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RETROSPECTIVA: DE LAS OBRAS DEL TAWANTINSUYU (1532/33) A LAS OBRAS DE LEÓN FERRARI (2004)
Por ASUNCION ONTIVEROS YULQUILA - Wednesday, Dec. 15, 2004 at 6:58 PM
yulquila49@yahoo.com.ar 0388 - 425 - 3433 Av. Remedios de Escalada Nº 425; Bº 25 de Mauyo; (4612) Palpala; JUJUY

El 17 de agosto de 1529, en España, se firma la "Capitulación de Toledo", que "legalizaba" la invasión del Tawantinsuyu. En 1533 las obras de arte labradas en oro y plata, "ligolitizadas" viajaban a la España inquisitorial. El diciembre de 2004, la estructura inquisitorial vigente destruye la obra del artista LEÓN FERRARI, relacionada a los "500 años de la colonización de América". Este ensayo permite poner en evidencia la telaraña del sistema inquisitorial, que afecta a la humanidad de todo un Continente e Islas.

RETROSPECTIVA: DE LAS OBRAS DE ARTE DEL TAWANTISUYU (1532/33) HASTA LAS OBRAS DE LEON FERRARI (2004)

TESTIMONIOS SOBRE EL ACCIONAR DE L INQUISICIÓN

Por: Asunción Ontiveros Yulquila, kolla, Jujuy, Argentina.
Yulquila49@yahoo.com.ar - rumihuma@yahoo.com.ar

UNO: “La Santa Inquisición” es una institución que tiene sus orígenes en los albores del cristianismo, y cobra institucionalidad pública internacional, a través del papado de Roma, en los primeros siglos del primer milenio cristiano europeo, y, perdura en España y sus dominios coloniales hasta 1834. Las sagradas escrituras, los decretos papales incorporados a los concilios de Letrán (1215), de León (1274), de Viena (1311), los comentarios de Santo Tomás de Aquino a los Decretales, las leyes sobre salvaguardia promulgadas por el emperador Marciano, así como el edicto de los emperadores romanos Justiniano y Honorio. La tortura, la intolerancia, el monopolio de la “verdad” dogmática, la destrucción de viviendas, las confiscaciones, los quemaderos, fueron y son tecnologías festivas indispensables para la “la implantación de la fe y de la salvación de las almas”.

DOS: El 17 de agosto de 1529, se suscribe en Toledo, España, “La Capitulación de Toledo”, entre la emperatriz Isabel (esposa de Carlos V) y Francisco Pizarro, en la que se fijaban las cláusulas de la invasión del Perú, el Estado Confederado del Tawantinsuyu, “para continuar con sus descubrimientos, conquistas y población del Perú”. Era un documento que tiene sus orígenes en la Edad Media española, y que, tenía como finalidad el derecho prescriptivo a una recompensa para el invasor conquistador que a su propia costa servía a la Corona. Se otorgaba la exclusividad de la empresa invasora a la Compañía de Francisco Pizarro, Diego de Almagro y del fraile dominico Hernando de Luque. La Corona española asumía el compromiso de apoyar en la adquisición de armas de fuego e insumos para su uso y caballos. Francisco Pizarro recibe los títulos de Gobernador y Justicia, Capitán General, Adelantado y Alguacil Mayor, un salario de mil (1.000) ducados al año de por vida, de las rentas que produjese su gobernación, y la tenencia de las fortalezas del Perú. Se respetaban a los tres socios de la Compañía sus encomiendas de indios y propiedades en Tierra Firme (Panamá).

TRES: El 16 de noviembre de 1532, Francisco Pizarro y el fraile dominico Vicente Valverde (reemplazante de Hernando de Luque), 177 soldados alienados al hegemónico dogma inquisitorial, más esclavos africanos e indios de Guatemala, Nicaragua y Panamá, caballos, cañones y perros son recepcionados por el Han Inka Atawallpa, en la plaza de Cajamarca. Estaba previsto compartir una comida elaborada por los invasores, con carne de llama que había sido provista al séquito del genocida Francisco Pizarro, por orden de Atawallpa, siguiendo los acuerdos celebrados en días previos entre las embajadas de Atawallpa y de Pizarro.

En la plaza del palacio gubernamental de Atawallpa, en forma sigilosa y sorpresiva se produce el secuestro del Hanan Inka. La capitulación, el secuestro, la extorsión y el cobro del rescate eran prácticas que acostumbraban aplicar los castellanos en la guerra de “reconquista” contra los moros. El secuestro de un gobernador “gentil”, que era considerado enemigo por la potencia inquisitorial española rendía frutos en los territorios de las jurisdicciones actuales de Cuba, México, Guatemala y Panamá.

CUATRO: El sofisticado sistema cultural, social, económico, político e ideológico del Tawantinsuyu, con el secuestro punitivo del Hanan Inka Atawallpa, permite a los invasores y genocidas capitaneados por Francisco Pizarro y el fraile dominico Vicente Valberde poner en vilo a toda la sociedad andina. La zozobra se apodera de todo el sistema gubernamental andino. Toda la población del Tawantinsuyu debía colaborar para que los secuestradores dejaran en libertad, sano y salvo, al Hanan Inka.

Los secuestradores exigen como forma de pago para el rescate, piezas labradas de oro y de plata. Desde los cuatro suyus (regiones), Antisuyu, Kuntisuyu, Chinchaysuyu y Kullasuyu, las gobernaciones duales organizan el recojo y el transporte de las obras de arte hacia el Cajamarca. En febrero de 1533, el Urin Inka Waskar transportaba desde el Cuscu hacia Cajamarca centenares de piezas labradas de oro y de plata, obedeciendo a la situación planteada por el secuestro de su hermano, el Hanan Inka Atawallpa.
Waskar, es secuestrado y asesinado por los invasores genocidas antes de que arribara a Cajamarca. El Urin Inka Waskar, haciendo un paralelo con la actualidad argentina en materia de secuestros, cumplía estrictamente las exigencias e indicaciones de los delincuentes secuestradores, de la misma forma que los haría un familiar directo de un secuestrado en Buenos Aires; por ejemplo, el ingeniero Juan Carlos Blumberg, quien obedecía a los delincuentes, al margen del sistema de seguridad del Estado, para intentar rescatar con vida a su hijo, lamentablemente asesinado.

CINCO: La historia oficial inquisidora, producida por los “cronistas” de “descubrimientos y conquistas”, instala o “naturaliza” durante el periodo colonial y actual, la “historia” ficción de que “el bastardo Wtawallpa arrojó la biblia al suelo”; que “Atawallpa estaba en guerra con su hermano Waskar”; que “murieron miles de indios alrededor de la litera de Atawallpa”; que “el imperio incaico estaba dividido por la guerra civil entre hermanos”. ¿Quién o quienes escribían las crónicas oficiales entre 1532 y 1600? Escribían los doctores y los licenciados que eran formados y funcionarios plenos del poderoso y genocida sistema inquisitorial, que estaba en guerra permanente contra los moros, judíos y gentiles. Los gobernantes y la población del Tawantinsuyu eran considerados “gentiles y bárbaros” por las categorizaciones de “santa inquisición romana y española”. No había libertad de pensamiento, ni derecho a la diversidad ni a la disidencia, tampoco libertad de escritura ni de imprenta. Prevalecía la realidad que imponía la inquisición, que era una picadora de carne humana y una hoguera permanente para todo opositor que negase la existencia del dios a imagen y semejanza de un Jesús de pelo largo y rubio, y de ojos azules.

SEIS: Los gobernantes y la población del Tawantinsuyu cumplieron con creces las demandas delincuenciales de Francisco Pizarro y del fraile dominico Vicente Valverde. Las mejores obras de arte de oro y de plata, desde la actual provincia de Mendoza, Argentina, hasta desde el suroeste andino de la actual Colombia, circularon hacia Cajamarca. Francisco Pizarro, personalmente, vigilaba al secuestrado Hanan Inka Atawallpa, quien desde su cautiverio era obligado a dar instrucciones precisas (y controladas por los intérpretes Martinillo y Filipillo) a los administradores de los cuatro suyus. Había que saciar de oro y de plata a los invasores genocidas. En abril de 1533, cuando el flujo de obras de metales preciosos estaban por completar los depósitos pactados, arriba a Cajamarca Diego de Almagro desde Panamá, provisto de soldados hispanos, esclavos indios, caballos, arcabuces, cañones y ballestas.

SIETE: Por detrás de Diego de Almagro llegaban más invasores, armas de fuego y el “Requerimiento” para la dominación del Tawantinsuyu:

“De parte del Emperador y Rey don Carlos y de doña Juana su madre, Reyes de Castilla de León, de Aragón, de Galicia, de Mallorca, etc. ... Domadores de gentes bárbaras. (...) Sus criados notificamos y hacemos saber como mejor podemos, que Dios nuestro Señor uno y eterno, creó el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien vosotros y nosotros todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, (...). De todas estas gentes Dios nuestro señor dio cargo a uno, que fue llamado San Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quienes todos obediciesen (...) y dióle todo el mundo por su reino y jurisdicción, y como quiere que el mandó poner su silla en Roma como en el jugar más aparejado para regir el mundo, más también le permitió que pudiese echar su silla en cualquier otra parte del mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes Cristianos, Moros y Gentiles, o de cualquiera otra fe o creencia que fueren, a este llamaron Papa, porque quiere decir admirable, mayor padre, o gobernador de todos los hombres. (...).

Por ende como mejor podemos os rogamos y requerimos que entendaís bien esto que os hemos dicho, (...) y reconozcaís a la Iglesia por señora y superiora del nuevo mundo y al sumo Pontífice, llamado Papa, en su nombre, y al Emperador y Reyna doña Juana nuestros señores en su lugar como a superiores y señores y Reyes de estas islas y tierra firme, (...).

Y si no hiciereis en ello maliciosamente dilación pusiereis; certificamos que con la ayuda de Dios nosotros entraremos poderosos contra vosotros, y a vosotros haremos la guerra por todas las partes que pudiéramos, y vosotros sujetaremos vuestras personas y vuestras mujeres e hijos, y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y a vosotros tomaremos vuestros bienes, y a vosotros haremos todos los males que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resiste y contradice y protestamos que las muertes y daños que de ellos se hicieren sea a vuestra culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen, y de cómo lo decimos y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo de por testimonio signado. (...). Esta se despachó para el Marqués don Francisco Pizarro en ocho de marzo, de mil quinientos y treinta y tres años, cuando se le envió provisión para que pudiese continuar la conquista y población de la provincia del Perú”.

OCHO: Cumplidas las exigencias delincuenciales de los secuestradores, dos habitaciones del palacio gubernamental, de la ciudad de Cajamarca, quedaron abarrotadas con piezas de oro y de plata. Para materializar la repartición del botín del rescate, a partir del 13 de mayo de 1533 comenzó la fundición de las diversas piezas de oro y de plata. Concluida la “lingotización” de los metales preciosos labrados, el 25 de julio de 1533 se realiza la distribución del botín; al respecto, el historiador Gullermo Hicki Prescott (1796 – 1859) sostenía a mediados del siglo XIX que el botín oscilaba alrededor de las cinco millones quinientas mil (5.500.000) libras esterlinas.

Según Rafael Varón Gavia (1997), el 16 de julio de 1533 concluía el reparto de los metales preciosos acumulados en Cajamarca, como producto del pago del rescate para la liberación del Hanan Inka Atawallpa y de los saqueos; el suma total ascendía a más de un millón (1.500.000) de pesos oro, cifra jamás obtenida en la indias hasta esa fecha.

NUEVE: El 26 de julio de 1533, el Hanan Inka Atawallpa es sacado de su cautiverio y expuesto en la plaza de Cajamarca. Días previos, Francisco Pizarro, Diego de Almagro y el fraile dominico Vicente Valverde aplicaron el proceso inquisitorial y el requerimiento a Atawallpa: debía ser vasallo del Emperador y Rey don Carlos V; debía aceptar el dogma cristiano y convertirse; y debía renunciar la defensa de la soberanía del Tawantinsuyu. El Hanan Inka Atawallpa estaba seguro de recuperar su libertad, como también el pueblo que representaba, pero los requerimientos de los genocidas invasores eran inaceptables. El proceso inquisitorial delincuencial tenía dos posturas tomadas: quemarlo vivo en la hoguera o desterrarlo a España. Decidieron quemarlo en la hoguera. La invasión y la guerra, como también la resistencia, eran hechos en plena ejecución. Atawallpa tenía dos alternativas para morir: morir en la hoguera o morir estrangulado con el garrote; elige el garrote y acepta el bautismo cristiano. El Hanan Inka Atawallpa es asesinado el 26 de julio de 1533, delante de sus familiares, consejeros y militares, todos ellos víctimas de la zozobra porque los invasores genocidas mantenían secuestrado a los familiares del gobernante asesinado. La meta de los invasores, llegar, aplicando las tecnologías del secuestro, la extorsión y la hoguera, a la ciudad del Cuscu, capital administrativa del Tawantinsuyu, se materializa hasta la consumación de la invasión.

DIEZ: Asesinado el Hanan Inka Atawallpa, como también con anteriodidad (febrero 1533) del Urin Inka Wskar, Hernando Pizarro, hermano de Francisco Pizarro emprende viaje a España llevando el quinto (parte) de los metales preciosos del botín, para ser entregados al emperador y rey Carlos V. Según el cronista oficial Francisco de Jerez, en el cargamento de Hernando Pizarro viajaban 38 vasijas de oro y 48 de plata. Entre otras obras de arte viajaban a la península ibérica una águila de plata en cuyo cuerpo cabían dos cántaros de agua y dos ollas grandes, una de oro y otra de plata en la que se podía poner una vaca despedazada, dos costales de oro en los que cabrían dos fanegas de trigo y un “ídolo” de oro del tamaño de un niño de cuatro años y más.

ONCE: Entre 1551 y 1552, en la ciudad de Lima (Rimac), se realiza en primer concilio de obispos católicos del Virreinato del Perú, para tomar medidas imperativas y de destrucción contra los signos y símbolos de la cultura y religión del Tawantinsuyu, es decir contra los pueblos invadidos. Los prelados inquisitoriales disponen (Luis E. Valcárcel, 1984):

-Derribar y destruir ídolos y su adoratorios.
-Suprimir las lamentaciones y llantos así como las bebidas y comidas en la tumbas, por no más de
un día.
-Reemplazar las apachetas con cruces si fuera “decente”.
-Impedir la colocación de ofrendas sobre las tumbas.
-Poner en incomunicación a los indios idólatras, para que no hagan prevaricar de la fe recibida a los
indios bautizados.
-Quemar en la plaza los ídolos y lo instrumentos de hechizos salvando únicamente las cosas de oro y
plata cuya propiedad se atribuye al rey.
-Quitar lo quipus en que conservan memorias de sus antiguas superticiones y ritos.
-No consentirles sus bailes y cantares antiguos en su lengua materna, ni general porque ellos tienen
la memoria de la idolatría y hechizos, y consumirán los tamborillos, cabezas de venados, antaras y
plumerías, porque son instrumentos de sus maldades o les a la memoria el gentilismo.

Entre 1569 y 1581, el Virrey Francisco de Toledo, con “escribidores” contratados dedican tiempo y espacio sobre el papel, para “escribir la historia de los inkas”, en base a testimonios obtenidos compulsivamente, mediante los métodos del sistema inquisitorial. Todo descendiente del poder político e intelectual y cultural de los invadidos, si declaraban a favor de los inkas y del Tawantinsuyu eran expropiadas sus pertenencias y declarados enemigos de la fe. Por estrategia y resistencia todos los “testigos” declaran que “siempre fueron enemigos de los inkas déspotas y sanguinarios”.

DOCE: En 1961, después de 428 años de los secuestros y asesinatos de los inkas Atawallpa y Waskar, en la Puna y Quebrada de la provincia de Jujuy, las cofradías llamadas “Liga de Madres” constituían el cuerpo inquisitorial de choque de la Iglesia católica, que confiscaban y destruían ofrendas (panes figurados y comidas especiales) para las almas, que se colocan sobre ornamentadas, entre el 1º y 2º día de noviembre. Las ofrendas (panes figurados) son obras de arte popular que representan los seres materiales e inmateriales de la Pacha (el universo, la totalidad en el espacio y tiempo). Los inquisidores, encabezados por un cura y empleados de los municipios visitaban casa por casa de las familias kollas; donde había mesas con ofrendas en proceso de elaboración, o que estaban ya servidas para las almas, eran confiscadas y depositadas en bolsas para ser quemadas o botadas a un basural. Las familias kollas que esperan con ofrendas a las almas resisten ocultando las mismas en un lugar seguro: el clero católico pretendía “extirpar” la intercomunicación de los kollas con sus almas.

TRECE: En octubre de 1957, el primer Sputnik de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, giraba alrededor de nuestro planeta Tierra. Los habitantes de Abra Pampa, “Capital de la Puna”, sobre todos los adultos y ancianos “evangelizados” por el sistema católico inquisitorial, indignados presagiaban que “los judíos rusos están violando el cielo de San Pedro y de las almas venditas”. El kolla Eduardo Beltrán alquilaba por diez centavos un binocular, para “observar” el Sputnik soviético durante sus órbitas “nocturnas”. Los presagios eran medievales y apocalípticos: “se viene el fin del mundo por culpa de judios rusos”. Los soviéticos estaban ganando la “guerra fría”; los Sputnik I y II puestos en órbita alrededor de la Tierra, entre octubre y noviembre de 1957, significa un terremoto para el arcaico sistema inquisidor existente en “Latinoamérica”. En 1959 arriban al poder político de Cuba los “barbudos”, y pronto, las isla será “comunista, marxista y leninista”. El conservadurismo continental vivía un periodo de terremoto cultural, político, ieológico y filosófico. La llamada “crisis de los misiles” modificó el pensar medieval en diversos puntos de la Tierra. “Dios” no existe para poner freno a los misiles de las dos potencias ideológicas, tecnológicas y nucleares. El clero de Buenos Aires, Jujuy, Abra Pampa, La Paz, Lima, Quito, Bogotá, Managua, San José y México tenían fe en el “dios” Estados Unidos de Norteamérica, USA.

CATORCE: En los primeros años de la década de 1960, arriban a la Puna y Quebrada de Jujuy los primeros “evangelistas” cuyas matrices están en los USA. Sus discursos son apocalípticos. Presagian a los gritos el arribo del “fin del mundo”, del “juicio final” contra los “pecadores” y los “idólatras de satán”. La bandera roja, Carlos Marx, Fidel Castro, Lenin, Carlos V, la copla kolla, la Pachamama, el Sol, la Luna, el Rayo, las ofrendas para las almas, las ifigies de los santos, los oratorios, las apachetas, etc. son representaciones y símbolos del “demonio” o de “satán”; por lo tanto son “destruidas” y “extirpadas” de las prácticas socioculturales del mundo kolla: la metodología destructiva es “talibana” en extremo.

QUINCE: En abril de 2001, a través de la información del periodista porteño Gabriel Levinas, pude percibir y apreciar las obras de arte de LEON FERRARI, que se exponían en el local del Instituto de Cooperación Iberoamericana, ubicado en la calle Florida de la ciudad autónoma de Buenos Aires. Estaba acompañado del dirigente kolla Nemesio Cruz, quien al observar las obras de FERRARI recordaba cómo en la localidad de Yavi, Jujuy, en 1996, un par de curas y grupo de monjas, todos claretianos, lo maltrataron física y psicológicamente para amedrentarlo; el propósito del “apriete” inquisitorial era para que abandonara el lugar de reunión de los “aborígenes catequizados”; la primera víctima del “apriete” fue la abogada kolla Nimia Apaza. Los claretianos no aceptaban que “sus aborígenes corderos de dios” prevaricaran de la fe recibida y que se emanciparan del paternalismo racista e intolerante. Nemesio Cruz y Nimia Apaza serían los rebeldes, los “herejes” del mundo administrado por los claretianos españoles.

DIECISÉIS: En octubre de 2003, en la ciudad de Salta, se edita el libro “Los desocupados de La Quiaca – 12 años de luchas junto a otros sectores sociales 1992 – 2003”, de Jesús Olmedo Rivero Cmf., oriundo de Sevilla, España. En relación a la “Problemática de los 500 años”, página 73, el claretiano Jesús Olmedo R. Escribe:

“(...) tenemos que recordar, que durante todo el año 92, y en toda la zona de raza colla, hubo manifestaciones de protesta, y multitud de declaraciones y denuncias contra las celebraciones de los 500 años. (...). Pero queremos señalar, en honor a la verdad y a la justicia, que algunos líderes collas se sobrepasaron en sus críticas, cayendo en la difamación, la ofensa a la fe cristiana y al mismo pueblo aborigen, que pretendían defender.

Recordemos a un dirigente del Centro Colla de Buenos Aires y coordinador del Consejo Indio de Sudamérica (CISA), que se permitió ofender a todo el pueblo de Abra Pampa y a toda la Puna, con unas declaraciones ofensivas para la fe cristiana y graves acusaciones, por otra parte insólita, contra Jesucristo, llegando a afirmar que las manifestaciones religiosas del pueblo colla se parecían más a bailantas que a ritos respetuosos. El pueblo entero de Abra Pampa, ofendido, le declaró persona no grata y exigió su demisión como dirigente colla.

Durante todo el año 1992, en toda la Puna y Quebrada, la Prelatura de Humahuaca, a través de la Obra Claretiana para el Desarrollo (OCLADE), fue reuniendo y organizando a casi todas las comunidades campesinas para plantear la problemática y pensar juntos los actos conmemorativos, con motivo de los 500 años de la evangelización”.

Jesús Olmedo Rivero escribe utilizando la metodología inquisitorial de los escribidores llamados “cronistas”, de la invasión y conquista: tergiversa, miente, construye frases y las pone en la boca o labios de los supuestos enemigos de la Iglesia católica. En este caso, hace hablar al Coordinador del Consejo Indio de Sud América, del periodo 1983 – 1999; el “hereje” sería Asunción Ontiveros Yulquila, quien en 1992 reside en Abra Pampa, y también, en Humahuaca.

DIECISIETE: En diciembre de 2004, el cardenal católico Jorge Bergoglio, quien tiene su sillón en la Catedral de la ciudad autónoma de Buenos Aires, a través de una carta pública, califica de “blasfema” la exposición de artista LEON FERRARI, que se realiza en el Centro Cutural Recoleta. El viernes 3 de diciembre, un par de exaltados “soldados de Dios”, gritando “¡Viva Cristo Rey!” destrozan la obra representativa de los 500 años de la colonización de América. El 8 de diciembre , la agrupación “custodia de Dios”, en su marcha testimonial desde la Catedral administrada por el cardenal Bergoglio hasta la Nunciatura del papado de Roma, embajada del Vaticano, exteriorizaban sus exabruptos: “¡Viva la patria!” “¡Viva Cristo Rey!” “¡Viva la Argentina católica!”

DIECIOCHO: ¿Quién es blasfemo y que es blasfemia? Según “El manual de los inquisidores”, de Nicolau Eimeric y Francisco Peña (edición 1996), cuando se quema en la hoguera un hereje, “Es de capital importancia atarle la lengua o amordazarlo antes de encender la hoguera, pues, si conserva su capacidad de hablar, puede herir con sus blasfemias la piedad de los que asisten a la ejecución. (...). Otros profieren ataques directos contra los artículos de la fe. Dicen por ejemplo, que Dios no puede hacer que el tiempo mejore o que llueva: oponiéndose con ello directamente al dogma de la omnipotencia divina, proclamada en el primer artículo del credo. O bien deshonrar a la Santa Virgen María, tratándola de puta, lo que es un atentado directo al dogma de la maternidad virginal de María. Los que profieren tales blasfemias no son blasfemos simples sino herejizantes y el inquisidor ha de considerarlos herejes y juzgarlos como tal”. El destino final de la persona acusada de ser “hereje” era la hoguera, por el supuesto propósito de “la alma descarriada” no arribase ni siquiera al “infierno”.

DIECINUEVE: Con respecto a la tortura, “El manual de los inquisidores” rememora y recomienda: “(...) en un principio, los inquisidores no TORTURABAN por temor a incurrir en irregularidades, si lo hacían tenían que mandar aplicar los tormentos a través de los jueces laicos (Inocencio IV). Pero luego de pronto se comprobó que en los tribunales laicos no siempre se procedía con el secreto absoluto que requerían los asuntos inquisitoriales. Y como los asuntos inquisitoriales conciernen al ámbito de la fe, se vió que solamente debían tratarlos los inquisidores. Y no siempre se solucionan estos asuntos sino se aplica la TURTURA, por lo que pareció prudente confiar a inquisidores y a los obispos la tarea de TORTURAR, y así quedó establecido en documentos ulteriores a lo que Eimeric hace referencia, incluido el de Urbano IV (Ut negatium), en virtud del cual el obispo e inquisidor pueden eximirse mutuamente de las irregularidades que pudieran cometer aplicando la TORTURA”.

VEINTE: Por último cabe preguntar: ¿Qué significa el poder temporal político de la Iglesia católica durante la invasión y conquista genocida de las Américas? Era el poder hegemónico absoluto. “Dios” estaba en la cima de la pirámide del poder temporal y “espiritual”, “era” el “dueño” y soberano de su supuesta “creación”, de la Tierra y de sus “hijos” los seres humanos. El papa romano era el “representante de Dios” en la Tierra, administraba el poder temporal: repartía porciones de la Tierra entre los señores reyes cristianos. El rey era el “mayordomo” general de los corderos cristianizados; repartía encomiendas y territorios de los “gentiles” entres sus súbditos creyentes. El Virrey era el mayordomo de determinadas porciones de la Tierra, de “propiedad” del rey; administraba encomiendas, haciendas, ingenios, reducciones de indios y riquezas. Los encomenderos, los frailes, los inquisidores, los capitanes, los comisarios eran los que asesinaban a los que resistían, expoliaban la sangre, el sudor, las vaginas, las riquezas, atrofiaban los cerebros y asesinaban las neuronas, y destruían la información y el conocimiento de los pueblos invadidos. Los pueblos indios fueron y lo siguen siendo la base de la injusta pirámide, en cuya cima está el poder inquisitorial.

Asunción Ontiveros Yulquila.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:

EIMERIC, Nicolau y PEÑA, Francisco: El manual de los inquisidores, Muchnik Editores S.A., Barcelona, 1996.

PRESTA, Ana María: Los encomenderos de La Plata 1550 – 1600, Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 2000.

MURRA, John V.: El Mundo Andino – Población, Medio Ambiente y Economía, Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 2002.

VARCÁRCEL, Luis E.: Historia del Antiguo Perú, Editorial Juan Mejía Baca, seis tomos, Lima, 1985.

VARÓN GAVIA, Rafael: La Ilusión del Poder – Apogeo y decadencia de los Pizarro en la conquista del Perú, Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1997.

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