EL DESASTRE DEL TSUNAMI.
Por EL MILITANTE. -
Tuesday, Jan. 11, 2005 at 2:58 PM
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El desastre del tsunami |
Horror sin fin
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Autor : Rob Lyon Fecha : (
11-Enero-2005 ) Categoria : Internacional
|
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días después del devastador tsunami que hizo estragos en el Océano
Índico, el 26 de diciembre de 2004, cada vez está más claro que se
podía haber hecho mucho más para evitar la destrucción masiva y la
muerte de 156.000 personas (por ahora) en la región. También está
claro que se podía haber hecho mucho más para ayudar y aliviar los
efectos del desastre. Colin Powell, el saliente secretario de
estado estadounidense, ha hecho un viaje a la región para evaluar
los daños, después de ver los efectos dijo que el desastre era mucho
peor que si se hubiera producido una guerra. Colin Powell debe saber
qué destrucción provoca la guerra ya que tiene experiencia propia en
la guerra de Vietnam y también ayudó a organizar la actual guerra de
Iraq, donde EEUU y Gran Bretaña son responsables de la destrucción
del país, su infraestructura y la muerte de más de 100.000 personas.
Las imágenes de la carnicería han llevado a millones de personas
normales de todo el mundo a donar millones de dólares para ayudar a
la región, pero en primer lugar deberíamos preguntarnos si todo esto
podía haberse evitado.
Ningún aviso
Tad Murty, un especialista canadiense en
tsunamis, calcula que se podían haber salvado el 90-95% de las vidas
si hubiera existido en el Océano Índico un sistema de detección de
tsunamis. Señaló a Japón como un ejemplo de país afectado
regularmente por tsunamis y que sufre pocas bajas. “Las olas son
totalmente predecibles. Desde donde se ha producido el terremoto el
tiempo de llegada de las olas a la India es de cuatro horas. Hay
tiempo suficiente para avisar”. (Globe and Mail. 29/12/2004). En
el Océano Pacífico hay un sistema de detección, el Centro de
Detección de Tsunamis del Pacífico (PTWC), además del Sistema de
Detección de Tsunamis en Agua Profunda (DART), desarrollado por
naciones ricas como Japón y EEUU. Este sistema no existe en el
Océano Índico porque los “tsunamis son raros” y porque los gobiernos
de la región dicen que el equipamiento es demasiado caro. El coste
de poner en funcionamiento el sistema DART en 2002 fue sólo de 2
millones, una fracción de algunos presupuestos militares de la
región. El PTWC detectó un terremoto de grado 9 en la costa
noroeste de Sumatra. El PTWC contactó con los países miembros para
avisar de que no había amenaza de tsunami en el Océano Pacífico.
Resulta significativo que de los once países afectados por el
desastre sólo Tailandia e Indonesia son miembros del PTWC. Según
dijo Charles McCreery, director del PTWC: “intentamos hacer lo que
pudimos. No teníamos en nuestra agenda ningún contacto de esa zona
particular del mundo”. Una hora después del terremoto la estimación
inicial de su intensidad se había revisado de 8 a 8,5 se lanzó una
segunda alerta sobre un posible tsunami en el Océano Índico. Según
el geofísico Barry Hirshom: “Empezamos a pensar en quién podíamos
llamar. Hablamos con el Centro de Operaciones del Departamento de
Estado y el ejército. Llamamos a las embajadas. Hablamos con la
armada de Sri Lanka, con cualquier funcionario del gobierno local
que pudiéramos contactar”. Más tarde McCreery confirmó también que
el PWTC alertó a la marina estadounidense, al Departamento de Estado
norteamericano y al gobierno de Australia. El Departamento de Estado
dice que se lo notificó a la India, pero el gobierno indio dice que
no recibió ningún aviso entre las dos horas que transcurrieron entre
el terremoto y la llegada de las olas. El gobierno de Sri Lanka
tampoco recibió ningún aviso. La isla de Diego García,
controlada por los británicos, aparentemente recibió un aviso. La
isla alberga una base militar norteamericana desde donde parten
incursiones militares hacia Afganistán e Iraq. La base
estadounidense, directamente de frente en el camino del tsunami, fue
evacuada y no sufrió ningún daño. Está claro que si la población que
fue desalojada de la isla en los años cincuenta (sin compensación),
para construir allí la base militar, vivieran aún en la isla
seguramente no habrían recibido ningún tipo de aviso y habría
sufrido también el tsunami. Se calcula que con tan sólo 15
minutos, y un plan de evacuación claro, la mayoría de las personas
que no tenían ni idea de lo que se aproximaba seguramente se podían
haber salvado. En los países donde se aproximaba el tsunami la
respuesta fue desorganizada. En los países que fueron avisados la
respuesta al desastre fue lenta debido a la falta de preparación, a
la inadecuada infraestructura y a la burocracia. Muchos de los que
recibieron los avisos no sabían como interpretarlos o reaccionaron
con indiferencia. En Indonesia los sismólogos detectaron el
terremoto pero no pudieron avisar porque no tenían línea telefónica
en la oficina, a pesar de estar construida desde 2002.
Los beneficios por encima de las personas
Los sismólogos de Tailandia registraron el
terremoto y los funcionarios del Departamento Meteorológico
Tailandés se encontraban en un seminario cuando les llegaron las
noticias. Celebraron una reunión de urgencia para decidir la
respuesta a la amenaza. Fuentes anónimas presentes en la reunión
dijeron que se discutió el peligro pero que se decidió no avisar
para no asustar a los ciudadanos y a los turistas. En el lugar
había sensores de marea pero no había manera de confirmar si en
realidad había riesgo de tsunami. Lo que más temían era la respuesta
del gobierno y de las empresas turísticas si emitían una falsa
alarma. Tuvieron en cuenta que el terremoto se producía en uno de
los principales períodos turísticos y que los hoteles y las playas
estaban llenos. Un funcionario dijo lo siguiente a The Nation: “Si
hubiéramos emitido un aviso que hubiera provocado la evacuación [y
si no hubiera ocurrido nada] ¿qué habría pasado? Las empresas
inmediatamente habrían resultado afectadas. Habría ido más allá de
lo que podría manejar el Departamento Meteorológico. Si no hubiera
llegado [el tsunami] nos habríamos hundido”. Varios científicos
llevan años avisando de los peligros de un tsunami en el Océano
Índico. Considerados como “chiflados”, se les ha marginado y
silenciado. Samith Dhamasaroj, antiguo director del Departamento
Meteorológico Tailandés, avisó del riesgo hace ya siete años.
Simplemente defendía la instalación de un sistema aviso, incluidas
sirenas en los hoteles que están al lado de la playa. En algunos
lugares le prohibieron la entrada porque “decían que [él] estaba
dañando su imagen ante los turistas extranjeros”. Esto parece
ser consistente con los acontecimientos anteriores. Según Chcheep
Mahachan, de la oficina sismológica de Tailandia: “No se dio un
aviso adecuado. Si hubiéramos avisado y después no hubiera ocurrido,
entonces habría significado la muerte del turismo en estas zonas”.
El responsable de la oficina, Sulamee Prachub, citó un ejemplo
reciente: “Hace cinco años el departamento meteorológico emitió una
advertencia sobre una posible ola después del terremoto en Guinea
Nueva Papua, la autoridad turística se quejó de que esta advertencia
había afectado al turismo”. Nunca se hizo esta alerta, murieron
2.000 personas y miles más se quedaron sin hogar después del tsunami
producido por el terremoto de Guinea Nueva Papua de 1998. La
lógica de las industrias turísticas es ridícula. Temen que una falsa
advertencia dañe la industria turística, que es vital para muchos de
estos países. Si una falsa advertencia dañaría la industria ¿qué
pasa cuando no se avisa porque los beneficios podrían verse
perjudicados? Los turistas se sentirían más seguros y estarían más
inclinados a visitar un país donde se tiene en cuenta su seguridad y
su vida, apreciarían más una falsa alarma que no hacerlo nunca. Si
hubiera habido una falsa alarma en Guinea Nueva Papua o en Tailandia
muchos turistas estarían dispuestos a regresar sabiendo que hay
preocupación por su seguridad por parte del gobierno y las empresas
del sector. ¿Pero qué ocurre ahora? ¿Quién quiere visitar estos
países sabiendo que sólo preocupan los beneficios y no la seguridad
de los turistas? ¿Quién querrá ir allí sabiendo que se obviaron los
avisos de tsunamis para ahorrar dinero?
Incluso
más beneficios sobre las personas
Más
despreciable es saber ayer que los bandos están consiguiendo masivos
beneficios gracias a la caridad y los donativos que se hacen en Gran
Bretaña para ayudar al desastre. Después de las masivas
protestas del público estos bancos han aceptado devolver las 300.000
libras en beneficios conseguidas con el tsunami. El beneficio
procede del 3% cargado sobre los donativos hechos por teléfono o
Internet. Se calcula que con estas 300.000 libras se podrían pagar
140 tanques cisterna que podrían proporcionar agua a 420.000
personas. Obviamente, la gente está indignada y enfadada con los
bancos e instituciones financieras que sacan beneficios de los
donativos y del sufrimiento y la muerte de cientos de miles de
personas. Personas de todo el mundo han donado dinero para ayudar a
los millones de afectados por el desastre, ayer en Gran Bretaña la
cantidad alcanzaba los 76 millones de libras. Estas prácticas
bancarias también han provocado indignación en otros países como
España, aunque aquí no están dispuestos a devolver el dinero cargado
sobre los donativos. Incluso si se reembolsara este beneficio no
sería extraño que la mayoría de este dinero no llegara a su destino.
Después del terremoto de Bam, hace un año en Irán, los gobiernos
prometieron una ayuda de mil millones de dólares. Hasta el momento
sólo han llegado 17 millones de dólares. De los 2.000 millones de
dólares prometidos en ayuda después del tsunami, más los fondos
donados por personas normales, ¿cuánto dinero llegará realmente?
Aceh
El ejército indonesio
también intentará beneficiarse del desastre del tsunami en la
provincia de Aceh. La provincia indonesia de Aceh fue una de las más
afectadas por el tsunami. 100.000 personas podrían haber muerto en
esta provincia y en otras zonas del norte de Sumatra como resultado
del terremoto. Los voluntarios, los trabajadores de ayuda y las
familias están ocupados recogiendo y buscando cuerpos en la zona,
pero los soldados indonesios continúan su ofensiva contra los
separatistas rebeldes. Los medios de comunicación dicen que
desde el 26 de diciembre hay de facto un alto el fuego entre el
ejército indonesio y los rebeldes separatistas. Pero no hay signos
de que se haya levantado el estado de emergencia decretado en 2004.
Un portavoz del ejército indonesio confirmó que sólo dos tercios
de los 40.000 soldados presentes en la provincia estaban
participando en la ayuda, mientras que el otro tercio estaba
participando en operaciones militares contra los insurgentes. El
gobierno indonesio también retrasó la llegada de ayuda internacional
y voluntarios a la región, continuaba con su política iniciada hace
años de prohibir la ayuda y la presencia de observadores
internacionales. A Yakarta llegan noticias de que el ejército están
atacando los escondites del Movimiento por un Aceh Libre (GMA) y
está interrogando a los refugiados y supervivientes que se aproximan
a los campamentos en busca de comida y ayuda. El coronel D. J.
Nachrowi declaró a Jakarta Post que el desastre no sería visto como
una forma de que el ejército suspenda las operaciones de seguridad
contra el GMA. Stratfor ha dijo que el desastre del tsunami podría
favorecer a Yakarta en su campaña contra el GMA. “El presidente
Yudhoyono enviará más tropas a la provincia para reconstruirla y
limpiarla... Si el GAM no acepta solucionar pacíficamente el
problema, Yudhoyono tendrá más tropas para acabar con ellos”.
Los cálculos y la sangre fría del imperialismo
El presidente de EEUU George Bush parecía
irritado cuando tuvo que interrumpir sus vacaciones para anunciar
una ayuda de 15 millones de dólares. Esto ocurría tres días después
de uno de los mayores desastres naturales de los últimos cien años.
Los 15 millones iniciales fueron ridiculizados en la prensa
mundial, eso obligó al gobierno estadounidense a aumentar la
cantidad hasta 35 millones de dólares. Comparado con el gasto
militar en Iraq esta cantidad resulta irrisoria. Después de
mucha controversia EEUU anunció que daría 350 millones de dólares de
ayuda. Pero comparada con la respuesta del gobierno a los huracanes
que asolaron Florida este año 350 millones de dólares es
insignificante. Después de los huracanas que mataron a 116 personas
el estado dedicó 3.170 millones de dólares. La respuesta financiera
al desastre de Florida fue cien veces mayor que la respuesta al
tsunami del Sudeste Asiático. El gobierno británico al principio
ofreció un millón de libras, después subió hasta los 50 millones,
incluso aunque ya se sabía que los donativos de la población
llegaban a los 76 millones de dólares. The Guardian comparaba el
gasto del gobierno en otros programas y la ayuda dedicada al
desastre del tsunami: “El coste del nuevo esquema de identidad
nacional, por ejemplo, para llevar comida y abrigo a nadie, se
calcula que está en 3.100 millones de libras”. (The Guardian.
5/1/05). Esto sitúa la ayuda del gobierno británico en una luz nueva
y vergonzosa. Los trabajadores británicos han donado 76 millones de
libras, conmovidos por las imágenes de sufrimiento, mientras que el
gobierno al principio sólo destinaba un millón. Igualmente las
ONG españolas han denunciado que el 90% de la “ayuda” prometida por
el gobierno español irá en forma de préstamos blandos, unidos a la
compra de productos y servicios españoles. Así que el donativo real
será de 5 millones de euros, mientras que otros 53 millones son
préstamos blandos que finalmente regresarán a las arcas de las
empresas españolas. Bush ahora ha salido a favor de la
construcción de un sistema mundial de detección contra los desastres
naturales, similar al PTWC construido por EEUU y Japón. El coste de
este sistema se calcula que está próximo a los 150 millones de
dólares, mucho menos de lo que cuesta una semana de guerra en Iraq,
se calcula que son 5.000 millones de dólares. The Guardian
publicó un artículo con las siguientes cifras: “El gobierno
estadounidense se ha comprometido a donar 350 millones de dólares
para las víctimas del tsunami y el gobierno británico 50 millones de
libras (96 millones de dólares). EEUU ha gastado 148.000 millones de
dólares en la guerra de Iraq y Gran Bretaña otros 11.500 millones.
La guerra dura ya 656 días. Esto significa que el dinero prometido
para el desastre del tsunami por EEUU es el equivalente al gasto de
día y medio en Iraq. El dinero de Gran Bretaña son cinco días y
medio de nuestro gasto en la guerra. Es aún peor cuando se
compara el coste de la guerra con la presupuesto de ayuda total
extranjera. Gran Bretaña ha gastado casi dos veces más en provocar
sufrimiento en Iraq que lo gastado anualmente en aliviar el
sufrimiento en otras partes. EEUU ha dado sólo 16.000 millones de
dólares más en ayuda extranjera: menos de una novena parte del
dinero gastado en Iraq”. (The Guardian, 4/1/05). Los principales
periódicos y revistas financieros, como Financial Times y The Wall
Street Journal, han publicado artículos a sangre fría sobre la
perspectiva económica desde el desastre. Sabiendo que la economía
mundial es extremadamente frágil y que un desastre importante como
este tsunami podría tener un impacto importante en ella, incluso
hasta el punto de llevar a la economía mundial hacia una crisis,
estos artículos llegan a la conclusión de que los acontecimientos de
los últimos diez días no eran importantes en absoluto que no tendrán
un impacto económico importante. Así calman los nervios de los
inversores, les dice que no tengan pánico y que todo irá bien.
The Financial Times calcula que el desastre del tsunami costará
a las compañías de seguros aproximadamente 14.000 millones de
dólares, mucho menos de lo que pagado después de los huracanes de
Florida. Una razón es que el tsunami está clasificado como un “Acto
de Dios” y la mayoría de la población no recibirá compensación
alguna. La otra es que “el tsunami afecta sobre todo a las zonas
económicamente pobres con poca industria e infraestructura”. La
pobreza de la región significa que la mayoría de la propiedad y las
vidas de la población no estaban aseguradas y como el tsunami se
puede clasificar como un Acto de Dios, los costes para el sistema de
seguros y financiero mundial se reducirá mucho. Los capitalistas
mundiales también están muy contentos porque las grandes plantas de
gas natural, propiedad de Exxon Mobil, no han resultado dañadas y
pudieron restaurar la producción poco después del terremoto. Se ha
producido una interrupción significativa de los suministros de
combustible y la transferencia a los países industriales. Pocos
días después del desastre los principales periódicos de Nueva York
aparecían con artículos sobre los bonos de navidad distribuidos en
Wall Street después de los artículos sobre el desastre. Los bonos de
Wall Street suman 15.900 millones de dólares en 2004, que fácilmente
superan todo el daño y el dinero ofrecido en ayuda después de uno de
los mayores desastres naturales en décadas. Bush está utilizando
a su padre y a Bill Clinton para conseguir donaciones de las
empresas que como es de prever son bastante tacañas. The Guardian
publicaba algunas cifras relevantes de la actual elite empresarial
británica. “La empresa británica rápidamente se dio cuenta de la
necesidad de sintonizar con el ambiente público y hacer pública su
preocupación. Las principales empresas sin duda se sienten
orgullosas de su generosidad. Pero no deberían estarlo. Deberían
avergonzarse. Vodafone anunció que entregaría 1 millón de
libras. Un millón de libras es mucho para usted o para mi, pero no
para Vodafone, para ella es calderilla. El beneficio anual de la
empresa, registrado en el mes de mayo pasado, fue de 10.000 millones
de libras. Eso significa que la empresa consigue más de un millón de
libras a la hora. Y eso es todo lo que da, menos de una hora de
beneficio. Es menos de lo queda a su nuevo jefe, Arun Sarin, por sus
bonos anuales. Pongamos otro caso, Vodafone ha dado simplemente
una diezmilésima parte de su beneficio anual. (No de su ingreso
total, que sería una cifra mayor, sino de su beneficio). Piensen en
sus propios ingresos anuales, después de haber pagado todos sus
gastos. Ahora calculen lo que sería una diezmilésima parte de esa
suma. ¿Si hubiese dado sólo esa cantidad de ayuda al tsunami habría
sido suficiente? ¿Pregonaría su orgullo? (...) BP da la
saludable cifra de 1,6 millones de libras: buena cifra hasta que
vemos como el gigante petrolero espera unos beneficios para el 2004
de 9.000 millones de dólares. El beneficio comercial de Abbey
National de su núcleo empresarial superó la marca del millón de
libras en 2004, incluso aunque la empresa tuviera una pérdida
global. Los tiempos deben ser duros porque cuando han mirado en su
bolsillo sólo han encontrado 25.000 libras. He hecho las sumas:
basándome en mi cómodo salario del The Guardian, ese es el
equivalente a dar menos de dos libras. Tesco está orgullosa
porque ha enviado comida, agua y productos de higiene a Tailandia y
Sri Lanka, pero resulta impactante que, con unos beneficios anuales
de 1.700 millones de libras, sólo han dado la anémica cifra de
100.000 libras. Philip Green, el jefe de BHS, es un hombre
famoso por su generosidad, que da cantidades importantes a la
caridad. Pero sus 100.000 libras en efectivo y el millón en ropa no
es un sacrificio cuando se sabe que su grupo Arcadia le pagó un
dividendo de 460 millones de libras el año pasado y que gastó 5
millones en una fiesta toga para celebrar sus 52 años de edad.
Nada de esto debería ser realmente una sorpresa. Los
telespectadores de Children in Need y Comic Relief habrán observado
que a los entusiastas donantes empresariales consiguen publicidad
gratis, entregando un cheque a televisión, combinado con asombrosos
niveles de tacañería. Las sumas que dan son las perras que se caen a
su sofá, los hilachos de sus bolsillos, y esperan que estemos
agradecidos. El problema no son sólo las empresas ricas, sino
los individuos ricos. Según la Charities Aid Foundation, el 10% más
rico de los británicos dan sólo el 0,7% de su gasto familiar a la
caridad, mientras el 10% más pobre dona el 3% del suyo”. (The
Guardian, 5/1/05). Si se compara estos donativos empresariales y
gubernamentales con las cifras vistas en la página web de
Labourstart que son la ayuda y los donativos sindicales en ayuda a
las víctimas del tsunami, más la cantidad increíble de dinero donado
por los trabajadores normales. Revela la avaricia, la sangre fría y
la tacañería de los gobiernos y empresas, demuestra que la verdadera
compasión humana y empatía proceden de los trabajadores normales,
conmovidos por las imágenes de destrucción y sufrimiento vistas en
los periódicos y televisiones de todo el mundo. Como personas
corrientes, podemos simpatizar y sabe en esa situación
necesitaríamos desesperadamente ayuda y asistencia, y estamos
dispuestos a ofrecer mucho más de una porción considerable de
nuestros ingresos para ayudar a nuestros iguales. Si se compara esto
con los cálculos fríos y cínicos de las empresas y sus títeres en
los gobiernos, sólo se decidieron a dar más dinero cuando se dieron
cuenta de que los donativos de la población normal eran muy
superiores a los suyos.
Alivio de la deuda
El ministro británico Gordon Brown encabeza un
plan para conceder una moratoria de la deuda a los países afectados
por el tsunami. Calcula que este plan podría suponer para países
como Indonesia y Sri Lanka un ahorro de 3.000 millones de dólares en
un año. Canadá ya ha concedido una moratorio en los pagos de la
deuda de los países afectados, Brown confía en que los otros países
harán lo mismo. Pero los problemas han hecho que Australia haya
descartado esta medida, sobre todo porque Indonesia debe a Australia
1.400 millones de dólares. El gobierno australiano, hipócritamente,
dice que la razón de esta decisión es que aliviar la deuda no es la
respuesta porque el dinero ahorrado no necesariamente irá a las
necesidades de la población. El gobierno también dijo que prefería
canalizar los recursos directamente “así sabe como se utiliza
exactamente el dinero”. Según el Banco Mundial la deuda
externa total de los países afectados es la siguiente:
* Indonesia 132.200 millones de dólares
* India 104.400 millones de dólares *
Tailandia 59.200 millones de dólares * Malasia 48.600
millones de dólares * Sri Lanka 9.600 millones de dólares
* Somalia 2.700 millones de dólares *
Seychelles 560 millones de dólares * Maldivas 270
millones de dólares
El porcentaje de la deuda
respecto al ingreso nacional anual es el siguiente:
* Indonesia 80% * India 21%
* Tailandia 48% * Sri Lanka 59% *
Maldivas 45% (Fuente: Movimiento Mundial por el
Desarrollo)
Estas cifras significa que los
costes anuales del pago de la deuda son:
*
Indonesia 13.700 millones de dólares * India 13.000
millones de dólares * Tailandia 17.900 millones de
dólares * Sri Lanka 653 millones de dólares *
Maldivas 20,8 millones de dólares
Según estas
cifras la organización Movimiento Mundial por el Desarrollo dijo que
los 3.000 millones anuales de Brown para alivio de la deuda “sólo
cubrirían mes y medio” de los pagos de la deuda para los cinco
países más afectados por el desastre del tsunami. Eso significa
que la mayor parte del dinero donado en ayuda para las víctimas del
tsunami simplemente acabarán regresando a los bancos occidentales en
concepto de pago de la deuda. Estas cifras sitúan en su contexto la
“generosidad” de los gobiernos capitalistas de todo el mundo.
El fracaso del capitalismo
Todo
esto demuestra que el capitalismo ha fallado a las personas
afectadas por el desastre del tsunami, tanto en términos de proteger
sus vidas como de ofrecerles seguridad siendo incapaz de ofrecer un
sistema de detección avanzado. También ha fracasado en que los
gobiernos y las empresas del mundo sólo están dispuestos a dar una
fracción en ayuda de la suma conseguida en beneficios o del gasto en
aventuras militares. Han muerto 150.000 personas y millones se
han quedado sin hogar. Cientos de miles de personas morirán debido a
las enfermedades y el hambre provocadas por el desastre. El alcance
del desastre revela que ningún país tiene los recursos para proteger
a la población frente a los desastres o dar ayuda para aliviar el
sufrimiento. El desastre del tsunami ha revelado la debilidad del
capitalismo y la debilidad de los regímenes de la región, hasta qué
punto muchos de estos gobiernos pueden enfrentarse a agitaciones
revolucionarias después de pasada la conmoción inicial. El
sistema capitalista mundial fue incapaz de prever este
acontecimiento y es incapaz de planificar sus recursos para
responder a él y la reconstrucción posterior. Como resultado cientos
de miles han muerto innecesariamente. Si los recursos del mundo
coordinados y dirigidos en una economía democráticamente planificada
por los trabajadores y los pobres del mundo, podríamos garantizar
que el daño provocado por los desastres naturales como los
terremotos y los tsunamis se minimizarían y que la ayuda posterior
para la reconstrucción se organizaría de una manera mucho más eficaz
y generosa.
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