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Colombia: Situacion del pueblo indigena Kankuamo
Por ONIC y Colectivo Jose Alvear Restrepo - Wednesday, Dec. 03, 2003 at 12:23 AM
colect@andinet.com

Como un desesperado llamado de atención y urgencia por la situación que atraviesa el pueblo indígena KANKUAMO, la Organización Nacional Indígena -ONIC- y la Corporación Colectivo de Abogados "José Alvear Restrepo", envió el pasado 25 de noviembre al Presidente de la República, Alvaro Uribe Vélez, una carta pública, en la cual le solicitan la urgente intervención de las autoridades competentes para que garanticen la vida de dicho pueblo en condiciones dignas.

Todo ésto máxime si se tiene en cuenta que aún después de la Resolución Defensorial 024 del 18 de septiembre de 2002 que "...quiso frenar y evitar la cadena de asesinatos de sus miembros y autoridades, a la fecha hayan tenido ocurrencia otros 82" y más aún cuando a pesar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos haya otorgado medidas cautelares el pasado 24 de septiembre, como respuesta hayan sido asesinados otros 8 miembros de la comunidad.

Por tales motivos, agradecemos la divulgación y
el reenvío de la carta, cuyo texto transcribimos completo:


CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, Dr. ALVARO URIBE VELEZ



Señor

Presidente de la República
Dr. ALVARO URIBE VELEZ



Señor Presidente:


La ORGANIZACIÓN NACIONAL INDÍGENA DE COLOMBIA –ONIC- y la CORPORACIÓN COLECTIVO DE ABOGADOS “JOSE ALVEAR RESTREPO”, a través de esta carta pública quiere poner fin al genocidio de que están siendo víctima los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, y en especial el pueblo Kankuamo. Entre los meses de enero y noviembre de este año han sido asesinados 54 integrantes, mientras que decenas de ellos, incluidos algunos de sus líderes han tenido que abandonar sus ancestrales territorios para salvaguardar sus vidas.


El exterminio del pueblo Kankuamo se expresa en el asesinato de sus miembros y líderes, en el abandono forzado de sus territorios, en el rompimiento de sus lazos comunitarios, culturales y familiares. Todo ello está conduciendo inexorablemente a su desaparición si las autoridades nacionales, regionales y locales en su conjunto no intervienen para impedirlo.


Las causas que están provocando está debacle humanitaria son de carácter estructural: los intereses de las transnacionales en la región que habitan los Kankuamo y los megaproyectos que allí se piensan desarrollar; los intereses de capitales privados, especialmente los de algunas familias muy prestantes de Valledupar; y el conflicto armado, particularmente por el asentamiento consolidación paramilitar en la región. Los Kankuamo quieren su territorio libre de toda expresión bélica y de toda expresión de militarización.


Dentro de este panorama, el Estado colombiano es responsable por acción y por omisión. Ninguna explicación resiste la trágica lógica de los acontecimientos, pues los hechos hablan por sí solos. ¿Cómo puede explicarse que a cinco minutos de la base militar “La Popa” funcione un retén paramilitar?; ¿Cómo se explica que los victimarios de los kankuamo se paseen libremente por la ciudad de Valledupar?, ¿Cómo puede explicarse que después de la Resolución Defensorial No. 024 del 18 de septiembre de 2002 que quiso frenar y evitar la cadena de asesinatos de sus miembros y autoridades, a la fecha hayan tenido ocurrencia otros 82?; ¿Cómo explicar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos haya tenido que intervenir otorgando medidas cautelares a favor del pueblo kankuamo el pasado 24 de septiembre de 2003 y como respuesta hayan sido asesinados otros 8 miembros de esa comunidad?; ¿Cómo explicar que después de un “Consejo de Seguridad” presidido por la entonces Ministra de Defensa dra. Marta Lucía Ramírez, como respuesta se cometan más asesinatos?


Mientras comunidades enteras como las de Murillo y Río seco desaparecen, la impunidad se entroniza en favor de los perpetradores de estos aberrantes delitos que constituyen crímenes contra la humanidad: Un pueblo indígena esta seriamente amenazado por acciones que lo quieren desaparecer de la faz de su madre tierra. Un genocidio anunciado pero “silencioso” se está perpetrando. Basta ya!!.



Señor Presidente: Este es un desesperado llamado para impedir y frenar las muertes masivas, generalizadas y selectivas. Urge la intervención de las autoridades para que éstas garanticen la vida del pueblo kankuamo en condiciones dignas; urge su intervención para evitar el exterminio de este comunidad indígena; urge su intervención para que su territorio sea respetado, urge su intervención para que se reconozca y garantice efectivamente su autonomía, para que se siga cumpliendo la Ley de origen de los pueblos del Sierra por el bien de la humanidad; urge su intervención para poner fin a la impunidad. En definitiva: urge su intervención para que cese la muerte, y a cambio, germine y florezca la vida!!.



Atentamente,



LUIS EVELIS ANDRADE ALIRIO URIBE MUÑOZ

Presidente ONIC Presidente Ccajar



Bogotá D.C., 25 de noviembre de 2003



c.c.

- Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia.

- A su santidad Juan Pablo II

- Embajadas de EEUU, Canadá, Países de la Unión Europea. Suiza, Suecia, Gran Bretaña, entre otras.

- Organizaciones Internacionales y Nacionales de derechos humanos

- Organizaciones Nacionales e Internacionales de poblaciones indígenas

- Comisión Interamericana de Derechos Humanos OEA

- Defensor de Pueblo de Colombia

- Fiscal General de la Nación

- Procurador General de la Nación

- Autoridades eclesiales Colombianas.

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