SOBRE LA SITUACIÒN EN PARMALAT.
Por EL MILITANTE -
Tuesday, Jan. 11, 2005 at 8:00 AM
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Fuera Tasselli y la burocracia de
ATILRA. Los trabajadores deciden. |
Parmalat
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Autor : Demian
Marcos Fecha : ( 10-Enero-2005 ) Categoria : Movimiento
obrero
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n la
mañana del 6 enero, los “reyes magos” de la burocracia de ATILRA
llegaron en 6 micros, 16 trafic y 7 autos transportando a 500
matones encabezados por Ponce. Rompieron el portón, robaron
mercaderías del stock, herramientas y dañaron las instalaciones
productivas, previa paliza a los trabajadores que mantenían la
guardia y a los compañeros de la Comisión Interna.
Esta aparición “mágica” de la burocracia sindical
busca destrozar la lucha que mantienen los trabajadores, aplastarlos
y diezmar los ánimos para entregarla a su verdadero amo: Tasselli.
La burocracia sindical y Tasselli se dan la mano y quieran darle con
el garrote a los trabajadores que luchan por salarios y por defender
los puestos de trabajo; una cuadratura de circulo para la
burocracia. Esta provocación buscó crear un “hecho” a los intentos
de la patronal para abrir causas penales a los obreros que mantienen
la toma.
El 7 de enero se volvieron a tomar las
plantas de Pilar y Carapachay. Es la única manera que tienen los
trabajadores de impedir el vaciamiento de la empresa y obstaculizar
el plan patronal de la burocracia de ATILRA.
A las
trompadas de los matones de la burocracia, los trabajadores le
oponen asambleas de base y la toma de la planta.
La nutritiva estafa de la patronal.
Producto de la crisis de la multinacional a
escala mundial, Parmalat Argentina, mediante un euro ¨simbólico”
pasó a manos de las sociedades Molinos y Establecimientos Harineros
Bruning e Industrias Argentinas Man, del empresario Sergio Tasselli,
que sin respiro puso a la empresa en licitación de acreedores, y
amenaza con la “quiebra” de la empresa, ya que la Ley de Quiebras
habilita a suspender el convenio colectivo de trabajo, despedir
personal y rebajar los salarios, o sea hacerse un festín a costa de
los trabajadores.
Sí, leyeron bien: Tasselli,
empresario “nacional” que vacía fabricas y empresas, el responsable
de la muerte de 14 mineros del Turbio, del escándalo de
Metropolitano, etc.
Por esto, los trabajadores de
Parmalat, al enterarse de quien se haría cargo de la empresa, y por
parte de salarios adeudados, rápidamente tomaron las plantas de
Pilar y Carapachay, paralizando la actividad productiva y comercial
a partir del lunes 20 de diciembre.
“Hay de por medio
un reclamo de salarios atrasados y del pago del medio aguinaldo de
diciembre, que ya habría sido abonado, al menos parcialmente. Pero
el nudo del conflicto es que los ejecutivos que desembarcaron hace
diez días quieren discutir con los delegados de la Asociación de
Trabajadores de la Industria Láctea de Capital un plan para achicar
la planta de personal, de 1.200 personas, así como discutir una
reducción de algunos salarios. "Es algo que se debería conversar.
Desde que Parmalat estaba a la venta se sabía que estaba
sobredimensionada, con salarios que responden a un convenio
colectivo muy alto", dijo a Clarín el nuevo director ejecutivo de la
empresa, Mario Joris. Los delegados gremiales rechazaron de plano la
propuesta. "Hoy la industria láctea está viviendo un pico de
crecimiento, con alta rentabilidad. Todas las empresas del sector ya
refinanciaron sus deudas, excepto Parmalat", dijo Paco Trejo,
delegado gremial de la empresa.”( Clarín)
Esta
respuesta urgente ante la incertidumbre por parte de los
trabajadores, es la que impidió que desde el vamos Tasselli pudiera
llevar adelante sus planes de “reestructuración”, porque unió a los
trabajadores de convenio y fuera de convenio, obreros, fleteros y
personal de administración contra el enemigo común. Incluso la nueva
directiva hizo un pedido de “colaboración” a la Comisión Interna
para reducir salarios y admitir despidos, que no fue aceptado.
Según el nuevo director ejecutivo Mario Joris, "Una
compañía con este nivel de endeudamiento y que factura un poco más
de $ 100 millones anuales es inviable, con lo que es clave lograr
una reestructuración de los pasivos. En ningún momento hablamos de
despidos con el gremio, pero está claro que es necesaria una
reestructuración para tornar rentable a la compañía".
Ante la intransigencia de los trabajadores y mediante
las gestiones de los delegados sindicales de ATILRA, se llegó a un
compromiso temporal y precario, donde el nuevo directorio se
compromete a no despedir más trabajadores y no afectar las
condiciones laborales.
Desgraciadamente, en ese
momento, la conciliación obligatoria le dio tiempo a Tasselli para
seguir fabricando sus especulaciones, mientras los trabajadores
levantaron las medidas de fuerza días antes de fin de año. Sin
embargo, Roberto Gómez secretario de prensa de ATILRA Capital,
afirmó que "Parmalat violó la conciliación obligatoria del Gobierno
porque no ha reincorporado a 39 trabajadores despedidos, no ingresó
materia prima para producir y además solicitó convocatoria a
acreedores” además de exigir "una directa intervención del ministro
(de Trabajo Carlos) Tomada".
Fuera de convenio hay
alrededor de 500 obreros. Enmarcado en este panorama, Tasselli
declaró a diferentes medios el 2 de enero su intención de aumentar
de 200 mil a 800 mil litros de leche por día, invirtiendo 10
millones de pesos. Con estos cantos de sirena –más bien aullidos de
lobo feroz- lo que busca es bajar la guardia de los trabajadores,
esperar el mejor momento para dar el zarpazo: despidos y rebaja de
salarios, precariedad laboral.
Los trabajadores
tienen en claro que Tasselli no llega a Parmalat, ahora “Compañía
Láctea del Sur”, para aumentar la cantidad de litros de leche por
día, sino para hacer fabulosas ganancias vaciando la empresa y
cargando sobre la espalda de los trabajadores todo el peso de la
crisis.
Un gigante con pies de barrio.
El gigante Italiano, fundado en 1961, con una
facturación de 8.000 millones de euros, saltó al escándalo cuando se
descubrieron sus depósitos inexistentes y una deuda que asciende a
los 14.000 millones de dólares. La “cobertura” de Banca Populare de
Lodi y Deutsche Bank no pudo esconder el escándalo que refleja la
crisis del capitalismo mundial donde no se salvan ni los “grandes”,
Parmalat Italia fue intervenida luego del escándalo financiero que
llevó a prisión a su fundador Calisto Tanzi.
La
estrategia de la multinacional es desprenderse de las filiales,
buscando “compradores” en Rusia, Ucrania Australia, Alemania,
Francia, etc. América Latina representa la cuarta parte de las
ventas globales de la empresa, pero sus directivos “aceptaron”
manipular las cifras para esconder una década de pérdidas en el
continente.
Arribó a la argentina comprando La
Vascongada y cuenta con tres plantas productoras y alrededor de
1.200 trabajadores. En el 2003 facturó 65 millones de dólares, el
0,6% de las ventas mundiales.
En la licitación
solamente Tasselli, a pesar de su escandaloso prontuario, quedo en
pie. No es de extrañar que este capitalista “nacional”, con llegada
a las altas esferas del poder, tenga el visto bueno. Por eso los
medios de comunicación y la prensa fueron renuentes a poner en
primera plana este conflicto que afecta directamente a 1200
trabajadores y sus familias.
La deuda oscilaría
alrededor de los 70 millones de dólares. El plazo dado a los
acreedores para certificar los créditos es hasta el 8 de febrero,
después de que el Juzgado en lo Comercial nro. 25 acepte el
“concurso preventivo” presentado por Tasselli. Según información de
la prensa más de la mitad de la deuda sería contra bancos
extranjeros (Citibank, Boston y Deustche), unos 10 millones de pesos
contra el Fisco y la parte restante correspondería a créditos
inter-compañía desde Italia u otras filiales. Según Tasselli
"Parmalat de Uruguay nos reclama dos millones de pesos, por
supuestas comisiones por ventas, por ejemplo. Hay muchos casos así".
Hay que decirlo con todas las letras: la “quiebra” de
Parmalat es un síntoma claro de lo que significa para los
trabajadores y sus familias este sistema social basado en nuestra
explotación y sacrificio.
Fuera Tasselli: Los
trabajadores deciden
Los trabajadores de Parmalat
tienen que estar en estado de alerta y dispuestos a movilizarse
rápidamente. Como sabemos, no es solamente Tasselli quien está de la
vereda de enfrente, sino también la burocracia de ATILRA que esta
haciendo todo lo posible para quebrar el espíritu de resistencia de
los trabajadores
El empresariado “nacional”, igual
que el internacional, sólo puede crecer rebajando y atentando contra
las condiciones laborales y salariales, esto es, contra la vida
misma de los que necesitamos trabajar para mantener “el alma unida
al cuerpo”. La clase dominante, la burocracia, los partidos
patronales y el gobierno que le sirve, de manera clara cierran filas
ante uno de los suyos. Los trabajadores de todo el país estamos
apoyando la lucha de los trabajadores de Parmalat.
Tasselli agravara la situación despidiendo
trabajadores y reduciendo los sueldos. Ya afirmó que “no tiene”
plata para pagar los haberes y las deudas. La única solución es
mantener las asambleas y la vigilancia sobre las negociaciones entre
el sindicato y la empresa. Para multiplicar la fuerza de los
trabajadores de Parmalat hay que buscar la solidaridad de todos los
trabajadores lácteos, llevando esta lucha hasta las plantas de la
Serenísima, Sancor, etc. Hay que llevar toda la solidaridad a los
trabajadores que, con la burocracia, la patronal y los medios de
comunicación en contra, están resistiendo y defendiendo con su
cuerpo aquellos que los empresarios destruyen.
Mientras las empresas recogen jugosas ganancias, poco
y nada hay para los laburantes. Ahora que los capitalistas llevaron
al desastre a la empresa quieren cargar sobre los trabajadores y sus
familias la “resaca” después de tanta fiesta. Sin embargo, está
dramática situación plantea una perspectiva que los trabajadores
tendrán que discutir.
La crisis que atraviesa
Parmalat coloca a sus trabajadores como la única fuerza capaz de
sacar a flote la empresa que hundieron los patrones. Los
trabajadores, que día a día pusieron el cuerpo en la planta, no
“quebraron”. Acá quebraron los agentes sociales de un sistema en
decadencia, los capitalistas, los patrones cuyo único norte son
ganancias y más ganancias.
Los planes de Tasselli no
pueden pasar. No se puede aceptar ningún despido más ni una rebaja
salarial. Incluso, cualquier capitalista que agarre este hierro
caliente que es Parmalat tenderá a buscar una solución en despidos y
rebaja de sueldos. Ellos tienen los medios de comunicación, la
burocracia como fuerza de choque, sus “amigos” en el gobierno.
Nosotros tenemos la fuerza necesaria para acabar con el desastre:
sin el consentimiento de los trabajadores, Parmalat no produce ni un
sachet de leche. Tenemos la experiencia de las fábricas recuperadas
por sus trabajadores y millones de laburantes dispuestos a
apoyarnos.
Que se abran todas las cuentas de la
empresa ante los trabajadores, los únicos capacitados de terminar
con la situación actual.
Que los trabajadores
controlen los ritmos de producción y la comercialización de los
productos para evitar nuevos despilfarros.
Si el
flamante empresario no puede asegurar el funcionamiento de la
empresa y la subsistencia de 1200 familias obreras, la única
alternativa es la expropiación sin indemnización bajo el control
democrático de los trabajadores. Así como el Estado subvenciona a
las empresas privadas, llegado el momento, los trabajadores pueden
imponerle que garantice con el “superávit” que hoy posee -gracias al
hambre del pueblo trabajador- la continuidad de la empresa
controlada por sus trabajadores.
¡Solidaridad con
los trabajadores de Parmalat!
¡Fuera Tasselli,
Fuera la burocracia sindical!
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