Julio López
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DesVaLoriZación del CapiTal, inSeguRidad y TraBajo PosFordisTa.
Por NUEVO PROYECTO HISTORICO - Monday, Aug. 16, 2004 at 2:35 AM
nuevproyhist@hotmail.com

Envíos anteriores en la página de Clajadep-La Haine: http://clajadep.lahaine.org

¿Hay posibilidad de una nueva dictadura militar en la Argentina? ¿Kirchner es de derecha? ¿Se acabó el movimiento mundial anticapitalista? ¿La acción directa es un comportamiento autónomo? ¿El sistema político global está mas fuerte o mas débil? ¿El capital-parlamentario es un nuevo genocidio silenciado? ¿Quiénes sostienen el capitalismo? ¿Cuál es el rol de la policía en el posfordismo? ¿La seguridad de la multitud es una seguridad antiestatal? ¿Avanza el poder constituyente?

 

Colectivo Nuevo Proyecto Histórico (NPH)
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nuevproyhist@hotmail.com


11º irrupción
:

Desvalorización del capital, inseguridad y trabajo posfordista. La guerra como anomalía ordenadora.

Parte del material: Capital-Parlamentario, posfascismo y anticapitalismo

(primicia para Indymedia)

 

 

"Con la resistencia no alcanza,
sin contraataque, no hay victoria".
Jhon William Cooke.

 

"La fuerza principal de cohesión en las organizaciones
es el pensamiento. Si las instituciones estatales
sabían, las instituciones fluidas se definen por su
capacidad de pensar".
Ignacio Lewkowicz.

 

"Patria es Humanidad"
José Martí.

 

Nota para las compañeras y compañeros: publicaremos por partes en indymedia todo el material. La mayoría de las cifras se redondean para facilitar su lectura.

 
 
Trazos y devenires:
1) La acción directa y el orden capitalista.
2) Progresismo, peronismo, transversales, nacionalismo popular y la izquierda sistémica.
3) Cruje el sistema político.
4) El estado burocrático policial revisita a Thomas Hobbes.
5) Capital-parlamentario y endeudamiento. La guerra imperial como biopoder.
6) El coro variopinto que sostiene el sistema.
7) Con Kirchner estamos peor.
8) Delito, mercancía y Capital-criminal.
9) Acción y potencia. Seguridad y movimiento. La multitud contra el estado.
10) Insubordinación contra la policía como administrador del excedente social.
11) Desvalorización del capital, inseguridad y trabajo posfordista. La guerra como anomalía ordenadora.
12) La nueva derecha.
13) La multitud constituyente y la canalización estatal.
 
 

A la resistencia Irakí. A las mujeres y varones, niños y ancianos, jóvenes y adultos, a quienes les debemos desde hace un año que el imperio no pueda afianzar, por medio de la guerra, su dominio global. A la resistencia mundial, que con su lucha, en cada rincón del planeta debilita la invasión contra Irak.

 

 

11) Desvalorización del capital, inseguridad y trabajo posfordista. La guerra como anomalía ordenadora.

 

"En este mercado, nada existe ni puede existir si no se transforma en mercancía-dinero y su medida del valor sigue siendo el "tiempo necesario" para producirlo. Frente a las mercancías producidas con altas tecnologías las otras mercancías ya NO VALEN NADA. Es bajo estas condiciones que la mercancía trabajo es llevada al limite de su desvalorización".

Josep, Noviembre de 2002.

"El gobierno ordena, la SIDE organiza y la policía dispara" (...) "Si para el hambre y la persecución somos un nadie, un sin rostro, tampoco tendremos rostro para la represión. Quieren que seamos un número, quieren que seamos nada. Pero tras los pañuelos que nos cubren el rostro, somos todos y todas: luchando".

Espacio plenario, escrache a la SIDE, 25-6-04.

"Tal vez estemos a punto de entrar en una fase de descomposición acelerada de todo orden y toda racionalidad. Y el Imperio que emergerá será el Imperio del Caos".

Franco Berardi (Bifo), diciembre 2002. 

 

Al dirigirse el capitalismo a la subordinación completa de la sociedad en el capital, el tiempo de trabajo socialmente necesario se derrumba como la única medida del valor de las mercancías. La mas importante ley económica del capital ya no puede regular segmentos completos de la economía, que es lo mismo que decir, que no puede dimensionar la subjetividad hacedora de la multitud. A lo hecho sin medida, se le suma la potencia productiva que queda inempleable y precarizada de por vida. Por excesiva o por inexistente, la representación de la mercancía que antes inexorablemente devenía estado, ahora, resulta irrepresentable. El capitalismo quiere atrapar todo la potencia que escapa por sus poros, pero no puede. Lo que sobra, por mucho o por poco, es la materialidad del hacer que explica la autonomía del trabajo posfordista.

La multitud es una clase segmentada. Con un 50 por ciento en negro y dos millones y medio que está subocupada. Pero que tiene como "santo y seña" de la época posfordista, un 22 por ciento de autoempleados y un 19 por ciento de parados. Una clase multitudinaria cuya tendencia es no quedar regulada por el sindicalismo ni provista de los bienes y servicios elementales por parte del estado de partidos. Consiguientemente, una clase que deja de ser representable y ciudadana. Una clase que no es un pueblo estatizable. Una clase que es multitud. Una clase autosoberana.

Los sectores mas dinámicos del capital, aquellos del trabajo inmaterial, afectivo, creativo y comunicativo, desbordan la ley del valor de la era fordista. El trabajo pasado acumulado como tecnología y capital, es decir, la potencia objetivada como poder maquínico, se enfrenta a la fuerza del trabajo presente. La fuerza viva del trabajo se opone a una fuerza muerta del trabajo. En otras palabras, la subjetividad del hacer del hoy confronta al capital hiperproductivo que fuera, creado ayer, por los propios trabajadores.

En manos del capital el robot se come el trabajo del hombre. La savia humana del hacer alimenta la máquina para autovalorizar el capital empresario.

La tecnología patronal utiliza cada vez menos seres humanos, descartando cada vez mas asalariados.

La sustancia que da vida a los tornos neumáticos, tractores computarizados y la nanotecnología, es el trabajo humano. Sin este hacer, ninguna máquina produce ganancia para el capital.

Recordemos que el término robot proviene del idioma cheko ‘robota’ que significa trabajo rutinario, y de la voz ‘robotnik’, cuya traducción es esclavo. En manos de los productores la tecnología los libera del trabajo como condena obligatoria, como práctica esclava al servicio del robot. De esta forma las máquinas por fin trabajarían para el hombre, y no los hombres vigilando a las máquinas para incrementar las ganancias de la clase patronal.

El posfordismo provoca mas que nunca un crónico descalabro entre crecimiento y empleo. Entre la riqueza de unos pocos y el subconsumo de las mayorías.

A los empresarios, ya no le alcanza con la moneda como capital circulante para perpetuarse en el poder. El sistema ya no necesita comprar a todos los productores con trabajo asalariado. El sostenimiento del capitalismo obliga a los patrones a recuperar su dominio, o mantenerse en él, directamente por medio de la fuerza. Esta es una respuesta desesperada para preservarse como clase social propietaria de las riquezas que produce la multitud hacedora.

La celeridad de los acontecimientos tiene la velocidad de la desvalorización del capital y la carencia hegemónica de la medida del valor de la etapa fordista.

Saltamos en siete días, de la entrega de la Esma el 24 de marzo, al globo de ensayo del control social con la colaboración de las Fuerzas Armadas, sin pestañear y sin escalas. Después de la marcha del 1º de abril convocada por el padre de Axel Blumberg, el Ministro de Defensa José Pampuro encontró una oportunidad inmejorable para intentar ‘colar por la ventana’ el posfascismo.

Durante el 2003 se creó un millón de puestos de trabajo. El 90% de los nuevos empleos corresponden a pequeñas y medianas empresas. El 75% de los nuevos asalariados son informales y apenas si cobran entre un tercio, y la mitad, de un puesto registrado.

El promedio de los que consiguieron empleo en blanco son pobres, ya que cobran 630 pesos mensuales, y el promedio de los que fueron ocupados en negro son indigentes, ya que sólo reciben 310 pesos por mes. Ni Menem ni La Alianza llegaron a tal nivel de caída salarial y flexibilización. Las PyMEs gritan alborozados ¡Kirchner lo hizo!

Pasamos del crecimiento económico del 8,7 por ciento del PBI en el 2003, que privilegió a los Blumberg, a una convocatoria opositora a ganar la calle, conducida por la misma clase que usufructúa la devaluación. Por lo visto un presidente y su partido, que le garantiza una baratura sin igual del salario a los empresarios pequeños, medianos y grandes, no tiene comprada la fidelidad ni de aquellos que beneficia.

La movilización por el caso Axel Blumberg marca un antes y un después en el tema seguridad. No siempre las divisorias de aguas que imponen los acontecimientos políticos son los mas agradables. La multitud insumisa no puede evadir este tema. Está en juego, ni mas ni menos, la continuidad con vida de la rebeldía.

No podemos ignorar:

a) La necesidad de articular la movilización territorial de todas las fuerzas de la insumisión. Con una convocatoria amplia y una discusión de sus contenidos en un pie de igualdad entre todos sus participantes, sin por esto tener que caer en los brazos del progresismo que está militarizando la vida. Una actividad social que construya de forma directa el universo simbólico de los protagonistas que diseñan la actividad. Un intento de composición de fuerzas heterogéneas en vez de la imposible acumulación de la antagonía en un solo polo. La multitud no es representable. No es acumulación sindical y partidaria, es puro poder constituyente. Que desborda al capital y a cualquier variante de la mercancía, y no olvidemos, que el estado de gremios y partidos es una de sus formas. Una práctica multiarticulada cuyas características sintomáticas son similares a la manera en que fue concebida la actividad del escrache a la SIDE el viernes 25 de junio. Una forma de lucha que comprometa a sus actores, no sólo en las tareas logísticas, no únicamente en poner el cuerpo, sino en la elaboración en común del nuevo imaginario. Un hacer que ponga en juego el deseo de libertad. Una actividad que para no ser vivida como una mera obligación del ‘super yo’ militante, necesita conectar con el goce de la transgresión de lo instituido, lo rutinario y lo mandatado.

b) Un imaginario vivido en la práctica. Y la nueva práctica como parte de ese novedoso imaginario. Todo junto: horizontalidad y anticapitalismo. La lucha contra todo modelo de especialización profesional de lo político no es un dato menor, no es un subproducto a corregir en el futuro, un detalle sin importancia. El remedio a la "enfermedad burocrática" no es una pócima correctiva post-acontecimiento, sino una práctica absolutamente democrática, aquí y ahora. La visión de la sociedad ideal no es un relato fantástico, sino una actividad reflexiva prefigurada en tiempo presente. Un hacer pensando y un pensar haciendo en donde lo nuevo puja contra lo viejo. Lo horizontal contra lo vertical. La propia práctica contra los que buscan sustituirla. El mandar obedeciendo, opuesto al obedezco porque me lo mandan. Con voceros y referentes surgidos del conjunto y no con dirigentes que se independizan y se arrogan el derecho de pensar por todos, ordenando posteriormente, lo que hay que hacer.

c) Superar el centralismo democrático. Que preanuncia la llegada del estado mercantil necesariamente burocrático. La lógica de la mercancía es la muerte de la horizontalidad. En cambio la horizontalidad prefigura el devenir de una república de las comunas y del consumo sin valor monetario. Un mas allá de la mercancía, única manera que la realidad de la democracia directa no se quede en la mera enunciación simbólica y en la expresión de deseos imaginarios.

d) Un despliegue en todos los terrenos de las figuras colectivas y singulares de la antagonía. Una crítica social contra un orden patronal cada vez mas decadente y despiadado. Un paradigma de la ganancia privada que cuando mas débil se siente mas represivo se pone. Un imaginario anticapitalista que deconstruya el sentido común represivo capitalista y otorgue un nuevo sentido a la autopreservación de la vida.

e) Mas allá de las actividades acordadas previamente, no podemos olvidar, que el comportamiento por antonomasia del monstruo constituyente de la multitud, resulta, su imprevisible autonomía. Lo único seguro es su resistencia. No así cuando expresará su polifonía autodeterminada. Lo manifiesto es que hace de la acción directa una práctica en permanente renovación y de la conquista del espacio público su terreno. Construye lealtades puntuales en su movilidad a partir de articulaciones variables. Compone en acto nuevos espacios subvertidos. Crea situaciones y funda el acontecimiento. Sus actores se presentan intempestivamente y no se dejan representar por nadie mas que por sí mismo. El cuerpo del cerebro colectivo proliferante de la multitud, no acumula su deseo, energía y sabiduría en la forma partido, sino que organiza las singularidades sociales en red. Gérmenes de una nueva vida del común, o una biopolítica antimercantil y antiestatal, el trazo difuso de una república de los comunes. Un entramado que será desplegado y expandido, o no, en el trayecto de sus futuras acciones.

En Irak, una multitud combatiente le está haciendo vivir al imperio su Vietnam posfordista. Una sujeto social que no está atado a perpetuidad a ninguna dirección política. Por lo tanto, es una fuerza autodeterminada, diseminada de norte a sur y que no reconoce un liderazgo unificado.

La Casa Blanca creyó que apresando a Saddam Hussein se acababa la guerra. Pues no, a los tiempos posfordistas le corresponde un antagonismo del mismo tipo. Un ejército social móvil, distribuido en todo la geografía y funcionando en red. No actúa como la guerrilla de épocas fordistas con sus formaciones especiales, acantonándose en el territorio y operando de manera celular y jerárquica.

En Fallujah, Irak, el imperio asesinó 1300 civiles en el mes de abril. Cercó y bombardeó la ciudad en nombre de la democracia representativa. Esta fue su respuesta contra la muerte de los cuatro paramilitares torturadores ajusticiados. Dos de ellos incinerados y colgados en un puente. Esta fue la represalia del Leviatán posmoderno, que con su cuento del fin de la historia, tortura y ejecuta sumariamente a sus prisioneros. Al igual que los nazis con las Fosas Ardeatinas impusieron a sangre y plomo una ejemplificadora matanza sobre la multitud.

El imperio y sus mass media quieren venderle al mundo que los insurrectos toman a extranjeros que no son mas que pobres civiles indefensos. No es así. En Irak la segunda fuerza de ocupación son los contratistas militares privados y una variedad de servicios de inteligencia. Una fuerza compuesta por 20.000 mercenarios a mil quinientos dólares por día. Un ejército civil de violadores profesionales de los derechos humanos. Que operaron en el pasado en la Sudáfrica del apartheid, en el Chile de Pinochet y en Irlanda del Norte contra el IRA.

Mientras tanto el Pentágono ha puesto en funciones a la unidad aerotransportada 101 Tiger Force. Utilizada en la invasión de Vietnam para asesinar guerrilleros y a la población que los respaldaba. Ahora, sus francotiradores provistos de rifles de visión nocturna asesinan desde los helicópteros Black Hawk a todo lo que se mueva entre los oleoductos.

En Irak se dispone una matrix compuesta por el gobierno norteamericano y sus fuerzas militares estatales; mas los ejércitos privados desplegados por las empresas que son el auténtico sustrato de la invasión; incluidas las elites del gobierno provisional que hacen las veces de virreyes del imperio; además de las cadenas de televisión como integrantes del poder, que plagan con sus mentiras el planeta. Todo este dispositivo, demuestra, la indisoluble correspondencia entre la guerra y la ganancia empresaria. Entre el capital, la (des)información y el estado. Entre un imperio en constitución y la resistencia de la multitud.

Un imperio con pies de barro. Una campaña guerrera que nace de la debilidad posfordista del trabajo muerto. Un ciclo del capital sediento de la energía vital del trabajo que detenga su desvalorización. Un sistema social y mundial que recurrirá a los métodos mas brutales con tal de no perecer.

La guerra global permanente es una estrategia mundial del capitalismo. El biopoder de la muerte como técnica bélica del capital a gran escala. En Argentina, de la mano de la progresía y por ahora sin llegar a Fallujah, con otros métodos, asoma el estado de sitio camuflado. La rebeldía de los últimos tres años ha impedido una dictadura lisa y llana del capital. Pero las versiones de un país normal y centroizquierdista del control social, están coqueteando con los verdugos uniformados. Un juego macabro que se asoma al mas profundo abismo represivo.

 

Colectivo Nuevo Proyecto Histórico.

16 de agosto de 2004

 

DesVaLoriZación del CapiTal, inSeguRidad y TraBajo PosFordisTa. La Guerra como aNomaLía orDenaDora

 

 

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Anteúltimo sendero: La nueva derecha

 

 

 

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