33 días de Prisión
Diana y Johana Sacayán

Estar en prisión debe ser una de las experiencias más duras, sobre todo, cuando se es injustamente encarcelada. Esta es la historia de Diana y Johana, dos hermanas travestís presas en La Matanza.

El destacamento de 20 de Junio, no aparenta ser una comisaría, desde afuera simula ser un chalet como cualquiera de los que se encuentra en esa zona de quintas. El lugar está rodeado por un extenso jardín.

Diana y Johana están sentadas en el piso de un pequeño pasillo, que es la entrada a los calabozos. Entre ellas y nosotrxs una puerta de barrotes negros, nos separan. Las chicas nos saludan dándonos un beso en la mano, que es lo único que con esfuerzo se puede pasar a través de la puerta. El olor a humedad es insoportable. Solo dos lámparas alumbran las celdas pintados de marrón, donde pueden observarse miles de frases escritas, como testimonio de haber pasado por allí. Lo primera pregunta de Diana es acerca del clima. En ese oscuro y tétrico lugar, es imposible imaginar como esta allá afuera. Ni una gota de luz natural se cuela por las pequeñas ventanas clausuradas, mucho menos un poco de aire fresco.

Nos cuentan que a pesar de estar encerradas, en el destacamento las tratan bien, no las insultan, ni las humillan y mucho menos las golpean, como las tienen acostumbradas en la comisaría 4ta de La Matanza, lugar donde comenzó todo. Diana tiene siete denuncias contra esa comisaría por: lesiones, apremios y amenazas. Denuncias que se reparten en las fiscalias 1, 2, 5 y 7. Hasta fue presentada una denuncia en la ONU, por detenciones arbitrarias.

Según las chicas, esta comisaría estaría vinculada con el negocio de los prostibulos de la zona. Travestís y mujeres que ejercen la protitución callejera, son un estorbo. Refuerza esta hipótesis, la desaparición de tres chicas, dos travestís y una mujer, que luego fueron encontradas muertas. Jessica apareció muerta en el km. 36, luego de tener varias causas policiales. En una detención, “cayo” del patrullero quebrándose las dos piernas. Johana fue encontrada sin vida en el arroyo Morales y Flavia, se halló ahorcada en la fabrica La Baskonia, en La Ferrere.

El día que fueron detenidas, habían realizado un llamado a la Departamental de La Matanza y a la comisaría, denunciando un prostibulo de la zona. Luego de estas llamadas, se les acerco un patrullero y los agentes les pidieron que subieran, que el sub-comisario quería hablar con ellas, a lo que se negaron. Continuaron caminando, y más adelante, había tres los patrulleros esperándolas, a los golpes fueron subidas a los móviles y trasladadas a la comisaría 4ta.

En ese lugar continuaron con las golpizas, mientras Diana era golpeada en el piso, en un intento de zafar dio una patada contra un vidrio y se lastimo su pierna izquierda. Durante el tiempo que estuvieron en la 4ta, se les negó la asistencia médica, a pesar de estar muy golpeadas. Las causas que pesan sobre ellas son: resistencia a la autoridad, desacato, daño a un bien publico y lesiones, todo en flagrancia. Aunque la causa por lesiones cayo, porque se constato que fueron ellas las violentamente golpeadas. Ahora son los policías quienes tienen la denuncia por lesiones. Diana tuvo que soportar una infección en su pierna por más de 17 días a esto se suma un problema pulmonar, que se agudiza con el encierro y la humedad.

Aunque estas situación no comenzó con esta reclusión, Diana y Johana, al igual que muchas travestís son objeto de discriminación, por género y por su elección sexual. Exclusión que se agudiza cuando se cruza la General Paz y es “legalizada” por el código de faltas, que permite que la policía las arreste a cualquier hora del día, sin motivos. Hay casos de chicas que, fueron arrestadas cuando se dirigían a la escuela o cuando salían de sus casa a realizar alguna compra. Y permanecen detenidas por varios días, a merced de una de las fuerzas de seguridad más brutales y asesinas.

Diana y Johana tienen muy en claro, que la cusa por la que están hace 33 días presas, y que las tendrá mucho más, es una causa armada por la comisaría 4ta de La Matanza; para silenciarlas y escarmentarlas a ellas y a las que se atrevan organizarse y pelear por sus derechos. Saben que están presas por luchar contra la explotación, el proxenetismo, las coimas. Pero por sobre todas las cosas, contra la discriminación y la violencia que el estado ejerce sobre ellas cotidianamente.

“De este oscuro e inútil lugar, que jamás en la historia de la humanidad, ha logrado los objetivos con las que fue creado, les hacemos llegar nuestro más cálidos abrazos y profundo agradecimiento por la actitud de compañerismo y afecto que surge de ustedes. Queremos hacerles saber que podrán encerrarnos a uno, dos, tres o veinte años, pero no besaremos nunca sus botas. Ni la humillación, ni los golpes, ni las rejas lograran nuestra obediencia. No estamos paradas sobre esta tierra para ver como crecen los monopolios a costilla de nuestra explotación, de los que sufrimos hambre y frío. No nacimos para trabajar y ver como unos cuantos aplastan sus culos sobre terciopelo, y ordenan nuestras vidas a su antojo.”(Diana y Johana Sacayán)