Julio López
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Bolivia: primer balance de la insurrección
Por EL MILITANTE - Monday, Oct. 20, 2003 at 8:54 AM
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“Después de activar y protagonizar una gran eclosión social, que tuvo el trágico saldo de cerca de 70 muertos a bala y más de 500 heridos, los trabajadores del país, en el último Ampliado Nacional de la Central Obrera Boliviana (COB), sacaron una conclusión principal: los obreros, campesinos, naciones oprimidas y clases medias empobrecidas no le arrebataron el poder a la "clase dominante" porque "no cuentan" aún con un "partido revolucionario

La redacción de Econoticiasbolivia.com ha publicado un informe extremadamente interesante que relata las deliberaciones de esta reunión, en la que participaron representantes de los mineros, fabriles, constructores, maestros, campesinos, periodistas, trabajadores en salud, universitarios, estudiantes de secundaria, gráficos, harineros, gremiales, vendedores de mercados, artesanos, jubilados, desocupados, colonizadores, carniceros, transportistas, juntas vecinales, profesionales, cooperativistas mineros y agropecuarios, las centrales obreras departamentales y otras organizaciones populares. De este informe extraemos la mayoría de las citas de este artículo, pero que recomendamos a todos los lectores leerlo en su totalidad: http://www.econoticiasbolivia.com/documentos/notadeldia/gasyerros.html



Ausencia de una dirección revolucionaria


La reunión del ampliado nacional de la COB del sábado 18 confirmó muchas de las conclusiones que hemos sacado en artículos anteriores: si los trabajadores y campesinos no tomaron el poder la semana pasada fue por la ausencia de una dirección revolucionaria que se planteara claramente esa tarea.



Así en un artículo anterior advertíamos:



“es posible que uno de los elementos que estén haciendo vacilar a los dirigentes de la COB sea la pregunta ¿y después qué? En realidad en Bolivia existe una situación de doble poder. Por una parte las masas de trabajadores y campesinos, a los que se une toda la población, controlan las calles y empiezan a construir su propio poder. Por otra parte el presidente títere de Washington cada vez más aislado. El problema es que si la COB da un paso adelante, el poder caería en sus manos, y lo cierto es que los dirigentes, ni aún los más avanzados, de este movimiento, no tienen una perspectiva de qué hacer con el poder. En ningún momento han dado una perspectiva clara al movimiento en esa dirección, la dirección de la toma del poder por parte de trabajadores y campesinos.” (Bolivia: se profundiza la revolución, 17 octubre).



Este análisis es confirmado, casi punto por punto en la intervención del secretario Ejecutivo de la Federación de Mineros, Miguel Zuvieta:

“Para Zuvieta, quien fue uno de los artífices de la llegada de 5 mil mineros a la ciudad de La Paz, la insurgencia popular tampoco tuvo un objetivo muy claro. "Con la huelga general indefinida, que duró dos semanas, planteamos la renuncia de 'Goni', pero no pensamos seriamente en lo que tenía que venir después". Este balance del dirigente minero fue respaldado por la mayor parte de los asistentes.” (ibid)

Lo mismo afirmó José Luis Alvarez, secretario Ejecutivo del Magisterio urbano de La Paz, explicó, en medio de aplausos, que las bases han demostrado a los dirigentes como se debe luchar para voltear a un gobierno.

"Lamentablemente, sin objetivos y dirección revolucionaria, los trabajadores entregaron valientemente sus vidas, pero no para que haya cambio constitucional. Los que se sublevaron quieren mejores condiciones de vida y un nuevo tipo de Estado"

También, como hemos venido insistiendo, las masas de trabajadores y campesinos fueron los que empujaron este movimiento ejemplar hacia delante y lo hiceron a pesar y rebasando a sus dirigencias:



“"Los que nos consideramos revolucionarios no nos podemos mentir. Ningún líder ni ningún partido político dirigió este levantamiento popular. Ni Evo (Morales) ni Felipe (Quispe) ni nosotros encabezamos la rebelión. Este conflicto, lamentablemente, no tuvo una dirección unitaria. Los trabajadores bolivianos, desde abajo, fueron los que echaron a patadas del poder al asesino de 'Goni' (Gonzalo Sánchez de Lozada). Fueron las masas enfurecidas las que le dieron un sopapo al imperialismo norteamericano. Nadie, individual y partidariamente, se puede adjudicar el liderazgo de este conflicto. !Nadie¡", resumió, con vehemencia, el secretario Ejecutivo de la COB, Jaime Solares. (ibid).



El dirigente de los mineros Zuvieta añadió: “Ningún sindicato ni partido de izquierda se imaginó sobre la magnitud del conflicto que se venía. No entendimos las lecciones de febrero. La masacre de El Alto (el 12 de octubre) fue el detonante que hizo estallar la guerra contra el gobierno y el imperialismo. De ahí para adelante, el conflicto se nos escapó de las manos. Fue incontrolable. Eso nos plantea la urgente necesidad de organizarnos de mejor manera".(ibid).



El problema es que ya después de la insurrección de febrero las dirección de las organizaciones obreras y campesinas se hizo una autocrítica similar. En aquella ocasión, en una insurrección que dejó 35 muertos a bala y más de 210 heridos, los dirigentes de partidos revolucionarios" y organizaciones gremiales confesaron que "no estuvieron a la altura de los acontecimientos". Las masas dieron todo y los dirigentes también vacilaron lo que dio margen al gobierno de Sánchez de Lozada para recomponerse. El precio que obreros y campesinos bolivianos han pagado por la ausencia de una dirección revolucionaria clara con la perspectiva de la toma del poder han sido otros 70 muertos en el movimiento de setiembre-octubre.



Las duras críticas de los activistas de base obreros y campesinos por la conducta de sus dirigentes en el bloqueo de caminos campesino de Enero y la insurrección de Febrero, se reflejaron en las autocríticas del Estado Mayor del Pueblo reunido días después de los acontecimientos en Febrero y también en agosto en la renovación de la dirigencia de la COB.



En el mes de abril, el congreso de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia aprobó una declaración de principios combativa y eligió una dirección mucho más radical que se comprometió a luchar “por una sociedad igualitaria sin explotadores ni explotados”. La nueva dirección estaba encabezada por el minero de Huanuni Miguel Zuvieta Miranda. El cambio en la FSTMB, una de las organizaciones más importantes de la clase obrera boliviana jugó un papel clave en la renovación de la dirección de la COB en el congreso de agosto.



La elección del minero Jaime Solares como secretario general de una COB dividida, representaba de manera distorsionada la aspiración de las masas de dotarse de una dirección consecuente. En una entrevista concedida al diario El Deber el 18 de agosto, Solares declaraba: “El primer comunicado es una llamamiento a todos los trabajadores del pueblo boliviano a unificarse, organizarse y luchar hasta liquidar el modelo neoliberal y el sistema capitalista y explotador, e imponer el gobierno obrero-campesino con los sectores oprimidos y explotados.” Y añadía sobre las divisiones dentro de la COB: “Los culpables no están en las bases, sino en la burocracia sindical. Mucha gente (ex dirigentes) se vendió; vendieron sus principios, sus programas y al final los que salieron perdiendo fueron los trabajadores de base. Hoy, con una COB netamente revolucionaria y con un cambio casi total, los trabajadores tienen toda la esperanza de que esta organización no volverá a tener diálogos interminables y de cansancio, porque aquí todos estamos compactados contra la crisis económica que sufre el país.”



Sin embargo, incluso estos dirigente con un lenguaje más radical, más en contacto con los deseos y aspiraciones de las masas obreras, en el momento decisivo no supieron dar la consigna necesaria: la toma del poder. Esto hubiera sido perfectamente posible hasta incluso el viernes por la tarde después de la renuncia de Sánchez de Lozada. Los mineros habían llegado a la capital armados con miles de cachorros de dinamita, los campesinos mantenían el bloqueo total de carreteras, la huelga general indefinida paralizaba las principales ciudades del país, la policía confraternizaba con el pueblo, el ejército estaba dividido con sectores de los soldados que se habían negado a disparar contra los trabajadores, las capas medias se unían a las protestas. Todas las condiciones estaban dadas para la toma del poder por parte de los obreros y campesinos y la organización de una auténtica democracia obrera basada en los cabildos abiertos y una estructura nacional de delegados elegidos y revocables. Lo único que falto fue una dirigencia que unificara y orientara el movimiento de manera consciente en esa dirección.

De hecho los obreros, campesinos y vecinos ya habían empezado a organizar un poder alternativo, particularmente en El Alto a través de las Juntas Vecinales, pero también en otras partes. En el ampliado nacional de la COB, el Presidente del "comité de movilizaciones" de la Junta de Vecinos de la zona Sur de La Paz, Faustino Quintana fue contundente.

Dijo que "a diferencia de lo que ocurre en El Alto, donde los vecinos, desde las bases, están bien organizados, en la ciudad de La Paz, los partidos neoliberales, hace más de una década, que se disputan la dirección de la Federación Departamental de Juntas Vecinales. Ahora tenemos tres direcciones departamentales, pero ninguna hace nada por nosotros. Por eso, igual que en otros barrios, nos hemos organizado en cabildos de emergencia, en pleno conflicto, para pedir la renuncia del Presidente. Hemos rebasado a las direcciones del gobierno. Ahora pedimos a la COB que nos reorganice para la próxima batalla". (ibid)

Por cierto que la actitud de los vecinos de los barrios de La Paz también refleja otro hecho muy significativo que se deduce de esta experiencia revolucionaria: todas los sectores oprimidos de la sociedad miran hacia la clase obrera y sus direcciones sindicales en busca de orientación. La alianza de obreros y campesinos que se ha forjado en estas jornadas es la única que puede dar salida a los problemas de la nación en su conjunto.

¿Qué actitud hacia el nuevo gobierno?

Uno de los puntos centrales de la discusión en el Ampliado Nacional de la COB fue la actitud a tomar hacia el nuevo gobierno. En esto hubo divisiones de opiniones. Algunos dirigentes planteaban un co-gobierno para hacer respetar los derechos de los trabajadores. Pero otros respondieron contundentemente. El secretario Ejecutivo del magisterio urbano nacional, Jaime Rocha, “subrayó, con vehemencia, que la COB debe mantener un principio fundamental: "la independencia de clase" ante cualquier gobierno de corte burgués. Este planteamiento fue también ampliamente respaldado con aplausos.” (ibid)

Víctor Taca , dirigente de los obreros de la construcción habló en las misma línea: "Carlos Mesa es representante de una clase social y nosotros somos de otra clase social. Por eso él (Mesa) mañana nos va meter bala igual que 'Goni'".

Uno de los dirigentes de los mineros añadió: “lo que tenemos que hacer es lo que dijo el compañero Solares ayer, formar asambleas populares que sean la base para el objetivo histórico de un gobierno de la clase obrera (...) los compañeros movilizados no han venido simplemente a sustituir aun gobierno por otro, si que también han venido con sus banderas muy claras históricas de la clase obrera boliviana, que son las tesis de Pulacayo que establecen el carácter socialista de la COB. Por eso no podemos levantar la bandera de la asamblea constitucional, la constitución es de la clase dirigente.” Y concluyó con un llamamiento a que el objetivo tiene que ser “La toma del poder por la clase trabajadora con nuestros hermanos campesinos” (reporte de audio de Argentina Indymedia http://argentina.indymedia.org/uploads/discursofederacionmineros_en_la_cob.mp3).

También el secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores Campesinos de La Paz, Rufo Calle, respaldó el balance de Zuvieta, Galvez, Taca y Rocha: "Estamos de acuerdo en todo lo que han dicho los hermanos. Para nosotros, la guerra del gas no ha concluido. Mesa no va resolver este tema fundamental. Sólo un gobierno nuestro va lograr la realización de este pedido del pueblo boliviano".

Álvarez, del magisterio urbano de La Paz insistió: "Por lo tanto, es preciso hacer una plataforma de lucha que permita a los explotados llegar al poder y, así, "estructurar" el gobierno revolucionario de "obreros y campesinos".

“Repliegue táctico”

Después de más de seis horas de debate finalmente el Ampliado Nacional de la COB decidió que el movimiento necesitaba un “repliegue táctico”, suspendió la huelga indefinida y presentó un pliego de reivindicaciones al nuevo presidente. Once organizaciones laborales sustentaron esta posición, ocho plantearon presionar de inmediato a Mesa para lograr ahora los objetivos laborales y diez se mantuvieron a la expectativa. Sin embargo este pliego de peticiones no iba acompañado de la exigencia de su cumplimiento en un plazo de tiempo, lo que deja la puerta abierta al gobierno para alegar que no se puede solucionar todo de una vez y a la vez deja al movimiento revolucionario sin una perspectiva clara de cuando golpear de nuevo.

En cierto sentido, un repliegue era casi inevitable pero sólo por la vacilación de los dirigentes en los momentos decisivos. Las condiciones para la toma del poder por parte de los trabajadores no se presentan todos los días y cuando una es desaprovechada por la falta de decisión de los dirigentes, entonces se pierde la iniciativa y se tarda un tiempo en poder volver a recuperarla. Sin una dirección revolucionaria consecuente que hiciera consciente la aspiración de las masas con la toma del poder, era inevitable que la alegría de haber derrocado al “presidente matagentes” dominara por un corto período de tiempo la mente de las masas.

Al final de la reunión de la COB, su secretario general hizo una visita al nuevo presidente. Pero en lugar de adoptar una postura de firmeza y exigir al gobierno el cumplimiento inmediato del pliego de reivindicaciones en un plazo de tiempo determinado y declarar su total desconfianza en el nuevo gobierno, Solares adoptó una política conciliadora.

“"Hemos indicado que él va a tener el respaldo siempre que pelee enérgicamente contra la corrupción, porque no olvidemos que este punto le ha hecho mucho daño al país. Hay más de 3 mil millones que se han defraudado por culpa de la corrupción", puntualizó.

“Solares explicó, asimismo, que le ha solicitado expresamente que él pueda crear, con la capacidad que tiene, más fuentes de trabajo en bienestar del pueblo boliviano, a tiempo de pedirle que los sobresueldos desaparezcan y que el salario sea digno de los trabajadores.

“Comentó que el Primer Mandatario ha mostrado interés en los puntos planteados y le ha manifestado que las puertas del Palacio de Gobierno estarán abiertas a la dirigencia de la COB, a lo que Solares respondió, en correspondencia, que las puertas de la COB estarán abiertas para Mesa, "siempre que las cosas sean de buena fe".” (bolpress.com, 18 octubre).

Esta posición es realmente escandalosa y no puede más que confundir y desorientar a las masas. Por suerte estas han tenido hasta el momento un instinto mucho más certero que el de sus dirigentes. ¿Cómo se puede esperar que Carlos Mesa cree fuentes de trabajo y bienestar para el pueblo? Eso sólo se puede conseguir con la abolición del capitalismo cosa que Mesa nunca va a llevar a cabo. No se trata de “buena fe” sino más bien de la crisis del capitalismo boliviano que no le obliga a mantener los privilegios de la clase dominante mediante ataques cada vez más salvajes contra el bienestar de obreros y campesinos.

La postura adoptado por los dirigentes campesinos ha sido mucho más clara. El dirigente de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSTUCB), el Mallku Felipe Quispe le ha dado un plazo de 90 días al presidente Carlos Mesa para solucionar las demandas indígenas de lo contrario “llamaría a la sublevación para tomar el poder” (bolpress.com, 18 de octubre). Lejos de crear ilusiones en la capacidad del nuevo gobierno para solucionar los problemas de las masas dijo que “Mesa estaría engañando al pueblo ya que no podrá cumplir algunos puntos principales que ya se habían planteado al anterior gobierno de Sánchez de Lozada. El Mallku, como se hace llamar el dirigente campesino dijo que Mesa no anulará la Ley de Hidrocarburos, ni tampoco el Decreto 21060, porque es sagrado para el modelo neoliberal, tampoco anularía la Ley de Seguridad Ciudadana, ni el nuevo Código Tributario. Al no cumplir con estas demandas, Quispe predijo que habría nuevamente problemas sociales. “ (ibid)

Los campesinos de La Paz decidieron por el momento mantener sus protestas: “El bloqueo de caminos en las 20 provincias y la huelga de hambre en la radio San Gabriel no se levantarán hasta que el Jefe de Estado nos plantee las bases serias y responsables para reanudar las negociaciones. Esperamos que eso pase durante la próxima semana. Si ello no sucede habrá problemas”, advirtió secretario ejecutivo de los trabajadores del agro paceños, Rufo Calle. (El Diario, Octubre 19).

Sin embargo, no se trata solamente de dar plazos al gobierno, sino sobretodo de utilizar este tiempo para fortalecer y unificar la organización revolucionaria de obreros y campesinos, profundizar el trabajo político entre los soldados y policías, organizar el armamento de los trabajadores y preparar las estructuras de poder obrero y campesino que garanticen la victoria.

La posición de Evo Morales es mucho más “moderada”, es decir mucho más alejada de las necesidades de la lucha obrera y campesina. Para Morales, llegó la hora de “dar el espacio y tiempo necesario para que el nuevo Presidente asuma el mando del país, lejos de toda presión social y política” y aunque dijo que su partido no formaría parte del nuevo gobierno “ratificó su compromiso de apoyar a la nueva gestión estatal desde el Parlamento”.

Morales sostuvo que no es el momento de dar plazos al Primer Mandatario “porque los plazos se darán con resultados”. Asimismo, manifestó que “si hay voluntad de trabajo no habrá razón para iniciar protestas callejeras”. “Estamos en el Parlamento. Ahí tenemos un instrumento para exigir que el Gobierno trabaje, pero lo haremos lejos de toda presión, en tanto sea para el bien del país”.

El cretinismo parlamentario de Morales realmente no tiene límites. No solamente da una tregua al nuevo presidente, que hasta anteayer era un defensor acérrimo y responsable de todas las políticas de ataque del gobierno, sino que crea la ilusión de que va a cambiar de programa y además sin protestas callejeras! La pregunta entonces es, para qué han muerto 70 obreros y campesinos en estas últimas semanas si todo se podía haber solucionado a través del parlamente, con un poco de “voluntad de trabajo”.

Mesa forma gobierno
Mientras tanto, el nuevo presidente ha formado un nuevo gobierno de “tecnócratas” sin la participación de partidos y se ha apresurado a tratar de ganar una base social que le permita restablecer la legitimidad del orden burgués. Entre sus primeras acciones estuvo una visita a la combativa ciudad de El Alto dónde prometió llevar a Sánchez de Lozada y los responsables de la represión a juicio. Esta promesa duró lo que se tarda en recorrer los 12 kilómetros que separan El Alto de La Paz, ya que el presidente anunció a su regreso a la capital que la cuestión del juicio a Sánchez de Lozada debería ser decido por el Congreso, dominado por los partidos burgueses.

La formación de un gobierno tecnocrático y de “unidad nacional” es uno de los trucos más viejos de la clase dominante. Como dijo el dirigente de la COR de El Alto en la movilización de masas del sábado, “Es la misma chola [mujer] con diferente pollera [vestido]”.

El gobierno de Carlos Mesa es un gobierno débil cuya principal tarea es la de desmovilizar a las masas con promesas, para que, cuando se sienta con fuerza de nuevo, pasar una vez más a la ofensiva contra los trabajadores. Por ejemplo en tema del cultivo de la coca ya ha declarado que no habrá cambio de política, en un claro mensaje dictado desde la embajada de los EEUU que le puso en el poder.

Es posible que Mesa se vea forzado a convocar elecciones anticipadas o incluso a una Asamblea Constituyente, pero incluso esa decisión van a tratar de retrasarlo lo máximo posible.

La política de las organizaciones obreras y campesinas debe ser de ninguna confianza en este gobierno y reforzar las formas de organización democrática de obreros y campesinos para asegurar la toma del poder en la próxima oleada de lucha que se va a producir más pronto que tarde, una vez que la alegría por el derrocamiento del Goni se desvanezca.

“Juramos ser soldados del pueblo”
En el masivo cabildo abierto del sábado 18, una manifestación de celebración, el dirigente de la COR de El Alto Roberto de la Cruz, tomó el siguiente juramente a las decenas de miles de obreros, mineros, cocaleros, campesinos y vecinos allí reunidos:

“Juran luchar sin traicionar hasta conseguir la verdadera reivindicación de los pueblos de este país, hasta que los pobres, obreros y campesinos lleguemos al poder en un corto plazo de tiempo, pero sin traicionar, ustedes van a luchar, para esto juran ahora son combatientes del pueblo, ¡Jallalla Tupak Katari y Bartolina Sisa!” (audio de Indymedia http://argentina.indymedia.org/uploads/jurameno.mp3) (Tupak Katari y Bartolina Sisa fueron dirigentes de la rebelión contra el colonialismo español en el siglo XVIII que culminó en el cerco de La Paz durante 107 días, ambos fueron traicionados por uno de los suyos y tanto Tupaj Katari (primero) como Bartolina Sisa (después) fueron descuartizados).

La respuesta de las decenas de miles allí reunidos fue un estruendoso “si juramos” que refleja el auténtico sentir de obreros y campesinos bolivianos y que no le deja ningún margen de maniobra al nuevo gobierno.

Una vez más, como hemos venido repitiendo, la tarea crucial es la de la construcción de una dirección marxista que garantice la victoria por la que tantos ya han dado su vida. Cuanto más se retrase esta necesidad histórica, mayor será el precio que las heroicas masas oprimidas bolivianas tendrán que pagar.

Ninguna confianza en el gobierno de Mesa. Mantener la movilización. Fortalecer la organización democrática de obreros y campesinos. Organizar la autodefensa obrera y popular. Por una asamblea nacional de delegados elegidos y revocables que se plantee la toma del poder. Por una Bolivia Socialista en el marco de una Federación Socialista de América Latina.

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