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Mucha agua en ese puent
Por Roxana Propato - Monday, Oct. 04, 2004 at 1:33 PM
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22 de abril de 1999. Espontáneo e inesperado corte del puente Pueyrredòn. Un grupo de motoqueros protesta por el accionar policial y judicial ante un acontecimiento en el puente.Azar... accidente laboral... responsabilidad civi.l

No es noticia, no es historia, es solamente un recuerdo todavìa...
22 de abril de 1999. Un breve suceso. Espontáneo e inesperado corte del puente Pueyrredón. Un grupo de motoqueros protesta por el accionar policial y judicial ante un acontecimiento en el puente.
Un accidente, un motero muerto. Una rueda que se salió del eje... azar, casualidad, accidente... la muerte no es más que eso siempre, un maldito accidente. Después de todo el juez ese día nada más tardó tres horas en constituirse para que pudieran retirar el cadáver del motoquero que había estado "solamente" laburando casi 9 hs. con la carrocería puesta en el propio cuerpo, con el medio que tenía a mano. Una vehículo concebido para ser su herramienta de trabajo, compra que hizo después que su anterior empleador, la empresa Servemar fuera absorbida por Andreani, y le dio a elegir: "-O te adaptás a nuevo patrón, nuevas reglas laborales, vía contrato, perdés tu antigüedad y tu historia como trabajador y te gastás los talones repartiendo cartas como cartero para el nuevo jefe, o retiro voluntario y te vas tranquilo, te arreglas solito, a lo mejor se te ocurre alguna salida piola como comprarte una moto y adiós pichu, vamos pibe, ¿vos te pensás que el Estado es el padre, leíste mucho psicoanálisis, pensás que las reglas de una nación te van a proteger toda la vida, estás loco vos?¿o te quedaste en el ´45...?-"
Propia elección es manejar una moto, por supuesto, para algunoses un vehículo que también es aprovechado para inculpar al que lo conduce bajo el título de "... y bueno, mirá arriba de qué anda... él se lo buscó, pero...¿usaba casco? Porque yo conozco a muchos que no respetan el semáforo", etc,etc... y porque a lo mejor ese discurso no da cuenta de la situación de un motero que se pasa la mitad de un día ahí arriba llevando y trayendo cosas que no son para él ni de él... Llevando a veces sumas de guita que no sabe ni de dónde ni para dónde va... pero seguro que va para algún lugar... que es un servicio social también el de la mensajería, que es una necesidad de la globalización la velocidad. También etc. etc.Se suman los etc. y de paso no se hace cargo a nadie de los daños laborales. A ver si a alguno se le ocurría entonarse con esa canzonetta de la explotación y la redistribución de la riqueza en el 99, en plena convertibilidad, canciones que casi nadie quería volver a escuchar en ese momento. Tenía que correr mucha agua en ese puente para llegar al 19 y al 20, y después arribar a Kosteki y a Santillán, y que todos saliéramos a gritar sin saber muy bien qué pero a gritarles algo a todos los que se arrogan el derecho de estar en posición de amo.
Los motoqueros se hicieron presentes con Néstor Roldán, muerto ya, el 22 de abril, por accidente... hasta Crónica llegó antes que el juez. Esto es nada más que para decir muchas gracias a los motoqueros que velaron a mi compañero pelándose con la poli, intentando que las instituciones del Estado reconocieran que la muerte de un sujeto es antes que nada un hecho cúlmine en la vida de este humano, que necesita memoria y ser reconocido como sujeto en su identidad antes que ningún juez se anoticie de nada.¿No nos hace acordar a otros sucesos grises de nuestra historia esta estrategia institucional de no estar presente en tiempo y forma, la mejor manera de ser Pilatos a la hora de juzgar otros hechos que se institucionalizaron con categoría de genocidio?
Gracias a los motoqueros que accionaron por la vida, como siempre, ese día, gente que no conocí porque la policía hizo con ellos lo que sabe, represión y nada más, y que estuvieron ahí defendiendo a mi compañero muerto antes que nadie, antes que yo misma me enterara por su empleador, tres horas después del accidente -por supuesto que no me avisaron hasta que yo misma emprendí la búsqueda del paradero de mi compañero-, no sé para qué le proveyeron un handy si alegaron desconocimiento aún dos horas después del accidente. "Nada, no sabemos nada de Néstor, llamá en un rato", tampoco entiendo para qué le pidieron los datos cuando lo emplearon,para un supuesto seguro del cual no hicieron los aportes, en tiempo y forma, y que tuve que pelear en el Ministerio de Trabajo para lograr que se hicieran cargo de lo que más les cuesta a los amos obsesivos, abonar.
Claro que tuve que llamar a la agencia yo primero para escuchar "no sabemos nada, volvé a llamar en un rato". Hijos de puta se puede decir, las palabras nunca son suficientemente malas para hacer responsables a los que realmente lo son.
Redacto una noticia que no es suceso y nada más, que es memoria y homenaje pequeño para los motoqueros que salen ahora a pelearla a la vida para ganarse el derecho cada día de seguir viviendo. Audaces en el riesgo para seguir teniendo una identidad propia en un sistema social, como pueden se la juegan para parar la olla. Para ser sujetos, construir en lo cotidiano, tener una familia, vivir...
Ahora que ya pasó mucha agua en ese puente, ahora que yo por fin puedo volver a pensar en otras cosas, hoy que hace un día que no pudimos cumplir con 12 años del "concubinato" que según la ley son más que los necesarios para hacerse cargo de cumplimentar con la memoria, la identidad, el amor, lo que alguien fue, lo que no pudo ser, lo que quiso para ser alguien no más, que sólo sale a la calle a laburar, aunque sea en una moto, en medio de inseguridades laborales más peligrosas que un secuestrador anónimo de la Pcia. de Bs. As. Ahora un día después(porque un suceso traumático acontece como si siempre fuera ahora), escribo la historia porque yo elijo vivir igual, como hacemos todos, como también hizo él, en las condiciones que te dejan, sin renunciar a nada.Y escribo para que sepan, nada más y nada menos que los motoqueros aguantan, lo tengo escrito en el cuerpo, aunque no sea una de ellos. Escribo para despedirme, también, de la búsqueda de culpables en una sociedad anónima.Porque no hay culpables más que en una película de Némesis que siempre es muy fácil dejarse inventar cuando se está en posición de víctima. Solo existe cierta aproximación a la responsabilidad en la medida en que no seamos cómplices del no querer saber. Porque saberse inmerso en un grupo social que quiere saber, informarse, enterarse, también es reconocerse como parte y no como hecho insólito, salir al ruedo de las breves historias de la subjetividad, es entenderse con otros, saber que estás contenido en algo. Que no estamos solos colgando del cordón umbilical de quién sabe qué neoliberal que lo corta cuando se le canta. Necesito explicarme y explicarles que todo existe no más que como singularidad. Ninguna búsqueda de la verdad es universal, ni periodístico es ningún suceso, por más alcance editoial que revele.Es preciso que vivamos, nada más, no nos hacen falta las imágenes ni las voces en vivo desde Carmen de Patagones ni desde Irak, para saber que estamos vivos.
A ver si ponemos las cosas en su lugar, en un lugar, aunque sea en algún lugar distinto, que no sea reclamarle al Estado que se dedique a encontrar civiles culpables,y que encima los haga culpables por el mal funcionamiento de sí mismo, tautología engañosa en la que muchos caemos de vez en cuando. Un lugar para el Estado distinto de éstps espacios institucionales que circulan aquí y ahora donde todavìa el espacio es público pero no quiere ser ocupado por personas que queremos hacernos responsables por la vida de cada cual, y el espacio se convierte en panóptico a ser ocupado por personajes siniestros que pregonan culpas a troche y moche como en la mejor cacería de brujas de la Edad Media.Y a menos que seas portador indiscutible de tarjeta de crédito, tu espacio no es público si no lo consumes, por lo tanto tu derecho a la vida no es válido... Esa burda artimaña que hacemos como que creemos entre muchos, es la película que se convierte en realidad cada día cuando salís a la calle.
Bueno, por ahora capitales y Estado zafan de hacerse cargo de una vida más, de un salario más, de un empleado más, mejor nombrar muchos civiles culpables, que engendrar otros que sepan que no sólo sos el individuo libre del sistema liberal, sino que sos un sistema de obligaciones legales que los hacen responsables, y a veces, más asesinos a manos de la inseguridad de las leyes y condiciones laborales, que cualquier pibe armado en Carmen de Patagones.
Pero la guita que deposita el chico de la motocicleta cuando lo mandan desde la agencia... ¿ a quién se remite, qué plus le cabe esta vez al que la está esperando, eso no se legisla?

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