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FIN DE AÑO CON POBREZA Y MISERIA
Por daniel Gamboa - Sunday, Dec. 26, 2004 at 9:23 AM
nuevorumbo445@hotmail.com.ar

ANTE LAS MANIOBRAS DE ENMASCARAMIENTO DE LA REALIDAD , UN NECESARIO BALANCE DE LA SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES Y EL CONJUNTO DE LOS EXPLOTADOS

Fin de año con pobreza y miseria
ENFRENTEMOS LA DOMINACION CAPITALISTA
La prensa y medios de comunicación en general, nos abruma en estos días de cierre del año 2004 con una imagen de los grandes centros urbanos de nuestro país, con restaurantes llenos, euforia por la ‘recuperación’ del consumo posterior a la crisis, grandes contingentes de la población despreocupados y sumergidos en actitudes individualistas, destacando además los sitios de turismo para “vacacionar”.Pareciera que estuvieramos de fiesta.
Sin embargo, el terreno de la realidad no se compadece con esa imagen ya que la mitad de los argentinos que tienen trabajo como empleados, obreros, profesionales o cuentapropistas ganan menos de 15 pesos por día y es una de las causas que explican por qué casi la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
Además, es preciso decir que la gente ocupada de menores recursos es la que recibe el castigo cotidiano derivado del aumento de los precios que sobrevino a la devaluación de 2001. Por entonces, la mitad de los ocupados ganaba menos de 400 pesos. Como desde entonces hasta hoy, la inflación superó el 50%, y aún en el supuesto en que esos sectores hubieran percibido alguna de las recomposiciones salariales que se desplegaron en todo el período, la diferencia representa como mínimo una pérdida adquisitiva del 27,5%.
Kirchner eligió con cuidado el momento político para anunciar el aumento de $ 100 que alcanza a los trabajadores privados y a dos tercios de los estatales nacionales. Lo hizo justo cuando la efervescencia de la pelea salarial se extendía a centenares de sindicatos y la CGT había advertido que necesitaba resultados concretos que le permitiesen mantener controlado y sin desbordes el flujo de esa discusión.
La puja por salarios era previsible, y sobre todo inevitable, en un marco de incremento de la producción, generado por el aumento de los ritmos intensivos y extensivos de explotación del trabajo humano,.Por eso este anuncio del gobierno otorgando esa cifra de 100 pesos no remunerativos supone un rescate de la política burguesa en su conjunto de los burócratas sindicales que conducen CGT- y la CTA.
Al otorgar 100 pesos no remunerativos a los asalariados, el gobierno no abrió un frente de conflicto con los dueños de las empresas porque a los burgueses les preocupa —tanto como al Gobierno y la CGT—CTA- la proliferación de conflictos salariales que puedan desmadrarse de los carriles orgánicos.
Con la complacencia de los burócratas sindicales se apunta además a limitar los márgenes de reclamo en las discusiones salariales abiertas ya que los incrementos que se discuten por gremio oscilan entre los $ 80 y los $ 150. y los $ 100 ordenados por el gobierno Kirchner vienen a promediar ese margen.

Frente a esto es necesario dejar en claro que el incremento nominal de los salarios encuentra su límite máximo en la rentabilidad del Capital y que rte, el límite mínimo se establece determinado por el costo de reproducción de la fuerza de trabajo del obrero.
De modo que cualquier “aumento” de salario solo es posible en tanto no haga descender la tasa de ganancia del capital al reducir la masa total del plusvalor producida por el esfuerzo del conjunto de los obreros. Entre estos dos límites queda fijado el campo de la lucha por la participación en la productividad del trabajo dentro del sistema capitalista, de forma tal que la salida de esta situación solo puede estar ligada a un proyecto estratégico de superación del modo de producción capitalista a través de la toma del poder por los explotados, y la definición de nuevas relaciones sociales de producción con su correlato jurídico en la abolición de la propiedad privada de los medios de producción de las grandes empresas monopólicos , y control y dominio por la clase obrera en el poder del comercio exterior
Para evitar las grotescas jugarretas de quienes encarnan el aparato ideológico de la burguesía, debemos tener bien presente que en nuestro país, el Estado es un instrumento del capital monopólico y que la burguesía en su conjunto, no ha revertido las políticas de clase que nos sumieron en un empobrecimiento generalizado, desde las anteriores gestiones y que tal cuadro de situación no se revierte con un aumento nominal de salarios.
Es cierto que los ganadores del modelo ya no son los mismos que con Menem Cavallo. Con estos prevalecían las privatizadas, los importadores y acreedores del Estado, devaluación mediante en el tandem Duhalde Krischner pasaron a primer orden los cerealeros, y petroleros exportadores, los que sustituyen importaciones y los fondos de inversión. Es cierto que entre ellos hay roces y disputas por el reparto, pero todos ellos, pretenden que los explotados asimilemos que la miseria se instaló para el resto de los días.
Los burócratas, y los medios de comunicación ocultan lo que nuestro bolsillo revela: que la política económica refuerza la tendencia al achatamiento del “costo salarial” que desde hace décadas propicia el sector capitalista dominante. El modelo de acumulación capitalista y de salida de la crisis abierta desde fines de la década del 90 se mantiene situando a los salarios en un nivel inferior al promedio internacional.
En cuanto a la ocupación, lo poco que se pueda conseguir, es a cambio de sueldos miserables y bajo condiciones de mayor explotación aún, ya que los contratos de trabajo transitorios se encuentran a la orden del día y la baja salarial se impone por el miserable monto asignado a los planes sociales que juega como piso para la fijación de las remuneraciones de los sectores en relación de dependencia
Los jubilados van a seguir percibiendo las mismas remuneraciones que día a día los desplazan hacia mayores situaciones de pobreza, con el agravante que muchos en el término de diez años ni siquiera podrán cobrar jubilaciones miserables por la estafa que significo el sistema de las AFJP.
El sistema de salud sigue en terapia intensiva, la educación como proyecto de país continúa siendo emparchada y cada vez más inaccesible para los sectores postergados de la sociedad.
Pagarle a los acreedores mientras la mayoría sobrevive con sueldos o subsidios irrisorios es una obscena inmoralidad que el Gobierno nacional, provincial y sus personeros en el movimiento obrero pretenden disimular con fuegos de artificio.
No hay que engañarse aceptando la misma receta con otro envoltorio. El mayor peligro que enfrentan los trabajadores y el conjunto de los sectores explotados es lo que se conoce como “naturalización de la miseria”, vale decir el conformismo frente a esta tragedia social aceptando el proyecto del gobierno como el orden natural de las cosas. .
En función de esa correlación en la lucha de clases y frente a todos aquellos que nos tratan de vender que las políticas de ajuste comienzan a ceder sin otro fundamento que la fe en “los nuevos aires”, denunciemos que esos nuevos aires son tan nauseabundos como los anteriores y que realmente el clima no es otro que el de la lucha por la recomposición salarial y la generalización de la protesta con el conjunto de los explotados, creyendo en nuestras propias fuerzas combinando las demandas económicas con la lucha política contra la dominación imperialista y sus personeros locales.

PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES (26-12.04)

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