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LA POLÍTICA ECONÓMICA "ANTI-NEOLIBERAL" DEL KIRCHNERISMO
Por PRENSA OBRERA -
Friday, Dec. 17, 2004 at 11:26 AM
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Kirchner y Lavagna “capitalizan” al Nación para subsidiar otra vez a Techint
DIEGO DIEGUEZ
L a construcción del Gasoducto del Norte es una obra millonaria –1.000 millones de dólares–, que el gobierno “nacional y popular” reservó para el Grupo Techint. Primero, intentó hacerlo por medio de una “adjudicación directa”, pero ante las críticas que desató esta “reserva” del negocio, decidió luego lanzar una licitación que está hecha a medida de Techint.
Al principio se dijo que Techint pondría entre 700 y 750 millones de dolares de la inversión total, valuada en mil millones. “El Estado aportará de 250 a 300 millones de dólares, entre recursos y diferimientos impositivos” ( La Nación , 18/8).
A instancias de Lavagna, el Congreso votó, precisamente, una ley (Nº 25.924, bautizada “Ley Techint”) que fija en 1.000 millones de pesos (unos 300 millones de dólares) los beneficios impositivos que tendrá el grupo para hacer el gasoducto, y el Presupuesto 2005 contempla el costo de semejante subsidio.
Pero ahora, por medio de un decreto, el gobierno decidió “capitalizar” el Banco Nación inyectándole desde el Tesoro 1.900 millones de pesos. Según el gobierno “nacional y popular”, la intención sería ampliar la capacidad del banco para favorecer el crédito a la pequeña y mediana empresa.
Sin embargo, la cosa es muy distinta. El decreto 1687 que capitaliza al banco dice que, de los 1.900 millones, 1.000 millones –más de la mitad– son para “garantizar al Banco Nación las operaciones crediticias vinculadas con la construcción de obras de infraestructura en el sector del gas”.
En otras palabras, el Tesoro “capitaliza” al Banco Nación para que le preste a Techint gran parte del dinero que se necesita para hacer la obra. La “capitalización” estatal representa un costo cero para el Banco Nación, lo que le permitirá subsidiar la tasa de interés del crédito a Techint. Por esta vía el Estado está pagando por lo menos el 60/70% de la obra, cuyos beneficios irán exclusivamente a Techint.
Habría sido más simple que el Estado hiciese la obra sin necesidad de Techint, que no pagará los impuestos de la construcción y que ni siquiera va a poner dinero propio, pero embolsará los beneficios.