Julio López
está desaparecido
hace 6422 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

DERROTEMOS LA OFENSIVA REPRESIVA PROFUNDIZANDO LAS LUCHAS
Por Refundación Comunista Argentina - Sunday, Sep. 26, 2004 at 5:29 PM
refcomarg@yahoo.com.ar

Editorial de ORIENTACIÓN AL SOCIALISMO, prensa de REFUNDACIÓN COMUNISTA ARGENTINA

DERROTEMOS LA OFENSI...
logorefcom.jpg, image/jpeg, 425x176

La profundización de la represión por parte del Gobierno, no puede sorprender a nadie. Siempre hemos señalado, que la burguesía no puede sostener sus intereses más inmediatos y los de largo plazo, la defensa del capitalismo, sin recurrir a la represión de los trabajadores y los sectores populares. Las contradicciones irreconciliables entre las clases en lucha, y la imposibilidad de resolverlas por parte de la burguesía, hacen inevitable este camino.
Es ingenuidad, o la más descarada complicidad con la burguesía, suponer que se puede gobernar “pacíficamente” sobre una población donde el 50% se encuentra en la pobreza, con el 20% de desocupados, con salarios de hambre, con jornadas de trabajo de 12 o 14 horas, con el 48% trabajando en negro, con expropiaciones violentas de las tierras de los Pueblos Originarios, con aumentos de las tarifas y de precios, con decenas de miles de niños desnutridos, sin salud, sin techo y educación para millones de familias proletarias de las ciudades y el campo. Ni el más “idealista”, entre los miembros de la burguesía, se engaña en esto.
En este año y medio, el Gobierno de Kirchner, “el hombre providencial” según Duhalde, ha trabajado a destajo en varios frentes con el objetivo de recomponer el dominio de su clase. Y lo ha hecho sin modificar ninguna de las líneas centrales de la política de la burguesía. Solo ha tratado de aplicar maquillajes en las cuestiones más insostenibles. Ellos, siempre actuaron con plena conciencia sobre la necesidad de realizar una serie de maniobras tácticas, en el marco estratégico de la defensa del capitalismo, para asegurar la continuidad de los intereses de los grupos más concentrados del capital nacional y multinacional, que son quienes determinan el rumbo de las políticas de la burguesía. Estas políticas, incluyen por supuesto el pago de la deuda externa, el envío de tropas a Haití, los bajos salarios, la desocupación masiva.
Toda la serie de maniobras envolventes a las que hemos asistido durante este periodo, la combinación de medidas para generar consenso, la represión, los discursos demagógicos, las mínimas concesiones, la compra de dirigentes, la seducción de otros, las campañas mediáticas para aislar a los que luchan, no han perseguido otro objetivo que el de aplastar al movimiento surgido de las luchas del 19 y 20 de diciembre.
La disyuntiva sigue siendo clara: ELLOS O NOSOTROS, o avanzan y se profundizan las luchas de los trabajadores ocupados y desocupados en una dirección revolucionaria y socialista, o avanza y triunfa la burguesía y la reacción. ESTE ES EL NUCLEO DEL PROBLEMA POLITICO PLANTEADO EN NUESTRO PAIS. Toda tentativa de rehuir a esta disyuntiva, de introducir confusión, de diluir la lucha de clases, no conduce a otra cosa que a la derrota de nuestra clase, de los campesinos pobres, de los Pueblos Originarios y de la juventud. Aquí, en el análisis de este núcleo, en extraer todas las consecuencias políticas del mismo, es donde debemos esforzarnos todos los trabajadores con conciencia de clase.
Aquí no se trata, como plantean algunos, de llevar la democracia burguesa hasta el final, ni de perfeccionarla o extenderla. La vida ya ha demostrado que esta no puede ir más lejos, y es la propia burguesía la que se encarga de recordárnoslo a cada momento. Se trata de imponer la democracia de los trabajadores y los sectores populares, cuyos gérmenes vemos en las asambleas populares, en las comisiones internas combativas, en las fábricas recuperadas, en los movimientos de desocupados que se afirman en el clasismo.
Es necesario reconocer que durante este periodo la burguesía ha sabido crearse un mínimo de condiciones políticas para lanzar la represión contra el Pueblo. Ellos trabajaron a conciencia para dividir el frente de lucha obrero y popular, avanzaron paso a paso en reforzar toda la legislación represiva (modificaciones al Código Penal, Código de Convivencia Urbana, ocupación con gendarmería de la Villas etc.), neutralizaron primero, y luego ganaron a la mayoría de los organismos de DDHH, que hoy guardan un silencio cómplice frente a la represión y las torturas ¡!! luego de haber acordado con el Gobierno la forma de los operativos de “represión disuasiva”, hoy se sienten engañados porque actúan policías de civil!!!, alentaron y aprovecharon mediática mente a su favor las demandas de mano dura de Blumberg y Cia y apoyaron con todo tipo de medidas, dinero, planes y cargos públicos a las corrientes del nacionalismo popular, que por si hiciese falta, nuevamente vuelven a manifestarse, como una de las tantas variantes pequeños burguesas, que la gran burguesía utiliza para reconducir a los trabajadores y a los hambrientos tras las banderas “de la unidad nacional” y del sueño reaccionario de un capitalismo serio e independiente.
Los discursos rimbombantes que estas y otras corrientes de la pequeña burguesía hacen contra el imperialismo, se estrellan contra su subordinación ideológica a la burguesía nativa, socia subordinada de ese mismo imperialismo. Los trabajadores indudablemente aprenderán en base a su propia experiencia, experiencia que en gran medida hacen sobre sus propios cuerpos salvajemente apaleados y torturados, ha apartar resueltamente de su lado a estos y otros profetas de la “unidad nacional entre los trabajadores y la burguesía nacional” para afirmarse en su propia conciencia de clase e intereses revolucionarios.
Este bloque, que la burguesía ha sabido construir durante este periodo, es el que le ha permitido escalar su enfrentamiento con las fuerzas populares y volver a poblar las cárceles, lanzar ordenes de captura y a aplicar nuevamente las torturas contra los trabajadores y sus dirigentes más consecuentes. Ellos objetivamente tenían la necesidad de reprimir al movimiento popular y se han sabido crear las posibilidades para hacerlo.
En este sentido, la dialéctica de las luchas de clases es tal que no admite ilusiones, atajos o medias tintas. Las contradicciones acumuladas en nuestro País son de tal magnitud, que no tienen otra vía de resolución que no sea a través de una revolución social que derrote a la burguesía y todo su sistema de dominación político, económico, militar y cultural.. La sociedad burguesa ya no puede dar solución a los gravísimos problemas que ella misma ha descargado sobre millones de trabajadores, campesinos pobres y sin tierras, sobre los jóvenes y la niñez
Ahora bien, nosotros tenemos la “necesidad” de una revolución, y esta en nosotros saber crearnos la “posibilidad” para el triunfo de la misma.
Aquí la cuestión central, es la construcción del Partido unificado de la revolución, la unidad de los revolucionarios. En nuestro País, nuestra clase no puede derrotar a la burguesía sino construye su propio Partido revolucionario. Toda la experiencia del 19 y 20 de diciembre, demuestra que no es suficiente con que haya avanzado la descomposición del Estado y de la propia burguesía, con el desprestigio de los partidos y los jefes políticos de la burguesía, con el descrédito de su sistema judicial. También demuestra que no es suficiente con la lucha económica o sindical contra tal o cual patrón o gobierno aislado, tal como lo van comprendiendo muchos compañeros a través de su propia experiencia de lucha en todos estos años. Es necesario luchar CONTRA TODA LA BURGUESIA Y SU SISTEMA DE DOMINACION, uniendo las luchas económicas y por todas nuestras reivindicaciones, a la lucha por el poder si queremos acceder a una vida más digna, más humana.
Frente a una burguesía que domina todos los secretos de la sociedad moderna, que tiene organizados a centenares de hombres armados, que posee los conocimientos, que maneja la educación, las finanzas, la producción, que dispone de apoyos de la burguesía internacional, que dispone de los medios de comunicación, los trabajadores solo podemos vencerla si en primer lugar construimos nuestro propio Partido, si centralizamos todos nuestros conocimientos y experiencias, tanto nacionales como internacionales, acumulados en más de un siglo de luchas de nuestra clase, y si, desde ese Partido, uniendo las palabras a la acción, ayudamos a organizar al conjunto de la clase, a educarla políticamente, a desplegar las alianzas tácticas y estratégicas necesarias, contribuiremos decisivamente a transformar la bronca y el odio de millones de compañeros en conciencia organizada.
Es indudable que más allá de las luchas y del enorme sacrificio desplegado por las masas, la labor de la burguesía se ve facilitado por la ausencia de un Partido de este tipo, esta ausencia, facilita también el papel de los aventureros de todo tipo, de los chantas que alimentan las ilusiones y especulan con las necesidades de nuestros compañeros, de los oportunistas y reformistas que hablan sobre el socialismo, pero que en su practica política, atan a los trabajadores a los marcos políticos y jurídicos del sistema. Hoy por hoy, los distintos Destacamentos en los que estamos organizados los revolucionarios, no son suficientes para enfrentar las tareas que tenemos planteadas. La dispersión sigue siendo nuestro talón de Aquiles, y no debemos subestimar la posibilidad de que frente a una mayor ofensiva política, ideológica y represiva de la burguesía y sus colaboradores, el actual movimiento de lucha pueda ser quebrado, y junto a esto, la dispersión de los revolucionarios se profundice.
Debemos actuar con la máxima conciencia, salir políticamente al cruce de la confusión que se pretende instalar desde el Gobierno y desde las corrientes del nacionalismo que se esfuerzan por presentar a este Gobierno como nacional y popular, desenmascarar al oportunismo, enfrentar y derrotar la ofensiva represiva, profundizando las denuncias y las movilizaciones en cada lugar como se acaba de hacer en Capital y Rosario entre otros lugares, organizar la solidaridad con los presos políticos y sus familias, construir un movimiento en defensa de las libertades publicas y los derechos de los trabajadores, denunciando la complicidad de la burocracia sindical que no ha tomado ninguna medida frente a la represión y detención de cientos de trabajadores.
Los actos en homenaje al CHE que estamos impulsando en distintos lugares, deben ser un momento importante para avanzar en la unidad de los revolucionarios y para plantear, en conjunto, a los trabajadores y los sectores populares, la perspectiva de la revolución y el socialismo.

agrega un comentario