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Comunicado de Argentina Arde: la lucha y los medios
Por reenvio - Thursday, Jul. 01, 2004 at 8:42 PM

Reenvio comunicado de prensa de Argentina Arde sobre la lucha y los medios

Comunicado de Prensa de Argentina Arde

No. 18 - 28.06.2004

A dos años del asesinato de DARIO SANTILLAN y MAXIMILIANO KOSTEKI

EN LA LUCHA

Todas las organizaciones de trabajadores desocupados críticas al gobierno se unieron en el reclamo por justicia y una multitud marchó desde Avellaneda hasta Plaza de Mayo pidiendo castigo a los responsables. Durante la semana, funcionarios y medios se preocuparon en operar sobre el desarrollo de los acontecimientos y la opinión pública. Los trabajadores desocupados destacaron el incumplimiento del gobierno actual en el esclarecimiento de la masacre y su inacción frente a la delicada situación económica y social. También hablaron de los medios. Y de la unidad.

¡Piqueteros, Carajo! El puente, gris testigo de aquella masacre, volvió a temblar. Reflejo de una proclama que se reencuentra cada mes, desde hace dos años: juicio y castigo. A todos los que ejecutaron la maquinaria asesina para terminar con los impulsos de quienes no se dejan morir. A todos los que ahora avalan el exterminio, cobijando bajo sus escritorios las más oscuras páginas del terror instituído de los últimos tiempos. Masacrando entonces, desnutriendo ahora, expirando mañana. ¡Piqueteros Carajo! Y las agallas de Darío, y la pasión de Maxi, encerradas en miles de puños, anhelos de libertad. La vida misma, estremecida.

“Acá sobrevuela el espíritu de Darío, su espíritu luchador”, afirmó Alberto Santillán, su padre. “Estoy totalmente orgulloso de él, logró que las agrupaciones que tuvieron diferencias firmen un documento en conjunto, para demostrarle al gobierno de turno que están muy equivocados si piensan que nos van a derrotar y que únicamente van a terminar tres policías presos”. La vigilia nocturna del 25 fue antecedida por el escrache a la secretaría de la SIDE desde donde, el día de la masacre, se comunicó Oscar Rodríguez –quien fuera su vicejefe- con el ex comisario Alfredo Franchiotti. “El gobierno ordena, la SIDE organiza, la policía dispara”, denunciaba una pared recientemente pintada. El puente, cortado desde aquel mediodía, recibiría a los manifestantes que acudieron al escrache en el marco de un festival cultural que aportó –a partir de imágenes y cantos- a la vigencia de la memoria de los luchadores caídos, y levantó temperatura en la noche de una Avellaneda que se introducía en el inminente acto del día siguiente.

El asesinato de Martín Cisneros, militante de la Federación Tierra y Vivienda –que, junto a Barrios de Pie, realizaría su evento en conmemoración a la masacre luego del grueso de las agrupaciones- fue “la peor noticia posible para este nuevo aniversario, una señal de alerta para todo el movimiento piquetero, más allá de cualquier diferencia”, según expresaron las organizaciones que convocaron al más nutrido acto del día. Sin dudas, la jornada había arrancado trágicamente temprano.

No obstante, acostumbrados a multiplicar voluntades ante la impasible marcha de los poderosos, el grueso de los militantes dejó constancia de que la memoria no se oprime a balazos, y comenzó la nueva jornada desde la estación donde se acribilló a Darío, cuando intentaba cargar con el cuerpo, aún con vida, de Maxi. Las columnas se dirigieron hacia el improvisado escenario, sobre el puente, donde se leería el documento único. “En esta democracia capitalista, la impunidad continúa con alzamientos militares, judicialización y represión de la protesta social”, afirmó el escrito consensuado por las organizaciones de desocupados críticas al gobierno.

¡Piqueteros Carajo! Entonces, el puente rugió, más vivo que con cualquier embotellamiento de brillantes último modelo. Y tras la consigna “El estado sigue encubriendo. Castigo a todos los responsables de la masacre de Avellaneda”, más de 60.000 manifestantes, entre trabajadores ocupados y desocupados, asambleístas, estudiantes y campesinos, comenzó la marcha hacia la Plaza de Mayo. Eran las 13.15.


UNA VEZ MAS. LOS MEDIOS: Actores Políticos, Corporaciones Reaccionarias.

Ciclos económicos del capitalismo engendran tumores que implosionan regionalmente en el cuerpo de un sistema que se equilibra tras maquillajes superfluos y especulativos, cristalizados en el recorrido mismo de las páginas de cualquier periódico masivo. Las implosiones sociales, también. La desgracia, ineludible, habrá que sanarla.

Entonces emerge, casta, radiante, la prédica mediática. Enciclopedias y propagandas agitativas que el imperio editorial se dedica, pormenorizadamente, a diluir en concentradas dosis entre las tiradas que tiene bajo su tutela. ¿-Cuál es la estrategia? Si el método de protesta de los desocupados no molesta más que a unos pocos empresarios, la maquinaria informativa nos bombardeará con calificativos y seudo argumentos con el afán de engendrar la semilla del grano en la nalga, la antipatía o, al menos, la desconfianza. Cíclica y tácticamente.

La molestia no es material; no es el corte, la toma o la intervención en una boletería de ferrocarriles. No es el método de lucha piquetera en su esencia. Es la decisión política que la produce. Es hora de desarmar la boludización: todos hacemos política. La estrategia de demonizar la ‘política’ edifica la resignación individual, la muerte colectiva. Se construye, así, un pueblo que asiste como espectador a un estadio donde se dirime su propia historia.

Las políticas gubernamentales son acciones políticas, pero también lo son la mano invisible del mercado, las leyes que dictan hombres de carne y hueso; también es política la indeferencia ante los problemas del otro, la pretendida ‘neutralidad’ de los medios de comunicación que nos acompañan en cada momento del día.

Durante la última semana, el diario Clarín –que cuenta con un promedio de 350 mil receptores diarios, el más leído por afano- ha operado intensamente en este sentido: titulares impactantes y notas de opinión escandalizadas. Intentemos limpiar de telarañas nuestros ojos adormecidos.

‘Otro día de caos por marchas de los piqueteros’; ‘Los piqueteros suben la apuesta: 6 horas sin peaje”; ‘Mantienen copado el Puente Pueyrredón’; ‘Un homenaje masivo, pero sin disturbios’;‘ Una incipiente sensación de descontrol’; ‘Sigue en ascenso la escalada piquetera’.

Estas frases que han ocupado la primera plana del ‘gran diario argentino’ en los últimos días, tienen una intencionalidad política clara: instalar un clima social tenso que presione al gobierno a tomar medidas represivas en contra de la protesta social, a favor de los patrimonios de las empresas privadas entre las que, claro esta, se encuentran las periodísticas y sus anunciantes. Un clima social similar al que precedió la Masacre de Avellaneda. “El discurso represivo es exactamente el mismo. En las vísperas de la Masacre todos estaban presionando por la represión. Hoy los empresarios hablan y el Fondo, los medios de prensa y los sectores políticos presionan. Es más, en estos últimos días vivimos tres casos lamentables de gatillo fácil: el pibe de Palermo, el chico de Isidro Casanova y el de la FTV”, analizó Juan Cruz Daffunchio, integrante del MTD Aníbal Verón. Y agrego: “Eso a nosotros nos llama la atención y desde ahí llamamos a la unidad en el campo popular.”

Pasemos ahora a la parte más –lamentablemente- jugosa del asunto: las editoriales y notas de opinión de Clarín, dispuestas a marcar tendencia. (Sugerimos especial atención a las principios humanitarios de los directores de esta orquesta mediática).

“La escalada piquetera pasó decididamente al terreno político, a la disputa efectiva de poder. La dinámica de las movilizaciones tuvo siempre esa raíz, pero ahora ya nadie puede disimularlas con una protesta social.” (Ricardo Kirschbaum, editor general; domingo 27 de junio de 2004).
“La tensión es en continuado, porque los dos protagonistas –el gobierno y sectores piqueteros- apuestan al tiempo, en un terreno que afecta a la sociedad. Es un tema complejo, la disputa se concentra así en la práctica repetida de los cortes de calles, casi como un elemento externo a la crisis social, puramente político” (Eduardo Aulicino, sábado 19 de junio de 2004).
“La creciente belicosidad de los grupos piqueteros, despojados ya de su carácter original de organizaciones puramente sociales para transformarse en facciones políticas que disputan poder. Esa mutación, ahora sincerada, es legítima. No lo es, en cambio, el intento de seguir camuflando esa acción bajo el pretexto angélico de representar a los desocupados y excluidos.” (Julio Blanck, domingo 27 de junio de 2004)

Se viene la segunda:

“Criminalizar sería castigar a un grupo porque reclama trabajo o subsidios. Pero no lo es impedir el uso de la violencia o que se cometan delitos.” (Ricardo Roa, editor general adjunto; 22 de junio de 2004)
“El cumplimiento de la ley no es un capricho ni una conveniencia circunstancial. La credibilidad en el sistema no se recupera si el sistema no se respeta. Es hora de que todos lo entiendan” (Ricardo Kirschbaum, editor general; domingo 27 de junio de 2004)
“Si el Gobierno y la Policía toleran, como lo hicieron, la ocupación de una comisaría, ¿qué protección puede esperar el resto de la ciudadanía en esta era de inseguridad?” (Julio Blanck, domingo 27 de junio de 2004)

Sumado al objetivo de deslegitimar la protesta social ‘politizándola’, estrategia que apunta a la aversión existente en el imaginario social hacia todo lo denominado ‘política’, se intenta presentar a los piqueteros como una actor no perteneciente a la ‘sociedad’con la intención de aislarlos de la opinión pública y convertirlos lentamente en sus enemigos. Paradoja, al fin, en vistas que realmente son sectores marginados de ‘esa sociedad’ que prioriza el derecho a la libre circulación al de la vida, el trabajo, la educación y la salud.
“Me gustaría que en vez de cuestionar tanto los piquetes que hay en capital, que se vayan a los barrios a ver cómo vive realmente la gente. Hay chicos con bajo peso, un pibe de 14 años con 25 kilos, una nena de 1 año con 6 kilos.¿Qué hacés ante esa situación? Bastante canalizamos las organizaciones la violencia que hay en los barrios, que no vengan y les saqueen los shoppings. Nosotros estamos tratando de generar organización en los barrios, tratar de darle una respuesta comunitaria al hambre con un comedor, tratar de trabajar con los adolescentes para evitar que salgan a afanar o que terminen drogados en una esquina. Nos gustaría que los medios vayan a ver un poquito más la realidad, y no la que ellos generan.”, expresaba Laura, del Movimiento de Unidad Popular (MUP). En el mismo sentido, Axel, del MTD Aníbal Verón, analizaba: “Vivimos en una sociedad fragmentada cultural y económicamente y la opinión pública es la opinión de algunos sectores de la clase media que está muy influenciada por los medios, empresas privadas que tienen intereses económicos. Es cierto que hay una mirada negativa hacia el movimiento piquetero, pero también esa mirada está sobre cualquier expresión de conflicto: si los docentes, los colectiveros o los trabajadores de los trenes hacen huelga, siempre hay críticas sobre el conflicto. Acá hay intereses de clase en discusión y hasta que eso no se resuelva es muy difícil revertirlo.”

Resulta extraño que en un país con 18 millones de personas bajo la línea de pobreza, 800 mil jóvenes que no pueden estudiar ni trabajar y una tasa de desempleo que se ubica alrededor del 19 por ciento, se criminalice a aquellos que, en vez de esperar a la muerte con el hambre en las venas, han optado por luchar por una vida digna. No es tan extraño si aclaramos que ese país es Argentina: el de los 30 mil ‘por algo será’; el de los diez años del riojano que vendió literalmente el país, el de un sector empresarial que entre pizza y champagne fugó los capitales que les expropió al pueblo; el de los medios de comunicación que, además de protagonizar la campaña de mano dura, retuvieron un día entero la fotos de los asesinatos de Darío y Maxi, para sólo hacerlas visibles cuando el registro de otros reporteros gráficos comenzaba a correr el velo al ocultamiento planificado del que Clarín –junto a otros interesados- se hacia cómplice.

Sin embargo, aún hay un destello en la oscuridad: ese país es también el de los comedores, panificadoras, bloqueras y todo tipo de emprendimientos productivos que los desocupados organizan colectivizando los restos de la fiesta de unos pocos que el estado les otorga; es el del trabajo junto al barrio de los asambleístas; es el de los campesinos intentando apropiarse de la tierra que les robaron; es el de los padres del ‘gatillo fácil’ luchando por justicia para sus hijos.

“Nosotros tratamos de unirnos y proponer una cultura distinta, una cultura piquetera que muestre que somos seres humanos comprometidos con sueños, que queremos crecer y crear el trabajo cuando no lo hay. Por ejemplo, nuestro grupo Contraviento demuestra que el piquetero con una capucha y un palo también es una persona que puede enseñar música, pintura y que se puede expresar a través de distintas artes. Cuando el enemigo empieza a enarbolar banderas en contra de nuestra lucha, cuando está penalizando nuestro derecho a exigir, despertamos nuestra creatividad como una estrategia para potenciar armas de lucha desde donde pelear”, expresaba Marcial, del MTD Aníbal Verón.


Los funcionarios se posicionan: retórica de la antesala.

Como era de esperar, durante esta semana el gobierno nacional no se quedó callado. Sus distintos voceros intentaron capitalizar el clima de tensión exacerbado mediáticamente para imponer -aunque no sin contradicciones internas- la judicialización como método de aplacamiento y fragmentación de la protesta social, tratando de sortear así el de la represión policial directa, método que los desestabilizaría políticamente. A continuación, alegatos oficiales alusivos.

Ministro de Economía, Roberto Lavagna: “Quizás ha llegado la hora de usar más activamente los poderes que otorga el sistema legal”, en un reportaje publicado el viernes 25 de junio por el Financial Times.
Jefe de Gabinete, Alberto Fernández –quien pareciera responderle-: “Hoy aplicar la ley es reprimir”, el viernes por la noche en la Casa Rosada.
Ministro del Interior, Aníbal Fernández: “La justicia deberá actuar y aplicar las sanciones que le corresponden porque acá nadie puede hacer lo que se le antoje”, el lunes 21 de junio, publicado en Clarín.
Ministro de Trabajo, Carlos Tomada: “Lo que no funciona o no tiene posibilidad de dar una respuesta positiva es la metodología que está siendo absolutamente rechazada por la sociedad”, publicada en Clarín el 19 de junio.
Presidente de la República, Nestor Kirchner: “La metodología piquetera no le sirve al país”, publicado el 22 de junio en la editorial de Clarín.

Veamos las conjeturas de quienes se organizan para defender las necesidades primarias que el Estado, actualmente en manos de estos sujetos y su metodología, no garantiza. “Lo que le sirve al país es el trabajo. Parece que –el gobierno- está más preocupado en cómo nos organizamos nosotros que en lo que él mismo hace”, enfatiza Laura, del MUP. “Hoy procesa y más tarde saldrá a reprimir; porque primero nos van a judicializar, después nos van a meter presos y, cuando los compañeros vayamos a presionar para que nos liberen, nos van a reprimir”, agrega, para concluir afirmando que “el problema no son los métodos, el problema son los reclamos; acá si se solucionarían los problemas sociales que hay, si no hubiera hambre, si hubiera trabajo, no habría gente peleando por comida”.

Por su parte, Gustavo, Coordinador Nacional de la CTD Anibal Verón, aseveró: “Nosotros estamos defendiendo no solamente los derechos básicos de la población sino que estamos haciendo lo imposible por defender al país de la disolución”. Entre tanto, Antonio Vitto, integrante del MTR-CUBa –participante del Bloque Piquetero Nacional-, formuló que “responderle al problema de que un automovilista no pueda circular por la calle frente a la situación de 100 pibes muertos por día no tiene sentido. Acá lo que hay que resolver es el problema de fondo y no queda ni un piquetero, es muy sencillo.”

¡Piqueteros, Carajo!

15.15. La Plaza de Mayo presentaba un marco habitual en los últimos días: carpas verdes por todos lados, cruces que emulaban un cementerio. “Plaza Puerto Argentino”, enunciaba una gigantesca bandera. Era el acampe de los ex combatientes de Malvinas, quienes reclaman contra las espaldas del Estado, frente a la Rosada. Entre tanto, la 9 de julio recibía los primeros pasos de la marcha que despertaba el asombro de personas ajenas a la movilización, concentradas en las veredas, así como lo habían estado en los puentes y lo estarían en la plaza central. Tímidos, pero cálidos y –sin duda alguna- sinceros aplausos aceleraban el paso de las columnas, que comenzarían a bordear el Cabildo a las 15.30, mientras un nutrido número de manifestantes aún recorría la sinuosidad del Puente Pueyrredón. “70.000 personas” asegurarían más tarde desde los altoparlantes.

“Seguimos exigiendo castigo” a quienes en aquellos días “decretaron la represión a un sector del pueblo organizado que se resistía a pagar con más hambre los costos de la devaluación”, proclamó el reclamo unívoco que se volvió a leer al cierre de la jornada, muestra irrefutable del espíritu colectivo y la ausencia de protagonismos que caracterizó el auspicioso acuerdo. Las exigencias de apertura de los archivos de la SIDE –promesa incumplida del presidente Kirchner en octubre de 2003-, el juicio y castigo a los responsables ideológicos y materiales de la masacre y el desprocesamiento de los miles de luchadores populares perseguidos por la justicia son la síntesis de los reclamos más sobresalientes.

No fue una prédica más, ni una conmemoración meramente simbólica. Este 26, en el marco de un contexto por cierto conmocionado, instó a los movimientos en lucha a rediscutir y definir instancias de hermandad que vehiculizaron demandas latentes. Los lazos se regeneran, el tejido cobra potencia; una demostración hacia el interior y el exterior de los que se organizan que permite volver a imaginar colectivamente qué era eso de soñar con la liberación.

“La sangre derramada no se perdona, no se olvida, no se negocia”
Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, presentes, ahora y siempre.


ardeprensa@hotmaill.com

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CIPAYO VENDEPATRIA fenan Thursday, Jul. 01, 2004 at 9:28 PM