Julio López
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De genero y de clase
Por EN LA CALLE - Saturday, Nov. 20, 2004 at 12:40 PM
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Las perspectivas y proyección de la lucha de las mujeres. DE GENERO Y DE CLASE. El 9, 10 y 11 de octubre se realizó en Mendoza el Encuentro Nacional de Mujeres...

Las perspectivas y proyección de la lucha de las mujeres.
DE GENERO Y DE CLASE.
El 9, 10 y 11 de octubre se realizó en Mendoza el Encuentro Nacional de Mujeres. Los encuentros se hacen desde 1985, cada año en una ciudad distinta y convocando a números crecientes de mujeres. Las discusiones e intercambios tienen lugar en talleres, cada uno con un eje temático propio, que se caracterizan por su horizontalidad participativa: cualquiera, todas, podemos ir a los encuentros y hablar, no hay "palabras de expertas". Se escriben las conclusiones a las que se llega en cada taller, que son leídas el último día en un acto público y que luego se imprimen en memorias.
Si bien los encuentros no son resolutivos, porque no se fijan prioridades de trabajo ni acciones comunes por parte de las mujeres y organizaciones que participan, no dejan de tener un alto contenido político. Sus conclusiones reflejan los intereses, compromisos, pensamientos, situaciones locales, posiciones políticas y disposiciones a actuar de miles de mujeres de todo el país y provenientes de los más diversos espacios sociales.
Durante años, la iglesia y los partidos de la burguesía han intentado cooptarlos, domesticarlos, vaciarlos. Mendoza no fue la excepción. El despliegue de violencia que hizo la iglesia católica, muy fuerte en la provincia, fue algo que nunca habíamos visto. Ya es habitual que grupos de católicas, en general organizadas por la jerarquía de la iglesia, intenten boicotear talleres relacionados con nuestro derecho a nuestros propios cuerpos. Así, aparecen en los talleres de lesbianas, de sexualidad, de anticoncepción, de familia y, sobre todo, de aborto. Los talleres de aborto se han convertido en disputas a los gritos entre las católicas y quienes defendemos el derecho de cada mujer a decidir si quiere tener hijos, cuántos, cuándo y con quién, y a no tenerlos si no quiere y poder interrumpir un embarazo no deseado en condiciones que no pongan en riesgo su vida. Al llegar a Mendoza la ciudad nos recibió cubierta de afiches de la iglesia contra el aborto. Algunas de las escuelas en las que se hacían talleres aparecieron cubiertas de pintadas, en algunos casos dentro de las escuelas, que mostraban claramente el pensamiento reaccionario de sus autores: "no al aborto", "no al lesbianismo", "no al travestismo", "no a la ligadura de trompas", "autoconvocadas=asesinas" (autoconvocadas se refiere a quienes participamos de los encuentros), "no al zurdaje", "no a la Plaza de Mayo". Lo nuevo fue el nivel de violencia física: hubo compañeras golpeadas por mujeres y hombres de la iglesia; hombres católicos pretendieron ingresar a la fuerza a una de las escuelas donde se hacían la mayoría de los talleres sobre anticoncepción y aborto; una guardia de 300 hombres custodiaba una de las iglesias más grandes de la ciudad para evitar que la escracháramos durante la marcha de cierre; durante el acto de lectura de conclusiones fuimos rodeadas por decenas de católicos que tenían piedras; el sábado una bomba destruyó las instalaciones del estadio donde se iba a hacer la peña; un ómnibus de mujeres de la CTA recibió una molotov y varios aparecieron con pintadas. La iglesia no salió todavía de la Edad Media y pretende seguir imponiéndonos su poder y su violencia para controlar nuestros cuerpos y nuestras vidas. Pero a pesar de todo, las mujeres resistimos, luchamos y, una vez más, hicimos nuestro encuentro. No se puede dejar de mencionar la responsabilidad que le cabe al PCR, que detenta una cierta hegemonía dentro de la organización de los encuentros, ya que todos los años hace enormes esfuerzos para evitar la confrontación directa con la iglesia, llegando incluso a permitir, como este año, la participación de mujeres de la iglesia en la comisión organizadora.
Los partidos de la burguesía y el gobierno también tienen su cuota de incidencia. Hubo una gran participación de mujeres de organizaciones alineadas dentro de la "transversalidad" kirchnerista, como Barrios de Pie, Red de Mujeres Solidarias y la Federación Tierra y Vivienda. Los documentos previos al encuentro con los que estas organizaciones convocaban eran sólo propaganda oficial, pretendiendo que desde que asumió Kirchner todo cambió y que no debían plantearse cuestionamientos a la gestión del gobierno. Por supuesto, estas organizaciones recibieron un amplio apoyo desde el gobierno para participar, fundamentalmente haciéndose cargo del transporte de miles de mujeres. Ese apoyo le fue quitado a otras organizaciones: toda la ANT recibió sólo ocho pasajes para viajar, mujeres de gremios disidentes dentro de la CTA vieron sus ómnibus cancelarse a último momento y otro tanto ocurrió con algunas que habían confiado en el gobierno de Aníbal Ibarra en la Ciudad de Buenos Aires para viajar (sus ómnibus fueron cancelados la noche anterior).
Los partidos de la izquierda han aumentado su participación real, con militantes y no sólo con dirigencia como antes, principalmente aquellos más vinculados a organizaciones territoriales y/o de desocupadas o a organizaciones que focalizan las problemáticas de género. La participación de las mujeres de organizaciones populares y de jóvenes (tanto de estas organizaciones como de agrupaciones de estudiantes universitarias) ha aumentado mucho en los últimos años, trayendo aires nuevos que eran ya absolutamente indispensables para revivir a un encuentro que en parte se había estancado en lo que hace a los temas y posiciones políticas de debate, porque estaba dominado por sectores aburguesados, funcionarias, académicas, feministas de elite y no del feminismo real y vivo, mujeres de ONG’s amables con los gobiernos y organismos internacionales que financian sus proyectos. La masiva incorporación de mujeres que participan activamente en las luchas populares introdujo temas nuevos para los talleres y energías renovadas pero ha acelerado también un conflicto que antes o después tenía que presentarse. Históricamente, los encuentros fueron pensados para funcionar como gigantescos talleres de reflexión, donde cada una participaba a título individual y se hablaba desde la vivencia, proveyendo un espacio donde muchas mujeres tenían por primera vez la oportunidad de encontrarse con otras a hablar de sus necesidades, problemas y expectativas. Por eso no se vota ni se llega a agendas de acción, sino sólo a conclusiones sobre cada tema. Si bien esto fue muy valioso cuando los encuentros se iniciaron, hace 19 años, cuando el nivel de organización de las mujeres era muy bajo, cuando realmente muchísimas nunca habían podido hablar libremente como mujeres con otras mujeres, paulatinamente y en parte como resultado también de la permanencia y crecimiento de los propios encuentros, esa estructura de funcionamiento y esos objetivos ya no son suficientes ni válidos para muchas de las que participamos en ellos. Muchas pensamos que el enorme esfuerzo de movilización que implica cada encuentro tiene que plasmarse en algo más que debates muchas veces testimoniales. Entre quienes estamos dentro de alguna forma de organización, sean colectivos feministas o grandes organizaciones de desocupadas, se extiende cada vez más la convicción de que sería muy importante, tanto para las luchas de género como para las de clase, darle un contenido más resolutivo al encuentro, generando planes de lucha en los que se comprometan organizaciones y mujeres de todo el país. Sin embargo, todavía hay miles de mujeres para quienes los talleres de los encuentros son un descubrimiento, la primera oportunidad de hablar y reflexionar desde la opresión de género. Para no perder ese espacio necesario para tantas pero haciendo también lugar a las demandas de las mujeres que ponen energías en sostener las peleas de género dentro de sus propias organizaciones y que se plantean una lucha de largo alcance, quizás una alternativa sería desdoblar ciertos talleres, como pasó con el de lesbianas este año: hubo un taller de experiencias personales, testimonial, y otro de las activistas.
Este conflicto que ahora surge con fuerza en los encuentros es resultado también de que en su inicio fueron pensados exclusivamente desde la perspectiva de género, pero excluyendo la perspectiva de clase. La incorporación de enormes cantidades de mujeres activas participantes en las numerosas organizaciones populares que siguen resistiendo y luchando por el cambio social, ha hecho emerger ese conflicto que venía creciendo lentamente. Así, este año hubo muchas conclusiones de talleres donde no sólo se cuestionó al patriarcado sino también al capitalismo, donde se acusó a las multinacionales, donde los temas de vivienda, salud, hábitat y educación mostraron claramente la perspectiva de clase, conclusiones de decenas de talleres de diversos temas donde además se reclamó el derecho al aborto y la libertad de todas las presas y presos políticas, las presas de un gobierno que dice que no reprime pero tiene el "récord" de presas políticas en democracia.
El año que viene el encuentro se hace en Mar del Plata. La iglesia no tiene tanta fuerza ahí como en Mendoza, pero el aparato de los partidos de la burguesía es muy fuerte en la ciudad. Una ciudad feliz donde los índices de pobreza son escalofriantes, donde la mafia policial y el poder político se hacen llamar "el loco de la ruta" para encubrir los asesinatos impunes de decenas de mujeres, la mayoría jóvenes en prostitución. Ahí estaremos, dando la pelea, encontrándonos, creando, intercambiando, aprendiendo, escuchándonos, organizándonos, resistiendo, porque no puede haber liberación de la clase si no es de toda la clase.

Periodico anarquista EN LA CALLE.

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