Julio López
está desaparecido
hace 6428 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Carta abierta a la patria
Por Pablo Moram - Thursday, Jul. 22, 2004 at 2:10 PM
moraleja@telcel.net.ve 00 58 0276 3555313 crra. 2 No. 1-59 Las Acacias S. Cristóbal Táchira Venezuela

Te quiero, a pesar de la sangrienta demencia que de antiguo atenta con la tribu, a pesar del águila rapaz y su avaricia loca, toda espumeante de historia, tragedias y misterios, exhalando el vaho putrefacto de los siglos, sorbiendo la polvareda de las necias apetencias, alcantarilla de los grandes asesinos en el desesperado despresamiento de los siglos, en el despellejamiento abismal de las brechas, trojes o caminos.



Carta abierta a la patria


Pablo Mora



Al alimón con la Esperanza


Esta tierra sobre los ojos, sobre el alma, este aprieto, esta noche
continua, este desasosiego, esta derrota o victoria que comienza, se
aleja, se recuerda, viene y va. Te quiero, país, tirado abajo del
mar, coronado de soles y neblinas, sombra de la guerra, lleno de
vientos, puteando y sacudiendo banderitas, repartiendo escarapelas en
las calles. Te estás quemando a fuego lento. Qué carajo si la casita
era un sueño. Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos
vacía. En cada casa, en cada plaza, hay alguien que nació haciendo
discurso para algún otro que nació para escucharlos. Te quiero, país
tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado en lo mejor de la
sonrisa, tan grifo en la hora de la autopsia. Te quiero, a pesar de
la sangrienta demencia que de antiguo atenta con la tribu, a pesar
del águila rapaz y su avaricia loca, toda espumeante de historia,
tragedias y misterios, exhalando el vaho putrefacto de los siglos,
sorbiendo la polvareda de las necias apetencias, alcantarilla de los
grandes asesinos en el desesperado despresamiento de los siglos, en
el despellejamiento abismal de las brechas, trojes o caminos.



Te quiero a pesar del cómplice silencio para distraer el hambre de
los humildes o arrancarle el fruto de sus sienes. Te quiero en las
largas, confusas llanuras, serranías, en las que levanta, amasa y
cuece el hombre su pan escaso, esparcido por el viento, buscando la
pulpa ausente de los frutos idos. Te quiero a pesar de las babeantes,
incompletas verdades, vertiendo su estiércol, retrasando nuestra
marcha hacia el pan de cada día. Te quiero, país de barro, y otros te
quieren, y algo, habrá de salir de este sentir. Te quiero, país
desnudo que sueña. Te quiero país despierto que grita; país resuelto
que espera; país de sol y de nieve; país de siembra y cosecha; país
de pulso y de fuego; país de barranco, de lumbre y de gloria; de
palabra, de pueblo y de pólvora; de béisbol, ringside, furia y
sampablera.



Me acuerdo de un amanecer alpino, en pleno invierno, soñándote
despierto, entre la noche de la guerra, del hambre y de la lluvia,
alzándote en los brazos, ofreciéndote a la vida, a punta de herejías,
fabricándote, llevándote. Tapándome la cara, me acuerdo de la primera
luna allá en Palermo, bajando del Amparo, camino de la aldea.
Tapándome la cara, te imagino, desperezado, después de esta
avalancha, calmada la borrasca, con zapatos rotos o nuevos, cuesta
arriba, fuerte el corazón, y el brazo desafiando porvenires,
conquistando soles. Te quiero país, pañuelo arrugado, maltratado, de
estrellas impasibles, con sus calles cubiertas de carteles. Te quiero
hasta la eternidad de un beso victorioso. Te quiero, sin revés, sin
vuelta y sin derecho, nada más que de cerca y amargado. Y de noche,
insomne. Vámonos a caminar, yo te acompaño.


http://www.poesia.org.ve|

agrega un comentario