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La Cuenta Final
Por Maximiliano Jozami - Saturday, Mar. 13, 2004 at 1:55 AM

Situación política santiagueña tras la marcha del 5 de marzo.

Santiago del Estero: La cuenta final
¡QUE SE VAYAN TODOS! ¡ASAMBLEA POPULAR!


El viernes 5 de marzo, más de 7.000 personas marcharon en Santiago del Estero. Al grito de “Ahora vamos por los Juárez”, se agregó un inmenso cartel que rezaba “Ahora vamos por los Ick”.

La putrefacción del régimen tomó una fuerte aceleración los días anteriores. El aparato justicialista se terminó de desarticular; los actos de apoyo al gobierno, sin poder convocar a nadie, cesaron. La lucha trabajadora y popular recrudeció. El gremio docente (Cisadems) convocó al paro el primer día de clases. Los padres acompañaron lanzándose a la toma de distintas escuelas y al corte de calles. Obreros y empleados municipales de Quimilí se declararon en huelga por 48 horas.




Juarismo sin Juárez




Descontada la caída de los Juárez, las camarillas locales están en la pelea por la repartija. Kirchner, ante la descomposición del PJ, apela a la “transversalidad”, pero los arreglos de “Chabay” Ruiz (oportunista ex UCR, autodenominado “el hombre de K”) con Juárez son demasiado conocidos; José Zavalía (UCR) cada vez que aparece en una marcha debe retirarse por el hostigamiento de los concurrentes, y Zamora (también UCR, intendente de la Capital), quien ha congelado los salarios municipales para pagar la deuda externa de la comuna es igualmente repudiado.

Las “gestiones” (presiones judiciales, “extrajudiciales” y coimas) para quebrar a los diputados del PJ, con el fin de obtener el desafuero de la gobernadora, no han rendido. Pero la burguesía cuenta con dos leales aliados: la Iglesia y el centroizquierda.




Cuidando la casa
del nuevo ministro




El descubrimiento de expedientes ilegales con información sobre 40.000 personas provocó que Carlos Juárez se hiciera nombrar ministro de Economía en el tiempo récord de 15 minutos, para ampararse en los fueros.

La marcha pasó por la D-2 (una dependencia de la Secretaría de Informaciones). Cuando los manifestantes comenzaron a perfilarse para copar la dependencia, quienes habitualmente manejan el sonido de las marchas (personajes de la curia e integrantes del “Movimiento Político y Social Monseñor Gerardo Sueldo”, un rejunte de centroizquierdistas dirigidos por la Iglesia, que dicen nuclear a diferentes sindicatos y organizaciones como el Mocase[1]), reforzaron el cordón policial. Pero al canto de “Que se vayan todos” y “volveremos a quemar todo/como en el ‘93”, se volteó un vallado y se continuó hacia la residencia personal de los Juárez. Una cuadra antes de llegar, ante un nuevo vallado, los mismos “dirigentes”, a los que se sumó la “Asamblea Popular (sic) por los Derechos Humanos”, tuvieron idéntico comportamiento. Tras 10 minutos de maniobras, la marcha volvió hacia Plaza Libertad.

A la hora de los discursos, la dirección centroizquierdista saludó que se hubiera evitado una pueblada. Es que además del Santiagueñazo, la rebelión que marcó un antes y un después en la Historia Argentina, se suma el hecho que “la Nina” llegó al poder en medio de una abstención histórica de más del 52%del padrón.




Abajo el régimen. Asamblea Popular




Los luchadores santiagueños hemos comprobado que en momentos cruciales, la Iglesia y el centroizquierda están hasta físicamente con la Policía, protegiendo al juarismo.

La “solución” de los “monseñoristas” es pedir una intervención federal que, de la mano de Gendarmería Nacional, sólo vendrá a reprimir al pueblo santiagueño.

Kirchner, mientras desfinancia las partidas presupuestarias sociales, aumentó entre un 12% y un 50% el presupuesto de las distintas fuerzas represivas. Una intervención federal, por lo tanto, significará la continuidad de la Policía de Musa Asar y D’Amico, con otro torturador a la cabeza, y la continuidad del hambre, el desempleo y la miseria social (¿acaso Kirchner dio alguna solución a nivel nacional?). Una intervención no expropiará a Néstor Ick, no encarcelará a todos los que han lucrado con las finanzas públicas. Una intervención federal continuará la política educativa privatista que Kirchner está llevando a cabo con su ministro Filmus y los acuerdos con el Banco Mundial y el FMI, liquidando los últimos restos de nuestro sistema educativo.

La única alternativa a la política patronal, a los juarismos sin Juárez, a las “salidas institucionales”, está en la organizacion de los explotados que luchan en cada marcha, en una gran Asamblea Popular, que tome las riendas del poder en sus manos, y decida:

• Desmantelamiento de la Policía santiagueña y todo el aparato represivo.

• Expropiación del grupo Ick. Cárcel a los defraudadores de las finanzas públicas.

• Salario mínimo equivalente a la canasta familiar.

• Reducción de la jornada laboral, mediante el reparto de las horas de trabajo entre trabajadores ocupados y desocupados, sin disminución del salario.

• Salud y educación públicas y gratuitas.

•¡Abajo el régimen capitalista! ¡Abajo Néstor Ick! ¡Que se vayan todos! ¡Asamblea Popular!




Maxi Jozami
[1] Los militantes del Mocase han negado todo tipo de participación en este Movimiento, atribuyendo el “error” a que uno de los integrantes del mismo sería, a su vez, del Mocase. Algo similar ocurre con el Sindicato de Judiciales.

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