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SIDA- América Latina :La primer arma antirretrovital
Por Cuidate, cuidame, cuidemonos. - Tuesday, Jul. 13, 2004 at 3:36 PM

SIDA-AMERICA LATINA:En Argentina, cerca de 27.000 personas reciben tratamiento...120.000 las personas con VIH.. La primer arma antirretroviral


Mario Osava

RIO DE JANEIRO, jul (IPS) - Jacqueline Rocha Cortes simboliza de
muchas formas la lucha contra el sida, especialmente la participación
social decisiva para controlar la epidemia en Brasil y en otros
países latinoamericanos.

A los 44 años, diez de ellos con el virus de inmunodeficiencia humana
que causa la enfermedad (VIH), actúa en varias instancias de esa
lucha.



Trabaja en el programa oficial contra el sida en Rio Preto, municipio
de 390.000 habitantes en el interior del meridional estado de Sao
Paulo, con alto índice de seropositivos por ser ruta del tráfico de
cocaína.



Su tarea es implantar en los puestos de salud descentralizados las
acciones rutinarias de prevención y control, pero "en la óptica de la
sociedad civil", aclara.



No es funcionaria de la alcaldía, sino integrante del no
gubernamental Grupo de Amparo al Enfermo de Sida (síndrome de
inmunodeficiencia adquirida), en una coordinación que es ejemplo de
la asociación entre gobierno y sociedad civil que caracteriza al
combate del VIH en este país de 178 millones de habitantes.



Además, Rocha Cortes integra el Consejo de Coordinación de Programas
del Programa de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (Onusida), a
nombre de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH/SIDA
(Redla+) y de su filial brasileña, RNP+.



Su historia personal es también ejemplar. Fue contagiada por vía
sexual, como la mayoría de las mujeres que confían en sus compañeros
y no exigen el uso del condón.



La infección no le impidió someterse a una cirugía cardíaca en 2000,
tras un infarto provocado en parte por efectos secundarios de los
medicamentos antirretrovirales.



Luego se sometió también a operaciones para "readecuar" su sexo.
Rocha Cortes es una transexual, pero no reconoce su caso como
un "cambio de sexo", pues "nació femenina". Su condición fue
reconocida en la documentación expedida por la justicia, en la que
figura como mujer casada.



Por ser profesora de inglés, vio facilitada su actuación
internacional y su designación como representante de Redla+ en
Onusida.



Rocha Cortes opina que la fuerte influencia de la sociedad civil en
las políticas contra el sida de América Latina se debe a la
organización y a la "comunicación fluida" de los movimientos de
seropositivos y las organizaciones no gubernamentales (ONG).



Ese universo está organizado regionalmente en las "siete hermanas",
que comprenden la Redla+, dos redes de mujeres que viven con VIH/Sida
y otras de trabajadores sexuales, de homosexuales, y de ONG dedicadas
al sida y a la reducción de daños de las drogas.



La movilización de esas organizaciones logró en varios países que los
medicamentos antirretrovirales (que reducen la mortalidad y mejoran
la calidad de vida) fueran distribuidos gratuitamente o con
descuentos en los precios a todos los enfermos.



Mediante campañas publicitarias y manifestaciones, un grupo de ONG de
Argentina logró que se determinara por ley en 1996 la inclusión de
los antirretrovirales en el listado de medicamentos obligatorios que
las obras sociales sindicales y empresas de medicina privadas deben
entregar a sus usuarios.



La distribución gratuita a los pacientes atendidos por la salud
pública se lleva a cabo desde 1996.



En Venezuela, de 25 millones de habitantes, fue una acción de las ONG
la que obtuvo, en 2000, una sentencia del Tribunal Supremo de
Justicia que ordenó al Ministerio de Salud y al gubernamental
Instituto de los Seguros Sociales entregar antirretrovirales
gratuitos a las personas con VIH, alcanzado ahora a 12.000
beneficiarios.



En Uruguay, con 3,4 millones de habitantes, esa distribución se lleva
a cabo desde 1996. Pero también se requirió un recurso de amparo ante
la justicia, presentado por la Asociación de Ayuda al Seropositivo
(Asepo) para asegurar la continuidad de la entrega de medicamentos
por el Ministerio de Salud Pública.



Quien tiene sida sigue discriminado en todas partes "como adicto o
promiscuo", porque la epidemia empezó entre homosexuales y
prostitutas, pero la mayor discriminación la practican funcionarios y
médicos de los centros de salud, dijo a IPS Liset Collazo, de Asepo,
que reúne a los seropositivos uruguayos.



Las pequeñas dimensiones de la epidemia y de la cantidad de personas
en tratamiento (1.000 pobres que los reciben del Estado y 400 de
centros privados), limita su capacidad de presión, opinó.



En Argentina, cerca de 27.000 personas reciben tratamiento, 80 por
ciento a cargo del Estado, a través de hospitales. El gobierno estima
en 120.000 las personas con VIH, pero las ONG creen que la cifra
puede llegar al doble.



Fueron necesarios varios recursos a la justicia para que el
suministro de antirretrovirales se normalizara 18 meses atrás.
Pero "no hay previsiones, ni stock para cubrir una falta eventual",
dijo a IPS Hernán Agilar, presidente de Familiares, Amigos y Personas
que Viven con VIH Positivo.



El tratamiento bajó la tasa de mortalidad, pero "se incrementó la
morbilidad, porque no hay campañas de prevención de carácter masivo",
criticó Noemí Perelman, presidenta de la Fundación Descida (juego de
palabras con la conjugación del verbo decidir), que atiende a
sectores más vulnerables en áreas médica, psicológica, jurídica y
otras.



El contagio madre-hijo hizo que Argentina tenga la mayor proporción
de niñas y niños con sida en América Latina, reflejando el escaso
seguimiento de los embarazos y "el abuso sexual de menores, ya que
muchas son madres niñas", observó Perelman.



En Brasil la política de distribución gratuita de medicamentos ganó
un carácter ejemplar, entre otras razones por sus dimensiones, pues
alcanza a 140.000 personas, y por el papel decisivo que tuvieron las
organizaciones sociales en su diseño. Se estima que hay unos 660.000
brasileños con VIH.



En todo el mundo solo 400.000 enfermos tienen acceso a los
antirretrovirales, según Onusida, y Brasil concentra 35 por ciento.



Casi 1.400 ONG dedicadas al sida actúan en este país, de las cuales
750 son aliadas de la Coordinación de Enfermedades Transmisibles
Sexualmente y Sida, responsable de la política estatal en la materia,
dijo a IPS Julio Pacca, jefe de la Unidad de Articulación con la
Sociedad Civil y Derechos Humanos del programa.



Además de las ONG, sindicatos y otros movimientos sociales, iglesias,
universidades y empresas participan en todas las etapas del programa
desde su definición, y en las campañas de prevención y control social
de la distribución de medicamentos, observó Pacca.



La presión social, en una "tensión permanente, buena y necesaria",
forzó al gobierno a superar sus limitaciones de presupuestos para
asegurar medicamentos a todos, y a veces hizo suspender campañas
publicitarias que vinculaban el sida con la muerte o estimulaban el
miedo y la discriminación, reconoció el funcionario.



El programa brasileño redujo la mortalidad a la mitad y su excelencia
empieza a trasladarse al sistema de salud, pero la movilización
social es necesaria para "asegurar la continuidad de tratamiento", a
veces amenazada por "problemas burocráticos, interferencias políticas
o de la industria farmacéutica", apuntó Rocha Cortes.



* Con aportes de Viviana Alonso (Argentina), Humberto Márquez
(Venezuela) y Raúl Pierri (Uruguay). (FIN/2004)



Redla +

Onusida, en inglés

XV Conferencia Internacional sobre el Sida - Bangkok, en inglés

TerraViva, diario independiente de IPS de la XV Conferencia
Internacional sobre el Sida, en inglés

Coordinación ETS/SIDA del Ministerio de Salud de Brasil, en portugués

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