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El proceso venezolano: un análisis desde el respeto y la solidaridad
Por Doctor Caligari - La Haine - Saturday, Aug. 14, 2004 at 8:13 PM

Escribo éste artículo desde dos atalayas, la de la experiencia que me confiere haber estado varios meses trabajando en Venezuela, y a la que me aúpa la indignación que me provoca la lectura de los calificativos que algunos compañeros (la mayoría cómodamente tumbados en su sillón europeo y con la barriga llena de comida) utilizan para referirse al gobierno de Hugo Chávez Frías tan sólo unos días antes de un referéndum crucial para el futuro de su país.


Chávez es un populista. Se sienta a negociar con las Petroleras y efectivamente es un personaje algo arrogante. Chávez da puñetazos en la mesa mientras afirma que durante su mandato la mayoría de los beneficios de las empresas petroleras serán para Venezuela y se reinvertirán en Servicios Sociales. Obviamente no es más que populismo. Chávez se refiere a Bush como “el huevón” en rueda de prensa. En vez de lamer botas a los emperadores como la casi totalidad de los dirigentes latinoamericanos, se dedica a repartir abrazos por los “ranchitos” de Caracas, las zonas rurales más alejadas de la Gran Sabana y las comunidades indígenas más aisladas de su país. Populismo.

Las revoluciones no son producto de la magia ni de las elecciones burguesas, pero después de haber visto con mis propios ojos lo que allí ocurre, cuando menos creo que debemos analizar el proceso venezolano con mucho respeto.

Por tanto ahora, después del análisis mediocre y fácil esbozado más arriba, vamos por partes. ¿Dónde acaba el dinero que el gobierno de Chávez “roba” a las Petroleras y a las clases más altas de Venezuela (unas veces mediante “cacicadas” y otras sentándose a negociar)? Pues fundamentalmente en financiar iniciativas dirigidas a la población indígena, a la educación, a la creación de puestos de trabajo y al fomento de la salud, de las siguientes formas:

Población indígena.

La nueva constitución otorga a los indígenas el control directo de los Parques Nacionales y naturales (que ocupan un amplio porcentaje de la superficie del país). Ellos deciden quién y de qué se vive allí. Actualmente la Federación Indígena admite como habitantes sólo a indígenas puros y sólo pueden dedicarse a la caza, la pesca, la agricultura, la artesanía y el turismo. A cambio, los indígenas no pueden comerciar económicamente con dichas tierras.
El gobierno de Chávez exhumó los restos de Waikaipurú (fundador de la primera confederación indígena venezolana) y resolvió enterrarlos en el Panteón Nacional, junto a los héroes de la Patria como Simón Bolivar, con honores de jefe de Estado y en una ceremonia estrictamente indígena, a la que fueron invitados jefes y capitanes de las comunidades indígenas de todo el mundo. En el estado español se suele hacer eso con torturadores franquistas, ministros de la guerra, víctimas del “terrorismo” y otros “héroes nacionales”. Y en el resto de América Latina los indígenas son sencillamente carne de trituradora.

El Parlamento venezolano tiene 183 diputados, 180 son elegidos por el pueblo de Venezuela, los otros 3 son elegidos exclusivamente por la población indígena, que vota por ello dos veces en cada plebiscito. Una de éstos tres diputados representantes de la población indígena es actualmente la vicepresidenta del Gobierno.

Educación.

El Plan Robinson tiene como objeto la alfabetización de la población. Consiste en aumentar el número de maestros, formar maestros en comunidades rurales alejadas e indígenas, penetrar en barrios marginales y/o conflictivos de las grandes ciudades, y garantizar el acceso de toda la población a la lectura y la escritura. Incluye ayudas como el resarcimiento al patrón del trabajador que dedica unas horas a la alfabetización por las horas que éste deja de trabajar, niñeras para que las madres con hijos a su cargo puedan asistir a las clases, y facilidades varias para sacar tiempo que dedicar a la formación. Aparentemente el éxito es total, se ha alfabetizado al 75% de la población y Venezuela va a ser declarado en los próximos meses Zona Libre de Analfabetismo por la UNESCO. Este plan provoca escenas absolutamente deliciosas como observar como un anciano de más de 80 años se emociona al poder leer sus primeros textos.

La Escuela Bolivariana es el buque insignia de los planes gubernamentales para educación. Se han abierto más de 3000 en todo el país, la mayoría en zonas rurales de difícil acceso y en comunidades indígenas. Se financian con el dinero procedente del petróleo. Se han suprimido los turnos de mañana y tarde, y se logra que los niños permanezcan todo el día en la escuela porque se les da desayuno, almuerzo y merienda (“si no hay nutrición, no hay atención”) que difícilmente obtienen en sus hogares. También se ha abolido la matrícula, es gratuita, y ya no es necesario que los padres o el niño tengan carné de identidad, además de proporcionar en cada curso y a cada niño un uniforme, una mochila y unos zapatos (medidas todas éstas que han beneficiado fundamentalmente a la población indígena, que tiene ahora un acceso libre a la enseñanza).

El Plan Simoncito (preescolar), el Plan Rivas (educación secundaria), y el Plan Sucre ( Universidad) incluyen diversas ayudas, para transporte, libros, alojamiento, becas, vestuario, comida, material didáctico, niñeras, acceso a la escuela más próxima,…Es francamente emocionante ver cómo es recibida como un acontecimiento la llegada de material didáctico en forma de vídeos en una pequeña comunidad rural que hasta entonces no contaba siquiera con libros.

El Programa Andes Tropicales consta de cursos a las comunidades indígenas para dotarles de los conocimientos necesarios para poder autogestionarse en un futuro. En la comunidad que tuve ocasión de visitar se habían impartido en el último mes dos cursos, “Interpretación geográfica y cartografía” y “Formas de asociación”. En aquellos días tenían lugar las clases del curso “Cooperativismo y empresas asociativas”, que culminaba con la formación real y legal de una Cooperativa que desde ese momento se encargaría de la explotación turística de esa parte del Parque Nacional, tan bella que es la sede de una residencia presidencial espectacular, en cuyos encerados salones tenía lugar por cierto aquel curso (cuán difícil se me hacía imaginarme entonces, por ejemplo, un curso de cooperativismo dirigido a la etnia gitana que tuviera lugar en el Palacio de Marivent).

Salud.

El Plan Barrio Adentro pretende dotar de médicos y recursos sanitarios los barrios más desfavorecidos de las capitales y las zonas rurales de más difícil acceso. Casi todos los médicos que en él participan son cubanos, lo que suscita recelos de la clase médica venezolana, pues los cubanos reciben los medios y el material que solicitan (lo que implica la existencia de productos caros en zonas en las que anteriormente ni siquiera había médico) y ellos no, pero no conocí a un solo médico venezolano dispuesto a cubrir las áreas a las que éste plan se dedica.
Trabajo.

El Plan Vuelvan Caras fomenta la vuelta a las zonas rurales de los trabajadores que un día emigraron a la urbe y no han conseguido un puesto de trabajo estable. Se les facilita tierra para cultivar, opciones de vivienda, y se generan con ello puestos de trabajo.

El Mercal son una especie de supermercados gubernamentales que compran productos a pequeños productores locales (agrícolas y ganaderos) modestos y los venden a un precio asequible. Se genera así empleo en el campo, empleo en el propio supermercado, se asegura la calidad del producto y se abarata el carro de la compra.

El Banmujer es un sistema de microcréditos para mujeres que facilita la formación de pequeñas empresas. El interés es mínimo y devolver el dinero a tiempo hace que optes a más créditos oficiales.
La ley impone que del total de créditos otorgados por un banco privado al mes, el 12% deben ser créditos agrícolas, y el 3% créditos para el sistema microfinanciero.

Preguntas y respuestas.

¿Están los venezolanos, sobre todo las clases bajas, con el gobierno de Chávez? Sin ninguna duda, y a las pruebas me remito: No sólo recibió el 90% de los sufragios en las elecciones, dato irrelevante si tenemos en cuenta otros aspectos mucho más importantes. Ha sobrevivido a un paro petrolero (promovido por los empresarios que cerraron refinerías y destrozaron maquinaria impidiendo trabajar a los empleados) durante 62 días (un paro petrolero hizo tambalearse al gobierno de Allende en una sola semana) con la parálisis que ello conlleva en la economía de cualquier país; y, cómo no mencionarlo, sobrevivió a un golpe de estado que apestaba a CIA y aliados del imperio por todas partes como posteriormente se ha demostrado. Para todo ello se necesita el apoyo, el cariño y la compromiso enfurecido de todo un pueblo.

Venezuela es un país con una gran población indígena y una especial dispersión en la población, lo que unido a su pobreza dificulta enormemente el acceso de las clases más desfavorecidas a los recursos, y el establecimiento de movimientos políticos y sociales. Bolívar, décadas antes que Marx y Engels, abolió la esclavitud y promovió la sanidad y educación públicas. Por eso Venezuela es una república bolivariana y no comunista, porque todavía han de sentarse las bases que dotarán a su sociedad de la capacidad de lucha que le demandamos, quizá demasiado apresuradamente, los movimientos sociales desde Europa.

¿Por qué no se levantan en armas las clases pobres del país? Porque primero se tienen de estructurar un movimiento popular. Porque aunque hay esfuerzos encomiables para formar los primeros sindicatos mineros y petroleros en condiciones, y aunque movimientos como el Comando Ayacucho empiezan a tomar iniciativas admirables, hay que sentar unas bases culturales y sociales (ya asentadas en países como Cuba) para poder caminar hacia la autogestión real.

¿Por qué el gobierno de Chávez no termina abruptamente con los capitalistas venezolanos? Porque el caso de Venezuela no es necesariamente comparable a las revueltas ocurridas en los años 60; vivimos tiempos en los que dar pasos en falso pueden conllevar bombardeos e invasiones que desemboquen en la imposición de un tecnócrata yanqui-europeo haciendo lo que le place con el futuro de tu país (sobran los ejemplos). Venezuela lo tiene en cuenta y creo que es respetable.

El gobierno de Chávez lo está intentando a su manera, y aún con todas las críticas (duras) que podemos y debemos hacer al proceso bolivariano, Venezuela necesita nuestro apoyo incondicional para seguir desarrollando las medidas que empieza a aplicar. Es ridículo calificar este proceso de “neoliberal”, como se le denomina desde algunas tribunas, y si algo merece un país tan enormemente pobre como el que se intenta echar a andar es, precisamente, respeto y solidaridad.

El próximo 15 de agosto: NO al referendo revocatorio contra Chávez.

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