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Blumberg, Lucena y la campaña "antipiquetera"
Por Movimiento al Socialismo -
Tuesday, Jul. 13, 2004 at 2:41 PM
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Coyuntura
política Blumberg,
Lucena y la campaña "antipiquetera" "Ayer,
un patrullero, ex flamante Fiat Siena, carbonizado, destrozado e irreconocible
por los golpes, era la más clara imagen del descrédito policial cuando se
trata de una muerte violenta (...) El estallido pareció ser el síntoma más
claro de la pobreza y el hambre que deambula por allí como uno más de los
vecinos" (1). Isidro
Casanova, Villa Tesei, La Boca, Tres Arroyos, Florencio Varela, Valentín Alsina...
En los últimos días se extendieron como un reguero de pólvora las
acciones de masas frente a comisarías e instituciones publicas. Sectores
de la burguesía salieron a decir que se trataría de "brotes de violencia
política organizada" que recuerdan el clima de los 70. Esto no es más que
una campaña reaccionaria para intentar reprimir y criminalizar la
protesta social que surge como producto de la continuidad del deterioro
económico-social más estructural del país y su reflejo en la propia crisis
del régimen, sólo parcialmente recompuesto. Por
lo tanto, estas acciones populares han traducido al terreno de la lucha
la continuidad de esta crisis "orgánica", global del país. Elementos
de continuidad, supervivencia o herencia del Argentinazo, tanto en el
terreno de la crisis de la economía y de las instituciones como en el de las
acciones de masas: de las organizaciones populares y de trabajadores, que
constituyen la amplia vanguardia que Néstor Kirchner no ha logrado aún
reabsorber y/o liquidar de conjunto. Blumberg
y Lucena En
los últimos meses ocurrieron dos llamados de atención respecto de esta
realidad. Hacia fines de marzo y principios de abril, la "crisis de
seguridad" golpeó por la derecha: el caso de Axel Blumberg movilizó a
la burguesía y la clase media alta respecto de la ineficiencia y la
corrupción de su propio aparato político y represivo. La bandera de la
"seguridad", en manos de estos sectores, encarna una orientación que
busca desentenderse de las causas económico-sociales del fenómeno para
buscar imponer una orientación represiva sobre los efectos: "hay ladrones,
hay bandas de secuestradores, hay jóvenes ‘descarriados’...la policía y
las fuerzas de seguridad deben reprimirlos". De ahí se han desprendido
medidas como la baja de la imputabilidad de 18 a 16 años, así como una
orientación de fortalecimiento de la "maldita policía". Como
no podía ser de otra manera, frente a esta orientación reaccionaria
instrumentada por Kirchner y Solá (más allá de matices entre ellos), esta
orientación terminó dando lugar a un "rebote" por la izquierda:
el asesinato de Diego Lucena (como el del "Oso" Cisneros, más allá
de la especificidad de cada caso) por parte de la policía provincial, tradujo
de manera brutal las consecuencias de la orientación burguesa y gubernamental: la
criminalización de la pobreza y de los movimientos de lucha. En
pleno corazón de La Matanza, en Isidro Casanova y Laferrere, barrios de trabajadores
hoy marcados a fuego por la tragedia del desempleo, crece una juventud que
no tiene trabajo ni perspectiva alguna, y a la que la policía se ocupa de
"encuadrar" (2). El
choque de esta realidad de exclusión y pobreza con el endurecimiento de
las leyes y el accionar policial es lo que ha dado lugar a la muerte de Diego.
Esta misma realidad de destrucción del país, en este caso el deterioro en las
condiciones de trabajo, es lo que llevó a la tumba a 14 mineros en Río Turbio
y lleva a 3 casos de muerte laboral por día (3). Esto
se ha venido a combinar con el recrudecimiento de la campaña "antipiquetera"
alentada por sectores de la burguesía y los medios de comunicación. También
por el accionar del propio gobierno que, pasado un año de mandato, no ha
avanzado realmente en resolver el problema del desempleo de masas en el país.
Por el contrario, está intentando ponerse más firme frente a los movimientos
de trabajadores desocupados y la vanguardia clasista de ocupados, donde están a
la orden del día las persecuciones judiciales. Blumberg
y Lucena han devenido así en los portaestandartes de dos soluciones opuestas
al problema de la decadencia económica del país y de la exclusión social.
El burgués Juan Carlos Blumberg, de la mano del endurecimiento represivo del
Estado, es funcional a la continuidad de la actual estructura y orientación
económica capitalista "neoliberal" ("aggiornada" por
Kirchner) en el país. El papá de Diego (obrero de toda la vida) es expresión
de la lucha contra la criminalización de la juventud trabajadora y
desempleada y –de hecho– de una perspectiva de cambio de conjunto,
social, en el país. El
"centrismo", bajo asedio En
este marco, desde distintos sectores de la izquierda se viene hablando hace
varios meses de un "giro a la derecha" de la situación política.
Otros parecen creer que nada ha cambiado, que estamos en las mismas condiciones
que cuando el auge del proceso del Argentinazo. Por
nuestra parte, opinamos que en marzo se abrió una nueva coyuntura: el fin de
la primavera kirchnerista. Esto combina una serie de elementos de crisis que
se presentaron al mismo tiempo (crisis de seguridad, interna del PJ, conflicto
alrededor del 24 de marzo con las FFAA) y de lento comienzo de la experiencia
política con el gobierno de parte de las amplias masas. Con un condimento de
importancia: el ingreso a la lucha de sectores de los trabajadores ocupados,
cuyos puntos más altos fueron hasta ahora la lucha de subtes y la reciente
de los estatales. Una
coyuntura con elementos de polarización social y política, donde la
clase media se ha ido dividiendo. Donde un sector de la burguesía, de manera
cada vez más sistemática, ha ido poniendo en marcha una campaña reaccionaria
contra los movimientos de lucha, que logra el apoyo de amplios sectores de la
clase media. "El
gobierno caería en el despiste si no tuviera en cuenta que es enorme la
repercusión internacional de la situación social y de la seguridad en la
Argentina. Rodeado por el boato chino, Kirchner tropezó, al fin y al cabo, con
el más grave problema que enfrenta su administración. La crisis por la acción
cada vez más violenta de los piqueteros, que se suma a una ola de revueltas
contra comisarías, condiciona seriamente las inversiones externas e
internas en el país. Y, al mismo tiempo, pone en riesgo la relación del
presidente con vastos sectores sociales, ciertamente fatigados de la arrogancia
piquetera en el espacio público. Es que el orden público, razón primera de
ser del Estado, está en juego" (4). Todo un llamado al
"orden" y la represión "legal" de los movimientos de lucha
y los trabajadores, de parte de uno de los principales diarios del país. Pero
también, una coyuntura con ingreso a la lucha de sectores de ocupados y de
circunstancias como la actual irrupción popular contra la represión policial.
O sea, una coyuntura con elementos de polarización política donde el
gobierno hace malabarismos para mantener –como hasta ahora ha logrado–
amplios márgenes de aceptación popular. Es
que, como venimos analizando en estas páginas, Kirchner "es hijo de una
relación de fuerzas que lo sobredetermina y le señala limites permanentemente.
Esto lo obliga a hacer rodeos para enfrentarse con el movimiento de masas y
tomar el camino de menor resistencia: relegitimar el régimen. El gobierno se
apoya en los límites del proceso: la no entrada en escena de los trabajadores
ocupados y la crisis ideológica de los trabajadores"(5). Defensa
del aparato Esta
misma circunstancia y el hecho de la persistencia de una aguerrida
vanguardia es lo que ha ido produciendo divisiones en el seno de la
patronal y el PJ acerca de cómo lidiar con esta realidad. Se
entiende el problema en el PJ, dado que los movimientos de trabajadores
desocupados en cierta forma le están "comiendo" una parte de su
base social / territorial. Esto es así sobre todo en el Gran Buenos Aires,
donde constituyen una especie de red de organizaciones (asambleas,
comedores, roperos comunitarios) de vecinos, jóvenes y trabajadores que a pesar
de sus tremendas limitaciones, es en gran medida independiente del Estado y se
"activa" políticamente en casos como el de Lucena. De ahí el choque
político concreto (no por diferencias de "modelo" económico-social)
que está en el centro de la pelea de camarillas entre Kirchner y Duhalde,
guardián del aparato en la provincia. A
nivel de los empresarios, también se están expresando diferencias ante la política
del gobierno hacia la vanguardia. Es sintomático que a pesar de la enorme campaña
de medios, existan figuras empresariales de importancia como Oscar Vicente
(presidente de Repsol-YPF de Argentina) que sostienen a pie firme la orientación
"centrista" de Kirchner de reabsorción "indolora" y de
cooptación de parte de la vanguardia (6). Otros sectores, los que más se
escuchan, están exigiendo un cambio inmediato de política. Y no solo
empresarios o el PJ. Se han sumado voces de la Iglesia y del propio Alfonsín,
que ha llamado a la represión policial a la "violencia del palo":
"Aparece aquí la confusión entre la necesaria recreación del orden
publico con la represión ilegal. La explicación oficial de su estrategia
frente al problema piquetero parecería sugerir que no es factible conciliar la
necesidad de garantizar la libre circulación, el derecho de propiedad y el
orden publico, con una acción eficiente de las fuerzas de seguridad" (7). Tareas
democráticas Esta
realidad ha puesto a la orden del día una serie de tareas democráticas. La
unidad de los trabajadores frente a cualquier zarpazo represivo es el reflejo
primero y elemental. De ahí que a pesar de las completas diferencias que
tenemos con D’ Elía, el MAS, el FTC, junto con los jóvenes del Ya Basta! y
los compañeros de Praxis, nos hicimos presentes en el acto de La Boca con una
importante columna común. Estas tareas incluyen el castigo a los responsables
del gatillo fácil, así como la lucha por el desprocesamiento de los dirigentes
obreros. Pero
estas reivindicaciones democráticas y unitarias las hacemos siempre desde el
punto de vista político de responsabilizar al gobierno de Kirchner por
esta campaña, nunca en frente único con el gobierno burgués, que es la
política de los que capitulan a él y lo embellecen a los ojos de amplios
sectores de masas, como es el vergonzoso caso de Hebe de Bonafini. Al
mismo tiempo, es necesario ir más lejos y trascender de la lucha unitaria y
democrática a las causas sociales de esta campaña reaccionaria: esto
es, el intento de derrotar a la vanguardia para mantener en lo esencial la
actual economía de penuria, superexplotacion y desempleo de masas que Kirchner
ha venido a continuar. Buscamos
que la lucha democrática esté encarnada por la clase trabajadora y su
vanguardia, expresando esto en el paso al frente de la unidad de ocupados y
desocupados. Y en el apoyo incondicional a los conflictos obreros, como es
el caso hoy de la lucha por el reconocimiento de la Directiva Provisoria de los
mineros de Río Turbio. Así como también el dar pleno impulso a la campaña
por las 6 horas y el aumento de salarios que están convocando los compañeros
del Cuerpo de Delegados del Subte. Roberto
Sáenz Notas (1)
Página 12, 25/6/04. (2)
"Si la tasa de desempleo total ronda el 16% y sin los Planes Jefas y Jefes
alcanza el 20% (sin contar el subempleo que es otro tanto), en el caso del
desempleo juvenil (con datos de mayo del 2003) alcanzó la friolera del ...
51,2%". Contribución a la campaña nacional por la jornada de 6 horas,
Jorge Sanmartino, Socialismo Revolucionario. (3)
Le Monde Diplomatique 61. Se trata sólo de las muertes registradas por
las ART, que incluyen apenas la mitad de los asalariados del país. (4)
Joaquín Morales Solá, La Nación, 30/06/04. Tampoco es casual el título
de la columna de Mariano Grondona del 27 de junio en el mismo diario, trayendo a
colación que las movilizaciones "piqueteras" y en general toda lucha
sería asimilable al foco guerrillero de los 70: "El foco anárquico,
¿disminuye o se expande?". Y escribe: "Estos cuatro episodios de
violencia tienen un rasgo común: la ausencia policial. No son, por otra
parte, aislados: ocurren casi cotidianamente. En las sociedades bien ordenadas,
lo habitual es que la policía controle las calles con prudencia y firmeza, en
el marco de la ley. En la Argentina, la ausencia policial ha dejado las calles
merced a los violentos". (5)
Socialismo o Barbarie (revista) N°16, página 44. (6)
De los movimientos piqueteros, pero también las fabricas recuperadas, aunque
hagan menos ruido. Sobre esta ultima situación, ver en Prensa Obrera 857
la denuncia del proceso de cooptación de Grissinopolis de parte del abogado
Caro. (7)
La Nación, 27/06.