Julio López
está desaparecido
hace 6423 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Ver este artículo sin comentarios

Julio Roqué, Comandante Montonero.
Por Ricardo. - Thursday, Jul. 29, 2004 at 8:46 AM

Un maestro de Vida


Julio Roqué, al que llamábamos Lino, Mateo o Martín era maestro; uno de mis mejores maestros. Porque enseñaba siempre: como forma de ser y de vivir; también por profesión.

Sostenía la esterilidad de separar los lugares donde se aprende de aquellos en que se produce; la escuela del talles; la teoría de la práctica. Y el practicaba esta filosofía.

“Lo único que yo se hacer-decía quien fuera uno de los fundadores y de las FAR, y posteriormente miembro de la Conducción Nacional de Montoneros- es hacer que otros hagan”. Esta frase, dicha con el humor que lo caracterizaba también trasuntaba la humildad de quien quería minimizar su enorme capacidad de impulsarnos a la reflexión y al esfuerzo con su propio ejemplo.

Era cordobés y no soportaba la soberbia porteña, mucho menos en los compañeros de militancia. Había en sus concepciones una profunda convicción federal: “Buenos Aires no estaba hecha a la medida del hombre”, decía, burlándose del gigantismo metropolitano y de la microcefalia de muchos habitantes del puerto.

Allí arraigaba también una concepción de la vida y la militancia que rechazaba la política como un activismo alocado, inexorablemente desgajado de la inserción laboral y social o concebida como burocrática administración gerencial de una organización revolucionaria.

Expresaba así como una onda percepción crítica de desviaciones que visualizaba en Montoneros, especialmente en la regional Buenos Aires, que estuvo bajo su conducción en 1975.

Pero su crítica siempre se abrazaba a lo cotidiano. Por mas exigencias que nos imponía la vida clandestina a muchos militantes. Lino no aceptaba que nuestras casas fueran aguantaderos desordenados y anónimos lugares de paso. Llego a escribir un trabajo crítico sobre el particular, porque allí veía una peligrosa tendencia a encerrarnos en nosotros mismos: quería casas abiertas al barrio y a la vida, a pesar de todo, aun de la clandestinidad.

Con la misma sencillez profundidad elaboraba nuestros manuales de capacitación política, a partir de algunas ideas básicas, puestas a prueba y reelaboradas en cursos pilotos por los propios compañeros participantes. Tenía muy claro, por ejemplo, que la organización no era, no podía ser, una estructura pétrea: “solo existe-decía-si la ponemos en movimiento y solo sirve en relación a lo que queremos hacer”, es decir, concluía, “la organización solo es la mediación entre nuestras concepciones, nuestros objetivos ideológicos y la acción”.

Lino fue también un hábil piloto de tormentas. Cuando Lanusse planteo el Gran Acuerdo Nacional (GAN), y Perón acepto el desafió para ir desmontando cada uno de los condicionamientos impuestos por la dictadura, supo poner en tela de juicio la estrategia que desarrollábamos. Esa estrategia inicial estaba limitada al enfrentamiento directo a la autodenominada “Revolución Argentina”.

La diferencia de otras organizaciones políticas-militares, que prácticamente no incluyeron la cuestión electoral en sus planes y siguieron como si casi nada hubiera cambiado, Roque oriento a las FAR para enriquecer nuestro accionar, multiplicar la actividad política de las agrupaciones juveniles, barriales y sindicales, exigir el desarrollo de comicios sin trampas ni condicionamientos, y aprovechar esa coyuntura, sin cejar el hostigamiento guerrillero a la dictadura, para obligarla a retirarse totalmente y obtener elecciones realmente libres. En el GAN, no solo vio una trampa, sino también una debilidad y por lo tanto, la posibilidad de una conquista.

Eso permitió luego, tras el LUCHE Y VUELVE, y el Cámpora al gobierno Perón al poder, un crecimiento espectacular de las fuerzas y sectores identificados y conducidos por FAR y Montoneros.

Julio Roqué era sobre todo, un pedagogo (fue director del Instituto Secundario Córdoba), he intimo amigo de Olmedo. Un día encontré en una biblioteca, que había pertenecido al José, un libro sobre epistemología (Teoría del conocimiento científico), de Jean Piaget.

Me puse a leerlo por curiosidad y me resulto apasionante, pero me surgían un montón de interrogantes. Lo acribille a preguntas a Lino y este aprovecho la oportunidad para explicarme ese genial investigador francés, muy conocido como estudioso de la psicología evolutiva del ser humano, pero poco –por lo menos para mi-, como un epistemologo. Es decir como alguien para el que la psicología de la evolución constituye tan solo una fuente de información, asociada al análisis histórico y antropológico de las civilizaciones y al desarrollo de las especies animales: en definitiva, para intentar descubrir como se construye y en que consiste el conocimiento científico. Lino me explico este enfoque y lo que entendía como su paralelismo y similitud con el materialismo dialéctico.

De más esta decir que Lino era no era un derrotista, pero tampoco compartía la tentación de excitismo. Era un desmitificador nato. Recuerdo que en una de las habituales evoluciones de compañeros, un jefe de grupo, fue muy criticado por su “escepticismo” (en realidad el Pata Loca tenia una profunda percepción critica y un humanismo acorazado por un humor ácido, para no sufrir tanto dolor como padecimos). Lino pregunto si ese “escepticismo” era paralizante para el grupo tanto en la acción como en la reflexión: hubo coincidencia en que eso no sucedía. Entonces concluyo que era útil tener a alguien con esa particular capacidad para desmoronar “castillos de arena”.

…………………………………………

Un Jefe



Quiero destacar también la sensibilidad de Roqué y su actitud permanente de humanización de nuestra actividad. Ponía en duda a los que solo conocían el acierto y ningún fracaso, o que daban esa imagen de si mismos; el error era, para él, parte del aprendizaje y creía en la sanción, pero mas en el estimulo. En esto no se dejo apabullar nunca por una cierta disciplina militar que exigía nuestra practica y siempre hacia crecer su plantita formativa. Debo confesar que me ayudo mucho cuando me sentí abrumado por el parcial fracaso de la fuga del penal de Rawson y el posterior fusilamiento de los compañeros que se entregaron en el aeropuerto de Trelew.

Hasta hoy, con mis hijos, recuerdo siempre sus sugerencias: “no es lo mismo –decía- subrayarle a alguien lo que hizo bien e impulsarlo a que corrija lo equivocado, que enfatizarle lo incorrecto a secas”. En definitiva, sabia encontrar en cada uno lo que tenia de positivo y lo potenciaba al máximo.

Era, en lo militar, tan bueno como en lo político, lo que demuestra para mi, cuanto de entupido hay en querer reducir la aptitud para el combate a la obediencia y la disciplina. Fue el jefe de la operación que acabó con la vida del general Sánchez, en Rosario, que era en ese momento el comandante del segundo cuerpo de Ejército y se había hecho famoso por sus crueles metodologías represivas.

Cuando se produjo la muerte de mi hermano al intentar liberar a un compañero preso en una comisaría de Mar del Plata, me dijo, sobreponiéndose a su propio dolor por la pérdida de Arturo, en realidad como premonición: “me gustaría morir en combate como el”. Y agregó algo así como que, enfrentando sin retorno a esa situación límite, es preferible poder elegir la propia muerte. Tal vez pensaba también en su compañera. Gabriela la Ratita Yofre, brutalmente torturada cuando fue detenida en Rosario y posteriormente liberada el 25 de mayo del 73.

Julio Roqué, que en 1977 nos dirigía, como miembro de la conducción nacional de Montoneros y vivía en la localidad de Haedo, así como Eligio su vida, también construyo aquella ultima elección. Emboscado en su propia casa no vacilo en enfrentar a los militares que lo cercaban, obviamente superiores en numero y armamento, que incluyó morteros y helicópteros. Luego de varias horas de enfrentamiento, y cuando ya no tenia mas municiones se voló con una carga de explosivo antes de caer en sus manos.

Olmedo decía, con razón, creo yo, que las revoluciones –concepto tan livianamente cuestionado en la actualidad- y las grandes transformaciones, las hacen los vivos, pero no solo los vivos.

Fragmentos del Libro Los del ´73
de Gonzalo Chaves y Jorge Lewinger

agrega un comentario


más datos
Por sergio - Thursday, Jul. 29, 2004 at 9:06 AM
guser_1@hotmail.com

Ricardo: podrías dar más datos sobre jefes montoneros?
Gracias.

agrega un comentario


Gracias Ricardo
Por ¡@! - Thursday, Jul. 29, 2004 at 9:15 AM

"Ivan", vivo y presente.
Es muy valiosa la trasmision de nuestra mas sentida historia.
Pero vos sabés lo que cuesta hoy comprar libros. Por eso no estaria mal que colgaran nootas asi (otros capitulos de este y demas libros similares) con mayor frecuencia.
De todos modos, gracias Guri

agrega un comentario


Mateo,hasta la Victoria
Por AZP - Saturday, May. 25, 2013 at 6:25 PM
Capital Federal Argentina

Yo lo conoci como Mateo muy pocos dias antes de la Operacion Sonia,el ajusticiamiento del General Juan Carlos Sanchez.Yo participle de la operacion en un puesto de apoyo.Ese dia nos encontramos el Grupo nuestro y Mateo y otro mas que no supe el nombre.Se acerco en un momento a mi y nos pusimos a charlar.No pude olvidar nunca esos momentos.Irradiaba una autoridad neta y a la ves una calides humana que rara ves van juntas.Fueron pocos minutos pero suficientes para saber que era un autentico lider y que me hubiera gustado estar mas cerca de el, mas tiempo y aprender de lo que sabia como lidervy como ser humano.Pero era una reunion para otra cosa.una de las mas impactantes operaciones de la guerrilla Argentina estaba por gulpear a los milicos.Mucho despues supe quien fue.No se Pensaba en ese momento sobre que era lo mas correcto politicamente hacer.Lo que si fue que murio como un heroe luchsndo como un Leon frente a Los milicos de la Marina que no tuvieron ni tendran el valor y la hombria de Mateo.
Hoy despues de tantos anios te saludo Comandante,aunque divergimos en muestras ideas politicas al lo largo del tiempo.
Hasta la Victoria siempre camarada,companiero, hermano

agrega un comentario


Hasta Siempre Mateo!
Por Setentista - Saturday, May. 25, 2013 at 8:14 PM

Si bien puedo no coincidir con ciertas formas de actúar, les reconozco su herocidad.

agrega un comentario


Montoneros?
Por Camarada Malenkov (MSV) - Saturday, May. 25, 2013 at 9:18 PM

No se olviden qu estos pelotudos le creyeron a Perón....

agrega un comentario


no, no nos olvidamos
Por TRIUNVIRATO ROJO - Sunday, May. 26, 2013 at 12:54 AM

Tampoco olvidamos a los Stalinistas, que le creian a Braden ya que eran unos vivos bárbaros, ni hablar del PEPE que le creia a EEUU que la iba a ayudar a luchar contra Hitler Y luego los iban a ayudar económicamente, ese Stalin con los yanquis era tan vivo que creía que las películas de Walt Disney eran ciertas
TRIUNVIRATO ROJO, DESDE HACE 203 AÑOS CON EL PUEBLO ARGENTINO

agrega un comentario


Compañero Julio "Iván" Roqué : el verdugo de Rucci
Por Comandante Brutus - Sunday, May. 26, 2013 at 3:47 AM

Siempre te recordamos con cariño.
¡Vamos por Biolcatti, Gorilón, El Oligarca y Milton Fridman!
Que tu ejemplo perdure
y sea Bruta Justicia.

agrega un comentario


general
Por verga tieza - Tuesday, Jul. 07, 2015 at 5:51 PM
AON.912976038@AON.AT 3059127649 maquilishuat 121

Otro de los idiotas utiles que salvaron a la Argentina.

agrega un comentario