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Salió CONSTRUYENDO por la revolución socialista
Por Militancia Comunista -
Saturday, Dec. 25, 2004 at 10:45 PM
militanciacomunista@yahoo.com.ar
Salió el número 5 de CONSTRUYENDO por la revolución socialista - Publicación de MILITANCIA COMUNISTA
Año1-número 5 - Diciembre 2004
subte, telefónicos, docentes, estatales, ferroviarios...
NUEVOS AIRES DE LUCHA
universidad
2º Encuentro de los trabajadores de las Universidades Nacionales
La voluntad de seguir construyendo
El 5 y 6 de noviembre se realizó el 2º Encuentro de Trabajadores de la Universidades Nacionales, organi-zado por la Asociación del Personal de la Universidad Nacional de Mar del Plata (APUNMP) y con la cola-boración del Taller de Estudios Laborales (TEL). En la facultad de Derecho de esta hermosa ciudad se encontraron hombres y mujeres de distintos lugares del país con la firme voluntad de seguir construyendo una corriente democrática y de lucha entre los trabajadores de las Univer-sidades Nacionales.
Este proceso -que se había iniciado un año atrás cuando se realizó el 1º encuentro en el Hotel Bauen de Buenos Aires-, dio un salto en cantidad y calidad, ya que de la participación de trabajadores de seis universidades en aquella oportunidad, concurrieron ahora compañeros de 18 universidades de todo el país.
Estuvieron presentes más de un centenar de luchadores de la UBA, UTN, Lanús, General Sarmiento, Lomas de Zamora, La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca, Comahue, La Pampa, Cuyo, San Luis, Córdoba, Nordeste, Rosario, Tucumán, Salta y Jujuy. Entre ellos se encontraban miembros de sindicatos, comisiones internas, delegados, consejeros direc-tivos y superiores y activistas que enfrentan, cada uno en su lugar de trabajo, las políticas traidoras de las burocracias locales y nacionales contrarias a los intereses de los trabajadores. Esto le dio gran contenido al debate que se realizó y a las resoluciones que se tomaron.
El debate se centró en cómo seguir enfrentando el intento de la burocracia de la FATUN (la Federación Nacional) y el CIN (el Consejo de Rectores, o sea, la patronal) de imponer un Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) más flexibilizador, la cuestión de la mejora salarial, el atraso del sueldo básico desde el año 1991, el creciente deterioro en las Obras Sociales y las condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, la necesidad de una profunda transformación y democratización de las universidades (en la cual los trabajadores deben jugar un importante papel), y los tiempos y en negro y el aumento salarial respetando los coeficientes establecidos en el escalafón 2213 del año 87. También se definió llamarse “Trabajadores de las Universidades”, ya que el concepto de “No docentes” es discriminatorio.
Por último, hay que resaltar que se introdujo en el debate la importancia de abordar la pelea por la reducción de la jornada laboral a seis horas sin reducción salarial, como aporte a mejorar la calidad de vida de los trabajadores y para lograr que millones de compañeros desocupados se incorporen nuevamente al mercado laboral -propuesta llevada adelante por el Movimiento por la s 6 horas-. Además se habló de la necesidad de ir coordinando con los trabajadores y movimientos sociales en lucha, de la solidaridad con los conflictos, de la desjudicialización de la protesta social y de la inmediata libertad de los presos políticos.
Terminó la toma de la Universidad Nacional del Comahue
Ganaron los estudiantes
Después de 30 intensos días de Toma de la Universidad Nacional del Comahue, por partes de los estudiantes, estos lograron frenar a la Coneau e impusieron el rechazo a las acreditaciones y la NO implemen-tación de la Ley de Educación Superior en esa universidad. Los compañeros de Comahue expresan en su último comunicado su agradecimiento a todos los que apoyaron su lucha y abren una puerta, llamando a seguir resisitiendo contra la LES en todos los otros lugares : “Ahora le toca a ustedes compañeros de las demás universidades”.
Pese a las reiteradas evasivas de la rectora y otras autoridades para que sesione el consejo. Diecisiete conse-jeros se pronunciaron a favor de los reclamos estudiantiles
“Una toma de 30 días jamás se podría haber dado sin la unión obrero estudiantil que se expresó en las en la participación de Zanon y el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Neuquén” comentó Rodrigo Casta-ña, un estudiante de humanidades y militante de la FUC.
Los estudiantes organizados en la UNCo tuvieron que enfrentarse a la CONEAU y al gobierno nacional que tiene miembros dentro de la dirección del órgano evaluador. Ante la capacidad de resistencia estudiantil y el apoyo recibido, el gobierno tuvo que enviar al Secretario de DDHH Eduardo Duhalde para intermediar en el conflicto. Sin embargo, la asamblea rechazó el rol del funcionario en tanto consideraron que “el rectorado es el espacio donde debe resolverse esta situación”.
Uno de los argumentos que utilizó el gobierno para profundizar las acreditaciones, intentar extender los CBC, y vincular las academias con las necesidades de las empresas a nivel nacional fue que “las universidades hoy no cumplen una función social”.
Durante el conflicto los estudiantes de Neuquén no solo tuvieron el consenso de la población local que se manifestó en movilizaciones con más de 3000 personas y en una junto a organizaciones populares con casi 10000 concurrentes.
En Neuquén luego del consejo se marchó al playón de la universidad y después hacia el centro de la ciudad “para compartir la victoria con la población”. La actividad finalizó con una fiesta en el comedor de La Barda.
Editorial
Reagrupando fuerzas
En nuestro país continúa el intenso proceso de realineamiento de las fuerzas políticas y sociales, y de los distintos sectores del movimiento popular. El gobierno de Kirchner prosigue su política de decir una cosa y hacer todo lo contrario, ya transformada en un estilo permanente de gobierno.
Nunca los trabajadores en la Argentina recibimos un porcentaje tan bajo del PBI (20 por ciento), y nunca el Estado puso tanto (en plata y en porcentaje del presupuesto nacional), en pagos de una deuda externa originada para sostener a las empresas con intereses en el país.
Sin embargo, el discurso gubernamental insiste en “no ceder a las presiones del FMI”, en que “se redistribuye el ingreso nacional” y en que es un gobierno “de la producción nacional”. Una parte del movimiento popular, cooptado y disciplinado por los métodos tradicionales, avala la estrategia de la gestión K.
Mientras tanto, una buena parte del movimiento popular y las fuerzas de izquierda avanzan a tientas y se fragmentan en miles de partes. Algunos se suben a proyectos dirigidos por sectores “progresistas” de la burguesía argentina, mientras otros se hunden en el sectarismo y en la crítica permanente, sin espacio para la construcción común. Decenas de organizaciones políticas, integradas por compañeros del movimiento popular, discuten en un proceso de crisis y dispersión.
Sin embargo, soplan nuevos aires en el movimiento popular. El gobierno reacciona con represión ante los trabajadores desocupados que reclaman trabajo estable, en especial en Santa Cruz (Caleta Olivia, Las Heras), pero queda descolocado frente a los reclamos crecientes de sindicatos y trabajadores organizados por la recuperación de los salarios, que vienen avanzando en organización y en victorias (telefónicos, ferroviarios, trabajadores de subterráneos, docentes, estatales, etc.), después que supuestamente alentara a las centrales sindicales a “tomar la calle y desplazar a los piqueteros”. En una situación de crisis, jugar a la disputa entre trabajadores ocupados y desocupados, entre sindicatos y movimientos de desocupados, tiene réditos para el gobierno pero también costos, ya que la dinámica de la lucha de clases no puede ser siempre manejada a voluntad por los sectores burocráticos del movi-miento obrero como una canilla que se abre y se cierra.
La fragmentación del movimiento popular, y dentro del mismo, de los sectores que nos asumimos como revolucionarios, viene retrasando la construcción de las distintas herramientas necesarias para el desarrollo de la revolución en nuestro país. Algunas de estas herramientas se están perfilando. Se va construyendo, no sin dificultades y contradicciones, una corriente sindical que agrupe a todos los sectores que actúan siguiendo adelante los principios de clase, y ya hay pasos incipientes en este sentido en la unidad de los delegados del subte, de la oposición en la Unión Ferroviaria, y de los trabajadores de Zanón. A la vez, comienza a construirse un agrupamiento en el movimiento de derechos humanos que pone el énfasis en las luchas contra la represión actual, a partir, entre otros, del trabajo de la CORREPI.
Consideramos que hoy es más necesario que nunca avanzar en la conformación de un movimiento político revolucionario, amplio, antiimperialista, anticapitalista, que desde las distintas tradiciones y formas de organización y lucha, contribuya a elevar las batallas en todos los planos: en el terreno de las reivindicaciones populares (trabajo, salarios, salud y educación pública) y en la lucha política contra la represión. Este movimiento es indispensable para dar un salto en la pelea permanente contra la opresión y la explotación capitalista llevadas adelante por los sectores dominantes de nuestro país.
Hoy es imprescindible avanzar en la conformación de una política común para ese vasto movimiento político revolucionario que está disperso, para desde allí estar en mejores condiciones de construir la organización política revolucionaria, ausente en el desarrollo de la lucha de clases de nuestro país desde hace mucho tiempo.
En este plano, desde Militancia Comunista intentamos contribuir a la organización común de las distintas fuerzas que actúan con intenciones revolucionarias. En ese marco, desarrollamos las dis-cusiones y las prácticas con los compañeros del FREPUR, con los compañeros del naciente Frente Popular Darío Santillán, que agrupa a una parte de los sectores combativos del movimiento de deso-cupados, y con todos aquellos sectores y compañeros que, en forma honesta y decidida, intenten avanzar en la construcción de las herramientas que necesitamos como clase y como pueblo.
Esperamos que en los próximos meses podamos dar importantes pasos en la construcción de estas herramientas, para ser más útiles al desarrollo político del movimiento obrero y popular y de los elementos más activos, clasistas y revolucionarios que surgen de ese mismo movimiento.
Nacionales
Avances en el movimiento obrero
Una lucha por aqui, otra por allá...
En los últimos tiempos se han desarrollado un conjunto de luchas de distintos sectores del movimiento obrero, en especial por la recuperación de los salarios. Si tomamos en cuenta que los sueldos han tenido una caída promedio del 50 por ciento en comparación con 1998 (al momento de inicio de la recesión), estas luchas, organizadas por distintos sectores sindicales y motorizadas en parte por la presión de las bases, están plenamente justificadas en los intereses reivindicativos de los trabajadores ocupados.
El ejemplo más destacado es el aumento salarial del 20 por ciento conseguido por los trabajadores de FOETRA Buenos Aires, que lograron doblarle el brazo a dos de las tres empresas que más ganan en la Argentina: las hermanas Telefónica y Telecom. Este conflicto se destacó por la cantidad de instrumentos de lucha utilizados por los trabajadores (asambleas, manifestaciones, cortes de calle, piquetes, ocupación de edificios de las empresas), dirigidos por un sindicato democrático.
Pero las luchas por aumento de salarios, blanqueo de los haberes en negro (central para la mayoría de los estatales y docentes) y por impedir los despidos, se vienen sucediendo día a día con una repercusión pública dispar. Podemos enumerar las luchas de los trabajadores del subte, de los ferroviarios del Roca, el Mitre y el Sarmiento, de los docentes de la provincia de Buenos Aires (que siguen el ejemplo de la recuperación salarial ya iniciada en Santa Fe por la lucha de los compañeros de AMSAFE), de los distintos sectores de estatales, de petroleros, de Luz y Fuerza y de los judiciales nacionales y provinciales.
En la mayor parte de los casos, las luchas sindicales por salarios tienen además un componente de lucha contra las direcciones burocráticas (como en los ferroviarios), o se explican por la formación de organizaciones sindicales clasistas o democráticas (como en el subte o los telefónicos). Este es un proceso de largo tiempo, que se explica porque durante años -muchas veces en silencio-, sectores de trabajadores comenzaron a darse formas de organización para resistir la ofensiva capitalista sostenida por el Estado durante la etapa de Menem.
El gobierno de Kirchner intenta poner un freno a este ascenso de los reclamos sindicales, a través de una nueva suma fija en negro de 100 pesos, y dándole aire político a los sectores de la burocracia sindical que conducen las centrales sindicales (Moyano en la CGT, De Gennaro en la CTA). Sin descartar que estas maniobras sean útiles hoy al aparato del gobierno K, vemos que son jugadas de corto alcance, porque una parte importante de la clase trabajadora organizada ve cómo aumentan las ganancias empresarias, ayudadas por la devaluación de los salarios en dólares y el aumento de las posibilidades de exportación, y ve perspectivas de triunfo en el reclamo salarial.
La situación objetiva de la clase obrera
El estado de la clase trabajadora en la Argentina sigue siendo ruinoso. Del total de la población económicamente activa, sólo el 40 por ciento trabaja en blanco -ya sea en el Estado o en la actividad privada-, otro 40 por ciento trabaja en negro, con nulos derechos laborales y sociales, y el 20 por ciento restante se encuentra desocupado. Como sabemos que no hay un traslado automático de las mejoras que puedan conseguir los trabajadores en blanco del sector privado hacia el conjunto de la clase, consideramos que debe reforzarse la lucha contra la desocupación y el trabajo en negro, que favorecen los intereses concretos de la burguesía tanto por razones económicas (disminución de los costos laborales, existencia de abundante mano de obra desocupada y disponible a bajo costo) como por razones políticas (dispersión y fragmentación del movimiento obrero, de las organizaciones políticas, sociales y sindicales del movimiento popular, de la izquierda, y de los revolucionarios).
Al mismo tiempo, en la Ar-gentina se profundiza la miseria y el hambre de vastos sectores de la pobla-ción. Miles de niños y de adultos siguen muriendo en nuestro país por la desnutrición y por enfermedades derivadas del hambre y la miseria. Hoy no sólo los compañeros desocupados y marginalizados por el sistema viven en la miseria, sino que una parte importante de los trabajadores ocupados, en particular quienes trabajan en negro, con menores salarios y sin ningún tipo de derechos laborales, están bajo la línea de pobreza, reconocida por el propio Estado en 750 pesos. Más de la mitad de la población es po-bre, según las estadísticas oficiales.
El salario promedio, que encubre que algunos pocos tienen ingresos altos, ronda los 650 pesos, por debajo de la línea de pobreza, y muy por debajo de la canasta familiar histórica, que hoy ronda los 1800 pesos. Recorde-mos que el salario promedio en 1974, hace treinta años, estaba en los 1570 pesos de hoy, que es lo mismo que decir que nuestros salarios disminuyeron a una tercera parte. En esa época, los trabajadores se llevaban casi el 50 por ciento del PBI, y hoy sólo obtenemos el 20 por ciento contra el restante 80 por ciento que se apropia la burguesía en su conjunto, englobando a los sectores multinacionales y a los locales.
Las tareas de los sectores clasistas
Por estas razones, los sectores clasistas y consecuentes dentro del movimiento obrero tienen ante sí una tarea doble: impulsar hasta el final la lucha por la recuperación salarial y de todas las conquistas arrebatadas durante los últimos treinta años (condiciones de seguridad e higiene, disminución de la jornada laboral, respeto de las organizaciones sindicales, derogación de la jubilación privada y del sistema de las ART, entre otras), y al mismo tiempo impulsar acciones concretas contra la explotación de los trabajadores precarizados y en negro, y contra la desocupación que hunde en la miseria a parte importante de nuestro pueblo.
Una de las formas concretas de lucha contra la desocupación de una parte de los trabajadores y la super-explotación de otra parte, es justamente la construcción del Movimiento por la Jornada Legal de Seis Horas con Aumento General de Salarios, impulsada por el Cuerpo de Delegados del Subte de Buenos Aires, y llevada adelante por una cantidad de organizaciones, activistas e intelectuales. Esta campaña implica además dar una pelea de fondo por la distribución de las gigantescas ganancias obtenidas por las empresas y el Estado en la Argentina, en especial a partir de la devaluación, que pulverizó nuestros salarios y aumentó en la misma proporción la tasa de ganancia de los capitalistas.
El acto realizado en la Federación de Box el pasado 29 de octubre, y la realización prevista para el 18 de diciembre del IV Encuentro del Movimiento por las Seis Horas, pensado para dar pasos prácticos y organizativos para el desarrollo de la campaña, van en ese sentido.
Al mismo tiempo, comienzan a desplegarse otros debates en los sectores más activos del movimiento sindical sobre las formas de reagrupamiento, desde las coordinadoras de lucha (que vienen proponiendo con insistencia los trabajadores de Zanón y del sindicato ceramista de Neuquén) hasta la necesidad de ir conformando una corriente sindical clasista, que actúe en todos los terrenos del movimiento obrero y popular, y que no se subordine a los planteos de ninguna de las organizaciones políticas de la izquierda argentina, sin limitar el derecho a la participación de ningún compañero que actúe con concepciones de clase en el movimiento obrero.
Una parte importante de los sectores clasistas viene participando en estos debates e intentos de reagru-pamiento: la oposición ferroviaria, los ceramistas de Neuquén, los trabajadores del subte, la oposición de SUTEBA y de otros sindicatos docentes del país, la oposición clasista de ATE, los mineros de Río Turbio, una parte de los telefónicos, un sector de trabajadores metalúrgicos y siderúrgicos, sectores de trabajadores de las Universidades opositores a FATUN, entre otros.
Del desarrollo de la coordinación de las luchas y de la corriente sindical clasista en formación depende, en buena medida, la profundización de la lucha de clases en nuestro país, en el camino de la conformación de una Central de Trabajadores Clasista e Internacionalista, que contribuya a las tareas de la revolución en la Argentina.
La inmaculada hipocresía de la Iglesia
En casi dos mil años de existencia, la sagrada empresa de la Fe cristiana ha demostrado su inagotable capacidad para sobrevivir y reponerse todo tipo de transformaciones socioeconómicas, se ha adaptado a cambios de sistema, ha sacado provecho hasta de sus crímenes, y podríamos decir, continúa resistiendo al curso mismo de la historia.
En pleno siglo XXI, emprenden una nueva ofensiva ideológica, con sus nada nuevos principios. Sus representantes no tienen escrúpulos en plantear argumentos medievales en contra de la libertad sexual, de expresión y de pensamiento. Van en contra de la vida misma cuando atacan las campañas de profilaxis del VIH y del embarazo, cuando en defensa del discutible derecho a la vida del embrión condenan a muerte miles de mujeres por abortos clandestinos, y cuando pregonan la abstinencia como único método de prevención (método que, por otra parte, no utilizan sus pederastas miembros).
La Iglesia se reserva el derecho a la ofensa cuando un artista critica su apología de la tortura y la flagelación, y lo hace demostrando toda la intolerancia de la que puede ser capaz una religión que dice fundamentarse en el “amor al prójimo”. Se reserva el derecho a la violencia, cuando responde con golpes a quienes cuestionan sus argumentos, como sucedió durante el último encuentro de mujeres en Mendoza -en el que una militante fue atacada por un grupo pro-cristiano-, o en la Catedral el pasado 8 de diciembre, durante el “acto de desagravio” por la muestra de León Ferrari.
Y se reserva, muy habitualmente, el derecho al silencio sobre las masacres que llevó adelante desde la Inquisición, las cruzadas y la sangrienta evangelización de América, hasta su colaboración con el holocausto y las dictaduras latinoamericanas.
El máximo gesto de “reparación” de la Iglesia ha sido pedir perdón por algunos de esos horrores históricos, gesto que de ninguna manera repara la muerte y el sufrimiento de generaciones de víctimas de la intolerancia religiosa o del cristiano servicio al capital.
Crimen, poder y oscurantismo son la santísima trinidad de la Iglesia Católica. La caridad y la moral, consignas perversas para garantizar la pobreza, aplacar la rebeldía y manipular a las masas mediante la culpa y las promesas terroristas del castigo eterno.
A sabiendas de su escandaloso tesoro en las arcas del Vaticano (¿y en bancos de algún paraíso fiscal?) que debería ofender la caridad que predican, a sabiendas de los aberrantes abusos es cometidos por sacerdotes desde siempre y en todas partes del mundo, de la protección y ayuda que han brindado a torturadores y ase-sinos, de que han violado cada uno de sus diez mandamientos y cometido uno por uno sus siete pecados capitales, se atreven a arrojar siempre la primera piedra -hasta la lapidación-, contra quienes no comulgan con su hipocresía. Hipocresía que, junto a la acumulación de riqueza, guían el recto y terrenal camino de la Iglesia y sus miembros a través de la historia. Y que, como todo en este mundo, algún día se convertirá en cenizas.
Feroz represión a desocupados en Santa cruz
REPUDIAMOS LA BRUTAL REPRESIÓN EN LAS HERAS, PROVINCIA DE SANTA CRUZ, DURANTE LA TOMA DE LA EMPRESA OIL (contratista de REPSOL - YPF) POR PARTE DE SUS TRABAJADORES, QUE FUERON GOLPEADOS, TORTURADOS, DETENIDOS Y SE ENCUENTRAN PROCESADOS. COMO CONSECUENCIA DE LA GOLPIZA, UNA COMPAÑERA PERDIÓ SU EMBARAZO Y HAY VARIOS HERIDOS. SE TRATA DE UNA MUESTRA MÁS DEL VERDADERO PERFIL DEL GOBIERNO DE KIRCHNER, QUE SUMA CON ESTA DOS ATROCES REPRESIONES EN SU PROPIA PROVINCIA, CONTRA LOS TRABAJADORES Y EN DEFENSA DE LAS EMPRESAS DE CAPITALES TRASNACIONALES.
INMEDIATA LIBERTAD A LOS PRESOS POLÍTICOS - BASTA DE REPRESIÓN Y PERSECUCIÓN A LOS LUCHADORES - JUICIO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES
Internacionales
Colombia: terrorismo de estado en formato PARAMILITAR
El paramilitarismo ha estado presente en diferentes segmentos de la historia colombiana. De tiempo atrás, los terratenientes han sostenido bandas de asesinos para despojar de la tierra a los campesinos pobres y matar a aquellos que se atreven a reivindicar sus derechos. Los empresarios han encontrado más rentable pagarle a un sicario el asesinato de un dirigente sindical, que negociar un pliego de peticiones. Los políticos tradicionales no han tenido escrúpulo para asesinar a un contendiente que les disputa un puesto en el Senado o la Cámara, una Alcaldía o un renglón en el Concejo.
Los partidos Liberal y Conservador vieron complacidos el aniquilamiento de la Unión Patriótica. La masacre que han cometido los paramilitares es de varios cientos de miles y siempre han quedado en la absoluta impunidad.
Desde la Gobernación de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez fue el mentor y gestor de las Cooperativas Convivir, empezando así la legalización de los grupos paramilitares. Hoy, en la presidencia, prosigue su legalización con la llamada “negociación” con los paramilitares.
Mientras 27 millones de colombianos están en la miseria, a los paramilitares los premian con un sueldo de 300 mil pesos mensuales (100 dólares) como pago por haber asesinado a miles de colombianos y haber causado el desplazamiento de más de 3 millones de personas. Pero este pago es para los paramilitares rasos, a los cuales les pagarán durante un tiempo. A unos pocos los vincularán al ejército y cuerpos de seguridad, pero a la mayoría los dejarán abandonados, sin empleo, estudio ni recursos, listos para volver a delinquir ya sea formando otros grupos paramilitares y poniéndose al servicio de los capitalistas, o formando bandas de delincuencia común .
Mientras tanto, los jefes paramilitares, los políticos que los respaldaron, los capitalistas que los finan-ciaron y los militares que los entrenaron, habrán culminado el mejor negocio de su vida: las tierras que compraron a bajo precio, los millones que les ha dejado el narcotráfico, las extorsiones que han practicado durante todos estos años. Quedarán libres de polvo y paja, lavaditos, legalizados, y entrarán a formar parte de los buenos negocios que saben hacer los capitalistas. Mañana serán alcaldes, gobernadores, senadores. o, desde luego, presidentes de la República. Ya tienen presidente y el 35 por ciento del parlamento elegido en la pasada campaña electoral, más los que se han sumado ahora. El futuro para ellos es bastante claro.
Los medios de comunicación están felices: hacen entrevistas, toman fotos, visitan los campamentos de los paras, ensalz os delincuentes y los hacen pasar por personas muy humanas. Los gringos dicen que siendo así la cosas, perdonarán el haberles enviado toneladas de coca...
El premio es merecido, por haber aniquilado a movimientos completos de la oposición, asesinado a miles de dirigentes sindicales, destruído centenares de sindicatos en la ciudad y el campo. La labor de los paramilitares ha sido el mejor negocio de la oligarquía y el imperialismo.
La farsa es completa, a nivel internacional vende un proyecto de paz con un enemigo que no ha existido, ya que los paramilitares nunca han atacado al Estado. No hay nada que negociar, sólo se trata de buscar mecanismos para encubrir décadas de Terrorismo de Estado puesto en práctica por los sucesivos gobiernos.
Aniquilado el movimiento popular, aterrorizada la población, desmontadas las organizaciones políticas de oposición al sistema, sólo queda la guerrilla, a la que intentan una vez más destruir. Pero la oligarquia vio que para eso no sirven los paramilitares, pues cada vez que se enfrentan con la guerrilla llevan las de perder. De todos modos no hay que preocuparse, porque para eso está SuperBush, quien reemplazó a SuperClinton. Ambos impu-sieron su arma terrible, el Plan Colombia, convertido hoy en Plan Patriota.
Han llegado con empresas mejores que las paramilitares CONVIVIR, como la. multinacional Computer Science Corp (CSC), dueña de la DynCorp que está instalada en Colombia desde 1993. Como ésta, hay más de 30 dedicadas a todo tipo de operaciones militares, pero eso sí, privadas. Para eso se les denomina Sociedades Militares Privadas (SMP). Vienen con buen presupuesto, más de tres mil millones de dólares, pero no para invertirlos en infraestructura, en educación o salud, que es lo que menos les interesa a los capitalistas colom-bianos, sino para sus gastos en armas, uniformes, comida, medicina, etc. De Colombia no consumen nada, porque “puede estar contaminado”. Claro, la coca y la morfina sí la consumen y les gusta mucho... hasta se les ha ido la mano pues ya han muerto varios intoxicados por la droga.
Este es el libreto de Uribe Vélez y el imperialismo yanqui, pero el pueblo colombiano tiene otro que llama RESISTIR. Se está dando la resistencia en todos los campos y ciudades. Al pueblo no le importa la represión del régimen oligárquico y sale a la calle, a los poblados, a las marchas, a las protestas y las huelgas. También las FARC, junto con otras organizaciones guerrilleras, están dando ejemplo de heroísmo, dándole una respuesta contundente al Plan Patriota. No pasa día sin que haya un combate, no pasa día sin que haya una baja del ejército colombiano comandado por los gringos.
A tres años de la rebelión que marcó un cambio de etapa en la lucha popular
20 de diciembre: avanzando en unidad y organización
El 19 y 20 de diciembre de 2001 marcó un cambio de etapa en el movimiento popular de la Argentina. La profundización de la crisis económica y de gober-nabilidad de la clase dominante, aplicando planes cada vez más perversos de exclusión social, provocó el hartazgo de la gran mayoría del pueblo argentino. Esto hizo que miles salieran e hicieran suyas las calles como principal escenario de las luchas para defender sus reclamos. Al mismo tiempo, quedó demostrado que no había ninguna fuerza política preparada para asumir la conducción de ese movimiento.
Durante estos tres años, la burguesía logró recomponerse utilizando golpes de efecto para seguir logrando sus objetivos. En el plano institucional, haciendo lavados de cara en los bastiones de corrupción más sentidos por el pueblo (como el Pami, las FF.AA. y de seguridad y la justicia), reacomodando fichas y removiendo cúpulas, y otorgando dádivas a los sectores más postergados después de muchos años, como los jubilados. En definitiva, haciendo anuncios grandilocuentes, pero sólo eso:anuncios. Esto hizo que muchos cayeran en la trampa de creer que éste es un gobierno popular, cuando en realidad se han asumido los compromisos de pago al FMI más altos en los últimos años, efectuándolos sin vacilaciones. Como consecuencia de esto, para la enorme mayoría de la población se agravan las condiciones de vida, los índices de miseria y desigualdad social siguen incrementándose, los pibes se siguen muriendo por desnutrición y enfermedades evitables, y continúan sin resolverse las necesidades mínimas de trabajo, salud, educación, etc.
Por otro lado, han instalado con fuerza el tema de la “inseguridad”. La ofensiva de la derecha, con Blumberg a la cabeza, se sirve de una gran campaña de propaganda a través de los medios masivos de comunicación, que han ido creando un consenso en amplios sectores de la sociedad contra todas las manifestaciones de recla-mo en las calles, y convirtiéndonos a todos los excluídos en delincuentes. Endureciendo las leyes, procesando y encarcelando a los luchadores sociales, logran su objetivo de criminalizar y judicializar la protesta social.
Dentro del movimiento popular somos muchos más los que estamos luchando. Pero la realidad nos muestra que también existe una gran dispersión, dándose rupturas y fragmentaciones dentro de las organizaciones populares. Esto se debe en parte a la falta de profundización en lo ideológico, las prácticas oportunistas de los partidos políticos tradicionales y las teorías horizontalistas que han desvirtuado el marxismo leninismo, haciendo que se desprecie la organización y la necesidad de construcción de una herramienta política.
Por otro lado, esta etapa tiene que ver también con una necesidad de búsqueda. Muchos proponen la unidad, pero el interrogante sigue siendo el mismo: ¿con quiénes y para qué?.
Nosotros creemos que una de las tareas fundamentales de esta etapa tiene que ver con ir construyendo esa unidad, consciente, transparente y honesta, por sobre el personalismo, el protagonismo y todas las miserias humanas. Poniendo siempre por delante los intereses de la clase, y entendiendo que la única salida es el cambio de sistema a través de la Revolución Socialista.