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En Bolivia, los autistas enfrentan una rebelión
Por Nils Castro (???) - Monday, Oct. 13, 2003 at 11:53 PM

Quienes protestan no tienen con quién hablar. Como lo describe la diputada oficialista Elsa Guevara, “este parece un gobierno de autistas, que solo se fijan en lo que pasa dentro de palacioâ€

Como Argentina, en las dos últimas décadas Bolivia fue un caso extremo de aplicación ortodoxa de las reformas neoliberales. Ahora es, igualmente, teatro de dramáticas desigualdades sociales, estancamiento productivo y colapso económico. En lo que va del siglo XXI, en Bolivia los pobres han aumentado en más de 500 mil personas y, de sus 8 millones de habitantes, 5.6 millones han pasado a esa categoría. A la vez, 200 mil personas cayeron en pobreza extrema y ya más de 2 millones de bolivianos sufren hambre.

Pero no a todos les ha ido mal. La minoría constituida por la quinta parte más acomodada de la población es dueña de mil 700 millones de dólares en ahorros depositados en la banca comercial. Uno de sus integrantes es el presidente reelecto Gonzalo Sánchez de Lozada, el Goni, millonario poseedor de minas en Oruro y Potosí –dos de las áreas más depauperadas del país–, quien durante su anterior mandato impulsó la reestructuración neoliberal. Pero según recientes encuestas, al cumplirse un año de su segundo gobierno apenas le queda un 9% de aceptación popular.

Así –50 años después de la revolución que nacionalizó la minería e hizo la reforma agraria– no es de extrañar que ahora Bolivia sea uno de los focos sudamericanos de mayor conflictividad social. En las últimas semanas, en el altiplano los movimientos rurales han bloqueado las carreteras y libran escaramuzas con el ejército que intenta reabrirlas, mientras que en las ciudades las organizaciones populares protagonizan marchas y manifestaciones de protesta. Ambas corrientes sociales confluyen en una escalada que se orienta a promover una huelga general y a invadir la capital con una multitud de indígenas y campesinos.

“Si Sánchez de Lozada no atiende nuestras demandas, debe irse”, advirtió el principal dirigente de la Confederación Obrera Boliviana (COB), el minero Jaime Solares. Por su parte, el líder opositor Evo Morales, cuyo Movimiento al Socialismo (MAS) tiene fuerte implantación rural, emplazó al gobierno a sentarse a discutir con la Confederación Sindical Campesina y la COB, y acusa al presidente de tramar un autogolpe de Estado. A la vez, el mallku (líder) aymará Felipe Quispe dice que si el régimen no cede, entonces “los indios vamos a gobernar a Bolivia”.

En el plano político, la situación tiene otros agravantes. El Goni llegó a palacio sin un plan de gobierno, por medio de una heterogénea alianza parlamentaria –la que lo eligió en el Congreso luego de que ningún candidato pudo alcanzar suficiente mayoría en las urnas–, y todavía los integrantes de esa coalición siguen sin poder ponerse de acuerdo en el reparto de muchos de los cargos gubernamentales.

En esta oportunidad, los detonadores de la crisis son el petróleo y el gas. Siempre se había dicho que la riquísima Bolivia era como un paria sentado en un trono de plata. Ahora ese paria protesta sobre un enorme tanque de gas. Desde los años 90 los hidrocarburos son el principal recurso exportable del país y las reservas de gas natural llegan a los 55 trillones de pies cúbicos. Pero, en su pasado gobierno, el propio Goni privatizó su explotación por medio de un decreto secreto y ahora intenta instrumentarla por medio de un consorcio angloamericano destinado a exportar el gas a California a través de un puerto chileno. Un negocio que reportará mil 300 millones de dólares a las transnacionales, pero solo de 40 a 70 millones al Estado boliviano.

La circunstancia de que la exportación se hará a través de un puerto de la costa arrebatada a Bolivia en la guerra de 1879 hace más hiriente el asunto, agregándole cierto patrioterismo antichileno, cuando lo deseable sería procurar la colaboración entre ambas naciones. Pero hasta la fecha quienes protestan no tienen con quién hablar. Como lo describe la diputada oficialista Elsa Guevara, “este parece un gobierno de autistas, que solo se fijan en lo que pasa dentro de palacio y nada más”. Así las cosas, ¿qué futuro espera a los bolivianos?

El autor es escritor y catedrático universitario
http://www.prensa.com/hoy/mundo/1296585.html

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