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Ciencia, poder y miseria
Por Carlos Mertens - Saturday, Jun. 19, 2004 at 5:25 PM

Hace unas semanas el gobierno de Berlusconi en Italia intentó defenestrar la teoría de Charles Darwin (1809-1882) sobre la evolución de las especies, en el nivel medio de la enseñanza. Existen antecedentes similares en algunos estados norteamericanos y en escuelas religiosas y públicas dispersas en otros países, incluso en la Argentina.

La mayoría de la gente interpreta que el gran naturalista inglés dijo que el hombre desciende del mono. Por supuesto la teoría de transformación de las especies a través del tiempo –la evolución y el mecanismo por el cual éstas se modifican–, es decir, la “selección natural” (la supervivencia de los más aptos); es mucho más compleja que la simplificación sobre nuestro origen primate.

En el sentido más amplio del término, evolución indica el cambio de estructuras antiguas o actuales por otras nuevas y esto incluye hasta los modos de vida de la sociedad humana. Las definiciones biológicas de Charles Darwin y Alfred Wallace se relacionaban con los postulados dominantes de Thomas Malthus y Herbert Spencer sobre la competencia económica. Estos propugnaban por la liquidación de los “no aptos” y, a partir de su interpretación del evolucionismo darwinista, justificaban la competencia individual y el sistema capitalista de libre empresa.

La evolución no es un camino naturalmente ascendente y sin obstáculos sino, por el contrario, en algún momento sobrevienen instantes de máxima energía desplegada, saltos, catástrofes y revoluciones que finalmente devienen en los profundos cambios.

La potencia desplegada por esos primeros momentos del capitalismo, los adelantos tecnológicos y científicos, fueron el marco en que se desenvolvió Darwin y el conocimiento científico de la época. Más de un siglo después esa dinámica del capitalismo está prácticamente agotada y comprende sin dudas también a los campos de la ciencia y la tecnología.

Como se ve, el conocimiento científico se desenvuelve en un contexto. Está influenciado históricamente y definido política y socialmente por el poder que le otorga recursos y le exige determinado tipo de resultados. La ciencia hoy es una mezcla de tecnología y economía de mercado. Lo que puede salir de esa mezcla, es sólo ese supuesto “avance científico” que algunos defienden y que muy poco puede hacer por la humanidad, la protección de la naturaleza y el planeta.

Entonces, no es casual que en este contexto buena parte del desarrollo del conocimiento científico esté dedicado al armamentismo y, en otro terreno, que surjan expresiones oscurantistas como las de Berlusconi.

En la Argentina, la ciencia y el conocimiento científico, más allá del esfuerzo –digamos casi personal– que hacen investigadores y científicos con muy magros sueldos; se desenvuelven en el mismo estado de cosas que domina a la educación en general. Una situación que, como nunca en la historia del país, está regida por la miseria generalizada. Tengamos en cuenta que si hipotéticamente mañana las cosas comenzasen a mejorar, la recuperación del nivel educativo exigiría décadas.

No se exagera si, como patético ejemplo de cómo está la ciencia y la investigación en el país, tomamos el suicidio del Dr. René Favaloro.

Ver más en: http://es.geocities.com/ciencia_popular/

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pasa con todo cienti Sunday, Jun. 20, 2004 at 11:43 AM
evolucion biologica != darwinismo Che Sunday, Jun. 20, 2004 at 12:59 AM