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HUAYTO EN PERU: UN BASTION DE LA LUCHA PATRIA
Por Mauricio Quiroz Torres -
Sunday, Aug. 22, 2004 at 1:24 AM
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HUAYTO HA SIDO UN LUGAR IMPORTANTE EN LA VIDA NACIONAL. EN LA LUCHA ANTICOLONIAL CONTRA ESPAÑA APOYO LA CAUSA PATRIOTICA Y HOY BUSCA SU DESARROLLO PESE A LA EXPLOTACION DEL QUE ES OBJETOPOR PARTE DEL CAPITAL PRIVADO.
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PINCELADAS HISTORICAS HUAYTEÑAS
Mauricio Quiroz Torres*
Excavaciones recientes en el Valle Pativilca han dado luz acerca de los ancestros que habitaron este importante valle y, particularmente de Huayto, uno de sus centros urbanos principales. De importancia capital pues por esta zona hicieron historia decenas de personajes del mundo de los negocios y la política nacional y extranjera. Y al igual que buena parte de los pueblos del Perú, Huayto y el Valle Pativilca es confluencia de distintas razas y de un mestizaje que aún no culmina de dotarnos de una nacionalidad definida y que retraso, asimismo, la identidad local. Hay que indicar que en lo que hoy es el distrito de Pativilca, según el Censo de 1876, de sus cerca de 3,200 habitantes, el 61.4% eran raza amarilla, el 13.6% raza indígena, el 7.8% blancos, el 6.1% negros y el 11.1% mestizos. Situación que contrastaba en todo lo que hoy es la Provincia de Barranca en 1876 donde sólo el 41.4% era de raza amarilla.
Las culturas precolombinas con vestigio cuasi permanente han sido las de origen Recuay, Chancay, la Chimú y la de los incas quechuas conforme a las evidencias telares y cerámicos que se pueden hallar en el Museo Arqueológico de Huayto. Estos ancestros indígenas han dejado huella profunda en la identidad de los habitantes de la zona pues no sólo han legado importantes objetos y bienes culturales sino también la agricultura como base de su vida.
Con la invasión de los españoles, que junto a la raza blanca trajeron encomiendas y repartos coloniales, todos los Valles que lo conforman (tanto Fortaleza, Pativilca, Barranca y Supe) pasan a ser administrados por uno de los conquistadores que acompañó fielmente a Francisco Pizarro a quien también se le concedió la Encomienda de Surco: don Antonio del Solar Medina del Campo. Este encomendero español- como muchos de los otros encomenderos- no aceptó la supresión de las encomiendas aunque luego apareció combatiendo a Gonzalo Pizarro, quien como blanco se enfrentó al Imperio Español. Llegó a afincar definitivamente en Lima, donde asumió el cargo de Regidor.
Al igual que en el resto del país importantes áreas de estos valles pasaron a ser administradas por la curia eclesiástica desarrollándose en ellas las conocidas Haciendas que afianzaron la actividad agrícola de sus habitantes y propietarios. En 1622- según refiere el historiador sayanero Jesús Elías Ipince y el profesor huayteño Luis Palacin- aparece como propietario de la Hacienda Huayto don José de Godoy Delgadillo. Es una de las últimas referencias del periodo colonial español que en su desarrollo nos legó a la raza negra como otro conglomerado social importante en el país, los mismos que eran usados como jornaleros agrícolas y en labores domésticas, las mujeres.
En los albores de la Independencia Nacional la Hacienda Huayto aparece conducida por Josefa de Salazar Gaviño, una terrateniente muy conocida en la zona por esos años, que en plena lucha anticolonial estuvo casada con uno de los primeros patriotas de la zona: Domingo Orue y Mirones. Bajo la administración de Josefa Salazar, la hacienda Huayto tuvo un gran esplendor y también por su fiereza y maltrato a sus trabajadores agrícolas, tanto los de raza negra como después, los coolíes chinos. Orué, detalla el historiador Emilio Rosas recogiendo los testimonios de los curas patriotas José Cavero y Pedro de la Hoz, convirtió a la hacienda Huayto en uno de los focos del movimiento subversivo contra el sistema colonial español pese a que- con permiso del General José de San Martín- en 1821 en la Hacienda Huayto se hospedara la esposa del Virrey español Joaquín de la Pezuela, según anota Jesús E. Ipince. Entre los servicios de Orué a la causa patriótica, señala el otro patriota Andrés Reyes, estuvo el auxilio de dinero y víveres a la Expedición Naval dirigida por Lord Cochrane, Conde de Dundonald. Expedición que tuvo importancia estratégica en el logro de nuestra Independencia Patria. La participación de Orué en la gesta emancipadora merecerá otro trabajo del suscrito.
El patriota Orué- quien falleciera arruinado en 1835- contrajo nupcias con la hija de los últimos Condes de Cartago, Juana Rosa Alvarado y Valdivieso, la misma que heredó la titularidad de la hacienda que ya por esos años se dedicaba al cultivo y beneficio de la caña de azúcar y que tenía una extensión de 520 fanegadas de terreno. En la inscripción registral aparece con los siguientes linderos: por el Norte con un callejón llamado "El Morador" y su prolongación hasta la acequia de Churlin; por el Oriente con la Hacienda de La Vega; por el Sur con el barranco de la Torrecilla y por el poniente con la Hacienda de la Carretera y los cerros del Mirador.
Posteriormente desde 1836, luego de una disputa por la titularidad la Hacienda fruto de las deudas que había dejado el patriota Oré- y que merece otro capitulo en esta pincelada histórica- y de una sucesiva administración de Justo Hercelles, Francisco Gamarra y Catalina Regalado de Urbina pasa a ser propiedad desde 1843 de Manuel Escobar ( dos tercios)- quien recibió de Rosa Orué- y de doña Rosa Alvarado (un tercio) que en 1871 y 1873 respectivamente venden a César Saco y Flores.
Durante la rebelión de 1870 de los coolíes chinos- rebelión de los rostros pintados según el antropólogo Humberto Rodriguez- que desde Araya (Barranca) todo el sistema de haciendas, incluyendo Huayto, fue remecido por este importante movimiento social que desnudó la forma como este sistema oprimía a los trabajadores agrícolas, especialmente los de raza extranjera. Hay que indicar que de los cerca de 500 habitantes que tenía Huayto según el Censo de 1876 existían cerca de 300 eran de raza amarilla. Situación similar ocurría en las otras Haciendas del Valle Pativilca como Cañada Chica, Cañada Grande, Carreteria, Upacá, Las Monjas, La Vega, donde entre el 30 y 50% eran de raza amarilla.
Escobar y Alvarado a su vez lo vendieron a la negociación comercial Canevaro y Compañía- propiedad de César Canevaro- el 12 de Octubre de 1878 según escritura otorgada en Lima ante Juan Berninzon y que tuvo como testigos a los señores José Pablo Escobar, Manuel Candamo, Enrique Ayulo y Enrique Canaval. Esta compañía- al igual que tantos otros terratenientes de costa y sierra- se comportaba tan fieros y explotadores con la clase trabajadora y usaba su poder económico como clase terrateniente para vincularse al poder político. Una Comisión China-Peruana en 1887- reseña H. Rodríguez- comprobó que en Huayto- propiedad de la negociación Canevaro se mantenía esclavizados a los coolíes pese a que ya habían cancelado sus deudas, se pagaba bajos salarios, se les tenía con cadenas, se les mandaba al cepo como castigo, etc. Incluso el chino Antón se quejó que el médico de la Hacienda Huayto Guillermo Huapaya le había cortado la oreja a un chino en retribución a una venganza y encima lo habían llevado al cepo. Igualmente, un familiar del propietario de la negociación, Octavio Canevaro era comisario rural del Distrito.
En la década de 1920 Huayto- que aparecía como Huayto Bajo- aparecía bajo la propiedad de la empresa imperialista de capital angloamericana W.R. Grace Co, que era titular de la Sociedad Agrícola Paramonga Ltda y seguía dedicada al cultivo y procesamiento de la caña de azúcar. En esos años, también, Huayto Alto - hoy Otopongo- era propiedad de la Sociedad Agrícola Huayto, que tuvo en un momento como Gerente a José Leguia Swayne.
Desde esa década se fortalecieron mas los vínculos de Huayto con la hacienda y pueblo de Paramonga que persiste hasta hoy pues pese a pertenecer por jurisdicción territorial al Distrito de Pativilca tiene mas relaciones con Paramonga, que desde 1976 se convirtió en Distrito. Incluso los vehículos que movilizan a sus pobladores cubren la ruta Paramonga-Huayto y viceversa. Ninguno va hacia Pativilca directamente.
Cuando los militares hicieron su revolución en 1968 y entregaron las tierras a nuevas formas asociativas de propiedad- las Cooperativas Agrarias Azucareras- expropiándola a la W.R.Grace y Co. Huayto pasó a pertenecer a la nueva forma de Gran propiedad de la tierra o Latifundio Cooperativo que fue la Cooperativa Agraria Paramonga que llegó a tener cerca de 3,000 trabajadores entre obreros industriales y proletarios agrícolas. Durante ese periodo, Huayto y los demás centros urbanos como Upacá, Carreteria, Otopongo, etc. tuvo una fluidez urbana que iba pareja a la difusión de actividades deportivas y culturales. Los habitantes tenían los goces propios de zonas urbanas, con energía eléctrica y agua potable permanente, arreglo de viviendas, etc. todos ellos financiados con fondos de la empresa que hoy con la propiedad privada capitalista se les niega a sus trabajadores.
La zona también fue impactada por la violencia política que vivió el país desde que el PCP-Sendero Luminoso anunció la demolición del Estado Terrateniente Burocrático en el Perú. Decenas de detenciones de pobladores y maestros, asesinatos y juicios populares fueron el costo de esta violencia que hizo que Huayto alojara a una base militar en las instalaciones del Colegio José Pardo y Barreda. Aún hoy se halla preso el profesor paramonguino Roberto Olórtegui Trinidad, Director del Colegio de Upacá, quien fuera detenido un 21 de Setiembre del año 1994 y torturado salvajemente para que se autoinculpe como senderista.
Este latifundio cooperativo fue luego constituido como Cooperativa Agraria Azucarera Paramonga y hoy- desde 1996- como Agroindustrial Paramonga S.A. (AIPSA), empresa esta última cuya propiedad lo tiene el grupo Wong - de la cadena de tiendas Wong. de Lima- y el grupo Jaime Mur- titular también de la empresa azucarera Pucalá. Grupos que continuando la tradición explotadora del régimen de haciendas niegan todo derecho a los trabajadores de Huayto y los demás pueblos del Valle Pativilca bajo su jurisdicción empresarial pagándoles salarios miserables y condenándolos a una subvida humana sin energía eléctrica ni agua permanente para ellos y para su familia cumpliéndose esa certera calificación que hiciera el ideólogo del proletariado Carlos Marx cuando dijera: al capitalista le interesa el trabajador sólo cuando el trabajador está en su jornada laboral y en tanto produzca para él en tanto trabajador y no como hombre. De allí que a AIPSA no les interese ni cómo viven ni hasta cuándo vivan sus trabajadores como acontece hoy en pleno siglo XXI pues no contentos con ello ha dejado desempleado a cerca de 2,000 trabajadores.
Enmedio de la gran propiedad de la tierra ha surgido ahora en Huayto y desde el 5 de Diciembre del 2002- creado por Acuerdo Nº 209-2002-AL/CPB del Concejo Provincial de Barranca- una Municipalidad propia -denominada hoy Municipalidad de Centro Poblado Huayto- que abre nuevas oportunidades a este importante centro urbano y los demás pueblos del Valle. Permite abrir camino a sus habitantes para construir su propio sendero desde una comuna propia, sean ciudadanos de primera categoría y se defiendan también como trabajadores frente a los abusos tanto del poder político personificado en la Municipalidad Distrital que no hace nada para ellos como del poder económico representada por el emporio empresarial de Paramonga.
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(*) Profesor en el Colegio José Pardo y Barreda de Huayto.
PARQUE DE HUAYTO
Por Mauricio Quiroz Torres -
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Parque en Ex-Hacienda Huayto