Julio López
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71 muertos
Por ((i)) el alto - Tuesday, Oct. 14, 2003 at 2:55 PM

Retrocediendo un poco en el tiempo --entre el martes 14 y el miércoles 8 de octubre y su antecedente, Warisata-Sorata-- vemos cómo, lo que comenzó con un paro vecinal paso a ser una revuelta popular...

Las matanzas de Ventilla, El Alto, La Paz y San Julián son un hito en el fin del régimen económico neoliberal... Aún se conocen pocos detalles de la otra masacre (y tortura) ocurrida en la FAB, contra conscriptos que se negaban a disparar a la gente. Se habla de la “compra de conciencia” a generales y de 15 soldados muertos...

Los dirigentes alteños correteaban entre el lunes y martes en la Ceja, buscando cómo trasladar a sus muertos desde Villa Ingenio y otras zonas hasta su sede, para instalar una capilla ardiente colectiva. Los muertos aumentan en número y algunos ni siquiera tienen dónde ser velados; sus parientes no tienen dinero ni para eso.

Lo que hace una semana se decretó como “paro cívico-vecinal indefinido y movilizado”, a cargo de la Federación alteña de Juntas Vecinales, en nombre de casi un millón de ciudadanos, para evitar la venta desventajosa del gas, es ahora una serie de masacres con más muertos en la etapa democrática de Bolivia.

Todo esto ocurre en medio de un creciente temor por más represión y muerte, denuncias de compra de conciencia de militares de alto rango, traslado de tropas desde el oriente hacia El Alto, presunta tortura a soldados traídos del Beni y el Chaco que se negaron a disparar y fuertes presiones al aún Presidente Gonzales Sánchez de Lozada.

Los siete primeros muertos se produjeron entre el 20 y 22 de septiembre, en Warisata, donde hubo un violento enfrentamiento entre campesinos y fuerzas militares y policiales. Los otros 74 decesos se produjeron entre el jueves 9 y martes 13 de octubre de 2003.

Pero, mirando hacia atrás, ¿cómo ocurrió esta sucesiva matanza de jóvenes, personas mayores y hasta niños alteños y bolivianos, hasta ahora en cuatro regiones bolivianas?

Martes 14: Amenazas, denuncias
y aumento de caminos bloqueados

Los bloqueos de carreteras aumentan. Las regiones bloquedas son: Yungas, Camino Cochabamba-Santa Cruz, altiplano paceño, salidas de Sucre a Potosí y Tarija, Oruro y la vía Santa Cruz-Beni. De hecho las ciudades de La Paz y El Alto están paralizadas TOTALMENTE. No hay actividad comercial, pública ni privada alguna en ambas ciudades.

Dos marchas se registran en el interior del país. Una es la de campesinos de Yapacaní se acercan a Santa Cruz, ciudad donde existe división acerca de cómo recibirlos. Un sector denominado “instituciones cruceñas” anunciaron que impedirán el ingreso de los marchistas a la capital oriental, considerada la capital económica del país.

La otra marcha es de gremiales (comerciantes informales) orureños hacia la ciudad de la paz. Este martes ellos salieron de Caracollo en su caminata hacia el norte. Oruro está totalmente paralizada, al igual que la ciudad de Potosí.

Ante la delicada situación, el Banco Central de Bolivia (ente emisor monetario) decretó un “feriado bancario” en todo el país. El lunes se vio por televisión cómo grupos de personas que marchaban por el centro paceño, rompieron vidrios de puertas y ventanas de varios bancos ubicados en el centro paceño.

Por su lado, el teniente coronel del Ejército en retiro, Juan Carlos Ibáñez, que anunció ser “portavoz de los militares patriotas”, denunció ante Radio Fides que el gobierno “compró la conciencia” de militares de altos mandos. “El ministro (de Hacienda, Javier) Comboni aterrizó el lunes en el Gran Cuartel de Miraflores con dos maletines de dinero (los repartió) y convenció a otros militares indecisos de que deben apoyar al Presidente Sánchez de Lozada, lo que fue la causa para el posterior mensaje presidencial y las solicitadas en diarios nacionales acerca del respaldo militar al débil gobierno.

Otra denuncia fue la de Alejandra Mamani y Justo Beltrán, dirigentes de la Asociación de Padres de conscriptos bajo bandera, quienes dijeron que soldados rasos, traídos desde la amazonía y el Chaco y que se negaban a disparar contra ciudadanos en El Alto, entre el sábado 11 y el domingo 12 -cuando murieron al menos 30 civiles- recibieron dos tipos de castigo.

Unos fueron torturados en el cuartel de la FAB (en El Alto) porque fueron obligados a quitarse la ropa y “regados” con agua fría y “botados” en calabozos donde durmieron sin ropa, en el piso y sin haber comido. Otros 15, fueron disparados a quemarropa y asesinados. Cuatro de ellos murieron en el puente vehicular del cruce de las avenidas Bolivia y 6 de marzo, la tarde del sábado.

“Nos han pasado papelitos con listas (de muertos) por las rejas de la FAB” dijo Mamani, quien dijo además que se siente perseguida y amenazada, por lo que debe salir solo de noche y en compañía de alguien. Beltrán ratificó esa denuncia porque es, además, hermano de un conscripto que habría sido asesinado en la zona de Río Seco.

A su vez, este martes una persona murió en el hospital de Clínicas debido a su gravedad. Había sido traído desde El Alto e ingresado con heridas de disparos de bala pero no aguantó 24 horas.

También comenzaron a conocerse amenazas a radioemisoras. Periodistas de la red Erbol denunciaron que recibieron amenazas telefónicas debido a que “estaban propalando mensajes antidemocráticos”, como lo dijo el diputado del MNR Oscar Sandoval Morón.

Otra denuncia fue la detención de dirigentes vecinales de la zona sur y su traslado en vehículos sin placa, hacia lugares desconocidos.

Mientras tanto, el aeropuerto de El Alto está cerrado por tres días continuos y solo despegan y aterrizan aviones militares, hecho que coincidió con la afirmación del presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Paulo Bravo (ADN) quien dijo ate Erbol que soldados cobijeños (en el extremo norte del país) fueron traídos a La Paz y que un avión que hizo escala de abastecimiento en Cobija, traía cargamento del exterior destinado al Ministerio de Gobierno.

Lunes 13: Goni amenaza y hay más
muertes en La Paz, El Alto, y Apaña

Un total de 32 muertos fueron ocasionados como consecuencia de nuevos hechos calificados como una serie de “masacres”. En El Alto se produjeron 10 nuevas muertes y decenas de heridos, algunos de ellos por el incendio de una gasolinera en Río Seco causó quemaduras de diversos grados en al menos cuatro personas. Los muertos alteños son: Luis Fernando Chilllca, Fidel Victor Ticona, Roberto Panini, Roxana Apaza, Florentina Poma, Kevin Colque, Yessica Casas, Germán Aguilar, NN varón, Lucio Gandarillas, Raúl Flores y Félix Quispe.

Este mismo día al menos 10.000 personas marcharon desde El Alto hacia La Paz, donde marcharon con banderas enlutadas por varias calles céntricas de esa ciudad. Esas marchas y otras formas de protesta ocasionaron más muertes en varios sectores del centro paceño. Los marchistas construyeron barricadas con pedazos de adoquines, piedras y cuanto objeto servía. La policía respondió con gases y balines.

Los muertos en La Paz, fueron Renato Poma, Edgar Lechona, Marcelo Surqui, Jacinto Bernabé, Raúl Vargas, Arturo Mamani, Angel Reynaldo, NN bebé, NN bebé, NN bebé; los tres últimos en el hospital de Clínicas.

También en La Paz, los campesinos de las comunidades de Apaña, Mallasa y aledaños marcharon hacia la exclusiva zona sur paceña, donde vive y reside buena parte de quienes tienen a su cargo el poder político y económico del país. Los marchistas apedrearon la residencia de Jaime Paz Zamora, jefe nacional del MIR, cuya lujosa vivienda sufrió rotura de vidrios aunque no se lamentó de heridos y otros problemas.

A su vez, una marcha de campesinos fue vista en la carretera Santa Cruz-Trinidad, en el norte amazónico de Bolivia, donde debido al bloqueo de la carretera, a la altura de San Julián, murió el campesino cruceño Juan Carlos Barrientos Pérez, que se convirtió en el primer muerto en la zona oriental.

A su vez, el Presidente Sánchez de Lozada, en una enérgica intervención ante la prensa, dijo que no renunciará, que los diputados Evo Morales y Felipe Quispe (“Mallku”) buscan la interrupción del proceso democrático “con el financiamiento más bajo del exterior”. El Primer Mandatario amenazó con “reponer el orden y derrotar a los sediciosos” aunque no aceptó preguntas de los periodistas en la Residencia Presidencial, que se convirtió en el Palacio de Gobierno, donde salen y entran nerviosos funcionarios, altos mandos militares y personas allegadas al poder.

Sin embargo, el pedido creciente de las personas que llaman a las radios, es que el Presidente renuncie a su cargo para que se produzca una sucesión constitucional, lo que implicaría que el comunicador Carlos mesa se haga cargo de la Presidencia.

Domingo 12 de octubre:
26 muertes y 100 heridos

Desde la madrugada, se producen enfrentamientos entre militares que portan y disparan armas de guerra y vecinos que llevan palos y piedras. Desde la mañana, dirigentes como Evo Morales (MAS), Jaime Solares (COB) y Felipe Quispe (CSUTCB) manejan un solo discurso: para negociar, el gobierno debe firmar un documento en el que se compromete a no permitir la salida del gas boliviano por puertos chilenos u otros y sí industrializar ese hidrocarburo.

Entonces comienzan una serie de masacres en varias zonas desde la madrugada. A media mañana se producen violentos enfrentamientos en Ballivián, con ocho heridos. En Senkata también se produce la represión con casi diez heridos.

A la una de la tarde la autopista es escenario de disparos de gas lacrimógeno y armas de guerra. Estos enfrentamientos se trasladan a La Portada y Alto Pura Pura, en La Paz.

El objetivo militar-gubernamental: Llevar 12 carros cisterna desde Senkata a La Paz. El traslado es interrumpido en varias ocasiones y a su paso, ocasiona más muertes y heridos. Entre Senkata (El Alto) y La Portada (La Paz) Las muertes riegan al menos 20 kilómetros del macabro recorrido de petróleo destilado que administran las empresas transnacionales que ahora quieren exportar gas boliviano como un “negocio de negros para el país”.

Todo el día, los alteños relatan a las radios Integración, Pachamama, Red Erbol y Waynatambo, además de Cruz del Sur y otras, las penurias de recoger cadáveres, velarlos en la vía pública, no poder socorrer a sus heridos y hasta los disparos de armas de guerra y de gases desde helicópteros y una avioneta. La televisión, excepto la Cadena A y RTP no muestran nada de la masacre y continúan con su programación pese a que existen condiciones técnicas para “transmisiones en vivo” como se hacen en el Parlamento o en conciertos.

Por la tarde el conflicto se traslada a Río Seco Villa Ingenio y Villa Tunari, donde efectivos militares disparan a cuanto civil se les enfrenta y ocasionan más muertes y heridos. Las radioemisoras

Los 26 muertos del domingo 12, según reportó la Red Erbol, son: Miguel Pérez Cortez, Efraín Mamani, Carmelo Mamani, Vidal Pinto, Efraín Mita,
Marcelino Caravajal, Constantino Quispe, Marcelo Machicado, Johnny Mamani, NN varón, Máximo Vallejos, Marcelo Mamani, Vicente Efraín Pinto, Augusto Hilari Pari, NN varón recogido de la avenida Bolivia, Damián Luna Palacios, Adolfo Huanca, Richard Charca, Félix Calle, NN varón, NN varón, NN varón (los tres en la sede social de Villa Ingenio); Soldado Segnar García del Regimiento de Infantería de Charagua (Chaco cruceño). Existe otra nómina de 92 heridos.

La gasolina llega a las estaciones de servicio con el anuncio del ministro Carlos Sánchez Berzaín (calificado como “asesino”) ante la televisión gubernamental. Largas colas de vehículos son vistos tratando de cargar algo de gasolina.

Los hospitales paceños y alteños reciben sucesivas ambulancias y vehículos particulares que trasladan heridos, moribundos y simplemente muertos. Los doce cisternas costaron 26 muertos. Macabro pero real.

Sábado 11 de octubre: Mueren
un niño y padre de familia

Ante la escasez de gasolina, diesel y gas licuado, los ministerios de Defensa y de Gobierno diseñan una “estrategia” para trasladar combustibles desde la planta de almacenaje de Senkata hasta la ciudad de La Paz, para lo que debe recorrer al menos 20 kilómetros y cruzar toda la ciudad de El Alto, por la avenida 6 de marzo.

Un primer intento, la tarde del sábado ocasiona al muerte de dos personas. El niño Alex Mollericona (5 años) que es alcanzado por un balín en la terraza de su casa de la zona Rosas Pampa, en la zona sur. Por su lado, Walter Huanca (27) padre de tres hijos recibe el disparo de un balín de gas en plena cara, lo que le produce destrozos en su cráneo y un derrame de masa encefálica. Es trasladado en estado vegetativo a una clínica y seis horas después es declarado oficialmente muerto.

Un helicóptero sobrevuela la ciudad y se producen enfrentamientos, saqueos en varias zonas. Los más graves ocurren en las zonas Santiago II, donde viven mineros despedidos (“relocalizados”) cuyas viviendas son gasificadas y se reportan heridos de bala por disparos durante la noche.

Una caravana de vehículos cisterna que intenta trasladar combustibles a La Paz no puede cumplir con su objetivo debido a la resistencia de los vecinos alteños. Piedras, palos y todo objeto contundente es utilizado para resistir a los militares que escoltan los cisternas.

Varias zonas sufren cortes de luz. En Villa Adela se produce el secuestro del policía Edgar Machicado que es liberado luego de seis horas. Por la noche el gobierno anuncia la militarización de El Alto debido a los enfrentamientos en varias zonas. El vocero gubernamental Mauricio Antezana acusa al diputado y líder del MAS Evo Morales de encabezar “un proceso sedicioso” para interrumpir el proceso democrático.

Esta situación genera que grupos de varones se organicen y comiencen recorridos por la Ceja hasta generar destrozos en la autopista, donde no existen ya policías. Sacan las barreras de protección; no hay un solo vehículo circulando y se generan enfrentamientos con efectivos militares.

La prensa nacional señala que El Alto es un campo de batalla por las sucesivas muertes y la violencia de los enfrentamientos, especialmente de los efectivos militares traídos desde batallones de Charagua (en el Chaco) y otros del oriente boliviano.

Viernes 10 de octubre: Ya
no hay gasolina en La Paz

La calma alteña es tensa. Calles totalmente bloquedadas, gente que se ve obligada a caminar más de 10 kilómetros entre su casa y la Ceja para dirigirse a La Paz. Por la noche el recorrido de retorno es el mismo. Si bien la autopista La Paz-El Alto está aun transitable, comienza a notarse escasez de gasolina y los vehículos comienzan a retirarse a sus garajes.

En varias zonas se producen más enfrentamientos entre policías y estudiantes de la UPEA junto a trabajadores. Pero el paro es total. No hay actividad económica y los pocos negocios que abren, son obligados a cerrar de inmediato bajo la amenaza de sufrir saqueos.

Si bien ese día existen heridos, no se producen enfrentamientos con muertes. Los mineros de Huanuni siguen en Senkata, se alimentan mediante ollas populares y tratan de curar a sus heridos y enterrar a su muerto. Ese viernes es enterrado Ramiro Vargas, en medio de consternación general.

Hacia la noche, es notoria la falta de gasolina porque hay grandes colas de autos en las estaciones de servicio que tienen cierta reserva de combustible. Los pocos vehículos que se dirigen desde La Paz a la Ceja de El Alto, se exponen a otro peligro: Jóvenes ubicados en la parte alta de la zona La Portada, así como en Villa Ballivián, arrojan piedras a los vehículos que circulan por la autopista.

Buses, minibuses y autos particulares se ven a llegar a la Ceja tomando el carril de baja (contra ruta) pero llegan solo hasta el sector del peaje. El Alto está desierta de vehículos. Hay fogatas en varias esquinas y grupos de vecinos al acecho.

En la Ceja unos pocos bares están abiertos y emiten música “chicha” pero la calma es tensa pero ni un vehículo ingresa a la ciudad. En la avenida 6 de marzo existen varias fogatas con llantas en desuso. Otras zonas presentan un panorama similar.

Jueves 9 de octubre: Llegan
los mineros y hay 2 muertos

El segundo día del paro vecinal alteño es contundente. Excepto de madrugada y con mucho riesgo de ser apedreados, no circulan vehículos públicos en El Alto. Nuevamente grupos de dirigentes gremiales recorren la Ceja para verificar que los comerciantes no abran sus negocios.

En los barrios es común ver llantas quemadas, cierre del tráfico con piedras, pedazos de chatarra de vehículos y todo objeto que pueda servir para el bloqueo. Cada zona es encargada de vigilar y grupos de dirigentes se instalan en estratégicas zonas como las avenidas 6 de marzo, Tawantinsuyo, Juan Pablo II, camino a Viacha y otras.

Los mineros comienzan a llegar en dos grupos. Una avanzada llegó temprano y se dirigió a la Universidad Pública de El Alto (UPEA). El segundo grupo, más numeroso (más de 500 personas) llega por la tarde a Ventilla (a 10 kilómetros de El Alto viniendo desde Oruro).

Allí se produce una primera refriega de los efectivos militares que disparan armas de guerra y ocasionan la muerte del minero José Luis Atahuichi Ramos (42) y del trabajador y estudiante Ramiro Vargas Astilla (22). La Asamblea de Derechos Humanos denuncia públicamente que Vargas recibió un disparo en la cabeza por parte de un hombre que se acercó montado en bicicleta, y disparó a quemarropa a muy pocos metros de la víctima.

En ese enfrentamiento se producen 14 heridos, muchos de ellos de bala. Los mineros de Huanuni se quedan en Senkata (ingreso a El Alto) para curar a sus heridos y tratar de renovar energías luego de los duros enfrentamientos.

Ese mismo jueves no se realiza la conocida “Feria 16 de julio” que congrega a más de 40.000 comerciantes de objetos minúsculos como agujas pero también de vehículos. Cada jueves y domingo esta feria mueve millones de dólares en la actividad comercial.

El único medio de transporte que sale de la Paz es el avión. Las flotas no pueden circular y las pocas que lo hacen llegan a La paz apedreadas y con mucha demora.

Por la noche el Presidente Sánchez de Lozada emite un breve mensaje al país en la que reitera que no hay contrato de venta de gas a ningún país y que Bolivia no está en es miembro del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA). Casi no se refiere a las dos muertes de ese día aunque sí remarca que “una minoría quiere dividir a Bolivia”.

Miércoles 8 de octubre:
Paro contundente

El primer día del paro cívico movilizado con bloqueo de calles, decretado por FEJUVE, con el apoyo de la Central Obrera Regional (COR) y la Federación de Trabajadores Gremiales se cumple en un 95 por ciento. Los vehículos de servicio público solo circulan de noche y de madrugada hasta las 8 de la mañana. El corte de tráfico y el cierre de mercados de abasto es evidente.

Grupos de vecinos y de dirigentes gremiales recorren todo el día los puestos de vendedores en el sector comercial de la Ceja para evitar que esos negocios trabajen. Se producen amagues de enfrentamientos y algunos comerciantes colocan alambre de pua para proteger sus propiedades.

Los principales enfrentamientos se producen en la Ceja, donde los estudiantes de la UPEA y algunos grupos de trabajadores, entre ellas mujeres de pollera, enfrentan a la Policía que gasifica toda la zona. Los trabajadores y vecinos encienden fogatas con llantas en varias esquinas.

Dos comunarios de Amachuma (cerca de Ventilla) son heridos con armas de fuego: Cristina Mamani (17 años, estudiante de secundaria) y Norberto Condori (22 años, estudiante de la UPEA). Los mineros de Huanuni, que se suman a la protesta por la recuperación de los hidrocarburos y que habían partido el lunes de Caracollo en una marcha, se acercan a El Alto.



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