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¿para qué se "une" la burocracia de la CGT?
Por REENVIO - Thursday, Jul. 15, 2004 at 4:31 PM

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Aunque con distintos enfoques, la mayoría de los diarios considera que la nueva conducción de la CGT fue la noticia del ámbito político más importante del día. “Unidos para tocar el timbre en la Rosada”, dice el título de Página/12, que sostiene que el triunvirato será manejado “de hecho” por Hugo Moyano. Mario Wainfeld describe en una columna a “Moyano, un camionero en la cima”. Hay recuadros para los otros “triunviros”, José Luis Lingeri y Susana Rueda, esta última saludada por todos los diarios como la primera mujer en la conducción cegetista.


En La Nación, Luis Laugé opina que la unidad de la CGT es una “clara señal al Gobierno de que quiere comprometerse con la fijación de una política de empleo y participar de la discusión salarial”. En al artículo central, el diario de los Mitre asegura que “los gordos hicieron valer su posición y consiguieron acotar el poder al líder de los camioneros”.

Clarín, en una nota de Mariano Thieberger, hace hincapié en que se logró una “unidad provisoria” y se resolvió que si después de un año la fusión está consolidada, Moyano se convertirá en el “único jefe” de la CGT. En un recuadro sin firma, el matutino señala que “la unidad sólo se dio para que dos representantes de la rama oficial –los gordos- hicieran de contrapeso a la figura de Moyano”. El diario de la familia Noble fue el que menos importancia le dio a esta noticia en su primera plana.

Para Ambito Financiero, “el agresivo camionero Moyano quedó al frente de la CGT unificada pero acotado por dos escoltas impuestos por los dialoguistas”. Añade que sindicalista “acorraló a los gordos amenazando con un congreso propio” y dice que la CGT ahora procurará “competir con los piqueteros por el control de la calle”, enfoque con el que coincide Infobae




LAS CAUSAS REALES DE LA "unidad"



Hacia fin de año, un operativo conjunto del gobierno y la burocracia alentó el proceso de unidad de la CGT y permitió conocer una de sus claves. Para el gobierno “los sindicalistas (debían ser) los que se movilicen en las calles y no las organizaciones piqueteras más conflictivas”.

“Moyano y, sobre todo, Daer –agregó–, son importantes para que las negociaciones no se salgan de cauce cuando se abra la inevitable discusión salarial” (Clarín, 10/12/03).

Daer justificó una reunificación de la CGT en la necesidad de enfrentar un desembarco de las organizaciones piqueteras en las fábricas, mientras Moyano atacaba la “metodología” piquetera –aunque todas las victorias de su gremio en el último período fueron logradas a fuerza de piquetes.

Gobierno y burocracia son conscientes del “desembarco” en los sindicatos de todo lo que el movimiento piquetero representa. ATE Río Turbio, Soip, Subterráneos, TDO, Amsafe Rosario y San Lorenzo, municipales de Santa Cruz y otras provincias, petroleros privados del Sur, sindicatos docentes, de la carne, internas de la alimentación, estatales… La lista habla por sí misma. La unidad de la CGT viene a actuar contra este proceso.



La dirección de la CGT quedaría en manos de hombres de Techint, el pulpo que ha impuesto los convenios por empresa, la polivalencia funcional y el régimen de contratos (que convierte al período de prueba en letra muerta). La UOM, que fue “reorganizada” por el pulpo siderúrgico hace tiempo, se ofrece como “prenda de unidad” y ocuparía la secretaría general.



Semanas atrás, el gobierno alumbró en Parque Norte su propio frente piquetero, cooptando a media dirección de la CTA. El propósito fue crear una organización, no contra el FMI, el punterismo patronal, la patota duhaldista o la “derecha”, sino contra los luchadores de la ANT y los sindicatos que reclaman un aumento salarial. Como lo dijeron los funcionarios y lo repitió, en título mayor, La Nación: una organización “para aislar a los (piqueteros) duros”.

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