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Escritos Militantes sobre la argentinidad, la docencia, la alienación y la guerra global.
Por Mauricio Castaldo - Sunday, Jan. 09, 2005 at 3:56 PM
mauriciocastaldo@yahoo.com María Grande-Entre Ríos

Estos son una serie de viejos borradores rabiosos y desordenados. Se incluyen análisis sobre la dictadura, la Argentina postmoderna, el 11-M y lo de Carmen de Patagones. Deben ser revisados.

EDGAR MAURICIO

CASTALDO


ESCRITOS

MILITANTES
(Para releer, discutir, corregir y ampliar)

SOBRE LA ARGENTINIDAD, LA DOCENCIA,
LA ALINEACIÓN Y LA GUERRA GLOBAL

María Grande, Entre Ríos, 6 de Enero de 2005.-







A mi hija Juliana, porque creo en
su sonrisa tanto como muchos
creen en Dios

TEMARIO:

-Lo mejor del 2003.
-Sobre el fútbol y la “identidad nacional”.
-El proceso militar y el proceso neoliberal.
-San Martín y nosotros.
-Reinventar lo humano.
-A los alumnos.
-La Argentina en el capitalismo postmoderno.
-No al ALCA.
-Tesis sobre el 11-M.
-Sobre la masacre de Carmen de Patagones.
-Carta a Kirchner, que tuvo miedo de venir a una María Grande en lucha.
-Asamblea Pedagógica de AGMER Paraná: la formación docente.



















Lo mejor de lo mejor del año 2003

“…Te voy a matar / derrota.
Nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez.
Vivo o muerto / un rostro amado.
Hasta que mueras /
Dolida como estás / ya lo sé.
Te voy a matar / yo
Te voy a matar.

JUAN GELMAN, Nota I, en
Antología Poética 1956-1989

-El crecimiento y la fuerza política e ideológica del Foro Social Mundial. Como siempre, no estamos al tanto, porque tenemos el ombligo muy grande.
-La llegada de Lula al poder; y el fastidio latente de la militancia petista. La vida siga siendo sueño para el PT.
-Las resistencias iraquí y palestina. Las pelotas de Mahoma contra el imperio.
-La inmensa derrota política de Carlos “Cuentas en Suiza” Menem y los primeros gestos de Kirchner. La transversalidad y el hambre cero que no llegan.
-La pueblada del No, en Esquel, al ecocidio impulsado por el capital multinacional. El Acontecimiento político-social argentino del año.
-La derrota de Macri en Capital. Las victorias de Sabbatella en Morón y de Juez en Córdoba. El avance electoral de la CTA (Claudio Lozano diputado) vs un progresismo abombado.
-La clase magistral de Fidel en la U.B.A. La clase de Chávez en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. Las clases posteriores de Negri, Samir Amin y Zizek. Como siempre, no entendimos nada. ¿Nunca vamos a entender?.
-La Rebelión Boliviana –El Acontecimiento Político del año-. Las venas de América Latina estan hartas de estar abiertas. Cinco siglos es mucho.
-El Acta-Acuerdo en Entre Ríos y el paro de Agmer a fin de año contra ese Acta-Acuerdo incumplido (por ellos).
-La consulta popular contra el ALCA. La marcha globalifóbica contra el ALCA en la Cumbre de Miami. 50.000 almas demostraron que la Militancia es la militancia popular y progresista. 50.000 convicciones jugándose la vida en la calle no tienen precio. El mundo no está perdido.
-Los libros de James Graham Ballard y Don Delillo. “Milenium People”, de Ballard es un anticipo genial de la violencia desahuaciada de la “clase media” que se viene.
-Las miles de relaciones sexuales confesadas por Jack Nickolson y su deseo de ir por Britney Spears. Uno de los nuestros. ¿El Hombre Nuevo?.
-La apretada de Alejandro Lerner a Catherine Fullop. El mejor de nosotros. Gracias por el fuego.
-El lesbianismo musical potente de las TATU. Las bolcheviques del deseo postmoderno.
-El libro “Cuando me muera quiero que me toquen cumbia”, de Claudio Alarcón. El villero –la idea es castaldiana- es un sujeto social antihistórico. Rechaza el trabajo asalariado capitalista: no le interesa el jueguito hegemónico-histórico de ser pobre pero honrado y no pone estúpidamente la otra mejilla. Le falta bastante para ser un revolucionario, pero su odio de clase es potente y es por eso que debemos luchar juntos contra los verdaderos chetos-pajeros y contra los transas reciclados. “La vida clandestina de las masas es ontológicamente creativa”, ha dicho Toni Negri en las Tesis preliminares sobre el poder constituyente.
-“Le vamos a hacer la fiesta a tu hermana”: el grito de guerra de los Altos Cumbieros.
-La impactante y conmovedora presentación-láser de Keops, en Carlos Paz.
-El aniversario de Juanele y su hermoso poema que ilustra la portada de http://www.nandubay.8m.com.
-Los 300 goles de San Beto Acosta de Boedo. Gracias, maestro, por tantas alegrías.
-La patada a tierra de Costacurta y la posterior derrota del Milan frente a Boca; equipo cuyos simpatizantes definen como un “gran equipo". La mejor manera ¿inconsciente? de ofender nuestra gran historia futbolera nacional.
-El libro de Theotonio dos Santos que busca actualizar la Teoría de la Dependencia y el gran encuentro de historiadores marxistas en Brasil.
-El éxito de la serie televisiva Los Simuladores. Arte, talento, inteligencia, innovación y compromiso en serio. Una serie fuera de serie.
-Episodio II, de La Guerra de las Galaxias.
-El avance de la izquierda en las Universidades, especialmente en la UBA. El nuevo triunfo de El Aleph en Filosofía y Humanidades de la Univ.Nac. de Córdoba.
-El fallo a favor de Los Obreros de Bruckman. Una de las tantas fábricas sin patrones. Salud y honor a los que han comprendido y fabrican un futuro distinto.
-La proliferación de internet, que socializa exponencialmente conocimientos, información real, militancias y solidaridades. Herramienta que todavía no aprovechamos a fondo.
-El pozo de Saddam Hussein.
-La altura de Manu Ginóbili.
-Los 30 años de Salvador Allende y de la Unidad Popular. Los dos años de las Torres Gemelas. ¿Cara y contracara del mismo proceso histórico de ajuste violento del capitalismo postindustrial?.
-La mala leche de Parmalat, que quebró. Una muestra de la mala leche del capitalismo. Enron continúa.
-La cabeza dura del lehendakari Ibarretxe y la obstinación de los abertzales vascos. ¡Euskal Herría aurrera!. La película “Operación Ogro”, de Gilo Pontecorvo, en Europa Europa.
-Las relecturas potentes, interpelantes y transformadores. La de Toni Negri sobre Marx y Spinoza. La de Robert Kurz y el Grupo Krisis alemán sobre Marx y el fetichismo de la mercancía. A releer (o a leer, porque muchos no han leído ni pensado las cosas a fondo), que no hemos entendido.
-La relectura de un concepto de Althusser, expresado en “Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado” (texto íntegro en la web): El principal efecto de la ideología es la negación, por la ideología, del carácter ideológico de la ideología. La ideología no dice nunca: soy ideologógica. Genial.
-El acuerdo político entre Izquierda Unida y el Partido Socialista en la Provincia de Buenos Aires. El Frente Amplio queda, así, un poco más cerca.
-La ¿conciencia? de Pontaquarto y el “enojo” de De la Rúa ante las calumnias.
-El beso caliente entre Madonna y Britney Spears, y la potencia del deseo (nuestro).
-Diego en Cuba. ¡Y todavía nos preguntamos que sería el socialismo!.
-Matrix: una revelación de la postmodernidad que no hemos asumido.
-El gol de taco de Pablito Aimar en las eliminatorias. “El fútbol bien jugado me ayuda a vivir mejor la vida”, dijo Eduardo Galeano. Igual, Marcelo Bielsa necesita abrir un poco la cabeza. El lobby que muchos hacen para Bianchi –el técnico del Banco de Galicia, paradigma de la acumulación menemista- es vergonzoso e imperdonable. El único sucesor de Bielsa no será Perón, ni Kirchner ni el pueblo: será Carlos Bilardo.
-La Argentina, que como dijo alguna vez Aníbal Ford, es un país al que no se lo acuesta así nomás.
-La emoción de los padres primerizos.









Seguí, Entre Ríos, 15 de Junio de 2002.-
Opinión:
LA VENGANZA DE RESENBRICK
(Un poco de pelota en serio, para hablar sobre el fútbol y la identidad nacional)

La eliminación de la selección argentina del Mundial 2002 me hizo pensar en un texto brillante del escritor argentino Juan Sasturain publicado en Pagina 12. No sé si pensé en ese texto (a las 5.30am) para desdramatizar la frustración o para aprovechar la oportunidad de renovar la crítica a la cultura argentina, o un poco de las dos cosas, o algo más, tal vez.
Sasturain comenta, de una manera formidable, la participación argentina en los mundiales de fútbol; pero a mi me llamó mucho la atención su análisis de la final de nuestro mundial de 1978. Como la mayoría recordará (¿seremos mayoría?), el partido aquel entre Argentina y Holanda estaba uno a uno y, sobre el final del juego, el delantero holandés Resenbrick protagonizó una situación que pudo haber cambiado la historia. Sasturain describe como nadie la necesidad que tenía la dictadura militar criolla de que el tiro de Resenbrick no terminara en gol. Y estuvo cerca el holandés. “Faltaban tres, dos, cuatro, nada, y de nuevo la cosa siniestra, la mala noticia vino desde la derecha. La pelota voló treinta metros y aterrizó en el temible territorio de nadie, las frágiles espaldas de Jorge Olguín, agujero negro del miedo popular, lugar común de tránsito hacia el presentimiento. Y por allá primereó para ultimar el último de la fila: el inolvidable Resenbrick llegando justo, entre el cierre falseado de Olguín y el achique encogido de Fillol metió la pata, puso la zurda, apuntó con el ético dedo (del pié) de discípulo de Spinoza, y quiso instaurar la Justicia, los Derechos Humanos, la victoria de los Buenos de la película –que eran ellos- contra reloj y junto al palo izquierdo de la Dictadura...” (Juan Sasturain, “Granos, Vacas y Goles”, en Radar, Pagina 12, Buenos Aires, 19/5/2002, pag.7).
El texto de Sasturain es precioso, y es un fragmento de su libro “La Argentina en los mundiales”, y leyéndolo a conciencia uno termina casi simpatizando con Holanda. El escritor termina profetizando que César Luis Menotti –el entrenador de aquel equipo- tiene una deuda con la vida que siguen pagando los jugadores de sus equipos cada vez que pegan un tiro en el palo; porque el tiro de Resenbrick dio en el poste, y Argentina se terminó imponiendo en el alargue por tres a uno. Argentina ganó y el pueblo cumplió su papel en el gran circo organizado y sobre todo, aprovechado por la dictadura, mientras morían miles de compatriotas en sus campos de concentración. En eso pensé, y en otras cosas, después del empate con Suecia.
Pensé que tal vez la profecía de Sasturain vaya más allá de Menotti. Pensé que la eliminación argentina del mundial (la tercera consecutiva, y la cuarta si queremos contar el subcampeonato del ¨90 como frustración tambien) podría pensarse como la venganza de Resenbrick.
¿Podemos pensar en algo más que una frustración deportiva?.¿Pueda ser que este texto sea algo más que un conjunto de metáforas e ironías?.
El empate-derrota frente a los suecos parece (digo “parece”, no lo puedo afirmar, tal vez porque soy postmoderno) tener un significado histórico: ha sido un gran cachetazo al nacionalismo deportivo, a la soberbia futbolera (en la que me incluyo haber caído), a nuestro egocentrismo, a nuestra mismidad, a la viveza criolla, a la dejadez social y cultural, y quién sabe a que más. La derrota parece marcar, más que nunca, nuestro límite como sociedad, nuestra frontera histórica: hasta acá hemos llegado siendo como somos y hemos fracasado brutalmente, en todos los aspectos. El minuto 91 es nuestro momento límite: por un lado, es nuestro instante fatal. Es el instante en que por única vez se produce, de nuestra parte, el reconocimiento del otro. En el minuto 91 nos damos cuenta de que los suecos y los ingleses existen, de que también juegan, y lo que es peor, que juegan a ganar. ¿Hasta dónde llega nuestro reconocimiento del otro como sociedad, todos los días? (porque Charles Taylor definió a la democracia como “la política de reconocimiento del otro”). Por otro lado, el minuto 91 nos transporta a la realidad, nos reencuentra con el tercer mundo, o sea, con nosotros mismos.
Ellos tampoco nos tuvieron miedo y el subcapitalismo futbolero argentino ha sido derrotado. Vuelve a la periferia el perro arrepentido. La patria futbolera de Luis Barrionuevo (y digo esto porque Barrionuevo es el “sujeto histórico universal” de nuestro tiempo, el paradigma social que tal vez condensa todas nuestras costumbres y contradicciones. Un sujeto histórico como el Facundo, aunque por más que nosotros esbocemos una hipótesis hegeliana, nunca llegaremos a ser Sarmiento. Pero algo es seguro: si alguien intentara escribir hoy un Facundo debería escribir la biografía social del filósofo Barrionuevo), nuestria patria futbolera, fue eliminada por la patria de Olof Palme (aquel progresista notable), Gunnar Myrdal (economista brillante sueco cuya visión orgánica del desarrollo fue premiada con el Nobel en 1974) y Gosta Rehn (el ideólogo sueco de la “política activa del mercado de trabajo” para el pleno empleo y la justicia social). Tal vez no nos hubiéramos tenido que enfrentar con los suecos: mejor sería imitarlos como sociedad.
El nacionalismo futbolero de los argentinos, que se ponen la camiseta sólo por unos días y sólo por unos partidos de fútbol, ya había sido derrotado antes de jugar por la cultura democrática sueca, porque los suecos se ponen la camiseta todos los días, todos los años, y para ellos un partido de fútbol es un hecho importante, pero sólo un hecho más de su admirable vida social nacional. El nacionalismo simbólico, ritual, cultual, emocional, irracional, coyuntural, parece (pa-re-ce) haber sido desbancado por otro nacionalismo serio, económico, social y cultural. Como dice Alejandro Calderaro junto a Víctor Hugo Morales, “aunque en este país falten pelotas, todo pasa por el fútbol”. Y el fútbol no pasó. Es fuerte, pero es real.
El “grupo de la muerte” nos dejó en terapia; o mejor, nos mandó a la terapia. Inviertiendo el pensamiento de Blaise Pascal, tal vez la razón y la historia tengan razones que nuestro corazón no entiende, pero que debe empezar a entender.
No hay apocalipsis ni holocausto cultural, aunque los efectos del neoliberalismo nos lleven a pensar hoy en eso. Hay mejor, y como dice Claudio Lozano, una “crisis de civilización” (y no es sólo por un partido de fútbol). ¿La podremos asumir y superar?.
¿Qué hicimos para merecer esto?. Tal vez, Dios nos esté cobrando aquella osadía de usar su mano en 1986. Tal vez la última avivada permitida haya sido aquella mano del Diego, pero es muy probable que Dios sólo permita esas cosas a su único representante en los campos de juego. Ya no habrá otra chance de esas para nosotros. Tal vez Dios ha elegido al fantasma de Resenbrick para poner las cosas en su lugar. Tal vez haya una “mano invisible” que no sea la de Adam Smith.
Los argentinos hemos comprobado triste y escarchadamente porqué a Japón le dicen la Tierra del Sol Naciente. Los argentinos hemos madrugado mucho pero parece que nunca vamos a despertar. “De fútbol somos”, afirma Rodolfo Braceli, y es verdad: nos duele a todos la silenciosa puñalada trapera contra este nacionalismo futbolero que supimos conseguir para intentar sustituir, a nuestra manera, a nuestro Estado Benefactor. Ahora nos quedamos solos y a la intemperie con nosotros mismos, mirándonos amargados, descreídos, desconfiados, hambrientos y casi desnudos, y diciendo diez mil pavadas que creen ser la explicación sobre los que nos pasa.
El 2002 significó otra frustración para nuestra selección posnacional (una selección donde todos sus jugadores trabajan y viven o planean vivir en otros países). Ganar el mundial era entrar al primer mundo, aunque fuera por un rato y sólo por la pantalla de la televisión. Era, tal vez, nuestra única aspiración colectiva, nuestra única estrategia nacional. Pero no pudo ser, y nuestro papel fue muy pobre en la danza que los estados nacionales (cosificados en camisetas) realizan para consolidar el gran espectáculo (espectáculo a la Guy Debord) deportivo del postcapitalismo global.
No hay culpables, pero una imagen no me cierra: allí está Marcelo Bielsa sobre el final pidiendo a los gritos a Verón que se apure, y éste pidiendo “tranquilidad”. Todos éramos Bielsa en ese momento (dicho sea de paso, un reconocimiento a un técnico honesto y gran profesional), y le pedíamos a Verón que no fuera el mediocampista del Manchester sino la manija de nuestra selección nacional. ¿Qué será para Verón la “identidad nacional”?. Y repito: no busco un culpable (aunque el fútbol de Verón me defraudó), sino que busco replantear nuestras ideas y actitudes, con la mayor profundidad. No hay ninguna identidad nacional porque los argentinos no tenemos ningún proyecto colectivo nacional organizado, y además, ya nunca más una selección de fútbol (en la era global) representará nuestra identidad nacional; porque los jugadores son “multinacionales” y, de última, tampoco sabemos que será del concepto de identidad nacional. Ganando o perdiendo el mundial, nunca habría un triunfo o una derrota de la supuesta “identidad nacional”: la derrota sólo acelera el tiempo del debate, aunque esto no implique un buen desarrollo y una buena resolución de los grandes dilemas de ese debate. “Argentina no existe” (como democracia organizada) ha dicho Alain Touraine, y no entiendo porqué insistimos en escapar de ese debate, o lo que es peor, en negar por negar.
Yo sueño con otro país, con una Latinoámerica unida y con un mundo multipolar. Y sueño con una forma distinta de vivir el fútbol, para poder disfrutarlo mejor. Y sueño (tengo pesadillas) con el fantasma de Resenbrick. Creo que he descubierto algo terrible: el fantasma de Resenbrick nos perseguirá por siempre, hasta que hagamos justicia con nosotros mismos y con el mundo.
¿Lo podremos lograr?.-





A 28 años del último golpe militar

LA GRAN OPERACIÓN MASACRE
(1975/76-2003)

-Documento para la primera charla-debate del
FORO POR LA EDUCACION PUBLICA de MARIA GRANDE-

“Me incluyo entre los que destruímos
la Argentina”
DOMINGO F. CAVALLO, 2003.-

Esta intervención invita a reflexionar más que nunca sobre las terribles consecuencias políticas, económicas y sociales que nos dejara la última dictadura militar. Se afirma aquí, entre otras cosas, que el desaparecido sostiene la expansión globalizadora del capitalismo, que la dictadura llevó al paroxismo al “ser argentino” y que hay una continuidad dramática entre la política económica militar y todas las que la siguieron, hasta la actualidad. Por último, se denuncia las enormes limitaciones y contradicciones del sentido común nacional, especialmente la mentalidad política de buena parte de los ciudadanos del interior del país. El debate queda abierto.

I- Lo que se dijo contra lo que fue y es (Pasado y Presente).

1) Introducción

Este 24 de Marzo se cumplen 28 años del inicio de la última dictadura militar, la más terrible y sangrienta de la historia argentina. El sentido de estas palabras está dirigido, por supuesto, a volver a pensar las relaciones entre pasado y presente. Tal es el cometido de la ciencia histórica, si verdaderamente aspira a ser o a ser parte de una ciencia social.
Desde un punto de vista científico y crítico, el presente explica y aclara el pasado. Por cierto, también lo reproduce, de múltiples maneras. Pero desde un punto de vista social general, parece ser que el presente justifica y a la vez, se intenta olvidar e evita miserablemente hacerse cargo de ese pasado. Estas líneas quieren ser parte de la lucha que la sociedad argentina debe entablar sí o sí con si misma, para que la justicia histórica sea el fundamento de un futuro más justo y mejor.
Se dijeron muchas cosas que se siguen diciendo –sobre la dictadura, sobre los gobiernos, sobre la política y sobre la sociedad-, sobre todo en estos pueblos del interior. La verdad política y social debe estar lejos, porque peor no nos ha podido ir.
El título de este trabajo es un homenaje a ese extraordinario escritor, periodista y militante que fue Rodolfo Walsh. Walsh fue profeta de su destino y del destino de la sociedad argentina. Escribió su Operación Masacre para referirse a una serie de fusilamientos ocurridos en 1956 y escribió su Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar -texto que nos inspira- en 1977, a un año de iniciado el golpe. Inmediatamente pasó a engrosar la lista de asesinados-desaparecidos. Hemos pensado que el título de aquella obra podría ser el título de esta, o de cualquier otro trabajo de reflexión sobre las consecuencias de la dictadura procesista o del Modelo de Ajuste Neoliberal en general. Por eso hablamos de la Gran Operación Masacre.

2) Los desaparecidos y la globalización

El golpe militar de 1976 se produce en el contexto de la llamada Guerra Fría entre el mundo capitalista defendido por EE.UU y el mundo “comunista” encabezado por la Unión Soviética. La Doctrina de la Seguridad Nacional, impartida por los norteamericanos a todos los militares sudamericanos en la Escuela de las Américas de Panamá, es la ideología (“anticomunista”) de este golpe y de todos los golpes que se dieron en esa época y que fueron parte de la “Operación Cóndor”.
En América Latina, las fuerzas progresistas y populares venían avanzando y resistiendo desde hacía mucho tiempo. Desde la Revolución Cubana, de 1959, hasta el triunfo democrático del socialismo en Chile en 1970, se habían elevado al máximo las expectativas de la militancia popular. En Argentina, podemos citar la realización del Cordobazo, en 1969 y el holgado triunfo, por dos veces, del Frente Justicialista de Liberación, en 1973. Dentro de este proceso, sumamente complejo y plagado de contradicciones políticas y sociales, debemos decir –por supuesto- que las fuerzas del orden, al servicio del bloque de clases dominantes, también se iban reagrupando y acumulaban fuerzas.
La Argentina se encontraba, en 1976, en una situación dramática. El gobierno de Isabel Perón –que era el gobierno de la mayoría conservadora y reaccionaria del peronismo que ya se había adueñado del Partido- estaba a la deriva en medio de un gran caos económico y social. Los militares, conducidos por Videla, Massera y Agosti, esperaron pacientemente hasta que la magnitud del caos sirviera de base para darle un gran consenso social al golpe. La mayoría de los argentinos respiró “aliviada” ese 24 de Marzo. Algunos todavía hoy se sienten aliviados. Algunos todavía ignoran lo que realmente pasó. Por suerte, todavía podemos respirar.
El golpe se encuadra también dentro de una crisis estructural del sistema capitalista mundial. La crisis del dólar de 1971 y la crisis del petróleo de 1973 eran reflejos de la gran crisis estructural del sistema. La crisis del Sistema-Mundo industrial, fordista y keynesiano exigía una reestructuración global. El Estado Terrorista Argentino se constituyó como herramienta fundamental de realineamiento de un nuevo bloque dominante con la reestructuración capitalista mundial. La reprimarización y extranjerización de la economía nacional, el endeudamiento externo y la garantía estatal a la especulación financiera, fueron las claves de este realineamiento, que se desarrolló sobre la tumba histórica de los desaparecidos.

El camino de salida de esta crisis estructural del sistema viene siendo la valorización financiera. Parece ser, según dicen los estudiosos, que esta es la forma típica de salida transicional de las grandes crisis cíclicas del capitalismo.
Esta megaexpansión del capital financiero, que ya lleva más de treinta años y que parece no encontrar límites, se sostuvo aquí mediante la represión y el terror. La “tablita” de Martínez de Hoz era sostenida por los Grupos de Tareas de la dictadura. El desaparecido es el sacrificio exigido por el capital financiero, vanguardia de la globalización. El desaparecido sostiene entonces, hace posible la globalización.
El desaparecido resume la antropología hegemónica de la acumulación capitalista a escala mundial. Esta es la concepción real que el capital tiene del hombre, de la persona y del sujeto. La subjetividad debe desaparecer. La lucha debe desaparecer. Los valores deben desaparecer. Este es el mandato. Esta es la orden real que emana del poder.
El Militante es la nueva figura del desaparecido. El Sistema-Mundo Moderno, el Mundo de Producción Capitalista exige sacrificios históricos. Hay más de 500 años de sacrificios en América Latina: el militante continúa la lista que iniciaron el indio y el gaucho. Y podríamos agregar al negro. El militante es la nueva víctima de una civilización que se dice “occidental y cristiana”. ¿Cómo puede proclamarse cristiana una dictadura brutal que, por si fuera poco, asesina a Monseñor Angelelli o las monjas francesas Domon y Duquet, entre tantos otros?. Los desaparecidos del Sur hicieron posible la riqueza del Norte. Los desaparecidos son los crucificados de la Historia.
Los muertos de Irak son –en otro contexto- los nuevos desaparecidos. El ciclo de crisis sistémica que profundizó la acción de la OPEP en 1973 parece completarse. Treinta años después, el imperio golpea la base de la OPEP.

Siguiendo a Franz Fanon, podemos decir que los desaparecidos son la expresión más cara de los condenados de la tierra.

Detrás y más allá de los desaparecidos está lo peor de nosotros como sociedad. El subcapitalismo futbolero argentino se expande sobre la política de tortura y desapariciones. El Mundial de 1978 se realiza para mostrar que somos “derechos y humanos”. Todas nuestras contradicciones, ambiguedades y miserias morales como sociedad son llevadas al límite por la dictadura militar. El fútbol mediático, el fútbol negocio comienza a sustituir virtualmente a nuestros derechos sociales, a nuestro Estado de Bienestar. El “camino a la gloria” hoy es un programa, pero siempre fue la promesa, siempre la ilusión darwinista del Telestado Benefactor.



El Mundial 78 es para nosotros el hecho histórico constitutivo de nuestro Telestado Benefactor. El pueblo se entretiene, se apasiona, se ilusiona, hace patriotismo deportivo y toca el cielo con las manos: el militante, si desaparece, “por algo será”.

En Malvinas quedaron los Otros Desaparecidos. Tal vez creímos que una guerra era como un partido de fútbol o como una película de pistoleros. Tal vez creímos que con un poquito de soberbia y de efectismo íbamos a derrotar, nosotros solos –o mejor dicho, nuestros soldaditos solos- al imperio de la OTAN. ¿Sólo el comandante en jefe estaba borracho?.
La Democracia llegó después de la derrota de Malvinas. ¿Y si hubiéramos ganado?. Llegamos al límite de lo peor que podemos ser como sociedad y nación. ¿Ya ha pasado lo peor?.

3) De la “tablita” al “corralito”: la construcción del campo de concentración económica neoliberal

La dictadura le da forma al inicio del Modelo de Ajuste Estructural Neoliberal. Pero no produjo grandes innovaciones ideológicas: Martínez de Hoz y cía continuaron y profundizaron la línea económica de Celestino Rodrigo (el ministro devaluador de Isabel) y cía; los Grupos de Tareas de la dictadura continúan y amplían el trabajo represivo que ya había comenzado el gobierno justicialista a través de la Triple A que conducía el Ministro José López Rega y posteriormente, con decretos firmados por Isabel, Luder y algunos miembros del gabinete como Antonio Cafiero y Carlos Ruckauf, que ordenaban el “exterminio de la subversión” y otorgaban ya un enorme poder a las fuerzas armadas.
El golpe vino a resolver, con la muerte, el miedo y el terror ya sistemático, el conflicto abierto por el desenvolvimiento particular del Modelo Argentino de Industrialización Sustitutiva (1930-1975). En pocas palabras, podemos decir que, en esa Argentina anterior el golpe, la dinámica económica y social tendía a unificar a los sectores populares y a amplias franjas del empresariado industrial, al mismo tiempo que ponía en crisis al bloque dominante. Pero la reproducción del capital industrial dependía de las inversiones del capital agropecuario. La unidad de abajo, entonces –aunque sin poder lograr una síntesis política y social- y la fractura de arriba planteaban un escenario de “ingobernabilidad” para el poder dominante de aquel país que éramos (1).
El golpe vino realinear a la sociedad en el nuevo contexto de crisis sistémica. El golpe vino a terminar con los sueños de una Argentina industrial. El golpe vino a refundar estructuralmente a la sociedad argentina. Así se puso en marcha una versión particular de la doctrina de seguridad nacional. Y en eso estamos, debatiéndonos dramáticamente. La tarea -no dicha, pero si hecha- se cumplió con creces.

El Modelo Neoliberal se inicia y se sostiene a sangre, fuego y terror. Todos los Modelos económicos periféricos parecen iniciarse siempre así, en forma autoritaria. Por algo será.
La dictadura aplica una política neoliberal. El liberalismo comercial lleva al “deme dos”, y esto impacta duramente en la industria nacional. La especulación y la expansión del capital financiero es garantizada por el Estado, a través de la “tablita”, la “ley de entidades financieras” y de un endeudamiento colosal que sostenía el casino financiero. Las consecuencias todavía las estamos pagando, en un cuento que parece de nunca acabar.
La deuda externa trepó de U$S 9.700 millones –en 1976- a U$S 45.000 millones en 1983. La brecha entre ricos y pobres se amplió un 50% entre 1976 y 1983. La “tablita” y la ley de entidades financieras son el agujero negro de la economía argentina. La política económica de la dictadura militar es el agujero negro de la historia nacional. De la tablita –o mejor, desde el rodrigazo- hasta el corralito y la última devaluación del actual gobierno justicialista, la máquina neoliberal transformó a la Argentina en un gran campo de concentración económica y social.
El abrazo entre Menem y Martínez de Hoz en la campaña electoral del 2003, y la presencia de Domingo Cavallo en casi todos los gobiernos en los últimos 30 años, son símbolos fuertes de la continuidad histórica de un modelo que ha hecho estragos entre los argentinos, pero que todavía no se lo pueden explicar.
El hambre y el miedo son dos formas del miedo. El secuestro de los cuerpos y el secuestro de la dignidad son las formas combinadas de secuestrar la esperanza y el futuro. Este es el doble secuestro del poder neoliberal. Como dijo Rodolfo Walsh, “en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada” (2). El neoliberalismo es la política capitalista del secuestro. Lo que queda del neoliberalismo se parece a lo que queda de Auschwitz.

La restauración oligárquica se impuso ferozmente. Rodolfo lo expresó con suma lucidez antes de que lo asesinaran. “Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Stell, la Siemens, a los que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete” (3).
La Máquina Neoliberal no se ha detenido. Podemos dar fe.

Dentro de este marco, se configura un nuevo bloque de poder caracterizado por un agente económico principal: el grupo empresario.

El golpe nos quebró como sociedad. Nos quiebra económicamente y no se hace cargo. Pero lo peor de todo, a nuestro entender, es la fractura cultural que produce, de la que parece que no podemos o no sabemos salir. Nos quiebra con el terror y nos quiebra con un discurso del orden –autoritario- que todavía produce estragos. Pero lo que nos quiebra es que queda todo mezclado, mal mezclado. Nos quiebra porque el discurso del “orden” aparece frente al insoportable caos isabelino. Para muchos era una solución.Y esto nos divide.
El neoliberalismo nos va destrozando ¿ sin que nos demos cuenta ? o sin que tomemos conciencia de lo que estamos pensando, haciendo o de lo que estamos permitiendo.
Desde 1976 hasta hoy nos han domesticado. Los salarios periféricos a nivel de subsistencia, o menos que eso –los salarios “africanizados” o “coreanizados”- son la última etapa de realineamiento global de la Máquina Neoliberal, que se corona con el ALCA, el Area de Libre Comercio de los “EE.UU del Norte y del Sur de América”. Como dice Claudio Lozano, “el golpe debe entenderse también como el momento inaugural de un gran dispositivo de disciplinamiento social que aún hoy modela las prácticas comunitarias de esta Argentina, dispositivo que articula la represión genocida, la hiperinflación y el hiperdesempleo. El terror a que nos maten, a que se licuen nuestros ingresos o a que quedemos sin trabajo, reproduce y amplifica un mecanismo que quiebra solidaridades y que pretende fundar una cultura del sálvese quien pueda. La propuesta consiste en garantizar un escenario pretendidamente democrático fundado en el terror” (4).
¡¿Qué hemos hecho?!. Hemos retrocido setenta (70) años. Para encontrar un salario real industrial del nivel del 2002 hay que retroceder a 1932. Si, a 1932 (5). La restauración da señales de haberse completado.
Hemos vuelto –en otras condiciones, claro- a la era final del Modelo Agroexportador, al génesis de la sustitución oligárquica de importaciones (que fue la primer forma y la forma dominante de industrialización sustitutiva). El círculo parece perfecto. Nuestro Modelo Sojero, nuestra reprimarización sojera y nuestra sustitución pauperizadora de importaciones se parecen mucho a aquel decadente Modelo Agroexportador. La historia se repite, ironizó Carlos Marx, una vez como tragedia y una vez como comedia. Se equivocó con nosotros. En Argentina, la historia parece repetirse, pero una vez como tragedia –para los trabajadores- y la otra también. En cualquier caso, lo único que da algo de risa –y bronca- es la comparación.

30.000 desaparecidos se llevó el Estado Terrorista Neoliberal. Un Estado cobarde que privatiza la muerte, que no se asume como Estado para matar, un Estado asesino, lleno de cómplices, de acá y de allá.
Una generación militante fue desaparecida. El trabajador, el obrero y militante es la víctima preferida del terrorismo neoliberal. La ausencia de liderazgos actuales es producto de esa generación perdida. La estrategia neoliberal fue y sigue siendo la desaparición, el vaciamiento de la política.
La Política –la Política con mayúsculas, la Política como herramienta de transformación social- debe desaparecer, o mejor dicho, debe quedar vaciada y minimizada.
Y la Política es reducida o minimizada de muchas maneras que se combinan para tener sometida a la sociedad. En primer lugar, el terrorismo de Estado lleva al “no te metás”: la política es vaciada de los mejores cuadros ideológicos –asesinados/desaparecidos- y los que quedan con vida –salvo excepciones- quedan aislados, quebrados o atemorizados. En segundo lugar, la política económica neoliberal causa estragos: el desempleo y el incremento permanente de las necesidades, acompañado por el terror, profundiza algunas costumbres conservadoras muy arraigadas entre los argentinos: ir de la casa al trabajo y del trabajo a casa, salvarse como se pueda, etc. Esto conspira fuertemente contra la participación política. Pero además, el poder del Estado se ve reducido ante su propio achique y ajuste estructural –que remata el gobierno menemista- inversamente proporcional a la magnitud de su endeudamiento y del quiebre de su aparato productivo que, por supuesto,golpea duramente en las finanzas públicas. El Estado y la Política quedan, en este marco de reglas de juego, sometidos a “los mercados”. Pero los problemas sociales aumentan y la sociedad es así reiteradamente defraudada por el Estado. La política, así, no le sirve para nada. La culpa la tienen los políticos y la democracia. El credo neoliberal se impone y se refuerza. Ahora, dicen, hay que achicar el sistema político –como un fin en sí mismo, sin decir realmente cual es su “solución final”.- El mismo modelo, la misma rueda histórica que da vueltas, aumenta la pobreza, la exclusión y la marginalidad. Y ahora la solución que proponen es mano dura, o sacar los militares a la calle o poner la pena de muerte (¡Dios nos libre y nos guarde!): es el neoliberalismo armado o policial. El círculo parece perfecto. Los viejos y los nuevos grupos de tareas, ¿serán los mismos?.
La ineptitud y la mediocridad de nuestra “clase política” tradicional completan el cuadro, agravado por una corrupción y un burocratismo que parecen no tener límites.
La hegemonía neoliberal se fue soldando paso a paso; a tal punto que, la gran crisis abierta el 20 de Diciembre del 2001 todavía no terminó con el antiguo régimen.
Los tiempos apremian. Sólo el pueblo salvará al pueblo. Hay que recuperar la política. Hay que construir otro país. Hay que construir la Argentina Latinoamericana y Popular para un mundo policéntrico, para la democracia global.






II – Lo que hicimos, lo que pensamos y lo que dejamos hacer (Futuro-Pasado):

Cada uno de nosotros sabrá que hizo, que pensó y que piensa sobre la dictadura, sobre nuestra historia y sobre las causas profundas de nuestros grandes dramas personales y sociales.
La realidad indica que debemos salir de nuestro hacinamiento mental. Argentina se ha transformado en un país de Tlön, ese país donde parece que “ha transcurrido ya todo el tiempo y que nuestra vida es apenas el recuerdo o reflejo crepuscular, y sin duda falseado y mutilado, de un proceso irrecuperable” (6). Debemos salir de Tlön. Debemos irnos de Tlön. Debemos organizar el éxodo mental de Tlön.

Argentinos: nuestro sentido común está escindido. Si seguimos pensando que cada uno de nosotros, sólo, puede hacer algo o si creemos que cada uno de nosotros es dueño de la verdad, seguiremos profundizando el camino del fracaso histórico. En este marco, opinar por opinar seguirá siendo escupir para arriba.
Después del neoliberalismo debe tener otro sentido escribir ensayos, emitir opiniones o hacer poesía.

Los guetos y los campos de concentración –militar y económico- de la Máquina Neoliberal son la continuidad de los campos nazifascistas por otros medios. Una frase del cineasta Roman Polanski –comentando su película El Pianista- nos hace pensar en estas similitudes fatales. “Antes de llegar al campo de exterminio está el gueto, y éste tampoco surge sin una preparación. Me interesaba mostrar que existe una progresión, que primero se les impone a los judíos el no disponer de más dinero del que fija una nueva ley; más tarde se les impide sentarse en los bancos públicos, se los obliga a caminar por el bordillo de la acera, y luego se les impone llevar en la ropa y bien visible la estrella de David. Antes de ir a parar al gueto se dan todos esos pasos previos, y la gente va bajando escalones, pensando que ya no podría ir a peor. Visto ahora, desde fuera, es fácil preguntarse cómo es posible que no se rebelaran. Es una pregunta estúpida, de gente que piensa que en la realidad las cosas ocurren como en el cine, que organizar una revuelta es fácil” (7).

¿Cuánto hemos bajado ya?. ¿Cómo hacer hoy preguntas que no sean estúpidas?.

Recordar la lucha de los desaparecidos es mantener despierto el sueño de un futuro distinto. El militante desaparecido es un futuro –un horizonte- desaparecido. La dejadez, la indiferencia y el olvido son el peor enemigo de nosotros mismos.


La hegemonía neoliberal no fue ni es, ni nunca será absoluta. Ninguna hegemonía es absoluta. Lo dijo Gramsci, y lo reafirmó –en el momento más difícil- Rodolfo Walsh. La lucha continuará, la lucha siempre recomenzará, porque “aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarían desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas” (8).

Debemos buscar y buscar las nuevas formas. Una nueva forma puede ser un homenaje maravilloso o sólo un sueño: el campo popular consciente actualizando los datos señalados por Rodolfo y escribiendo una Carta Abierta a los Ideólogos y Ejecutores del Ajuste Neoliberal. El campo popular articulado para transformar esa Carta Abierta en una juntada de firmas de masas, en una iniciativa popular histórica para poner en marcha un nuevo poder constituyente.
Debemos concretar nuevas formas.
Debemos construir otro futuro, para poder vivir.-

Prof. MAURICIO CASTALDO
AGMER-CTA-María Grande-Entre Ríos
mauriciocastaldo@yahoo.com.ar

TOMEMOS CONCIENCIA DEL VALOR DE
LUCHAR POR LA PAZ Y LA JUSTICIA
EN EL MUNDO

-P.D: Este trabajo fue escrito originalmente en Marzo de 2003 y corregido ahora, a un año de haber sido presentado. La decisión política del Presidente Kirchner de transformar la ESMA en un Museo de la Memoria es un verdadero acontecimiento histórico, que no podemos dejar de remarcar. Pero este gesto extraordinario debe ser acompañado con un cambio firme en la política económica y social. El pago al FMI de los U$S 3.100 millones de hace algunos días nos muestra la otra cara del problema: este parece ser el límite de la política tradicional. El Modelo de Ajuste Neoliberal no ha terminado.
E.M.C
24-3-2004








Notas:

(1) Lozano, Claudio, La represión necesaria, en Revista Canto Maestro, CTERA, Buenos Aires, Marzo de 2001, p. 34.-
(2) Walsh, Rodolfo, Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar, en Revista Canto Maestro, ob.cit, p. 7.-
(3) Walsh, Rodolfo, ob.cit, p. 9.-
(4) Lozano, Claudio, ob.cit, p. 36.-
(5) Iñigo Carrera, Juan, Avanzar al pasado, en Cash, Suplemento Económico de Página 12, Buenos Aires, 9 de marzo de 2003, p. 4.-
(6) Borges, Jorge Luis, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, en Ficciones (1944), Madrid, Alianza Editorial, 1998, p. 26.-
(7) Marti, Octavi, Roman á Clef, en Radar, Suplemento Cultural de Página 12, Buenos Aires, 9 de Marzo de 2003, p. 18.-
(8) Walsh, Rodolfo, ob.cit, p. 9.-

































San Martín y Nosotros

Autoridades presentes,
Docentes, alumnos,
Representantes de las distintas instituciones
De Seguí y la zona,
Trabajadores de nuestro pueblo.

Antes de reflexionar unos momentos sobre el pensamiento y la obra del Gral. San Martín quiero hacer un agradecimiento muy especial al Lic. Jorge Cabrera Ibañez, quién ha apadrinado, desde Santa Fe, la fundación de la Asoc. Cult. Sanmartiniana de Seguí, y al Gral. Diego Alejandro Soria, Pte. Del I.N.S quién ha reconocido, hace algunos días, el trabajo y los objetivos de nuestra asociación.
Este 17 de Agosto de 2002 es un día especial para pensar la relación de San Martín con nosotros, de sus valores con los nuestros, es un día especial para volver a pensar las relaciones entre pasado y presente, para pensar de una manera distinta los problemas del presente.
Hace 152 años moría en Francia, lejos de su patria, el Gral. José de San Martín. Creo que la pregunta que se impone para el análisis es, ¿porqué murió tan lejos?, ¿porqué se fue San Martín?.
Y para intentar responder a esos interrogantes debemos asumir dos cosas. Primero, que el estudio de la historia no es el estudio del pasado por el pasado mismo, porque la vieja manera de entender la historia no tiene nada que ver con hacer de la historia una verdadera ciencia social. Desde un enfoque renovado, los grandes historiadores coinciden hoy en decir que la historia es la ciencia social que estudia críticamente las relaciones entre pasado y presente. Sólo desde este punto de vista podemos estudiar seriamente al Gral. San Martín y a la historia argentina. Y en segundo lugar, debemos entender que un análisis serio de esta cuestión debe ser un análisis sincero y concreto, un análisis que necesariamente debe llegar sin vueltas a nosotros mismos, un análisis que debe llevarnos a una profunda y frontal autocrítica personal y social.
San Martín cumplió con su estrategia revolucionaria y se fue por muchas cosas (por las luchas internas entre unitarios y federales, por las faltas de respeto de algunos dirigentes hacia su persona, por sus diferencias con otros luchadores, por su delicado estado de salud, por su grandeza personal que no quería honores hipócritas ni glorias sin sentido, y seguramente, se fue también por otras cosas). Pero creo que debemos ir más allá para encontrar otra respuesta: San Martín se fue porque, de alguna manera se sintió muy sólo, muy sólo en la lucha, que es la peor manera de sentirse sólo. San Martín se fue porque el movimiento revolucionario, que se había iniciado con idas y vueltas desde Mayo de 1810, se iba quedando sin contenido social y moral. Y el pueblo sudamericano en general, ayer y hoy, no ha sabido o no ha querido darle contenido y sustancia a la construcción de los Estados-Nación y de la Unidad regional. San Martín se venía frustrando desde el inicio de sus luchas en nuestro suelo, y lo dijo con claridad. Estando de paso en Córdoba, allá por 1814, se enteró de que un pobre peón había sido golpeado por su patrón que era español, y que no pudo hacer nada, no pudo reclamar ningún derecho. El Gral. José María Paz contó entonces una anécdota –que fue rescatada por el historiador José Luis Busaniche-. San Martín estaba muy enojado por todo esto y gritó, delante de Paz y otros: “esta revolución no parece de hombres, sino de carneros”. Y agregó el libertador: “qué les parece a ustedes, después de tres años de revolución, un maturrango se atreve a levantar la mano contra un americano. Esta es, repitió, una revolución de carneros”. Creo que esa es una frase clave para comprender el pensamiento y la conducta del Gral. San Martín. Creo que así podemos entender porqué se fue San Martín y que nos pasó como Nación. ¿Qué diría después San Martín y que diría hoy, con un país caracterizado por la sumisión y la exclusión?. ¿Qué diría San Martín de esta Argentina en la que el 67% de los chicos son pobres?. Mejor dicho, ¿Qué diría San Martín de esta Argentina en la que todos los argentinos, directa o indirectamente, dejamos que el 67% de los chicos sean pobres?. San Martín está lejos, y es culpa nuestra. Necesitamos mirar lo que hemos hecho y lo que somos cada uno y todos, y necesitamos una autocrítica sincera, aunque nos moleste y nos duela, porque si no creo que jamás podremos pensarnos como república y nación. San Martín está lejos, y estará siempre lejos con cada una de nuestras incoherencias, de nuestro egoísmo, del individualismo, de la soberbia, de la ignorancia –y de la soberbia de la ignorancia, que es peor-, de nuestra histeria cotidiana, de nuestras estupideces y ridiculeces. San Martín estará lejos cada vez que caigamos en el entreguismo facilista, la deslealtad, la hipocresía, el egocentrismo, la habladuría, la pequeñez, la mediocridad, la dejadez y la traición a la memoria histórica y a la moral. San Martín estará lejos cada vez que creamos, cada uno, que haciendo algunas cosas que hacemos, tenemos razón.
Ya no hay tantos golpes de españoles, aunque duelan algunas cuentas del teléfono o duela el precio del combustible de Repsol, pero duelen mucho los golpes que vienen del Norte, que son golpes terribles, que amenazan con llevarse puesta a la Nación.
¿Qué diría San Martín de un país arrodillado ante Paul O´Neil y el F.M.I?. (Y ahora, ante el A.L.C.A). ¿Qué diría San Martín de los fabricantes de recetas mágicas, sabiendo que nuestra única receta es el esfuerzo, la inteligencia y la lucha solidaria?. ¿Y que diría San Martín de los que creen y colaboran o se venden a esos fabricantes de recetas?. Creo que es hora de recuperar la vergüenza. Necesitamos, aunque nos cueste, un poco más de vergüenza para “volver sobre nosotros mismos”, como pedía el Libertador después de la derrota de Cancha Rayada, y poder ver las cosas de otra manera, y empezar así a construir un futuro distinto. Nunca más conmemoremos un 17 de Agosto si un dólar va a valer más que toda una historia de esfuerzo y de lucha. Ya no se puede dar más lugar a ese tipo de incoherencias que nos liquidan como nación. Si hacemos cosas como esas, si pensamos cosas como esas, no tenemos derecho a quejarnos después de nada, ni mucho menos a decir que somos parte de una sociedad o de una nación.
Los valores de San Martín, el espíritu sanmartiniano, es fundamental para darnos un nuevo horizonte. Su lealtad, su equidad, su honestidad, inteligencia, coraje, sinceridad, respeto y solidaridad son una verdadera “potencia constituyente”, como diría el pensador italiano Toni Negri, para poner en marcha una nueva nación.
San Martín tenía lo que hay que tener. Quiero terminar, comentando algunas disposiciones que llevó adelante cuando ejercía el gobierno autónomo de la provincia de Mendoza y preparaba, desde allí, el cruce de los Andes. Ordenó el Gran Jefe, entre otras cosas, que se secuestraran los bienes de los prófugos, que se pusieran en remate público las tierras del viejo poder español, que se realizara una contribución extraordinaria de guerra pagadera por cuotas mensuales, que se recogieran los capitales a censo pertenecientes a manos muertas (a aquellos privilegiados a los que antes no se les tocaba nada) usando de sus intereses. Organizó también las donaciones gratuitas en especie y en dinero, dispuso también que se apropiaran los diezmos del servicio civil, que se gravara con un peso cada barril de vino y con dos cada uno de aguardiente que se extrajese del territorio, con el carácter de contribución voluntaria. Declaró de propiedad pública las herencias de los españoles que morían sin sucesión, todo lo que, unido a los impuestos de papel sellado, ramo de pulperías, multas y otros arbitrios, regularizó la percepción de la renta, acrecentando el fondo común. No bastando esto, se estableció un impuesto general y uniforme sobre todos los habitantes, basado en el capital de cada individuo, previo catastro levantado por el Cabildo. Por excepción, solía hacerse uso del arbitrio de empréstitos forzosos, pero siempre con intervención del Cabildo y con arreglo a una repartición equitativa que pesaba sobre los españoles y portugueses desafectos. Además, cuando era necesario, se usaba de las cabalgaduras y de las carretas gratuitamente, se confiscaban temporalmente los alfalfares para las caballadas del ejército, y se disponía sin retribución de las personas para los trabajos públicos, y como todo esto se hacía ordenada y alternativamente, la oferta generalmente se anticipaba a la exigencia. Los artesanos se prestaron a servir en los talleres a ración y sin sueldo; las mujeres contribuían con sus labores, cosiendo gratuitamente los uniformes de los soldados. Y para que no quedase nadie sin contribuir, hasta los muertos fueron cotizados, ya que el Gral. San Martín le cobró un “donativo patriótico” de 12.000 pesos a un tal Martínez de Rosas que hacia negocio redactando testamentos. Esta era la estrategia y el rigor del Gral. San Martín, que entendía, por un lado, que la lucha por la liberación era la lucha de todo un pueblo, y por otro, que los que más debían contribuir eran aquellos que nunca habían sido tocados en sus negocios y privilegios.
Este es el ejemplo de San Martín. Este es el libertador que debemos recordar. Especialmente, nuestros niños y nuestros jóvenes, a quienes les digo lo que San Martín les decía a los Granaderos: estudien, tienen la obligación de estudiar y de tener siempre erguida la cabeza frente a las lecciones del pasado y del presente, erguida una línea más arriba del horizonte, para poder siempre ver un poco más allá.
Estudien, preocúpense por todo y prepárense: son ustedes o no será nadie, quienes pongan de pié a esta Nación y quienes construyan un futuro distinto, para ustedes y para todos. Son ustedes, o no será nadie, quienes traigan definitivamente al Gral. San Martín.-



Prof. Mauricio Castaldo
-Presidente-
Asociación Cultural Sanmartiniana
De Seguí, Entre Ríos.
17-08-2002























Seguí, E.R, 21/9/2002.-
Opinión:
“Reinventar lo humano”

El atentado fascista contra Estela Carloto es una muestra más del empeño perverso que esta Argentina tiene de revolverse atrozmente en los infiernos de su permanente pasado. Creo que no es casualidad: el neoliberalismo –de Videla y Martínez de Hoz a Menem, Cavallo, Duhalde y cía- se inició y se intenta cerrar a los tiros en nuestro país. Los secuestradores de hoy tal vez no sean exactamente los secuestradores de ayer (quien sabe), pero el neoliberalismo ha sido, indefectiblemente, la política capitalista del secuestro. Secuestro físico por un lado y secuestro sociocultural por el otro. Pero no nos confundamos: el secuestro del cuerpo y el secuestro de la dignidad son las dos caras de la misma moneda; porque el hambre y el miedo son dos formas del miedo. Este es el terrorismo político e ideológico neoliberal en el que estamos inmersos. Los grupos de tareas del neoliberalismo, ayer y hoy, han dejado acorralados a los argentinos. La democracia se juega la vida; y nuestro drama es existencial, ontológico y políticamente oncológico. Estamos cayendo muy bajo. Es la última oportunidad de reinventar nuevas formas de lo humano.


No puedo dejar de pensar que somos el experimento de un capitalismo neoliberal concentracionario, porque la Argentina se parece a un gran campo de concentración (así pienso cuando veo a grandes y chicos raquíticos y muertos de hambre) y porque lo que queda del neoliberalismo se parece –sigo una idea de Giorgio Agamben- a lo que queda de Auschwitz. Nos vienen ganando por goleada y no nos dan tregua. La espera ha sido fatal: ya no podemos esperar. Somos todos cartoneros del Fondo Monetario y del capitalismo internacional. Somos la paja del granero del mundo. Debemos empezar a curar entre todos la anemia social. El sentido común está escindido, quebrado, anémico, y no termina de encontrar la salida a la colonización liberal. No la encuentra, tal vez, por el peso y la ceguera de la culpa. No alcanzamos a ver (un futuro distinto) porque no queremos ver (que todos hemos construído el pasado y el presente). Todos somos una solución (así creemos, cada uno), pero porque todos somos el problema.


Pienso que la lucha será larga y dramática, porque la disputa entre lo humano y lo inhumano, entre la democracia y el autoritarismo, se da cotidianamente y de diversas formas en cada uno de nosotros. Lo humano y lo inhumano desdibujan todos los días las fronteras de ese conjunto contradictorio de valores, ideas, costumbres, tradiciones y opiniones que llamamos sentido común. Todo está mezclado. “Acaso Schopenhauer tiene razón –dijo Borges en “La forma de la espada”-: yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres”. Todos somos Duhalde y todos somos Estela Carloto, aunque no querramos o no nos demos cuenta. Todos somos, mentalmente y al mismo tiempo, Perón, Balbín, Frondizi,Videla y Fidel. Todos estamos ahí pero siempre nos quedamos acá. A veces no lo sabemos y a veces hacemos como que no nos damos cuenta. Todos somos “Pancho” Ramírez, pero todos somos igualmente Busti, Massarotti y Montiel. Todos somos Sócrates, pero la cicuta también.


Me da la triste sensación (y desde ya pido disculpas por expresarme de esta manera) de que todos hemos sido, en algún momento y en alguna forma, Albert Speer (el número dos del nazismo que confesó y reconoció todo en el Juicio de Nuremberg), pero sin la grandeza de la autocrítica. Las “Memorias” de Speer son el último capítulo, no reconocido, de la “Fenomenología del Espíritu”, de la historia de la conciencia humana. Releerlo sea, tal vez, empezar a recuperar la vergüenza para producir nuevas formas de lo humano.


Speer se hizo cargo –y el, seguro, no tiene perdón- doblemente de los terribles crímenes del Tercer Reich. Se hizo cargo por lo que conocía y se hizo cargo por lo que ignoraba. Reconoció –y eso tal vez sea un ejemplo-: “la dimensión de mi aislamiento, la intensidad de mi evasión y mi grado de ignorancia de lo que culminó en Auschwitz se convierte en una cuestión del todo irrelevante frente a las consecuencias que se derivaban con toda claridad de lo que sí sabía y podía determinar por mi mismo”. Es un autoanálisis político y psicológico excepcional, porque remata diciendo que, hasta el fin de sus días, seguiría pagando privadamente por esa culpa “que despojó mi vida burguesa de toda sustancia”.


Es, en mi escala de valores y hoy por hoy, el argentino ideal.








































Carta Abierta a los alumnos de 9no.Año del
Instituto Padre Enrique Laumann de Seguí

Las peras del olmo

Antes que nada, debo decir que estas palabras no pueden ser palabras de despedida, porque con todos ustedes, o con casi todos, nos volveremos a ver en las aulas de este colegio. Hoy, debemos hacer una breve síntesis de lo mejor que hemos hecho, y debemos plantear tambien los desafíos que se vienen.
Ustedes, jóvenes de 9no.año, han finalizado su Educación General Básica y empiezan una nueva etapa. A pesar de las grandes dificultades que vivimos todos, y a pesar de los problemas y dramas cotidianos –de todo tipo- que ustedes han tenido, han dado un paso adelante. Y eso ya es algo bueno. Lo hablamos muchas veces y lo vuelvo a decir: ustedes pueden, ustedes pueden salir adelante, ustedes pueden hacer más, ustedes pueden y deben aprovechar la educación que construímos juntos para poder empezar a proyectar una vida diferente.
Con nuestras virtudes y con nuestros defectos, cada uno de los docentes tenemos algo para darles –y tenemos mucho-. Son ustedes los que deben sacarnos lo mejor y a la vez, darnos lo mejor. En cada uno de sus trabajos, en cada una de sus reflexiones críticas, en cada una de sus opiniones elaboradas, en cada uno de sus gestos positivos, se esconde el germen de una sociedad distinta y mejor. Esa es nuestra alegría, nuestra felicidad y nuestra esperanza: debemos ahora dedicarnos a profundizar esa tarea.
Yo pertenezco a ese tipo de personas que siempre le piden peras al olmo –para algunos eso es un imposible-. Creo que ser un buen docente es pedirle siempre peras al olmo, es siempre buscar superar la línea de lo posible. Y este año, vi que ese bendito olmo por fin estaba dando frutos distintos. Solo el tiempo dirá si pueden madurar.
Frente a un mundo tan feo y frente a una sociedad en la que los mayores parecen tan cansados y conformistas –aunque no tan cansados de ser conformistas y de soportar esta realidad en la que vivimos-, nosotros pudimos pensar a fondo la situación en la que estamos y al poder pensar, pudimos alcanzar a ver alternativas que otros no alcanzan a ver. Ustedes mismos analizaron críticamente las opiniones que otros jovenes expresaban en algunas encuestas y ustedes mismos valoraron su formación. Es en este Instituto donde aprendieron a pensar y debatir sobre las consecuencias del neoliberalismo y del ALCA, entre tantas otras cosas. Es en este Instituto donde aprendieron que las puertas de la vida y de la libertad nunca van a ser abiertas por el poder. Es en el I.P.E.L donde aprendieron que la unica forma de abrir esas puertas cerradas o entreabiertas va a ser en base al estudio, a la sabiduría y a la lucha de todos juntos.
Un recuerdo de ustedes siempre me quedará en el corazón: no podré olvidar nunca ese día en que el silencio respetuoso y las lágrimas de algunos acompañaban la lectura de la última carta que el más grande revolucionario latinoamericano dejara a sus hijos.
Ese momento maravilloso es mucho mas fuerte que otros momentos. Ese momento nos mostró que ustedes son personas que tienen valores y sentimientos. Estamos orgullosos de ustedes. Cómo no estar orgullosos si, en definitiva, una buena educación debe lograr que sepamos pensar para luchar, que sepamos decir gracias y decir perdón, y que sepamos exteriorizar los sentimientos, cosa que hoy por hoy, parece tan difícil.
Sepan perdonarnos por las faltas que hemos cometido y muchas gracias, en serio, por hacer que no parezca tan imposible pedirle peras al olmo.
Gracias. Felices fiestas y un buen 2004 para todos.-
Prof. Mauricio Castaldo
12-12-2003


Apuntes preliminares para el estudio de la Argentina en el capitalismo postmoderno

“Creo en el poder de la imaginación para rehacer el mundo,
liberar la verdad que hay en nosotros, alejar la noche,
trascender la muerte, encantar las autopistas, congraciarnos
con los pájaros y asegurarnos los secretos de los locos.”
JAMES GRAHAN BALLARD

1- La postmodernidad capitalista y el postmodernismo han penetrado en forma desigual, compleja y combinada en la periferia argentina.
2- Postmodernidad y postmodernismo no son sinónimos. Postmodernidad es la realidad compleja del capitalismo biotecnológico global. El postmodernismo, en sus diversas formas, es el sostén filosófico del neoliberalismo. La ideología postmoderna es la expresión hegemónica de la epistemología liberal-conservadora.
3- Relativismo, felicismo, departamentalismo, liberalismo teórico y darwinismo social son elementos clave del desarrollo ideológico postmoderno. Todo esto dentro de un gran cuadro de esquizofrenia.
4- Robert Kurz ha analizado, como Frederic Jameson y otros, la esquizofrenia postmoderna y ha sido tajante: la esquizofrenia estructural de todas las sociedades fetichistas se agravó (Robert Kurz, El fin de la política, texto íntegro en la web).
5- El neoliberalismo real –libertad para el capital financiero y “libre comercio” basado en el proteccionismo del Norte y en el liberalismo bobo del Sur- es la política económica originaria de la postmodernidad capitalista. El neoliberalismo real es la política económica dominante de la tercera globalización capitalista. La nueva fase de acumulación está en transición y la disputa se hace cada vez más intensa.
6- La consigna pequeñoburguesa actual de “más Platón y menos Prozac” es sólo, y con suerte, menos Prozac. El negocio de ofrecer soluciones a nuestros grandes dramas vitales con la lectura de la filosofía clásica occidental es una gran infamia, un gran absurdo y una gran estafa. La verdadera autoayuda es la lucha solidaria, política, social y cultural.
7- Platón es nuestra caverna histórica. La filosofía occidental dominante es la gran caverna de la humanidad: la filosofía debe ser la estrategia colectiva para liberarse de las cavernas estrechas y de las luces falo-logocéntricas. Encontrar salidas a las cavernas estrechas es mediar dinámicamente en la construcción de articulaciones y síntesis de todos los saberes humanos. Filosofía de la praxis es apropiación social dinámica de las cavernas, de las luces, de los saberes, de las dudas, de la historia y del mundo.
8- Filosofar en serio es analizar políticamente, con amplitud y profundidad, los problemas de la vida humana, entendiendo al hombre como un ser social-histórico.
9- No hay un debate político e histórico profundo sobre el presente y el futuro de la Argentina postmoderna. Pero, según Beatriz Sarlo, “en diciembre de 2001 las fracturas eran muchas y ya no se podía hablar de pueblo en los mismos términos que a finales de los 90. Me parece que la revolución liberal reaccionaria de Menem coincide tambien con ciertas tendencias de disgregación de lo social general que se llama posmodernismo. Por tanto, la sociedad está más fracturada y lo que vimos en diciembre de 2001, sin duda, fueron alianzas no políticas sino coincidencias en el espacio. No costaba mucho más hacer caer a De la Rúa. Cayó de manera extremadamente sencilla” (Hector Pavón, La sociedad está más fracturada, Clarín, Ñ, Bs.As, 13/3/2004, p.11).
10- Hay una deconstrucción de la intelectualidad progresista argentina, y hay una deconstrucción de nuestras luchas populares. Hay estrechez, hay divisionismo, hay intelectualismo por un lado y antiintelectualismo por el otro, hay internismo, hay histeriqueo, hay poca solidaridad política y social. Hay poca acción del campo popular. La clase media cacerolera y Juan Carlos Blumberg producen más acción política que Beatriz Sarlo, Claudio Lozano y la CTA. Caemos permanentemente en la trampas que nos tejen las clases dominantes y además, reproducimos cotidiamente los rasgos y conductas de nuestros opresores. Debemos construir la nueva transversalidad popular, latinoamericana y globalifóbica. Debemos constituir la nueva transversalidad antagonista.
11- ¿Raul Castells tiene más militancia hoy que Jose Pablo Feinmann y que Beatriz Sarlo?. ¿Quien es el “intelectual sartreano”?. No estamos planteando que Castel

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