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WANTIYAY : RITUAL FUNERARIO ANDINO DE ADULTOS EN KOTAMA-OTAVALO-ECUADOR
Por La_Mar - Saturday, Nov. 01, 2003 at 7:07 AM

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WANTIYAY : RITUAL FUNERARIO ANDINO DE ADULTOS EN KOTAMA-OTAVALO-ECUADOR
Luis Enrique Katsa Kachiwango

INTRODUCCIÓN
Antes de todo, primeramente pido el perdón y permiso a ustedes mis ancestros, por permitirme hablar sobre ustedes. Gracias por darme la oportunidad de expresar con estas palabras el profundo respeto hacia sus enseñanzas.
Pay shunkulla yayakuna.

"Ñuka wañukpika ama bóveda ukupika churawankichikchu wamprakuna, cárcel ukumanta shinami rikukurin nin. Allpa ukukupi pampawankichik."

"Hijos, cuando yo me muera no me pondrán en una bóveda, porque dicen que es parecido a vivir dentro de una cárcel. Tienen que enterrarme dentro de la tierra."
(Cachiguango María Josefina)

El misterio del wañuy o la muerte es uno de los enigmas que el ser humano de todos los tiempos y todas las culturas ha tratado de descifrar con explicaciones acordes a su realidad social, cultural, política y económica. También en los Andes la muerte ocupa un lugar muy especial en la cotidianidad del runa, tanto que en nuestras comunidades tenemos formas de conocer su cercanía por medio de las señales que nos ofrece la pacha-mama , así como también por medio de los sueños, donde nuestros ancestros nos "avisan" su presencia.

"kachiman rirka" o "se fue a traer sal" es la expresión que utilizamos en las comunidades para indicar la muerte de alguien. Estas palabras por si solas nos indican la concepción andina sobre la muerte, dándonos a entender que no es el final de todo, tampoco es el disfrute del cielo o el sufrimiento del castigo según nuestras actitudes y comportamientos aquí en esta vida, sino el fin de un ciclo natural de vida y el inicio de otro ciclo vital más elevado, a donde vamos a continuar viviendo la cotidianidad. Es el largo viaje que emprende el runa en busca de la sal, que para nuestras culturas constituyeron un ingrediente sagrado, cuya obtención demandaba la realización de largos viajes con retornos en tiempos considerablemente largos.

La muerte es el largo viaje hacia el chayshuk-vida, chayshuk-pacha o el mundo espiritual de los muertos, mundo al que el runa tiene que acceder por caminos muy difíciles de sortear, llenos de espinos, lodazales resbaladizos, fríos extremos, calores altísimos y otros obstáculos hasta llegar a las orillas de un río grande que separa al chayshuk-pacha del kay-pacha o este mundo. Viajar por este camino y cruzar este río es la máxima prueba que todos los runas tenemos que lograr para llegar al chayshuk-pacha, para ello tenemos que demostrar las habilidades y actitudes que hemos adquirido en esta vida. Tenemos que saber todos los oficios de esta vida para sortear los problemas, además tenemos que demostrar hasta que grado hemos sido capaces de criar la vida en el kay-pacha, entendiéndose por criar la vida la convivencia con todos los mundos del universo andino comprendido por el hawa-pacha o el mundo de arriba, el kay-pacha o este mundo, el uku-pacha o el mundo profundo del misterio y el chayshuk-pacha o el mundo
spiritual de los muertos. Tenemos que demostrar que hemos sabido dialogar, entendernos y compartir entre todos como los hijos de nuestra pacha-mama. Si hemos sido capaces de mantener estas cualidades tendremos el apoyo de quienes hemos querido y amado en este mundo. Por eso tenemos que amar y cuidar al perro porque será el acompañante más importante en nuestro "viaje". De lo contrario no podremos vencer los obstáculos y no podremos atravesar el río y solamente nos quedaremos en esta parte del mundo transformados en supay o espíritus vagabundos y errantes causantes de malas energías y enfermedades sin poder penetrar en el chayshuk-pacha, lugar de donde podemos regresar cada vez que nos "llamen" desde el kay-pacha o según tengamos la voluntad de retornar.

Los ancestros nos animan y nos ayudan desde el otro lado, pero también desde esta parte tenemos que ayudar al difunto para que pueda atravesar el río, por ello tenemos que alegrar su partida con juegos y alegrías, tenemos que gritar wantiyay para que los ancestros vengan y ayuden al difunto a recorrer su camino, tenemos que enviar con el difunto sus "herramientas" para que pueda "vivir" su otra vida, tenemos que "mandar decir misa" en su nombre para que todas las pacha-s ayuden al difunto en su recorrido.

La concepción andina de la muerte y la vivencia cotidiana de su celebración tanto en la muerte de niños, como en la muerte de adultos, nos orientan para afirmar con toda seguridad que para nosotros la muerte no existe, todo es un ciclo de vida.

En esta ocasión compartimos un relato que lo hemos vivido de manera directa en la comunidad de Kotama, del cantón Otavalo, provincia de Imbabura-Ecuador en agosto de 1985 con la muerte del tayta Luciano Cachiguango, unos de los wayra-pichak más importantes del lugar. No hemos realizado ninguna interpretación ni explicación del contenido y solamente nos limitamos a narrar lo que hemos vivido, con el propósito de dar a conocer la vivencia andina de la muerte de adultos en nuestra región.

Eran las seis de la mañana de aquel 13 de Agosto de 1985, cuando llegó mi tía alarmada y llena de lágrimas en sus ojos. En breves momentos comprendimos lo que había pasado, mi abuelo había muerto. Inmediatamente mi mamá salió con rumbo a la casa del abuelo, y una vez allí, impotentes contemplamos la realidad. Mi abuelo yacía pálido y mi mamá y tía rompieron en un llanto incontenible.

En medio de lloros y lamentos fueron por agua al río Hatun-Yaku, en medio del patio colocaron el agua en una lavacara grande con hojas de romero. Acto seguido desvistieron al abuelo, le soltaron el pelo hecho trenza y le bañaron. Mientras realizaban el baño, en medio de llantos le hablaron al muerto como si les escuchase:

"...Ima shinashkatak kankiyari taytiku,...Maymantak rikunkiyari taytiku,...Hatariyari taytiku,...Kunanka piwanshi parlasha taytiku,...Kunanka pishi imatapash niwanka taytiku,.Imashi tukusha taytiku,.Kunanka pishi kayman shamuyllatapash niwanka taytiku,.¡rikchari...hatari...taytiku...!"

"...¿Qué te ha pasado, papacito?.. ¿A dónde vas, papacito?... Levántate, papacito.... ¿Con quién hablaré ahora, papacito?... ¿Quién me aconsejará, papacito?... ¿Qué será de mí, papacito?... ¿Quién me dirá siquiera: ven acá?...¡Despierta... Levántate, papacito...!"

Luego de varios minutos terminaron el baño del cuerpo y el cabello, cubrieron el cuerpo con una sábana blanca. Mi tía le peinó el pelo y nuevamente le hizo trenza, mientras mi mamá le vistió con la mejor ropa que mi abuelo había tenido. Mientras le arreglaban, entre lamentos le hablaban al abuelo, diciendo:

"...rikushpa riwanki,...mamitaka chaypimi kanka,...ñukanchikka kaypi queda-nchikrakmi,...ama llakiyakunkichu,...imapash falta-kpika willanki minkashpa kachankapak, wawakunata rikupanki,...ama kunkankichu..."

"... Irá viendo bien el camino...; mamita ha de estar allí...; nosotros todavía nos quedamos aquí...; no estará triste...; si algo le hace falta avisará para enviarle con alguien...; ayúdenos a cuidar a nuestros hijos...; no nos olvide..."

De esta manera, el cuerpo de mi abuelo fue colocado sobre una mesa grande. Estaba listo para "partir" de este mundo en dirección al chayshuk-pacha, el mundo espiritual de los muertos .

De inmediato pusimos sobre aviso a todos los familiares y el acontecimiento pronto fue conocido por todos. De inmediato iniciaron a llegar los familiares y los comuneros ya que el abuelo era muy conocido por su habilidad de ser el mejor wayra-pichak o limpiador de mal-vientos de la comunidad. Los hombres llegaron a la casa con algo de dinero para los gastos y las mujeres con un plato de sal en grano. Era la forma de visitar al difunto en su lecho de muerte. Los familiares nos pusimos de acuerdo, de esta forma unos iniciaron a preparar la leña, las mujeres iniciaron a preparar los ingredientes para la comida y otros se dirigieron a la ciudad de Otavalo para comprar el ataúd requerido.

En los inicios de la tarde y la noche iniciaron a llegar los comuneros, los hombres con un poco de dinero, ramos de flores o coronas de flores y las mujeres cargadas un recipiente grande con la "cena" de difuntos consistentes en una sopa de kinuwa, arroz de sopa, arroz de cebada, sopa de trigo, sopa de avena con papas, entre otras. Esta ofrenda lo recibían las hijas del difunto en tanto que los hombres nos encargamos de ubicar y atender a los recién llegados con una porción de la "cena" que habían recibido y también una porción de champus que el tayta-servicio ofrecía a los presentes.

En los mismos momentos también llegó el tayta-maestro junto a su esposa, de inmediato se colocó junto al féretro, habló al difunto como si le escuchase, se santiguó e inició sus plegarias en kichwa y rezos de oraciones católicas en voz alta. Mientras tanto la comunidad compartía alegremente el encuentro junto al difunto. Luego de la comida comunitaria el tayta-maestro consultó con todos la posibilidad de iniciar los juegos de la ocasión. Con el asentimiento de los familiares y la comunidad, ordenó la conformación de dos grupos para iniciar con el juego del chunkana.

Para el juego del chunkana formamos dos grupos del mismo número, sin límite de cantidad en los jugadores. Cada grupo nombra un cabecilla que dirige el juego para sus partidarios. Mientras tanto el tayta-maestro quema un lado de los 6 granos de maíz al fuego de una vela que son katsa (8) o granos mayores y reparte 12 granos de maíz a cada jugador. El cabecilla del grupo reúne los granos de maíz en un solo montón y se inicia el juego:

Los cabecillas, a manera de dados, lanzan los 6 granos katsa sobre un mantel blanco y según el resultado, se cobra de los granos acumulados del propio montón del jugador. El cabecilla lanza los granos katsa por 3 ocasiones seguidas y cobra el resultado. El juego se hace siempre de izquierda a derecha. Por cada lado negro de los granos se cobra un grano de maíz. Si resulta los 6 granos al lado quemado se llama yana wasi o casa negra y se cobra 6 pares de granos. Si resulta los 6 granos al lado que no está quemado se llama yurak wasi o casa blanca y se cobra 12 pares de granos. Gana el partido el grupo que termine "cobrando" los granos acumulados por el grupo contrario.

Después de cada juego del chunkana elegimos el tipo de juego que se desee realizar con la aprobación del tayta-maestro. El grupo ganador puede solicitar al tayta-maestro que ordene cualquier juego. Entre estos juegos están:

· TANTA-UKUCHA: A uno de los perdedores se le venda los ojos y en esta condición tiene que tratar de atrapar a algún miembro de los ganadores. El que se deja atrapar es el próximo en ser vendado y se reanuda el juego.

· GALLO: A uno de los perdedores se le amarra las manos por la espalda y con una pachallina se hace una especie de cola, para marcar la representación del gallo. Este jugador tiene que imitar al gallo en su cacareo. También se pueden poner a dos perdedores como gallos para que representen una pelea. Otro tercero puede representar a una gallina para que los gallos peleen por la gallina, empujándose violentamente con los hombros y en ocasiones estos "gallos" caen encima de las "gallinas" ocupados en su pelea.

· KURIKINKI: A los perdedores se les hace "alas y cola" con sábanas para simular que son las aves llamadas kurikinki, se les amarra las manos por la espalda y abriendo las piernas, sin doblar las rodillas, tienen que beber una taza de chicha depositada en el suelo.

· PAYA: Dos perdedores se disfrazan de viejo y vieja llevando cada uno un recipiente con harina de maíz. Con esta harina los "viejos" soplan en la cara de cualquier jugador desprevenido. En ocasiones el "viejo" hace el simulacro de hacerle el amor a la "vieja" en cualquier lado y en cualquier oportunidad.

· AYA-DANZA: A dos perdedores se les envuelve con sábanas y fajas desde el cuello hasta las rodillas y se los hace parar frente a frente, uno con la vista al oriente y el otro con la vista al occidente y con la música especial de flauta danzan cruzándose constantemente. Luego se cambia de posición, el uno con la vista hacia el Sur y el otro con la vista hacia el Norte y repiten el baile. Es obligación de los familiares del difunto premiar a los que realizan este baile con un plato de champús, sopa, mote y un balde de chicha.

· LIMA-NDERO: Se hace un nudo en el poncho y se ata por el hombro de los perdedores como una banda insignia y se baila al son de una música especial ejecutada en flauta. El baile termina cuando los bailadores empiezan a empujarse los unos a los otros y culmina con un simulacro de pelea.

· OSO: Se envuelve a un perdedor de contextura fuerte en una sábana de color y se le hace montar a un niño para que represente al mono. El oso especialmente busca a las mujeres para secuestrarlas y pedir recompensa en forma de comida y bebida. En algunas ocasiones cuando logra atrapar a una mujer, el "oso" pone en los hombros su carga y no lo devolverá hasta que le "paguen" su recompensa. El tayta-servicio o la mama-servicia son las encargadas de cumplir con estos "pagos".

· MICHA-SINTIK: Se pone una botella de lado, en el suelo y el perdedor sentenciado se sienta encima de esta botella. Estira los pies poniendo un pie encima de los dedos del otro pie, toma en una mano una vela encendida y en la otra una vela apagada. El juego consiste en que el jugador tiene que prender la otra vela en la posición señalada sin caerse.

· AGUJA-YALLICHI: En la misma posición del juego anterior, el jugador tiene que pasar un hilo por el ojo de una aguja sin caerse.

· BATAN-AY: Para este juego, los perdedores por pareja se sientan cada uno con una faja torcida a manera de azote. En esta posición el uno se echa para atrás poniendo los pies al cielo mientras el otro que está sentado le azota con fuerza, acto seguido el que le azota realiza el mismo movimiento mientras el otro también le azota. Este juego puede durar por lo menos 2 minutos por cada pareja.

· CONEJO: Todos los jugadores, perdedores y ganadores se sientan en círculo poniéndose cada uno un poncho y seleccionan a un perdedor para que sea el cazador del conejo. El conejo es un bulto practicado con la pachallina con dos esquinas salidas que denota las orejas del animal. Este "conejo" recorre de mano en mano por debajo del poncho y las rodillas de los jugadores por todo el círculo y el cazador tiene que encontrar y cazarlo con sus manos. Mientras el cazador busca, el conejo recorre rápidamente y por detrás alguien le toma de las orejas al conejo y le pega fuertemente al cazador. Este juego culmina cuando el cazador logra atrapar al conejo y el que dejó que atrapara al conejo es el indicado para ser el próximo cazador.

· ATUK: los perdedores en el juego del chunkana son los que realizan esta "penitencia" de transformarse en "lobos" utilizando las pachallina-s como rabos. Los atuk tienen la "misión" de ir a robar gallinas o borregos en cualquier parte de la comunidad a cualquier precio. Estos animales robados nunca son devueltos a los dueños aunque se den cuenta del robo ya que los comuneros saben que ese es el oficio del lobo, robar en los corrales. Por lo general los dueños afectados lo consideran como un aporte a la familia del difunto y su carne es ofrecida en comida para todos los familiares y acompañantes presentes en el velorio.

· COLES-PILA-Y: Para este juego, todo el grupo perdedor en el chunkana se sienta en hilera en el suelo abrazándose el uno al otro, en cambio el grupo ganador se para también en hilera abrazándose el uno al otro. El primero del grupo que está parado coge por los pies al primero que está sentado y entre todos halan con todas las fuerzas tratando de hacer soltar al grupo sentado que están abrazados fuertemente para evitar ser separados. Todos hacen muchos forcejeos hasta que logran separar a los sentados. Cada vez que logran separar a la primera persona del grupo de los sentados continúan con la misma operación de "sacar" las coles con todo raíz del suelo.

· MISI: Los perdedores en el juego del chunkana que decidan el juego del misi, que no es otro que adoptar las actitudes del gato, se internan por la cocina o por cualquier otro lugar en donde se presuma que existe carne y tratan de robar de cualquier manera. Hay ocasiones en que el "gato" se da cuenta que dentro de la comida que está cocinándose hay carne, entonces mete la mano, aunque la olla esté hirviendo y saca la carne y se lo come. Por eso el o la persona encargada de la cocina, cuando los familiares inicien este juego tiene que ocultar muy bien la carne porque corre el riesgo de que se acaben robando toda la carne disponible.

· TAKSHAK-AYA: El takshak-aya es la representación de este ser mitológico que según los mayores vive en los lugares en donde se lava ropa en los ríos. Los perdedores del chunkana se desnudan de la cintura para arriba y se disfrazan de este "aya" utilizando sábanas como senos descomunales. Este aya tiene que hacer el simulacro de lavar sus senos en la piedra de lavar ropa mientras llora a toda voz.

· HANKA-RUNA: A los perdedores del chunkana se les amarra un pie para que solamente puedan utilizar un solo pie para su movilización. En esta posición tienen que intentar realizar todas las tareas cotidianas de la vida como barrer, cargar, trabajar la tierra, llevar leña, etc.

· CONDOR: Los perdedores en el juego del chunkana se disfrazan de cóndores utilizando sábanas y cobijas como alas, plumas y pico. Este cóndor tiene que "comer" a algún animal muerto, que por lo general es alguno de sus compañeros del grupo, que también se disfraza colocándose tiras de tela, fajas o cualquier cosa como intestinos y órganos. Con su pico, el cóndor tiene que desgarrar la carne y "comer" los intestinos y los órganos del "animal muerto".

· YAKU-CHIMPAY: El grupo de los perdedores se acuesta en fila uno junto al otro en tanto que una persona del grupo de los ganadores del chunkana carga en sus espaldas a otra persona, toma un palo como bastón y empieza a caminar sobre las rodillas y los pies de los acostados. Estos a su vez mueven con fuerza sus pies simulando ser una creciente de río tratando de hacerle caer al que cruza, quien a su vez tiene que apoyarse con su bastón en cualquier parte para tratar de cruzar el "agua" sin caerse. El juego termina cuando logra cruzar el río.

· SAPALLU: El grupo de los ganadores utilizando sábanas les amarran como bultos a los perdedores y les cargan para "venderlos en el mercado". Le ofrecen sapallo a la persona encargada de la cocina, quien a su vez tiene que comprobar que el sapallo está maduro o no, pellizcando con todas sus fuerzas al bulto amarrado. Si la persona pellizcada dice "ayayay" el sapallo todavía no está maduro, y si no dice "ayayay" el sapallo ya está maduro y está apto para ser comprado. La compra es por cada sapallo un plato de comida. El juego termina cuando todos se aguantan el grito de dolor al ser pellizcados.

· ZAMPU: Parecido al juego anterior, pero en esta ocasión los "vendedores", que son los ganadores del juego del chunkana, amarran como bultos a los perdedores con sábanas y les llevan a las calabazas (zampu) haciéndoles rodar en el suelo y el comprador o la compradora que es la persona encargada de la cocina, tiene que pellizcar para saber si está maduro o tierno. El costo igualmente es por cada calabaza un plato de comida.

· ASUWA-UPIYAY: Los perdedores, uno por uno tienen que tomar un pilchi de chicha colocado en el suelo agachándose con las manos para atrás, abriendo las piernas y sin doblar las rodillas. El juego termina cuando todos logran tomar su chicha en esta difícil posición. Este juego es muy semejante al juego del kurikinke, solo que en esta ocasión no se disfraza de kurikinki.

Con estos juegos y otros más que duran toda la noche, dirigidos por el tayta-maestro, alegramos al difunto y sus familiares apenados, ya que son causa de alegrías, risas y momentos emotivos que "alivian" el dolor de los deudos. Pero cuando llega las cinco de la mañana termina la noche del velorio y en este tiempo hacemos el Wantiyay, el grito ritual, que es el momento culminante de los funerales de adultos en las comunidades de Otavalo.

En el wantiyay participamos todos los familiares y acompañantes del velorio. Para ello el tayta-maestro se ubica en el centro del patio y reza en voz alta varias oraciones católicas y plegarias en kichua por el alma del difunto, mencionando a cada momento su nombre. Luego, en forma prolongada y con toda la fuerza de sus pulmones, el tayta-mestro grita: "¡Wantiyaaaa...!" y todos los acompañantes también gritamos en coro a toda voz :"¡Wantiyaaaa...!". Repetimos el grito por cuatro veces. En estos momentos que son muy emotivos, de la alegría en que pasamos toda la noche, lloramos de dolor porque el grito es impresionante y las palabras del grito llegan al alma de las personas de manera muy profunda. Después del cuarto grito el tayta-maestro continúa con rezos en voz alta y nuevamente repite el grito: "¡Wantiyaaaa...!" por cuatro ocasiones con el acompañamiento de todos los familiares. Es el acto de parear el grito para que surta el efecto esperado.

Desde niños, nuestros padres nos enseñaron a respetar este grito con la explicación de que al momento de pronunciar en comunidad este grito sagrado, se abren las puertas del chayshuk-pacha o el mundo espiritual de los muertos y los ancestros vienen al kay-pacha o este mundo para llevar consigo al alma del recién muerto. Por ello es prohibido estar caminando solo en los momentos de este grito por lo parajes solitarios porque puede resultar afectado seriamente con dolores y enfermedades inexplicables.

Luego del wantiyay los familiares y acompañantes del velorio comemos la primera comida del día consistente en un caldo de papas con pedazos de carne de res para iniciar la preparación del difunto y su salida hacia el cementerio. Luego de la comida, es el tiempo de atender la partida del difunto y tenemos que preparar su "viaje a traer sal". Para ello en el ataúd ponemos los ingredientes necesarios para la "vida" del difunto en el chayshuk-pacha.

· Un plato de barro o de madera con una cuchara de palo: Le servirán al difunto para que pueda coger su comida que le darán en el chayshuk-pacha. No es conveniente mandar con el muerto platos y cucharas de metal, porque dicen que allí dan de comer comida bien caliente y estos trastes son incómodos y el difunto se quemaría con esta comida a cada momento. Estos trastes también le servirán para coger la comida que nosotros le "brindaremos" en ciertos momentos de la semana, el año y cuando "mandemos" decir una misa con el cura en su nombre.

· Una escobilla de ramas de romero : Servirá para que el difunto pueda "barrer" su casa y mantenerla limpia.

· Una soguilla de ramos benditos : Le servirán para que el difunto cargue los granos de las cosechas.

· Doce monedas de baja denominación: Por lo general a estas monedas las llamamos "punkupak" es decir "para la puerta". Le servirán al difunto para que "pague" en la puerta de entrada al chayshuk-pacha.

· Una aguja con hilo : Le servirán para que remiende y confeccione su vestido.

Mientras colocamos en el ataúd estos ingredientes, los familiares en medio de llantos piden al difunto que no se olvide de los que "aún nos quedamos aquí". En muchas ocasiones este acto no se lo hace después del ritual del wantiyay sino en la tarde misma del velorio, pero sin importar el momento, siempre tiene que "cumplirse la costumbre".

Luego de colocar estos elementos indispensables cerramos el ataúd, los familiares que más apreciaron al difunto sacamos el ataúd y damos tres o cuatro vueltas a la casa en sentido contrario a las agujas del reloj como despedida y en el patio con la vista al interior de la casa nos arrodillamos y salimos con rumbo al cementerio.

Luego de ofrecer la misa en honor al difunto en la iglesia de la parroquia respectiva, llegamos al cementerio y colocamos el féretro en el centro del cementerio mientras algunos familiares se encargaban de cavar la fosa y los demás realizaban el intercambio de comidas y la comida comunitaria en honor al muerto. Cuando llegó el momento del entierro, los familiares abrieron el ataúd por breves momentos para que el difunto "contemple por última vez el sumak-mundo o este gran mundo". Finalmente, cerramos el ataúd y lo colocamos en la fosa y lo cubrimos con tierra en medio de llantos y dolor de todos los familiares.

Al retornar a la casa, todos los familiares y acompañantes realizaron el tuminay, que consistía en que el hombre ofreció al pariente más cercano y apreciado del difunto una botella de licor o algo de dinero, en cambio la mujer ofreció a su esposa un plato de kukawi que era una lavacara de alimentos cocinados como papas con tostado, fréjol con tostado, berros con tostado, habas con tostado, arroz con fréjol, papas con pepas de calabaza, tostado con chochos, entre otros. Estos obsequios la mujer lo reunió en una sábana grande que tiendió en el suelo y luego el tayta-servicio lo mezcló y distribuyó en igual proporción a todos los acompañantes, a hombres, mujeres y niños. Igual situación ocurrió con todos los presente que los hombres había hecho al esposo, licores que igualmente fueron distribuidos a todos. Este acto de reciprocidad es muy importante ya que la persona que recibe este tuminay debe tener muy presente lo que recibe, ya que en su oportunidad tiene que "devolver" el presente en la misma cantidad a
ien se lo ha brindado.

En tanto que el tayta-maestro continuaba al lado de la mesa en donde había estado el ataúd del difunto y continuaba rezando en nombre del difunto. Esta situación continuó hasta los tres días, momento en el cual se agradeció a las personas encargadas del servicio a los acompañantes, los tayta-servicio con su esposa, el tayta-estanquero, encargado de la distribución del licor y su esposa, el tayta-maestro y su esposa y la mama-cocinera. A cada uno de ellos se les atendió con un mediano que es una lavacara de papas cocinadas con kuy asado o gallina cocinada. Así terminó los funerales del abuelo.

Pero aquí no fue el final de todo, inmediatamente iniciamos los preparativos para realizar la ofrenda semanal al difunto llamada semana-karay, que es la ceremonia que ofrecimos a los ocho días en el cementerio. Para ello realizamos los mismos rituales del velorio con la presencia del tayta-maestro, los mismos juegos, los mismos responsos, la misma misa con el cura y la misma comida comunitaria que se realizó con el difunto presente. Estas misas fueron realizadas por los hijos del fallecido, todos aportaron por igual para este cometido. Este tipo de misas pueden ser repetidas las veces que los familiares quieran y puedan de acuerdo a su condición económica.

Las mismas actividades realizamos en la mitad del año de su fallecimiento (chawpi-wata-misa-kachay) y también cuando cumplió el año de fallecimiento (wata-misa-kachay).

Desde entonces hasta la fecha, en cada tiempo especial del año como: Año Nuevo, Semana Santa, Ascensión, Corpus-Cristy, Pentecostés, San Pedro, Virgen de Monserrate, Finados, Navidad y otros, los días lunes y jueves siempre vamos al cementerio, al lugar donde enterramos al abuelo para hacer rezar en su nombre y en el de todos nuestros ancestros la comida que preparamos, porque sabemos que en esos días él está allí. Igualmente en ciertos días del año llegan a la casa gente que andan rezando por los difuntos a cambio de comida, allí también aprovechamos para hacer rezar la comida en nombre del abuelo, la abuela y todos nuestros ancestros recordándolos por sus nombres. Finalmente por aquellos difuntos que no nos acordamos hacemos rezar una porción grande de comida diciendo: "por favor, reza por todas aquellas almas de quienes no nos acordamos".

En algunas ocasiones en que no nos preocupamos de "hacer rezar" a los muertos, los ancestros nos hacen soñar, entonces sabemos que debemos cumplir con esta obligación porque ellos siguen viviendo y de vez en cuando nos visitan en los sueños.

Así vivimos en Kotama.


Saludos,

Katsa Kachiwango

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Gracias
Por Verónica - Sunday, Nov. 02, 2003 at 3:38 AM

por tu relato.
Sí, los sueños son un buen lugar para el diálogo.
Saludos,

Verónica

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Felicitaciones
Por david lascano - Wednesday, Sep. 17, 2014 at 1:10 PM
atacazodavid@hotmail.com 0984859616

Felicitaciones compañero, el camino hay que seguir, felicitaciones por sus enseñanzas

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