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INDUSTRIA SIDERURGICA
Por CIMIENTOS - Tuesday, Sep. 28, 2004 at 3:56 PM
nuevo_rumbo@yahoo.com.ar

Productividad, empleo, salario y lucha por las 6 horas por Carlos González

En la década del 90´ en la industria siderúrgica, luego de la etapa de las privatizaciones, se instala un proceso de concentración e internacionalización del capital. La drástica reducción del número de empresas y la especialización de los dos grupos que concentraron la producción caracteriza una situación de escasa competencia interna. Veamos los números: en los años 80 había 42 empresas siderúrgicas, en la actualidad sólo quedan 12, donde la concentración es verificable a partir de la consolidación de dos que conforman el núcleo central de la producción: el grupo Techint (Siderca y Siderar) y Acindar. Estas empresas abarcan el 98% de la producción nacional. A su vez se reparten el mercado interno y las exportaciones (1).

Las consecuencias. Productividad y empleo

La incorporación de nuevas tecnologías, las privatizaciones, el alto grado de concentración económica de la actividad y los requerimientos de mayor grado de calidad de los productos para el mercado externo, incidieron en la modificación de las estrategias empresariales para mejorar la productividad del sector.

Los cambios en las políticas macro-económicas y regulatorias del mercado laboral de los distintos gobiernos (con complicidad de los dirigentes sindicales), permitieron a las empresas reducir los “excedentes” de mano de obra bajo el criterio de aumentar el desarrollo tecnológico y optimizar el eficientismo laboral

Las consecuencias de este proceso saltan a la vista: Esta reducción del número de trabajadores fue acompañada por un aumento de la producción, lo que provocó el notable incremento de la productividad.

En definitiva podemos consignar que la etapa de reestructuración de la industria siderúrgica en el país, sí bien se situó en mejores niveles de competitividad internacional al mejorar su productividad, esta tuvo un profundo impacto en el empleo, no solo dejando a miles de obreros en la calle (con el costo social que genera para el conjunto de la sociedad), sino que además, se profundizó la explotación para los que sobrevivieron a la ola de despidos. (2)

Productividad y jornada laboral

A esta altura, nos preguntamos ¿adonde fue a parar semejante aumento de la productividad?. Como intentaremos demostrar luego, diremos que este aumento, ha sido acaparado por los empresarios siderúrgicos bajo la forma de mayores ganancias. Es decir, se llenan los bolsillos.

El aumento de productividad puede tener tres destinos:

aumentar los salarios reales;
una reducción de la jornada laboral;
un aumento de la ganancia capitalista;
Veamos un ejemplo: en Europa durante el período de 1981 a 1997 la base de la productividad fue acaparada de la siguiente manera, un 48% de la misma fue en aumento salarial, un 14% en reducción horaria, y el 38% restante aseguró un incremento en la tasa de ganancia.

Comparemos ahora estos resultados con la industria siderúrgica en nuestro país: el 100% del incremento de productividad fue a las ganancias, ya que el salario real disminuyó y la jornada laboral, o se mantiene igual, o en algunos casos aumentó.

Para verificar la disminución del salario real hay que ir al supermercado y listo, pero igual, vamos a hacer el esfuerzo para demostrarlo. El salario básico de convenio de la rama siderúrgica en las distintas categorías, se encuentra hoy por debajo de lo que el INDEC denomina la “línea de pobreza” calculada en el mes de Mayo del 2004. Si vamos al denominado salario real, estudios recientes para la OIT y el Ministerio de Trabajo señalan que en el año 75´ el poder de compra del salario promedio de un trabajador era el equivalente a 1570 pesos de la actualidad. Hoy ese promedio es de $ 674, en conclusión, un trabajador hoy puede comprar poco más de la tercera parte de las mercancías que compraba en los años 70´. Como vemos en el gráfico, la caída del salario, medido como costo empresario, sigue cuesta abajo, a pesar de algunos aumentos otorgados en los últimos años.

Esta caída queda mas en evidencia, si medimos el salario en dólares y lo comparamos con lo que gana un obrero en una empresa siderúrgica en Europa o EEUU. ¡Eso sí, mientras los salarios se abonan en pesos, el acero se vende a valor internacional!

La Reducción de la Jornada Laboral

Hasta aquí tenemos:

un aumento espectacular de la productividad (alcanzando niveles de las principales siderúrgicas del mundo)
Una caída del salario real y comparativo con otras empresas siderúrgicas de Europa y EEUU.
Una jornada laboral más extensa (en la industria siderúrgica trabajamos en promedio 44 horas semanales, cuando en Francia o Alemania trabajan 36 horas semanales)
Estos datos nos llevan a preguntarnos ¿Por qué no plantearse debatir seriamente y luchar por la reducción de la jornada laboral?

Los fuertes incrementos de productividad logrados por las empresas, sumado a las ducción de la jornada de trabajo a 36 horas semanales y con un salario al nivel de la canasta familiar.

Este planteo traerá para los trabajadores siderúrgicos mejoras en las capacidades físicas y psicológicas; reduciendo los índices de accidentes y enfermedades laborales producto del medio hostil en el que trabajamos (calorías, ruido, etc.). Serviría, además, para generar más de 2500 puestos de trabajo genuinos que ayudarían (si el ejemplo se trasmitiría a otras ramas de la industria), a resolver la grave crisis social por la que atraviesa nuestro país.

A esta altura, muchos compañeros dirán que todo está muy bonito, pero que representa una utopía. Es verdad que esta lucha no es fácil, pero no imposible. Hace 120 años los trabajadores de todo el mundo se organizaron y lucharon para alcanzar las 8 horas de trabajo. En la actualidad, los sindicatos europeos vienen reclamando la reducción de la jornada laboral. Tres centrales sindicales de Brasil se han pronunciado en dicho sentido, y en nuestro país, los trabajadores de subterráneo lograron recientemente las 6 horas de trabajo.

La reciente constitución de un Movimiento Nacional por la jornada legal de 6 horas con un salario digno en todas las empresas públicas y privadas del país, (surgido a iniciativa del Cuerpo de Delegados de los Trabajadores de Subte), representa así, una valiosa y nueva herramienta. La asistencia de representantes sindicales junto a organizaciones de desocupados no sólo instala este fundamental tema entre los trabajadores ocupados y desocupados del país, como sienta las primeras bases unitarias y organizativas para dar la batalla.

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callate gordo chanta
Por marquitos di palma - Tuesday, Sep. 28, 2004 at 3:59 PM

chanta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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