Julio López
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OTRA VEZ LA TORTURA PERMITIDA
Por reenvío red eco alternativo - Friday, Sep. 17, 2004 at 8:36 PM

En una resolución que algunos calificaron como insólita, la Cámara de Apelaciones de Santa Fe cambió la carátula del caso de Miguel Duarte, por lo que los tres policías condenados por el homicidio de este preso podrían quedar en libertad antes de fin de año.


(CORREPI) Santa Fe- En una resolución que algunos calificaron como insólita, la Cámara de Apelaciones de Santa Fe cambió la carátula del caso de Miguel Duarte, por lo que los tres policías condenados por el homicidio de este preso podrían quedar en libertad antes de fin de año.
El 20 de abril de 1998 Miguel Duarte -imputado por el delito de robo calificado- apareció ahorcado en una celda de la Sección Robos y Hurtos de la Unidad Regional 1 de Santa Fe. Como siempre, en primera versión la policía informó que Duarte se había suicidado. Pero la investigación judicial derivó en la conclusión de que había sido torturado con golpes que le causaron un abdomen agudo y sometido a pasaje de corriente eléctrica, y luego colgado para simular un suicidio. Los policías Miguel Angel Martínez, Diego Albarenque y Juan Daniel Tossolini fueron condenados por aplicación de torturas y homicidio calificado en concurso real, a prisión perpetua.
Pero los jueces suelen comprender a los efectivos policiales cuando cometen estos preocupantes errores, cuando el infortunado se "les queda" porque "le pegan de más". Muchos magistrados han calificado la tortura como un "fin institucional", ya que su fin es obtener información, afirmando que un muerto como consecuencia del suplicio es en definitiva un "accidente de trabajo", algo que le puede pasar a cualquiera.
Son expertos en buscar cambiar calificaciones para "dar una mano" a los muchachos de uniforme. Para ello se basan en inconcebibles interpretaciones de las figuras delictivas, suerte de espejo del proceso inverso por el que se imputan figuras gravísimas a militantes por hecho de menor cuantía que ni siquiera son delitos.
El fallo de la Cámara provincial, integrada por Julio de Olazábal, Daniel Amadío y Carlos Estrada varió la carátula original de "tortura y homicidio calificado" por la de "imposición de tortura, seguida de homicidio culposo", y descarta que el homicidio tuvo por fin ocultar que había sometido al preso a brutales tormentos. Con esta calificación los imputados podrían salir en libertad muy pronto.
Este fallo debe leerse en el sentido de que se condena a los policías por haber sido negligentes, imprudentes, imperitos o no haber respetado las reglas del sano arte de torturar. Si hubieran sido prudentes o expertos en tormento, Duarte hubiera sobrevivido.
La obra maestra de la impunidad también consideró que los efectivos "no tuvieron la intención de asesinar mientras torturaban" y "que no sabían que estaba vivo cuando lo colgaron". Una maravilla más de los jueces, que los dejan libres para que sigan en la suya.

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