versión para imprimir - envía este articulo por e-mail |
Primer liberado del MOCASE
Por reenvío lavaca.org -
Thursday, Oct. 28, 2004 at 4:30 PM
Ángel Strappazzon, el primero de los seis integrantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero detenidos en los últimos días, fue también el primer liberado –el lunes 25 de octubre- tras la presión local e internacional, y la instalación de una carpa de protesta en pleno patio del edificio de los Tribunales santiagueños. La acción de los grupos parapoliciales, las causas contra los campesinos armadas sin pruebas, y un inesperado testigo para el MOCASE: un consultor del Banco Interamericano de Desarrollo.
La situación en Santiago
Primero fueron Ángel Strappazón y Gustavo Carrizo, el jueves 21 de octubre. Luego, el viernes 22, los menores Mario Carabajal y Gustavo Pereyra (17 años cada uno) y Walter Roldán (18 años), y finalmente, José Sequeira. Todos ellos son campesinos e integantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) que sufrieron una curiosa denuncia por parte de un grupo parapolicial formado por el autoproclamado carapintada Miguel Angel Zurita, cuya agencia de seguridad privada trabaja para grupos empresarios que buscan desalojar a campesinos de sus tierras.
El conflicto había empezado en Pampa Pozo (ver nota aparte) y Zurita -que dirigía al grupo que desalojó a la familia Roldán de su hogar- denunció que había sido agredido.
El juez Raúl Romero aceptó tal denuncia como válida, invirtió la carga de la prueba considerando culpables indiscriminadamente, y ordenó detener a un universo difuso de personas formado por "Ángel Strappazzon, Miguel Sequeira, Roldán, Pereyra y toda otra persona que se hallare dentro del inmueble identificado como Lote 110 de la localidad de El Colorado".
Strappazzon fue detenido, pese a que no estaba en el lugar. Apresaron también a Gustavo Carrizo que no aparece entre los requeridos, lo mismo que José Sequeira. No detuvieron a ningún "Roldán" (aunque tampoco se sabe a cuántos Roldán querían capturar, al igual que a cuántos Pereyra). El final, referido a "toda otra persona que se hallare dentro del inmueble" es una inolvidable muestra de la destrucción del Derecho en manos de determinados jueces.
Con esa orden, más el requerimiento de buscar armas de uso civil, de guerra, municiones, tractores y camionetas, la policía salió tras los integrantes del MOCASE. En la casa de Strappazzon encontraron las pistolas de juguete de sus pequeños hijos. También allanaron la sede del MOCASE en Quimilí, donde se efectuaba un encuentro de mujeres campesinas.
Ya en libertad, Strappazzon relató a lavaca: "En Pampa Pozo hubo compañeros que se defendieron del ataque de los matones parapoliciales, pero ninguno de los detenidos estábamos ahí. No quiere decir que no hayamos estado muchas veces, y que vayamos a seguir estándolo. Pero en este caso, yo presenté mis pruebas lo mismo que Gustavo Carrizo que había estado recorriendo Pozo del Toba llevando a agrónomos y veterinarios, y un consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), porque ese banco colabora en algunos de nuestros programas. Este hombre salió también de testigo de Gustavo". La recorrida se había hecho con una cooperativa del MOCASE llamada Ashca Cayku, que en quechua significa "los que hacemos mucho".
No se conocen las "lesiones gravísimas" que Zurita denunció haber sufrido. Strappazzon agrega que las personas que estuvieron ese día en el lugar se escondieron en el monte por temor a más repesalias.
Se sabe que el juez Romero, el día de las detenciones, no regresó por la tarde a su despacho, donde se anunció que estaba durmiendo la siesta, lo cual garantizó que los detenidos permaneciesen incomunicados durante horas.
Mientas se verificaba la reacción en la Argentina, y también la internacional, el MOCASE llamó a una marcha para el lunes 25 frente a los Tribunales de Santiago, donde finalmente se armó una Carpa de la Resistencia. Dice Strappazzon: "A la marcha fueron 1.000 personas, y en la carpa quedan permanentemente 200 hasta que se libere a todos los compañeros, y reclamando además que terminen las persecuciones contra los campesinos y las comunidades amenazadas, siguiendo las directivas de los grupos empresarios".
El MOCASE denunció que en Charquina, Villa María, Nueva Alza, Pampa Charquina, Libertad, Escudero y Elsita, entre otras comunidades, "los compañeros están resistiendo pacíficamente el ataque de matones contratados por terratenientes, que disparan por encima de ellos. Todo esto está documentado, nos sobran pruebas de este accionar como si estos matones salieran de cacería". En el caso de Pampa Pozo el terrateniente que contrató a Zurita es Orlando Jorge que, según cuentan, lleva décadas intentando desplazar de esos campos a los herederos del pueblo vilela, que hace décadas viven en esas, sus tierras, cosa perfectamente documentada. Sobre el propio Zurita puede agregarse que es prófugo de la justicia, según el MOCASE, aunque en Santiago la frontera entre la condición de prófugo o la de impune es un tanto difusa.
Strappazzon comentó que los menores fueron indagados pero que los funcionarios judiciales prefirieron suspender su liberación por cansancio.
Con respecto a la intervención provincial, recién el día de la liberación de Strappazzon hubo una reacción. "El martes 26 en los diarios se anunció que al menos la intervención al Poder Ejecutivo dice que va a avanzar en un proyecto para derogar un artículo inconstitucional del Código Penal de la provincia, el 182 bis, que dice que cualquier juez de instrucción puede, contra la presentación de cualquier supuesto título, ordenar automáticamente el desalojo del que está en ese lugar, sospechado de intruso".
El ejecutivo parece a favor de anular dicha cláusula. El judicial no se ha pronunciado. "Es que hay cosas incomprensibles. Estuvimos con integrantes del Superior Tribunal de Justicia, les explicamos el problema de los sicarios contratados por terratenientes para perseguir y expulsar a los campesinos, y como ese fue uno de los motivos para intervenir la provincia, ya que hasta los periódicos conservadores dan cuenta de nuestras denuncias contra los parapoliciales".
Los jueces, cuenta Strappazzon, contestaron:
-No teníamos conocimiento.
Una mujer campesina les dijo:
-Si no tenían conocimiento es porque ni leían los diarios, ni escuchan lo que pasa ¿Cómo pueden ser jueces? Y si no están informados, ¿Por qué nos atacan a nosotros?
No hubo respuesta, mientras cinco personas, dos de ellas menores de edad, siguen privadas de su libertad, esperando en la cárcel.
éstas notas pueden ser reproducidas libremente, total o parcialmente (siempre que sea con fines no comerciales), aunque agradeceríamos que citaran la fuente.