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Los desestabilizadores
Por Mary Pili Hernández. - Monday, Jan. 12, 2004 at 10:53 AM

¿QUIÉN HA SOCAVADO LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS?

Publicado en El Nacional el 8-1-04
Publicado el Domingo, 11/01/04 11:59pm







No hemos tenido tiempo todavía para darnos cuenta del comienzo de un nuevo año y ya los representantes del Gobierno de los Estados Unidos están atacando a nuestro país. El Sr. J. Adam Ereli, portavoz adjunto del Departamento de Estado de los Estados Unidos ha dado unas declaraciones que son dignas de dedicarles tiempo para su análisis.

¿QUIÉN HA SOCAVADO LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS?

El Sr. Ereli ha manifestado su preocupación por los estrechos lazos entre el Gobierno de Venezuela y el de Cuba, debido a que “Cuba tiene un largo historial de socavar a los gobiernos democráticos”. También manifiesta su preocupación por “cualquier acción que impida los procesos democráticos libres y justos a lo largo del hemisferio”.

Sin ser psicólogo, fácilmente uno puede notar en el Sr. Ereli aquel fenómeno que los expertos llaman proyección. Proyecta el Sr. Ereli lo que durante todo el siglo XX fue la acción de su país sobre Latinoamérica, y que hoy por hoy está ampliamente comprobada, entre otras cosas, porque muchos de los documentos que demuestran las constantes intervenciones de los Estados Unidos en la desestabilización de los gobiernos de América Latina han sido desclasificados y han podido ser revisados por historiadores, periodistas e investigadores en general.

INTERVENCIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS

Para refrescar su memoria, vale la pena hacer un pequeño recuento de la intervenciones más conocidas que el gobierno de los Estados Unidos ha perpetrado en contra de diversos países del continente:

GUATEMALA, 1954: Estados Unidos carga sobre sí el peso de la responsabilidad de haber participado en el derrocamiento del primer gobierno electo democráticamente en ese país, el del Presidente Jacobo Arbenz. El Coronel Carlos Castillo, entrenado en Estados Unidos, fue el escogido para sustituir a Arbenz, luego que los bombardeos aéreos de los B-26 y los F-47 estadounidenses lo derrocaron. Castillo se convirtió luego uno de los más sangrientos y corruptos dictadores de la América Central. Todo para proteger los intereses de la United Fruit Company.

BRASIL, 1964: El golpe de Estado que derrocó al presidente Joao Goulart fue respaldado por buques de guerra y portaviones de los Estados Unidos que permanecieron frente a las costas brasileñas para intervenir en caso de ser necesario. Muchos de los dirigentes que participaron en este golpe también habían sido entrenados en los Estados Unidos, lo cual fue posteriormente investigado por el Senado norteamericano. Coincidencialmente, Goulart estaba a punto de ganar el fallo de la Suprema Corte para expropiar las minas de hierro de la Hanna Mining Company, en Minas Gerais, lo cual fue detenido por los militares que tomaron el poder.

REPÚBLICA DOMINICANA, 1965: Estados Unidos tiene también el peso de haber impedido el regreso al gobierno de Juan Bosch, quien había sido derrocado por militares en 1963, luego de convertirse en el primer presidente elegido democráticamente en República Dominicana, con el 64% de los votos y con un 90% de asistencia a las urnas. Para impedir que el pueblo lo colocara al frente del gobierno nuevamente, Estados Unidos escenificó la invasión más grande que había protagonizado hasta ese momento, al punto de que llegaron a tener en territorio dominicano y en los alrededores de sus costas, el doble de soldados que los que Estados Unidos tenía en Vietnam para la misma fecha.

CHILE, 1973: Imposible no mencionar la participación grotesca de Estados Unidos en el derrocamiento de Salvador Allende, gobierno que también había sido electo democráticamente. Las denuncias sobre la conspiración que fraguaban empresarios privados y la CIA, habían sido hechas por la prensa desde 1972, luego que el gobierno norteamericano aprobó la Ley de Libertad de Información. El “Plan Camelot” coordinó fuerzas dentro de Chile, con el apoyo estadounidense, con la finalidad de derrocar cualquier gobierno electo apoyado por alguna coalición de izquierda. El resultado fue la instauración durante 18 años, con el apoyo de los Estados Unidos, del dictador Pinochet, juzgado por crímenes de lesa humanidad.

EL SALVADOR, DÉCADA DE LOS 80: Carranza, el dirigente salvadoreño de los ultraderechistas escuadrones de la muerte y jefe de la policía del tesoro, vinculado con los asesinatos de sacerdotes, religiosas y campesinos, figuraba por entonces en la nómina de la CIA. Los escuadrones de la muerte atacaron de manera particular a los líderes sindicales, torturándolos, asesinándolos, desapareciéndolos u obligándolos a pasar a la clandestinidad.

NICARAGUA, DÉCADA DE LOS 80: El apoyo a la contrarrevolución en Nicaragua que acarreó el escándalo Irán-Contras, por lo cual Estados Unidos fue condenado por el Tribunal Internacional de La Haya, que los declaró culpables en 15 cargos del derecho internacional por actos de agresión contra Nicaragua, incluidos ataques a instalaciones petroleras, puertos y barcos durante 1983 y 1984. Los “contras” eran un grupo de mercenarios dirigidos y entrenados por la CIA y por oficiales del antiguo dictador Anastasio Somoza. Otto Richt, estuvo involucrado con el caso y actualmente es uno de los que acostumbra a hablar mal sobre Venezuela y Cuba. Se violaron con esta operación la Ley de Exportación de Armas, la Ley de Neutralidad y la Enmienda Boland. En 1990 el propio Presidente Reagan reconocía que la idea de la operación había sido suya.

GRANADA, 1983: Todavía produce indignación la desproporcionada invasión del gran imperio a la pequeña isla de tan sólo 100 mil habitantes, para derrocar y asesinar al Primer Ministro, Maurice Bishop, quien había encabezado una revolución educativa, laboral y social. Le molestaba demasiado a Estados Unidos que algunos jóvenes granadinos estudiaran medicina en Cuba y que ese país contribuyera económicamente para que se construyera un aeropuerto internacional en la isla, con la finalidad de promover el turismo. En la Isla de Vieques, en Puerto Rico, se realizaron los simulacros para la invasión de Granada, la cual fue condenada hasta por la Thatcher.

PANAMÁ, 1989: La incursión de Estados Unidos en Panamá infringió la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la OEA, los Tratados del Canal y la Constitución de los Estados Unidos, sin embargo fue llamada “Operación Causa Justa” porque iba destinada a atrapar a un narcotraficante. Manuel Noriega había sido el protegido de Reagan mientras le servía para adelantar su guerra contra la revolución nicaragüense pero, como suele pasar, después de que dejó de ser útil cayó en desgracia. Estaba en la nómina de la CIA hasta 1976, y luego se le volvió a incluir en 1981. Fue acusado de infiltrar redes de inteligencia en Cuba y en Nicaragua. Si para el momento traficaba con drogas no era importante, porque era un colaborador para intentar desestabilizar los gobiernos de esos dos países.

Lamentablemente, estas son sólo son algunas de las intervenciones más conocidas de Estados Unidos en nuestro continente, sin mencionar las que han hecho contra Cuba que merecían otro artículo, y ni hablar de abril del 2002 en Venezuela.

Algún periodista acucioso le preguntó al Sr. Ereli sobre los antecedentes históricos que Estados Unidos también tiene de interferir en los gobiernos democráticos en Latinoamérica y su respuesta fue muy simple: “la comparación no es válida”. Es verdad, Sr. Ereli, no es válida.

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Por ¬¬ - Monday, Jan. 12, 2004 at 12:24 PM

(...)En el supuesto de que la lucha global antidrogas haya sido concebida en términos políticos, dirigida a enfrentar una posible seria amenaza a las democracias (especialmente a la estadounidense) por parte de las mafias del narcotráfico o por agentes desestabilizadores articulados a ellas, como subyace en la categorización de 'problema de seguridad nacional' consignada por Donald Reagan en 1986, y aún vigente, queda desvirtuada a la luz del registro de los antecedentes históricos, los que permiten demostrar de manera fehaciente que:
- las mafias han sido tradicionalmente reforzadores de regímenes que gozan de escaso consenso social asumiendo tareas represivas y coercitivas, recurriendo inclusive a la práctica del terrorismo de estado y prestándose al derrocamiento de gobiernos y al aplastamiento de movimientos progresista, cuando así, las potencias, se lo han demandado.
- En el panorama internacional es desconocida la existencia de un estado literalmente democrático derivado de la actividad directa del narcotráfico.
- Ha sido evidente el permanente maridazgo existente entre el trinomio drogas-Casa Blanca-regímenes antidemocráticos y/o drogas-Casa Blanca-fuerzas terroristas. Maridazgo del cual no se ha escapado el mismo gobierno de Donald Reagan:
- El sorpresivo envió desde E.U. a Sicilia (Italia) del mafioso Lucky Luciano por la CIA en 1946, para que organizara la Mafia contra el poderoso movimiento comunista de Italia. A cambio del apoyo tácito o explícito de la CIA de su negocio de narcotráfico desde el Medio Oriente pasando por Marsellas, Francia hasta Nueva York.
- Las de las mafias Asiáticas del opio durante la insurrección China en los años 40 pretendiendo dividirla y el posterior tráfico de esta misma sustancia, que desde Birmania, actual Myanmar, adelantaba desde la década de 1950, el general birmano y agente de la CIA Tuan Shi Wen, destinado a financiar las fuerzas contrarevolucionarias Kuomintang de Chiang Kai-Shek en China.
- La designación de la CIA en Laos del narcotraficante Vang Pao, en los 60s, para que encabezara un ejército anticomunista.
- La ayuda económica-logística que la mafia del narcotráfico Boliviano con apoyo de asesores argentinos y bajo la planificación de la CIA, permitió al general Luis García Meza asestar el golpe de estado en Bolivia, el 1o de noviembre de 1979 y establecer una sanguinaria dictadura militar impidiendo que se posesionara Siles Zuazo, candidato de una coalición de izquierda y elegido democráticamente presidente de la República. Dictadura en la que participó el coronel Luis Arce Gómez como Ministro de Interior implicado en organizar escuadrones terroristas de la muerte (v.g."Los Cuchillos Largos" con los expolícias de la Dop Banzerista), con la ayuda del criminal nazi Klaus Barbie "el carnicero de Lyon" y de convertir Bolivia en gran fábrica de cocaína.
- La aplicación desde 1974 a 1985, de la política de exterminio sistemática a opositores y demócratas por parte de la tenebrosa multinacional terrorista "operación cóndor", inspirada en la doctrina de seguridad nacional (causante de más de 100 mil desaparecidos en América Latina), financiada con dineros provenientes de la actividad del narcotráfico, y en la que participaron directamente los regímenes dictatoriales sudamericanos de los generales Augusto Pinochet, de Chile; Hugo Bánzer Suárez, de Bolivia, Rafael Videla de Argentina, Alfredo Stroessner, de Paraguay; Joao Baptista Figueiredo, de Brasil; los gobiernos derechistas de Isabel Perón, de Argentina y Juan María Bordaberry, de Uruguay; y con tentáculos en los grupos terroristas anticastristas residentes en Estados Unidos y de la Avanguardia Nazionale de Italia.
- La creación y financiamiento en los 80s, con narco-dólares de los terroristas escuadrones de la muerte (paramilitares) en Centroamerica y el Caribe (Guatemala, El Salvador, Jamaica) por parte de influyentes militares incrustados en sus respectivos estados.
- El sofocamiento mediante el uso masivo del crack del movimiento negro en los Angeles (EE.UU) durante la década de los 80 y propiciado por la CIA.
- El respaldo cómplice de la CIA, del Consejo Nacional de Seguridad, y del presidente norteamericano Ronald Reagan, administración que supo rodearse de una docena de miembros del opus dei, en la actividad que cumplía desde comienzos de 1980 la contraterrorista en Nicaragua tendiente al derrocamiento del reciente instalado gobierno sandinista, y que comprendía acciones encubiertas para financiamiento (incluyendo la contribución de 34 millones de dólares aportados por la familia Bin Laden), y suministro de armas, mediante la actividad del tráfico de cocaína boliviana hacia el estado de los Angeles y el subsiguiente lavado de dólares, y en la que estuvo comprometido el coronel Oliver North y los aviones de la empresa privada norteamericana EAST.
- El control que en los 80s ejerció la CIA sobre el comercio de la heroína producido en Afganistán, Pakistán y Birmania, y el que usara para organizar, entrenar y armar a la clase media Afgana en el movimiento Talibán durante su avanzada territorial en la guerra contra la invasión soviética a Afganistán. Este movimiento fue creado y entrenados militarmente por Pakistán a través del ISI (Inter Servicios de Inteligencia paquistaní) en 1995, país en donde estuvieron refugiados desde 1986, armados por Norteamérica durante el gobierno de Donald Reagan incluso con 1000 cohetes antiaéreo Stinger, suministro que llegó a alcanzar a las 65 mil toneladas en 1987, financiados también por Arabia Saudita (con un significativo donativo obtenido del comercio de la droga de la Golden Crescent (la Media Luna Dorada, zona montañosa en Irán, Afganistán y Pakistán), apoyados por la transnacional petrolera norteamericana la Unocal Corp, y reforzados militarmente por la organización bélico-religiosa Al-Qaeda (La Base, en árabe) fundada y liderada desde 1989 por el disidente magnate saudí Osama Bin Laden.
- La permisividad del gobierno colombiano ante la creación y funcionamiento de movimientos neonazis (los nacional socialistas: Movimiento Latino Nacional, rebautizado luego Movimiento Latino Socialista), en la década de los 80 por parte del confeso narcotraficante Carlos Ledher Rivas.
- La invasión a Panamá por 24 mil marines bajo la operación 'Causa Justa' bajo el mandato de George Bush (padre), que finalizó con el derrocamiento y secuestro el 20 de diciembre de 1989, del agente a sueldo de la CIA, general Manuel Antonio Noriega, a nombre de la lucha antidrogas y como retaliación por haber ordenado cerrar el banco Firt Inter-American Bank que al parecer estaba implicado con el narcotráfico.[4]
- El forzado desaparecimiento de PCB (Partido Comunista Birmano) en 1989 por parte de la narco-cúpula militar Birmana y la negativa a permitirle la participación en el cuerpo legislativo a la dirigente de La Liga Nacional por la Democracia (LND) Daw Aung San Suu Kyi en 1990.
- La asonada y golpe por parte la cúpula narcomilitar en contra del primer presidente constitucional Jean Bertrand Aristide de Haiti en 1991.
- La alianza entre las fuerzas militares antisubversivas de la dictadura Fujimorista y el capo peruano Demetrio Cháves Peñaherrera, alias el Vaticano, en la década de los 90, para enfrentar y aniquilar al movimiento guerrillero Sendero Luminoso y al MRTA, y el aprovechamiento de esta confrontación para atentar gravemente contra la democracia y los derechos humanos, contando precisamente con el más fuerte apoyo norteamericano en ayuda policial y militar del que se tenga noticia en la historia del Perú.
- La creación en Colombia, desde los órganos de poder, de 30 grupos paramilitares permanentes, 15 urbanos y 15 rurales, con opción de financiarse con dineros de dudosa procedencia, lo que permitió incluso el surgimiento del grupo denominado los PEPES (PErseguidos Por Pablo Escobar), acatando la directiva No. 200-05/91 : Llamando a que los grupos paramilitares pasaran a ser el componente clave del aparato de inteligencia de sus fuerzas militares. Plan Diseñado por un grupo binacional conformado por la CIA, el Departamento de Defensa Norteamericano y un grupo de la oficialidad militar colombiana, en respuesta a una serie de órdenes, que en 1990, hiciese una comisión de asesoramiento de EE.UU, tendiente a reorganizar la inteligencia militar[5] .
- La operación bajo la cual se pretendió inundar con 50 mil fusiles AK47, adquiridos con dineros provenientes del narcotráfico. Y en la que están envueltos un mercenario y traficante de armas Ucraniano, aviador, piloto de Antonov IL-76, al servicio de la mafia de drogas rusa, e importantes colaboradores de la CIA:
El derechista comerciante de armas de origen turco pero nacionalizado Jordano, Sarkis Soghanalian Kupelian, viejo conocido de los gobiernos dictatoriales Latino Americanos (de Anastasio Somoza, y de la junta militar Argentina de principios de los 80s), relacionado directamente con el escándalo Irán-contras en 1989, y quien a instancias de la CIA armó las milicias cristianas en Líbano y el exagente de inteligencia militar y asesor presidencial durante el gobierno tiránico pro Opus Dei de Alberto Fujimory en Perú, Vladimiro Montesinos Torres, quien además de dirigir esta operación, montara en Colombia una vasta red de espionaje en contra de los grupos subversivos, como parte suplementaria de la operación encubierta gestada y orientada por la CIA tendiente a preparar las condiciones para la posterior invasión al país y como preámbulo al plan Colombia[6] .
- El señalamiento que el confeso colaborador de la DEA Baruch vega hiciese de equipamiento por parte de la CIA con 800 fusiles R-15 a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en enero del año 2000[7] .
Frente al largo récord non santo de sucesos protagonizados por la Agencia Norteamericana de Inteligencia (CIA), organismos como la ONU, se han cuidado de calificar (y más aún de condenar) al estado Norteamericano de narcotraficante y terrorista, dejando entrever su dudosa imparcialidad y una desafortunada connivencia crónica con estas prácticas imperiales.(...)

sacado de http://www.geocities.com/manesvil/narcotic.htm (visita recomendada)

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El tiburón y las sardinas en Monterrey ¿Quién desestabiliza a quién?
Por Lisandro Otero - Tuesday, Jan. 13, 2004 at 5:02 PM


2004-01-12


Lisandro Otero, Premio Nacional de Literatura


Roger Noriega, uno de los jumentos del gabinete de Bush, ha rebuznado que Cuba y Venezuela desestabilizan a América Latina. Es obvio que este gángster, salido de las pandillas del odio que infectan a Miami, desconoce la historia de Latinoamérica. Ha sido Estados Unidos quien durante más de doscientos años se ha dedicado a desestabilizar a América Latina, a invadirla, saquearla, desangrarla, retrasar su desarrollo para expoliarla mejor, y todo ello en nombre de la libertad y la democracia.

No cesan de hablar los centuriones del norte del atentado del once de septiembre, pero ¿por qué no hablan del otro once de septiembre?, el que se produjo en Chile inducido por el binomio Nixon-Kissinger, que comenzó con la muerte de Salvador Allende y instauró la tiranía pinochetista que perpetró miles de asesinatos y desapareció otros miles en los años siguientes, régimen apuntalado y bendecido por los gobiernos en Washington.

Entre 1824 y 1994 Estados Unidos llevó a cabo 73 invasiones en América Latina. ¿Es que debemos olvidar la rapiña de la mitad del territorio de México y la deposición del legítimo gobierno de Arbenz por los sicarios de Castillo Armas alentados por Foster Dulles y la United Fruit? Es que hay que borrar de la memoria los miles de nicaragüenses que murieron por la vil agresión de los contras organizados por los matreros Negroponte y Otto Reich? ¿O no tendremos en cuenta a los panameños que perecieron en los bombardeos para deponer a Noriega, aliado de los Bush en el narcotráfico? ¿Olvidaremos a los cubanos que ofrendaron sus vidas defendiendo el territorio patrio durante la invasión de Playa Girón?

De igual manera las dictaduras de Castelo Branco en Brasil, o de Onganía en Argentina, de Stroessner en Paraguay, de Somoza en Nicaragua, de Trujillo en República Dominicana, de Batista en Cuba, de Rojas Pinilla en Colombia, de Pérez Jiménez en Venezuela, ¿no tuvieron todas ellas el estímulo, la aprobación y la reciprocidad alentadora de los Estados Unidos? Y lo peor es que esa maquinaria de sojuzgamiento, represión y fraude ha sido maquillada por una falsa retórica de libertad, democracia representativa, consultas electorales y libre empresa. En el fondo, el imperio apretándole el cuello a sus víctimas.

Es en ese marco que se abre la reunión de Monterrey. El contexto no puede ser peor para el gobierno de Bush. Cuando pidió apoyo para la agresión contra Irak solamente siete, de treinta y tres países, dieron su asentimiento. México sostiene serias divergencias sobre problemas migratorios. Su embajador en la ONU, Aguilar Zinser, fue removido de su cargo perentoriamente tras haber afirmado que su país era un “patio trasero” para Estados Unidos.

Al ser criticado por Roger Noriega por su relación con Cuba el Presidente Kirchner respondió que Argentina no era la alfombra de nadie y la cancillería replicó que los tiempos del “alineamiento automático han pasado”. Brasil está fichando y fotografiando a los ciudadanos norteamericanos que llegan a su territorio en reciprocidad por el tratamiento que los latinoamericanos están recibiendo al entrar en Estados Unidos. El gobierno de Lula tiene serias discrepancias con Washington por las tarifas proteccionistas al acero y los subsidios agrícolas implantados por Bush que perjudican las exportaciones brasileñas.

El repudio al ALCA, definido como el proyecto de anexión final de Latinoamérica a Estados Unidos, ha recibido un repudio casi unánime. Numerosas organizaciones se preparan para manifestar su repudio: obreros, estudiantes, partidos políticos, sindicatos, ONG´s, ya han partido para expresar su rechazo a la convocatoria del tiburón para digerir a las ya no tan obedientes sardinas.

Hasta la prensa estadounidense, encabezada por el influyente New York Times, ya anticipan el fiasco que se producirá en este encuentro. La Cumbre de Monterrey se vislumbra como un nuevo fracaso del inepto Bush y su banda de agentes de las transnacionales petroleras.
http://www.cubadebate.cu/index.php?tpl=opinion-show¬iciaid=1484¬iciafecha=2004-01-12&t=Portada


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