Julio López
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Gulumapu: Boyeco y el fraude de la planificación sin el sujeto
Por Mapuexpress - Informativo Mapuche - Wednesday, Jun. 09, 2004 at 10:53 PM
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Luego de visitar un lugar como Boyeco, la pregunta e interrogante que queda en el aire para cualquier sociólogo ¿alguna de las instituciones que autorizo la colocación del vertedero en el lugar en que se encuentra emplazado hoy en día, conocía que este presentaba un impacto social potencial que llegaría a traducirse en el complejo tema de la contradicción de soberanía entre el pueblo mapuche y el estado chileno?

A simple vista, y luego de escuchar la posición de Isaac Fernández, quien era el encargado de la municipalidad en cuanto al aseo y ornato de la ciudad, vemos que se planifico por las características que presentaba la localización del terreno, es decir: fuera del área urbana. Ese fue el principal criterio, y suponemos que es completamente valido para una planificación tecnicista, que es el único rol que podemos atribuirle a una municipalidad que no cuenta con el suficiente “conocimiento” para poder manejar un tema que se traduce dentro de la política del país, el que es el conflicto mapuche.

Nos damos cuenta aquí que no se tomo en cuenta la opinión de los “ciudadanos” chilenos que se vieron “beneficiados” por la colocación de un vertedero junto a sus cosechas y sembrados lo que representa a una adecuación a nueva tarea productiva cambiando la forma de vida de una población y conduciéndola a exclusión social a través de la falta de capacitación para asumir una nueva tarea productiva. Además no podemos olvidar las características de la cultura mapuche, y particularmente su relación con la tierra, la cual es su sustento y madre a la hora de llevar una forma de vida ecológica ligada completamente a los frutos de la tierra y sus bondades. No podemos dejar de lado este prisma de lado que esta presente en el conflicto y que le da características sociológicas a este Boyeco a la hora de su planificación.

Tal vez para don Isaac sea muy fácil llamar a todos los participantes en el conflicto como ciudadanos, y dejar claro que todos los ciudadanos deben a tenerse a la legislación chilena, etc., pero ¿Qué pasa cuando los implicados no se ven a si mismos como conformadores de esta ley, y sienten que tampoco lo representa? Podemos acaso decir que la política indigenista se sale de estos marcos se coloca en un papel secundario, pero ¿Qué confianza trae un suceso como para el pueblo mapuche en su totalidad?

Maria Huenchuán alega con toda convicción sus derechos, y ¿esto no es acaso legitimo mientras sea considerada como ciudadana? Pues claro que si, pero la respuesta que el gobierno entrega es simple: “nos falta fiscalización”. Y ¿por esto acaso no se puede demandar a un órgano que supuestamente es competente para ejercer las tareas asignadas por un estamento superior como lo es el gobierno? La irresponsabilidad de la Municipalidad, y especialmente de la CONAMA deben ser sancionadas porque, luego de contemplar a través de mi visita a Boyeco las irregularidades y negligencias existentes frente a la regularización del espacio, podemos atribuirle a estos órganos la responsabilidad de aprobar una licitación que no contó con una firme profesionalismo de control regular frente a una empresa privada que acabo las propiedades del suelo, trajo una contaminación horrible a las comunidades (plaga de moscas, jaurías de perros, bandadas de jotes y otras aves, contaminación de las napas subterráneas, etc.) que no se previó con anticipación. Además podemos agregar que la falta de medidas de seguridad y de control, sin que se cumplan las normas mínimas ambientales y de sanidad, hace que el actual recinto mantengan un verdadero supermercado de la basura, hecho que fue denunciado por los propios medios de comunicación a fines del año pasado, donde numerosas personas afuerinas trafican con la basura, viven en el lugar y se alimentan de ella. Quienes residen conviviendo con los desperdicios, hacen permanentes fogatas para la cocción de sus comidas e incluso para reducir metales que son sustraídos e inmediatamente comercializados en el mismo lugar.

Pese a miles de maravillas que el representante de la CONAMA presenta a un grupo de alumnos, a los cuales no se si realmente estaba consiente de su anterior visita al vertedero, acerca de la integración a través de una participación ciudadana que según sus criterios solo se puede demostrar a través de la protesta, de la marcha, etc. nos damos cuenta de la ineficacia de su proyecto de conservación del medio ambiente, podemos identificar la orientación que presentan la mayoría de las instituciones representativas del país: apoyar a un sector masivo de votantes, que puedan, al ver satisfechas sus demandas, dar un voto a favor de sus candidatos. Ello se expresó mejor cuando da a conocer su criterio de estimación de impacto social, el cual va dirigido no a la evaluación del terreno, sino del efecto en personas, especialmente el numero, es decir, “no de una persona, sino a 500”. Por ello esto trasciende la discusión, pero no es el tema que hoy nos llama a escribir.

"El hombre que tiene el vertedero gana millones y millones por recibir la basura y uno aquí sufre todas las consecuencias de contaminación e incendios que ellos nos provocan ¿cuánto más vamos a tener que soportar esto? Estamos a brazos cruzados con esto, perdimos todo, ahora recién la empresa está haciendo corta fuego con maquinarias, pero tuvo que pasar este incendio primero para que recién reaccionaran", dijo Juan Huentemán, luego de un incendio sufrido el 21 de febrero pasado. Juan Huentemán, perdió todo sus terrenos, sus cosechas, y por lo mismo se vio pasado a llevar por una empresa que estaba siendo apoyada completamente por el Estado, donde la fiscalización se convirtió en un “chiste fome” para los residentes de las comunidades aledañas. Las mismas comunidades debieron defenderse frente al fuego al ver que no solamente el trigo, cercos y estacas se quemaban, sino que sus propios hogares que estaban al pie del trigo: ese fue el caso de la señora María Huenchuán.

No podemos hablar aquí de una “buena planificación”, ni tampoco de un “trabajo responsable” por parte de las instituciones gubernamentales que están para asegurar la calidad de vida de los ciudadanos que cada vez son brutalmente golpeados por las empresas privadas, a las cuales el gobierno y la ley deja hacer y deshacer. Por ello estimó que el papel de la planificación puede ser una navaja de doble filo, ya que si es efectuada con los criterios que pertinentes para un contexto histórico, cultural y social especifico puede transformarse en una mejora para la calidad de vida de la población, pero si es ejecutada en la forma “brutal” del neoliberalismo podemos llegar a problemas que trascienden cualquier fenómeno particular para convertirse en un problema del carácter macro social como lo es el de la legitimidad de un pueblo y una cultura como la es la mapuche.

Solo podemos obtener como conclusión que el papel del sociólogo dentro de la planificación es prever las consecuencias en el tema organizativo y social de la población. Para ello siempre se debe tomar en cuanta un contexto, un periodo histórico y las características de los “beneficiados” o ciudadanos que se ven inmersos en el proyecto. Debemos entender que todos no operamos bajo la misma lógica, especialmente en nuestra zona, y por mas que nos hagan creer que las culturas populares no siguen existiendo y manifestando una posición contradictoria a los proyectos de modernización y modernidad sin “el sujeto”, debemos resaltar las condiciones subjetivas y objetivas del territorio mapuche y chileno.


Juan Antonio Chávez de Temuko
Estudiante sociología UFRO.

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