Julio López
está desaparecido
hace 6428 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Día Internacional de la Mujer Rural
Por Fortunato Escobar - Friday, Oct. 15, 2004 at 3:11 PM
fortunatoescobar@yahoo.es 0051519635035 Casillas Postal 620 Puno Peru

La presente reflexión los escribe desde la visión de la mujer rural . Al conmemorarse hoy 15 de octubre “Día Internacional de la Mujer Rural.

Día Internacional de la Mujer Rural

Por: Fortunato Escobar

“Un día hasta pensé matarme, aventándome al Río Mataro… con mi bebé lactando y amararme a mis [otros] hijitos a mi cintura y vendarles los ojos y aventarme… porque la vida es triste para mi.” (Versión de Olga Huamani Canales, recogida por la comisión de la verdad en Perú 1985 - 1994).

La presente reflexión los escribe desde la visión de la mujer rural (mujer campesina, mujer india, mujer originaria, etc.), quienes son aymaras y Quchuas desdientes del desaparecido Tiahuanacu que está en el altiplano del Perú y Bolivia. Al conmemorarse hoy 15 de octubre “Día Internacional de la Mujer Rural”, fecha en el que tanto las Naciones Unidas y otras organizaciones intentan realzar el papel de aquella Mujer discriminada no solo en lo social y cultural sino también dentro de género; no obstante, que esa mujer contribuye de la mejor manera posible en la supervivencia de sus familias y de las sociedades.

La mayoría de estas mujeres se conforman en vivir la vida, tal cual se presenta para ellas, porque creen que su papel dentro de la sociedad es esa: lleno de sufrimiento y desesperación y es por ello, que muchas mujeres como la cita inicial del presente artículo pretenden quitarse la vida junto a toda su familia para que no puedan sufrir sus descendientes, al que lamentablemente muchos de ellas lo han hecho. Por tanto, cómo entender lo estipulado en el artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que menciona que:

“Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.”

En suma, toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la fraternidad.

¿Hasta que punto estas mujeres tienen derecho a la vida, a la libertad y a la fraternidad?. Si la vida para ellas, es sólo un “sórdido zumbido” donde no se diferencia el día, la noche y los años de la niñez, juventud, adultez y la vejez; porque igual tienen que trabajar en largas jornadas (de día y gran parte de la noche) y en todas las etapas de la vida, ni siquiera existe un buen momento para descansar o de distraerse. Porque simplemente no tienen ni conocen lo que es la televisión, ni pueden soñar con un día distinto. Dado que en la mayoría de las comunidades rurales no existe luz eléctrica, agua potable, vivienda adecuada como elementos básicos de la vida.

Sus únicas opciones, son las largas jornadas de trabajo entre 14 a 18 horas diarias, en las más paupérrimos condiciones junto a sus varones e inclusive más que ellos cuando ellos están ausentes. Diversos estudios realizados en América Latina en los últimos años muestran dos cosas: la mayoría de las personas pobres del mundo son mujeres, que laboran en las largas jornadas mencionadas, tienen la abrumadora responsabilidad de alimentar a hombres y niños hambrientos y para ellas mismas.

Para ello, cultivan, cosechan, trabajan en los locales comunales, en las carreteras y escuelas como simples peones en algunos programas sociales de los gobiernos; al término o paralelo de estas jornadas pastean sus animales, cazan o pescan los alimentos para la familia, llevan agua de distancias muy lejanas encima cargados en sus lomos de leña para cocinar su comida en casa. Preparan y cocinan los alimentos sin escatimar esfuerzos, aún cuando el contenido sea sal, agua y un poco de papa. Inclusive trabajan hasta el momento mismo del parto, donde su única cama y recinto asistencial es la “pachamama” bajo el canto de los pájaros y ranas junto al silbido de los fuerte vientos del altiplano acaso alumbrados solo por el sol y la luna, muchas veces asistidos por sus pequeños niños que le sirven de enfermeras sin ni siquiera entender estos pequeños nada de los primeros auxilios o que significa tener un hermanito o de donde vienen.

Entonces, de que sirve la declaratoria del Día Internacional de la Mujer Rural y sobre todo como decir que el derecho al disfrute de la vida, a la libertad y la fraternidad es de alcance para estas mujeres. La respuesta es simple, nada de esto existe para las mujeres rurales, si bien esta en papel o en el discurso político de los gobernantes, o los líderes políticos; estas no se han reconocido al mismo ritmo que el de las mujeres de las zonas urbanas que si han alcanzado cierto nivel de los derechos citados, como derecho colectivo y ser escuchadas por sus gobernantes.

Peor aún, frente a ellas están las barreras socio culturales y de género como es la discriminación, xenofobia por el solo hecho de ser pobre, hablar su idioma, usar su indumentaria nativa y sobre todo ser mujer rural. Es esta la base de las condiciones de pobreza estructural de lucha por la supervivencia, que está por encima de cualquier otra prioridad. La educación de las mujeres rurales ha sido y es que queda en un segundo plano, porque simplemente no tienen tiempo para eso. La tasa de analfabetismo en el altiplano está por encima de 22%, que obviamente varía en función de la región y zonas de acceso a los medios de comunicación y los alcances de programas educacionales.

En suma, tanto las mujeres, niños niñas y los jóvenes siguen siendo los marginados entre los marginados y son los más pobres dentro de los otros pobres, a quienes se las intenta invisibilizarlas. Son además víctimas principales de los procesos aculturación permanente y de despojo de sus tierras y recursos, al pago de precios irrisorios por sus productos, al igual que por medio de la concentración de la tierra, por medio de la destrucción de mercados locales basado en el “truque” y de las formas locales de alimentación.

De los mencionados, no necesariamente las mujeres son las únicas víctimas sino también sus esposos, pero no se puede negarse la discriminación de género del cual es víctima la mujer tanto en la vida comunal y política de sus propias comunidades a parte de las mencionadas; tantas veces manejadas como discursos de “opuestos complementarios” como una máscara social y como discurso lírico.

Por consiguiente, llámanos a que en este “Día Internacional de la Mujer Rural” que el discurso de “que toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la fraternidad”, sea un hecho práctico para que los gobiernos y la sociedad urbana y sobre todo reconozcan como tales, con un mejor trato pagando precios justos a sus productos. Es decir, la equidad de géneros como principio fundamental y al pleno disfrute y respeto de los derechos humanos junto a la libertad con justicia y la fraternidad, sea una práctica conforme a sus cosmovisión para todas las mujeres rurales como de los hombres en cuanto al acceso y control de oportunidades junto a sus recursos naturales sea realmente distribuida de manera racional y justa.

Considerando que las mujeres rurales, son las mejores guardianes del medio ambiente, porque cuidan y cuidaran siempre (basada en su cosmovisión) tanto la conservación y el uso racional de los recursos naturales, en el que comparten la justa distribución de sus esfuerzos no sólo de ellas o sus familias sino contribuir a la sostenibilidad ambiental de las futuras generaciones.

Por tanto, las llamadas políticas de desarrollo para las mujeres, si es que siguen considerándolas sólo como “objetos de política” seguirá siendo un “fracaso”. Por los que es imprescindible que toda política de desarrollo trate a estas mujeres como sujetos políticos con voz propia y decisión, y sobre todo sean visibles como una práctica real en las tomas de sus propias decisiones y no sólo un discurso. Dado que la única opción es de hacer de ellas los verdaderos promotores de desarrollo y como agentes decidores en la lucha contra el hambre y la pobreza de conformidad con los Objetivos del Desarrollo del Milenio. Basada en la equidad dentro de sus diferencias entre todos los hombres y las mujeres del mundo rural.

Territorio de los Aymaras y Quechuas, Octubre 15 del 2004

agrega un comentario