Julio López
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y ahora que dirás aguante k? > asume Alvarez en Seguridad con un guiño de KirchneryDuhalde
Por d-d-k-k - Thursday, Jan. 06, 2005 at 3:55 AM

SE HARIA CARGO EL VIERNES DE LA CUESTIONADA SECRETARIA Ciudad: asume Alvarez en Seguridad con un guiño de Kirchner y Duhalde

Ibarra buscó y logró el sostén del PJ. Hubo contactos permanentes con la Casa Rosada.

Mariana García.
magarcia@clarin.com

Juan José Alvarez será, como informó Clarín, el nuevo secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, después de que Aníbal Ibarra le ofreciera el cargo que quedó vacante tras la tragedia en el boliche de Once. No fue una decisión solitaria. El jefe de Gobierno consensuó su nombre con el presidente Néstor Kirchner, su antecesor, Eduardo Duhalde, y el gobernador bonaerense Felipe Solá.

Ibarra no sólo buscaba a alguien que se hiciera cargo de la seguridad. Necesitaba también un nombre que pudiera reconstruir sus vínculos políticos después de la aparente soledad en que había quedado. Y quien cumplía con esos requisitos era el duhaldista Juan José Alvarez. Además, el ex ministro bonaerense conoce de cerca lo que sucedió en el boliche República Cromañón: el novio de su hija estuvo allí y continúa en terapia intensiva. Quedó claro que con esta designación Ibarra buscó un salvavidas en el PJ.

Alvarez asumirá entre el viernes y el sábado el cargo que dejó Juan Carlos López. Su designación necesitó más de 24 horas de arduas negociaciones pero Ibarra consiguió así que el peronismo "no le soltara la mano" —graficó una fuente del oficialismo—, una "mano" que muchas veces puede decidir la suerte final.

Todo comenzó a las seis de la mañana del martes en la casa de Raúl Fernández, Secretario de Gobierno porteño. Hasta allí llegaron Ibarra, su vice, Jorge Telerman, y sus secretarios Roberto Feletti y Eduardo Epszteyn. Ibarra movió la primera ficha: "hay que buscar el respaldo del PJ". La segunda le tocó a Telerman, que propuso a Alvarez.

Ahí mismo se hizo la primera consulta: Eduardo Duhalde. El ex presidente siempre tuvo buena relación —según los ibarristas— con el jefe de Gobierno y de inmediato le dio su apoyo. La reacción no se hizo esperar y llegó por boca de su esposa, Chiche: "No he visto ausencia del Estado. Creo que Aníbal Ibarra ha tenido una presencia permanente" dijo a una radio y remató: "Todos somos responsables". Un claro mensaje para encolumnar al PJ.

Alvarez ya había sido contactado en Punta del Este y había dado una primera aceptación. Pero el aval de los Duhalde podía terminar de despertar la ira del presidente Kirchner y empantanar aún más las relaciones con el Gobierno. Los ibarristas tenían que actuar con precisión milimétrica.

Ya era la tarde cuando Ibarra se comunicó con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Pudo respirar aliviado. Había conseguido el apoyo del Gobierno nacional.

A las ocho de la noche, volvieron a comunicarse con Alvarez. Esta vez para decirle que ya estaban todos los apoyos, incluido el de Solá. Pero todavía faltaba más. Una reunión entre Alvarez y el presidente, que se concretó ayer a la mañana en la Casa de Gobierno y en la que también estuvo Alberto Fernández. "Tenés nuestro apoyo", le dijo allí el Presidente. Lo curioso es que, un año atrás, en diciembre de 2003, fue Kirchner quien presionó a Solá para que Alvarez abandone el ministerio de Seguridad.

De todos modos, el nuevo apoyo presidencial permitiría —según fuentes de la Ciudad— que se concrete el demorado traspaso de la Policía, y también de los Bomberos, de la órbita nacional a la Capital Federal.

Con el aval del Presidente, Alvarez cruzó la Plaza de Mayo hasta la jefatura de Gobierno porteña. Allí escuchó el ofrecimiento formal. Tendrá que esperar 48 horas antes de asumir. En ese tiempo tendrá que elaborar un plan que incluirá el tema de la justicia en la Ciudad, la seguridad, pero también las cuestionadas habilitaciones municipales. En la jefatura de Gobierno creen que esos dos días será suficientes para que Alvarez no asuma en medio del vendaval.

Alvarez le traerá a Ibarra alivio político. Pero aún antes de haber asumido su nombre ya generó polémica. Ayer fue "repudiado" por la agrupación Madres de Plaza de Mayo.

Y aunque tiene para mostrar los muchos cargos que ocupó en el área seguridad, le tocó protagonizar a él también otra tragedia desde la función pública: el asesinato de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán durante la represión en el Puente Pueyrredón en junio de 2002, cuando él era ministro.


Antecedentes



Juan José Alvarez fue intendente de Hurlingham entre 1995 y 2001.

Duhaldista, casado y con cinco hijos, fue Secretario de Seguridad bonaerense, con Carlos Ruckauf.

Como ministro de Justicia de la Nación, con Eduardo Duhalde, debió hacer frente a los asesinatos de Kosteki y Santillán en Avellaneda.

En 2003 volvió a la provincia con Felipe Solá. A los dos meses, renunció.

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Habrá sido así?
Por Una - Thursday, Jan. 06, 2005 at 8:55 AM

La tragedia 'resuelve' una interna previa?
Los duhaldistas tuvieron con qué presionar para entrar al gobierno de la ciudad?
Cada vez huele peor este asunto.
Y K se atreve a hablar de los que se aprovechan del dolor?
Estemos atentos.
QSVT!

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otra opinión, sacado de página
Por Aguante K! - Thursday, Jan. 06, 2005 at 3:57 PM

OPINION
Tierra de nadie

Por Horacio Verbitsky

Juan José Alvarez asumirá por apenas 90 o 120 días como interventor del área de justicia y seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El ex intendente de Hurlingham no cambiará de distrito ni permanecerá más allá de la emergencia en el gabinete de Aníbal Ibarra. Su designación fue aprobada por el presidente Néstor Kirchner, con quien se reunió ayer al mediodía. Antes de encontrarse con Ibarra, Alvarez fue al hospital donde sigue internado el novio de su hija, quien el 30 de diciembre fue retirado inconsciente de República Cromañón. El le pidió que aceptara el desafío.

Como ministro de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, Alvarez chocó con los zatillos, guadarneses y coquinarios de palacio, Alfredo Atanasof, Eduardo Amadeo, Carlos Soria y Miguel Toma, y con los gobernadores José De la Sota, Rubén Marín y Juan Carlos Romero, entusiastas de la mano dura contra la movilización social. La matanza del 26 de junio de 2002 en Avellaneda le dio la razón y obligó al senador Eduardo Duhalde a acortar su interinato al frente del gobierno nacional. Durante su gestión comenzó la política preventiva, con grandes vallados y policías sin armas, que Kirchner profundizó en 2004 luego de los desbordes frente a Repsol y la Legislatura. También enfrentó con éxito la ofensiva del ministro de Defensa y del jefe del Ejército de entonces, Horacio Jaunarena y Roberto Brinzoni, para policializar a las Fuerzas Armadas. Esta afinidad conceptual con Kirchner pudo más que los desentendimientos nacidos cuando se trataba de definir la fórmula presidencial justicialista para 2003 y atizados por su sucesor ministerial, Gustavo Beliz.

El mes pasado, Alvarez fue sondeado por Mauricio Macri como posible cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires. Pidió una audiencia con el jefe de gabinete Alberto Fernández y le comunicó que no quería ser instrumento de la derecha contra el gobierno, pero que necesitaba saber si tendría espacio allí donde prefería estar. La respuesta fue afirmativa, y ayer se concretó en un encargo de alto riesgo.

El proyecto que mañana presentará a Ibarra incluye medidas de prevención, tan obvias que ni merecen enunciarse, y otras de fondo, como la transferencia definitiva de la porción metropolitana de la Policía Federal a la jurisdicción porteña. Así se suprimirá la tierra de nadie en la que prosperaron el descontrol imperdonable y su consecuencia, la muerte.

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detalles
Por Aguante K! - Thursday, Jan. 06, 2005 at 4:03 PM

No estoy de acuerdo con todo lo que dice el compañero Verbitsky, pero bueno, te dejo esa nota como para resaltar que te olvidás de algunos detalles, como por ejemplo que en la gestión de Alvarez fue cuando se puso en práctica la política de prevención sin represión que garantizó la paz social luego de la brutalidad policial del 19 y 20 con el criminal De la Rúa. Y que la masacre del puente pueyrredón fue incentivado por otros personajes, como Ruckauf, Atanasoff y Toma, que justamente lo que hacían era cuestionar esa politica que Alvarez defendía y promover la mano dura y la represión.
Creo que si vamos a los diarios de la época y vemos el contexto rescataríamos la figura de Alvarez, más allá de que no sea santo de mi devoción.
Yo preferiría otro secretario de seguridad, en eso coincido con vos, pero creo que atribuirle a Alvarez lo de Kostecki y Santillán es faltar a la verdad. Todos sabemos cuáles eran las dos visiones que estaban en pugna y ahí ganaron Ruckauf, Atanasoff y Toma.
Claro que el presidente no era Kirchner sino el mafioso de Duhalde.

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juaaaa!
Por que defensa! - Thursday, Jan. 06, 2005 at 4:04 PM

la defensa del chupa-k es usar a Verbitsky que sin ningún empacho dice que el asesino de Álvarez "se reunió para ver si le daban la secretaría de seguridad o se iba con Macri". Masacre de por medio, vuela el ibarrista y lo ponen al asesino de vuelta en su antiguo puesto (que se vayan todos?) a cambio de los bomberos que Ibarra quiere que sean de la ciudad y a los cuales no se privó de atacar usando esta masacre.

Eso sí, los que usan la masacre políticamente son "la izquierda", la derecha del PJ son angelitos

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una sola preguntita...
Por KId A - Thursday, Jan. 06, 2005 at 5:11 PM

...Acaso este muchacho chupa-K no sabe cuáles fueron los resultados de la "política de prevención"?

La obsecuencia y el autismo no son buenos compañeros...

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qué caraduras!
Por Gabriel - Thursday, Jan. 06, 2005 at 5:20 PM

ahora aguante K nos quiere hacer creer (usando como fuente al mercenario verbitsky) que juanjo alvarez era progre, cuando cualquiera con un poco de memoria se acuerda que fué él quien lanzó la coordinada versión oficial del enfrentamiento entre piqueteros!
transcribo informe sobre juanjo álvarez:
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- INFORME: Quién es Juan José Alvarez, el duhaldista que se encargará de la Seguridad de los Porteños

De la coordinación represiva en la Masacre de Avellaneda al control de la protesta después de la tragedia

En momentos en que la conmoción social por el crimen de 185 personas, en su mayoría jóvenes humildes, reavivó en las calles céntricas de la Ciudad el repudio a la clase política expresado en los cantos de las movilizaciones al grito de "que se vayan todos", Aníbal Ibarra designó en el cargo más sensible en estos momentos a uno de los políticos repudiados que siempre vuelven. Con su gestión en crisis ante la bronca popular, el Jefe de Gobierno busca apoyo en el viejo y desprestigiado aparato del PJ bonaerense, nombrando a Juan José Álvarez, como el resultado de un nuevo designio táctico de dos aliados estratégicos: Néstor Kirchner, cuya gestión también fue duramente cuestionada por la tragedia, y Eduardo Duhalde, el principal responsable de otra masacre, los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, el 26 de junio de 2002, durante la represión en Avellaneda. Los antecedentes sobre la "sapiencia" de Álvarez en los temas de "seguridad ciudadana" tienen este origen:

“Juanjo Álvarez”, sus antecedentes durante el Gobierno de Duhalde, la Masacre de Avellaneda

El 26 de junio de 2002, más de 40 personas fueron heridas con munición de guerra en Avellaneda y eran asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki como resultado de un operativo represivo a su cargo. Juan José Álvarez, desde que había asumido el cargo de Secretario de Seguridad en diciembre de 2001, había impulsado el accionar conjunto de las cuatro fuerzas de represión interior, que bajo su coordinación se puso en marcha el 26 de junio.

El viernes 7 de junio anterior, a menos de tres semanas de los crímenes de Avellaneda, Álvarez había anunciado que el gobierno “estaba decidido a impedir” las protestas que cortaran los accesos a la ciudad. Sobre el diálogo que aquel día el funcionario mantuvo con la prensa, informó la Agencia DyN: “Cuando se le preguntó si el gobierno actuaría con mano dura para controlar los piquetes, Álvarez sostuvo que no se trata de ‘dureza o blandura, sino de una decisión política. A la Ciudad no se la puede bloquear’, insistió Álvarez y sostuvo que ‘habrá operativos conjuntos de las fuerzas de seguridad para hacer frente a este tema”. Una masacre se desató bajo su mando como consecuencia de la “decisión política” suya y del gobierno que integraba.

Durante la trágica jornada Álvarez dirigió el operativo desde su oficina, en permanente comunicación con los Jefes de la Policía Federal. Bajo sus órdenes se habían impedido, aquella misma mañana, otros tres bloqueos de Puentes, y sólo faltaba evitar “a cualquier costo” el corte del Puente Pueyrredón.

Inmediatamente después de los asesinatos, y hasta que se conocieron públicamente las fotografías que incriminaban a la Policía, Álvarez se convirtió en vocero oficial repitiendo los mismos argumentos que planteaba el Comisario Fanchiotti. Aquella primera noche después de los asesinatos, el Gobierno de Duhalde empezó a mentir en forma pública a las 21.30 horas, en la conferencia de prensa que organizó Juan José Álvarez en la Quinta de Olivos. “Los que manifestaron son otros (respecto a los cortes anteriores). Esta vez lo han hecho de una manera absolutamente violenta e irracional. Hubo personas dentro de la manifestación que pedían el auxilio de las fuerzas policiales porque veían correr peligro su propia integridad”, sostuvo ante micrófonos, grabadores y cámaras de televisión. Durante esa conferencia y en los días siguientes, Álvarez insistió en mencionar –cada vez que pudo– la existencia de armas de fuego entre los manifestantes. No le importó que la policía no hubiera secuestrado ni una sola arma a pesar de las 160 detenciones y ningún efectivo hubiera sido herido por los disparos. “Se han visto agresiones con una honda, con escopetas, armas y bombas molotov”, dijo.

En el trabajo de Investigación “Darío y Maxi, dignidad Piquetera”, publicado en forma de libro por el MTD Anibal Verón en el Frente Darío Santillán, se analiza la actitud de Álvarez: “¿Sabía el secretario de Seguridad que estaba mintiendo o en su buena fe reprodujo información falsa? Como dijimos, no hubo ni hay ningún informe que certifique sus palabras. Después de ejercer como intendente de Hurlingham en el Gran Buenos Aires y como funcionario en áreas de seguridad en la provincia de Buenos Aires o en el gobierno nacional, Juan José Álvarez aprendió con precisión lo que somos los movimientos de desocupados, nuestros alcances y limitaciones. No desconocía el tema. Era consciente que estaba mintiendo para justificar los crímenes. Tan bien conocía lo que había pasado aquel día en Avellaneda que, antes de terminar la conferencia, cometió el fallido que lo delató. Refiriéndose a la denuncia del chofer al que le incendiaron el colectivo en la avenida Mitre al 1.300, a trece cuadras del Puente y cuando ya no quedaban manifestantes, lo hizo en estos términos: “Como ha denunciado un chofer de colectivos, lo ha bajado del mismo personal que estaba con escopetas”. Con su acto fallido Álvarez no hizo más que confirmar lo que cualquiera que estuvo en Avellaneda aquella tarde sabía: que portando escopetas, armas de fuego, Itaka, el 26 de junio sólo hubo personal policial."

Su carrera política

De 49 años, Álvarez construyó su carrera haciendo gala de una imagen legalista en materia de seguridad, distinta de los halcones del PJ que predican la represión indiscriminada, como Ruckauf o Atanasof. Sin embargo, la práctica lo encontró compartiendo y justificando el trabajo sucio a la par de hombres como Oscar Rodríguez. Los roles que el vicejefe de la SIDE y el secretario de Seguridad del gobierno de Duhalde jugaron en la planificación, ejecución y justificación de los crímenes de Avellaneda, lejos de ser antagónicos, fueron complementarios: para disparar sistemáticamente sobre los manifestantes, había que montar el escenario de saturación de fuerzas represivas que Álvarez dispuso.

Juanjo Álvarez dio sus primeros pasos políticos en los convulsionados años 70, militando en la derecha sindical peronista. Entre los años 91 y 93 fue el director más joven en la historia del Banco Provincia. Como gran parte del elenco duhaldista, conoce el menemismo desde adentro: fue subsecretario de la Presidencia de la Nación hasta 1995, especializándose y brindando seminarios sobre Modernización Pública, forma elegante de definir la política de privatizaciones que destruyó el patrimonio nacional. Fue electo intendente de Hurlingham en 1995 y 1999, cargo que abandonó el 26 de octubre de 2001 para hacerse cargo del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.

Dos meses después de asumir, durante la rebelión popular que terminó con el gobierno de De la Rúa, Álvarez jugó un rol destacado en las maniobras tendientes a que el aparato político del duhaldismo se quedara con el gobierno: “Ustedes, si quieren darles a los comercios chicos, denle p´adelante, basta que no se metan con los hiper”, dice el diputado provincial Luis D´Elía que le dijo el entonces ministro de Seguridad de la provincia, en el marco de los saqueos del 19 de diciembre.

Una vez caído De la Rúa, Álvarez –desde el ministerio provincial– volvió a aportar su visión ágil y efectiva para desactivar lo que días antes había ayudado a activar. Una impresionante campaña de acción psicológica se montó durante las madrugadas del viernes 21 y sábado 22 de diciembre, con el fin de retraer el estado de efervescencia popular que habían generado los saqueos y el derrocamiento de un gobierno antipopular por la resistencia masiva en las calles. Con estas maniobras, Álvarez demostró su influencia y capacidad de manejo sobre el aparato político provincial y la bonaerense. Asumido Rodríguez Saá, fue designado para el mismo cargo pero en el Gobierno Nacional, por pedido expreso de Ruckauf.

En diciembre del 2001, en el marco de la estrategia del PJ para neutralizar la movilización popular y hacerse cargo del gobierno, Álvarez puso sus capacidades en función del mismo objetivo que compartía con quienes pregonan métodos menos sofisticados de represión. Mientras Oscar Rodríguez y Quindimil planteaban el enfrentamiento en términos de “disputarle la calle a los piqueteros y los zurdos”, Álvarez apelaba a operaciones de acción psicológica basándose en un manejo inteligente de los medios periodísticos. La misma lógica se dio el 26 de junio de 2002.



Con la designación de Álvarez como responsable del área de Seguridad de la ciudad, el gobierno en crisis de Ibarra parece estar preparándose para apelar a los mismos mecanismos sucios de represión y acción psicológica que caracterizaron al Duhaldismo.

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Obsecunecia no da para más
Por Tupac - Thursday, Jan. 06, 2005 at 6:29 PM

Cuanta KARETA NO? flaco te bajan linea y seguis en la obsecuencia, va si se puede llamar linea a este manotaso de ahogado del perro. tendra miedo de que la gita de nacion y G.C.B.A. no llege a su nuevita casita en Punta-ni a abarrotar la publicidad de su diario y su portal?).
La Info que subio gabriel lo dice todo, fue confeccionada por el Frente Popular Dario Santillan (en el que milito). Es más se podrian subir otras declaraciones del Juanjo (fascista formado por los c.i.a. de galimba, en la escuela de altos estudios sobre seguridad de la gobernación de TEXASSS, sabias?), que no subimos por edición, pero con todo gusto tenes a dispocición lo recabado sobre este hombre por la comisión investigadora independiente. tenes desde declaraciones en medios radiales y audiovisuales como así tambien escritos.
Che que lindo que subiste el Tissue (te acordas que ayer te decia, que los mulos de página, no solo página se ivan a pintar la cara?) este de pagina-K.
1) de los inspectores ni hablamos no? peligra tu laburo? Y? Tus saguesos? O la obsecuencia te sigue tampando lo que tenes en la punta de la nariz? Por que ni respondiste
2) la nota del mulo del perro no tiene desperdicio de papera. Perece un abstracto de Floricienta, pero con un titulo en las antipodas del contenido.
vamos a desmenuzar este tipo ideal de manejo editorial (eso si no se puede negar el perro siempre fue un gran payaso con el verbo)
- por un lado: figura en "Opinión", cosa que el perro nunca hace; siempre se mezclaba en la editorial que le tiraba su patron Don fernadez. raro no? El lo mando a escribir esta nota (en tiempo record) para limpiar (tissue te acordás?) la cara de esta agachada con el fascismo duhaldita-Kichnerista que esta cerrando filas.
No le habran dado las pelotas a página para subirla a la nota editorial como hacia siempre el perro. (Ahora cobra coerencia el desplazo de Nudller y la llegada de DANIEL ARTANA a pag-eco.)
- por otro para disfrazar lo intapable hace uso de artimañas clásicas a las que nos tienen acostumbrados los mas media. Arremete sentimentalmente con el noviecito de la hija (le da a esta gilada una centralidad, que envidiaria hasta el mismisimo crónica o la revista gente. H.V. se parece cada vez mas a Chiche no?).
El perro nos relata una apasionada novela de como un asesino (formado en los estados unidos para eso) es una carmelita descalza, presta a cumplir su apasionado compromiso para con la patria. Andaaaa. Para tapar lo intapable recurre a los tintes de "color" en su nota para que el lectore se posicione ablandado frente al juanjo, viejisimo recurso de Ambito financiero (el perro tambien tiene ahi unos billetitos no?)
_ y si esto no fuera poco: utiliza otro recurso clásico de los medios fascistas. "La omisión ex-profeso".
Por que Omite Señalar el Perro el historial entero de este nuevo paladín de la seguridad progre? Por que le da centralidad a la vanalidad y omisión completa o sesgada de la historia completa de este siniestro personaje? Lo despega de la autoria de la "mano dura" (si hasta Arslanian lo corre por izquierda), que caradura. No es que Vervisky presidente del CELS (a claro la Fundación Ford de galimba). sabes que pensaba El Juanjo sobre el gatillo facil cuando era ministro de HER RUCAUF (cosa que magicamente olvida don vervisky. Olvida?). Por que omite las declraciones del Juanjo cundo sostenia el enfrentamiento entre bandas piqueteras (claro d´lia sostenia lo mismo no? que coincidencia)
- Otro recurso es el empantanamieto: Que era o no era duhaldista? Si lo era del riñon o del vaso, apendice o el orto? (que dudas quedan que era duhaldista). Hasta lo hace figurar mágicamente como K de la primera hora para lavarle la cara. Que caradura! Cuando se lo escucho publicamente defender al oligarcon de Kichner? (a no pero el perro lo garantiza. sacan era más creible que este comisario politico de gorra y pito) Que era o no era el intendente mimado (Hurlingham) del menemismo (te recuerdo que en su gestíon tuvo como funcionarios a Patricia Bullrich y al agente de la C.I.A de Galimba J.M.Velazco)?. El perro parece querer situarlo en la carmelita descalza de la teoria del entorno no?. Que quiso, pero no pudo. que pin que pan... y al fin de cuentas que es lo que queda en blanco sobre este Juanjo? alguien entendio? O el objetivo del perro se logro con creces confundir-desinformar (generar opinión desde el mareo). Por que omite el Perro la Vinculación de Alvarez con la Bonaerense (no era Casanovas el comisario "más profecional de la Tropa" se olvido tan rápido?
- El último "la mentira" (si era así por que el perro no lo dijo antes. Queres ver viejas notas del mismo V. sobre Juanjo?). Omitir-Empantanar-Confundir-disfrazar en fin un exponete de los mass media en su máxima expresión (a claro falta: pero con el monedero haciendo plin caja no?). Eso se llama mentirle al lector. Engañar a travez del uso de artimañas expresivas lo que con la geta no se sostiene.

Tiempo al tiempo compañero.
Los pibes de mi barrio no olvidaran la corona de laureles que el perro coloca al Alvarez, espero que usted tampoco

No se cumpa, cual es su obseción de defensa de lo indefendible. Sus propios argumentos (los de ayer y de hoy) le muestran frente suyo la contradicción y el giro represivo que dio su gobierno popular (K-D, menem no?).

Saludos cumpas despues la seguimos y nos vemos hoy

¡NI MUERTOS NOS DETENDRAN!

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Y ?
Por . . . . . (cinco puntos) - Friday, Jan. 07, 2005 at 12:14 PM

Y defensor de cobanis?

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Los grillos se aburren señorito
Por Tupac - Friday, Jan. 07, 2005 at 12:37 PM

Seguira en la obsecuencia o su almohada le habra hablado untantico?
saludos y no se enoje compañero por que si algo me queda claro como decia daria "con el compañero se discute (al margen de las diferencias) políticamente, al enemigo se lo combate (el perro ya se paro con la gorra). Saludos y nos vemos en la lucha!!!!!!!

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perdón por no citar la fuente
Por Gabriel - Friday, Jan. 07, 2005 at 12:39 PM

Cumpas, perdón, pero a mi ese informe me llegó reenviado, y no tenía la fuente.
de todas maneras, felicitaciones al equipo que lo hizo porque es muy completo, y un arma excelente para enfrentar a quienes pretenden reinventar la historia de este hijo de puta.
dejo una más:
lo acusan a fernando (quien estuvo preso más de una vez y hoy está prófugo por repudiar a rato) de servicio...
¿qué decir de d'elía, que días antes de la batalla de avellaneda tiró el discurso de "piqueteros buenos vs. piqueteros malos" avalando lo que iba a pasar?
no me jodan, kirchneristas, y dénse cuenta de una vez.

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Tierra de pocos
Por Hernán López Echagüe - Saturday, Jan. 08, 2005 at 1:38 AM

La política argentina continúa repleta de personas dignas del desprecio y la náusea sobre cuyo pasado o trayectoria, parece, hoy es insensato hablar.

La política argentina continúa repleta de personas dignas del desprecio y la náusea sobre cuyo pasado o trayectoria, parece, hoy es insensato hablar. Al amparo del olvido, de esa melancólica oquedad que da la impresión de haber devorado buena parte de la memoria colectiva, algunas ocupan despachos oficiales y otras pretenden hacerlo.

Ahora, para celebrar el comienzo de un nuevo año, el poder político ha resuelto obsequiarnos la resurrección de Juan José Alvarez, hombre que ha hecho de la promiscuidad su arte: entre 1991 y 1993 integró el directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires. De allí, y hasta el año 1995, bajo la administración Menem, ocupó la subsecretaría de la Función Pública de la Presidencia de la Nación. Luego fue electo intendente de Hurlingham, empleo político que abandonó el 26 de octubre de 2001 para instalarse en el despacho del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires: cabe recordar que Carlos Ruckauf era el gobernador. Dos meses más tarde, en los días previos a la rebelión de diciembre, supo brindarle al duhaldismo una generosa mano. Recibió en su oficina al entonces piquetero Luis D´Elía y le aconsejó: “Ustedes, si quieren darle a los comercios chicos, denle p´adelante, basta que no se metan con los hiper”.

Tras la caída del gobierno de la Alianza, Adolfo Rodriguez Saá lo designó ministro de Seguridad de su efímera y grotesca verbena nacional. La buena fortuna de Juanjo no finalizó allí: su amigo Duhalde juzgó oportuno premiarlo con el cargo de ministro de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Demasía de responsabilidades a las que supo responder con aplomo y convicción.

El viernes 7 de junio del 2002, es decir, diecinueve días antes de la masacre de Avellaneda, dijo: “El gobierno está decidido a impedir los cortes. No se trata de dureza o blandura, sino de una decisión política. A la ciudad no se la puede bloquear. Habrá operativos conjuntos de las Fuerzas de Seguridad para hacer frente a este tema”. El día 19 de junio, advirtió: “Los intentos de aislar totalmente la capital serán considerados una acción bélica”. ¿Acción bélica? Vaya palabras.

Recordar lo que sucedió una semana después en Puente Pueyrredón suena a reiteración enojosa. Pertinente, sí, es traer a la memoria la conducta de Alvarez en las horas posteriores al asesinato de Santillán y Kosteki. En la noche del mismísimo 26 de junio, en conferencia de prensa y de modo pueril, procuró justificar los asesinatos, la cacería, las balas de plomo, la brutal represión: “Se han visto agresiones con una honda, con escopetas, armas y bombas molotov”. Detuvieron a 160 manifestantes y no lograron hallar siquiera un arma. Al día siguiente, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, leyó ante la prensa un comunicado escrito por Alvarez: “Las acciones que dejaron el trágico saldo de dos muertes, constituyen un plan de lucha organizado y sistemático, que puede llegar a amenazar y reemplazar la fórmula de consenso que la mayoría de los argentinos hemos elegido. Hay quienes prefieren el lenguaje de la violencia”.

Bienvenido, Alvarez, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

* * *

Pese a las evidencias, nada de esto recuerda Horacio Verbitsky, tan habituado a hurgar en la vida de funcionarios y dirigentes. Todo indica que ha sido víctima de un pasmoso rapto de desmemoria. Prefiero obviar conjeturas acerca de las verdaderas razones de la enorme y abismal laguna que le ha inundado el cráneo.

En su artículo “Tierra de nadie” (Página/12, jueves 6 de enero), destinado a trazar una semblanza política de Alvarez, ignora por completo cada uno de los pasos recientes del presunto especialista en seguridad. Diríase que denominar artículo periodístico a su escrito comporta una amabilidad. La columna de Verbitsky semeja una de aquellas macilentas y engañosas reseñas de vida que toda oficina de prensa de un candidato o dirigente entrega al periodismo en tiempos de comicio. Líneas en extremo asépticas, cargadas de ingenua corrección, que sólo apuntan a describir una vida desprovista de pozos y equívocos. Supongo que apremiado por el decoro eludió la tentación de entregarse a la lisa y llana escritura de un panegírico, género peligroso que supo sortear prescindiendo del añadido de una u otra adjetivación grosera.

Escribe Verbitsky: “Antes de encontrarse con Ibarra, Alvarez fue al hospital donde sigue internado el novio de su hija, quien el 30 de diciembre fue retirado inconsciente de República Cromañón. El le pidió que aceptara el desafío”.

En este pasaje, Verbitsky actúa a la manera de un movilero de Crónica TV, cae en el golpe rastrero y bajo: es un joven postrado en la cama de un hospital el que le pide a su (quizá) futuro suegro que acepte “el desafío”. ¿Qué desafío? ¿El de oficiar de sutil o directo represor, como lo hizo el 26 de junio de 2002? No creo que ese muchacho se lo haya pedido. Pero el solo hecho de figurarse la situación crea en los lectores desprevenidos una compleja sensación de compromiso, de palabra a cumplir. Amarillismo puro. Ese tipo de periodismo que Verbitsky ha repudiado a lo largo de años. Dicho de otro modo: no se puede jugar con la proximidad de la muerte, con el dolor. Es, al final de cuentas, un párrafo inconducente que cualquier editor serio y responsable suprimiría. En la pobre nota de Verbitsky, en cambio, es crucial: su amigo Juanjo es humano.

Sigue Verbitsky: “Como ministro de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, Alvarez chocó con los zatillos, guadarneses y coquinarios de palacio, Alfredo Atanasof, Eduardo Amadeo, Carlos Soria y Miguel Toma, y con los gobernadores José De la Sota, Rubén Marín y Juan Carlos Romero, entusiastas de la mano dura contra la movilización social. La matanza del 26 de junio de 2002 en Avellaneda le dio la razón y obligó al senador Eduardo Duhalde a acortar su interinato al frente del gobierno nacional”.

Aquí, no caben dudas, el que chocó, y de modo tragicómico, fue Verbitsky. “... zatillos, guadarneses y coquinarios de palacio...” Recurrir a semejante español antiguo y alambicado con el propósito de redimir a Alvarez de la responsabilidad política que le cupo en la matanza de junio de 2002, ya es excesivo. Por lo demás, no se corresponde con el corto y perezoso lenguaje que habitualmente emplea el autor. Amadeo, Atanasof, Toma, De la Sota y compañía deben de andar husmeando diccionarios y, en particular, preguntándose qué diablos los separa de Alvarez a la hora de aplicar mano dura contra la movilización social. ¿Alvarez chocó? ¿Contra qué? Suponer que un hombre que anduvo de la mano de Menem, Ruckauf y Duhalde “choca” accidentalmente, se me antoja una tomadura de pelo. Al menos, claro, que choque contra una realidad que niega. Un despiadado espejo, digamos.

Prosigue Verbitsky: “El mes pasado, Alvarez fue sondeado por Mauricio Macri como posible cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires. Pidió una audiencia con el jefe de gabinete Alberto Fernández y le comunicó que no quería ser instrumento de la derecha contra el gobierno, pero que necesitaba saber si tendría espacio allí donde prefería estar. La respuesta fue afirmativa, y ayer se concretó en un encargo de alto riesgo”.

Veamos. Como jefe de prensa de Alvarez, Verbitsky resulta fatal. Cae de maduro que Macri inicia conversaciones con políticos que, en mayor o menor medida, tienen cierta afinidad con su pensamiento. ¿O será que Macri anda loco e invita a sus oficinas al primero que se le cruza por la calle para ofrecerle encabezar su lista en la provincia de Buenos Aires? Mal, todo mal. Alvarez no sólo conversó con Macri para escuchar la proposición: desprovisto de carácter, de convicciones, corrió al despacho del cavallista Alberto Fernández. Y le dijo: no quiero ser instrumento de la derecha contra el gobierno. ¿Por qué cuernos tendría que serlo? ¿Qué proyecto de país tiene en la cabeza, que tanto duda en estar con Macri o con el gobierno? ¿Es lo mismo Macri o Kirchner o Ibarra? Pareciera que sí. ¿Es una obligación aceptar candidaturas o puestos? No, desde luego. Alvarez solicitaba un puesto, y, como bien dice Verbitsky, “ayer se concretó en un encargo de alto riesgo”.

Difícil saber qué significado le otorga Verbitsky a la expresión “alto riesgo”. Supongo, claro, que no se refiere al alto riesgo que, de ahora en más, quizá puedan correr cientos de Kostekis y Santillanes.

Y finaliza Verbitsky: “El proyecto que mañana presentará a Ibarra incluye medidas de prevención, tan obvias que ni merecen enunciarse, y otras de fondo, como la transferencia definitiva de la porción metropolitana de la Policía Federal a la jurisdicción porteña. Así se suprimirá la tierra de nadie en la que prosperaron el descontrol imperdonable y su consecuencia, la muerte”.

Desconozco, al igual que buena parte de la sociedad, las medidas de prevención “tan obvias que ni merecen enunciarse”. ¿Unificar las fuerzas de seguridad para actuar, como lo hicieron, en Puente Pueyrredón? Quiero creer que es producto del calor insoportable de estos días de enero, pero la última frase me ha empujado al confín de un despeñadero: “Así se suprimirá la tierra de nadie en la que prosperaron el descontrol imperdonable y su consecuencia, la muerte”. Amén. Un buen periodista debería citar libro, capítulo y versículo.

“Tierra de nadie”. Vaya palabras estólidas para titular una semblanza oficial. Esta tierra, en la que imperan la desocupación, los inconfesables acuerdos con el FMI, la criminalización de la protesta social y un enjambre de funcionarios y dirigentes políticos ladinos y contumaces, no es “de nadie”, y ojalá así lo fuera: es de unos pocos. Pertenece, desde hace décadas, a los hacedores de un sistema que continúa matando impía y alegremente: cada día, a cada hora, a través de sus políticas de exclusión; en ocasiones, a través de disparos arteros. Siempre de manera impune y desfachatada.

La tierra de pocos está presidida por un hombre que a lo largo de 1992, en representación de los gobernadores de las provincias petroleras, no hizo otra cosa que gastar tiempo y energía para presionar a los legisladores que se oponían a la privatización de YPF. Basta echarle un vistazo a la edición del 23 de septiembre de 1992 del diario Clarín. El gobierno de la tierra de pocos cuenta con la inapreciable colaboración de Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia, que, también en aquellos días, desde su banca de diputado nacional, defendió a viva voz la entrega de las reservas petroleras: “Siento una gran satisfacción por el inicio de esta sesión. Por ello debo señalar, con sinceridad y profunda convicción, que no venimos a esta sesión arrepentidos de lo que fuimos, no sentimos vergüenza de lo que somos y tampoco venimos a pedir disculpas por lo que estamos haciendo. Nos hacemos presentes en esta sesión con la firme convicción de que estamos dando los pasos que la sociedad argentina y el mundo nos están exigiendo para lograr la transformación de nuestro país”.

Como diría Verbitsky, las consecuencias de la entrega del petróleo han sido “tan obvias que ni merecen enunciarse”. Mal no haría en hacerse una escapada a Caleta Olivia, empobrecida parcela del feudo de Kirchner, para corroborarlo.

En la tierra de pocos el ministro del Interior es un personaje que en octubre de 1994, cuando estaba a cargo de la Intendencia de Quilmes, fue acusado de haber cometido irregularidades administrativas por el juez Ariel González Elicabe, quien finalmente ordenó su detención. Aníbal Fernández huyó de su despacho oculto en el baúl de un automóvil y, por un par de días, se refugió en alguna pocilga duhaldista.

* * *

En diciembre de 2001, horas después de la asunción de Alvarez como ministro de Seguridad del gobierno de Rodríguez Saá, la radio dijo que Juanjo pretendía designar al comisario Roberto Giacomino al frente de la Policía Federal. Un nombramiento descabellado, razón por la cual de inmediato remití a Verbitsky toda la información que había logrado recabar sobre Giacomino en mi libro “El hombre que ríe”: presunto testaferro de Ruckauf que, a lo largo de su estadía como jefe de custodios del Senado, había sabido reunir sustantivos fajos de dinero de procedencia improbable. Verbitsky añadió la información en su columna de domingo; citó el libro. Ese mismo día, poco después del almuerzo, me telefoneó. Estaba preocupado: su amigo Juanjo quería saber si la información que yo había volcado en mi libro acerca de Giacomino era verdadera. “Juanjo no quiere meter la pata”, explicó Verbitsky, “esta noche voy a tomar un café con él y necesito corroborarle que es así”. Tengo absoluta certeza de la veracidad de lo que escribí, le contesté. Y añadí: supongo que él debe de tener manera y mecanismo para confirmarlo, suficiente será que registre los plazos fijos del Banco Provincia.
El final de esta historia es conocido. Giacomino asumió, robó y lo echaron.

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no respondiste nada, vivo
Por la gran k - Saturday, Jan. 08, 2005 at 1:42 AM

Y te hacés el vivo hablando del contexto, pero lo gracioso es que lo decis "desde el hoy" desde la nota de verbitsky (junto con otras forradas del pagina del viernes como que 3000 se quedaron en once y 10000 marcharon; por algo no ponen fotos que muestren la verdad en pagina), te invito a que busques periodicos de esas fechas.(las declaraciones de la nota de echagüe son reales)

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sorpresa
Por dario b. - Saturday, Jan. 08, 2005 at 12:06 PM

en serio daniel artana esta escribiendo en pagina????

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