Julio López
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DESARROLLEMOS EL PODER OBRERO Y COMPLETEMOS LA REVOLUCIÓN
Por El Militante - Wednesday, Aug. 18, 2004 at 5:56 PM
elmilitante_argentina@yahoo.com.ar !! argentina.elmilitante.org

Ya lo estamos viendo y oyendo: La CD y el BD no quieren reconocer la victoria del NO y su amo, el gobierno de Washington dice que sí pero actúa como si no. En esta hora de victoria no nos podemos dejar engañar por aquellos sectores de la burguesía que hoy se acercan con una bandera blanca, pues tan solo lo hacen por su propia debilidad ante nuestra fortaleza, a la caza de un mejor momento donde nos puedan caer en emboscada y hacernos lo que le hizo la burguesía mexicana a Emiliano Zapata o lo que le hicieron a Augusto César Sandino o a nosotros mismos cuando Chávez les perdonó la vida después del golpe del 11 de Aril.

La revolución ha obtenido un triunfo importantísimo
AHORA, DESARROLLEMOS EL PODER OBRERO Y COMPLETEMOS LA REVOLUCIÓN EN DIRECCIÓN AL SOCIALISMO

Deaclaración de la Corriente Marxista Revolucionaria


Esta victoria tampoco puede ser la nube que oculte las responsabilidades de quienes desde las esferas de gobierno (ministerios, institutos, gobernaciones, alcaldías, etc.) han venido realizando prácticas burocráticas, antiobreras y antipopulares similares a las de los enemigos de la revolución, así como el despido de miles de trabajadores y la violación de convenios colectivos y derechos populares. Esta victoria se cocinó en el seno del pueblo, de los trabajadores manuales e intelectuales de la ciudad y del campo, con sacrificios y duros combates contra quienes disfrutan de privilegios por el solo hecho de ocupar un puesto dirigencial y han intentado impedir el desarrollo de la participación del pueblo en la toma de decisiones y la elección democrática de los auténticos dirigentes del proceso.

Esta victoria que debilita aún más las fuerzas de la contrarrevolución, tenemos que aprovecharla para hacer avanzar la revolución mediante la toma de medidas concretas en lo político, económico y social que terminen de quitarle el piso a la burguesía imperialista y al lacayo nacional que le sirve y así frenar el saqueo, la explotación y la preparación de nuevas, destructivas y dolorosas conspiraciones.

No nos podemos dejar engañar. Si algunos sectores de la burguesía se acercan con banderas blancas es para ganar tiempo y preparar nuevas emboscadas como las que le tendieron a revolucionarios como Emiliano Zapata en México, a Augusto César Sandino en Nicaragua o como lo hicieron en el año 2002 en nuestro país cuando Chávez los perdonó tras el golpe del 11 de abril. Hay que avanzar sobre nuestra victoria activando para que las patrullas y UBEs se conviertan en auténticas organizaciones de lucha reivindicativa y política, en los embriones de poder que sustituyan los actuales entes gubernamentales que impiden una verdadera democracia participativa y protagónica.

Las patrullas y las UBEs deben discutir como organizar asambleas de todos los que apoyamos el proceso revolucionario en cada sector, barrio, parroquia, etc. y estas asambleas deben servir para elegir los candidatos a las próximas elecciones. Al mismo tiempo en estas asambleas en las que participemos todos los patrulleros, miembros de círculos bolivarianos, misiones, CTUs, y en general todos los que defendemos el proceso revolucionario deben ser elegidos y revocables los Comandos de cada parroquia y localidad.

Esta estructura de poder obrero debe servir también para canalizar los reclamos vecinales, para decidir cómo distribuir los presupuestos municipales, estadales y nacionales. Las bases revolucionarias que conformamos las patrullas y demás organizaciones de combate de la revolución debemos elegir también delegados, igualmente revocables en todo momento, a una gran asamblea nacional revolucionaria y que esta elija el Comando dirigente de la revolución, quien debe responder en todo momento ante las asambleas revolucionarias y ser revocable por ellas.

Este sistema de poder obrero, basado en la toma de decisiones por parte de los trabajadores y demás oprimidos, debe trasladarse a todos los ámbitos. A los estudiantes para que impulsen la democratización de los centros de estudio, lo que pasa por la elección de todas las autoridades educativas, donde cada estudiante, profesor, obrero y empleado debe tener un voto y participar en la toma de decisiones, hasta la selección de los pensum de estudios, y la consecución de la gratuidad de la educación para todos.

Las Patrullas y UBEs, como embriones de un nuevo poder que avance hacia la instauración de un verdadero gobierno de los trabajadores -como dice el programa fundacional de la UNT- tienen que servir para extender la salud a toda la población con calidad y gratuita; para ayudar a reabrir las empresas cerradas, las que amenacen con cerrar o despidan trabajadores e instalar el control obrero en las mismas. También deben acabar con las violaciones a los derechos de todos los trabajadores y resolver el problema del desempleo.

COMPLETAR LA REVOLUCIÓN EN DIRECCIÓN AL SOCIALISMO

Hay que acelerar y completar la revolución solucionando los problemas fundamentales que sufrimos las masas. La historia demuestra que una revolución que no llega hasta el final es derrotada (ocurrió en Chile, Portugal y Nicaragua). En un mundo capitalista en crisis, donde el desempleo y la explotación están creciendo incluso en los países más desarrollados, el único modo de solucionar los problemas de las masas obreras y populares es tomando, entre otras, las siguientes medidas basadas en estos embriones de poder obrero como son las patrullas y UBEs.:

-la nacionalización del sistema bancario bajo control obrero y social.

-El no pago de la deuda externa, y destinar dichos recursos para una reactivación sólida de la economía que hoy se basa tan solo en momentáneos buenos precios petroleros

-la nacionalización de las industrias básicas, bajo control obrero.

-la nacionalización del mercado externo e interno

-la constitución de brigadas de autodefensa que desde cada barrio, empresa y centro poblado, cuiden el orden y la seguridad del pueblo

-la constitución de milicias obreras y populares que defiendan el proceso social revolucionario de cualquier agresión externa e interna que se monte contra el mismo.

-Nacionalización bajo control de los trabajadores y el pueblo de las grandes empresas de transportes y alimentación.

-Control obrero y gestión democrática de PDVSA que garantice la participación mayoritaria de los trabajadores en todos los órganos de decisión,

-Igualmente, control obrero y popular de los medios de comunicación para enfrentar las campañas mediáticas del golpismo, que como estamos viendo continúan a pesar del claro triunfo del 15 de agosto.

-Instrucción militar masiva, "cada pescador, cada estudiante, cada persona del pueblo debe aprender a manejar un fusil, porque ese es el concepto del pueblo en armas" (Chávez, Hugo, en Aló Presidente, Abril 2004)

Todo esto implica constituir un verdadero gobierno de los trabajadores, basado en Asambleas Obreras y populares.

Finalmente es necesario superar la dispersión de la vanguardia revolucionaria unificándola en torno a las ideas del marxismo revolucionario, que es la expresión concentrada de más de 150 años de lucha internacionalista, y son las únicas que pueden garantizar la victoria de la revolución: es decir la toma del poder político y económico por parte de la propia clase trabajadora. Por ello es necesario agrupar a los sectores mas avanzados de los activistas obreros y populares y juveniles en una organización de cuadros marxistas que puedan dar al proceso un claro contenido socialista.

Si estás de acuerdo con estas ideas, únete a nosotros. Luchamos por crear una fuerte Corriente Marxista Revolucionaria en el seno del movimiento de masas que apoya el proceso social revolucionario venezolano, al mismo tiempo que luchamos para dar a la revolución un carácter claramente socialista. Crea un grupo de la CMR en tu barrio, pueblo, centro de trabajo o de estudios o donde puedas. Ven, únete a nosotros y vamos a luchar juntos por la victoria total.

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es en serio?
Por joaquin - Wednesday, Aug. 18, 2004 at 7:39 PM

o es alguna clase de chiste?

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siestasencontra decilo
Por rusito - Thursday, Aug. 19, 2004 at 12:09 AM

o si no en vez de hacer comentario de superado, propone una politica diferente.

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siestasencontra decilo
Por rusito - Thursday, Aug. 19, 2004 at 12:12 AM

o si no en vez de hacer comentario de superado, propone una politica diferente.

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Preguntas a "El Militante"
Por Leonardo Mir - Sunday, Aug. 22, 2004 at 1:02 AM
leonardomir@msn.com

Algunas preguntas a la Corriente Marxista Revolucionaria El Militante:



1) A qué se refieren y qué significa a vuestro criterio el concepto “proceso social revolucionario” en el proceso actual venezolano.

2) Qué resultados han obtenido como producto de apoyar al sector burgués en el poder. (O, si tal vez no consideran que haya un sector burgués en el poder, quién gobierna Venezuela desde vuestro punto de vista).

3) Afirman que la vanguardia revolucionaria se halla dispersa. ¿Existen entonces en Venezuela otros grupos que actúen con independencia de clase? De existir: ¿Cómo evalúan ustedes el accionar y los resultados obtenidos por esos grupos?

4) Dicen ustedes que “La revolución ha obtenido un triunfo importantísimo”, a qué se refieren exactamente con ello.

5) Dicen ustedes que “La historia demuestra que una revolución que no llega hasta el final es derrotada”. Sin embargo –más allá de que comparto la validez de esa idea en el largo plazo-, la vigencia del castrismo –por caso- no demuestra esto, o al menos mantiene la demostración en suspenso. (Dicho esto siempre y cuando consideremos a efectos de intentar entendernos que en Cuba hubo una revolución. Yo no tengo dudas de que NO HUBO una revolución "socialista" en Cuba pero aceptaría que hubo una "revolución" burocrática, aunque más preciso sería decir que hubo una reforma). Más allá de la necesaria precisión terminológica lo que quiero decir es que aun aceptando la idea presentada, pareciera que ustedes le imprimen un sentido inmediatista -que la historia verifica solo parcialmente.
Concretamente, ¿piensan ustedes que el proceso en curso debe inexorablememente definirse en un sentido o en otro, radicalmente opuestos, y que no es posible una continuidad de la fracción Chávez por mucho más tiempo?

A la espera de vuestras respuestas los saludo cordialmente.

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Leonardo Mir
Por Preguntas a El Militante - Monday, Aug. 23, 2004 at 9:22 PM
leonardomir@msn.com

Le ruego a los compañeros de "El Militante" una respuesta a mis preguntas.
Gracias y saludos.

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Leonardo Mir
Por Preguntas a El Militante - Monday, Aug. 23, 2004 at 9:25 PM
leonardomir@msn.com

Le ruego a los compañeros de "El Militante" una respuesta a mis preguntas.
Gracias y saludos.

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El militante?
Por Raas - Tuesday, Aug. 24, 2004 at 2:11 AM
raas(arroba)riseup.net

QUe militante?
Todabia seguimos con lo mismo, compañeros, siempre con esas palabras y esa terminologia
ya no se dice mas "militar" eso suena muy setentoso me hace acordar a la guerrilla y su fracaso hoy la cosa es distinta mas abierta y democratica.

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Para RASS
Por Brutus - Tuesday, Aug. 24, 2004 at 2:31 AM

¿Como se diria entonces, en vez de "militar"?
Ya que el juego de la lucha es "mas abierto y democratico"" como llamarias vos el acto de "compromiso" con tu sociedad. ¿O compromiso también estara fuera de moda?
Si tenés otras definiciones alternativas que remplacen la nocion de "militar" en pos de algo, por favor hacénoslo saber.
Espero tu respuesta
cordialmente

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RAS CUADRADO
Por Mirian - Tuesday, Aug. 24, 2004 at 10:19 PM

Raas, no podes ser tan cuadrado y pensar de esa manera Entendes algod e lo que pasa?????
Diria que no.
Tonto

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Mientras viene la respuesta
Por Camilo López (CMR - Caracas) - Friday, Aug. 27, 2004 at 2:08 PM
venezuela@elmilitante.org

Estimado Leonardo Mir:

Acabamos de recibir las preguntas que nos hace a la declaración que elaboramos los camaradas de la Dirección Nacional de la Corriente Marxista Revolucionaria (Venezuela) y que estaremos respondiendo oportunamente en cuanto nuestros compromisos revolucionarios nos lo permitan.

Mientras tanto, muchas de sus dudas las encontrará respondidas en los siguientes artículos que escribió el camarada Alan Woods:

Los Marxistas y la Revolución Venezolana
( Alan Woods , 04 de Mayo del 2004 )
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=564

Tesis sobre la Revolución y la Contrarevolución en Venezuela
(Alan Woods, 15 de Junio del 2004 )
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=590

Adicionalmente, aunque en otro contexto, algunas de las inquietudes también podrá encontrarlas respondidas en este artículo:

Debatamos con claridad, método y honestidad: Una respuesta a Ángel Arias y la JIR
( Hermann Albrecht , 31 de Mayo del 2004 )
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=589

En cuanto a sus inquietudes sobre Cuba, le podemos sugerir dos artículos producidos por nuestros camaradas de El Militante (España), mientras terminamos de elaborar un documento de análisis sobre la Revolución Cubana:

La revolución cubana en la encrucijada
(David Rey (El Militante - España), 01 de Julio del 2002)
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=233

La revolución cubana 45 Aniversario
(Jordi Rosich (El Militante - España) , 19 de Enero del 2004)
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=258

Esperamos que mientras recibe nuestra respuesta a sus inquietudes, este material pueda servir de respuesta a algunas de sus preguntas.

Saludos revolucionarios,

Camilo López
Corriente Marxista Revolucionaria
http://venezuela.elmilitante.org

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Mientras viene la respuesta
Por Camilo López (CMR - Caracas) - Friday, Aug. 27, 2004 at 2:15 PM
venezuela@elmilitante.org

Estimado Leonardo Mir:

Acabamos de recibir las preguntas que nos hace a la declaración que elaboramos los camaradas de la Dirección Nacional de la Corriente Marxista Revolucionaria (Venezuela) y que estaremos respondiendo oportunamente en cuanto nuestros compromisos revolucionarios nos lo permitan.

Mientras tanto, muchas de sus dudas las encontrará respondidas en los siguientes artículos que escribió el camarada Alan Woods:

Los Marxistas y la Revolución Venezolana
( Alan Woods , 04 de Mayo del 2004 )
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=564

Tesis sobre la Revolución y la Contrarevolución en Venezuela
(Alan Woods, 15 de Junio del 2004 )
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=590

Adicionalmente, aunque en otro contexto, algunas de las inquietudes también podrá encontrarlas respondidas en este artículo:

Debatamos con claridad, método y honestidad: Una respuesta a Ángel Arias y la JIR
( Hermann Albrecht , 31 de Mayo del 2004 )
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=589

En cuanto a sus inquietudes sobre Cuba, le podemos sugerir dos artículos producidos por nuestros camaradas de El Militante (España), mientras terminamos de elaborar un documento de análisis sobre la Revolución Cubana:

La revolución cubana en la encrucijada
(David Rey (El Militante - España), 01 de Julio del 2002)
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=233

La revolución cubana 45 Aniversario
(Jordi Rosich (El Militante - España) , 19 de Enero del 2004)
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=258

Esperamos que mientras recibe nuestra respuesta a sus inquietudes, este material pueda servir de respuesta a algunas de sus preguntas.

Saludos revolucionarios,

Camilo López
Corriente Marxista Revolucionaria
http://venezuela.elmilitante.org

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Preguntas recibidas, compañero Mir
Por Camilo López - Friday, Aug. 27, 2004 at 2:51 PM
venezuela@elmilitante.org

Preguntas recibidas,...
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Estimado Leonardo Mir:

Acabamos de recibir las preguntas que nos ha planteado respecto a la Declaración que redactaron nuestros camaradas de la Dirección Nacional de la Corriente Marxista Revolucionaria y que estaremos respondiendo cuando nuestros compromisos revolucionarios nos lo permitan.

Mientras tanto, le podemos sugerir alguos documentos en los cuales parte de sus inquietudes son aclaradas.

Los Marxistas y la Revolución Venezolana
( Alan Woods , 04 de Mayo del 2004 )

Tesis sobre la Revolución y la Contrarevolución en Venezuela
( Alan Woods , 15 de Junio del 2004 )

En particular sobre Cuba, le sugerimos leer los artículos que tenemos publicados en nuestra web al respecto.

Saludos revolucionarios,

Camilo López
Corriente Marxista Revolucionaria

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Mientras viene la respuesta, algunas observaciones
Por Leonardo Mir - Saturday, Aug. 28, 2004 at 1:27 AM
leonardomir@msn.com

Mientras viene la respuesta, he seguido la sugerencia de leer algunos de los documentos de la Corriente El Militante. En realidad ya había leído los anteriores, ahora he leído “Debatamos con claridad, método y honestidad: Una respuesta a Ángel Arias y la JIR”
( Hermann Albrecht , 31 de Mayo del 2004 )
http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=589
y haré sobre él algunas observaciones.

El debate gira en torno a las tareas, las cuales se hacen explícitas sobretodo con la trascripción de las Tesis 74 y 77 de las “Tesis sobre Revolución y Contra-revolución en Venezuela, escritas por Alan Woods, hace pocos meses.

“La única forma de llevar hacia delante la revolución es desde abajo. El movimiento de masas debe tener una forma y expresión organizadas. Esto sólo se puede hacer con la creación de comités de acción, elegidos democráticamente en cada centro de trabajo, barrio obrero, oficina, refinería de petróleo y pueblo. Los comités deben unirse a todos los niveles -local, regional y nacionalmente-. Sólo de esta forma se pueden poner las bases para un nuevo poder en la sociedad: el poder obrero.” (Tesis sobre Revolución y Contra-revolución en Venezuela, Tesis 74, Alan Woods)

“Defendemos una democracia genuina -una democracia obrera- en las líneas defendidas por Lenin y puestas en práctica por los bolcheviques en 1917: a) elecciones libres y democráticas con derecho a revocación de todos los funcionarios del estado; b) limitación de los salarios de los funcionarios, no deberían recibir un salario superior al de un trabajador calificado, se pueden pagar otros gastos legítimos pero deben estar abiertos para una inspección; c) el armamento de la población, la transformación del ejército en una milicia popular; d) la participación de toda la población en todas las tareas de la administración de la industria, sociedad y estado.”(Tesis sobre Revolución y Contra-revolución en Venezuela, Tesis 77, Alan Woods)

Hasta aquí todo bien.
Pero, ¿cómo ganar a la vanguardia primero y a las masas luego, para estas tareas?
Veamos cómo se dirige la CMR El Militante a ellos.

“Chávez juega un papel de agente aglutinante de las masas empobrecidas y explotadas que están hartos de lo que han vivido por muchos años y que desean un cambio. Ven en el presidente a un hombre como ellos, que se expresa como ellos y ven reflejadas sus esperanzas en él.”

Acá El Militante expresa con bastante acierto el hecho de que las masas creen que Chávez es un hombre como ellos. El Militante no cuestiona esa creencia. ¿Es Chávez un hombre igual a cualquiera de la masa? La pregunta no va orientada a una comparación de cualidades humanas o capacidades directrices, sino a si SOCIALMENTE Chávez es como la masa. Recordemos que la mayoría de las masas la conforman la clase trabajadora. ¿Es Chávez un fiel representante de la clase trabajadora?

“Por primera vez en los casi doscientos años de historia de Venezuela, las masas sienten que el gobierno está en manos de personas que desean defender sus intereses. En el pasado, el gobierno siempre era un poder ajeno que se presentaba en contra de ellas. Las masas no quieren el regreso de los viejos partidos corruptos. Las masas, los habitantes de los barrios pobres, los desempleados, trabajadores, campesinos, indígenas, negros, han salido de su apatía y se han puesto de pie. Han descubierto que la vida tiene un nuevo significado, una nueva esperanza. De la noche a la mañana, se han convertido en chavistas, aunque no comprendan muy bien qué significa esto. “Quizá las masas sólo tienen una idea muy vaga de lo que realmente quieren, pero sí tienen muy clara la idea de lo que no quieren. No quieren el regreso del viejo orden, los antiguos partidos y viejos dirigentes burgueses. Han podido probar de lo que significa ser libres y no desean regresar a la vieja esclavitud. Con cada fibra de su ser añoran un cambio fundamental de sus condiciones de vida. Para ellos, esto es lo que significa el chavismo. Y este gran sueño de cambio en sus vidas, en su mente se resume en un solo hombre: Hugo Chávez.” (Alan Woods)

“Las masas ‘SIENTEN’ que el gobierno está en manos de personas que desean defender sus intereses”, y qué tiene que decir sobre esto El Militante a las masas: “Las masas, los habitantes de los barrios pobres, los desempleados, trabajadores, campesinos, indígenas, negros, han salido de su apatía y se han puesto de pie. Han descubierto que la vida tiene un nuevo significado, una nueva esperanza. De la noche a la mañana, se han convertido en chavistas, aunque no comprendan muy bien qué significa esto.” Se exalta el ‘descubrimiento’ por las masas de “nuevos significados” que los han llevado a convertirse en… “chavistas, aunque no comprendan muy bien qué significa esto”.
El discurso es de tipo periodístico, descriptivo, no esclarecedor.


También se dice que “la burguesía sigue manteniendo sus hilos con los que controla ‘muchas’ instituciones estatales”; pregunta: ¿cuáles son las que no controla la burguesía?

“El gobierno ha llevado a cabo una purga parcial del estado. Eso es positivo pero no ha ido demasiado lejos. [¡Correcto!] Es necesario remover a todos los conservadores, todos los aliados abiertos y ocultos de la contrarrevolución de los puestos de poder e influencia. Todo el poder debe estar en manos de revolucionarios dedicados [ sic ] cuya lealtad a la causa del pueblo esté fuera de toda duda. Una purga seria sólo se puede hacer desde abajo, y sólo la pueden hacer las propias masas.”
¿A qué se refieren por “revolucionarios dedicados”? En el discurso de El Militante esto bien puede ser interpretado por “revolucionarios…chavistas”. Y creo no estar citando fuera de contexto. El Militante no traza un límite claro entre las masas trabajadoras y el gobierno burgués. Da la impresión de que no creyeran que el de Chávez es un gobierno burgués. Al menos eso no lo dice en ningún lado, o al menos no en el discurso corriente. Valga la aclaración por si en algún documento figure esa aclaración. Pero aunque así fuera, no se trata de una afirmación que forme parte del discurso corriente. Tal vez piensen que no es importante o que es contraproducente poner esa afirmación como parte central del discurso.
Pero, es más, no sólo no se dice, sino que se induce a las masas a creer que ser chavista es un logro. De alguna manera podríamos decir que es como si los bolcheviques saludaran el hecho de que las masas rusas fuesen social-revolucionarias o partidarias de algunas de las corrientes con las cuales los bolcheviques competían por ganarse a las masas.
Parece que para El Militante lo que las masas “sienten” no debe ser motivo de lucha ideológica. Son chavistas y parece que está bien, que con eso es suficiente.
El Militante viene a ser la izquierda del régimen chavista. Se plantea correctamente lo que “habría” que hacer, pero se da a entender que las masas van por el buen camino confiando en Chávez. No se trata por otro lado de un apoyo incondicional que esté exento de toda crítica. Pero esas críticas no ocupan el lugar privilegiado que creo que deberían tener. Parece que para criticar El Militante primero debe “endulzar” su crítica mediante la exaltación de las creencias de las masas. ¿No sería más positivo señalar las virtudes de las acciones de las masas poniendo el acento en sus falsas creencias? ¿No sería mucho más eficaz la acción de El Militante si se luchara a brazo partido por convencer a la vanguardia de que es un error confiar en Chávez, de que es una desgracia que las masas se hallan hecho chavistas? Y por ese medio ganarse a los mejores activistas, ayudando a la mejor comprensión de las tareas y de las dificultades que es como se está en mejores condiciones de resolver los problemas.
Saludos cordiales.

Leonardo Mir


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xxx
Por xx - Saturday, Aug. 28, 2004 at 4:13 AM

xxx

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Mientras viene la respuesta de "El Militante"
Por Leonardo Mir - Wednesday, Sep. 15, 2004 at 1:21 PM

Este es un artículo extraído de "Debate Marxista" que puede encontrarse en
http://ligacomunista.tripod.com.ar/
linqueando en *Revista DM *Primera Época *Lenin y el Oportunismo,
que trata sobre la posición oportunista ante diversos hechos de la lucha de clases y que puede servir para delimitar las distintas opciones ante hechos como el pasado y reciente plebiscito en Venezuela.

(Lo presento aquí con unos enfatizados de mi autoría).

 

LENIN Y EL OPORTUNISMO

(acerca de escritos de Lenin)

Eduardo Acevedo

Desde hace muchos años las enseñanzas básicas de la táctica y la estrategia del marxismo revolucionario fueron suplantadas, dentro del movimiento comunista, por las del oportunismo reformista. Este reemplazo se operó de forma tan completa, que hoy son pocos los que conocen los principios de la política del bolchevismo. La confusión se agrava porque durante mucho tiempo la adopción de las políticas reformistas y socialdemócratas se hizo bajo advocación de las enseñanzas de Marx y Lenin. Particularmente importante es desnudar el método de análisis y de elaborar política del oportunismo, porque ha impregnado hasta la médula la forma en que se razona en los medios "marxistas". En estos últimos incluimos a aquellos que formalmente dicen combatir contra el stalinismo y el reformismo, pero en la práctica siguen sus pasos bajo fraseología "revolucionaria"; los partidos trotskistas de nuestro país son típicos representantes de esta forma de pensar y de actuar.

En este artículo queremos examinar algunas de esas formas de razonamiento a la luz de dos artículos de Lenin en los que combate al oportunismo, escritos en 1906, en momentos en que se discutía en el movimiento obrero sobre alianzas electorales con la burguesía liberal. No se trata de repetir los argumentos, sino de examinar la lógica interna del razonamiento oportunista y su crítica por el marxismo. En el primer artículo, titulado "De nuevo acerca de un gabinete salido de la Duma" (de junio de 1906), Lenin polemiza contra uno de los argumentos más comunes con que la izquierda justifica su apoyo a programas o a fuerzas políticas burguesas o pequeño burguesas. Se trata de la conocida fórmula, consagrada por el uso oportunista, de "siempre hay que elegir entre dos males, el menor". Esta es la forma en que se nos presentan las opciones políticas, como si fuera una disyuntiva "de hierro", que no da lugar a terceras alternativas. Se parte de aceptar las disyuntivas que aparecen como "realizables"; pero cuando el movimiento revolucionario no es fuerte, lo realizable en lo inmediato se encuadra dentro de las opciones burguesas, por lo cual la política y el programa marxista revolucionario quedan relegados a un futuro indefinido. "O esto o aquello, ésa es la opción concreta que tenemos entre manos, y hay que decidir entonces cuál es la más beneficiosa para la clase obrera", nos dice el oportunista.

Este modo de elaborar política lo vemos aplicado a los más diversos casos y circunstancias: contiendas electorales, programas y reivindicaciones de lucha sindical o guerras. Por ejemplo, en las elecciones nacionales, ante el menemismo había que elegir obligatoriamente por la opción "menos mala", el Frente Grande. Ante cualquier guerra, también hay que optar entre alguno de los bandos, aunque ambos sean del mismo tenor. Por ejemplo, ante la guerra en la ex Yugoslavia, casi toda la izquierda -nacional e internacional- se dividió entre pro bosnios y pro serbios. En todo caso, cuando tratamos de presentar una tercera alternativa política, se nos responde con el axioma: "hay que elegir". Y en esencia, la misma lógica es la que impera cuando nos dicen que debemos optar entre el capitalismo privado o estatal. Cuando los marxistas decimos que nos reservamos una tercera salida, se nos acusa de abstractos, de posponer las soluciones "concretas y necesarias hoy" a un futuro indefinido; y entonces no faltan referencias a Lenin. Es por eso que cobran especial relieve las enseñanzas metodológicas de Lenin, que pasamos a comentar. Lenin comienza el artículo presentando el argumento de marras:

"Hay que elegir" es el argumento con que siempre han tratado y tratan de justificarse los oportunistas. De golpe y porrazo no puede lograrse nunca nada importante. Hay que luchar por lo que, aun siendo poco, sea asequible. ¿Y cómo saber que algo es asequible? Mediante el ascenso de la mayoría de los partidos políticos o de los políticos más "influyentes". Cuanto mayor sea el número de políticos que se muestren de acuerdo con un avance, por pequeño que él sea, más fácil será lograrlo, más asequible será. No hay que ser utopistas, aspirar a las cosas grandes. Hay que ser políticos prácticos, saber plegarse a las exigencia de cosas pequeñas, las cuales facilitarán la lucha por las cosas grandes. En lo pequeño reside la etapa más segura para luchar por lo grande. (O. C. tomo 11 pág. 62).

Lenin nos dice que "así argumentan todos los oportunistas, todos los reformistas, a diferencia de los revolucionarios". En el caso concreto que entonces estaba examinando, se trataba de la exigencia de que se formara un gabinete salido de la Duma (especie de parlamento convocado por el zarismo ruso); la asamblea constituyente era una aspiración justa, pero demasiado lejana, en cambio la reivindicación del gabinete salido de la Duma tenía a su favor a todos los políticos liberales y por lo tanto "a todo el pueblo". "En concreto", decían los oportunistas, "hay que elegir entre el poder absoluto del zar y esa salida "progresista" que arrastraría detrás suyo a la inmensa mayoría del pueblo". De esta forma se facilitaría la lucha por las cosas grandes, por el objetivo superior de la asamblea constituyente y otros. Con toda razón, Lenin observa que

Es este el argumento fundamental, el argumento típico de todos los oportunistas, en el mundo entero (ídem, pág. 63).

palabras, que se aplican plenamente a los oportunistas de hoy. Incluso podemos citar el caso de partidos trotskistas de Argentina (el MAS) o de Perú (el PST) que ante situaciones de dictaduras militares presentaron como alternativa "concreta" que los parlamentos formaran su propio gobierno. El MAS en 1982 llamó a convocar al Congreso de 1976 para que se hiciera cargo del poder, el PST peruano en 1978 sostenía que la Asamblea Constituyente convocada por los militares debía asumir el gobierno pleno. En ambos casos se presentaban estas consignas como "salidas concretitas", que representaban "un paso" adelante realizable porque agrupaba a la mayoría del pueblo. Pero más allá de la discusión de este ejemplo, lo que nos interesa destacar es la matriz común del razonamiento oportunista: hay que dar pasos siempre en lo inmediato y "tangibles", para avanzar en una "táctica proceso". Si estamos ante la desocupación -un mal generado inevitablemente por el sistema capitalista- hay que pedir medidas "realizables", del estilo de las estatizaciones bajo gobierno capitalista, porque la lucha por el socialismo es "lejana". La estatización, sería la medida "actual", asequible. ¿Soluciona la desocupación? El oportunista debe reconocer entonces que no es la "solución definitiva", pero se defiende diciendo que es el paliativo inmediato, que es el "paso factible". De esta forma se posterga la propaganda y la agitación por la salida socialista, la educación de las masas en el programa revolucionario, en las soluciones de fondo. Y si esto no se hace, siempre estaremos condenados a seguir atados a la noria de la elección de las alternativas dadas por la clase enemiga. Esta es la lógica infalible del derrotismo, porque anula el programa revoluciona- rio. En palabras de Lenin

Ahora bien, ¿qué conclusión se desprende inevitablemente de este argumento? [del argumento oportunista]. La conclusión de que no hace falta tener un programa revolucionario, un partido revolucionario ni una táctica revolucionaria. Lo que se necesita son reformas y asunto concluido. ¿Para qué una socialdemocracia revolucionaria? Basta con un partido de reformas democráticas y socialistas. En efecto ¿no es evidente que siempre habrá en el mundo personas conscientes de que lo existente es insatisfactorio? Siempre las habrá, naturalmente. ¿Y no es también evidente que la inmensa mayoría de los descontentos se manifestará siempre en favor de ir corrigiendo esta situación insatisfactoria mediante pequeñas correcciones? Siempre se manifestará en este sentido, naturalmente. De aquí se deduce que nuestra misión, la misión de los hombres avanzados y "conscientes", consiste en apoyar siempre las reivindicaciones más pequeñas para ir remediando el mal. Es lo único seguro y práctico, y todo lo que sea hablar de estas o las otras aspiraciones "fundamentales" es pura palabrería de "utopistas", son meras "frases revolucionarias". Hay que elegir y elegir siempre entre el mal existente y el más pequeño de los proyectos propuestos para corregirlo (ídem, pág. 63).

Es de destacar cómo Lenin nos dice que este razonamiento aparece como "natural", como "lo evidente" para las mentalidades que trabajan en base al llamado "sentido común". Lenin continúa criticando la política de los bernstenianos, los que siempre apoyan a un ala de la burguesía contra el otro, por considerar que "en lo práctico" se trata de un mal menor:

Hay que elegir entre la reacción y los radicales burgueses, que prometen una serie de reformas prácticamente realizables. Hay que apoyar a estos radicales, apoyar a su ministerio; las frases acerca de la revolución social no son más que vacuas charlatanerías de "blanquistas", "anarquistas", "utopistas", etc. (ídem, págs. 63-4).

Algunos compañeros de izquierda pueden deducir que esta crítica de Lenin sólo tiene actualidad con respecto a la táctica de apoyo al Frente Grande. Pero esa lectura implica quedarse en la analogía superficial, porque lo importante es comprender el método, el enfoque global del razonamiento oportunista y su crítica por el marxismo. Lenin va a mantener esta metodología, este enfoque, en las más diversas circunstancias: se trata de no dejarse atrapar por la alternativa burguesa, sino de presentar una tercera salida, el programa del proletariado. Esta es la clave de la tan cacareada lucha por la independencia política del movimiento obrero. Un ejemplo extremo de esta actitud leninista lo encontramos muchos años después, durante la guerra. Frente a los que decían que ante el hecho "concreto" de la guerra había que elegir cuál de los bandos imperialistas era el mal menor, Lenin corta de raíz con la falsa disyuntiva, diciendo que existe una tercera línea política, la del derrotismo revolucionario, la transformación de la guerra imperialista en guerra civil. Salida que era lejana en los primeros tiempos de la guerra, poco "tangible" para las masas, y éste fue por cierto el argumento de todos los oportunistas y centristas contra Lenin. Se le decía a Lenin que "la opción es concreta, la salida socialista está lejana, hoy lo real es que luchan dos bandos y hay que optar por el mal menor; la salida socialista que usted propone es ideal, pero para eso todavía no están dadas las condiciones. Por lo tanto, si gana el mal menor, podemos preparar las bases para llegar a la salida que usted propugna, pero propagandizar esa solución socialista, el derrotismo, hoy es abstracto, alejado". Demos otro ejemplo, que muchas veces fue tergiversado por los oportunistas. Se trata de la actitud de los revolucionarios ante el intento de golpe de estado del general Kornilov contra el gobierno de Kerensky, en Rusia en 1917. Se planteaba allí el ataque a un régimen democrático burgués con dualidad de poderes -los soviets- por parte de un sector del ejército y la burguesía. Aparentemente en este caso había que optar por apoyar a Kerensky contra Kornilov, a la democracia burguesa contra el golpe militar. Pero Lenin se niega a entrar en esa trampa de la lógica oportunista; si bien distingue entre la democracia burguesa y el bonapartismo, defiende la necesidad de que el proletariado presente una tercera alternativa, la de combatir contra Kornilov sin apoyar a Kerensky: [Contra la 'oligarquía' sin apoyar a Chávez, L.M.]

Incluso ahora nosotros no apoyamos al gobierno de Kerensky. Lucharemos. Estamos luchando contra Kornilov, igual que lo hacen las tropas de Kerensky, pero no apoyamos a Kerensky. Al contrario, desenmascaramos su debilidad. Ahí está la diferencia. Es una diferencia sutil, pero es altamente esencial y no debe ser olvidada (Mensaje al CC del POSDR del 30 de agosto de 1917).

En esta táctica podemos ver la continuidad con la forma de razonar que Lenin recomendaba en el artículo de 1906. La línea política de apoyar siempre al mal menor, de postergar la presentación de la alternativa proletaria revolucionaria, implica el reemplazo de la teoría materialista de la historia, que ve en la lucha de clases el motor del progreso histórico, por la teoría de la colaboración de clases. Por eso Lenin dice que en esta teoría de los "pasos" y "lo asequible" desaparece la lucha de clases como la fuerza motriz del proceso histórico. El reformista "a secas" lo dice explícitamente, el reformista de fraseología revolucionaria lo dice mediante un rodeo y de forma encubierta, pero hace política con la misma lógica que el primero. Lenin dice que de esta teoría

se deriva la táctica de los adocenados progresistas burgueses, cuyo lema es: apoyar siempre y en todas partes "lo mejor"; elegir entre la reacción y las fuerzas que se oponen a la extrema derecha de esa reacción (O.C. tomo XI, pág. 64).

El marxismo tiene una política opuesta por el vértice a esta óptica, porque parte de una premisa también opuesta: la necesidad para la clase obrera de levantar una táctica revolucionaria independiente de la burguesía, independencia que se fundamenta en la teoría materialista de la lucha de clases y en la crítica a la sociedad capitalista y se plasma en un programa revolucionario. Ante las falsas opciones con que el oportunismo encierra a la lucha de clases, los marxistas levantamos una alternativa independiente, propia, y sólo desde esa perspectiva y en ese marco apoyamos determinadas reformas. En palabras de Lenin:

Nuestra tarea no se limita, en modo alguno, a apoyar las consignas más difundidas de la burguesía reformista. Nosotros mantenemos una política independiente y solo convertimos en consigna nuestra aquellas reformas que interesan incondicionalmente a la lucha revolucionaria, que incondicionalmente contribuyen a elevar la independencia y el grado de conciencia y la combatividad del proletariado. Solamente mediante esta táctica podemos hacer inocuas las reformas desde arriba, reformas que son siempre de doble filo, siempre hipócritas, que encierran siempre trampas burguesas o policíacas (ídem, pág. 64).

Examinemos ahora el otro texto de Lenin que queremos comentar, que complementa y abunda en la línea táctica anterior. Se trata de un prólogo a la edición rusa del folleto del revolucionario alemán G. Liebknecht, titulado "«Nada de compromisos, nada de pactos electorales!", escrito en fecha cercana al anterior. Lenin sostiene que lo interesante "es poner de manifiesto los métodos de la argumentación de Liebknecht" para ayudar a los lectores a pensar las situaciones que se presentan con los pactos. Nosotros queremos mostrar además cómo este método se extiende, "mutatis mutandi", al razonamiento de los revolucionarios ante otras situaciones. El punto central a comprender es que para Liebknecht -y esto es lo que destaca Lenin- el criterio para decidir si un pacto electoral es útil o no al marxismo no se limita a la consideración de las ventajas inmediatas que se puedan lograr con él. Dice Lenin al respecto:

Liebknecht no discute en modo alguno que los pactos con los partidos burgueses de oposición puedan ser "útiles", tanto desde el punto de vista de las "bancas parlamentarias" como desde el punto de vista del alineamiento de los "aliados" (de los llamados aliados) en el frente contra el enemigo común, contra la reacción. Pero el sentido realmente político y el probado socialdemocratismo del veterano de los socialistas alemanes se revelan precisamente en el hecho de que no se limita a esta clase de consideraciones (O.C. tomo 11 pág. 405).

El subrayado es de Lenin, porque es la piedra de toque de la elaboración de la política marxista revolucionaria: ir "más allá" de lo que está indicando el "sentido común". En primer lugar, dicen Liebknecht y Lenin, hay que discutir si el "aliado" no es un enemigo solapado "que resulte peligrosísimo admitir en las propias filas"; por eso hay que examinar si ese "aliado" lucha efectivamente, si el mayor número de las bancas electorales que se pueden lograr con un pacto no implican un perjuicio mucho mayor desde el punto de vista de las tareas "menos inmediatas y más importantes del partido proletario". He aquí lo importante, lo que debe guiar la acción del partido marxista: esas tareas mediatas, de la cual la fundamental es la elevación de la conciencia y la organización independiente del movimiento obrero, su preparación para la revolución socialista. La verdadera fuerza de la clase obrera, dice Liebknecht, está en la unidad de las masas obreras conscientes, y si una alianza debilita esa conciencia, si los falsos amigos enturbian la política proletaria y desvían la lucha, los logros inmediatos obtenidos con la alianza se convierten en un verdadero lastre para el movimiento. Este hecho cobra tanta fuerza, que Liebknecht sostiene que aun la aprobación de una ley en el parlamento contra los socialistas puede ser un mal menor que el desdibujar los antagonismos de clases e introducir la infección del colaboracionismo con la burguesía:

Liebknecht hace tanto hincapié en el hecho de que el peligro que amenaza por parte de estos falsos amigos es mayor que el que proviene de los enemigos abiertos, que llega a decir: "La aprobación de una nueva ley contra los socialistas habría representado un mal menor que el desdibujar el antagonismo de clase y los linderos del partido por medio de una alianza electoral parlamentaria ..." (ídem, pág. 407).

Esto se aplica no sólo a los pactos electorales, sino también a las reivindicaciones programáticas que a diario se levantan en nuestra izquierda, con la excusa de que "la alternativa socialista está lejana". No nos referimos a la necesidad de luchar por las demandas inmediatas de la clase obrera -nadie discute la importancia de esta lucha- sino de los programas con consignas "más elevadas", pero que no son socialistas sino opciones entre las variantes burguesas. Por ejemplo, ante la jubilación muchos izquierdistas nos dicen: "hay que elegir entre la privada o la estatal el mal menor", y se ponen abiertamente del lado de la estatal. En un folleto especial de la LIGA MARXISTA se demuestra la falsedad, desde el punto de vista teórico, de elogiar a la jubilación estatal por encima de la privada. Pero existe otra clase de argumentos que apelan a razones políticas, a las ventajas "inmediatas" que se lograrían con la agitación en favor de la jubilación estatal. Se nos dice, por ejemplo, que la derrota de la jubilación privada implicaría una derrota del gobierno de Menem, el principal enemigo "inmediato" de los trabajadores, y hacia el cual deben entonces apuntar todos los esfuerzos y contra el que hay que sumar la mayor cantidad de fuerzas sociales y políticas. También se nos dice que la jubilación estatal permitiría unificar a la clase obrera, o que es posible hacer juicios con más facilidad al estado. Se podría discutir específicamente cada uno de estos argumentos, por ejemplo, decir que el plan económico de la burguesía no depende del triunfo o no de la jubilación privada, o que la unificación de la clase obrera no es tarea que debiera confiarse al estado capitalista, o que la realización de juicios contra éste representa para las masas tantas dificultades como los juicios a los capitalistas privados. Pero por encima de todas estas consideraciones prima la principal, que es la educación pro-estado burgués que se introduce en las masas cuando se las convoca a luchar por la jubilación estatal capitalista. Este es el criterio político fundamental que no tienen en cuenta los que se mueven con el inmediatismo de lo "concreto", los que reprueban la presentación de las alternativas socialistas por "propagandismo abstracto". Lo mismo podemos decir de otras formas de reivindicación del estatismo burgués, o del nacionalismo (1) y de tantas otras soluciones "inmediatas".

Y por último, el ejemplo más inmediato lo tenemos en las alianzas electorales. Es claro en el caso del Frente Grande, donde la conciencia socialista está completamente borrada, donde la política que realmente se aplica es la de un sector de la burguesía opositora al gobierno de Menem. Muchos compañeros de izquierda explican que "en concreto" con este voto logran poner palos en la rueda del menemismo, arrancar "algo" en el parlamento o en la Constituyente. Al margen de que todos esos logros son resultados indirectos del temor de la burguesía al "estallido social" -el santiagueñazo logra infinitamente más que todas las votaciones imaginables- lo peor es el veneno de la colaboración de clases que se introduce en las masas, la confianza en la burguesía. Idénticas consideraciones -en lo que hace a lo sustancial de la táctica política- merecen anteriores alianzas electorales, por ejemplo, la de Izquierda Unida, donde en aras de lograr un diputado "trotskista" se recomendó a las masas el confiar en líderes provenientes de la pequeña burguesía, que tenían un programa pacifista de colaboración de clases y de embellecimiento del Estado burgués. De nuevo, lo obtenido -el diputado- era de importancia infinitamente menor que lo que se cedía, la educación en la independencia de clase y en el programa revolucionario. Incluso se genera una dialéctica infernal, en la que la desesperación por el resultado inmediato termina anulando y confundiendo la política revolucionaria aun en aquellos militantes que honestamente creen que pueden "maniobrar" y "utilizar provisoriamente" esas alianzas y sucedáneos del programa socialista. En este artículo dice Lenin

Solo los malos socialdemócratas pueden considerar como una bagatela el daño que causan a las masas obreras los traidores liberales de la libertad del pueblo que se deslizan entre ellas al amparo de los pactos electorales (pág. 407).

Podemos agregar: y el daño que causan los programas y consignas que se "deslizan" como banderas de la lucha socialista, y en general el inmenso daño que ha causado al movimiento revolucionario la encerrona del "hay que elegir entre dos males, para apoyar al mal menor".

 


Nota 1

Es típico el ejemplo de la reivindicación del proteccionismo económico para dar soluciones "inmediatas" a los males que provoca la internacionalización de la economía a la clase obrera. La educación en el internacionalismo, en la solidaridad de clase con los trabajadores de otros países de deja de lado en aras de nuevo de la solución "concretita". Todo lo que se logra en este sentido - logros por demás siempre precarios- se obtiene a costa de lo principal, envilecer la conciencia de clase y el programa del marxismo.


 

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Leonardo Mir
Por ¿Falta mucho Corriente El Militante? - Friday, Oct. 01, 2004 at 1:01 PM

Ya pasaron 40 dias desde que le formulé unas preguntas a la Corriente El Militante y unos menos desde que anunciaron que responderían. ¿Falta mucho para que respondan?

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Carta del GPM
Por Leonardo Mir - Tuesday, Oct. 26, 2004 at 12:45 AM

La siguiente es una respuesta dada por el grupo a un compañero que, sin quererlo, se vió involucrado en la confección de un mensaje de salutación a Chávez y al pueblo trabajador venezolano por su victoria en el referéndum del mes de agosto.


Querido compañero:

Al igual que nosotros, tú sabes lo que significa para el destino de la clase obrera que sus luchas se enreden en la telaraña que urden los reformistas burgueses y que, en definitiva, queden sometidos a intereses ajenos a los suyos propios.

Cuando los obreros luchan por un mayor salario o mejores condiciones de vida y de trabajo, lo que están haciendo, aunque no lo sepan, es avanzar en dirección al socialismo, camino que debe ser señalado previamente por la vanguardia revolucionaria. Es tarea de estos, los más esclarecidos teórica y políticamente, impulsar y, a la vez, conducir, ese torrente por el curso correcto para que no se malogre el esfuerzo y el sacrificio que los asalariados despliegan en sus combates, acumulando fuerzas para el cambio de esencia en su conciencia que, tarde o temprano, estaremos obligados a realizar, tanto las masas como su vanguardia.

No se trata de ser como Moisés, que trasladó al pueblo de Israel hasta la tierra prometida ocultando y, por lo tanto, acaparando el conocimiento revelado para tal menester, sino de abrir los ojos a la clase proletaria para que ellos mismos sean capaces de encontrar el camino en su ya larga travesía por el desierto capitalista. Tenemos la obligación de desenmascarar los espejismos que proyectan nuestros enemigos de clase en la conciencia obrera, con el objetivo de seducirles y desviarles de su camino. En el caso concreto que nos ocupa, el espejismo no es otro que la supuesta “revolución bolivariana” de Chávez que despliega sus cantos de sirena para mantener en el cepo de la explotación asalariada no sólo a sus propias masas venezolanas, sino a la vanguardia amplia del resto de países.

Recurrentemente, aparecen proyectos populistas nacional burgueses en países donde el desarrollo típico del capitalismo entra en crisis. Entendiendo como desarrollo típico aquel en donde la clase de los poseedores gobierna con relativa estabilidad sin despreciar el concurso de los desposeídos, pero sin pactar con ellos ningún tipo de alianza explícita, sin confesarlo. Cuando la continuidad del proceso de acumulación, por diversos motivos se torna excesivamente dificultoso para el capital mundial, en los países de desarrollo capitalista dependiente, estas dificultades se ven agravadas y las contradicciones sociales se agudizan. Es en estas condiciones, cuando aparecen dirigentes carismáticos que personalizan un proyecto de desarrollo autosostenido del capital nacional, basado en la alianza expresa entre las clases campesinas u obreras, según sea el caso, y los capitalistas, amparado todo ello en un estado fuerte y soberano, dando pábulo a un antiimperialismo pequeñoburgués que impide o condiciona la libre penetración del capital internacional.
El proyecto de Chávez es una variante ―digamos― perversa del populismo clásico, porque su masa de maniobra no es ya la clase obrera (como fue el caso del peronismo en Argentina o el campesinado en el México de Cárdenas), sino que su patrimonio político de negociación con el imperialismo, son, hoy, las amplias masas de marginados sociales, que sin el proyecto supuestamente integrador de Chávez, en el mediano plazo pondrían en peligro la estabilidad social necesaria para una normal acumulación del capital en ese país. Todo esto a expensas de un deterioro en el nivel de vida y de trabajo de los obreros y la pequeñoburguesía en general.

¿Por qué no es la clase obrera la masa de maniobra de este proyecto? Porque nos encontramos en una coyuntura internacional con una tasa de ganancia a la baja, en donde la acumulación crece, pero de forma ralentizada, atacando las conquistas y el nivel de vida de la clase obrera. Venezuela no es ajena a esta situación, y el gobierno de Chávez ha tenido que congelar reiteradamente los salarios de los trabajadores del sector más importante del país, el petróleo, y de los funcionarios del Estado. Por lo general, cualquier proyecto populista que quiera hegemonizar a la clase obrera, lo que hace es decretar subidas salariales que aumenten el nivel de vida efectivamente superior de los proletarios, pero esto sólo es posible con una tasa de ganancia al alza. Por ejemplo: si en un momento determinado, de cada mil 1000$ los capitalistas obtenían 100$ de plusvalor, y los salarios ―o capital variable―, sumaban un coste equivalente a 100$, teníamos un producto de valor (CV+P) de 100+100= 200$ y una tasa de ganancia (P/Cc.+Cv.) =100/900+100= 10%. Si luego la tasa de ganancia se modifica al alza, hasta el punto de obtener 150$ por cada 1000$ invertidos, tendremos un producto de valor 100+150= 250$ y una tasa de ganancia 150/900+100= 15%. Esta última situación ―suponiendo que esos 50$ de capital adicional compensen con creces la masa de capital invertido― permitiría un reparto proporcionalmente distinto del producto de valor de 250$, de tal manera que, después de un proceso de lucha y negociación, los salarios pudieran crecer, un suponer, de 100 a 120$. En ese caso, la plusvalía pasaría de 100 a 130$, quedando la tasa de ganancia en el 12,75% aproximadamente. Estando todas las partes involucradas en el proceso productivo satisfechas, sólo hace falta que un Estado fuerte garantice el nuevo reparto del producto de valor entre las clases implicadas.

Ahora bien, cuando la tasa de ganancia está a la baja, los supuestos del ejemplo anterior, se tornan imposibles, y el proyecto burgués nacional populista no puede integrar consensualmente a la clase trabajadora en su proyecto. Esto es lo que sucede en Venezuela.

Por diferentes causas, entre las que están, fundamentalmente, la inestabilidad en Irak, los problemas de Yukos en Rusia y los conflictos en Nigeria, el precio internacional del petróleo está hoy por encima de su valor de producción, permitiendo coyunturalmente a los grandes productores de esta materia prima obtener unas rentas, llamadas petroleras, que se sirven de los mismos mecanismos que la renta territorial analizada por Marx en el tercer libro de “El Capital”. Por un lado, al estar relativamente limitada la producción de petróleo, una demanda superior a la oferta provoca que los precios se pongan por encima de los costes de producción; y por otro lado, al mantenerse limitada la producción en esas condiciones, el precio del crudo lo determinan las zonas petrolíferas menos rentables, es decir, que si como consecuencia de una demanda sobredimensionada, el barril de petróleo se paga en el mercado internacional a 50$, y Venezuela lo produce a 30$, los 20$ restantes se lo embolsan en un porcentaje determinado entre las empresas capitalistas y el Estado venezolano como rentas petroleras. Los hidrocarburos forman parte indisoluble del capital constante de la práctica totalidad de las mercancías, por lo que unos costos elevados en ese rubro hace aumentar los costos de producción y por lo tanto la tasa general de ganancia disminuye. Según la ley del valor vigente en el sistema capitalista, lo que unos ganan en concepto de rentas petroleras lo dejan de ganar otros de la parte de plusvalía que usufructuan. Si la tendencia secular del capitalismo pasa por ir eliminando la renta territorial, las rentas petroleras resultan ser un obstáculo que salvar en lo inmediato.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es el cártel de los mayores productores de petróleo del mundo, que, en determinadas situaciones puntuales de aumento de la demanda (no estacional) ―que se explica por un incremento de la tasa general de ganancia―, tiende a limitar su producción para inducir a un precio más elevado del crudo y sus derivados, que le permita participar de una cuota parte mayor de la masa de plusvalor global derivada de ese aumento en la tasa general de ganancia. En momentos de relanzamiento del capital los países miembros de la OPEP tratan de introducir moderación en la competencia que se hacen unos a otros, Pero cuando la situación del capitalismo mundial entra en un enlentecimiento, la cofradía de Estados capitalistas productores de petróleo estalla, y cada uno de ellos intenta salir del atolladero produciendo más y vendiendo al límite de sus posibilidades.
En la actualidad, Venezuela es la quinta exportadora mundial de petróleo y, según algunos estudios, cuenta con unas reservas para 250 años manteniendo el volumen vigente de extracción. A pesar de que la cifra del monto total de lo que produce varía según quien la proporcione (1), a día de hoy, Venezuela está al máximo de su capacidad extractiva, desmintiendo por la vía de los hechos la campaña verbal de Chávez dentro de la OPEP de poner freno a la producción con el objetivo de conseguir mejores precios:

<<El petróleo debería estar hoy a 126$ por barril>> Hugo Chávez a la agencia EFECOM el 9 de octubre de 2004.

Dentro del marco de relaciones burguesas, Venezuela no puede permitirse el lujo de perder su principal cliente: los EE.UU.; y por otro lado, los USA dependen en gran medida del suministro del petróleo venezolano, ya que el 15% del petróleo consumido en su país procede de la cuenca del Orinoco. Ambos países se necesitan. Hasta la fecha, y nada indica que vaya ha suceder lo contrario, el supuesto antiimperialismo de Chávez no ha introducido cambios en esa relación, es decir, no está dispuesto a perder su mejor cliente, ofreciéndose en la práctica como suministrador confiable y seguro, por mucho que de palabra diga que es su mayor enemigo.

Por supuesto que el proyecto populista en Venezuela está interesado, en lo inmediato, en el precio elevado del crudo, porque es la única vía para poder llevar su propósito adelante, pero el caso es que su incapacidad para determinar el precio de este a nivel mundial, convierte su plan en contingente, dependiente de relaciones externas que no puede controlar. Su proyecto se fundamenta en desbancar a la pequeña burguesía local del usufructo de las rentas petroleras por medio de la intervención en PDVSA (2) , para el reparto de esa renta entre un sector de la burguesía nacional, entrelazada con el capital multinacional por vía de las importaciones, y el resto, el chocolate del loro, para la financiación de los proyectos del estado, llamadas “misiones”, empleando para ello mano de obra barata tales como los militares, los médicos y maestros cubanos o por la vía del trabajo voluntario. Gracias a ese “chocolate del loro” se consiguió que durante el periodo que va desde 1999 al 2002, el porcentaje de venezolanos que subsisten por debajo de 1$ al día, pasara del 23% al 15%, cuestión que Chávez esgrime como uno de sus mayores logros, pero que, aun siendo cierta, nos puede dar una idea de lo timorata que son sus aspiraciones.

Los hidrocarburos forman parte indisoluble del capital constante de la práctica totalidad de las mercancías, por lo que unos gastos elevados en ese rubro aumenta los costos de producción y, por tanto, hace disminuir la tasa de ganancia. Y en un contexto internacional general con una tasa de ganancia a la baja, las leyes del sistema capitalista presionan en el sentido de desvalorizar las materias primas (por insuficiente demanda para la producción) y a bajar las actuales rentas territoriales en general y, petroleras en particular. Esto explica, en gran medida, las tensiones que han teniendo lugar en los últimos tiempos entre los imperialistas y países como Irak, Irán o Libia. A esto hay que sumar que la puesta en funcionamiento de nuevos pozos petroleros y otras fuentes de energía hará bajar la presión que ejerce la demanda sobre la oferta en este campo, tendiendo a mediano plazo a bajar los precios del combustible, desbaratando el futuro del proyecto chavista.

A nivel interno, los imperialistas tienen con Venezuela la necesidad de capitalizar la plusvalía que producen los trabajadores del sector estatal, tendiendo a convertir PDVSA en una empresa privada, para que la totalidad de las rentas petroleras sean capitalizadas productivamente en vez de ser consumidas en proyectos asistenciales, en los sectores marginados de la sociedad. Esa es la mayor contradicción del imperialismo con la “revolución bolivariana” de Chávez, una contradicción de orden eminentemente interburguesa y, en el concierto internacional, menor.

Sí nuestro primigenio objetivo consistió en introducir claridad en el seno del movimiento obrero, que se desarrolla en un mar de enmarañadas relaciones sociales que tienden a la confusión general, no podemos permitirnos contribuir a liar más las cosas. Por acción o por omisión, no debemos vernos involucrados en cartas de salutación al supuesto “líder de la revolución” ni al “pueblo trabajador que con su voto refrenda a dicho líder”, como dice el comunicado, porque ni existe tal revolución ni son los trabajadores el sujeto de dicha “revolución”. El gobierno de Chávez ha cumplido religiosamente con el pago de la deuda externa y al FMI. Gobierna por medio de leyes habilitantes y por decreto ley, congela el salario de los trabajadores, garantiza el respeto de la propiedad privada impidiendo el control de los trabajadores sobre la industria nacionalizada o en manos de los grandes capitalistas; la apertura al capital internacional ha puesto en manos de multinacionales extranjeras sectores claves como el financiero y cada vez más el del refinado de petróleo etc. etc.

Tú sabes, como nosotros, que el desafío de Chávez con el imperialismo es más de palabra que de hechos, más formal que real. Pero, aunque ese enfrentamiento fuera efectivo, real, no podría pasar de ser una nueva reedición de los enfrentamientos entre líderes como Milósevik o Sadam Hussein, que personifican a las clases burguesas nacionales dependientes como Yugoslavia e Irak. ¿Recuerdas las críticas de los pocos que, como nosotros, realizábamos durante estos conflictos contra aquellos que se alineaban bajo el ala de uno de los bandos burgueses en pugna? En resumidas cuentas, veníamos a decir, que la clase obrera de esos países, tiene la suficiente capacidad para asumir su propio futuro sin tener que ligarlo al de sus pequeñas o medianas burguesías nacionales, y que la labor de la vanguardia revolucionaria en esos países y fuera de ellos, consistía en mantener los principios revolucionarios basados en un análisis científico y desprejuiciado, no dejándose llevar por la opinión pública “antiimperialista” pequeñoburguesa, y que, aun a riesgo de quedarnos solos, el deber de los revolucionarios es decir la verdad de la situación y la necesidad consecuente de actuar en determinado sentido de clase, por inaceptable que todo esto sea para los reformistas y demás fuerzas burguesas en general. Que no existe más antiimperialismo consecuente que el anticapitalismo, es una verdad teórica que tenemos que demostrar científicamente en cada ocasión que se nos presente.
El arte de la política para los revolucionarios pasa por la capacidad de saber transmitir las ideas revolucionarias sin hacer dejación de ellas.

Un saludo del GPM.

(1) Según el PDVESA, actualmente se producen 3,11 millones de barriles diarios, pero los expertos cifran esa cantidad como exagerada, ajustándola a algo menos de 2,5 millones de barriles diarios. Precisamente, Venezuela está recibiendo fuertes inversiones de capital internacional con el fin de aumentar su capacidad extractiva, ya que la capacidad productiva se encuentra al límite.
(2) Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima, es una empresa estatalizada desde 1976, pero con participación del capital privado, tanto nacional como multinacional. Es un Estado dentro del Estado, su gestión se realiza como el de una empresa privada por una casta de burócratas, llamada meritocracia, ligada a FEDECAMARAS y al capital internacional, con capacidad suficiente como para llevar adelante un “Plan de negocios 2004-2009” que supone en la práctica su privatización por la vía de la participación del capital internacional, la “danza de las concesiones” por métodos mafiosos, la partición de la empresa en varias filiales y eliminando toda posibilidad del control obrero de dicha empresa. http://www.soberania.info/Articulos/articulo_595.htm

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