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ACTO HÉROES DE TRELEW
Por MPR QUEBRACHO - Wednesday, Aug. 25, 2004 at 3:16 AM
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POR LA UNIDAD ANTIIMPERIALISTA

ACTO HÉROES DE TRELE...
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Con la presencia de cerca de dos mil compañeros el lunes 23 de agosto de 2004 distintas organizaciones sociales y políticas de la Resistencia realizamos un acto por la Unidad Antiimperialista y en memoria de los héroes de Trelew.

A 32 años de la gesta en la que se fugaron 25 presos políticos de la cárcel máxima seguridad de Rawson y de que luego fueran fusilados 16 de aquellos compañeros revolucionarios, realizamos un acto en Callao y Corrientes de la ciudad de Bs. As. para reafirmar nuestra vocación de unidad antiimperialista y para honrar la memoria de los caídos. La Agrupación Martín Fierro, el Auca, el Círculo Socialista, la CTD Aníbal Verón, el FREPUR, los Emprendimientos Populares Independientes "Darío Santillán", Militancia Comunista, el MTR-CUBA, el Partido Revolucionario de la Liberación, el Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho, el Movimiento Territorial de Liberación, el Movimiento 29 de mayo, el Movimiento Popular 29 de mayo, las Organizaciones Libres del Pueblo, Piquete Socialista, el Partido de la Liberación y el PRT Santucho son las organizaciones que participamos del mismo.

El acto se inició con la lectura, por parte del compañero Herman Schiller (que también actuó como locutor y presentador en el acto), de un texto de su autoría como referencia histórica y homenaje a los caídos.

Luego se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y se quemaron los símbolos de dos estados imperialistas: las banderas de los Estados Unidos y de España.

Posteriormente hicieron uso de la palabra los distintos oradores. Fernando Esteche, del MPR Quebracho, expresó, entre otros conceptos: "Muchas son las deudas que tenemos con nuestro pueblo y con los compañeros revolucionarios caídos; muchas las deudas que tenemos cuando vemos que las mismas causas por las que ellos dieron su vida son hoy más urgentes, cuando nuestros niños se nos siguen muriendo, cuando sufrimos la violencia de la miseria en la que estamos sumergidos, cuando los argentinos miramos cómo se siguen llevando nuestras riquezas, cómo siguen saqueando nuestra tierra, cómo siguen burlándose de nuestro pueblo".

"En estos últimos años los revolucionarios hemos echado panza y no hemos hecho lo que teníamos que hacer -continuó Esteche. Estuvimos el 20 de diciembre de 2001; estuvimos en el Puente Pueyrredón aquel 26 de junio de 2002; estuvimos en muchas batallas que ha dado nuestro pueblo pero debemos hacernos cargo de que estamos en deuda y que aún no hemos sido capaces de construir la verdadera Unidad Antiimperialista que haga justicia con tanto tránsfuga y que sea capaz de echar de nuestra tierra a los invasores que nos están chupando nuestra sangre".

"Debemos hacernos cargo de que en la lucha a Patria o Muerte, como la de los compañeros de la gloriosa generación del '70, a los que en estos tiempos sin valores y donde todo se manosea se pretende confinar en un Museo, es una lucha donde hay sacrificios, donde hay cárcel, donde hay muerte, y donde hay que matar" -destacó, entre otros conceptos, el compañero Esteche.

"Si somos tratados como bestias, así también deberemos tratarlos; debemos hacernos cargo de resolver y afrontar la construcción del poder del pueblo en todos su planos -enfatizó el dirigente de Quebracho. Muchos impugnan los palos y las capuchas; muchos, con toda su derrota encima, con todo su posibilismo estéril, vienen a darnos consejos de cómo luchar, a sugerirnos, en definitiva, como desarmar al pueblo, como debilitarlo, como renegar del poder popular. En los palos y las capuchas está el gérmen de las milicias insurreccionales, está marcado el camino para la construcción del poder militar capaz de hostigar al imperialismo y de derrotarlo".

Para finalizar, Esteche manifestó que "también Jesús debió enfrentar lo que era la 'opinión pública' de su época; también Jesús debió enfrentar muchas veces en soledad al Imperio de aquellos años, pero hay momentos en que la falta de decoro de muchos lo tienen los pocos que luchan sin tregua. Quizá no seamos tantos aquí, quizá seamos muchos, no importa; sabemos, como dijo un poeta, que una gota con ser poco, con otra se hace aguacero; sabemos, como siempre cantamos, que no hay alternativa: ¡Patria o Muerte! es la consigna. ¡Patria o Muerte! Vamos a vencer."

Aproximadamente a las 20 hs. se dió por finalizado el acto con la perspectiva, por parte de las organizaciones presentes, de dar continuidad concreta a la voluntad de unidad antiimperialista, de alimentar la lucha de nuestro pueblo con acciones de unidad concreta, porque desarrollar con efectividad la lucha es el verdadero homenaje que nuestros mártires merecen.

A continuación reproducimos el texto de Herman Schiller, leído al comienzo del acto.

Agosto de 1972. La lucha de masas y la lucha de sus vanguardias revolucionarias alcanza en la Argentina altitudes que alarman al imperio y a sus secuaces locales.

Eran los días en que un pequeño pueblo como el vietnamita, con inteli­gencia y coraje, estaba derrotando con las armas en la mano al más poderoso ejército del mundo.

Eran los días de la consolidación de la revolución cubana que había llegado para quedarse. Y el ejemplo de Vietnam y Cuba, en uno y otro confín del planeta, cundía por todas partes.

Eran los días en que América Latina tenía en jaque a las fuerzas del capitalismo. Y el régimen -hoy algunos dirían el “modelo”- estaba al borde de un ataque de histeria.

Agosto de 1972. En nuestro país estábamos en la tercera etapa de la dictadura militar conocida como “Revolución argentina”. El general Alejandro Agustín Lanusse era el presidente.

En agosto del '72 el auge de las luchas populares era incontenible. Eran los días de la CGT de los Argentinos encabezada, entre otros, por aquel inolvidable luchador que fue Agustín Tosco. Eran los días en que los trabajadores decían que la propiedad sólo debe existir en función social. Eran los días de gran inserción de masas de las organizaciones armadas populares. Eran los días del PRT-ERP, eran los días de los Montoneros, eran los días de las FAR, eran los días de las FAP, eran los días del CPL, eran los días de otras estructuras igualmente comba­tivas y decididas a poner el propio cuerpo, no el cuerpo de los demás, en la lucha por la liberación. Eran los días en que la revolución so­cialista nos parecía que estaba al alcance de la mano.

Eran días de fervor revolucionario y quizás, de candor, de maravilloso candor, cuando cantábamos: “ay, ay, ay, que bonito que va a ser el Hospital de Niños en el Sheraton Hotel”.

Agosto de 1972.

Hacía pocas horas que se había producido el Mendozazo, cuando en la tierra de los gansos conservadores se generalizó la rebelión del pueblo para resistir a las nuevas (y abusivas) tarifas de la luz. La policía intentó reprimir, pero las fuerzas populares, como había ocurrido en otras partes del país, especialmente en Córdoba y Rosario, hicieron retroceder al ejército policial. Y el gobierno no tuvo más alternativa que anular las tarifas. Algo parecido pasó en Buenos Aires, donde, a pesar de las expresas prohibiciones machacadas insistentemente por los medios masivos de comunicación, el pueblo concretó la Marcha contra el Hambre y volvió a enfrentarse con las fuerzas represivas. Resultado: el gobierno, que quería neutralizar la revolución social por las buenas o por las malas, se vio obligado a dictar un urgente aumento de salarios. Eran jornadas aleccionadoras para el pueblo: las luchas daban frutos y hacían retroceder al gobierno. Los ecos del Cordobazo, los ecos del Rosariazo, los ecos del Choco­nazo, estaban frescos y una fuerza obrera nueva, fresca, renovadora, combativa, había salido a disputarle la calle a la corrompida buro­cracia sindical.

Y fue en esos días de agosto del '72 que se produjo la masacre de Trelew.

Una semana antes, el 15 de agosto, en medio de la agudización de la lucha de clases en todo el país, se habían fugado 25 presos polí­ticos del penal de máxima seguridad de Rawson.

El hecho, que generó una verdadera conmoción, no tenía sólo importancia desde el tema técnico en si, es decir por la hazaña de la fuga, que no era poca cosa, sino que también era trascendente para el futuro del campo popular, porque tres organizaciones armadas -FAR, ERP y Montoneros-, dejando a un costado sus diferencias políticas, decidieron unir sus fuerzas contra el enemigo común, la dictadura militar.

Ese día, 15 de agosto, seis de los 25 escapados lograron apoderarse de un avión de Austral y se fueron a Chile, donde Salvador Allende, que era presidente encabezando el gobierno de la Unidad Popular, les dio asilo, mientras los otros 19 ocupaban el aeropuerto de Trelew, en tanto que los demás presos políticos que no habían podido escapar, controlaban el penal de Rawson.

En el aeropuerto de Trelew, los evadidos, con el juez Alejandro Godoy y algunos periodistas como testigos, dijeron que, ante la imposibilidad de poder concretar la fuga de todos, decidieron entregarse, pero habían convocado a esa conferencia de prensa, con el juez y los periodistas como testigos, para exigir que se respeten sus vidas.

Una semana después, el 22 de agosto, la dictadura militar, tirando al tacho de basura sus promesas, fusiló a los 19 que se habían entre­gado. Aplicó la ley de fugas, es decir intentó simular un supuesto escape y asesinó fríamente a los compañeros.

De los 19 fusilados, 16 murieron inmediatamente y 3 resultaron gravemente heridos. A estos últimos tres heridos, los terminaría por ase­sinar, algunos años después, la dictadura genocida de Videla y compañía.

No contentos con lo que habían hecho en Trelew, las fuerzas re­presivas, comandadas por el general Sánchez de Bustamente y el comisario Villar (este último, uno de los creadores de la organización ase­sina Triple A), reprimieron con saña feroz a quienes estaban velando a los muertos en la sede del PJ de la avenida La Plata.

22 de agosto de 1972. 22 de agosto de 2004.

Los compañeros masacrados en Trelew están vivos hoy en cada pique­tero, en cada luchador social que sigue de pie, 32 años después, com­batiendo contra todas las formas de injusticia. Contra el hambre. Con­tra la desocupación. Contra la criminalización de la pobreza. Contra la policía asesina de gatillo fácil.

Ayer la lucha era contra los genocidas de las fuerzas armadas. Hoy es contra los planes perversos que nos quieren imponer desde los cen­tros hegemónicos del capitalismo mundial.

No nos engañan los espejitos de colores. Un gobierno que hoy le paga escrupulosamente a los usureros internacionales es más de lo mismo. Y Kirchner y Lavagna son más de lo mismo.

22 de agosto de 1072. 22 de agosto de 2004.

La masacre ocurrió en la Base Aeronaval Comandante Zar de Trelew. El miserable genocida encargado de cumplimentar la tétrica orden fue el capitán de corbeta Emilio Sosa. Este milico asesino luego sería recompensado por su acción con distintos ascensos y puestos de jerarquía.

Los 16 compañeros asesinados en la masacre de Trelew fueron:

ALBERTO CARLOS DEL REY: militante de las FAR. Nación en Entre Ríos el 22 de marzo de 1945. Era estudiante de ingeniería en la Univ. Nacional de Córdoba. Trabajaba en una fábrica metalúrgica. Cuando lo asesinaron tenía 27 años.

ALFREDO ELÍAS KOHON: militante de las FAR. Nació en Entre Ríos el 22 de marzo de 1949. Estudiante de ingeniería en la Univ. Nacional de Córdoba mientras trabajaba en una fábrica metalúrgica. Cuando lo asesinaron tenía 27 años.

ANA MARÍA VILLARREAL DE SANTUCHO: militante del ERP. Nació en Tucumán el 9 de octubre de 1935. Era profesora de Arte. Era madre de tres niñas y llevaba un embarazo de ocho meses. Había sido detenida el 1º de febrero de 1972 mientras realizaba un reparto de alimentos en una barriada de Tucumán. Cuando la asesinaron tenía 36 años.

CARLOS ASTUDILLO: militante de las FAR. Nació en Santiago del Estero el 17 de agosto de 1944. Era estudiante de medicina de la Univ. de Córdoba. Cuando lo asesinaron tenía 28 años.

CLARISA ROSA LEA PLACE: militante del ERP. Nació en Tucumán el 23 de diciembre de 1948. Era estudiante. Cuando la asesinaron tenía 23 años.

EDUARDO ADOLFO CAPELLO: militante del ERP. Nació en Bs. As. el 3 de mayo de 1948. Era estudiante de Cs. Económicas y trabajaba como empleado. Cuando lo asesinaron tenía 24 años.

HUMBERTO ADRIÁN TOSCHI: militante del ERP. Nació el 1º de abril de 1947. Era estudiante. Cuando lo asesinaron tenía 25 años.

HUMBERTO SEGUNDO SUÁREZ: militante del ERP. Nació en Córdoba el 1º de abril de 1947. Trabajaba como cañero, oficial panadero y obrero de la construcción. Cuando lo asesinaron tenía 25 años.

JORGE ALEJANDRO ULLA: militante del ERP. Nació el 23 de diciembre de 1944. Era maestro. Trabajaba como obrero en una fábrica metalúrgica. Cuando lo asesinaron tenía 27 años.

JOSÉ RICARDO MENA: militante del ERP. Nació en Tucumán el 28 de marzo de 1951. Trabajaba como obrero de la construcción. Cuando lo asesinaron tenía 21 años.

MARÍA ANGÉLICA SABELLI: militante de las FAR. Nació en Bs. As. el 12 de enero de 1949. Estudiaba matemáticas en la Facultad de Cs. Exactas. Trabajaba como empleada y daba clases de matemáticas y latín. Cuando la asesinaron tenía 23 años.

MARIANO PUJADAS: militante de Montoneros. Nació en Córdoba el 14 de junio de 1948. Era estudiante avanzado de la carrera de Agronomía. Cuando lo asesinaron tenía 24 años.

MARIO EMILIO DELFINO: militante del ERP. Nació en Rosario, Santa Fe, el 17 de septiembre de 1942. Estudió ingeniería. Abandonó la facultad para ingresar como obrero en el Frigorífico Swift de Rosario. Cuando lo asesinaron tenía 29 años.

MIGUEL ÁNGEL POLTI: militante del ERP. Nación en Córdoba el 11 de junio de 1951. Cuando lo asesinaron tenía 21 años.

RUBÉN PEDRO BONET: militante del ERP. Nació en Bs. As. el 1º de febrero de 1948. De origen humilde abandonó sus estudios para trabajar. Fue obrero en Sudamtex y en Nestlé. Era casado y tenía dos hijos, Hernán de 5 años y Mariana de 4. Cuando lo asesinaron tenía 30 años.

SUSANA GRACIELA LESGART: militante de Montoneros. Nació en Córdoba el 13 de octubre de 1949. Era maestra y ejercía en Tucumán, donde vivía. Cuando la asesinaron tenía 22 años.

Los tres sobrevivientes, que después fueron asesinados por la última dictadura militar, fueron:

MARÍA ANTONIA BERGER, militante de Montoneros, ALBERTO MIGUEL CAMPS, de las FAR, y RICARDO RENÉ HAIDAR, de Montoneros.

María Antonia Berger pasó a engrosar la larga lista de detenidos-desaparecidos en 1979; Alberto Camps, en 1977; y Ricardo Haidar, en 1982.

Gloria eterna a los héroes de Trelew, a los 30.000 detenidos-desaparecidos y a los mártires populares de todos los tiempos.

Herman Schiller


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Por MPR QUEBRACHO - Wednesday, Aug. 25, 2004 at 3:16 AM
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