Julio López
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QUE PASO EN LA MARCHA????
Por LIVIO - Monday, Jan. 03, 2005 at 11:37 PM

REPRIMIERON EN LA MARCHA POR LOS PIBES MASACRADOS???

Que paso?????, es posible que despues de la masacre perpetrada por todos los politicos corruptos y capitalistas que hundieron la nacion y que son los unicos responsables junto con los empresarios sedientos de ganancias, es posible que despues de que casi 200 pibes murieron quemados, aplastados o asfixiados estos hijos de yuta los persiguan, los golpeen y los metan en cana a los que salen a protestar. este sistema es una mierda repodrida en estado recontra avanzado de descomposicion.
CARCEL A TODOS LOS RESPONSABLES!!!!!
QUE SE VAYAN TODOS, INCLUiDA LA YUTA REPRESORA!!!!!
BASTA DE IMPUNIDAD!!!!!!!!!

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Reprimieron y detuvieron personas
Por uno que estuvo - Monday, Jan. 03, 2005 at 11:40 PM

Detenciones en Av. De Mayo y 9 de Julio
http://argentina.indymedia.org/news/2005/01/252309.php

Policias de civil golpean manifestantes durante la desconcentración
http://argentina.indymedia.org/news/2005/01/252342.php

Serian 8 los detenidos en la comisaria 2 da.
http://argentina.indymedia.org/news/2005/01/252348.php

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interesante
Por analisis politico - Tuesday, Jan. 04, 2005 at 12:25 AM

Publicado el: 22/12/2004
Anticipo de la hora política. Hoy Nº 1046. 3/1/05.

Castigo a los responsables de la masacre de Cromagnón
Escribe Ricardo Fierro


Con dolor y con bronca, sonó fuerte el “cacerolazo”: "¡Ibarra, Chabán, la tienen que pagar!" "¿Y Kirchner dónde está?"


Foto y epígrafe: Cacerolazo por Justicia.



Hay mucho dolor y también mucha bronca en los familiares, los jóvenes “callejeros” y el pueblo de la Capital. Veinte años atrás Catamarca vivió el crimen de María Soledad. En esos 20 años el pueblo aprendió a hacer tronar el escarmiento con piquetes y cacerolas.

Volvió Menem, ¿quién lo trajo y para qué? Solá y Duhalde cruzaron lanzas. Se remueve la interna de los de arriba.

El alevoso crimen de República Cromagnón ha tensado la situación política. Se ha producido un gran deterioro político de Ibarra y su banda, lo que provocará cambios en la situación. Mientras las luchas obreras siguen calentando el verano.



Foto y epígrafe: Bicicleteada de la JCCC.





1. Muerte, dolor y bronca en Cromagnón

Fue un mazazo: la muerte, los heridos, los desaparecidos, en República Cromagnón. Los padres, los hermanos, los amigos buscando a los suyos, llorando o gritando. Los que no son de Callejeros, sabiendo que los otros lugares, son iguales, que en la mayoría de ellos hay un Chabán.

Fue otro mazazo el caos, la total y absoluta falta de organización para actuar en la catástrofe. Y no fue peor porque los propios jóvenes, incluso los del grupo, actuaron de socorristas; porque los municipales, enfermeras y médicos hicieron lo suyo. Mientras, Ibarra y su banda discutían como salvar su mugre.

Y fue dura la ausencia de Kirchner, y su silencio, como si no tuviera nada que hacer o decir frente a la catástrofe más grande y dolorosa en más de medio siglo.

Chabán, el criminal dueño (o testaferro) de Cromagnón es un “modelo” de la Argentina de hoy. La droga y las bengalas eran parte de “su negocio”. Ibarra, el principal responsable político de la tragedia, es un “modelo” de funcionario: hace algunos meses renovó el cuerpo de inspectores sacando a los que calificó de “mafia” y poniendo en su lugar a otros que “coimean” para la corona. El gobierno nacional tiene a su cargo los bomberos de la Policía Federal, no puede hacerse el distraído.

Cuántos miserables como Chabán hay en la vida de la juventud. No solo en los recitales o las bailantas. Unos queman su vida trabajando “en negro”, con jornadas de 12 horas 6 días de la semana. Para los otros está la droga, la prostitución y el “gatillo fácil”.

El gobierno de Ibarra no es más que una oficina de negocios. Oculta sus responsabilidades atrás de la “promesa” mentirosa de que va a hacer lo que debió haber hecho. Su hipocresía provoca una indignación que ya comenzó a estallar con el “cacerolazo” del domingo pasado.

El Estado nacional, que devoró 98.000 millones de pesos durante el año pasado, demostró que no sirve para prevenir las catástrofes ni para actuar cuando ocurren. Se volvió a demostrar que esa gigantesca maquinaria estatal está al servicio de los Chabán, los Ibarra, la droga y la impunidad.

“¿Y Kirchner dónde está?”, fue una pregunta que cantaban los jóvenes en el “cacerolazo”. Llegó al gobierno prometiendo moralizar la vida política. ¿Qué lo retiene en Santa Cruz, lejos del dolor y de la bronca?

El domingo, 800 jóvenes arrancaron de Plaza Once, con familiares y amigos de las víctimas, y marcharon a plaza de Mayo, sede del gobierno de Buenos Aires y de la Nación, reclamando justicia. Cientos de vecinos de la Capital Federal se sumaron a la columna hasta llegar a ser 7 u 8.000 personas, y otros miles salieron de sus casas, aplaudiendo a la marcha, o con una cuchara y una tapa de olla.



2. Impunidad absoluta

Menem tiene parvas de cuentas pendientes con la Justicia. Ni qué hablar de las que tiene con el pueblo. Basta con mencionar el contrabando de armas a Ecuador y a Croacia, la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero y los asesinatos de más de 30 personas vinculadas a esas causas. Sin embargo, pudo volver al país y pasearse tranquilamente porque el juez Oyarbide le levantó el pedido de captura.

Cuando se destapó el caso del prostíbulo Spartacus, quedó en evidencia que Oyarbide garantizaba la “legalidad” de los “negocios” de la Policía Federal. Y Oyarbide quedó convertido en un juez de “la servilleta” del gobierno de turno.

En resumen, fue Kirchner el que garantizó la impunidad que le permitió a Menem volver al país. Se recordará que Duhalde ya había reclamado el cese de “la persecución” judicial al “ex presidente”. Es lógico, Duhalde no quiere que se investigue el vaciamiento del Banco Provincia de Buenos Aires.

Y Kirchner tampoco quiere remover las aguas porque está pendiente el “misterio” de los más de 1.000 millones de dólares que sacó del país. Notoriamente, un juez Federal acaba de “excusarse” en esa causa y mandó el expediente a Santa Cruz…

Unos por su pasado y otros por su futuro, todos quieren la inmunidad de los “ex presidentes”.



Sángüiches y mortadela

En política, siendo 2005 un año con elecciones, Kirchner negoció el retorno de Menem para polarizar el país, revitalizando su discurso contra “los 90”, que le dio buen resultado en las elecciones de abril de 2003 y generó expectativas de cambios.

Menem trabaja acuerdos con Sobisch, con Adolfo Rodríguez Saá y con Patti. Además, le bastaron 48 horas para hacer abortar el juego de López Murphy de “embolsarse” el peronismo anti Duhalde y anti Kirchner.

Un escenario político polarizado en la confrontación Kirchner-Menem, es lo más conveniente para el gobierno actual, sobre todo porque dejaría a Duhalde (el principal “problema” de Kirchner en el juego de los de arriba) como la mortadela del sángüiche.

Casi en simultáneo con la llegada de Menem, el gobernador bonaerense, Felipe Solá, lanzó su línea interna, desafiando a Duhalde, el jefe del aparato político bonaerense. Se discute mucho si esto fue inducido por Kirchner o por las propias aspiraciones de Solá. De cualquier manera que sea, Kirchner necesita de Solá para “desembarcar” en Buenos Aires; y Solá necesita de Kirchner para emparchar el déficit presupuestario de Buenos Aires y para resistir las embestidas del duhaldismo.



Juegos peligrosos

Duhalde retrucó con todo. Abandonó su pose de dirigente “internacional” para meterse abiertamente en la “interna” bonaerense. Dirigió la operación por la que el Congreso provincial recortó los poderes de Solá en el manejo del presupuesto. Y lanzó la línea interna “lealtad” con una solicitada firmada por 1.200 senadores y diputados nacionales y provinciales, intendentes y jefes políticos. Duhalde mostró una fuerza que puede, en alianza con Alfonsín, paralizar el Congreso nacional.

Tanto Solá como Kirchner pueden gobernar por decreto. Claro que ese revelaría un deterioro de “la gobernabilidad” y llevaría a Buenos Aires, o al país a una crisis política.

¿Por qué Duhalde jugó tan fuerte? Porque Solá solo puede hacer crecer su fuerza usando el presupuesto provincial para “robar” capital político duhaldista. Y de ese juego político depende el futuro de Kirchner: mientras no tenga una fuerza en Buenos Aires, quedará atado a la negociación o las amenazas de Duhalde.

La disputa Kirchner-Duhalde se va abriendo paso y tiñe la política nacional. Es entre figuras y fuerzas que expresan al sector hegemónico del bloque dominante. Esta contradicción, aunque viene de tiempo atrás, tomó este carácter agresivo a partir de que trascendió la preferencia de Duhalde por la candidatura de Lavagna, en las elecciones del 2007, y luego, Kirchner jugó “la carta china”.

Kirchner y Duhalde, por ahora, se necesitan. Los dos coinciden en la necesidad del “megacanje” y la renegociación con el FMI. Pero Kirchner apuesta a salir fortalecido y Duhalde a que el actual presidente quede debilitado.

La virulencia de la batalla política entre ambos está abriendo un camino que puede llevar a una crisis política. Camino peligroso para Solá, como ya dijimos cuando descalificó a “Chiche” Duhalde: “Solá parece no recordar lo que le pasó a Yabrán…” (hoy N° 1.039).



3. Verano caliente

El alevoso crimen de República Cromagnón ha tensado la situación política. Ha comenzado un amplio movimiento de solidaridad con los familiares y amigos, respetuoso del dolor y de los tiempos, que exige justicia.

Esto ocurre cuando la CGT ha pactado con la Unión Industrial Argentina para tratar de bloquear las luchas salariales reemplazándolas por canjes de salarios por “productividad”, es decir, por mayor explotación. Tanto las patronales como los jerarcas están atemorizados, porque las luchas obreras han adquirido formas que quiebran la legalidad, recorriendo caminos heredados del Argentinazo: tomas de edificios, cortes de calles y de vías, y autoconvocatorias de asambleas, cuerpos de delegados y comisiones internas que han pasado por encima de las direcciones propatronales.

La movilización masiva de los obreros de Parmalat, el corte del puente Pueyrredón el 26 y la bicicleteada de la Juventud de la CCC el 28 han dado un cierre del año combativo, estimulado por la gran movilización unitaria del 20 de diciembre.

Todo indica que hay por delante un verano caliente.







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El Encuentro Nacional por la Soberanía Popular

La unidad para la lucha social y política







Recientemente se constituyó en Rosario el Encuentro Nacional por la Soberanía Popular. Se trata, con las particularidades del caso, de un frente de centroizquierda que ya ha comenzado a realizar reuniones en distintos puntos del país.

Tenemos puntos importantes de acuerdo con muchas de las fuerzas integrantes de ese agrupamiento. Hemos participado junto con ellas en numerosas luchas, y lo seguiremos haciendo en el futuro. Tenemos, también, discrepancias sobre cuestiones de fondo.



El auge y los frentes

Consideramos que el proceso que desembocó en el Argentinazo fue mucho más allá de las “luchas de resistencia” y el “cuestionamiento al modelo neoliberal” como caracteriza el “llamamiento”. Fue un profundo auge de masas, de características tanto sociales como políticas, que desembocaron en un hecho político único en la historia nacional: las masas en lucha voltearon a un gobierno del sistema. Y cuestionaron, no solo a un “gobierno neoliberal”, como afirma el “Encuentro”, sino a los tres poderes del sistema.

Un “nuevo proyecto político” no puede desconocer las experiencias anteriores, como hace el “llamamiento”. No faltaron intentos de constituir una “dirección consciente del campo popular”. Cada fuerza tiene, sobre esta cuestión, un balance a cuestas. El PCR, junto a otras fuerzas populares, lo alentamos en la primera y segunda marchas federales y luego en la Asamblea Piquetera. No puede soslayarse el hecho de que algunas de las fuerzas que integran el Encuentro, consideraron, en su momento, que el camino de acumulación política pasaba por el Frepaso, y luego por la Alianza, en función de lo cual se apartaron de los bocetos de “dirección consciente del campo popular”.



El camino

Desde las guerras de la Independencia al Argentinazo no fueron la “representación” y la “participación” los motores de cambios, sino la acción revolucionaria y el protagonismo de las masas populares lo que signó nuestra historia.

Es en el curso de ese camino histórico, en nuevas condiciones sociales, en el que puede consolidarse “una nueva coalición política y social”, que sea expresión y no mera “representación” de “las mayorías populares”. Como lo muestra también la experiencia latinoamericana con las puebladas de Bolivia, Perú, Ecuador y la que aplastó el golpe de Estado en Venezuela, no se trata de un camino “que trascienda los acuerdos electorales, aunque los incluya”; sino de un camino de combate, social y político, siguiendo la experiencia histórica nacional y latinoamericana, que también incluye el aprovechamiento de la democracia burguesa como tribuna de denuncia, en determinadas circunstancias.



El gobierno de Kirchner y el bloque dominante

Es cierto que las fórmulas “oficialismo” y “oposición” provienen del régimen parlamentario y no son precisas. Pero eso no significa dejar de definir el carácter del gobierno actual y la táctica en consecuencia, como hace el “llamamiento”. Junto a los hechos positivos del gobierno, sobre todo en materia de derechos humanos, el llamamiento soslaya el consecuente pago de la deuda externa, la política a favor de la burguesía intermediaria, sobre todo los monopolios exportadores. Además, la política del gobierno de no tocar la estructura agraria: el latifundio, factor regresivo que hunde sus raíces en la Colonia y se refuerza hoy con la extranjerización de la tierra. Notoriamente, el tema de la tierra no es tratado en el “llamamiento”.

En la situación actual, coincidimos con el “llamamiento” en dirigir el golpe principal contra el imperialismo yanqui. Pero sin perder de nunca vista que todo el bloque dominante —al que pertenece el gobierno de Kirchner— expresa a los enemigos que el pueblo debe enfrentar para que avance su lucha revolucionaria.



“Cúpulas” y mesas

Se ha planteado muchas veces el rechazo a los acuerdos “copulares” como expresión de “la vieja política”. Si se pretende, entonces, construir algo nuevo, esto no puede partir de la existencia de una “mesa chica” (¿no es eso lo “cupular”?), como la que hace por lo menos dos años viene gestando el Encuentro, en donde se tomen decisiones que luego se “formalizan” en una “mesa grande”.

Más aún si en esa “mesa chica” hay figuras como Carlos Heller, cabeza de Credicoop y presidente de Abappra, que tuvo una destacada actividad durante el gobierno de la Alianza (como fue la promoción y defensa pública del “corralito”). Abappra es, además, una organización que incluye, junto a bancos cooperativos y públicos, a entidades como el Galicia, de viejas familias oligárquicas que manejan los fondos de importantes grupos monopolistas y terratenientes.

Hay, en consecuencia, debates importantes, muy importantes, en cuánto a los contenidos y métodos del Encuentro. Desde ya que esto no cierra ninguna posibilidad para continuar buscando acuerdos para la lucha social y política, tal como lo reclama la hora actual.

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