Julio López
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MI ÚLTIMO DÍA CON SANTUCHO
Por reenvío la fogata - Monday, Jul. 19, 2004 at 10:05 AM

19 de Julio de 1976 - 19 de Julio 2004 Compañero, Mario Roberto Santucho, te recordamos al cumplirse 28 años de tu caída en combate.





"persistir y vencer,
cualquiera sean los obstáculos
y los sufrimientos..."

Comandante Santucho,
hasta la victoria siempre....



Mi ultimo día con Santucho

Por Luis Mattini
La Fogata

El 18 de julio de 1976 –un domingo que precedió a lo que sería el nefasto lunes 19– estábamos reunidos el resto del Buró Político del PRT, en el departamento del Gringo Mena, en un cuarto piso de la calle Venezuela, en Villa Martelli, frente al cruce del Acceso Norte con la Avenida General Paz: Mario Roberto Santucho, Domigo Mena, Benito Urteaga y yo.
Santucho se despedía.
Al día siguiente, después de la reunión de constitución de la OLA (Organización para la Liberación de Argentina, el muy original nombre que propuso Firmenich para la unidad entre PRT, Montoneros y Poder Obrero), saldría para La Habana. Ya le habían hecho algunos retoques para enmascarar su rostro, enrulado un tanto el pelo y con algún matizador que suavizaba su tono renegrido.
Pasajes y pasaportes, todo listo. Saldría más o menos a las cinco de la tarde junto con Liliana. Los esperaba un intrincado itinerario hasta llegar a Cuba.
Se instalaría en La Habana más o menos un par de años y cada dos meses viajaría uno de nosotros para mantener el vínculo directo con el Buró Político. Benito Urteaga sería el titular interino del organismo durante su ausencia.
Santucho no iría, precisamente, de descanso. En Cuba establecería un plan de actividades que abarcaba todo el globo terrestre, principalmente estrechando vínculos con el campo socialista y el tercer mundo. La misión fundamental era conseguir entrenamiento a nivel de oficiales para un centenar de cuadros del PRT-ERP
Aunque me resulte extraño ahora, al recordarlo, el ambiente en esa despedida era de gran optimismo. Creíamos que habíamos pasado lo peor, que habíamos aprendido mucho con los severos golpes recibidos. Entendíamos que la nueva política del PRT de repliegue hacia el movimiento de masas, para consolidarse y estar en condiciones de dirigir la próxima ofensiva del movimiento popular, implicaba una enorme maduración política.
Ese domingo transcurría entre reunión formal del organismo y charlas informales entre amigos. Una picada, algunos brindis, recomendaciones y más recomendaciones de Roby. Ante todo cuidar, la unidad del partido, el funcionamiento aceitado de sus organismos, la regularidad de la prensa, el incremento de la penetración en el movimiento obrero y la dosificación de las operaciones armadas –en hostigamiento permanente a la dictadura–, pero sin arriesgar grandes fuerzas hasta tanto no empezara el nuevo auge de masas calculado en un par de años.
………….
El crepúsculo está cayendo.
Desde la semipenunbra de este cuarto piso, vemos el tránsito de la Panamericana, mientras mantenemos la que será –y lo ignoramos– la última conversación de este grupo.
El Gringo Menna ha salido, como siempre, como un ventarrón. Benito prepara sus cosas canturreando tangos de la Rinaldi por lo bajo. Roby y yo quedamos hablando de su misión en La Habana, de Fidel, de Ochoa y de Piñeyro, de cómo tratar con cada uno de estos hombres claves en Cuba. Discutimos también la composición del Buró Político. Yo sostengo que el mejor cuadro para cubrir la vacante es Eduardo Merbilhá (quien funciona como adscrito, sin ser miembro pleno). Roby insiste con Julio Oropel, un obrero de Córdoba, para mantener "el peso de clase", que se ha debilitado mucho con las caídas.
…………….

Yo estaba participando –¡y lo ignoraba en ese momento!– de la última conversación con Roby, el Comandante, el hombre a quien apenas seis años atrás había escuchado, por primera vez y enmascarado, en un departamento del Barrio Norte.
"... Julio Oropel", "es importante el peso de clase, Luisito..."
Palabras más, palabras menos –hasta donde me es fiel la memoria–, me revisitan cada tanto, al trasluz de ese crepúsculo final de Villa Martelli.)

Por la noche Benito y yo nos retiramos, conviniendo en que nos encontraríamos al día siguiente, después del mediodía, cuando se suponía terminada la entrevista de Santucho con Firmenich. Un encuentro breve, tan sólo para informarnos del resultado de la reunión y darle a Roby el abrazo de despedida.
En el departamento quedaron Santucho, Liliana, Mena, su compañera Ani y el pequeño Ramiro, hijo de Mena. Un piso más abajo vivía Eduardo Merbilhá con su mujer y sus hijos.
En la casa no había guardia y no más armas que una pistola Browning de alza y mira especial, que los cubanos le habían regalado a Roby, las Browning comunes, que utilizábamos cada uno para autodefensa, y un pesado Magnus, orgullo del Gringo Mena, que manejaba a dos manos.
Al día siguiente, 19 de julio de 1976, Santucho no salió de la casa como estaba previsto porque la reunión con Firmenich abortó. Enrique Gelhter, secretario de Santucho, fue a la cita previa con el delegado de los Montoneros y no apareció nadie. Esas cosas solían suceder y no causó demasiada alarma.
A mediamañana, según parece, habría regresado Benito Urteaga con su pequeño hijo. Mientras tanto, los dueños de casa, el Gringo y Ani, continuaban con citas y otras actividades. En uno de esos encuentros habría sido detenido Mena, en la estación Lisandro de la Torre, muy cerca de allí.

Entre las dos y la tres de la tarde de ese día, salía yo de una de las casas de recambio para el Buró Político ubicada en Martínez. Iba acompañado por Guillermo, con intención de dejarlo en la Panamericana y dirigirme a la casa.
Me detuve en una estación de servicio y llamé al departamento de Mena dando mi santo y seña, para activar la señal de peligro, es decir la medida de precaución que tomábamos siempre antes de ir a una casa. En este caso era el teléfono y la palabra "Flores".
–Hola, habla Flores.
Del otro lado de la línea, una voz desconocida y muy suelta de cuerpo me respondió más o menos así:
–¿Flores? ¿Qué dice, Flores, cómo anda? Lo estamos esperando.
Por una de esas jugarretas de la mente, pensé que los teléfonos se habían ligado. Insistí un minuto más y después colgué porque teníamos la información de que la Policía Federal podía llegar a cualquier teléfono en menos de diez minutos.
De inmediato instruí a Guillermo que suspendiera toda actividad y se concentrara a la espera de órdenes, y me dirigí a cambiar de central telefónica para volver a llamar.
Al acercarme a la Avda. General Paz por la Panamericana, miré hacia la ventana del cuarto piso y la vi totalmente abierta, con una luz encendida. No necesitaba más.
Pero, de todos modos, busqué otro teléfono en el barrio de Saavedra.
–Hola, habla Don Luis.
Y otra voz, también desconocida, me respondió. La catástrofe se confirmó.

Después supimos que una patrulla del Ejército, al mando del Capitán Leonetti, había asaltado el departamento y que en el tiroteo murieron el propio capitán y cayeron heridos de muerte Benito Urteaga y Mario Roberto Santucho. Liliana Delfino, Domigo Mena y Liliana Lanciloto, su compañera, integran la larga lista de detenidos-desaparecidos. En otro extremo de la región, por la tarde, era secuestrado Enrique Gelther, también destinado a la nefasta lista.

Se me ha preguntado muchas veces que sentí en ese momento. No me es posible responder. Mis sentimientos quedaron anulados, escondidos por la urgencia de la acción inmediata. Fue como si la artillería enemiga hubiera hecho blanco en el Estado Mayor y las trinchera hubieran cedido.
Asumí el mando, automáticamente, y me dediqué a cerrar las brechas.
Yo era un cerebro que pensaba y un cuerpo que actuaba.
La sensación de que el enemigo había llegado tarde es el único sentimiento que registro de aquellos días subsiguientes, reorganizando la dirección con Eduardo Merbilhá y otros compañeros. Así lo escribí, incluso, en el primer editorial de nuestro periódico El Combatiente referido a los hechos: "El enemigo llegó tarde con su golpe mortífero porque el Comandante Santucho había logrado formar un cuerpo colectivo que era su herencia …". (Cito de memoria)
Sé que hoy pueden sonar grandilocuentes o patéticas estas palabras, pero entonces eran la expresión de un legítimo sentimiento consciente.
Y, si nos salimos de la visión lineal de "victoria" o "derrota" –más aun, "éxito" o "fracaso", o de otros posibles desenlaces–, no me equivocaba. Todos los demás dirigentes, y yo mismo, seguíamos siendo –como he dicho en otra parte– hombres y mujeres con mayores o menores talentos. Santucho seguía siendo diferente. Desde luego, también como él, habíamos aprendido mucho y acumulado experiencia, y así la distancia con Roby se había ido diluyendo en un espíritu colectivo que lo excedía y que trascendió la época.
Se ha dicho más de una vez que la ascendencia de Roby estaba dada porque él era la síntesis de la conciencia colectiva del PRT por encima de la diversidad de sus componentes.
Sin embargo, creo que –aun siendo lo anteriormente dicho parte de la verdad– es al menos insuficiente hablar sólo de "conciencia".
Porque Mario Roberto Santucho –el sucesor del Che en Argentina–, más que la conciencia, era la encarnación del deseo, la pasión colectiva inconsciente que, por medio de una práctica peculiar –en este caso y por las circunstancias, la lucha armada– pugnaba por transformarse en pensamiento consciente, en forma de conciencia social que demanda a cada generación ser fiel a su época.

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Conversación con Luis Mattini
Por Ricardo - Monday, Jul. 19, 2004 at 10:36 AM

lavaca.org

"Lo que hace la izquierda con los planes trabajar no lo haría ni el fascismo" Luis Mattini -dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo en los años 70- habla de Kirchner, los piqueteros, la izquierda, los países socialistas, los asaltos a los bancos, el PRT-ERP, la autonomía, la revolución, el Estado, las construcciones políticas, el cristianismo, el judaísmo y la confesada nostalgia vital -no hacia atrás sino hacia adelante- , de un integrante de una generación que goza del privilegio incierto de vivir a caballo entre dos épocas.


Según su propia estadística, a Arnold Kremer lo llama Arnold solamente una persona: "Mi mamá". El resto lo conoce como Luis Mattini. Tal fue siempre su seudónimo, aunque esta vez puede decirse literalmente que se ha tratado de su nombre de guerra. Luis Mattini fue uno de los principales dirigentes del Partido Revolucionario del Pueblo y su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) en cuya conducción reemplazó a Mario Santucho tras su muerte.

Mattini se exilió en Suecia, y en 1980 renunció al ERP. Volvió a la Argentina con los aires democráticos y con sus ideas enriquecidas por el contacto con el mundo, el tiempo, acaso las incertidumbres.

Puso un taller de carpintería, y actualmente trabaja en la Defensoría del Pueblo de la Nación. Escribió Hombres y Mujeres del PRT-ERP, y también La política como subversión, una obra que muchos de sus lectores definen como "abrecabezas". Allí muestra que la izquierda falló por su manera de pensar, rompe la burocracia de las ideas de los marxistas, cuestiona las nociones sobre la toma del poder, la teoría, la práctica, y hasta la percepción del tiempo, postulando evitar la veneración por ciertas momias del pasado y la superstición acerca de un supuesto futuro inexorable, revalorizando la vida y la acción en el presente.

Todas estas ideas fueron empalmando con las experiencias y los criterios sobre autonomía (con respecto al Estado, a los partidos políticos y todos los etcéteras imaginables) y horizontalidad (contra el verticalismo) para romper lo que -según esta mirada- resulta el centro del sistema de dominación: las relaciones sociales.

De todos modos Mattini no escribió Cómo ganar amigos (al menos en la izquierda ortodoxa) y recibe mamporros ideologistas que soporta con un pensamiento ágil y profundo, y con un sentido del humor que logra desdramatizarlo todo. Incluso un resfrío veraniego que casi no lo deja hablar. Estrujando un pañuelo entre estornudos, anuncia:

-Todo lo que diga puede ser usado en mi contra. Pero además, es posible que después lo niegue. O que diga que cambiaron las circunstancias.

-Hasta que tal desmentida ocurra, ¿qué balance propone de este período signado por el gobierno de Néstor Kirchner?

-En términos personales, cuando me preguntaban cómo se escribe Kremer yo decía "con K de kilo" y ahora digo "con K de Kirchner" (se ríe y estornuda). Pero en general, es difícil opinar, porque si uno lo ve desde un punto de vista clásico, de la acumulación de poder, de los cambios cuantitativos, el gobierno se embolsó todo el esfuerzo de los que proponían el cambio. Desde esa perspectiva podría uno ser pesimista. Pero yo lo veo desde el ángulo de la gente que lucha y se organiza, de cómo piensa y siente: su subjetividad. Veo las fábricas recuperadas, los MTD, un movimiento autonomista que ha quedado como secuela del 19 y 20 de diciembre del 2001.

-¿Y en ese ángulo no se percibe también cierto pesimismo?

-A mí me parece que hay muchos elementos para ser optimista, pero no porque al gobierno le vaya bien o mal. Al gobierno le va como puede, en mi opinión. No hace todo lo que quiere sino todo lo que puede. Lo digo para bien y para mal ¿eh?. Quiero decir que hay una cruza de tensiones donde cada uno opta. El presidente opta ceder ante tal o cual lugar. Hace lo que puede, y también lo que quiere el poder. Pero no me preocupa tanto la cuestión del manejo de la deuda externa, por ejemplo, ahí hay diez mil teorías distintas, sino lo que vivimos como desarrollo interno. Una cosa que veo es que con el señor K hay una especie de voto vergonzante. Estoy seguro que hay más de cuatro progres que protestan por lo que el gobierno hace contra los piqueteros, pero en el fondo están contentos de que los contengan. Así como hay gente que decía "no lo voté a Menem" y era mentira. Es una enfermedad nacional.

-La brecha entre lo que se dice y lo que se piensa.

-El doble discurso. Dicen: "¡qué hijo de puta, cómo habla de reprimir a los piqueteros!" y en el fondo están contentos de que se mantenga un equilibrio, no sea cosa que se le vaya la mano a los piqueteros. Pero lo central es que Kirchner es una resultante inesperada de algo inesperado. Es la consecuencia de que del lado del campo popular, del lado de las fuerzas del compromiso histórico, no ha habido posibilidad de organizar algo distinto. Hasta ahí yo digo lo mismo que dice medio mundo. Lo dice Patricio Echegaray (del Partido Comunista e Izquierda Unida) o cualquiera. "No fuimos capaces de construir otra cosa". En lo que yo me diferencio, y muchos compañeros, es que no se trata de un problema de capacidad o buena voluntad lo que impidió construir, sino que no se entiende lo que está pasando en el mundo. Cómo han sido los cambios de paradigma.

-¿Cuáles son esos cambios?

-Que los movimientos emancipadores se producen con un grado de autonomía, sin esos férreos lazos ideológicos que tenían antes. No quiere decir que no tengan ideología, pero no tienen, digamos, sin ideologismos.

-¿La diferencia sería el dogmatismo?

-Exactamente. Un tipo de una fábrica recuperada, por ejemplo, capaz que es radical, otro es peronista, otro cristiano. Pero ¿cuál es el aporte verdaderamente ideológico y radical en esto? Que el que recupera el trabajo está convencido de que el trabajo no debe ser asalariado. Eso es más radical que si me decís que sos comunista, guevarista o lo que sea. Uso la palabra radical porque revolucionario me gusta mucho pero está muy desprestigiada.

-Lo radical, o lo revolucionario, no está entonces en las palabras.

-Ni siquiera es lo que se está viendo sobre la superficie, sino por debajo. Fábricas recuperadas, movimientos de desocupados, asambleas. A veces en términos prácticos puede parecer una zoncera, porque no es que tomaron el poder ni quebraron nada. Pero desde el punto de vista de la subjetividad, es un cambio muy fuerte.

-La izquierda dice que no.

-Es que hay algo que quiero decir. Es, digamos, mi tesis de época: no hay izquierda. No hay izquierda. Lo digo rescatando la palabra izquierda como lo radical y revolucionario: no hay izquierda. Lo que hay son actos de izquierda.

-¿Por ejemplo?

-Quiero decir que el PO (Partido Obrero) en determinado acto puede ser de izquierda, pero tal vez en el acto siguiente es de derecha. La llamada izquierda tiene frecuentes actos que son de derecha, por no decir fascistas. Esas posiciones amenazantes en marchas pacíficas son del tipo fascista. No estoy diciendo que son fascistas.

-Estamos hablando de las acciones.

-Claro. Ir a una asamblea y patotearla es un acto fascista. Es un patoteo verbal. Ni siquiera, podría decirse, tienen las pelotas de un fascista que va con un garrote. Te patotean con "la víctima", que no son ellos. En realidad, ni siquiera son como los fascistas, que al menos tienen cierta... (Mattini estornuda, y no termina la frase, hábito que suele practicar entendiendo que su interlocutor cierra la idea).

-Salud. ¿Está comparando a cierta izquierda argentina con el fascismo?

-Voy a poner un ejemplo. Los manejos que están haciendo determinadas organizaciones de izquierda con la administración de los planes trabajar, es antisocialista, anticomunista, no voy a decir fascista, es peor que fascista, porque los fascistas no lo harían, tienen otro estilo. Eso que hacen aquí esas organizaciones es del más puro criollismo clientelar, no quiero decir peronista o radical para que nadie se ofenda.

-Hace poco, en una de las Rondas de Pensamiento Autónomo, alguien habló de "punterismo piquetero".

-Sí, pero hablamos de organizaciones que se dicen marxistas leninistas. A esos compañeros les digo: señores, nosotros (se refiere al PRT-ERP) como los anarcos, nos financiamos asaltando bancos. Si ustedes son tan revolucionarios, asalten bancos. Se los digo públicamente. Háganlo, pero aprovechar la situación de debilidad de la gente, hacer esa manipulación con los planes, es absolutamente indignante. Porque ni siquiera es como hacía el Partido Comunista, donde el obrero donaba su jornal para el partido. No hay esa relación. Pero todo es con aparatosidad, poniéndole gorritas y camisetas a todo el mundo, que se las cobran, por más que sean monedas.

A nosotros nos puede acusar de haber sido Robin Hood, pero hacíamos lo contrario: afanábamos a los ricos para darle a los pobres. Puedo autocriticarme en eso, pero me parece que no es lo mismo. Esto lo han transformado en una situación de salida laboral para los militantes. La renta partidaria. A eso me refería con actos de izquierda o de derecha.

-Pese a tal panorama, usted hablaba antes de elementos para el optimismo.

-Es que aunque hace mucho que no viajo -la ventaja de los exiliados fue que pudimos conocer otros lugares-, me parece que están ocurriendo cosas muy radicales aquí. Sigue siendo un campo de experimentación aunque mucha gente ande diciendo para qué sirvió el "que se vayan todos" o las asambleas, o todo eso.

-La sensación es que todo se fue diluyendo.

-Pero me parece que se siguen midiendo las cosas como se midieron tradicionalmente: acumulación de fuerzas, contar los votos. Y yo creo que no es así, hay cosas que son un cambio bastante profundo en la subjetividad, en el modo de pensar de la gente. ¿Cómo pensaba la gente hace 6 ó 7 años, en pleno menemismo? El cambio es grande. Al mismo tiempo la persona que salió el 19 y 20 porque le dio un ataque capaz que ahora dice "piqueteros de mierda". Está claro. Pero me parece una reducción decir que la gente salió sólo por el interés particular. La persona que tenía guita en el corralito salió por algo más que el corralito. Y hoy ya tiene la guita. Pero en aquel momento se produjo un clic en las personas, que es como se producen las cosas en los grandes momentos.Y hoy se puede rescatar que debajo de la administración del Estado y de los movimientos formales, hay algo que se mueve, bien o mal, conformando una nueva subjetividad y otra manera de hacer el socialismo o llamalo como vos quieras: el ideal que cada uno quiera, la idea es hacerlo aquí y ahora.Eso condiciona a los de arriba. Y también a los de abajo. Kirchner no puede hacer todo lo que quisiera hacer, para bien o para mal. Aunque fuera la continuidad de Menem, de todos modos no puede hacer lo mismo. Porque a Menen la sociedad le permitió hacer las cosas. Nadie le puso una pistola en la cabeza a la sociedad, como pasó con la dictadura. La sociedad compró el viaje al Primer mundo, y cuando digo la sociedad, lo hago muy extenso.

-No sólo los que viajaron a Miami.

-No, el tipo progre, con buen sueldo, tiene su mucama y su mucama también se beneficia con el viaje al Primer mundo. Los teléfonos celulares son la mejor expresión. Hoy parece que nadie puede vivir sin teléfono celular.

-Voy a apagarlo, por si acaso. ¿La idea es que se rompió esa manera de pensar de los tiempos menemistas?

-Creo que se rompió en parte, por lo menos, y las perspectivas son halagüeñas más allá de Kirchner. Para mí, todo esto es la mejor expresión de que las ciencias sociales no pueden prever el futuro. Se produjo el 19 y el 20. En términos tradicionales ¿qué podía salir? La revolución socialista en un extremo, o la revolución democrática para los intermedios, la revolución francesa. O el fascismo, el golpe militar. Resulta que no fue nada de eso, todavía están buscando saber qué es. Aparecieron cuatro o cinco presidentes, tomó el bastón un petiso cabezón por el que nadie daba cinco guitas, que era de la mafia y qué sé yo, pero demostró tener capacidad para administrar una transición. Logró lo que querían, guste o no. Evitó la famosa ruptura institucional, lo que quería la burguesía y, no nos engañemos, lo que quería todo el mundo. Nadie quería un golpe de Estado y muy pocos querían una revolución insurreccional. Lo insultan al petiso, pero tuvo esa capacidad. No digo que fue bueno ni malo. Le metieron un brulote con lo de Maxi y Darío (los piqueteros asesinados en Puente Pueyrredón el 26 de junio de 2002) pero fue muy dudoso cómo fue eso. No digo para defender al petiso, sino para tener en cuenta cómo juega la hijaputez de la política con las vidas humanas. Por eso se llamó a elecciones. Yo no recuerdo elecciones con menos expectativa. Cuando subió Illia (Arturo, radical que llegó a la presidencia en 1963 gracias a que el peronismo estaba proscripto), tuvo el 22 por ciento de los votos, pero había una tensión política con el peronismo que justamente actuó como una oposición que reventó todo. Pero acá no es que alguien decía "somos la masa ausente". Todos estuvieron representados. La gente votaba diciendo "qué sé yo". Kirchner era el tipo menos carismático, el pingüino perdido de la Patagonia. Menem tenía la rayadura de que iba a ganar en primera vuelta.

-Kirchner ni siquiera era el candidato original de Duhalde.

-No, era el descarte, entró sin llegar al 20 por ciento. Dicen que es legal pero no es legítimo, pero el tipo empieza a acumular y acumular de una forma a la que no se le presta demasiada atención: sobreactuando. No digo que no hace nada, sino que hace y sobreactúa lo que hace, como cuando vos subrayás una palabra al escribir. Pero estos son actos, políticas. Hasta cuando habla, es un hecho. Tendrá el traje cruzado, mal abrochado, pero ningún presidente habló a las Fuerzas armadas como lo hizo Kirchner. Y el contenido de las palabras es sólido, no es ningún tonto. Y va creando una expectativa. Por supuesto hay gente que se embala y cree que este es el nuevo movimiento histórico o qué sé yo. Están los jóvenes K, los hombres K, pero lo realmente positivo es otro asunto. La gente salió de lo peor que le puede pasar a una sociedad, que es el escepticismo. Yo no digo que haya que salir del escepticismo con la ilusión, pero sí poder decir: "puta, somos capaces de hacer".

-Volver a confiar en que se pueden hacer cosas.

-Eso. Para mí por eso se revitalizó la cuestión de las asambleas y movimientos, incluso para enfrentar al gobierno. Tiene la virtud de poner en marcha incluso a quienes lo putean. Se trata de volver a confiar en la propia capacidad, cosa que Menem había llevado al punto de hacer creer que no se podía hacer nada.

-La política de la resignación.

-Y una especie de terrorismo moral. Así como el terrorismo de Estado era que te cortaran la cabeza si hacías algo, Menem tenía una frase: "somos a prueba de balas". No me acuerdo qué chanchullo habían hecho y zafaron. Eran a prueba de balas. Con la Alianza fue lo mismo, lo del Senado y todo lo demás...

-Siendo que había ilusión de que las cosas mejoraran.

-Es que ahí se demuestra otro gran error de la izquierda, que cree que cuanto peor, mejor.

-La agudización de las contradicciones, que serviría para concientizar a la gente sobre lo malo que es todo.

-Ya no sirve pensar así. Cuanto peor, peor. Kirchner a mí no me cae ni más ni menos simpático. Creo que descubrió su propia potencialidad. Estoy seguro de que él tampoco pensó que podía hacer muchas de las cosas que hace. Pero ante la circunstancia, reaccionó de manera inesperada, con una creatividad que por lo menos te obliga a mirar las cosas con cierto respeto. Me obliga a cambiar mi mecanismo y mis formas políticas, suponiendo que esté en contra de lo que hace. No lo puedo atacar de la misma forma que lo atacaba a Menem o a De la Rúa. Y eso es lo que creo que la izquierda no ve.

-Pero lo que le cuestionan es que tomó banderas ajenas para legitimarse.

-Bueno, pero supongamos que él le dio un espaldarazo a las fábricas recuperadas. Si el riesgo que corrés es que se queda con el prestigio y se gana al cliente, lo lamento. A veces la oposición está en una trampa. Lucha para que el gobierno haga tal cosa. Pero si el gobierno lo hace, lo acusan de robar las banderas. Por ejemplo: Kirchner, con dos o tres medidas, dejó sin programa a la Izquierda Unida. Eso no porque sea un genio, sino porque IU es un sapo. La famosa cárcel a los genocidas, como si fuera la consigna central de un movimiento político. La consigna está bien, pero que sea el eje de todo... (se suena la nariz). Bueno, al carajo. Se derogó la obediencia debida, y la IU se quedó sin programa.

-¿Pero cuál sería el programa de Kirchner?

-Por ahora hay un equilibrio. Encontró una vía inesperada para él mismo, y se la jugó para adelante. Se lanzó, y va construyendo su consenso. Yo creo que tiene un proyecto en la cabeza como peronista clásico, que es rehacer el aparato industrial del país en base a la venta de granos, y con eso financiar la cosa, mientras negocia la deuda externa. Para mí este hombre no es un agente del imperialismo. Sí creo que plantea una industria nacional y todo eso. Pero creo que ese proyecto es inviable. Sobre todo porque no se tiene en cuenta la crisis del campo argentino. Aunque ese es un tema largo de tratar.

-Una dificultad de ese proyecto es que no hay tales empresarios nacionales.

-Claro, eso surge si pensamos cuáles son los sujetos que tendrían que llevar adelante ese proyecto. Los empresarios, la clase obrera. La izquierda sigue con ese tipo de ideas. Pero con la revalorización que nos hizo hacer el 19 y 20, vemos que ya no hay esa división tajante del obrero industrial, el sujeto pequeño burgués... Acá está todo mucho más mezclado. ¿Qué sos vos? Si estás en una cooperativa, antes eras un trabajador de cuello blanco pero ya no sos un asalariado. ¿Quién te explota? No se sabe. Antes era una sociedad muy ordenada. Ahora hay una ruptura y crisis de identidad.

-Cuando se habla de eso, no sé quién soy.

-Y si me preguntan a mí, con las vueltas que ha dado mi vida, a esta altura ni me puedo reconocer en el espejo. Pero lo real es que hay un nuevo sujeto, que se está constituyendo. Eso me convence del pensamiento de Toni Negri. Y mientras ese sujeto se constituye, que Kirchner administre de la mejor manera posible. Esa sería mi idea. Apretarlo para que administre lo mejor posible. Pero no apretemos por los "planes trabajar", sino para que haya planes productivos, ¿me explico? Para las fábricas recuperadas, para que salgan proyectos nuevos. En eso digo que no me importa tanto lo de la deuda externa. Si se puede retener parte de ese pago para verdaderos proyectos de acá, es una cosa, pero que se retenga sólo para que los capitalistas argentinos ganen más, no me interesa.

-Sin embargo, toda esa idea de gente que se pone en marcha, de autonomía y demás, no se entiende si es muy antigua, o muy nueva. Y es cuestionada frente a la noción de que la forma de actuar es sumar y construir poder, y todo lo demás es literatura.

-Tengo que decir algo, que no sé si es una autocrítica porque no pienso cortarme las venas, ni es que me arrepienta. Pero yo hice la experiencia, estábamos convencidos. Yo vengo del partido que más seriamente en este país quiso tomar el poder desde el punto de vista marxista leninista clásico. Eso no me lo puede discutir nadie. No me van a correr. Seriamente quiero decir: costó muchas vidas, varios miles de vidas. Fuimos en serio. No lo digo para hacer alharaca. No había otro. Montoneros también, pero ya era el peronismo, otra cosa. Y el PC se la pasó rascándose toda la vida. Los demás andan atrás de los planes trabajar. Repito: ¿por qué no asaltan bancos?

Como vos decís, estas ideas vienen del primitivo socialismo, las primeras formas obreras antes del marxismo oficial. Ya estaban en la polémica entre anarquistas y marxistas, donde en realidad la discusión no era si tomar o no tomar el poder. La verdadera discusión era que la sociedad no se transforma de arriba para abajo.

-¿Y eso qué implica?

-Que el punto de partida de reflexión es otro. Nunca en la historia de la humanidad la sociedad se transformó de arriba para abajo, salvo las que sufrieron invasiones extranjeras. Ahora, cuando uno estudia la historia de la humanidad, la caída del Imperio Romano es un punto crítico, porque fue minado desde abajo durante 300 años por el cristianismo con su prédica. Pero no era prédica de discursos, sino 300 años al estilo MTD de Solano, gente que vivía de una manera diferente. Creían en un solo dios, contra los 30.000 dioses paganos, pero lo central es que creían en otra manera de ver el mundo. Creer en un solo dios era el símbolo. Fueron minando. Por supuesto que hubo otros acontecimientos, pero quienes se quedaron con la sociedad romana fueron los cristianos. Se hicieron poder. Ahí reprodujeron lo mismo que la vieja sociedad romana. Los pastores se hicieron papas. Los papas se hicieron reyes. Los santos eran como los dioses romanos, aparecieron para compensar. Sigamos con la historia. El Renacimiento, el hombre, la libertad, la revolución francesa. Y cuando llegan al poder... Llegamos al siglo XX, la revolución rusa, la más formidable de todos los tiempos. El gran Lenin. Ojo, no reniego, pero él mismo escribe en un momento: "vestimos de rojo al Estado zarista".

-¿Un triunfo o una debilidad?

-Es que dice: sí, somos capitalismo de Estado, porque no podemos hacer una cosa. Sigamos así, como "nación", esto no es el socialismo.

Así la revolución fue cada vez peor, y el resto ya lo conocemos.

Nosotros mismos, en el PRT-ERP reprodujimos en magnitud microscópica la lógica del poder. No estoy renegando, porque aquella experiencia fue muy intensa, y en su intensidad tiene mucho valor. Pero se reprodujo la lógica del poder, de la dominación del hombre sobre el otro. La cuestión es ¿quién elige al dominador?

-¿Y todo esto marcaría el fin de la idea de revolución?

-Al contrario. Creo en las revoluciones y son la única cosa que representa una tendencia en la historia. Pero yo revisé todo para atrás y volví a la vieja idea. Los marxistas discutían que la sociedad no se transforma desde arriba sino desde abajo, se va transformando por su propia cultura. Porque ahora te lo cuento al revés: cuando se hizo la Revolución Francesa, significó la captura del poder político, pero la revolución ya estaba hecha, las costumbres estaban revolucionadas, y una clase social, la burguesía, capturó el poder.

Pero así como digo que creo en las revoluciones, digo que nunca se sabe cómo van a ser. El 19 y 20 fue así, para un lado salió Kirchner y para otro todo lo que estamos viviendo. Digamos que no sé qué hubiera pasado si subía Altamira al poder. No sé si hubiera sido mejor o peor, con eso te digo todo.

-Si esa era la idea original marxista, ¿cómo se llega a la noción de luchar por la toma del poder?

-Después de la Comuna de París. Ahí Marx elaboró un poco mejor la teoría de la dictadura del proletariado. Consecuencia: hay una clase que sí o sí es la comprometida, el obrero industrial. Esas ideas más o menos funcionaron, llegamos a tener estados socialistas, pero se empiezan a quebrar después de los años 70. Te confieso que si hay algo que me pone contento con la vida es que vivo a caballo de dos épocas. Viví intensamente la anterior y veo estos cambios... casi ninguno de mi generación se da cuenta del privilegio. La época que se acaba en los 70 ocurre porque se quiebra la formación productiva del capitalismo. Todas las revoluciones se hicieron en el siglo XX con un sujeto constituido, el proletariado industrial, constituido por la burguesía con el sólo hecho de ponerlo en fábricas, aglutinarlo. Pero ahora se quebró ese sistema industrial y hay otro sujeto en discusión, el trabajador itinerante. Sos vos, soy yo, esa chica que nos trae el café. La izquierda tenía categorías de clase. Valía el obrero industrial, el de servicios venía más abajo, y esa chica estaba en el último rincón.

Pero ahora es distinto. Uno puede pensar que todos producen plusvalía, todos somos explotados, y esa idea es mucho más radical que la anterior. Lo que estamos diciendo es que la mayor parte de las personas son potencialmente revolucionarias, están dispuestas a cambiar de vida mucho más que lo que antes decían de los obreros industriales. Y dicho sea de paso, entre los obreros industriales, de los cuales desciendo, había cada hijo de puta que ni te cuento. Mirá lo que ha sido el sindicalismo, no es una casualidad.

-Pero el tema subsiste, si no se cambia de arriba, ¿cómo se cambia? Parecería que sin tomar el poder, nada cambia y el poder se queda lo más campante.

-Se cambia como lo estamos haciendo. Ahora lo estamos cambiando. Todas las ideas de sumatoria para el poder resultaron mal. No digo que no haya que organizarse y todo lo demás, pero no puede hacerse sobre la base de que tenga que haber algún tipo de hegemonía. La izquierda tiene que sacarse de la cabeza la idea de que hay una doctrina que se llama marxismo leninismo que es hegemónica. En todo caso, será una guía para la acción, como otros se mueven con su sentimiento cristiano, o con lo que sea. Pero lo que está en crisis es la idea de organización como una estructura piramidal, o un instrumento administrativo. Lo de la organización no es más que una idea. En el cristianismo de los primeros tiempos, lo que había era ritual. Así como funcionó el judaísmo para mantener la diáspora. No me tiren con el Estado de Israel que es una aberración. Hablo del judaísmo, con los judíos que lo discuten todo, se pelean pero hay un elemento de unidad. La Jerusalén Celeste.

Nosotros tenemos que discutir también hacia dónde se construye una especie de Jerusalén Celeste. Lo digo metafóricamente, se entiende. Qué sé yo: un concepto de Nación, más que de Estado Nacional, somos una comunidad que tiene muy poco que ver con ese Estado. Y tal vez la organización se pueda buscar por ese lado, y no por la hegemonía de un movimiento, una idea, y mucho menos la noción de Estado Nacional, cuando la gente quiere cada vez más autonomía.

-Pero, ¿cómo encarar esa relación con el Estado que maneja las leyes, el dinero, la fuerza? ¿Hasta dónde funciona en ese rubro la autonomía?

-Sabiendo que el Estado existe, hay que tener una relación que rompa con esa especie de fetichismo con respecto al Estado. Hay que funcionar por fuera y a la vez de manera 0entretejida, sin abandonar nuestra aspiración histórica de eliminar al Estado como máquina de opresión, o de eliminar al capitalismo.

-¿Cómo se está por fuera y entretejiendo al mismo tiempo?

-A ver: el Estado para funcionar se presenta a sí mismo como amortiguador de la lucha de clases. Un armonizador de las relaciones de explotación entre los ricos y pobres. Como viejo marxista, yo pienso que eso es una mentira, y que el Estado es hegemonizado siempre por la clase que domina. No quiere decir que no aparezca un Kirchner e intente en determinado momento meter otra cosa. Pero hablo de hegemonía. ¿Qué ocurre? Para poder dominar así, tienen que hacer creer que el Estado procura el bien común, y que eso es cierto.

Nuestra respueta tendría que ser: bueno, señores, entonces nosotros como movimiento popular les tomamos la palabra. ¿El Estado es el bien común? Acá está el bien común: ayuda al bien común que reformen la Ley de Quiebras para favorecer a las fábricas recuperadas. Ayuda al bien común que los compañeros de los movimientos de desocupados tengan lo que necesitan para sus proyectos. Es bien común que terminemos con estas mierdas de los planes trabajar y empecemos a crear trabajo verdadero. Apretar en ese sentido es no caer en el fetiche. Y no creérnosla tampoco. Sabemos que es una mentira, pero presionamos para que la cosa funcione, y sabemos que en última instancia el Estado es un aparato represivo.

-Otro tema de la época se relaciona con la fragmentación, movimientos que se dividen y subdividen: la política de la raíz cuadrada. Esto genera angustia y parecería que los problemas ocurren porque el campo popular, el movimiento social o como se lo llame, no se unifica.

-La tendencia a la fragmentación es generalizada en el mundo. Se está terminando con el concepto de los "grandes movimientos". No se estudia algo: ¿qué busca cada grupo que se fragmenta? Ahora, si hablamos de unidad, esto que voy a decir es provocador: Kirchner era el último orejón del tarro y hoy tiene el mayor consenso. ¿Quién representa la unidad mejor que Kirchner? ¿Quién tiene más consenso? Si hubiera elecciones, arrasaría. Lo digo para demostrar que este reclamo por la unidad es una mentira, la izquierda inventa esa historia. Quieren unidad para actuar. Hegel ya decía que eso es como pretender aprender a nadar sin tirarse al agua. Y en la Argentina ya ocurrió. Yo empecé a militar en 1958, en el grupo Praxis creado por Silvio Frondizi. Estaba Cacho El Kadri, que hizo Taco Ralo, había 50 grupos que se peleaban y se dividían. Esto que veo ahora es mi adolescencia. La Verón se parte, otro se va, se juntan aquellos. En los 70 finalmente todos esos grupos se fueron reagrupando. Sin embargo en el Cordobazo de 1969 ya había habido unidad. Es lo que ocurrió el 19 y 20. Más unidad imposible: los piqueteros y las tostaditas de Barrio Norte.

-La fragmentación puede tener otro costado positivo: separarse de lo que no sirve para vivir o para crecer.

-Sí, uno puede separarse de la hegemonía, pero también me parece que como cosa nueva, incluso desde la teoría del conocimiento, está la idea de lo constituyente. En este momento la dispersión busca más bien una especie de reencuentro de la diversidad. Pasa en la vida. Hay que diversificarse para después poder unir. El problema es que los seres humanos no entendemos que la diversidad lejos de ser negativa, es justamente la riqueza, como se lo ha estudiado con la biodiversidad. Hasta hace poco incluso en biología se manejaba la idea de que la garantía de la vida estaba dada por la supremacía de los más fuertes. Ahora descubrimos que no. Que la biodiversidad es la garantía de la vida. Que tienen que existir el fuerte y el débil, y que son términos relativos, no absolutos. Creo que la sociedad está buscando eso: un movimiento que permita que de la diversidad salga la riqueza.

-Y por eso los elementos para el optimismo.

-No soy un iluso. Tengo 63 años y noto signos muy vitales. Lo que pasa es que no siempre se ven. El momento es entusiasmante. Por momentos me agarra hasta cierta nostalgia vital. Puta madre: ¿cuánto me falta? ¿Tendré tiempo de ver grandes cosas?

Quizás al señor Kremer haya que leerle una frase de la página 183 de La política como subversión, de Luis Mattini, que dice: "La revolución es un modo de vivir el presente".

Como lo único inexorable parece ser que todo es imprevisible, nadie sabe qué son las grandes cosas, ni cuándo ocurrirán. Por eso no es justa la nostalgia vital, a ninguna edad, habiendo tanto presente por vivir aunque sea a los estornudos.

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Mattini, cuesta abajo
Por Cupa - Monday, Jul. 19, 2004 at 8:30 PM

Asi es. Todo lo que digas habla mal de ti. A propòsito de tus reiteradas traiciones, resulta inùtil agregar màs. Ha sido discutido ampliamente hace tiempo ya en éste mismo foro. A titulo personal, aporté mis propios datos històricos y elementos de juicio. En idéntico sentido se expresaron cumpas mucho màs calificados moralmente que yo.
Sabés ademàs lo que piensan de ti, tanto la familia Santucho como la militancia del PRT-Combatiente
Aunque aùn no sepamos si tu asquerosa cuesta abajo nos reserve nuevas y mayores decepciones... terminando como un triste y repudiable Galimba del PRT, que tanto diò para salvar a tipos como vos. No serà preciso de todos modos el que llegues tan bajo para ser el contra-ejemplo de ideal que debiésemos trasmitir a esta nueva generaciòn de luchadores. Desde el congreso de Roma sos el perfecto capitulador y entreguista. No te alcanzò con el "repliegue estratégico" al PC de Videla ni las chupaditas de japi al Alfonsinismo (muy Alfon-cinico tu breve paso por la UCR ). Ahora pretendés recuperar el mensaje alternativo de la autonomia, por lo cual jamàs moviste un pelo. Sos un caradura.
Tus actitudes firman una vida hecha de imposturas, traiciones y mentiras
Y te vuelvo a repetir lo que ya dije en estas mismas pàginas el año pasado.
Desde su inviolable y majestuoso sitial el Comanche te estarà puteando, a falta de poder condenarte publicamente.
Sin màs, deseàndote una discreta jubilaciòn ( menos dañina ) en Suecia.

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Mattini, mattate
Por Robin Hood - Monday, Jul. 19, 2004 at 8:35 PM

Si hay algo peor que un terrorista mesiánico oportunista, es un terrorista mesiánico oportunista arrepentido.

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Carta de M. Santucho a Mattini
Por Reenvio - Monday, Jul. 19, 2004 at 9:33 PM

Carta de la Madre del Comandante Robi Santucho a Luis Mattini
por Carlos Federico Althaus Sunday November 02, 2003 at 03:33 PM
elmorodetreveris@hotmail.com
Carta de Manuela Juarez de Santucho a Luis Mattini

Carta de la madre de Mario Roberto Santucho a Luis Mattini
[Ginebra, 28/10/1988], enviada por Luis Santucho, abogado del MOCASE.

(Esta carta fue enviada por Luis Santucho a raíz del ataque de Luis Mattini/Arnold Kremer
a Néstor Kohan publicado en el sitio de internet LA FOGATA.
La página y el boletín de LA FOGATA se negaron sistemáticamente a publicar aunque sea una sola de las numerosas respuestas y pronunciamientos dirigidos a Mattini).


A los compañeros que quieran saber la opinión calificada de mi abuela y madre del Comandante Santucho respecto del personaje denominado Luis Mattini, ahí va transcripta con subrayados del original la misiva enviada por la inolvidable Manuela.
LUIS HORACIO SANTUCHO
PD: El original se encuentra en mi poder

Ginebra, 28 de octubre de 1988
Luis: Así te conocí, por eso te llamo así.
Me enteré con gran sorpresa -y porque no decirlo? con gran pena, que te has dedicado a difamar la memoria de mi hijo; cierto que en la naturaleza hay muchas cosas raras: el girasol, por ej. que gira siempre en dirección al sol y según calienta el sol, dirige sus pétalos; quizás la naturaleza quiere decirnos "algo" con esta maravilla, dejarnos un mensaje; hay otros "bichos raros" suponte el camaleón ¡que tipo inteligente y hábil, directamente de acuerdo a su conveniencia cambia su piel y...listo, pero él no sabe, este raro ejemplar de la naturaleza, no sabe de ética; lo triste es que hay hombres como L.M. o A.K. que obran como seres irracionales y tampoco tienen moral o ética; L.M. se olvidó o se hizo el distraído o quiso olvidarse, de las frases bonitas, de los conceptos hermosos, quizás sinceros en aquel entonces, que dió de Su Comandante en Roma, en 1977, y que están grabadas, bueno, ahora las cosas son distintas, distintas las oportunidades, es conveniente "borrar con el codo, etc." o "ponerse el manto de olvido"; quizás pueda uno sentarse bien o lograr un lindo lugar hablando pestes de Santucho, cuyo nombre está vigente, cuya obra no está perdida ni derrotada, por eso aún le temen; porque fué un revolucionario de verdad; así vivió y así murió, de pié frente al enemigo, mientras L.M. o A.K. disparaba mirando de lejos, de su escondite, lo que estaba ocurriendo -Fué así lo que contaste? Mi hijo te envió a "hacer un mandado" y no volviste; el está muerto, pero con gloria; vos estás vivo pero no le llegarás nunca ni cerca en su altura, por más que intentes difamar su memoria: Cuando Robi estaba vivo, hubieras dicho lo que ahora? Quieres convertirte en líder en base a ofensas a quien te formó? Aunque mi hijo, pobrecito, no sabía que estaba alimentando a un camaleón, él creía que estaba formando un hombre.
Me decían que no me rebaje en escribirte, pero soy la madre de un hombre ejemplar, de quién con orgullo puedo gritar hasta mis últimas fuerzas sobre todo a quienes que, como el camaleón, no saben de ética.
MANUELA JUAREZ DE SANTUCHO
Esto es para ustedes: Mi Neni solía decir: "A esta vieja, mejor tenerla de amiga" No sabe el Luis o Arold éste, qué enemiga se ha adquirido, no le voy a hacer ningún mal, por supuesto, no soy capaz, pero le golpearé fuerte en su conciencia "si es que la tiene". La macana que recién he conseguido su dirección y su verdadero nombre.


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(Los siguientes links y comentarios pueden ser leidos yendo a los archivos de Indymedia)

Mi experiencia
Chino - (Jorge Canete)
Thursday November 27, 2003 at 09:56 AM

todo es mentira en este mundo
todo es mentira, la verdad
Tuesday November 04, 2003 at 09:41 PM

Con la verdad
Cupa
Tuesday November 04, 2003 at 08:20 PM

SAC...servicio anti-comunista
anti-sac
Tuesday November 04, 2003 at 08:20 PM

Con la verdad
Cupa
Tuesday November 04, 2003 at 08:13 PM

debate de ideas
juan
Monday November 03, 2003 at 10:42 PM

cupa
sac
Monday November 03, 2003 at 02:01 PM

Insufrible Matini
Cupa
Monday November 03, 2003 at 01:53 PM

Reencuentro con Mario Roberto Santucho
fwd: Por Luis Mattini / La Fogata
Monday November 03, 2003 at 10:24 AM

no entiendo
yo
Monday November 03, 2003 at 05:27 AM

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SANTUCHO: BANDERA DE LUCHA, SEMILLA DE VICTORIA
Por MARABUNTA -IZQUIERDA REVOLUCIONARIA- - Tuesday, Jul. 20, 2004 at 11:58 AM
lamarabunta_ir@yahoo.com.ar

1976 - 19 de julio - 2004

SANTUCHO: BANDERA DE LUCHA, SEMILLA DE VICTORIA

La relación entre la incidencia que tienen los individuos dentro del contexto histórico tiene muchas páginas escritas. Es cierto que son las condiciones materiales las que determinan la conciencia, que cada época enmarca el desarrollo individual, tanto como que son determinados sujetos los que alcanzan a condensar en toda su magnitud las potencialidades de un período. En este sentido Mario Roberto Santucho es a la vez una cabal expresión de una etapa crucial de la lucha de clases en nuestro país, y parte de una dirección que supo catalizar la voluntad revolucionaria de miles de trabajadores detrás del proyecto socialista.

Corría la segunda mitad de la década del ’60. Las mayorías populares continuaban proscriptas, y en ese contexto democracia y dictadura eran dos envolturas alternativas con que las clases dominantes profundizaban el sojuzgamiento al pueblo. El peronismo se debatía en sus contradicciones sin superar su esencia nacionalista burguesa y la izquierda tradicional consolidaba su carácter gorila, contando en el PCA a la expresión más acabada de la degeneración de la Tercera Internacional en América Latina. En ese sentido el PRT, junto a otras organizaciones, expresaron la constitución de una nueva izquierda, caracterizada por su firmeza ideológica y una decidida intensión de llevar a la practica las posiciones sostenidas. El PRT, OCPO, el PCML, las FAR, entre otras, tenían en común la profunda coherencia entre el decir y el hacer. Fueron años de febril agitación política y de lucha en las calles. El clasismo nacía desde las entrañas del proletariado industrial para alumbrar una dirección revolucionaria, que en la década siguiente encontraría su punto más alto en las coordinadoras fabriles. Desde el Cordobazo al Rodrigazo, estas organizaciones protagonizaron el escenario político y fueron un factor importante en la lucha de clases. Como sabemos la experiencia quedaría trunca y con el inicio de la dictadura se terminaría de consolidar una derrota cuyos efectos aun sentimos.

El 19 de julio de 1976 caía tras una dura resistencia en un departamento de Villa Martelli, junto a Benito Urteaga, Domingo Mena, Liliana Delfino y Ana María Lancilloto. En este sentido, hablar de la vida de Mario Roberto Santucho es abordar su proceso militante, pero más aun del desarrollo de las organizaciones revolucionarias que impulsó, centralmente el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Recordar a Santucho entonces, es alzar bien alto la memoria de los miles de hombres y mujeres que abonaron con su esfuerzo y su sangre los sueños de una patria obrera y socialista. Esta no es una biografía ni una historia del PRT; apenas un sincero homenaje: Santucho, Urteaga, Mena, Delfino, Lancilloto y los miles de combatientes caídos... Presentes!




Mario Roberto Santucho, el Roby, nació en Santiago del Estero un 12 de agosto de 1936. Hijo de un procurador judicial y una maestra, desde muy joven abrazó la causa popular. Primero con una fuerte impronta nacionalista e indigenista, y desde allí se fue encontrando teórica y prácticamente con las vertientes marxistas. De aquellos pasos iniciales, allá por julio de 1961, había surgido el Frente Revolucionario Indigenista y Popular -FRIP- Allí confluían las concepciones americanistas y antiimperialistas –con una fuerte influencia del pensamiento del peruano Haya de la Torre– con reivindicaciones indigenistas que traían varios compañeros, principalmente su hermano Francisco. Bajo el influjo de la Revolución cubana, el Roby ya se había orientado a las ideas socialistas y concebía tarea primordial la construcción de un Partido Revolucionario. De ahí su constante preocupación por establecer vínculos con organizaciones hermanas, de emprender caminos de unidad.

Su militancia, ya desde sus primeros pasos de Contador, estuvo ligado al proletariado azucarero, principalmente tucumano, que desde la Federación Obrera de Trabajadores de la Industria Azucarera (FOTIA) disputaba una dura batalla por el trabajo y el salario y en contra de la concentración monopolista de los grandes ingenios de Salta y Jujuy. En esa experiencia se forjó una sólida relación con un pequeño grupo trotskista dirigido por Nahuel Moreno –Palabra Obrera– que en sus orígenes se desarrollaron como “tendencia revolucionaria” del peronismo, a través de la táctica del entrismo.

De este vínculo nacería en 1965 el Partido Revolucionario de los Trabajadores –PRT- sobre la base de tres puntos acordados: aportar a la construcción de un Partido Revolucionario, orientarse a la clase obrera como vanguardia de la revolución, e iniciar las tareas con vistas al comienzo del desarrollo de la lucha armada. Sin embargo los acuerdos tendrían corta vida, y las desavenencias llegarían, como suele suceder, por la vía de la práctica. Es sabido que se pueden firmar programas y declaraciones de cuarenta puntos que chorreen sangre sin demasiados problemas; pero en cuanto de eso se pretende desprender la más mínima tarea surge la hecatombe. La primera ruptura sobrevino en el IV congreso, consagrando dos organizaciones escindidas: PRT La Verdad (morenista) y PRT El Combatiente (encabezado por Santucho). Sin embargo el grupo de Nahuel Moreno rápidamente abandonaría la referencia para fundar junto a un sector del Partido Socialista Argentino el Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Por su parte, en el PRT la delimitación terminaría de consagrarse en el V congreso con el alejamiento de un sector centrista; la consecuencia organizativa de dicho congreso fue la fundación del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

El testimonio político e ideológico del IV congreso fue el documento “El único camino hacia el poder obrero y el socialismo”. Allí se intentó poner las bases de una estrategia de poder para la revolución proletaria argentina. En el plano ideológico intentó una síntesis heterodoxa entre el trotskysmo, el maoísmo y el guevarismo como una forma de lograr el pleno retorno a las fuentes leninistas. Ubicó a la clase obrera como sujeto revolucionario hegemónico, y como un sector principal de vanguardia al proletariado del noroeste. Por otra parte anunciaba la inviabilidad histórica de una revolución a caballo de un alza de masas, a partir de un movimiento insurreccional espontáneo. Por el contrario afirmaban el carácter estratégicamente planificado de la toma del poder, donde el desarrollo de la esfera político-militar, incluyendo la construcción y desarrollo de fuerza propia, no podía abandonarse a las vísperas de la revolución.

Sin embargo la polémica con el morenismo fue profusa y no se centraba únicamente en el plano político militar. Ya en los primeros pasos del PRT se fueron evidenciando grandes diferencias en cuanto al abordaje de la clase obrera y al tipo de partido a construir. Un sector importante del partido comenzó a cuestionar el sindicalismo economicista que encarnaba el morenismo. Así se lo cuestionaba en el documento del IV Congreso: “La forma incorrecta con que se ha venido planteando el problema del poder, no es otra cosa que un planteo sindicalista, "adornado" de insurreccionalismo y espontaneísmo. No extraño entonces que nuestros cuadros crean que el sindicalismo es todo, que la política es propagandismo pequeño burgués, y que las pretensiones de elaborar una estrategia de poder y lucha armada, en esta época en que no hay luchas sindicales, es "putchismo".

No es extraño tampoco, si creemos "que el triunfo de una interna puede provocar el reanimamiento de toda la clase" y ese reanimamiento llevar a la huelga general insurreccional que derrocará al gobierno en cuatro días, si teníamos en mente esta caricatura sindicalista del marxismo, que nuestros cuadros quisieran convertir a cada fábrica, a cada conflicto, en un pequeño Vietnam, apareciendo como marcianos ante los obreros y convirtiéndose frecuentemente en los "mariscales de la derrota" del movimiento obrero; ya que en aras de la heroica lucha contra el "putchismo" caímos frecuentemente en el vulgar putchismo sindical, que determina que, lugar donde nuestro partido dirigió un conflicto en los últimos años, sea lugar donde los activistas siguieron el camino del despido”.

Gran parte de la polémica se la podría completar con el siguiente párrafo, perteneciente a las resoluciones del V Congreso: “La estrategia morenista suponía que el proceso revolucionario comenzaría por una huelga triunfante o una serie de huelgas triunfantes (un alza) que seguidas por una huelga general culminaría en una insurrección de masas para cuya victoria al menor costo posible y con garantía de revolución profunda era necesaria la dirección del Partido proletario Revolucionario. Suponía que las masas espontáneamente se orientarían hacia el programa del Partido y aceptarían su liderazgo. Que las Fuerzas Armadas de la burguesía se disgregarían al embate de las masas y que el triunfo de la revolución sería un proceso rápido e incruento. Soñaba con una revolución “antiséptica”, sin ese ingrediente horrible de muertos y heridos, triunfante en base a habilidad política. Para él, el ejemplo era la Revolución Rusa (octubre), con menos muertos y sin la guerra civil que le siguió... Esta idea originó la mentalidad tímida que en todo ve grandes peligros, retrocede ante los riesgos, considera al menor movimiento positivo una aventura y al magnificar los golpes recibidos no atina a contestarlos y es apabullado por ellos”.

A partir del V Congreso se inició el período más activo y fructífero en la vida del partido. La agudización de la lucha de clases orientaba la confrontación al plano de la violencia revolucionaria. Así fue que la dirección del PRT se encargó de plasmar en orientación práctica todo aquello cuanto habían definido en los congresos precedentes. La premisa era que una vez abierto un período pre-revolucionario en el país, no podían esperarse que todas las condiciones estuvieran dadas para involucrarse en dicho proceso. El planteo era que un partido que se pretendiera revolucionario debía construirse y templarse al calor de la lucha. En ese sentido el rol de vanguardia debía jugarse en todos los planos, inclusive en el militar. Así fue que se profundizó la orientación hacia la clase obrera, se comenzó a estructurar el partido en las grandes fábricas, se construyeron distintas instancias de masas para organizar y contener a un movimiento obrero y popular que se volcaba masivamente a la lucha. Y simultáneamente se comenzó a trazar prácticamente el camino de la lucha armada. Fue este impulso el que llevó a miles de trabajadores, pobladores, estudiantes a integrarse a sus filas. Así el PRT pasó a constituirse en el eje dialéctico de la construcción revolucionaria en el país. Sin dudas errores propios y aciertos del enemigo, y particulares circunstancias de la lucha de clases obturaron este camino y tras el reflujo de masas iniciado en 1975 el PRT inició su proceso de declinación, que la caída de Santucho y parte del Comité Central aquel 19 de julio transformaría en desarticulación.

Como el objetivo de estas líneas no es realizar un balance exhaustivo de la experiencia del PRT no nos detendremos en analizar en profundidad aciertos y errores. Sí rescatamos su esfuerzo por poner sobre el tapete la cuestión del poder y comenzar a delinear prácticamente una estrategia en ese sentido, cuando lo que primaban eran concepciones reformistas, etapistas o espontaneístas. Reivindicamos la orientación efectiva hacia la clase obrera, logrando insertarse y referenciarse en importantes fábricas y sectores de la clase. Valoramos los embriones de organizaciones de masas como el Movimiento Sindical de Base o el Frente Antiimperialista por el Socialismo. En ese sentido no compartimos las lecturas que lo ubican en una concepción foquista. Es cierto que hubo tensiones militaristas, tanto en su primera etapa cuando el accionar militar eclipsaba el desarrollo político, como en la última cuando sin eclipsarla adquirió cierta autonomía. Sin embargo cuando la lucha asumía niveles crecientes de violencia el PRT asumió el desafío por intentar darle un cause político y organizativo definido por su estrategia de poder, mientras la gran mayoría sucumbía al pacifismo o el espontaneísmo.

Pudo haber habido lecturas lineales de la evolución de la lucha de clases, insuficiente consolidación ideológica, sobrevaloración de la propia fuerza o subestimación del enemigo, errores de apreciación en las caracterizaciones, sobredimensionamiento del plano militar en momentos en que hubiera sido prioritario el fortalecimiento del movimiento de masas como sólida retaguardia. Todo esto es discutible. No obstante creemos que el PRT significó el intento más serio por construir una alternativa revolucionaria en el seno de la clase obrera, plasmada orgánica, política y programáticamente; a pesar de su corta vida. Claro que este rescate histórico no pretende redimir errores o proteger íconos. Por el contrario sigue vigente la necesidad de un balance histórico, ya que lamentablemente no se pudo procesar dentro del partido como para incorporar su resultado a la experiencia histórica. Con un gran hueco de fondo, producto de la desaparición física de miles de cuadros militantes, esa tarea descansa en la recuperación histórica que podamos hacer las nuevas generaciones de militantes junto a aquellos compañeros que siendo protagonistas de aquellos tiempos aun apuestan a la construcción revolucionaria.

Por lo pronto, lejos de la fetichización de la historia, de la traslación mecánica de experiencias, desde Marabunta Izquierda Revolucionaria pretendemos recuperar lo mejor de la tradición revolucionaria. En ese sentido, sin ser el único, el PRT es un mojón ineludible en nuestra historia reciente en el cual nos referenciamos. En el mismo sentido reconocemos otras experiencias de nuestro país y Latinoamérica. Muchas son las organizaciones que con mayor o menor desarrollo y trascendencia han dejado su huella. Así, sin calco ni copia, esperamos aportar a la reconstrucción de una alternativa obrera y popular, sin auto proclamaciones, sabiéndonos ni más ni menos que un destacamento o núcleo constructor que apuesta a confluir y fusionarse con otros destacamentos y con miles de trabajadores y trabajadoras que se van incorporando a la lucha. Sin renunciar a nuestro pasado, abonando el presente de lucha y proyectando un futuro de victoria. Por nuestra clase, con la bandera de nuestros caídos en alto, Hasta la Victoria Siempre!

19 de julio de 2004

MARABUNTA -IZQUIERDA REVOLUCIONARIA-

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No Entiendo
Por Desconcertado - Tuesday, Jul. 20, 2004 at 3:33 PM

Ayer lei la primera nota de Matini. Me dejo una imagen ejemplar y sublime de Santucho. Para muestra el final de lo que solo son ponderaciones: "Porque Mario Roberto Santucho ?el sucesor del Che en Argentina?, más que la conciencia, era la encarnación del deseo, la pasión colectiva inconsciente que, por medio de una práctica peculiar ?en este caso y por las circunstancias, la lucha armada? pugnaba por transformarse en pensamiento consciente, en forma de conciencia social que demanda a cada generación ser fiel a su época."


Hoy vuelvo a ver que comentarios y me encuentro una carta de la madre de Roberto M.S. criticando a Matini porque habla mal de su hijo...

No entiendo nada.

La nota de Matini esta encabezando estos articulos y es muy encomiosa de la fihgura del hijo de esa señora que vive en Ginebra.


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RESPUESTAS a "desconcertado"
Por Reenvio ( Cupa) - Tuesday, Jul. 20, 2004 at 9:47 PM

UN ARREPENTIDO A ESPALDAS DEL COMANDANTE SANTUCHO

Reproduzco a fines de esclarecimiento los descarados propòsitos emitidos por el Señor Arnold Kremer en este medio ( 24-3-04) asi como algunas de las respuestas que la misma desencadenò, tras lo cual se enetenderà mejor ante que clase de personaje nos hallamos, lucrando hipòcritamente con la memoria de los combatientes caidos.
De ser preciso seguiré posteando diversos puntos de vista provenientes del campo popular.

-Mi recuerdo de Eduardo Merbilhá

Por Luis Mattini

Si había un caballero entre los cuadros dirigentes del PRT-ERP, ese era Eduardo Merbilhá a quien llamábamos Alberto.
Caballero en cualquiera de los sentidos de que se hable: fino, culto, excelente humorista, de modales suaves, físicamente bello, extrasensible, sobre todo sencillo y, para colmo, una de las inteligencias más agudas que he tenido la suerte de tratar.
¿Una visión demasiado apologética la mía? Convengo que sí y que mi entrañable estima a Alberto me puede jugar malas pasadas. En todo caso este reconocimiento aventa cualquier sospecha de pretensión de "objetividad". Por eso no hablo de "memoria" sino de recuerdo. Es mí recuerdo, en fragmentos de relatos que intentan evitar esas biografías amañadas que envenenan la historia y no dejan lugar a las nuevas generaciones.
Mi recuerdo viene desde 1972, cuando Benito Urteaga, desde la dirección nacional del PRT instalado en La Plata, tenía la firme intención de quebrar la situación de impotencia en San Nicolás.
Ese formidable emporio industrial, el más grande del país por aquellos años, se negaba a ser penetrado por el partido. De modo que Benito me mandó a Alberto para que se hiciera cargo de la ciudad que formaba parte de lo que luego llamaríamos Regional Rivera del Paraná y que el caudillo del partido radical, Ricardo Balbín, calificaría más adelante, no sin cierta razón, como el centro de la "guerrilla industrial".
Una tarde de verano bonaerense Alberto se descolgó del tren en Zárate, Yo lo esperaba en el andén y luego de un café abordamos "el lechero" hacia San Nicolás. Yo lo había tratado fugazmente en algunas reuniones y recordaba sus agudas intervenciones por lo que tenía una predisposición muy favorable, la que creaba una gran expectativa con su llegada.
Con un hombre como él, en el estado de ánimo generalizado en la regional, coparíamos Somisa por encima de la tradición clerical conservadora de la ciudad de San Nicolás. Optimismo no nos faltaba.
Su humor se manifestó de entrada cuando me dijo:
"Vamos al coche comedor, no se puede hablar de política sin una mesa de por medio" Sentados en el desierto "coche comedor" -el que de tal sólo tenía el nombre como herencia de antiguos esplendores- simpatizamos de inmediato soportando los cafés y, además, congeniamos en lo que, para el Partido Oficial , serían "elucubraciones pequeño burguesas" frente a los asuntos internos.
En mis fantasías de joven literato frustrado aspirante a revolucionario, solía hacer analogías entre mis compañeros y los personajes históricos o de ficción. Y así como el Pelado Gorriarán se me asemejaba a Stalin por su parquedad o el Gringo Mena a Trotsky por su empuje y vuelos teóricos y Santucho a Mariano Moreno por su racionalidad criolla y determinación, Alberto me recordaba a Lunacharsky, quizás el más cultivado, ético y desconocido de los bolcheviques. Disciplinado pero con pensamientos propios, planteaba sus inquietudes con pasión y franqueza y si no se aprobaban acataba las decisiones de la mayoría o, en nuestro caso, del representante de la mayoría, el responsable.
Había sido estudiante de abogacía y venía de familia de alta clase del interior de la Provincia de Buenos Aires, según me contaba su amigo y condiscípulo Rogelio Galeano. Eso podía notarse en los modales de una modestia innata y chocaba con algunos compañeros de "origen pequeño burgués", fiel reflejo de nuestra clase media, instruida pero inculta y pretenciosa. Entonces Alberto vivía una continua contradicción entre una especie de íntima "culpa de clase", que debilitaba su influencia sobre los demás y un estar más allá, que le posibilitaba tomar distancia, a pesar suyo.
Esto se manifestaba en la necesidad de acentuar un tanto su conducta práctica como si dijéramos para ganarse el "derecho" a expresar libremente sus ideas. Benito Urteaga era uno de los que más lo hostigaba, no por malicia, sino porque le irritaba el espíritu libertario de Alberto, que Benito atribuía a "resabios burgueses", sin poder captar el talento de quien, precisamente por ver más lejos que el conjunto, comprendía que sólo se podía avanzar con ese conjunto.
Se instaló en San Nicolás con su compañera Alicia y su indomable Margarita en un barrio modesto y enseguida buscó trabajo. Fiel a las instrucciones, y a pesar de sus documentos falsos, logró emplearse como peón en una subsidiaria de Somisa.
Visitarle en esa casita al costado de las vías era para mí una de esas fiestas que hacían feliz el supuesto sacrificio militante. Mientras esperábamos a Alicia, quien en medio de sus cientos de tareas también tenía que recoger a Margarita de la escuela, él preparaba el mate -por supuesto, como no era perfecto, gustaba del mate dulce- ofrecía y comía con fruición pan con manteca sin dejar de comentar los acontecimientos de los últimos días. Su calidez hacía que en medio de ese ascetismo el visitante se sintiera como en casa. A los pocos días de instalado me contó una picardía que confirma esa sensación de que él siempre estaba por delante de nosotros. Dijo más o menos así: "Mariano (Benito Urteaga) avisó que vendría a la zona y fui a esperarle a la estación en bicicleta, vinimos caminando hasta aquí, como ves por mayoría de calles de tierra y cuando vio esta casa que había alquilado al costado de la vía quedó impresionado. No te preocupés más flaco, ya ascendí de categoría como cuadro para Mariano". Y era así nomás, poco después Benito Urteaga me comentaría con convicción cómo había cambiado Alberto una vez que hubo dejado la "pequeño burguesa" ciudad de La Plata. Yo no pude evitar ironizar y le respondí que al lado de San Nicolás, La Plata era Petrogrado.
Alberto se integró fácilmente al medio fabril por su sencillez y también porque era un excelente jugador de fútbol, la mejor tarjeta de visita para ingresar en el mundo obrero. Sin embargo no ganaba para sustos en su clandestinidad y de las formas más inesperadas y cómicas. Un día en que se duchaba junto a los demás obreros al terminar la jornada, de repente un compañero de trabajo que estaba a su lado le dice: "Oiga amigo, Ud. debe ser Tupamaro ¿No?" Alberto contaba que sintió parálisis en el corazón y apenas logró sonreír preguntándose cómo habría levantado sospechas.
"Eh, eh, claro que no ¿Por qué lo dice?" Y el hombre le respondió con una risotada y desencadenando un estrépito de carcajadas: "Porque está bien armado"
A diferencia de otros compañeros "proletarizados" cuyas conclusiones eran coincidentes con nuestro discurso oficial de partido, Alberto extraía la riqueza de la experiencia y señalaba las incoherencias y contradicciones. "Laburo en una fábrica, me hago amigo de los compañeros como base para hacer la política, juego al fútbol con ellos y estrecho las relaciones, todo lo que es la línea de masas del Partido. Pero cuando me invitan a algo, asado, picado, el bautismo de uno de sus hijos o cualquier otra actividad social además del yugo de ocho horas diarias, tengo que mirar disimuladamente la agenda y ver cómo compartir con todas las tareas del partido, la mayoría internas. Y les tengo que decir que mi nena está enferma o qué sé yo. Aquí hay una contradicción no resuelta". Desgraciadamente no siempre lo escuchábamos.
Por otro lado era un combatiente peculiar por su pulcritud y sangre fría en la acción, en contraste, o más bien en su coherencia , con todas las consideraciones que hacía antes y después del enfrentamiento armado ("elucubraciones pequeño burguesas") que en realidad eran las mejores expresiones del humanismo guevarista. Ese era uno de los aspectos que -junto con Reino- más he compartido con él, aunque con temperamentos tan disimiles de ambos.
En una oportunidad que Alberto y su grupo de nicoleños coparon una escuela secundaria en una operación de propaganda armada, sencilla pero perfectamente realizada, el director comentaba ante al periodismo, después de pasado el susto, eufórico, a los gritos, y frente al fastidio de la policía "El guerrillero...le digo, un caballero, señor ...un caballero" ; "Son subversivos" -retrucó
el policía, pero al docente no lo podían parar- "Bueno, sí, pero les juro... un caballero. Y la chica, una dama... una dama, les digo" ; "Una dama guerrillera" -farfulló de nuevo el policía- "¿Qué dice? -insistió el Director- "Tenia una pistola así de grande, más grande que ella, pero era una dama".
Cuando yo dejé la Regional para integrarme al Buró Político, él asumió en mi lugar y, desde luego, tuvo que dejar la fábrica y la vida que estaba haciendo. Dirigió la regional un tiempo hasta que las necesidades de la organización interna hicieron que lo trasladáramos como secretario del Buró Político. A partir de aquí retomamos la militancia juntos y pude calibrar no sólo lo que era notable en él, su sencillez y finura sino su perspicacia, una de las facetas poco reconocidas como parte de la inteligencia.
Alberto ejercía, en efecto, como secretario del Buró Político, Adscrito, como le decíamos, participaba en todas las reuniones y levantaba las actas, tarea esta que hasta ese momento veníamos realizando "de oficio" por turnos el gringo Mena y yo. Este cambio fue frustrante para Quique Gelther, secretario de Santucho, quien después de las reuniones recibía los borradores, las transcribía y las microfilmaba para el archivo secreto, quemando luego todos los papeles. El
asunto es que yo también tenia alguna cuota de humor y cuando iba escribiendo la síntesis de las discusiones, quitando las informaciones de seguridad, registraba sólo las frases de concepto y, frente a los discursos demasiado largos y reiterativos para mi gusto, acostumbraba a escribir el párrafo abreviado y luego dibujar una guitarrita significando que lo que seguía era guitarreo. Pero no todos los discursos merecían la guitarra. Por ejemplo, jamás aparecía dicho instrumento después de la palabra de Santucho o de Gorriarán, el primero por económico y preciso y el segundo, como queda dicho, por parco. El gringo Mena y Benito Urteaga recibían alguna que otra guitarrita, en cambio, en exposiciones como las de Mauro Gómez o Rogelio Galeano, oradores fluidos, a la guitarra le agregaba un violín, un piano, toda una orquesta. Los compañeros auxiliares al Buró me contaban las carcajadas de Quique al transcribirlas.
Alberto, en cambio, era preciso y sobrio. Además cumplía con algo por lo que había bregado y compartía conmigo desde los tiempos de San Nicolás: Dejar constancia de las posiciones, sobre todo, las que quedaban en minoría y no eran aprobadas. En eso era un bolchevique de pura cepa.
Creo que difícilmente otro hombre en el PRT haya conocido, mejor dicho, captado tan a fondo la personalidad de cada uno de los miembros del Buró Político. Nos junaba a todos. Demostraba una sutil percepción para detectar virtudes y debilidades por encima de las apariencias. El también jugaba con sus fantasías y a veces nos comparaba con los personajes de Roberto Arlt. Pescaba más rápido que ninguno los matices que evidenciaban diferencias a despecho de una disciplinada homogeneidad. Sin embargo, no puede decirse que Alberto poseyera sólo una sensibilidad mayor que el conjunto. Creo más bien que esta propiedad se podía expresar por una mayor distancia de los prejuicios, de los que, como seres humanos pertenecientes a una determinada cultura, no estábamos exentos. Eso sumado a una ética intransigente le permitía detectar el "doble discurso" en la conducta cotidiana de cada uno. Ambigüedades sobre pequeñeces que revelaba no otra cosa que se trataba de personas comunes y corrientes y no "bronces", cuya mayor e indiscutida virtud estaba dada por la decisión y la determinación de enfrentar todas las consecuencias en aquello en que estaban comprometidas. Alberto registraba sutilezas como, por ejemplo, cuando se discutía si, por razones de seguridad, para tal reunión convenía ingresar a la casa el día anterior por la noche o el mismo día de la reunión por la mañana bien temprano. Entonces, con su sonrisa traviesa, apuntaba que había que admitir que era más agradable y cómodo dormir con la compañera o la familia que incómodamente en la casa de reunión. Y no faltaba quien adujera la "abnegación militante", frente a lo cual este joven viejo, trocaba por una sonrisa comprensiva, porque al mismo tiempo observaba que, a veces, quien así tiraba con los mamelucos de revolucionario sacrificado, o bien estaba solo o bien no andaba de luna de miel precisamente con su pareja. Lo mismo ocurría con la famosa proletarización o las supuestas "virtudes proletarias". Alberto se reía con inusitada estima de los disfraces. Parecía como "estar de vuelta" en esas cuestiones. El, que usaba un gastado traje de confección (el que le caía, no obstante, como cortado por el mejor sastre) no dejaba de registrar las poleras o camperas a la moda de algunos proletarios. Y uizás precísamente por eso, tenía un sentido nato de lo que significa la labor de un colectivo de personas no "perfectas" y ponía todo su empeño para coordinar de modo eficaz.
Y no era tarea fácil. Coordinar las tareas de un grupo de hombres disímiles, cada uno con su estilo o sus mañas, que concentrábamos en cada línea de responsabilidad una magnitud de actividades diversas, sencillas o complejas, en todo caso abrumadoras. Un Buró Político que estaba en todo, viajaba por todo el país, anche eventualmente el extranjero, y daba línea hasta en el barrio. Un sistema de enlaces basado casi exclusivamente en chasquis que había que despachar y recibir, con los riesgos que cada cita significaba. Incluso atender y orientar frentes orgánicos, como cualquiera de nosotros. Y Alberto recibía palos con frecuencia, la mayor parte de las veces injustos. Porque su tarea, además de ciclópea, era la resultante de ese Buró Político, una especie de conversión cualitativa de la sumatoria del colectivo que se sintetizaban en él. Dicho de otra manera, él tenia que hilvanar y cubrir los numerosos baches de la actividad del conjunto los cuales diluidos de uno en uno no significaban gran cosa, pero concentrados ponían a la luz la falencias reales o aparentes, inevitables o producto de errores personales.
La pregunta que me hice siempre, fue por qué un hombre de esas características cumplia una función jerárquicamente "secundaria" en el PRT. No me caben dudas que Alberto era más talentoso que todos nosotros. No pude dar una respuesta porque hoy me doy cuenta que la pregunta estaba mal hecha. En rigor, la función que él cumplía como adscrito, aparentemente "secundaria" comparada con las nuestras, era más difícil e importante. Esto lleva directamente a cuestionar las categorizaciones, criterios jerárquicos que solemos utilizar sin tomar a mientes que no son más que conceptos del orden burgués. El mismo criterio que jerarquiza una actividad "productiva": carpintero, arquitecta o chef de restaurante, por encima de una madre criando niños o jóvenes cuidando ancianos. La única manera de comprobar la importancia de la tarea de Alberto era que faltara, del mismo modo que queda comprobado el trabajo de una mujer en su casa cuando no está.
Pero aún así, superando la pregunta mal hecha, con el una cosa no quita la otra, queda el interrogante de cómo podría haberse aprovechado más el privilegiado cerebro de Alberto en funciones dirigentes. Es que por otra parte él parecía arrastrar una especie de timidez por un complejo por el sitio de la clase social de donde se supone que provenía y que le dificultaba afrontar a fondo una discusión. De haber sido esto así es lamentable pero quizás inevitable. El, como hombre inteligente y formado era tan responsable como los demás de semejante equívoco, y son cosas que hay que asumir.
Tuve la más clara percepción de esa potencialidad desaprovechada en 1976, en la reunión que se evaluaron los resultados de la operación sobre Monte Chingolo. Alberto no había participado ni en
la planificación ni en la dirección de la misma y no estoy seguro que haya estado informado por lo menos hasta el lanzamiento. Pero en todo caso en esa reunión en la que el Buró Político demostró perder el rumbo con la expresión "derrota militar y triunfo político", Santucho había perdido la serenidad reflexiva con que acostumbraba a poner en orden el debate y afirmaba que las cosas hubieran sido de otro modo si el Comité Central no le hubiese prohibido dirigir él personalmente las operaciones. Alberto me impresionaba como la persona más lúcida en ese momento, intentando ir mucho más a fondo, orientando el análisis hacia la responsabilidad del "mando estratégico", o sea Santucho y el Buró Político. No obstante, ni lo dejamos, ni él pudo romper sus propia limitación e intervenir más enérgicamente. Yo creí apreciar en él la perplejidad por el enfoque de la discusión que atribuía todo el peso del error a la impericia de Benito Urteaga como "mando táctico" y sentí que podía participar de dicha perplejidad, pero estaba inmerso en la misma dinámica de abroquelamiento que habíamos impuesto. Visto a la distancia sólo podía transformar la perplejidad en espíritu realmente critico, creador, desplazándome del punto de enfoque. Posiblemente lo mismo sentiría Domingo Mena. En todo caso Alberto parecía haberse corrido más que nosotros y, de hecho, insinuó algunas cosas. Su ética le impedía hacer leña del árbol caído y a la vez su honestidad intelectual pujaba por intervenir, quizás, influido favorablemente por las críticas que venían de afuera y él era el principal portador, pero la mirada censurante de Roby y el cerco del Buró Político pareció desalentarlo.
Después de la muerte de Santucho y la mayor parte de la Dirección , Alberto fue el más sereno de los cuadros sobrevivientes de los que intentamos la reconstrucción y continuidad, y al mismo tiempo el más consciente de la gravedad de la situación, incluido el que esto escribe. Con conciencia que éramos eso precisamente: sobrevivientes. Que los que dábamos el paso adelante para asumir la responsabilidad máxima, en esos aciagos meses de julio-agosto de 1976, no lo hacíamos en carácter de continuidad superadora sino casi como por "descarte", como si dijéramos que no había otros en mejores condiciones. Esto no debe entenderse en el sentido de atributos individuales, porque en todo caso el propio Alberto era un cuadro mejor dotado que la mayoría de los caídos, sino como la resultante dialéctica de un colectivo difícil de reconstruir porque las circunstancias que lo formaron habían cambiado. Un partido nacido y criado en la ofensiva, debía pasar a la defensiva.
La mirada de Alberto en la reunión del Comité Ejecutivo que reorganizó el Buró Político era más elocuente que sus palabras. Pero contradictoriamente fue él quien lanzó la frase de aliento que sería después fatídica: "tenemos línea para tres años" y que yo completé con "el enemigo llegó tarde" que saldría en un editorial de El Combatiente. Era la expresión de la voluntad y la decisión ante el zafarrancho de fuego a bordo.
Apagar el fuego para sortear el naufragio en medio de las andanadas de la artillería enemiga. Si evitábamos el hundimiento el rumbo estaba asegurado por tres años.
Pero Alberto no llegaría a ver el final: poco después pasaría a la lista de los desaparecidos.

http://www.lafogata.org

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Al arrepentido Luis Matini
by Cupa Wednesday March 24, 2004 at 08:15 PM

Respuesta a la nota de Luis Matini.

¡Quién hace leña del àrbol caido!
El homenaje a compañeros caidos no excusa
-ni la soberbia para incluirte vos mismo entre los miembros màs lùcidos de la direcciòn sobreviviente
-ni la comparaciòn gratuita de Gorriaràn Merlo con Stalin
-ni el encarnizarte repetidamente con Santucho ( que evidentemente no puede defenderse) y el mando estratégico.
¿O acaso vos mismo y Roberto Guevara como partes del posterior "mando estratégico" no defendieron la vergonzosa alianza "tàctica" con un aliado "estratégico" como el PC, acercàndote incluso a sectores "progresistas" de la UCR?
Y màs cerca de hoy. ¿No se te cae la cara de verguenza deslindando al traidor Cirilo Perdia de toda responsabilidad en la caida de Mario Santucho y Petete Gertel?
Me extraña ademàs el que tus tan "lùcidos" retratos personales de la militancia perretista no incluyan el tuyo, evitàndote asi cualquier comparaciòn odiosa.
Lamento de verdad el que todos esos cumpas ( Robi, Mena, Urteaga, Petete, etc.) no puedan levantarse para darte una bofetada y desmentir tus cobardes insinuaciones. Insinuaciones por demàs fuera de lugar en esta fecha tan cara a la militancia popular.
Siempre habrà un lugar en el sistema capitalista para los arrepentidos. Pero no te la vengas a contar en Indymedia.

Ni olvido. Ni perdòn. Ni rendiciòn. Ni colaboraciòn

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Gracias Cupa
by eramos tan pobres... Wednesday March 24, 2004 at 08:30 PM

ni olvido ni perdon,
Ni rendicion,
Ni colaboracion.


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Unidad de la memoria y la hermandad
by Cupa Wednesday March 24, 2004 at 09:10 PM

Hoy, mañana y siempre:

Santucho, Mena, Urteaga, Arancibia, Merbilhà, De Benedetti, Gertel, Roqué, Valenzuela, Mendizabal, Osatinsky, Dardo Cabo, Habbeger, Ortega Peña, Walsh, Villaflor, Burgos, Jorge Baños y los miles de imprescindibles

Sin distinciòn de banderas partidarias
Presentes Presentes Presentes, en nuestro corazòn





Unidad de la memoria y la hermandad
by Cupa Wednesday March 24, 2004 at 09:12 PM


Hoy, mañana y siempre:

Santucho, Mena, Urteaga, Arancibia, Merbilhà, De Benedetti, Gertel, Roqué, Valenzuela, Mendizabal, Osatinsky, Dardo Cabo, Habbeger, Ortega Peña, Walsh, Villaflor, Burgos, Jorge Baños y los miles de imprescindibles

Sin distinciòn de banderas partidarias
Presentes Presentes Presentes, en nuestro corazòn

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ya entiendo Cupa
Por ex revolú - Wednesday, Jul. 21, 2004 at 4:57 PM

yo tambien estaba desconcertado como el desconcertado de mas arriba y me hacia su misma pregunta ¿que dice de malo Mattini de la persona de Santucho si solo escribe genuflexiones?.

Ahora leo tu critica a lo de Matini Cupa y que queres que te diga lo tuyo no tiene sustancia, entidad quiero decir no es razonable el encono con Mattini por lo que escribis. Tenes que estar enojado por otra cosa.

Te reproduzco y observo:

"-ni la soberbia para incluirte vos mismo entre los miembros màs lùcidos de la direcciòn sobreviviente"

disiento, Matini dice ue asumieron "por descarte", le da todo el merito a Merbilha.

"-ni la comparaciòn gratuita de Gorriaràn Merlo con Stalin "

disiento: no compara a la persona Gorriaran Merlo sino a su modo de expresarse que era parco y no merecia "guitarritas". Compara modos de expresion con algunos de iconos y Stalin era parco. De ahi en mas nada de lo de Stalin es asociable a Gorriaran basandose en lo que escribio Mattini.

"-ni el encarnizarte repetidamente con Santucho ... y el mando estratégico."

Esto que decis Cupa es grave. Meclas la persona Santucho con las decisiones de un mando. Mattini critica la linea politico, la estrategia y la persona en cuanto a las decisiones estrictas dentro de ese ambito. Hay dos textos de Mattini ahi arriba donde solo habla bien de Santucho (para mi hasta la alcahueteria, quiza por eso de los argentinos de idolatrar a los muertos. Tu lista es otro ejemplo. Hasta a Baños lo pusiste!). Para mi las cosas no son contradictorias: Santucho ha sido una persona extraordinariamente valiosa y capaz y junto con el 'buro' cometieron un error que les costo la vida. Fue un hombre. No fue un dios!.

Creo que la persona Santucho queda muy enaltecida en los escritos de Mattini. Dice que junto con el Buro pifiaron en la estrategia... y bueno es la opinion de MAttini. Seguramente vos estaras de acuerdo en que el error fue de los 'tacticos' como Urteaga y nadie te va a tratar de basura o traidor porque criticas el desempeño de Urteaga (no su persona) al frente del mando tactico.

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¿Y esto qué cambia?
Por Brutus - Wednesday, Jul. 21, 2004 at 9:36 PM

¿"Ex-revolu" o reboludo?
Mattini "critica la linea"... muy loable. ¿pero desde qué pespectiva?. La respuesta inmediata està en su explicita propuesta:
1. Admitir plenamente la derrota estratégica.
2. Disolver el partido.
3. Ingresar de modo colectivo en las filas del PCA que, como todos sabemos, apoya "criticamente" a la junta militar.
4. Exigir, haciendo frente comun con la UCR y el PJ, el "retorno a la democracia" cuando dichos partidos estaban colaborando abiertamente con la dictadura..

Para lo cual Mattini debio abocarse a derribar el legado y la historia misma del PRT edificada con el mayor sacrificio a lo largo de años y años.
Semejante postura echaba por tierra la nocion misma de independencia sobre la cual se levantaba el proyecto de construccion de un partido revolucionario de la clase trabajadora. De todo lo hecho por el citado "dirigente", esto ultimo es lo mas grave y condenable.
Para el que quiera entender, las cosas estan bien claritas. La carta de doña Manuela y los datos aportados por "Cupa" sumados al paso de Mattini por la UCR -entre otras resbaladas- ofrecen elementos de juicio terminantes sobre el individuo en cuestion.
Ademas, para el chabon de arriba, ya el hecho de firmar como "ex-revolu"
induce que nunca lo fué.

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entiendo aun mas
Por ex-revolú - Wednesday, Jul. 21, 2004 at 10:18 PM

Entiendo aun mas Brutus, de acuerdo a lo que decis lo odian por admitir plenamente la derrota estratégica por disolver el partido (¿realmente lo hizo él?, ¿tanto poder tenia?, ¿porque no siguieron otros?, por ingresar de modo colectivo en las filas del PCA (con esto me desconcertaste: ¿que significa que un individuo ingresa colectivamente a un partido?, ¿que toma una decision personal y arrastra a todos los militantes?, si eso es asi voy a creer que los militantes eran una especie de zombies controlados por Mattini)

Lo que no entiendo: si lo odian por eso que pusiste porque dicen odiarlo porque habla mal de la persona de Roberto Santucho?, y mas incomprensible todavia: porque presentan textos de Mattini en los que habla bien de Santucho como prueba de que habla mal de Santucho?.

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ULTIMO MOMENTO
Por detector de truchos - Wednesday, Jul. 21, 2004 at 11:42 PM

A los habituales mascarones zoologicos "oligarca", "mastin" y salchicha "Wilson" (que ocultan una misma persona) se agrega el nuevo concepto de service light para sobremesas "ex-revolu". Como buen aprendiz de fachito, trata de formarse picando sobras.

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al trucho detector de truchos
Por ex-revolú - Thursday, Jul. 22, 2004 at 12:00 AM


aparte de la naderia que pusiste... ¿alguna idea para rebatirme?

Animo: no te pido que me rebatas porque no te veo en esa, te pregunto por alguna idea, algo coherente que no sea un insulto o una teoria conspirativa. Si sabes poner una letra atras de la otra para formar palabras ¿no te animas a darle forma a una idea con las palabras?.

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ahura si Mendieta!
Por Desaforado - Thursday, Jul. 22, 2004 at 10:20 AM


Gracias a la participacion de Cupa, Brutus y ex-revolu creo que ahora el tema esta claro para mi.

Lo que no entiendo es porque se presentan textos ue hablan bien de Santucho como evidencia de que el autor del texto (es decir Mattini) habla mal de Santucho!. Es cosa de locos!!

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Casi me perrean
Por Desconcertado - Thursday, Jul. 22, 2004 at 9:27 PM


Loco dejense de joder, no sean trucho si no se bancan a Mattini por su postura politica diganlo de frente march pero no anden bolaceando que habla mal de santucho o que es un traidor de compañeros.

para mi tambien la cosa esta clara y gracias a ex-revolu por haber aclarado los tantos y por supuesto graias a Brutus y a Cupa sin cuya ayuda las cosas no hubieran quedado tan claras

taaa lueeego.............

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Te saltò la ficha de alcahuete, Mattini
Por Cupa - Thursday, Jul. 22, 2004 at 10:59 PM

He aqui las declaraciones del arrepentido y traidor Luis Mattini efectuadas al diario Clarin tras el secuestro y traslado a Buenos Aires de Enrique Gorriaràn Merlo en Octubre de 1995:

"la captura de Gorriaran Merlo huele mal, huele a un arreglo previo. Si me buscaran, jamas iria a Mexico, donde operan el FBI, la
CIA e Interpol", afirmo Arnol Kremer, ex secretario general del PRT-ERP. Kremer, conocido por su nombre de guerra de Luis Mattini, declaro en una nota a La Nacion que "antes, Gorriaran servia como profugo. Ahora, él y el gobierno argentino ganan con la captura. El, porque en este mundo solo le quedaba confinarse en una pais como Libia, y el gobierno porque estaba inmerso en peleas internas y fracasos como las investigaciones de los atentados a la Embajada de Israel, a la AMIA y al diplomatico irani". Kremer opino que con esto Gorriaran gana protagonismo, porque "en una sociedad mediatica, el peor castigo para el es el ostracismo. Se le habian cerrado todos los caminos, y en esta pais nunca se sabe quien queda preso y quien
no".

Insinuar tamaña infamia deja la sensaciòn de estar ante un hombre (Mattini) ganado por la inteligencia enemiga, cual pàlida copia de aquel secretario general del PC Norteamericano que terminò siendo jefe de la CIA. Excesiva ambiciòn para tan poca monta. Como màximo, A. Kremer terminaria de portero suplente.
Volviendo al caso, recuerdo a los despistados que Gorriaràn no fué legalmente detenido por la policia Mexicana sino secuestrado en plena calle y remitido sin màs al gobierno Argentino. En el operativo de captura participaron 30 agentes de la SIDE despachados por Menem tras previo acuerdo con las autoridades politicas Mexicanas.
Sin embargo el gobierno mexicano se obstinò falsamente en negar que las cosas hayan sucedido asi.
El director de Informaciones Internacionales de Mexico, Miguel Gonzalez, declaraba por su parte que el gobierno argentino no debia presentar la captura de Gorriaran como " merito propio" ya que Gorriaràn habia sido chupado por "policias y autoridades mexicanas". La modalidad de dicha extradicciòn, que violaba todas las reglas internacionales, desencadenò una oleada mundial de protestas
Como si todo esto no fuese demasiado, el señor Luis Mattini hace coro con los medios milicos y menemistas aconsejàndole burlistamente a Gorriaràn el suicidio como ùnica salida. ( Fuentes: Clarin, La Naciòn, Micro-semanario, finales de Octubre 1995)
Tal vez pensaba ver al fin materialmente recompensados sus sueños frustrados de modelo publicitario. Pero ni asi el jet-set menemista lo conchabò.
Por ùltimo, adjunto seguidamente un viejo y fulminante comentario publicado en Indymedia que pone de relieve el curso demagògico de nuestro tristemente célebre impostor. Està sacado aparentemente de un boletin estalino pero brinda, al respecto, valiosa informaciòn. Merece ser divulgada.
Es todo lo que quiero decir. Los arrepentidos que no tienen la humildad de callar, huelen mal.
Atentamente, Cupa

ETERNAS POLEMICAS
por Tàlamo - REENVIO Saturday December 13, 2003 at 03:02 AM

Sobre héroes y traidores

Extraido de TUPAC. (Boletìn universitario)
Tendencia Universitaria Popular Anti-imperialista
Boletín Nº2 - 14/09/1997 Organo estudiantil del PL
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:(Extractos de la Nota)

(Ver polémica a propòsito de Luis Mattini y Ruben Dri)

A 30 años de su muerte
POLEMICA CON LA CATEDRA DEL CHE.

De todos los rescates del Che que aparecieron en los últimos tiempos, evidentemente los mas vacíos y nefastos son los realizados por los medios periodísticos del sistema, que tratan al Che como un producto mas del mercado, vaciando su historia de contenido revolucionario. Pero como estamos en la Universidad, se supone que no comemos vidrio, y por lo tanto esas cosas nos resbalan; lo que quizás no nos resbale es la Cátedra abierta sobre el Che que se organizó en varias Universidades del país.

En particular queremos referirnos a algunos aspectos de la organizada en la UBA.

Sinceramente pensamos que es un poco contradictorio homenajear al Che mediante una Cátedra, porque lo ubica objetivamente como algo muy estático y en el recuerdo, algo así como las placas o los museos; como dijera Paco Taibo en la Cátedra misma "cuando me dijeron que iban a hacer una cátedra sobre el Che, pensé, la cagaron" . Además, no resultó tan abierta como estaba anunciada, ya que cuando se acabó la capacidad edilicia, suspendieron las inscripciones (cabe recordar el problema del edificio de Sociales), dejando a muchos interesados sin la posibilidad de acceder al "Certificado de Asistencia" que se otorgaría al finalizar las cursadas. En lugar de adaptarse a los límites edilicios podrían haberla dictado en otro lugar y aprovechar para explicar la necesidad de un nuevo edificio para la Facultad, eso hubiera sido una buena relación teoría-práctica y la Cátedra hubiera servido para una lucha concreta.

Por último queremos hacer una observación crítica sobre la elección del grupo de docentes. Los mas destacados titulares de la cátedra, son Rubén Drí y Manuel Gaggero, casualmente los dos principales testigos de la fiscalía contra los militantes del MTP, en la farsa de juicio que se les siguió por el copamiento del Cuartel de La Tablada, y en el que fueran reaccionariamente condenados a perpetua en su mayoría.

Con qué cara dan "cátedra" sobre el Che, dos tipos que por miedo, arrepentimiento, o por lo que sea, colaboraron con un fiscal para enterrar a sus ex compañeros?

Cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera o lo que pueda, pero existen un par de cosas llamadas ética y moral. No pensamos que sea para colgarlos, pero tampoco para confiar en sus enseñanzas de "revolucionarios"; la verdad que no deberían hablar del Che, o por lo menos que no hablen bien. Por ejemplo podrían citar el parrafo de Guerra de Guerrillas donde el Che explica por qué en la guerrilla "un desertor es un traidor en potencia", por lo menos deberían sentirse identificados.

Además de estos dos, está Luis Mattini, uno de los miembros de la dirección del P.R.T. que aprovechando la muerte de Santucho produjeron el viraje reformista que terminó con la política revolucionaria de aquel partido. Actualmente es un renegado, que pasó por el P.C. y que vive en política del hecho de haber sido dirigente del PRT. Y el colmo del docente "guevarista" es el Decano de Sociales Juan Carlos Portantiero, ex revolucionario que ahora aplica el ajuste menemista y radical a la Facultad; dirige una revista y un grupo llamado el Club Socialista. En general, los personajes que fueron parte de un proceso revolucionario y no sólo se quiebran sino que además reniegan de una parte de su pasado, tienen balances históricos unilateralizados para justificar su presente (Perdía, Vaca Narvaja, etc.). Es decir que, un quebrado tiende a ser un liquidador de la historia para explicar por qué abandonó la lucha revolucionaria. Sinceramente pensamos que con todo lo que ellos conocen del movimiento revolucionario al que pertenecieron, y con las actitudes políticas que tienen actualmente, la única cátedra que pueden dar es la de Contrainsurgencia.

Pero una Cátedra del Che? Si serán caraduras.......

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