Julio López
está desaparecido
hace 6428 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Colombia: autoritarismos en guerra contra infancia y juventud
Por Redacción del periódico El Libertario - Wednesday, Oct. 06, 2004 at 7:55 PM
ellibertario@nodo50.org

* El proyecto no gubernamental WATCHLIST ON CHILDREN AND ARMED CONFLICTS publicó en febrero de 2004 el documentado y estremecedor reporte: _Colombia: La Guerra en los Niños y las Niñas_, que examina con rigor e imparcialidad la terrible realidad que afecta a la infancia y juventud de este país. De allí hemos tomado los datos que exponemos aquí, en la intención de motivar tanto el conocimiento de tal situación como de estimular el desarrollo de iniciativas solidarias.

En Colombia, tanto la guerrilla como los paramilitares, las fuerzas armadas y la policía nacional cometen actos de violencia y abusos contra la población civil, incluyendo niños, niñas y adolescentes. Dichos actos constituyen violaciones al Derecho Internacional Humanitario y a los derechos humanos y sin embargo, en la mayoría de los casos, quedan en la impunidad. Los y las jóvenes han sido victimas de violencia sexual, asesinados, lisiados, reclutados, utilizados como informantes, señalados como blancos y expulsados de sus hogares. Los y las jóvenes han sido devastados por la cultura de crimen y violencia que ha azotado a Colombia en el marco del conflicto armado, sus nexos con el tráfico de droga y la proliferación de armas.

Algunas cifras y hechos de la masacre

* Según el WASHINGTON OFFICE ON LATIN AMERICA, Colombia ocupa el tercer lugar entre los mayores receptores de ayuda de los Estados Unidos, especialmente a través del Plan Colombia. Más del 80% de esa ayuda va directamente a apoyos militares y policíacos, a pesar de los abusos de derechos humanos asociados con las fuerzas militares y la policía y los lazos, bien documentados, entre el ejército colombiano y los paramilitares;
* Se calculan de 175000 a 200000 refugiados y 2,5 millones de desplazados; de 48% a 55% son menores de 18 años;
* Hay al menos 100000 minas antipersonal en Colombia, causantes de por lo menos 96 muertes de niños en 2002;
* Entre 11000 y 14000 niños y niñas están vinculados al conflicto armado; los niños indígenas y afro-colombianos son víctimas frecuentes de reclutamiento;
* Las fuerzas armadas, los paramilitares y los grupos guerrilleros han bloqueado los envíos de ayuda humanitaria, imposibilitando el acceso de los niños y sus familias a los servicios de salud, medicamentos, alimentos y otras necesidades básicas;
* Se estima que 3 millones de niños entre los 11 y 17 años no van a la escuela. Las escuelas son utilizadas como bases militares y centros de reclutamiento;
* El índice de violación sexual de niñas adolescentes es 2,5 por cada 1000 jóvenes. La violación y tortura sexuales, así como otras formas de violencia contra las mujeres y niñas, han sido utilizadas como tácticas para desestabilizar a la población;
* Los cálculos oscilan entre 25000 y 35000 niños sometidos a explotación sexual;
* Un promedio de 27,5 niños son secuestrados cada mes;
* Aproximadamente 4000 niños son asesinados con armas cortas anualmente.

Guerra en los niños

La guerra en Colombia es una guerra en los niños. Los jóvenes han sido atraídos y forzados a entrar a las filas de los grupos combatientes, señalados como blancos y expulsados de sus hogares. En junio de 2003, la COALICIÓN CONTRA LA VINCULACIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES AL CONFLICTO ARMADO concluyó que “en el contexto del conflicto armado colombiano, los niños y jóvenes son una y otra vez víctimas de crímenes de guerra y de lesa humanidad.”

El impacto del conflicto en los niños colombianos varía entre los diversos segmentos de la población, tales como aquellos que viven en las diferentes regiones, niños campesinos, indígenas y afro-colombianos, y aquellos que han sufrido el desplazamiento. Por ejemplo, en amplias zonas rurales de Colombia y en muchas áreas urbanas periféricas, el gobierno no proporciona servicios sanitarios, de salud, educación, vivienda, seguridad u otros servicios básicos, de acuerdo con _Crisis Humanitaria en Colombia_, del INTERNACIONAL CRISIS GROUP. Más aún, en algunas áreas bajo control de grupos armados fuera de la ley, las fuerzas armadas estatales restringen la circulación de medicinas, alimentos y otras provisiones básicas, como parte de su estrategia militar.

Todas las partes del conflicto son responsables por la muerte y la mutilación de niños y niñas. De acuerdo con el Defensor del Pueblo, de octubre de 1996 a septiembre de 1999, 49 niños y niñas fueron ejecutados de manera extrajudicial, con 4 casos atribuidos a funcionarios públicos, 24 a paramilitares y 21 a la guerrilla. Se reportó que durante el mismo período, 14 jóvenes fueron torturados y dejados con vida, mientras que 38 niños fueron asesinados en 11 masacres, junto con adultos; según los informes, los paramilitares fueron responsables de 15 de estos asesinatos y los guerrilleros de los 23 restantes. De acuerdo con UNICEF, aproximadamente 7 niños mueren violentamente cada día. Los siguientes son ejemplos de informes recientes en 2003:

* Una niña de 8 años fue muerta el 24/02 en Culebritas, Norte de Santander, por disparos provenientes de una unidad del ejército. Dicha unidad argumentó que su blanco era un campamento de la guerrilla, pero líderes comunitarios dijeron que el blanco era la casa del presidente de la asociación comunitaria cuya hija fue la víctima. (EL TIEMPO, 25/02/2003)
* En abril, un niño de 10 años fue muerto después de haber sido engañado para que llevara una bicicleta cargada de explosivos a un retén militar. Las FARC-EP están implicadas en este incidente (Defensoría del Pueblo, Nº 017, 5/12/03).
* Se culpó a las Autodefensas paramilitares de haber secuestrado y torturado a 3 niños el 16/08 en Medellín, con el objeto de obtener información sobre organizaciones que operaban en sus barrios. Dos de los niños fueron asesinados. (GLOBAL IDP DATABASE, PROTECTION CONCERNS AFFECTING DISPLACED CHILDREN).

En un discurso televisado a nivel nacional el 8/9/03, el Presidente Uribe catalogó a las organizaciones que trabajan por la protección de los derechos humanos de “terroristas” y cobardes que “esconden sus ideas políticas detrás de los derechos humanos”. Estas declaraciones fueron ampliamente repudiadas por un sinnúmero de organizaciones internacionales. Una de las preocupaciones más graves es que tales declaraciones puedan ser interpretadas como un apoyo del gobierno a los ataques a organizaciones que están trabajando para proteger los derechos de los niños y niñas y para aliviar la crisis humanitaria en Colombia.

La asquerosa “limpieza social”

Según diversas fuentes, aproximadamente entre 15000 y 30000 niños colombianos viven en la calle. Las fuentes oficiales indican que son niños el 40% de las 12000 a 13000 personas que viven en las calles de Bogota. La COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS concluye que la violencia, especialmente en el campo y en los barrios pobres de la ciudad, es una de las principales causas por las cuales los niños terminan viviendo en la calle. La pobreza también obliga a los niños a salir a las calles en un intento por ayudar a sus familias.
Una vez en la calle, los niños se enfrentan a condiciones peligrosas y extremas. Recuentos anecdóticos señalan que estos niños consumen droga regularmente.

Además, los niños de la calle son víctimas de la práctica conocida en Colombia como “limpieza social”. Ésta implica el asesinato de individuos que generalmente viven en la calle, considerados como “desechables” por miembros de grupos de vigilancia, la policía y los comerciantes. En los primeros meses de 2003 la “limpieza social” aumentó vertiginosamente en áreas urbanas marginales con concentración de población desplazada. Por miedo a represalias, mucha gente se abstiene de hablar sobre este problema. Una fuente confiable en Altos de Cazucá, al sur de Bogotá, informó sobre la muerte de 150 niños y jóvenes en los primeros 9 meses de 2003. Diversas agencias internacionales han recibido informes similares de asesinatos en otras zonas aledañas de Bogotá, incluyendo Soacha, así como en las ciudades de Cartagena, Medellín y Sincelejo.

Los niños como carne de cañón

Colombia está en el cuarto lugar en el mundo con el mayor número de niños soldados después de Myanmar, Liberia y la República Democrática del Congo. En el informe _Aprenderás a no Llorar: Niños Combatientes en Colombia_ (septiembre 2003), HUMAN RIGHTS WATCH (HRW) calcula que unos 11000 niños, algunos de apenas siete años, están asociados con grupos armados en el país. Todos los actores armados utilizan tanto a niños como a niñas. Es extremadamente difícil obtener cálculos precisos sobre el número de niños involucrados con los grupos armados. El Secretario General de las Naciones Unidas (F/2003/1053) estima que 7000 niños están asociados con grupos armados ilegales y otros 7000 con las milicias urbanas. HRW calcula que más de 7400 niños son miembros de las FARC-EP, incluyendo los que están asociados con las milicias urbanas. Por lo menos 1480 de los combatientes del ELN (o por lo menos una tercera parte del total de sus miembros) son menores de 18 años. Aproximadamente 2200 jóvenes y niños hacen parte de las Autodefensas Unidas de Colombia. Los anteriores son considerados cálculos bajos. Por su parte, el GRUPO TEMÁTICO SOBRE DESPLAZAMIENTO de las Naciones Unidas concluyó que el anunciado incremento del 30% en el pie de fuerza de los grupos armados ilegales en 2001 y 2002, se debió al reclutamiento de menores.

En el 2000, el Ejército colombiano dejó de admitir menores de 18 años. Antes de esto, unos 16000 niños habían prestado servicio en sus filas. Tras el cambio de esta política, no ha habido reportes de reclutamiento de niños. Sin embargo existen informes de unidades del ejército en zonas de conflicto como el Meta y el Putumayo que utilizan a adolescentes para trabajos de inteligencia, pagándoles algunas veces en efectivo o en especie y otras veces simplemente amenazándolos. Además, el Ministerio de la Defensa desarrolla un programa llamado “Soldados por un día”, enfocado a familiarizar a los niños con el ejército, por medio de actividades recreativas y visitas a las instalaciones militares en donde se les invita a jugar en la piscina o a dar una vuelta en un tanque militar, mientras los soldados distribuyen dulces o se disfrazan de payasos. En algunas regiones, este programa pretende utilizar a los niños para animar a miembros de su familia a desertar de los grupos armados ilegales. En Arauca, “Soldados por un día” se implementó como parte de una campaña para reclamar una región abandonada por el gobierno hacía tiempo y considerada como un área simpatizante de la guerrilla. Así, se les entregaba a los niños billetes falsos de 20000 pesos con un mensaje al reverso que invitaba a desertar de los grupos armados.

El entrenamiento y la vida cotidiana de los niños y niñas asociados con los grupos armados varían de grupo a grupo. Los niños y niñas generalmente reciben un entrenamiento militar integral aunque rápido, que incluye el uso de armas, fabricación de bombas y estrategia militar. Estos también realizan labores de cocina y vigilancia, al igual que labores manuales; son sujetos a formas estrictas de castigo y crueldad y obligados a torturar, ejecutar y participar en combates. Además de estas penurias, las niñas son víctimas de acoso y abuso sexual, uso forzado de dispositivos intrauterinos, inyecciones anticonceptivas, aborto forzado y violación. El Defensor del Pueblo ha informado que aproximadamente el 70% de las jóvenes que eran miembros de la guerrilla en el departamento de Santander, tenían enfermedades de transmisión sexual.

Los grupos guerrilleros y paramilitares son conocidos por el reclutamiento forzado y métodos amplios de vinculación, que incluye hechos ocasionales de niños que fueron obligados a formar parte de sus filas poniéndoles un arma en la sien. Los niños y niñas son vistos como una fuente atractiva de reclutas maleables, según HRW. Sin embargo, la mayoría de los niños y niñas se unen “voluntariamente”, ante la violencia política, la pobreza, la falta de alternativas como la educación o el trabajo; algunos citan la desesperación, y la búsqueda de un mayor status entre sus coetáneos como factores que los han motivado. Un análisis realizado por la QUAKER UNITED NATIONS OFFICE citó extensas entrevistas con 5 niñas que habían formado parte de grupos guerrilleros, quienes afirmaron haber sido maltratadas en sus casas antes de unirse a la guerrilla.

Todos los grupos combatientes en Colombia matan, mutilan y torturan prisioneros; algunos también secuestran y asesinan a civiles. Niños desvinculados han contado que eran forzados a matar personas y descuartizar sus cuerpos. Más de un tercio de los niños entrevistados por HRW para su informe, dijeron haber participado directamente en asesinatos fuera de combate. Más de la mitad de los niños que no admitieron una participación directa, dijeron haber presenciado asesinatos o haber oído de ellos. Algunos dijeron haber sido obligados a beber sangre humana, en algunos casos mezclada con pólvora, para “conquistar el miedo”.

[Publicado en El Libertario, # 39, septiembre-octubre 2004, Venezuela]

agrega un comentario