.

Hernán Scandizzo.

*Nota publicada en el periódico basko Berria el 20-7-03.

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