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imágenes de la contracultura
Por ciclo de cine :: ron mann -
Friday, Nov. 19, 2004 at 5:23 PM
ciclo de cine sobre el fundamental documentalista de la contracultura norteamericana
¿quién es ron mann?
Por fwd: el amante -
Friday, Nov. 19, 2004 at 5:26 PM
Con su documental acerca de la penalización del consumo de marihuana en EE.UU., el canadiense es uno de los pocos cineastas que creen que pueden cambiar el mundo.
Transparente y simpático, Ron Mann es todo un personaje. A los 41 años se define como el abuelo del cine independiente canadiense. Allí formó parte de un grupo que se conoció como la Nueva Ola de Ontario y luego produjo los primeros films de directores como Atom Egoyan, Patricia Rozema y Don MacKellar. Pero aunque nació y vive en Toronto, la producción de Mann se orienta a temas vinculados con la historia cultural de Estados Unidos ("Hice un par de películas sobre cuestiones canadienses, pero solo porque me sentía culpable"). A los 21 dirigió su primera película, pero antes estudió filosofía política por consejo de Elia Kazan, que le dijo que para hacer cine había que estudiar cualquier cosa menos cine. En los ochenta empezó a filmar bajo la influencia de Emile de Antonio, cineasta militante americano, muerto en 1999, que "me enseñó a beber y a jugar. Era un marxista que invertía en la Bolsa". Luego vivió en Los Angeles donde inició una carrera convencional de guionista con su compatriota Ivan Reitman. "Allí aprendí que en Hollywood son disciplinados y trabajadores y que nadie quiere hacer malas películas. Pero también me di cuenta de que si seguía iba a perder mi voz, mi identidad." Así que volvió a los documentales, intentando básicamente homenajear a sus héroes culturales. "Me ocupé mucho de gente de los tempranos sesenta, artistas visionarios en una época en la que hubo una fertilización cruzada entre las artes. Empecé en los ochenta, justo cuando en la era Reagan y luego en la de Bush y Clinton empezaron a descalificar esa época reduciéndola a sexo, drogas y rock and roll. Hice un film sobre Cecil Taylor, otro sobre los poetas beat (Poetry in Motion), también sobre John Cage y Robert Crumb. Incluso una película que se llama Twist, que es una especie de versión documental de Hairspray." Mann fue el primer cineasta en digitalizar una película, lo que lo convirtió durante algunos años en una especie de gurú mediático.
Grass es distinta de sus películas anteriores. "Un día estábamos fumados con un editor amigo y nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo ilegal. Hay 16 millones de fumadores de marihuana en Estados Unidos. Y, al mismo tiempo, el año pasado hubo 600.000 arrestos por posesión. Se gastan más de 5.000 millones de dólares anuales dedicados a reprimir la marihuana, una demonizacion que arrancó hace cien años y que vulnera las libertades civiles. Las cosas están cada vez peor y asistimos a un retorno al calvinismo. Así que me pareció necesario hacer la película."
Mann sigue creyendo que el cine puede cambiar el mundo, o al menos ser un instrumento para la conciencia y el progreso, aunque no a la manera sesentista. "En los sesenta se equivocaron en la defensa de la cultura alternativa. Decían que todo el mundo tenía que fumar marihuana, que era buena para la salud y mucho menos perjudicial que el alcohol. Hoy se trata de defender las libertades y de reunir esa cultura contestataria que sigue existiendo, que me encuentro en todas partes, pero que está dispersa y no tiene una expresión en los medios masivos."
El próximo paso de Mann es asistir al estreno de treinta copias de Grass en Estados Unidos y Canadá, un medio donde pocos documentalistas logran exhibir en los cines (Michel Moore, Erroll Morris, Barbara Kopple, entre los elegidos). Antes, el film pasó por varios festivales (Toronto y Berlín entre ellos) y consiguió distribución en buena parte del mundo. La película puede ser un éxito y fue festejada por audiencias muy diversas. Pero lo que más le divirtió a Mann fue que en todas partes la comunión con los espectadores terminó en una invitación a fumar marihuana juntos. Buenos Aires no fue una excepción, pero Mann tiene una queja. "La marihuana de aquí no parece de muy buena calidad. Me dio dolor de cabeza."
Por Quintín
Publicado el 10/05/2000
registrar la contracultura
Por mann -
Friday, Nov. 19, 2004 at 5:33 PM
"... si no registramos la cultura alternativa, es como si no existiera. Es algo importante, porque si no, no sabríamos lo que somos. Políticamente, al menos sólo para que las generaciones futuras sepan que hubo una resistencia a la cultura hegemónica, que el mainstream no es todo lo que hay."