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Las 6 horas. Un planteo kirchnerista.
Por Partido Obrero - Friday, Nov. 05, 2004 at 12:49 PM

CHRISTIAN RATH Prensa Obrera 875

LA CAMPAÑA POR LAS SEIS HORAS
Un planteo kirchnerista

Un conjunto de organizaciones y dirigentes provenientes del MAS, PTS, PC, MST, con el acompañamiento de una fracción del cuerpo de delegados de Metrovías, ha dado a conocer una Declaración constitutiva de lo que llaman “Movimiento por la reducción de la jornada laboral a seis horas y aumento general de salarios”.

Es, sin exageración alguna, un documento kirchnerista. El lector puede comprobarlo con sus propios ojos, yendo al http://www.metrodelegados.com.ar. En sus más de 7.000 espacios no se encontrará ninguna condena del gobierno o de su estrategia: la reconstrucción de la burguesía nacional y el acuerdo con el imperialismo.

La expresión siguiente es la medida de la Declaración: “Bajo la presión del FMI, los bonistas y el G7, las Corporaciones internacionales y los grandes grupos económicos locales, el gobierno nacional no establece un programa que tenga como prioridad resolver los problemas más angustiantes de los trabajadores”. Es decir, bajo los pliegues del gobierno que anida en la Casa Rosada podría estar madurando una alternativa “nacional y popular”. Es lo que plantea la llamada izquierda “transversal”.

“Establecer” un programa cuya “prioridad” sea resolver los problemas de la clase obrera y el pueblo no corresponde a la naturaleza del gobierno, que se ha trazado el objetivo de reconstruir el capitalismo (y el Estado) a expensas de los trabajadores y las clases populares. La posibilidad que admite la Declaración no se corresponde con un gobierno que, junto con su predecesor Duhalde, ha impuesto el mayor ajuste fiscal desde la crisis de 1890 por medio de la devaluación y el congelamiento relativo de los salarios. Una política que ha hecho intervenir al Estado como pocas veces en la historia para mantener un nivel extraordinario de confiscación al pueblo a fin de pagar la deuda pública y promover los negocios de los capitalistas locales. Este rescate del Estado y la burguesía nacional a costa de las masas prepara el escenario de una próxima rebelión popular.

Los autores de la Declaración debaten sobre si la campaña debe girar en torno a una o cinco consignas, lo que es absolutamente irrelevante si se aprecia el carácter del planteo que encubre el reclamo por las seis horas.

¿“Política de empleo”?

Textualmente dice la Declaración: “En torno a esta propuesta se puede articular una política de empleo”. Frente a la desocupación masiva, ¿los trabajadores deben explicarle al capital los métodos para resolver el empleo, o, en cambio, desenvolver la lucha de clases para arrancar sus reclamos? La declaración quiere una salida legislativa y oficial. Este planteo se parece como dos gotas de agua al de la CTA para que el Estado “redistribuya los ingresos”.

La Declaración señala que “durante el primer año del gobierno Kirchner la economía creció fuertemente” y “sin embargo (sic), la desocupación se mantiene en el orden del 20%”. Al revés: la economía creció gracias a la desocupación y a la reducción salarial. ¿Para que está el gobierno capitalista si no es para consumar el extraordinario aumento de la explotación que surge de ésta y otras cifras? (Con el mismo número de obreros se acrecentó un 20% la producción industrial, contra salarios que pueden comprar un tercio menos de bienes que tres años atrás.) Ninguna paradoja. El gobierno K asegura este proceso capitalista de reactivación con la enorme devaluación, el congelamiento y el agravamiento del infierno laboral.

¿Y la reforma laboral?

Una expresión desnuda por sí sola el carácter del planteamiento: “En esta etapa el capital, a la par que excluye de la producción y el consumo a millones de trabajadores, a los que continúan trabajando los somete a la superexplotación”. ¿”El capital”? Los mentores de la campaña por las seis horas no dicen que el gobierno es responsable de la reforma laboral Banelco II que preservó, para “el capital”, el edificio íntegro de la flexibilidad laboral montado en los últimos veinte años. (Esto es una prueba, por otra parte, del carácter omnipresente de la CTA en la convocatoria. La CTA fue virtual firmante de la reforma laboral del gobierno K y propugna en Metrovías la “libertad sindical” que, en el subte, identifica a la corriente partidaria de montar un sindicato de la CTA paralelo a la UTA.)

De todos modos, el documento no traza ningún tipo de delimitación con la burocracia sindical que hoy está enfeudada en un 90% al gobierno, lo que podría llevar a suponer que la lucha por la reducción de la jornada laboral podría progresar de la mano de Hugo Moyano y Víctor De Gennaro.

Los jueces y el trabajo
en negro

El desbarranque de la Declaración es homogéneo. No hay punto que pueda ser rescatado de la catástrofe conceptual y política. Plantea “denunciar la judicialización de la protesta social” cuando es el gobierno, que ha puesto en marcha todos los resortes camarillescos del Estado para enjuiciar a piqueteros y luchadores, el responsable de la represión, y no solamente los jueces. El esfuerzo que ponen en la adaptación política a los capitalistas es tal que los 350 pesos que se reclaman como asignación por los planes son definidos “como un piso para el salario de los trabajadores en negro”, que es lo que ha hecho la patronal.

Por esta razón, la campaña por las seis horas parida en el Bauen es un fuego de artificio armado por un conjunto de corrientes cuyo punto de encuentro es destruir el agrupamiento reivindicativo y político contenido en la Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT).

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Haciendo historia
Por Jorge Sanmartino - Friday, Nov. 05, 2004 at 1:10 PM

Se lanzó la campaña por la jornada laboral de 6 horas

Haciendo historia

Jorge Sanmartino
Dirigente de Socialismo Revolucionario

Con una Federación de Box repleta de trabajadores ocupados y desocupados, se lanzó la campaña por la reducción de la jornada laboral. Participaron delegados y trabajadores de Metrovías, Ferroviarios, docentes, estatales, salud, Zanon, Bauen, Telefónicos, Mineros, Hospital Israelita y una sólida participación de organizaciones de desocupados como la FTC, Cuba, y otras. No se recuerda un acto obrero de estas características, impulsado por una organización de base como el cuerpo de Delegados del Subterráneo y realizado con el espíritu del más amplio frente único de clase. Comienza a nacer una nueva bandera para la clase trabajadora. Sus implicancias son históricas.

I

No es un hecho usual que más de dos mil trabajadores, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, ocupados y desocupados se den cita para lanzar un movimiento político de la clase trabajadora. Menos todavía que haya sido una verdadera jornada de unidad obrera, tanto por los participantes como por el programa y las perspectivas del movimiento.
No se trata simplemente de apuntar a tal o cual reivindicación parcial. Tampoco de una exigencia local o regional. El movimiento apunta a las bases de la acumulación capitalista en nuestro país, exigiendo la salvación de la única clase productora de la sociedad por sobre el instinto vampirezco de la ganancia empresaria.
Si como decía Marx el tiempo es el espacio donde se desarrolla el hombre, la exigencia de la eliminación del sobretrabajo que implica automáticamente la incorporación de toda la población obrera sobrante al mercado laboral, apunta a la producción del mismo para toda la clase trabajadora, reapropiándose para sí del incremento de los beneficios y la productividad que se verificó durante los años ’90 e incluso durante los peores momentos de la recesión y la crisis. Se trata en definitiva de trabajar menos para que todos puedan trabajar.

II

Acabamos de presenciar el lanzamiento de un movimiento organizado, impulsado y encabezado por una sección de la misma clase trabajadora, concentrada en el corazón del sistema de transporte del centro económico y político del país. Que un movimiento de las bases se haya lanzado a esta extraordinaria aventura indica que estamos lentamente, pero sin pausa, alejándonos de los peores días de la ofensiva del capital no sólo sobre las conquistas obreras sino y sobre todo cuando eran barridas como por un huracán las conquistas políticas y organizativas de los trabajadores.
La lección que nos está dejando este incipiente movimiento es que la reconstrucción de una conciencia de clase y una vanguardia obrera militante surgirá fruto de las nuevas experiencias de lucha y organización en cuya base se encuentra una nueva estructura de clase. Esta nueva conciencia está naciendo ante nuestros ojos sobre la crisis del viejo sindicalismo. El sindicato recuperado por sus trabajadores deberá tomar nota de esta nueva realidad social y política de la clase trabajadora si pretende superar las formas decrépitas de la burocracia sindical. No baste con sacarla de sus puestos, hace falta presentar una alternativa de conjunto.
Una segunda lección que deja entrever el movimiento es que no basta con reafirmar a la clase trabajadora como sujeto esencial del proceso productivo para esperar pasivamente una traducción política consecuente. Se necesita escapar de cualquier sociologismo obrerista para participar activamente en la constitución de una nueva conciencia de clase socialista. Aunque la estructura de clases es la condición determinante de cualquier formación política, su constitución como clase activa, es decir como movimiento obrero no es ajeno a la propia experiencia de lucha y su vivencia cultural, incluidas las organizaciones ideológicas y políticas de la clase que contribuyen a su constitución. Estamos ante la formación incipiente de un nuevo movimiento obrero, que no puede definirse ni por un objetivismo estructural ni por un subjetivismo activista. Presenciamos un “proceso estructurado”, en el que la lucha política, la formulación de programas y la fuerza de las ideas son constitutivas también de la nueva clase que se hace en el mismo proceso de la crisis. En la dinámica de las relaciones de clase la subjetividad de la conciencia y la objetividad de la estructura social sobre la que se alza no pueden separase mecánicamente y ser puestas en un antagonismo externo. Son dos momentos de un mismo proceso.

III

La crisis y reestructuración del capital son las que abrieron nuevas condiciones para el desarrollo de una nueva conciencia de la clase trabajadora. Ni los triunfos ni las derrotas son lineales o definitivos. De ellas emergen nuevas exigencias.
Ayer nomás, ante la crisis y el quiebre de empresas los trabajadores de Zanon y todas las fábricas recuperadas golpeaban sobre el imaginario social mostrando que el derecho a la vida se impone por sobre el derecho de propiedad, apuntando a la reapropiación de los medios de producción y su reorganización sobre nuevas bases. A su vez el movimiento piquetero aprendió a golpear fuera de la empresa y a hacerse visible mediante la acción política y la lucha callejera.
El movimiento encabezado por los trabajadores del Subte se suma al amplio espectro de las nuevas experiencias. Su fin apunta a un objetivo superior al que tradicionalmente se asignó el sindicalismo, de negociar las condiciones de la venta de la fuerza de trabajo. Se coloca como dirección del conjunto de la población laboriosa para reclamar condiciones enteramente nuevas en el mercado laboral, en primer lugar la superación del marcado como regulador natural de la oferta de mano de obra, exigiendo trabajo para todos y en consecuencia trastocando los fundamentos mismos, sobre todo en un país como Argentina, del proceso de acumulación.
Si la ocupación de empresas constituyó una respuesta revolucionaria para una fracción menor de la clase trabajadora sometida al látigo de la crisis; si el movimiento piquetero contribuyó a organizar a los no organizados, darle continuidad a la acción proletaria cuando la clase obrera ocupada sufría de un quietismo y conservadorismo histórico, y cuando masificó la lucha callejera y el corte de calles para un sector particular de los trabajadores, el movimiento actual por la reducción de la jornada laboral constituye una respuesta programática y política para la clase de conjunto, dando los únicos fundamentos posibles para unir al proletariado y salvar al movimiento de desocupados del círculo constante del asistencialismo y la dependencia del estado burgués.
Mientras que algunos acusan al movimiento de ser “abstracto” o “propagandista”, es decir en cierto sentido “utópico” y “maximalista”, en realidad no se alcanza a percibir que la exigencia no nace de un planteo teórico o responde a la ingeniería social de algún intelectual, sino que nace de las condiciones mismas de la relación del capital y el trabajo, pues pone de manifiesto el derecho de los esclavos asalariados a valorizar el capital poniendo en movimiento el trabajo muerto, única condición para que el trabajo vivo pueda reproducirse. Llevando hasta el límite la lógica misma del capital los trabajadores exigen que cumpla su papel reproductor de la vida social, aunque en estas condiciones el capital se reproduce a sí mismo violando los requisitos de supervivencia de toda la sociedad. Esa contradicción es la que se muestra con toda virulencia en las crisis, cuando millones que se mueren de hambre no pueden acceder al alimento básico, mientras los almacenes se abarrotan de mercaderías. La Argentina del 2001 ha sido marcada a fuego por esta experiencia. Para reproducir y ampliar la capacidad de las masas laboriosas de acceder a su propia reproducción es imprescindible superar el mercado capitalista y la apropiación privada. De esta manera la lucha económica por la venta de la fuerza laboral se asume al mismo tiempo como lucha de clases política al exigir contra las “leyes naturales” del mercado, la eliminación del desempleo y la pobreza.

IV

Si el estado desde la posguerra asume la necesidad de imponer una política de ingresos centralizada, no ha sido –a pesar de los agoreros del debilitamiento estatal- una excepción bajo el neoliberalismo. Al revés, una política centralizada ha sido impuesta con mayor disciplina y rigurosidad en la base del “libre mercado”. La política se “introduce” y es prerrequisito de la economía. O, como decía Lenin, es economía concentrada La distribución de ingresos cobró un carácter dirigido en el congelamiento de precios, los aumentos atados a la productividad y el ancla monetaria bajo el régimen de la convertibilidad. El desempleo estructural concomitante acaba disciplinando a la fuerza de trabajo e imponiendo nuevas condiciones degradadas a las relaciones laborales en la nueva era de la moneda devaluada. El nuevo ancla fiscal (superávit del 3% atado a los pagos de la deuda externa), monetaria (para favorecer la política de exportación de bienes primarios y asegurar al mismo tiempo el superávit, asegurando un costo salarial en pesos devaluados), y laboral (pacto social de los dirigentes sindicales y el gobierno de Kirchner para reafirmar en la nueva ley laboral todas las condiciones de precarización e inestabilidad del empleo de la era menemo-delarruista), aseguran una política de ingresos nacionales que refuerzas las condiciones del patrón de acumulación de la década anterior, basado en el consumo de las clases medias-altas y la exportación, y en la expansión del ciclo económico sobre la base de la restricción de la demanda popular. Un aumento de la tasa de ganancia que se impone sobre el empobrecimiento generalizado de la población. Esta política de ingresos derrumbó la participación de la masa salarial en el total del valor agregado. Aunque las nuevas mediciones de la distribución de la renta no pueden ser equiparadas metodológicamente a las que se aplicaban en la década de los ’50-’60 y de los años ’70, (comparándolos la nueva estadística del Banco Central estaría sobreestimando dicha participación), hoy se la puede utilizar para comprender la caída abrupta respecto de sí misma. Así, desde la devaluación, la participación salarial cayó de un 36% del PBI a un 29%, lo que implica una punción sobre los salarios de más de 10 mil millones de dórales sobre la masa salarial total. A la luz de una política económica centralizada y negociada entre todas las fracciones de la clase dominante, sería miope creer que la respuesta obrera a la misma, exigiendo una política nacional de reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles, sería “propagandística” o “abstracta”. La necesidad del estado de imponer una política centralizada que es característica del capitalismo contemporáneo (tanto del de “Bienestar” como el neoliberal) permite incluir las disputan locales y sectoriales en una lucha nacional que dispute la distribución del excedente económico de conjunto.
La lucha salarial local no alcanza a percibir las condiciones generales por medio de las cuales se ha ejercido baja el mandato Duhalde –Kirchner una transferencia de ingresos masiva a la clase capitalista, ni posee en sí misma, espontáneamente, la capacidad de comprender el carácter político de la disputa por el ingreso. La relación de clase no puede reducirse a la disputa del obrero y el patrón por el precio de la fuerza de trabajo. Incluye la competencia, la formación de la tasa media de ganancia, el trabajo socialmente necesario. En la lucha local el trabajador se ve sometido a una disputa con una fracción de si misma, porque debe competir en el mercado con la masa de desempleados. Elevándose a la lucha política por medio del reparto de las horas de trabajo puede asimilar algunas de las implicancias de esa fragmentación y soldar la unidad de clase. Sólo mediante este dispositivo pueden las fracciones dispersas de la clase constituirse como clase nacional. En ese sentido el planteo de los trabajadores de Metrovías, al superar el carácter corporativo de la disputa gremial, coloca a la clase trabajadora ocupada en una posición hegemónica, es decir, como dirigente intelectual y moral de los trabajadores desocupados y de las masas explotadas en general.

V

La lucha por el reparto del tiempo del trabajo y el salario están hoy en el centro de las cuestiones candentes para la clase trabajadora e impugnan de conjunto el seguidismo político que el populismo hace del gobierno actual. Que la administración Kirchner (junto a la de Duhalde) se auto titule de la “producción y el trabajo” no es, después de todo, tan desacertado. Sobre todo si se toman en cuenta las estadísticas sobre la intensidad laboral en los últimos años. La cantidad de horas trabajadas como relación entre el índice de horas trabajadas totales y el índice de obreros ocupados se ha incrementado desde la caída de la convertibilidad hasta fines del 2003 desde el 90,1 a 97,5, es decir un 8,2%. Esto equivale a decir que desde principios del 2002 a fines del 2003 una jornada laboral de 10 horas se ha incrementado en 50 minutos. Para una jornada de 8 horas el promedio se ha elevado en 40 minutos. En realidad la proporción del incremento de las horas trabajadas en el total de los asalariados de la industria es mayor, porque los datos ponderados excluyen a los trabajadores de empresas con menos de 10 trabajadores, allí donde se focaliza una proporción enorme de empleo precario, jornadas laborales mayores y aumentos de los ritmos de producción. Estas empresas han tenido una incidencia importante en la creación de empleo industrial, porque son en su mayoría mano de obra intensivas.
Este incremento de la jornada laboral es el que explica gran parte del incremento de valor. Si se toman en cuenta los incrementos de productividad en la industria, en casi dos años aumentó sólo un 7,75%. Esto es un 4% anual, menos de la mitad del incremento que se registró en la década del ’90, y casi un tercio del incremento de la primera parte de esos años. Mientras el índice del volumen físico de la producción, medido a precios constantes, que proporciona información aproximada sobre el valor agregado industrial creció un 20,4%, el índice de obreros ocupados lo hizo en un 8,1%. Quiere decir que un aumento de la cantidad de obreros ocupados y de las horas trabajadas son las que explican la mayor porción del incremento de valor, no la productividad horaria. Bajo el auspicio devaluatorio, la extracción de plusvalía se hizo más retrógrado, basado mayoritariamente en el incremento absoluto de la misma.
El salario devaluado, sin embargo, ha sido la fuente principal del incremento de las ganancias empresarias. Como la inflación (medida por el Índice de Precios al Consumidor) asciende en el período mencionado al 53%, y en cambio el índice del salario lo hizo en un 29% (midiendo la masa total de salarios y no la cantidad de asalariados que percibieron ese aumento, ya que la ponderación del índice otorga un 50% de incidencia al empleo registrado privado), tenemos un retroceso del 24% en la masa salarial total real percibida por los trabajadores argentinos. Si se calcula el retroceso relativo del salario real según el salario promedio recibido la diferencia es más grande, porque así se registra la evolución de todos los puestos de trabajo, incluidos los creados en el período estudiado. Sea como fuere, está claro que los trabajadores han cedido una cuota parte de sus ingresos en beneficio de los empresarios. Esto se vio doblemente reflejado, según ya analizamos en otros artículos, en la reducción drástica del salario como parte del costo de producción, debido al incremento en los precios mayoristas industriales, que treparon en 21 meses el 113%, en comparación a los incrementos nominales mucho más modestos del salario. El costo laboral hoy, cuando estamos en la cima del ciclo económico es exactamente un 30 % menor que en 2001, luego de haber tocado fondo a mediados del 2002 cuando alcanzó un 48%. Si se toma en cuenta este mismo costo pero para las industrias y servicios de base exportadora, se observa una caída mucho más pronunciada, porque se paga salarios en pesos y se factura en dólares.
El Movimiento por las 6 horas, recoge la tradición socialista al apoyarse sobre la exigencia transicional del reparto de las horas de trabajo, rompiendo con las concepciones posibilistas y neo-keynesianas de la “distribución del ingreso”, al exigir que la eliminación de la desigualdad comience por afectar la distribución de la ganancia privada desde la misma esfera de la producción. Al superar la perspectiva desarrollista contribuye a forjar una conciencia de clase independiente desde la formulación de su mismo programa y con él forja las armas de lucha del nuevo activismo obrero.

VI

Estamos en presencia, desde el golpe militar del ’76 en el quinto ciclo de la pauperización generalizada. La diferencia radica en que en los ciclos de ascenso posterior a la crisis, cuando el PBI y los negocios reanudan su ciclo ascendente, la clase trabajadora respondió con un ciclo propio de luchas salariales (1982-85; 1987-89). Pero en los ’90 y en los 2000 el desempleo de masas ha inhibido el típico proceso de recomposición salarial. El desempleo actual, que no baja del 19% -a pesar de que la economía crece a un 8% anual-, está inhibiendo la lucha salarial generalizada. Es posible y deseable que en el 2005 el descenso de los niveles de crecimiento se choque con la fuerza laboral movilizada. Pero hoy por hoy los sindicatos no han tenido demasiados problemas para controlar un movimiento de bases. Por eso la idea de que la lucha “salarial” sería lo inmediato, y el reparto de las horas de trabajo para eliminar el desempleo estaría en la agenda de un futuro incierto, no ve que el segundo es funcional a la depresión del primero y que cualquier movimiento de la clase obrera se encuentra frente a sus narices la necesidad de responder en el plano político al bloqueo actual de la lucha salarial generalizada. Sólo una comprensión estrechamente sindicalista y minimalista puede separar la lucha salarial del reparto de las horas de trabajo, por la sencilla razón que el desempleo está, se podría decir, incrustado en la espalda del salario y ejerce adicionalmente un terrorismo ideológico y una parálisis política ante la fuerza de trabajo en activo.

VII

Los sindicatos se encuentran debilitados entre otras cosas porque la reestructuración del capital está neutralizando la capacidad característica de la función sindical, la huelga revindicativa. El sindicalismo encuentra su fuerza vital en la abstención del trabajo. Si se caracteriza por retirar la fuerza laboral y allí encuentra su poder, el ejército de reserva le impide ejercerlo. Porque el ausentismo del puesto de trabajo encuentra una abundante mano de obra disponible para reemplazar la fuerza laboral activa y sindicalizada. Las burocracias sindicales corrompidas y agentes del capital han respondido asociándose directamente a la explotación de la clase trabajadora o al poder gubernamental esperando alguna migaja. El resultado ha sido la impotencia y decadencia de los sindicatos como instrumentos de lucha, y los líderes sindicales están al tope del ranking del desprestigio social. Sin embargo, las nuevas direcciones que han surgido o que puedan surgir en el futuro se verán sometidas a la misma disyuntiva de superar el marco restringido del conflicto por empresa o rama de producción, de superar los viejos métodos corporativos para confluir en un movimiento de carácter político que apunte al conjunto de la reproducción capitalista. Los sectores de oposición e incluso gran parte de la izquierda no han terminado de comprender en toda su magnitud las nuevas tareas que impone la nueva configuración de las relaciones sociales.

VIII

La característica fundamental del movimiento por las 6 horas encabezado por los trabajadores del Subte es que al elevar su propia experiencia reivindicativa (favorecida por tratarse de una rama dinámica de la economía que contrabalancea los efectos deletéreos del desempleo masivo) al plano de la disputa política por los ingresos y puestos de trabajo nacionales, se colocan en el campo de la lucha estratégica frente a la clase dominante. Al involucrar al conjunto de la fuerza fragmentada de la clase trabajadora en un movimiento político tienden a superan las fronteras del sindicalismo. Es una respuesta más o menos conciente al impasse de los viejos métodos tradicionales del sindicalismo argentino, basado en el pleno empleo y en el poder de negociación en el seno de la empresa. Aquí está la raíz de la potencialidad que posee el movimiento para el desarrollo de una conciencia política socialista. Gramsci sostuvo que los sindicatos “son un tipo de organización proletaria específica del período en que el capital domina la historia… una parte integral de la sociedad capitalista, cuya función es inherente al régimen de propiedad capitalista” (En el Ordine Nuevo, Turín 1919-1920). La crisis y reestructuración del capital, así como ha impulsado en los últimos años nuevas formas de organización y acción proletarias está dando nacimiento a nuevas formas políticas y está contribuyendo a hacer popular un nuevo programa para el conjunto de la clase trabajadora. Que sea más o menos “propagandístico” tiene que ver con cuestiones de coyuntura. Se trata en primer lugar de comprender el carácter estratégico que posee el movimiento para poder ponderarlo en toda su magnitud.
El movimiento no rechaza las demandas elementales que los trabajadores exigen cotidianamente. No rechaza tampoco la acción sindical para alcanzarlas. Por el contrario, las estructura como parte de una lucha política de clases nacional. En la argentina dependiente del siglo XXI la separación entre el programa mínimo y el máximo es más pernicioso y más utópico aún que en la época más o menos apacible del reformismo socialdemócrata que transformó la práctica oportunista y reformista en concepción teórica acabada.

IX

Estamos presenciando el lento desarrollo de una militancia obrera. El primer síntoma de su existencia la encontramos en Zanon y con muchas desigualdades en el movimiento de desocupados. Los sindicatos hoy están huérfanos de alguna participación de bases. Estas encuentran su potencialidad en los movimientos de base que disputan el liderazgo de las organizaciones obreras. No es un proceso siempre lineal y ascendente. Será también resultado del desarrollo político del Movimiento el que pueda agrupar cada vez más activismo y militancia obrera. Una militancia ampliada y persistente sólo puede garantizarse sobre niveles crecientes de conciencia política. Esto requiere en paralelo el desarrollo de un movimiento político clasista y anticapitalista al interior de la clase trabajadora. La izquierda socialista no posee hoy una referencia única, más bien se encuentra dispersa y atomizada. Sin embargo reunir estos fragmentos de los sectores combativos y clasistas permitiría conquistar una masa crítica que haga visible un polo político de clase alternativo a los dirigentes sindicales tradicionales. Esto requiere ir más allá de una coalición antiburocrática circunstancial. Implica nuevas experiencias agrupacionales, más allá de las líneas de demarcación del sindicato o la empresa, para reunir colectivos de trabajadores cada vez más amplios desde las mismas bases, tanto inter-empresas como territoriales. Es falso que la identidad de clase sólo se exprese dentro de las empresas. Aunque nace allí en tanto se basa en la relación de explotación del trabajo por el capital, históricamente se forjó mediante múltiples formas culturales y experiencias ideológicas comunes. Así fue la experiencia histórica del proletariado Argentino, que no se constituyó como un movimiento interno a la fábrica, sino como un movimiento social, cultural y urbano. Su encierro en el lugar de trabajo y su reducción a la práctica sindical por las condiciones de la venta de su fuerza de trabajo nace con la institucionalización del conflicto, el estado interventor y la consecuente burocratización de los sindicatos, cuya máxima expresión fue el peronismo. En consecuencia aquí también el movimiento por las 6 horas sienta bases para que emerja en paralelo un polo clasista, antiburocrático y anticapitalista que reúna y generalice las experiencias que nacen de la crisis y la recomposición.

31 de octubre 2004

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informe de la agencia walsh
Por mas objetivo - Friday, Nov. 05, 2004 at 2:21 PM

LANZAMIENTO DEL MOVIMIENTO NACIONAL POR LA JORNADA LEGAL DE 6 HORAS Y AUMENTO DE SALARIOS
por Reenvío Agencia Walsh Thursday November 04, 2004 at 06:01 PM


Jueves 4 de noviembre de 2004. LANZAMIENTO DEL MOVIMIENTO NACIONAL POR LA JORNADA LEGAL DE 6 HORAS Y AUMENTO DE SALARIOS

Con la Federación de Box colmada – alrededor de 2000 personas- y otras 500 que quedaron en la calle sin poder entrar, se realizó el 29 de octubre el lanzamiento del Movimiento Nacional por la Jornada Legal de 6 horas y Aumento de Salarios.

Organizaciones sindicales, comisiones internas, representantes de fábricas recuperadas, movimientos de desocupados, agrupaciones estudiantiles, trabajadores y trabajadoras sin encuadramiento y algunos partidos políticos de izquierda, apoyaron la propuesta que, originariamente, nació de los trabajadores de subterráneos.

El encuentro comenzó con un excelente video del grupo Alavío, que historió la lucha por las 6 horas de los trabajadores de Metrovías.

Un importante número de oradores expresaron distintas visiones, tanto en relación a cómo continuar con el movimiento que nace, como cuál es el eje de construcción entorno al que se debe trabajar.

Se sucedieron intervenciones que hicieron hincapié en una construcción amplia y con pluralidad ideológica, donde esté contenido el conjunto de la clase trabajadora, mientras otros oradores priorizaron la unidad de la izquierda. Sin duda hay debates que no están cerrados. En tanto se tome como objetivo, que para que este movimiento tenga vida y pueda desarrollarse es necesario construir la más amplia unidad entre trabajadores ocupados y desocupados, seguramente los debates podrán ser saldados.

Además de expresarse a favor de la jornada de 6 horas, todas las intervenciones apoyaron el aumento general de salarios, el desprocesamiento de los luchadores sociales y la inmediata libertad de los que se encuentran detenidos, la estatización de las fábricas recuperadas, y la defensa de la más amplia libertad sindical.

La lista de oradores comenzó con la intervención de Eduardo Lucita, perteneciente a Economistas de Izquierda, refiriéndose a la desocupación y demás flagelos que afectan a los trabajadores, afirmó que están provocados por la crisis del capital y que éste: “[...] no la puede resolver y generar empleo al mismo tiempo, que no puede generar empleo y controlar la inflación al mismo tiempo. Para el capital y las patronales la crisis se puede resolver con aumento de la productividad [...] que se consigue echando trabajadores a la calle y bajando los salarios”. Frente a esa lógica, Lucita expresó que existe otra, la de los trabajadores, que dice que para atacar la desocupación se debe trabajar menos y aumentar los salarios. En referencia a si conviene o no luchar por las ocho horas o por las seis, explicó que según los cálculos que han realizado: “con las 8 horas se recuperarían sólo 870 mil puestos de trabajo, pero hay 4,5 millones de trabajadores y trabajadoras desocupados. Vemos que la economía crece, desde hace dos años, a un promedio del 8 por ciento mensual pero la tasa de desocupación no baja del 19 por ciento” y citando una investigación del Instituto de Estudios de la CTA afirmó que “con un crecimiento de la economía del 6 por ciento durante 10 años seguidos, la desocupación sólo se reduciría en un 4 por ciento”. Finalmente, expresó que reduciendo la jornada laboral a 6 horas se conseguirían de 2,5 a 3 millones de puestos de trabajo”.

En la actualidad existe un proyecto de ley en el Congreso Nacional presentado por 16 diputados, que contempla la mayoría de los puntos del Movimiento Nacional por las 6 horas. Sin embargo, como afirmara algún trabajador, en el parlamento actual éste es un proyecto virtual, y sólo una movilización amplia de la clase trabajadora podría cambiar la relación de fuerza para que comience a ser tratado.

Luego fue el turno de Marcelo Ruarte, dirigente de la Cooperativa del Hotel Bauen, que reafirmó la solidaridad de los trabajadores como un eje central y refiriéndose al Hotel Bauen dijo que fue: “cuna de las festicholas de los políticos, dirigentes y empresarios”, y hoy esto ha cambiado, ahora pasan por allí trabajadores y movimientos sociales que se encuentran para organizarse y luchar. Al finalizar su intervención invitó a acompañar a los trabajadores de ese hotel a la Legislatura porteña, el 18 de noviembre, fecha en la que está previsto que se discuta el proyecto de expropiación definitiva del Bauen.

El orador siguiente fue el secretario adjunto de FOETRA–Sindicato Buenos Aires y miembro de la mesa nacional de la CTA, Claudio Marín. El dirigente telefónico manifestó sentirse muy contento de encontrarse con los compañeros presentes que continúan en la lucha y no como otros, que ahora sólo se los ve en los pasillos de los ministerios. A continuación historió la lucha de los telefónicos por la jornada reducida y se refirió a la primer huelga en el gremio en 1919, llevada adelante por las operadoras telefónicas, aun antes de que existiera el sindicato. Luego recordó que en 1972, los trabajadores que cumplían sus tareas en cámaras consiguieron la jornada de 6 horas, asimilable a la de los mineros. Para Marín estos antecedentes son importantes porque : “desde Foetra-Sindicato Buenos Aires estamos discutiendo una legislación que abarque no solamente a las compañeras trabajadoras del gremio, sino también a todas las trabajadoras y trabajadores que realizan tareas en los Call Center, en el sentido de que contemple una jornada no mayor de 6 horas. Por eso estamos coincidiendo con este lanzamiento”. Luego se expresó a favor de la reducción de la edad para jubilarse, ya que no solamente se lograría que trabajadores de 65 años dejen de realizar tareas impropias para su edad, sino que también aumentarían los puestos de trabajo. Pero para que esto pueda suceder, también remarcó que se deben aumentar las jubilaciones y que se deje sin efecto la ley de reducción de aportes patronales. Al finalizar su alocución Claudio Marín anunció para el miércoles 3 de noviembre un paro de 24 horas con movilización, y su continuación durante el jueves y viernes, ad referendun del plenario de delegados. Esta medida de fuerza se llevará a cabo por una aumento general que supere el 25 por ciento otorgado por el gobierno.

Un grupo de organizaciones de trabajadores desocupados, leyeron luego un documento conjunto, firmado por: FTC nacional, MST Teresa Vive, MTL, MTR-CUBA, UTL, MC 29, UTC, MTL la dignidad, Barriadas del Sur, Movimiento 26 de julio, MTD de Claypole. Comenzaron afirmando que nadie más que ellos están interesados en la reducción de la jornada laboral. “Volver al trabajo es la única reivindicación posible para aquellos que no nos resignamos a la indigencia de un plan social”, y subrayaron que: “resistimos los intentos del gobierno de usarnos como carneros para bajar el salario de los trabajadores ocupados”. Luego rechazaron las declaraciones de la Iglesia Católica, en el sentido de que los planes sociales fomentan la vagancia y advirtieron que siguiendo ese camino el gobierno hizo caer ya 400 mil planes Jefas y jefes. Y denunciaron que en una economía que registra el 47 por ciento de trabajadores en negro, se intenta precarizar más aún el trabajo. A la vez existen partidas presupuestarias que quedan sin ejecutarse, mientras en el nuevo presupuesto nacional no se aumentan las destinadas a salud, educación y asistencia social, y sí se aumenta la destinada al pago de la deuda externa en un 45 por ciento. El documento afirma que se asignarán 15 mil millones de pesos del presupuesto al pago de la deuda, es decir 1 peso de cada 5, en el marco de lo que, calificaron como un verdadero genocidio, ya que cada vez mas niños mueren de hambre en un país que produce alimentos para 300 millones de personas, y 3 obreros mueren por día en accidentes de trabajo.

“Levantamos nuestro principal grito de lucha: trabajo, trabajo genuino para millones de trabajadores desocupados, conscientes de que la desocupación es usada para bajar salarios, aumentar la flexibilización laboral [...], desde un comienzo hemos concebido esta lucha, como una única lucha, junto al conjunto de los trabajadores contra los planes de ajuste del gobierno y el FMI. [...] Rechazamos la política del gobierno de Kirchner que mientras niega trabajo, y pretende liquidar los planes sociales arrancados por la lucha, pretende que nos conformemos con algunos microemprendimientos[...]”. Afirmaron a continuación que sobra plata en el país si se utilizan los cuantiosos recursos destinados a pagar la deuda externa a un plan que: “reduzca la jornada laboral a 6 horas, con aumento general de salarios, desarrolle un verdadero plan de obras públicas con construcción masiva de viviendas populares y obras de infraestructura, renacionalice sin pago a las empresas privatizadas bajo control de los trabajadores y usuarios, y expropiando definitivamente las empresas recuperadas se daría un golpe mortal a la desocupación y la pobreza”. El extenso y meduloso documento, se refirió a continuación a las huelgas por aumento de salario que se han desarrollado en el país este año. Al mismo tiempo que los MTD reclaman universalización de los planes sociales y aumento a 350 pesos, afirman que los piqueteros son parte indisoluble de las luchas en curso. Haciendo referencia a las luchas sindicales antiburocráticas, denunciaron también la complicidad del gobierno con las patronales, los partidos del sistema –el PJ, entre ellos- y las burocracias sindicales. También se refirieron a la larga lista de trabajadores y trabajadoras procesados o detenidos, y el avance de la derecha. Finalmente hicieron un llamado a la unidad de todos los trabajadores y reafirmaron su compromiso con el movimiento que nacía esa noche.

En representación de los presos y la Comisión de Familiares de Caleta Olivia, habló el abogado que los defiende, y comenzó leyendo una carta de Hugo Iglesias, representante de FTC nacional y actualmente encarcelado, en la que saludaba al acto. En la misma carta expresó que su compañera Elsa, junto a Marcela y Selva, han iniciado una huelga de hambre para recuperar su libertad. En la carta Iglesias denunció a Acevedo, gobernador de Santa Cruz y hombre de Kirchner, que los persiguió y encarceló luego de que se firmó un acuerdo con las petroleras para dar trabajo genuino a 1500 personas.

“Son 6 compañeros y compañeras que tienen prisión preventiva, 6 que en total tienen 24 hijos” relató el abogado santacruceño. En otra parte de su intervención expresó: “tenemos que decirles a aquellos que ven un rasgo de progresismo en este gobierno, que tiene dos récord: es el que más plata ha pagado al FMI, y el que más compañeros procesó, encarceló y mantiene encarcelados” y realizó un llamado en pro de una campaña nacional por el desprocesamiento de los luchadores sociales y la libertad de los presos. Como parte de esa campaña, anunció que el 9 de noviembre habrá un acto en el Congreso Nacional.

Rogelio De Leonardi, secretario general del sindicato docente de La Rioja, y reciente candidato a secretario general de CTERA, por la lista Violeta-Rosa-Roja, comenzó afirmando que: “es la primera vez que logramos unificar a toda la izquierda revolucionaria para combatir a la burocracia”. A continuación añadió algunos datos importantes que se sumaron a otros ya expresados por los anteriores oradores. Dijo De Leonardi: “la tasa de pobreza en la Argentina es del 47,8 por ciento de la población, de ella el 20,5 vive en la indigencia, esto significa que 18 millones de argentinos están por debajo de la línea de pobreza y casi 8 millones son indigentes. En lo referente a la salud, el 48,1 por ciento de 1 a 14 años no tienen cobertura médica. Es decir que 1.700.000 niños están a expensas de las enfermedades. En educación el 67,5 por ciento de los adolescentes no han completado el secundario.” Refiriéndose al costo laboral afirmó que el gobierno oculta que: “vendemos al extranjero productos con cada vez menos costo salarial [...] en cada mercancía el valor de la mano de obra es el 50 por ciento menos que en 2001”. Con estos datos en la mano proclamó su adhesión al movimiento que nacía.

Como no se encontraba en Buenos Aires, la diputada Nacional de Izquierda Unida, Patricia Walsh, envió una carta mediante la cual se pronunció a favor de la jornada legal de 6 horas y por el desprocesamiento de los luchadores sociales. En ese sentido se refirió al proyecto presentado junto a 30 legisladores nacionales para que se dejen sin efecto todas las causas abiertas contra los trabajadores y trabajadoras procesados y encarcelados.

En representación de los mineros de Río Turbio, hablaron Raúl Wanzo y su compañero Julian. Wanzo comenzó recordando el accidente que hace cuatro meses y medio costó la vida de 14 obreros. En su intervención, el dirigente minero historió los 8 años de gestión privada de la mina, durante los cuales no se realizaron las tareas necesarias de mantenimiento y como consecuencia se desembocó en la tragedia. La gestión privada a cargo del Sindicato de Luz y Fuerza, con el gerenciamiento de Taselli, contó con el aval de los presidentes Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde, el gobierno de la provincia de Santa Cruz de Néstor Kirchner y las intendencias de los municipios de Río Turbio y 27 de Noviembre. Durante los dos últimos años de gestión estatal, tampoco se hizo nada para mejorar las condiciones de seguridad y de trabajo en la mina. Wanzo también responsabilizó a los distintos organismos de control estatales y privados que nunca denunciaron las evidentes deficiencias; para terminar denunciando a la complicidad de la lista Verde de ATE, “que siempre bancó a Taselli”. Luego de afirmar que el gobierno de Kirchner está realizando algunas de las inversiones largamente postergadas, con la política de presentar como propias las iniciativas de los trabajadores, el dirigente afirmó: “para nosotros la lucha por las 6 horas y el aumento de salarios, es también una lucha por la seguridad en los lugares de trabajo, por la recuperación de nuestro tiempo de descanso, para que los desocupados tengan un lugar donde trabajar, sin tener que recurrir al plan o la bolsa de comida, que es una verdadera ofensa a los trabajadores[...]”. Para hacer realidad estas reivindicaciones afirmó que existen tres premisas: “hay que organizarse detrás de objetivos claros, trabajar respetando todas las posiciones y unirse”.

Mientras la tribuna coreaba: “motoqueros carajo”, un joven trabajador del Sindicato Independientes de Mensajeros y Cadetes (SIMECA), afirmó: “somos ese 50 por ciento de los trabajadores que están en negro, mientras el Estado sigue haciendo la vista gorda, nosotros no conocemos la jornada laboral, ni siquiera de 8 horas, ni de salario, jubilación, obra social, aporte. Sólo conocemos de pasar hambre y frío o terminar hechos mierda en una esquina contra un auto por apuro del patrón”. Para poder revertir esta situación crearon el sindicato, pero como consecuencia de sus luchas tienen 4 trabajadores procesados. Todo esto llevó al trabajador a pronunciarse por las jornada de las 6 horas y adherir a todas las consignas con las que se convocó al acto.

Desde Neuquén a la Federación de Box, viajaron los obreros ceramistas de Zanón. Una nutrida delegación subió al palco y su dirigente Raúl Godoy afirmó que este viaje: “fue votado por unanimidad en una asamblea de trabajadores de Zanón”. Refiriéndose a las luchas de los últimos años y al papel de los movimientos de desocupados, afirmó que en el caso de los trabajadores ocupados: “ no es que no teníamos voluntad de lucha, es que teníamos y muchos tienen todavía encima una bota que es la burocracia sindical”, por eso la lucha de los trabajadores del subte por las 6 horas, fue ejemplificadora, porque fueron no sólo contra la patronal sino también contra la burocracia.

En su intervención Godoy, además de reafirmar el compromiso de los ceramistas neuquinos con las consignas convocantes, se mostró a favor de comenzar a dar forma a un centro coordinador con las distintas seccionales, cuerpos de delegados antiburocráticos, con las fábricas recuperadas, para comenzar a trabajar por una alternativa de los trabajadores. El dirigente fue enfático al afirmar que se debe pelear por el mandato por asamblea. En el final anunció que a partir del 8 de noviembre los obreros y obreras de Zanón van a instalar una carpa en Plaza de Mayo para exigir la ley definitiva de expropiación de las empresas recuperadas. Y terminó afirmando que para lograr todos estos objetivos: “debemos ser amplios, muy amplios, [...]pero sabemos que los trabajadores ponemos el cuero y debemos poner el programa”.

Marina Alonzo, del secretariado de SUTEBA de General Sarmiento arrancó afirmando: “las mujeres trabajadoras también decimos presente en este encuentro”. En otro momento de su intervención la docente expresó: “Nos resistimos a tener un país con millones de desocupados y millones que trabajen 12 o 14 horas por salarios de hambre. Nos negamos a aceptar estas condiciones que impone el gobierno, les decimos a todo el país que los trabajadores tenemos otra alternativa: reducción de la jornada laboral con aumento de salario para trabajar menos, ganar más y que todos tengamos trabajo”. Al mismo tiempo que reivindicaba que “un nuevo movimiento obrero se forja en unidad y luchando contra este gobierno” denunció la política del poder que encarcela a los trabajadores, a la iglesia con su política de acabar con los planes y al “submundo de microemprendimientos que quiere inventar Kirchner”. Ante esas opciones dijo que “este movimiento nos puede permitir lograr el respeto de miles de trabajadores y ser un motor para conseguir destrabar todas las demás peleas”. Frente a aquellos que niegan lo oportuno de impulsar un movimiento como el que nacía esa noche expresó: “Muchos compañeros se preguntan por qué ahora la campaña por la reducción de la jornada laboral y aumento de salarios. ¿Por qué no mañana? Si no nos jugamos en la pelea contra la burocracia, como el Pollo en los ferroviarios, la pelea contra la burocracia en la carne, encabezada por Ecocarnes, si no nos jugamos en la pelea por la libertad de los compañeros de Caleta Olivia, si no nos jugamos a defender los planes que quiere sacar el gobierno. ¿por qué no mañana? Porque mañana, si no iniciamos la unidad hoy, mañana va a ser más de lo mismo”.

Rubén Pollo Sobrero, secretario general de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria, comenzó refiriéndose a la campaña electoral y calificándola como casi histórica en su lucha contra la burocracia encabezada por el secretario general de la UF, Pedraza y expresó: “La base le dijo bien claro ‘hay dos listas o no hay elecciones’. Y lo ganamos en nuestro campo, en las vías compañeros.”

A continuación dio cuenta de todas las presiones de las que fueron víctimas los trabajadores como aprietes, secuestros, presiones de grupos armados en el sindicato, y la negativa a reconocer a la Bordó en Mar del Plata y el Roca. Afirmó que el 3 de noviembre “vamos a tratar de recuperar varias seccionales, y el día 10 vamos a mostrar el avance de la conciencia de los trabajadores ferroviarios porque vamos a recuperar varias comisiones de reclamo que hasta ahora estaban en manos de la burocracia, y a partir del 10 van a ser comisiones de reclamo de clase”. Y cerró su intervención reafirmando el compromiso de los trabajadores ferroviarios que representa, con la lucha por las 6 horas y los puntos enunciados en la convocatoria.

Mientras un “¡Ole ole, olé olaa. Como en el subte hay que luchar, por las 6 horas de jornada laboral!” atronaba la Federación de Box, comenzaron a subir al escenario los delegados de Subterráneos de Buenos Aires: Delegados de las líneas A, B, C, D y E se fueron ubicando uno al lado de otro, mientras su compañero que oficiaba de locutor los presentó uno a uno. Luego tomó la palabra para cerrar el encuentro el delegado de la línea E, Roberto Pianelli, en medio de una gran ovación.

Después de manifestar su alegría por compartir este acto con los presentes dijo: “Nosotros hoy tenemos las 6 horas, y las tuvimos muchas veces y a veces las perdimos”. Y continuó explicando que el mensaje que echaron a rodar, luego de su último triunfo, en los distintos encuentros por la jornada de 6 horas, “parecía medio raro, convocando desde el subte a otros trabajadores y otras organizaciones, con una propuesta que hasta sonaba alocada. Bueno, hoy tiene su presentación acá. [...], queremos llevarla hasta el último rincón del país. Porque creemos que el problema más grande que tenemos los trabajadores es el flagelo de la desocupación. Y creemos que esa unidad tenemos que sellarla a fuego, la unidad entre los trabajadores ocupados y desocupados para dar, una nueva pelea con nueva manera, no corporativa”.

Refiriéndose a la superexplotación de los ocupados, la flexibilización que padecen y la inseguridad laboral propuso enfrentarlas con un nuevo movimiento de la clase trabajadora, “tenemos que retomar las viejas banderas con que se fundó el movimiento obrero. Y hoy empezamos a ver activistas obreros, militantes, trabajadores que salen a defenderse [...]. Tenemos que empezar a romper el chaleco del corporativismo, de solamente mirarnos a nosotros y llegar a una pelea de conjunto; la pelea por la reducción de la jornada laboral, contra las leyes esclavistas, por una sociedad distinta. Esa pelea es la que va a romper, definitivamente esa barrera ficticia que han querido crear entre los trabajadores ocupados y desocupados. [...] Es una batalla por lograr la unidad y es una batalla que nosotros la dimos durante 10 años en el subte”.

En otro pasaje de su discurso agregó: “debemos recuperar las consignas que a lo largo de varios años tuvo el movimiento obrero. Esas consignas que incluían en los 1º de Mayo la reducción de la jornada a 8 horas, cuando se trabajaba en jornadas extenuantes y que también en ese momento dijeron que eran utópicas. Hoy nos planteamos hacer lo mismo, no queremos más 1º de Mayo como día de fiesta, lo queremos recuperar para la dignidad obrera, queremos que los 1º de Mayo sean días de lucha, que podamos festejar el derecho a trabajar, el derecho a poder estar con nuestra familia, y no embrutecernos. Ese es el derecho que levanta cualquier trabajador que no le gusta ser explotado y estar 12 ó 14 horas detrás de la máquina. Esas son las banderas que queremos levantar”.

Advirtió que ante los primeros pasos de unidad de los trabajadores se produjo la reunificación de la burocracia. Finalmente también expresó que: “no estamos solos porque enfrentamos al mismo enemigo que son las patronales, que son los capitalistas, que no solamente los enfrentamos en la Argentina, que también se loe enfrenta en Alemania cuando quieren poner jornadas extenuantes, en Corea, en Francia”. Y concluyó convocando a un gran encuentro juvenil, porque son ellos los que tienen el futuro hipotecado. Y llegar con esta campaña a todos los sectores de la sociedad.

“Compañeros, desde ya les queremos agradecer la presencia de todos. Viva la lucha de la clase obrera!”

¡Viva!, respondieron todos las tribunas.



Beatriz Blanco

(Agencia Rodolfo Walsh)

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No viene al caso
Por un trabajador mas - Friday, Nov. 05, 2004 at 4:03 PM

Compañeros del PO miren que son retorcidos para malinterpretar lo que plantean los compañeros del Movimiento Por las 6 horas. Lo tergiversan y hacen decir lo que ustedes quieren. ¿Se puede ser tan sectario y cerrado? ¿No ver mas alla de la ANT, de cuyos encuentros e participado? "El capital" y su gobierno K nos siguen Kagando porque todas las miserias nuestras le facilitan la tarea. Frtaternalmente

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No viene al caso
Por un trabajador mas - Friday, Nov. 05, 2004 at 4:03 PM

Compañeros del PO miren que son retorcidos para malinterpretar lo que plantean los compañeros del Movimiento Por las 6 horas. Lo tergiversan y hacen decir lo que ustedes quieren. ¿Se puede ser tan sectario y cerrado? ¿No ver mas alla de la ANT, de cuyos encuentros e participado? "El capital" y su gobierno K nos siguen Kagando porque todas las miserias nuestras le facilitan la tarea. Frtaternalmente

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la verdadera cara del PO
Por anti-partidos - Friday, Nov. 05, 2004 at 10:48 PM

Me parece que ya el PO mostro realmente su verdadera cara, la de un partido tan sectario que al fin por un pelotudo. Para el, no decir en todas palabras "no estamos con Kirchner" o "K caca" ES estar con el o hacer su juego. Que pelotudeces !!! No lo puedo creer. Habitualmente, usan palabras o dialecticas mas escondida para plantear sus boludezes pero ya alcanzaron un nivel tan bajo que estan ridiculos.
Encima, que dejan los "verdaderos" trabajadores decidir lo que les parece bueno para ellos (y no para el PO) y que se quedan ENTRE ELLOS en SU ANT sin dar lecciones revolucionarias.

Pero en fin no les importa conseguir 66 votos como sus pares en uruguay, su objetivo es destruir antes que toma amplio cada construccion autonoma de la clase obrera.

Ciao

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contra la vanguardia autoproclamada
Por yo - Friday, Nov. 05, 2004 at 10:59 PM

"cuyo punto de encuentro es destruir el agrupamiento reivindicativo y político contenido en la Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT)."

Ah aca estamos, el PO se cree el unico a poder organizar los trabajadores. Todos los que no estan de acuerdo con su sectarismo son sus enemigos y tiene como unico objetivo destruir su resultado mayor : la ANT.

En 1917 en Rusia, cuando los obreros se habian organizados solos en soviets, el partido bolchevique tomo el poder sobre ellos, cuando los obreros no estaban de acuerdo con una decision de Moscu fueron acusados de contra revolucionarios.

La historia se repite y se repiteria con esos partidos.




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